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Lasnocionesdealtaculturayculturapopular PDF
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XX.
Theotônio Dos Santos
Este mundo cultural fue consagrado en los Siglos XVIII y XIX por los estilos
barroco y clássico que hicieron despuntar los genios fundadores del arte y de la cultura
occidental considerada como estadio más alto de la cultura y de la civilización. La
música polifónica, con el concierto, el teatro moderno, con el drama y la comedia, la
ópera, la danza como espetáculo, el cuadro y la escultura como elementos
independientes de la arquitetura, la poesía pura, la novela, sumados al desarrollo de la
ciencia como actividad profisional y sistemática, cuyo avance se proyectava en el
lenguage y en los instrumientos utilizados por estas manifestacions culturales
autónomas, todo este criava en occidente un acervo cultural que se separava y
autonomizava de toda la producción cultural anterior y se presentava como la “alta
cultura”. Cabía a ella seleccionar sus antecedentes culturales buscados sobretodo en la
llamada Antiguidad Clásica Grego-Romana.
El acceso a ella exigía una iniciación y aprendizado específico que fue cada vez
más entregue a las Escuelas, a las Universidades, a las Academias, a los Conservatorios.
La propria recepción y apreciación de esta producción cultural exigía una iniciación ya
que ella no se produzia ni se consumia en lo cotidiano sino en locales especiales que se
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fueron creando para su realización. Era el mundo del Esclarecimiento: un modelo
cultural filosófico, científico, moral y estético que debria conquistar a toda la
humanidad ya que era un producto de la razón pura y de la correspondencia entre el
orden social y las necesidades decorrentes de la naturaleza humana. Por lo menos así se
veía la Europa a desde del siglo XVIII hasta la II Guerra Mundial.
Muchas veces este mundo burgués en constitución fué buscar sus raíces en la
tradición de grupos étnicos más expertos en el desarrollo de las artes del
entretenimientro, como la música gitana que servió de fundamento para las canciones de
Europa Central, Rusia el flamenco español (así como inspiró los músicos eruditos de
las escuelas románticas y nacionalistas), o como las canciones del sur de Italia o la valza
vienense que tienen origen popular antes de llegar a las dalones y a los escenários. En
América, la rica tradición cultural de los esclavos africanos dieron origen a los
“spirituals” y al “jazz”, cuya evolución posterior se mezcló muchas veces con la música
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erudita, o el tango argentino (de origen hispánico y afro). Es curioso que este mundo
artístico que incluya liricas de origen a veces popular a veces erudita se mezclaba al
teatro, imitando la ópera y el ballet de las cortes y despues de los teatros nacionales con
versiones más levianas como el “vaudeville”, las zarzuelas, el musical norte-americano
y varias otras manisfestaciones similares como el teatro kabuki japonês que vulgarizó la
disciplina teatral clásica del Teatro No, o mismo la ópera de Pequin que tuvo su cara
popular.
Estos, sin romper con la técnica y las formas de producción del clasisismo
buscaron encontrar nuevos contenidos artísticos y estéticos más próximos del pueblo en
general (entendido como el campesino europeo, o el indio americano, o el campesino
japonês, todos idealizados como fuente de pureza y expontaníedad humanas que la
civilización intentaba destruir) o mismo de las classes populares modernas en proceso
de organización política en los partidos socialistas (el obrero, el miserable, el minero
ganaron su espacio en la literatura, el teatro, la ópera naturalistas de la segunda metad
del siglo XIX, como expresiones de la naturaleza más bestial que se chocava con las
formas civilizadas y racionales).
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revistas, en los editoriales populares que produzían cada vez más para un público no
oficial, particularmente para las mujeres que impedidas de tener a la alta cultura
(excluídas de las escuelas, sobretodo secundarias y universitarias) se instruían en las
novelas y los folletines, en las revistas femininas, de moda y atividades paralelas.
El impacto más fuerte fué dado por el surgimiento de nuevas técnicas y menos
por el desarrollo de productos culturales capazes de potencializar la capacidad de
reproducción de las palabras, através de la tipografía por linotipía; de las imágenes, por
la fotografía; en seguida, por el cine; del sonido, por el radio y, posteriormente, juntase
a la imagen en movimiento en el cine hablado y en la televisión. Al mismo tiempo, los
objetos produzidos por la industria se dejaron influenciar por principios estéticos nuevos
abiertos por la superación del estilo clásico en las artes plásticas. Esta revolución tan
profunda tendría que afectar la propria alta cultura. Bajo el impacto de la presión de las
lucha sociales en el fin del siglo XIX y el início del XX, la llamada Alta Cultura se
sensibiliza con los notables cambios en los instrumentos de productión estética y en su
naturaleza misma.
