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Ponencia II: Inmigración, trabajo y formación

INMIGRACIÓN, TRABAJO Y FORMACIÓN.

Francisco José Lama García


Departamento de Evaluación
Junta de Andalucía

1 INTRODUCCIÓN
Una casa construida por un magrebí, la ensalada recolectada por un portugués, el
aperitivo servido por una colombiana o los niños encantados con su cuidadora
ecuatoriana. El mundo laboral español se ha convertido en un auténtico crisol de
culturas.
¿Cómo percibe la sociedad española el fenómeno de la inmigración? ¿Qué está
suponiendo para España y su mercado laboral? El fenómeno de la inmigración tiene
múltiples facetas, algunas de ellas de gran repercusión mediática, otras de importante
contenido económico, la mayoría de gran impacto social. Así podemos ver las
implicaciones que la inmigración tiene en áreas tan importantes como la sanitaria, la
educativa, la de la seguridad, o la de la vivienda. Ello está llevando a afrontar
importantes medidas de intervención integrales. Muestra de ello son los Planes
Integrales para la Inmigración que diversas Comunidades Autónomas vienen
desarrollando en los últimos años.
Mediáticamente la inmigración se asocia a “oleadas” de pateras o asaltos a fronteras, a
tragedias, a detenciones y a muertes. Miles de subsaharianos aguardan en el norte de
Marruecos la oportunidad de entrar ilegalmente en España. Carecen de dinero, de
trabajo y hasta de identidad: muchos se han deshecho de sus documentos, si es que los
tenían, para no ser deportados. Ocultan su nacionalidad y procedencia. No tienen
dinero para pagar a las mafias de las pateras, y sólo les quedan dos vías, o dar con una
argucia que les permita cruzar las vallas que cierran las fronteras con Ceuta y Melilla o
el recurso a la fuerza.
Otra cara de la inmigración la constituyen las mafias dedicadas al tráfico de personas.
Sólo en los seis primeros meses de este año la Policía detuvo a 116 personas vinculadas
a 31 redes dedicadas a este tipo de fraude, mientras que la Guardia Civil arrestó a 133
personas relacionadas con distintas organizaciones especializadas en este ámbito
delictivo. Asimismo, agentes del Cuerpo Nacional de Policía detuvieron a 103
integrantes de 37 redes de explotación laboral de extranjeros y la Guardia Civil a 245
miembros de esta clase de organizaciones.
La propia inmigración irregular también nos muestra otra realidad al permitir que
ciertos empresarios, que no todos, cometan delitos aprovechándose de la situación
vulnerable de los inmigrantes y su miedo a denunciar prácticas abusivas. Este tipo de
empresarios solicitan dinero por adelantado para formalizar contratos que abren las
puertas a la regularización.
Por último, la imagen de la inmigración que más vértigo social presenta se produce
cuando se relaciona este fenómeno con la xenofobia o, directamente, con el terrorismo.
Todo ello genera una percepción social del fenómeno migratorio tan perjudicial para
las personas inmigrantes como para la sociedad española.

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El estado ya no tiene poder ni legitimidad para imponer trabas a la circulación de


mercancías, ni de servicios, ni de capitales. Sin embargo, todavía hay un ámbito
económico que los Estados controlan directamente. Se trata de la regulación de las
transacciones laborales, es decir, el tránsito de mano de obra entre países es casi la
única actividad económica que está sujeta a restricciones jurisdiccionales por parte de
los estados.
Esta visión negativa, asociada a peligros, fraudes e irregularidades que envuelve al
fenómeno de la inmigración no se corresponde, sin embargo, con la realidad de la
inmigración en España que en un contexto de envejecimiento de la población y
probadas muestras de escasez de mano de obra en algunos sectores, la inmigración es
un fenómeno positivo para el sostenimiento de un elevado ritmo de generación de
riqueza que garantiza, entre otras cosas, el futuro de nuestro modelo de protección
social.
Veámoslo de este modo: el enorme incremento de inmigración no es parte de un
problema, es parte de un éxito. Es el estancamiento de la población lo que debe
provocar la alarma, no el incremento. España atrae porque es una sociedad en
expansión. Es un gran reto y una oportunidad.

2 CAUSAS DE LA INMIGRACIÓN
Entre las causas de la inmigración podemos distinguir dos tipos: aquellas relativas a los
países de origen denominados factores de expulsión, y las relativas a los países de
destino: factores de atracción.
Generalmente los factores de expulsión siempre se han relacionado con las especiales
dificultades que se sufren en los países de origen (pobreza, conflictos armados o
disidencia política) y el mayor “nivel de vida” existente en los países de destino. Pero
este enfoque tan simplificado es falaz porque olvida cuestiones como las
oportunidades de trabajo, la alta siniestralidad, la inestabilidad laboral, el problema de
la vivienda, la negación del voto y la indefensión jurídico-fáctica, especialmente para el
clandestino, los aspectos psicológicos relativos al desarraigo, el rechazo por parte de la
población nativa, etc.
A pesar de considerar todas estas causas como factores de expulsión, no son suficientes
para provocar los movimientos migratorios, y en este sentido, son imprescindibles
ciertas características en el mercado de trabajo del país de destino. En el caso de España
cabe destacar las siguientes:
• Volumen de necesidades no cubiertas de mano de obra.
• Segmentación del mercado de trabajo:
o El segmento secundario está compuesto por ocupaciones que
requieren poca cualificación, en actividades muy intensivas en mano
de obra y de baja productividad, en las que concurren condiciones
como: bajos salarios, estacionalidad y temporalidad, pocas
posibilidades de promoción, etc.
o La presencia de un importante volumen de economía sumergida
amplía ese «segmento secundario»
• Baja movilidad de la población activa,

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• La población activa tiende a encuadrarse en el segmento primario


fundamentalmente a través de la adquisición de un alto capital formativo
• Coexistencia de unas tasas de paro más o menos elevadas con una relativa
escasez de oferta de mano de obra en ocupaciones de baja cualificación y bajos
salarios.
• Presencia de las llamadas «redes étnicas», capaces de acoger y de orientar a sus
conciudadanos en el inicio de su trayectoria en el país de destino.
También juegan un papel importante las características de España por su
situación geopolítica. Entre las causas de atracción en este caso podemos citar
su pertenencia a la Unión Europea, su posición fronteriza dentro de la misma
Unión con el Norte de África y su pertenencia al conjunto de países de habla
hispana.

