La reforma militante

En el año 1847, los ánimos del país no podían estar más bajos, se acababa de
sufrir la intervención estadounidense, tras el tratado de rendición de Guadalupe
Hidalgo, México tuvo que ceder gran parte de su territorio a los Estados Unidos, el
descontento ocasionó guerra y levantamientos.

Ante tales conflictos y problemas que atravesaba el país en ese entonces, el

gobierno acudía a Santa Ana, ¿por qué? Tal vez porque tenía experiencia como
presidente, así fuera la causa de múltiples problemas.

Santa Ana aceptó volver, pero no tardó nada en convertirse en un completo

dictador, disolvió el congreso y comenzó a poner impuestos ridículos
prácticamente por cualquier cosa.

Al mandato de Santa Ana, se le sumó el interés de los estadounidenses, que a

pesar de la invasión, aún deseaban más de tierras mexicanas (la Mesilla). El
territorio en sí no era lo más importante, pero el simple hecho de que el mismo
hombre que había perdido gran cantidad de tierras fuera el mismo que vendió el
territorio, hizo enojar a muchos, sin contar que el dinero no sirvió para nada.

Para detener a Santa Ana, un grupo de revolucionarios liderados por Juan Álvarez
e Ignacio Comonfort proclamaron el plan de Ayutla1 y se lanzaron por el dictador.

En 1855, los revolucionarios alcanzaron la capital, forzando así a Santa Ana a salir
del país.

Después de la fuga de Santa Ana, Juan Álvarez fue nombrado presidente interino
y luego fue sucedido por Comonfort.

Comonfort encabezó un gobierno de intenciones liberales, y uno de sus planes fue

reunir a mentes brillantes para realizar una constitución que guiara al país; Lerdo
de Tejada, Guillermo Prieto, Melchor Ocampo, y por supuesto, Benito Juárez.

El resultado fue la Constitución de 1857, un documento liberal que establecía

serias reformas al estado mexicano, entre ellas las publicadas por Juárez y Lerdo
que atentaban contra los privilegios de la iglesia.

Fue ahí donde Juárez comenzó a ganar renombre como fiel defensor de las ideas
liberales.

Las revueltas conservadoras tenían muy preocupado a Comonfort, especialmente

cuando salió el plan de Tacubaya2 del general Félix Zuloaga, que pedía la caída
del gobierno en turno y desconocía la constitución, queriendo derrocar a
Comonfort.
Durante todo ese tiempo, Comonfort tenía encarcelado a Juárez para que no
interviniera, cosa que no intimidó a este último. Según la ley del 57, si el ejecutivo
no podía ejercer, el presidente de la suprema corte se volvía presidente interino,
dejando así a dos presidentes en el poder, dando inicio a la guerra de Reforma.

Dos presidentes peleando por el poder, un título que sólo podía ganarse de dos
formas: Matando al otro o ganando la aprobación de otras naciones. Por el lado
liberal, Juárez estableció su gobierno en Guanajuato y después en Veracruz, por
el lado conservador, Miguel Miramón dirigía sus tropas desde la capital. Los
liberales luchaban por la aprobación de Estados Unidos y los conservadores por la
de las potencias europeas.

Esta pelea no era sólo por la aprobación a apoyo de otras naciones, en ese tiempo
México necesitaba también apoyo económico (préstamos), pues era muy pobre en
ese entonces.

1. Plan de Ayutla.
http://www.historiademexicobreve.com/2014/10/revolucion-de-ayutla-plan-
de-ayutla.html
2. Plan de Tacubaya.
http://www.historiademexicobreve.com/2017/03/el-plan-de-tacubaya.html
Plan de Ayutla

El 1 de marzo de 1854, en el actual estado de Guerrero, es proclamado el llamado plan

de Ayutla, plan que tomaría el nombre de la población desde la cual es lanzada esta
proclama política.

El plan respaldado por Florencio Villareal, Juan Álvarez e Ignacio Comonfort tenía como
objetivo quitar de la presidencia de la república a Antonio López de Santa Anna,
desconociéndole del cargo mediante el primer artículo del plan de Ayutla.

Una vez depuesto Santa Anna del manejo de la nación, en el plan se asentaba también,
en su segundo artículo, nombrar interinamente a un presidente que cobijado por el
artículo tercero de la proclama, gobernara respetando las garantías individuales, aunque
con amplias facultades para gestionar asuntos de administración pública.

