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COLEGIO PUBLICO DE ABOGADOS DE LA CAPITAL FEDERAL c/ C. A.

Y OTRO s/ MEDIDA CAUTELAR

Buenos Aires, 30 de agosto de 2000 CONSIDERANDO:

I. La decisión apelada, luego de recordar, los antecedentes fácticos y jurídicos de la cuestión


planteada, y genéricamente insistir, sobre los extremos de admisibilidad que deben reunir las
medidas cautelares contenidos en el art. 230 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación
así como también señalar la finalidad primordial de este tipo de proceso, rechazó la medida
cautelarpeticionada por el Colegio Público de Abogados de la Capital Federal. Para tomar tal
decisión la señora Juez argumentó que dentro de los órganos del Colegio Público de Abogados de
la Capital Federal, funciona el Tribunal de Disciplina, con facultades para sustanciar los sumarios
por violación de las normas de ética y aplicar las sanciones correspondientes (v. incisos a) y b) del
art. 39, 12, ley23.187). En consecuencia, aparece, en principio, ser dicho Tribunal el encargado de
llevar a cabo los trámites necesarios para corregir o decidir la supuesta infracción, sin que se
advierta razón alguna por la cual dicho Tribunal no pueda actuar con la premura que la cuestión
puede suscitar, resultando innecesario acceder a la tutela requerida.

II. Cabe resaltar que el Colegio Público de Abogados de la Capital Federal atribuyéndose
legitimación para ejercer "la acción pública" invocando para tal finalidad el inc. j) del art. 21 de la ley
23.187 inició el presente proceso cautelar autónomo para obtener una orden judicial a los efectos
de que los abogados A. y D', ambos matriculados de esa institución colegiada, y como titulares del
estudio jurídico "A.-D'." se abstengan de ofertar y publicitar servicios de asesoramiento jurídico por
medio de la página www.divorcio-online.com u otra que la reemplace en el futuro, habida cuenta
que tal servicio vulnera en forma grave y manifiesta el régimen de la ley 23.187 y el Código de Ética
Profesional del ejercicio de la abogacía hasta tanto se inicie la correspondiente acción de fondo o el
Tribunal de Disciplina del Colegio Público de Abogados decida sobre la sanción a aplicar.

III. Preliminarmente se impone aclarar que la iniciación de este proceso medida cautelar
autónoma- no concuerda técnica ni jurídicamente con lo resuelto por unanimidad por el Consejo
Directivo del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal, según constancias de la causa,
con fecha 30 de marzo de 2000. En efecto lo que se decidió por unanimidad fue, en primer lugar,
la remisión del caso al Tribunal de disciplina con copia del Acta señalada y la iniciación de una
acción de amparo para que se impida este tipo de servicio jurídico vía Internet. Siendo ello así, y
dentro del estrecho marco cognoscitivo del proceso cautelar iniciado no parece irrazonable el
argumento primordial contenido en la decisión apelada y que ha sido trascripto en el Considerando
I de la presente máxime el apelante no ha arrimado ninguna constancia sobre la iniciación de algún
trámite sumarial que permita inferir el ejercicio de las facultades otorgadas por parte del Tribunal de
Disciplina, órgano indiscutible para examinar primariamente –previo cumplimiento del debido
proceso adjetivo- la conducta desplegada por los profesionales cuestionados y, en su caso,
disponer y/o solicitar las sanciones disciplinarias pertinentes como así también solicitar, en su
caso, de ser necesario, las medidas judiciales si persisten en las conductas que ocasionan,
eventualmente, perjuicio al ejercicio profesional y a la ética de los abogados.
Por lo demás, el requisito del peligro en la demora que requiere el inc. 2) del art. 230 no se
encuentra acreditado puesto que desde el 30 de marzo de 2000 hasta el presente no se ha
arrimado ningún elemento que permita inferir –ni siquiera mínimamente- un perjuicio irreparable,
concreto y actual.
En las condiciones enunciadas, SE RESUELVE: confirmar la resolución apelada.

PABLO GALLEGOS FEDRIANI - LUIS CESAR OTERO - CARLOS MANUEL GRECO

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