3 CARACTERIZACIÓN DE LA INMIGRACIÓN EN ESPAÑA


3.1 Según el Padrón Municipal de Habitantes
Según datos del padrón de habitantes, a 1 de enero de 2005 había en España un total de
3.691.547 extranjeros.

Población extranjera en España


Fuente: Padrón de Habitantes
4.000.000
3.691.547

3.500.000
3.034.326
3.000.000
2.664.168

2.500.000

1.977.946
2.000.000

1.500.000 1.370.657

923.879
1.000.000 748.953
637.085
542.314
500.000

0
1996 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005

Si comparamos esa cifra con los apenas 500.000 que había en 1996, nos podemos hacer
una idea de la dimensión que ha alcanzado el fenómeno de la inmigración extranjera
en nuestro país en los últimos años. Estas cifras deben tomarse como una aproximación
al fenómeno, con la prudencia necesaria derivada de ciertas inexactitudes en el Padrón,
pero permiten observar con claridad una tendencia creciente.
Los extranjeros representan ya el 7% de los empadronados en España, siendo muy
diferente la incidencia en las diferentes comunidades autónomas, desde el 2% de
Extremadura o Galicia, al 13% de Baleares, el 11% de Madrid, o el 10% de Murcia y
Valencia.

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Andalucía 321.570 4,2%


Aragón 77.545 6,2%
Asturias 22.429 2,1%
Balears (Illes) 131.423 13,8%
Canarias 185.781 9,7%
Cantabria 16.364 2,9%
Castilla y León 71.300 2,9%
Castilla-La Mancha 88.858 4,8%
Cataluña 642.846 9,4%
Comunidad Valenciana 464.317 10,2%
Extremadura 20.066 1,9%
Galicia 58.387 2,1%
Madrid 664.255 11,4%
Murcia 132.918 10,3%
Navarra 43.376 7,4%
País Vasco 59.166 2,8%
Rioja (La) 24.988 8,5%
Ceuta 2.863 3,8%
Melilla 5.874 8,6%
Total España 3.034.326 7,0%

Respecto a la nacionalidad, el 21% corresponde a nacionales de países de la UE,


mientras que el 79% pertenece a países no comunitarios.

Entre los no comunitarios, destaca la presencia de nacionales de países de América


Central y del Sur, con más del 40% del total y, el 19% de nacionales de países africanos,
con una presencia destacada de marroquíes.

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Por comunidades, la presencia de comunitarios y no comunitarios es desigual, así,


mientras en Baleares la proporción es de un 40% de comunitarios por un 60% de no
comunitarios, en otras muchas comunidades el porcentaje de no comunitarios se
mueve incluso en el entorno del 90% de la población extranjera (ej: Madrid, Murcia,
Aragón, Castilla-La Mancha, …)
Analizando las principales nacionalidades, se observan 5 países que destacan sobre el
resto entre las no comunitarias: Ecuador, Marruecos, Colombia, Rumania y Argentina
aglutinan el 62% de la población extranjera no comunitaria.

Principales países de origen


Padrón de habitantes 2004
Ecuador 475.698
Marruecos 420.556
Colombia 248.894
Rumania 207.960
Argentina 130.851
Bulgaria 69.854
Perú 68.646
China 62.498

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Analizando la composición de la población extranjera en España de acuerdo al sexo


vemos como se reparte de manera más o menos equilibrada en su conjunto (53% de
hombres, 47% de mujeres).
Respecto al origen, sin embargo, se observa una mayor presencia de hombres,
superando claramente el 60%, en el caso de los nacionales de países africanos y
asiáticos.

Por el contrario, es mayor la presencia femenina en los nacionales de países de


América.
En cuanto a la edad, el tramo comprendido entre 20 y 39 años son claramente los más
numerosos entre los extranjeros no comunitarios.

Población extranjera por tramos de edad y nacionalidad


250.000

200.000

150.000

100.000

50.000

0
0-4 5 a 9 10 a 15- 20- 25- 30- 35- 40- 45- 50- 55- 60- 65- 70- 75- 80- 85 y
14 19 24 29 34 39 44 49 54 59 64 69 74 79 84 más

Unión Europea (25) Resto Nacionalidades europeas Nacionalidades africanas


Nacionalidades americanas Nacionalidades asiáticas Oceanía
Apátridas

Se observa, sin embargo, una mayor presencia de extranjeros de más de 55 años entre
los originarios de países miembros de la UE.
Todos los datos anteriores deben ser tomados con cautela, derivada de las propias
inexactitudes del padrón (algunos extranjeros no se empadronan, otros lo hacen pero
ya no viven aquí, existen duplicidades, empadronamientos masivos en un mismo
domicilio…). Podremos analizar, por tanto, sólo una parte de la realidad de la

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población inmigrante, siendo difícil establecer cuántos inmigrantes se encuentran en