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del pleno desarrollo de la mecánica, de la energia elétrica y fósil. Había que traer para la
producción artística al neon fosforeciente, a los nuevos materiales, a la mecánica, a la
matemática, a la ingeneria y la construcción. Había que reintegrar el arte en la vida
cotidiana. Había que romper con el escenario teatral tradicional, con los museos y con
toda noción del espetáculo para llevar el arte para las calles. Había que romper con la
oposición entre la alta cultura y la cultura popular, transformando esta última en forma
aplicada de aquella.
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Al lado de los nuevos medios de comunicación, la tipografía avanzaba muy
rapidamente para el offset y abría espacio para el uso del dibujo generalizado impreso.
Surgieron las famosas revistas “comics”, con una nueva literatura ilustrada o
ilustraciones con apoyo litarario. El diseño reproduzido en masas ganaba una gran
sofisticación bajo la influencia del expresionismo y otras corrientes estéticas. Los
“comics” se iniciaron como una literatura infantil y joven pero avanzaron
posteriormente hacia el público adulto. El caso de los mangas japoneses es un ejemplo
de esta evolución, que tenia importantes precedientes en del siglo XIX. Más tarde los
“comics” irón influenciar el arte pop de la década de los 70s y 80s.
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sus chistes brutales dieron origen a los “clips” que ocupam un tiempo creciente en las
televisiones, particularmente en los canales para jóvenes. Hay una perplejidad creciente
del pensamiento estético, social y político frente a estos câmbios. Muchos creen que hay
una oposición creciente entre los varios elementos de esta revolución tecnológica: la
alta cultura se encontraría amenazada por la industria cultural, la lectura es presentada
como amenazada por los audio-visuales, del cine se encuentra por su vez en extinción
frente a la televisión y los vídeos. Estos por su vez se encuentram amenazados por la
multimídia y así por adelante. Habría que repasar estas intentos de teorizar sobre estos
fenómenos. Es lamentable constatar sin embargo que ellos reflejan más bien los
prejuizios de los autores que un estudio profundo sobre la evolución o revolución
cultural que la humanidad está realizando.
De otro lado, autores como Gabriel Tarde, en el fin del siglo XIX, y Ortega y
Gasset, en los años 20 y 30, veían en la emergencia de las masas una amenaza a la alta
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cultura y a los valores humanos en general. Ellos temían la fuerza totalitaria que parecía
emergir del uso político de las masas, identificadas con la mujer, objeto del poder
masculino, con sus coqueteos y juegos de seducciones que la técnica del poder
terminaba por subjugar.
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pensamiento formalista no-dialético. Próximos a este enfoque estuvieron muchos
trabajos de los años 60 y 70.
Sin romper totalmente con estos problemas metodológicos, hay que destacar otra
línea crítica a la industria cultural representada por los estudios sobre la dominación
ejercida por los grandes grupos económicos y los Estados imperialistas sobre los medios
de comunicación. Autores como Herbert I. Schiller, Armand Mattelard y Ariel
Dorffman incorporaron en el plano cultural las críticas de la teoría de la dependencia al
sistema de dominación internacional. En la década del 70 estas críticas llegaron a la
propia UNESCO y terminaron en la propuesta de un Nuevo Orden Informativo
Mundial. En realidad tratabase de transformar en proceso real la crítica histórico-
cultural que representaba la reafirmación histórica de los pueblos subyugados por la
expansión del capitalismo europeo desde los años 1500 hasta la Segunda Guerra
Mundial. Tratabase de mostrar que el sistema mundial (que tenía como centro países
europeos y despues los Estados Unidos) había dado origen a un euro-centrismo cultural
que identificaba características intrínsecas a las sociedades y culturas europeas y al
proceso de acumulación primitiva de expansión capitalista a la civilización en general, a
la modernidad en general, a la humanidad en general. Entre estos elementos
indiosincrásicos europeos estaba la superioridad racial del hombre blanco. El racismo
europeo era fruto del triunfo de los pueblos blancos sobre otros pueblos, más en
particular, a partir del siglo XVIII, de los pueblos anglo-saxones que se quizo identificar
con características raciales, discriminando incluso los blancos que antes fueron
hegemônicos pero ahora eran decadentes (quizás por sus mesclas con los pueblos
africanos...). Se excluía también los eslavos, cuyo pasado esclavista los inviabilizaba
como civilización ocidental.
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agregaba su contenido euro-cêntrico, racista y sexista. Pero la cultura de masas y la
industria cultural no servían a la superación de esas llagas custionadas por el desarrollo
de nuevas fuerzas sociales desde el final del siglo XIX. Los esfuerzos por desarrollar
una contra-cultura, una cultura alternativa o “underground” en los años 60 y 70 o mismo
una Nueva Orden Informativa Mundial terminaran en los años 80 en una absorción de
sus mitos y propuestas por la industria cultural del “estabishment” o su suplantación
por la fuerza de un proceso de globalización cultural dominado por los grandes grupos
económicos.
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Dependencia en América Latina: Algunos Apuntes Metodológicos e Históricos”, in
Pablo Gonzalez Cazanova (coord.), Cultura y Creación Intelectual en América Latina,
Siglo XXI, México, 1984.
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