También en el plan de Ayutla se convocaba a instaurar un congreso que creara una

nueva constitución. Si bien el plan de Ayutla fue lanzado el primero de marzo de 1854, el
mismo fue reformado a petición de Ignacio Comonfort en el puerto de Acapulco el 11 de
marzo de 1854.

Revolución de Ayutla (respaldo armado de la proclama)

En el actual estado de Guerrero se vivieron los primeros focos de insurrección que

respaldaban el plan de Ayutla. Es en Acapulco donde Juan Alvares, con 500 hombres
bien armados y organizados por Comonfort, soportaron desde el fuerte de San Diego el
ataque del ejército de cerca de 6 mil hombres comandado por Santa Anna, ejército fiel al
dictador derrotado por las enfermedades y por las bajas sufridas durante el asedio al
fuerte.

Antonio López de Santa Anna hizo un último intento de sofocar la rebelión llamando a un
plebiscito, para según él, escuchar la opinión del pueblo sobre si debía o no continuar en
el poder. La destrucción de pueblos, los fusilamientos y destierros a quien osara apoyar la
revolución dieron la espalda a lo que Santa Anna pretendía.

Alarmado por el triunfo del plan de Ayutla marcha hacia la Habana, Cuba, el 9 de agosto
de 1855. Al triunfo de la rebelión, se acabó con la dictadura y se pretendía borrar también
la anarquía que reinaba en el país.

Liberales y conservadores comenzarían roces por discrepancias en cuanto a gobierno y

reformas sobre el clero y el ejército. Ignacio Comonfort unifica las opiniones de unos y
otros y se nombra a Juan Álvarez como presidente interino. Este asume el cargo desde el
4 de octubre de 1855 hasta el 11 de diciembre de 1855.

El plan y revolución de Ayutla sería el principio de un cambio mucho más radical en la

vida política y social del país, que desembocaría en la guerra de reforma.
Plan de Tacubaya

El Plan de Tacubaya es una declaración promulgada por un grupo conservador mexicano

el 17 de diciembre de 1857, con el fin de derogar la Constitución de febrero de ese mismo
año, mediante el procedimiento de otorgar facultades extraordinarias al presidente Ignacio
Comonfort. Tuvo lugar dicha declaración en el Palacio Arzobispal de la antigua Villa de
Tacubaya, hoy día absorbida por la Ciudad de México.

El 17 de diciembre de 1857, los redactores del Plan, entre ellos el general Zuloaga, se
reúnen en el Palacio Arzobispal de Tacubaya para darlo a conocer. Manifestando que “la
mayoría del pueblo no quedó satisfecho con la Constitución”, por lo que declaran que la
misma había dejado de regir. Deciden que Ignacio Comonfort continúe en la presidencia,
pero gozando de facultades extraordinarias.

El Presidente no se había manifestado en relación a este asunto, pero pocos días

después decide adherirse al Plan, lo mismo que la Iglesia, que propone formalmente
excomunión para quienes siguieran fieles al texto constitucional, y perdón para quienes se
arrepintieran. Varios gobiernos estatales se suman a este Plan. El Ministro de la
Gobernación, Benito Juárez, no se pronunció a favor del plan; el mes anterior, noviembre
de 1857, había expresado que una situación así no habría de ocurrir, por lo que fue
apresado.

En enero de 1858, Zuloaga decide excluir a Comonfort del Plan, con el argumento de que
el Presidente mantenía una actitud ambigua en relación con el mismo. Comonfort decide
entonces solicitar la ayuda de Juárez, para lo cual gestiona su liberación. El Plan de
Tacubaya se reveló entonces como un golpe de Estado para derogar la Constitución de
1857.

Zuloaga estableció un gobierno conservador, en tanto que Juárez, que se había dirigido a
Guanajuato, estableció un gobierno paralelo con la ayuda del general Manuel Doblado, a
la sazón gobernador del estado.

Esta situación daría inicio a la Guerra de los Tres Años, durante la cual Juárez mantuvo
una presidencia errante, que incluyó un breve exilio, dada la persecución de Zuloaga. Sin
embargo, su causa fue ganando numerosos apoyos, que posteriormente servirían para
que los liberales retomaran el poder. Juárez terminó siendo Presidente tras la guerra,
promulgando las Leyes de Reforma que había redactado durante la persecución.