España de manera regular, pero sí acceder a una visión global que nos permite analizar
tendencias.
Una aproximación a la cifra de inmigrantes en situación irregular podría ser la
diferencia entre inmigrantes empadronados (3,7 millones a 1 de enero de 2005) y los
extranjeros que cuentan con tarjeta o autorización de residencia en vigor, que eran, a 31
de marzo de 2005 un total de 2.054.000. La diferencia es lo suficientemente grande
como para hacerse una idea de la magnitud del fenómeno de los inmigrantes en
situación irregular.
En resumen:
• La población extranjera en España representa, aproximadamente, un 7% del
total, superándose el 10% en algunas Comunidades Autónomas.
• El 79% de los extranjeros son nacionales de países no pertenecientes a la UE,
siendo los más numerosos los procedentes de países de América Central y del
Sur. Por países, destacan los procedentes de Ecuador, Colombia, Marruecos,
Rumania y Argentina.
• El 53% de los extranjeros son hombres y el 47% son mujeres. En el caso de los
países de América el porcentaje de mujeres es superior al de hombres.
• La mayoría de los extranjeros se encuentran en los tramos de edad entre 20 y 39
años
3.2 Según la Seguridad Social
Los datos más recientes de afiliación a la Seguridad Social (agosto 2005) nos dicen que
existen 1.633.911 afiliados extranjeros. Se observa un incremento espectacular en los
últimos años, siendo la cifra de afiliados extranjeros a 1 de enero del año 2000 de
334.976, es decir, la cifra casi se ha quintuplicado en menos de 6 años. Hay que tener en
cuenta que en el último año se recogen los efectos de la regularización extraordinaria
que ha supuesto un incremento de afiliación de enero a agosto del presente año de
538.633 personas.

En cuanto a las nacionalidades, se mantienen proporciones similares a las del Padrón


de Habitantes, con un 20% para ciudadanos de la U.E. y el resto de países no

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comunitarios. Los procedentes de América representan casi un 40% y dentro de los


africanos, el colectivo marroquí es, con diferencia, el más numeroso.
Atendiendo al sexo de los afiliados extranjeros, de acuerdo con los últimos datos
(agosto 2005), hay un total de 978.105 hombres y 655.806 mujeres. La presencia
femenina es minoritaria, al igual que ocurre en las afiliaciones de nacionales, pero se va
incrementando paulatinamente y actualmente representan más del 40% del total,
cuando en 1999 sólo eran el 35%.
Asimismo, y analizada la evolución de estos afiliados por regímenes, cabe destacar que
el 67,46% se encuentra en el Régimen General (1.102.181 y de ellos, 280.705 están
empleados en el sector de la construcción), seguido por el 14,07% registrado en el
Régimen Especial de Empleados del Hogar (229.847), Agrario (155.057, que suponen el
9,49% del total), Autónomos 8,67% (141.702), Mar (4.610 y el 0,28%) y Carbón (514 y el
0,03%).

La estructura por regímenes de los afiliados extranjeros no comunitarios (cuadro 2.7)


presenta, por otro lado, tres características que la diferencian de manera muy
considerable de la estructura del total de la afiliación, nacional y extranjera, a la
Seguridad Social.
El primero de estos rasgos es la menor frecuencia de personas encuadradas en el
régimen general que representaba, a finales de 2002, un 65,2 por 100 de los afiliados en
alta de nacionalidades extranjeras fuera del ámbito de la UE, mientras que en el total
de afiliación ese porcentaje se elevaba al 74,9 por 100.
El segundo rasgo es la mucha más baja importancia del Régimen Especial (RE) de
Autónomos en el colectivo inmigrante (en ese mismo año, un 6,1 por 100, frente a un
16,5 por 100 en el total); dentro del RE de Autónomos se observa, asimismo, una
notable concentración de personas de nacionalidad asiática (destacadamente de
China), que representaban a finales de 2002 más de la cuarta parte (un 27,4 por 100) de
los afiliados no comunitarios al mismo.
El tercer rasgo distintivo estriba, finalmente, en la importancia del RE Agrario (13 por
100 entre los extranjeros y 7 por 100 en el total) y del RE de Hogar, que no sólo agrupó
a un 12,6 por 100 de los afiliados no comunitarios en ese año, cuando apenas supuso un
1,1 por 100 del total de afiliaciones (de españoles y extranjeros), sino que, además, es

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un régimen en el cual la presencia de extranjeros es casi tan numerosa como la de


españoles: en 2002, un 47 por 100 de los afiliados en alta en el RE de Hogar eran
extranjeros no comunitarios, y un 52 por 100 españoles.
3.3 Según la EPA
Según la Encuesta de Población Activa correspondiente al 2º trimestre de 2005 hay una
población extranjera en España de 3.324.500 personas. De estas, son activas 2.312.100,
dividiéndose entre 2.043.800 ocupadas y 268.300 en paro. La tasa de paro es, por tanto,
del 11,6%.
Resto de Resto del
Total U.E. Europa América Latina mundo
Población extranjera 3.324,50 530,8 593,9 1.503,60 696,3
Activos 2.312,10 304,7 460,6 1.106,40 440,4
Ocupados 2.043,80 276,8 413,8 991,8 361,4
Parados 268,30 27,90 46,80 114,60 79,00
Tasa de paro 11,6% 9,2% 10,2% 10,4% 17,9%

El origen de los extranjeros determina, en algunos casos, diferencias notables en cuanto


a su situación laboral, tal como se observa en la siguiente tabla. El nivel de paro es
mucho más elevado entre los nacionales asiáticos y africanos que entre los europeos y
americanos. La tasa de paro global en España, incluyendo nacionales y extranjeros es
del 9,3%.
La evolución en los últimos años ha sido la de un crecimiento espectacular de la
ocupación extranjera, se ha pasado de los 168.000 ocupados en 1996 a los más de 2
millones de la actualidad. El incremento más acusado ha sido, obviamente, el de
extranjeros procedentes de países no comunitarios, cuyo peso ha pasado del 60% a
situarse por encima del 85%.
La ocupación extranjera ya alcanza a un 10% del total de ocupados en España.
Claramente por encima de esa media se sitúa la ocupación en Baleares, Canarias,
Madrid, Cataluña, La Rioja, Comunidad Valenciana. La inmensa mayoría de los
ocupados extranjeros proceden de países no comunitarios, en algunas comunidades
llegan a ser más del 90%.

