Semana 2. Día 12.

La Decisión de Perdonar

Aprender a manejar las ofensas.

“El hermano ofendido es más tenaz que una ciudad fuerte, y las contiendas
de los hermanos como cerrojo de alcázar”. Proverbios 18:19

¿Acostumbras a crear “muros de protección” cuando eres ofendido o lastimado?.

La ofensa está asociada a una acción real o percibida que otra(s) persona(s) ha(n)
realizado en perjuicio nuestro. Estas acciones pueden ser catalogadas como
agravios, daños, lesión de nuestra integridad física, emocional o moral; o perjuicio de
nuestros derechos e intereses, las cuales producen heridas, traumas, estrés y
desilusiones, que afectan nuestra vida emocional, y generando dolor, enojo, miedo,
vergüenza, culpa, odio, venganza, amargura, entre otras expresiones emocionales
tóxicas.

¿Cómo respondemos a las ofensas?

La forma como respondemos a las ofensas afecta nuestro desempeño, la relación con
los demás y el clima emocional con que vivimos. Algunos las esconden por falta de
recursos para afrontarlas o por orgullo. En muchos casos, constituyen muros para
evitar ser nuevamente lastimados, los cuales se edifican de resentimiento, odio y
amargura, lo que produce personas crónicamente resentidas, que les deja con una
baja disposición para perdonar.

Los muros son reforzados con una estructura mental rígida

Las personas cuando son ofendidas y heridas tienden a construir muros de
protección a su alrededor para “protegerse”, y “evitar ser heridos” nuevamente. El
problema es que esos “muros de protección” se convierten en fortalezas en nuestra
mente que impiden procesar la ofensa, y obstaculizan el soltar el enojo y el dolor, a fin
de perdonar y dejar atrás la situación.

Para reflexionar:
¿Cómo manejas las ofensas? ¿Tienes el hábito de construir “muros de protección”
alrededor de ti? ¿Te sientes constantemente desairado, incomprendido,
menospreciado, agraviado u ofendido por la vida o las personas que te rodean?

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