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Ocupados extranjeros por comunidad autónoma


Fuente: EPA. 2º trimestre de 2005. Datos en miles.
Porcentaje de
Total ocupados
Unión No pertenecientes Porcentaje de no
ocupados extranjeros
Europea a la Unión Europea comunitarios
extranjeros respecto al total
de ocupados
Andalucía 199,7 44,9 154,9 77,6% 6,8%
Aragón 54,3 3,5 50,7 93,4% 9,6%
Asturias 10,9 2,6 8,2 75,2% 2,7%
Balears (Illes) 94,6 16,9 77,6 82,0% 19,5%
Canarias 115,8 32,6 83,1 71,8% 14,1%
Cantabria 11,4 1 10,4 91,2% 4,8%
Castilla y León 51,2 7,7 43,5 85,0% 5,0%
Castilla-La Mancha 65 3,8 61,2 94,2% 8,6%
Cataluña 418,5 54,2 364,3 87,0% 12,8%
Comunidad Valenciana 312,7 45,3 267,4 85,5% 15,4%
Extremadura 8,8 1,3 7,5 85,2% 2,3%
Galicia 29,3 5,3 23,9 81,6% 2,6%
Madrid 489,7 42,5 447,2 91,3% 17,0%
Murcia 90,6 1,8 88,7 97,9% 15,9%
Navarra 26,8 2,6 24,3 90,7% 9,9%
País Vasco 44,7 9,5 35,1 78,5% 4,7%
Rioja 17,3 1,1 16,2 93,6% 12,2%
Ceuta 1,1 0,1 1 90,9% 4,5%
Melilla 1,6 0 1,6 100,0% 7,2%
Total España 2.043,80 276,8 1.767 86,5% 10,8%

Se suele identificar inmigración con trabajos de baja cualificación y, atendiendo a los


datos de la EPA, se puede afirmar que, efectivamente, en los casos de trabajadores
extranjeros procedentes de países no comunitarios, es mayoritaria la ocupación en
trabajos no cualificados.
En el caso de los procedentes de la UE, suponen un 14%, pero en los no comunitarios
este porcentaje se sitúa en el entorno del 40%.
Tal y como se observa en las tablas correspondientes a la ocupación por sectores, es
también importante la presencia de trabajadores de países europeos no comunitarios y
de africanos y asiáticos en el sector de la construcción y en las ocupaciones asociadas al
mismo.
La formación de los trabajadores extranjeros presenta características diferentes en
función de su zona de procedencia. Es destacable el elevado número de analfabetos
entre la población ocupada procedente de África y Asia, que llega a ser del 8%.
En el caso de los procedentes de la UE, hasta el 46% tiene educación superior, mientras
que en el caso del resto de europeos y los procedentes de América Latina la mayoría
tienen educación secundaria.
La tasa de paro de los trabajadores extranjeros en el conjunto de España es del 11,6%,
pero se observan diferencias notables si analizamos su comportamiento en las
diferentes Comunidades Autónomas.
Así, mientras Navarra, Madrid, o Baleares tienen tasas por debajo del 10%, en algunas,
evidentemente en las que hay menor presencia de inmigrantes, se sitúan en el entorno
del 20% (Galicia, Extremadura, Cantabria, Asturias).
3.4 Perfil de la Inmigración.
De los datos analizados podemos extraer dos conclusiones: la población inmigrante
tiene una participación laboral más elevada que la española, y afronta con más

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Ponencia II: Inmigración, trabajo y formación

frecuencia situaciones de desempleo, pero ambos rasgos se presentan con claridad sólo
en el caso de los hombres.
Es también destacable el nivel educativo que presenta la población inmigrante,
comparándola con la española en los tramos de edad más significativos. En el caso de
dos importantes regiones de procedencia, Europa no comunitaria y Centro y Sur de
América, el nivel educativo medio declarado se sitúa sólo algo por debajo del
correspondiente a la población de nacionalidad española.
Los inmigrantes se ocupan con una frecuencia mucho más elevada en trabajos que no
requieren cualificación ni especialización profesional, y apenas se emplean, en
comparación con los españoles y con los ciudadanos de la UE, en ocupaciones con alto
nivel de cualificación.
Esta distribución del empleo inmigrante responde a la propia estructura del mercado
de trabajo y al menor ajuste inicial de las cualificaciones de la mano de obra inmigrante
con los requerimientos de la producción.
Sin embargo también influyen factores no relacionadas directamente al mercado
laboral tales como:
• El reconocimiento de cualificaciones,
• el conocimiento de los mecanismos formales e informales de articulación de
dicho mercado,
• e incluso en algunos casos el idioma.
Por otra parte, influyen en la distribución sectorial y ocupacional de los inmigrantes en
su acceso inicial al mercado de trabajo regular, de manera determinante la normativa
vigente y los requisitos fijados en ella.

4 CONSECUENCIAS DE LA INMIGRACIÓN
Al igual que ocurría en las causas de la Inmigración, las consecuencias de la misma se
dan tanto en los países de origen (aporte de divisas, descapitalización social…) como
en los de destino. En estos países las consecuencias se producen en todos los órdenes:
social, cultural, educativo, demográfico, económico, etc. En esta ponencia nos
centraremos en aquellos aspectos más relacionados con el mercado laboral y la
economía, pero esto no agota otras consecuencias tan importantes como las relativas al
enriquecimiento cultural o las actitudes de los españoles hacia los extranjeros.
Hemos identificado tres aspectos estrechamente vinculados como son: los
demográficos, los relativos a la protección social y los laborales que analizaremos a
continuación.
4.1 Consecuencias en la Evolución Demográfica
El fenómeno de la inmigración llega a España en unos años en que la tasa de natalidad
ha caído por debajo del 10 por 1000 (período 1994-2000), lo que marcó índices
históricos en nuestro país. De ahí que el primer efecto de la inmigración es un aumento
inesperado de la población total española.

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EVOLUCIÓN DE LA TASA DE NATALIDAD POR 1000 HABS.

2
0
1
8
1
6
1
4
1
2
1
0

10,5
8
6
4
2
0
7
5
7
6
7
7
7
8
7
9
8
0
8
1
8
2
8
3
8
4
8
5
8
6
8
7
8
8
8
9
9
0
9
1
9
2
9
3
9
4
9
5
9
6
9
7
9
8
9
9

3
Este efecto tiene, evidentemente, consecuencias de tipo económico ya que trae consigo
un aumento de la demanda privada y de la oferta potencial. Desde el punto de vista
estrictamente demográfico, también ha reequilibrado la pirámide poblacional haciendo
crecer los tramos de edad más jóvenes, masculinos y femeninos, en particular los de 20
a 34 años.
Asimismo la inmigración está jugando un papel decisivo para el repunte de la tasa de
natalidad, ello es apreciable de manera significativa ya en el peso de la población
extranjera en las primeras etapas del sistema educativo.
Parece que a medio plazo, y dado que la importante presencia de mujeres en la
población inmigrante, la proporción de niños hijos de foráneos se elevará más,
induciendo a largo plazo no sólo cierto rejuvenecimiento y el sostenimiento de una
mayor población total, sino también un mayor peso en ese total de la población de
origen inmigrante.

4.2 Consecuencias en el Sistema de Protección Social


El efecto inmediato de la inmigración sobre el sistema de protección social se traduce
en un aumento de la afiliación a la seguridad social con el consecuente incremento de

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Ponencia II: Inmigración, trabajo y formación

ingresos por cotizaciones. Y ello a pesar de que las ocupaciones más frecuentes entre
inmigrantes tienen bases relativamente bajas.
En relación a la población española, debido al peso más alto de los extranjeros en el
régimen espacial agrario y el régimen de hogar con bases de cotización muy bajas, hace
que la población inmigrante realice una contribución relativamente menor, acorto
plazo, que la de los afiliados españoles.
No obstante, este escenario es excesivamente inmediato y aún no existen proyecciones
a medio plazo sobre la evolución de la población inmigrante debido a que se desconoce
el volumen futuro de los flujos de afiliación inmigrante y las trayectorias laborales
que puedan seguirse.
4.3 Consecuencias sobre el Mercado Laboral
El fenómeno de la Inmigración tiene lugar en España con unas características muy
concretas de nuestro sistema productivo y su mercado de trabajo:
• Población activa baja y elevados niveles de desempleo entre la población
femenina y entre las personas jóvenes de ambos sexos.
• Alta temporalidad y elevada rotación entre el empleo, el paro y la inactividad,
que afectan sobre todo a los jóvenes y a las mujeres.
• Un considerable volumen de economía sumergida.
• Baja productividad debido a una estructura en la que dominan las pequeñas
empresas y en la que son muy importantes las actividades intensivas en mano
de obra, aportando una ventaja competitiva basada tradicionalmente en salarios
menores que los de los principales países de la Unión Europea.
• Fuertes diferencias territoriales en los indicadores del mercado de trabajo,
combinadas con una baja movilidad de la población activa.
La primera y más inmediata consecuencia de la inmigración ha sido la cobertura de
mano de obra, particularmente para empresas que desarrollan actividades muy
intensivas en mano de obra (por ejemplo en los sectores de la construcción, la
hostelería o la agricultura) y especialmente abiertas a la competencia. Ello habría
permitido a este tipo de empresas afrontar en mejores condiciones de competitividad-
precio la apertura creciente de los mercados. Sin embargo también este posible que este
beneficio tenga su contrapartida en la pérdida de renta de los asalariados y, sobre todo,
con su efecto a medio y largo plazo sobre la eficiencia del sistema productivo.
Sin embargo, el hecho de que la población inmigrante ocupe principalmente puestos de
trabajo de baja cualificación no significa que no dispongan de cualificaciones
superiores. Este desajuste entre la cualificación del trabajador y la del puesto de trabajo
se produce a menudo el desconocimiento del idioma, el no reconocimiento de los
títulos educativos obtenidos, los prejuicios y la discriminación en sus muchas formas.
Por otra parte deben considerarse los efectos del empleo inmigrante en el marco de la
economía sumergida. Aunque el primero no tiene por qué asociarse necesariamente a
ésta, el último proceso de regularización es una prueba evidente de la importante
presencia de extranjeros en situación administrativa irregular.
La economía sumergida conlleva efectos altamente negativos para el mercado laboral:
• Aumento de la segmentación.

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• Degradación de las condiciones laborales.


• Exclusión social.
• Competencia desleal entre empresas.
• Pérdida de ingresos.
• Incremento del gasto en protección social derivado del reconocimiento de
prestaciones universales.
Por otra parte, la economía sumergida, en la medida que funciona con salarios más
bajos, contribuye a generar un efecto “a la baja” tanto en los salarios como en las
condiciones de trabajo en sentido más amplio.
En cualquier caso sería injusto tratar la relación de los inmigrantes con la economía
sumergida de manera homogénea, ya que podemos distinguir dos realidades
claramente diferentes:
• Aquellas situaciones en la que no existen procedimientos legales para
regularizar la situación, pero que sin embargo se respetan las condiciones de
convenio.
• Aquellas otras situaciones en las que se imponen condiciones laborales
perjudiciales que suprimen derechos aprovechando la vulnerabilidad de los
inmigrantes que se hayan en situación irregular.

5 MARCO NORMATIVO. FLUJOS Y MECANISMOS.


5.1 Contexto Normativo y Regulación del Flujo de Inmigrantes
5.1.1 Unión Europea
En el ámbito de las Instituciones Europeas existe un importante número de
disposiciones normativas referidas a la regulación de la situación de los inmigrantes y
el control del flujo de trabajadores de terceros países.
Cabe destacar como, tras el Consejo Europeo de Tampere y en el marco del
seguimiento de la Estrategia de Lisboa, la Comisión formula una Comunicación sobre
inmigración, integración y empleo [COM (2003) 336 final], en la que establecen propuestas
para apoyar la puesta en práctica de políticas eficaces relativas a la integración de
nacionales de terceros países. En este texto se abordan el marco legislativo actual de
integración y los planteamientos establecidos a escala europea, así como las
orientaciones y prioridades estratégicas futuras.
El 8 de abril de 2003, tras su Comunicación de 14 de enero de 2003 sobre el futuro de la
EEE, la Comisión aprobó sus propuestas de directrices y recomendaciones sobre el
empleo, que incluyen recomendaciones acerca del trabajo de las personas procedentes
de terceros países.
Por otra parte, en estos momentos se está debatiendo la Propuesta de directiva del
Consejo relativa a las condiciones de entrada y residencia de nacionales de terceros
países por razones de trabajo por cuenta ajena y de actividades económicas por cuenta
propia que, una vez aprobada, será el primer instrumento específico de armonización
de las condiciones de acceso al empleo en los Estados de la UE.

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Ponencia II: Inmigración, trabajo y formación

5.1.2 España
Respecto a las normas acerca de inmigración en España, la norma fundamental que
regula la situación de la población extranjera en España es la Ley Orgánica 4/2000, de 11
de enero sobre derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social. Este
texto ha estado y aún está siendo sometido a muchos debates no exentos de polémica
desde su aprobación y ya ha sido objeto de tres modificaciones de mayor o menor
calado (mediante la L.O. 8/2000, la L.O. 11/2003 y la L.O. 14/2003).
A finales del pasado año, el nuevo ejecutivo aprobaba el REAL DECRETO 2393/2004, de
30 de diciembre, por el que se aprueba el Reglamento de la Ley Orgánica 4/2000, al amparo del
cual se ha llevado un importante proceso de regularización en el presente año.
El conjunto de normas de diferente rango vinculadas al fenómeno de la inmigración es
tan numeroso que instituciones como el C.E.S. ya empiezan a recomendar la existencia
de una normativa refundida y simplificada (así lo afirma en su Informe 2/2004:
“Inmigración y el mercado de trabajo en España”).
En Julio de este año entraba en vigor una media interesante que venía recogida en el
nuevo Reglamento de la Ley Orgánica 4/2000: el Catálogo de Ocupaciones de Difícil
Cobertura. Este catálogo, que se actualizará trimestralmente, permite que, si la
ocupación para la que precisa cubrir un puesto de trabajo aparece en el Catálogo, el
empresario puede solicitar autorización de residencia y trabajo para extranjeros no
comunitarios, sin necesidad de presentar una oferta de empleo ante los Servicios
Públicos.
Al mes siguiente, en el BOE del 22 de agosto se publicaba la ORDEN TAS/2717/2005, de
18 de agosto, por la que se establecen las bases reguladoras y se convoca para el año 2005, la
concesión de subvenciones para la ordenación de los flujos migratorios laborales de los
trabajadores migrantes y su inserción sociolaboral. Esta orden pretende dar un paso más
para facilitar la contratación en origen, ofreciendo a las empresas ayudas que faciliten
diversos aspectos de la migración, desde el alojamiento, los desplazamientos, la
canalización y organización de los trabajadores, hasta el asesoramiento y la
información sociolaboral o la realización de actividades formativas para trabajadores
extranjeros.
Hasta ahora, la gestión de los flujos de entrada en España se ha limitado básicamente al
establecimiento de contingentes anuales. De acuerdo con el Reglamento de ejecución
del la L.O. 4/2000, el Gobierno, teniendo en cuenta la situación nacional de empleo, las
propuestas que eleven las comunidades autónomas y previa audiencia del Consejo
Superior de Política de Inmigración y de las organizaciones sindicales y empresariales
más representativas, fijará el número y las características de las ofertas de empleo que
se ofrezcan a trabajadores extranjeros que no se hallen ni sean residentes en España,
con indicación de sectores y actividades profesionales.
El último contingente aprobado ha sido el de 2004, concretamente por la
RESOLUCIÓN de 29 de diciembre de 2003, de la Subsecretaría, por la que se dispone la
publicación del Acuerdo del Consejo de Ministros, de 19 de diciembre de 2003, por el que se
determina el contingente de trabajadores extranjeros de régimen no comunitario en España para
el año 2004 (BOE de 31 de diciembre).
El contingente de 2004 establecía unas cantidades de 10.908 trabajadores estables y
20.070 trabajadores de temporada, la inmensa mayoría de los puestos ofertados

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IV Congreso de Formación para el Trabajo, Zaragoza, 9-11 noviembre 2005

estaban, por tanto, el sector de la agricultura. Paradójicamente, la mayor parte de los


trabajadores extranjeros está en el sector servicios.
El 30 de diciembre de 2004, se prorrogó este contingente, pues aún no se habían
cubierto las plazas de puestos de trabajo de carácter estable y, además, se esperaba un
importante proceso de regularización, lo cual ha podido provocar que los empresarios
pudiesen encontrar a más trabajadores en condiciones de comenzar a trabajar sin
necesidad de acudir al complejo procedimiento del contingente.
Estas cifras se revelan como muy minoritarias teniendo en cuenta el incremento anual
del empleo extranjero en España. No es, por tanto, el mecanismo más utilizado para la
entrada de trabajadores.
Lo que no es regulado por el contingente se engloba en el llamado “régimen general”,
término utilizado en contraposición al régimen comunitario que es exclusivo para los
trabajadores de la UE. Según las disposiciones legales antes citadas, los extranjeros que
pretenden trabajar en España lo pueden hacer si poseen el permiso de residencia y una
autorización para trabajar que deberá tramitar el empleador antes de que comience la
relación laboral.
5.2 Los procesos de regularización.
A pesar de los mecanismos existentes para el acceso legal al mercado de trabajo
español, es una realidad innegable la existencia de un alto número de personas
inmigrantes en situación irregular en nuestro país. A pesar de la unanimidad en cuanto
al reconocimiento de la gravedad del problema, no existe consenso en cuanto a la
forma de abordarlo. Hasta ahora la solución ha venido siempre e la mano de respuesta
coyunturales mediante la convocatoria de sucesivos procesos de regularizaciones
extraordinarias.
Aquellos que se oponen a este tipo de soluciones lo hacen alegando, generalmente, que
estos procesos dan confianza entre los inmigrantes en situación irregular sobre la
posibilidad de que en el futuro exista un nuevo proceso de regularización generando el
denominado “efecto llamada”.
Por el contrario, quienes apoyan este tipo de procesos de regularización extraordinaria,
los defienden en base a que es la única forma de reconocer para inmigrantes y
empresarios una realidad que, lejos de diluirse con el tiempo, se hace más presente y
más pesada fragmentando la sociedad.

6 RETOS DE FUTURO Y ALGUNAS PROPUESTAS PARA SU


ABORDAJE.
6.1 Enfoque Integrado
Cualesquiera que sean las propuestas de intervención sobre el hecho migratorio, no
pueden abordarse exclusivamente desde cada una de las administraciones o
departamentos de las mismas. Por ello se hace necesario, como primera propuesta,
establecer un importante grado de cooperación institucional teniendo en cuenta que
una buena gestión de la inmigración no deriva sólo de las políticas de inmigración en
sentido estricto sino de una amplia gama de políticas.
El factor laboral es fundamental en el fenómeno de la inmigración, pero no es el único
que debe intervenir en una política integral en esta materia que debe ir más allá de

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Ponencia II: Inmigración, trabajo y formación

soluciones coyunturales. No existe una respuesta única para un fenómeno


multidimensional como el de la inmigración.
En este sentido hay que asumir que un alto porcentaje de los inmigrantes viene con la
intención de instalarse definitivamente en nuestro país. Sin embargo, en España se
sigue tratando la inmigración como si fuera un fenómeno transitorio. Esto hace que se
preste mucha más atención a los que llegan (políticas de acceso) que a los que
permanecen (políticas de inserción).
6.2 Mejorar los sistemas de acceso al mercado laboral.
Es evidente, analizados los datos relativos tanto al contingente como al régimen
general, que ambos instrumentos no han sido capaces de cubrir las necesidades de del
mercado laboral español. Como consecuencia de ello se han venido produciendo en los
últimos años diversos proceso de regularización extraordinarios. Sería por tanto
pertinente revisar tanto el régimen inicial de concesión de los permisos de trabajo como
el sistema de contingente y el de contratación de trabajadores temporales en origen,
que aunque son mecanismos válidos requieren mejoras. El CES en el informe “La
Inmigración y el Mercado de Trabajo en España” del año 2004 apunta que estas mejoras
deberían centrarse en:
• Mejorar la claridad y sencillez en el procedimiento, agilidad en la tramitación y
contacto más estrecho y permanente con los empleadores.
• Simplificación y unificación de la gestión, de manera que el sistema gane en
eficacia y credibilidad, garantizando el marco de derechos de los trabajadores y
la cobertura de las necesidades de mano de obra de los empresarios.
Además de mejorar los instrumentos existentes, conviene desarrollar algunos de los
mecanismos ya previstos. Entre ellos conviene citar los siguientes:
• El catálogo de ocupaciones de difícil cobertura, recién puesto en marcha, es un
tímido paso, de cuyos resultados convendrá estar pendiente.
• Está pendiente de desarrollo la figura del visado para la búsqueda de empleo,
introducida por la Ley Orgánica 14/2003, de 20 de noviembre. Si bien desde el 2002
se ha llevado a cabo una experiencia de un procedimiento similar en algunas
provincias en relación con el sector del servicio doméstico, habría que estudiar
su extrapolación a otros sectores.
• El CES considera deseable que en dicho desarrollo reglamentario se mantengan
al menos los requisitos para la obtención de un permiso de residencia temporal
por la vía de arraigo tras tres años de residencia efectiva en España, tal como
están regulados en el vigente artículo 41.2.d) del Reglamento, es decir, como
una posibilidad individual y excepcional de obtención del permiso de
residencia temporal cuando se acredite una situación de arraigo, considerando
como tal la incorporación real al mercado de trabajo y los vínculos familiares
con extranjeros residentes o con españoles, sin exigir la concurrencia simultánea
de ambos requisitos.
Por otro lado se deben analizar nuevas opciones que complementen y mejoren los
instrumentos actuales:
• Creación de una unidad o ventanilla única que concentre, coordine y
simplifique todos los trámites a realizar.

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IV Congreso de Formación para el Trabajo, Zaragoza, 9-11 noviembre 2005

• Reforzar los instrumentos de conexión entre la oferta de mano de obra


extranjera y las demandas del tejido productivo español, mejorando la
actuación de los Servicios Públicos de Empleo.
• Cambiar el enfoque intentando establecer un objetivo de inmigración anual
tomando en consideración las necesidades de recursos humanos en sentido
amplio considerando aspectos tales como el volumen más deseable de
población activa, las previsiones acerca del crecimiento económico, el
crecimiento de la población, las previsiones de desempleo o la capacidad de
facilitar los recursos necesarios para atender a la población inmigrada.
6.3 Intermediación Laboral en los Países de Origen
La legislación actual concibe la inmigración desde un planteamiento pasivo, restrictivo
y basado en la contingencia. En cambio, un planteamiento proactivo reconocería la
inmigración como una realidad y una necesidad. Un planteamiento de este tipo es
compatible con el establecimiento de un objetivo anual de inmigración que guíe la
selección y contratación en origen.
Para ello es preciso dotar de medios al Sistema Nacional de Empleo, promoviendo su
presencia en los países de origen con mayor número de candidatos para trabajar en
España. Sólo de esta forma se podrían crear los necesarios cauces de colaboración
bilaterales para lograr una efectiva selección, basada en la competencia y adecuada a
las necesidades del mercado laboral español.
Hoy por hoy, las políticas de inmigración, al menos en su vertiente de admisión, tratan
ésta más como un asunto privado que público. Actualmente, sólo se brindan
oportunidades de inmigración regular mediante contratos de trabajo previamente
concertados.
6.4 Combatir la Inmigración Ilegal
Una de las más obvias y principales prioridades de la política de inmigración debe ser
reducir el voluminoso y creciente contingente de inmigrantes irregulares. Las altas
tasas de irregularidad dependen en medida considerable de la existencia de una
importante demanda de mano de obra inmigrante en situación irregular y,
previamente, de la extensión de la economía sumergida.
En este sentido la expulsión es el peor de los remedios para luchar contra los residentes
irregulares y el control de fronteras, aunque importante, se muestra ineficaz. Por ello
conviene estudiar otras alternativas, entre las que destacamos dos recogidas en el
informe Weil:
• Una, más clásica, consiste en reforzar y hacer funcionar mejor los dispositivos
de lucha contra el trabajo irregular, mejorando la dotación de la Inspección de
Trabajo.
• La otra, más original, consiste en favorecer la desecación de segmentos del
mercado de trabajo que atraen a esta mano de obra irregular (hostelería-
construcción, agricultura), gracias a una organización y reglamentaciones de
trabajo menos duras para los empresarios y asalariados.
6.5 Promover la Integración Laboral
Hasta ahora hemos centrados nuestras propuestas en acciones relativas a facilitar el
acceso de las inmigrantes a nuestro mercado laboral. Diríamos que son propuestas

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Ponencia II: Inmigración, trabajo y formación

dirigidas a las “personas que están por venir”. Es imprescindible, no obstante,


considerar políticas dirigidas a las personas inmigrantes que ya se encuentran en
nuestro país. En este sentido conviene a todos: inmigrantes y sociedad de acogida,
promover la integración laboral y social efectiva.
En esta línea se apuntan algunas propuestas:
• El primer nivel de integración debe consistir en aplicar a las personas
inmigrantes las políticas activas de empleo generales. Los procesos de
integración de inmigrantes no deberían fragmentarse de los generales.
• No obstante, existen dificultades específicas entre la población inmigrante como
son:
o Desconocimiento del idioma para los provenientes de África y Asia
fundamentalmente. Este desconocimiento supone un grave
obstáculo para acceder a puestos de trabajo del sector servicios o que
requieran cierto nivel de cualificación. Para paliar esta dificultad
debería promoverse la formación lingüística desarrollada tanto de
manera específica como integrada en la Formación Profesional.
o Dificultad para clasificar su perfil ocupacional adecuadamente
debido a la carencia de acuerdos de homologación de las titulaciones
expedidas en sus países de origen. Arreglar este problema implica
adoptar desde los Servicios Públicos de Empleo un modelo de
clasificación profesional basado en el reconocimiento y acreditación
de competencias.
• Diferente tratamiento en el caso de las restricciones a la movilidad. Los
permisos de trabajo son excesivamente restrictivos en cuando a la movilidad
ocupacional y geográfica.
Por consiguiente, para incrementar la integración de los inmigrantes en el mercado de
trabajo, hay que avanzar en tres áreas principales:
• Facilitar el acceso a un puesto de trabajo a través de las políticas activas de
empleo de carácter general.
• Eliminar la discriminación mediante la implementación de apoyos específicos
que permitan a las personas inmigrantes remover los obstáculos asociados a su
condición de extranjeros.

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