Está en la página 1de 3

Diagnóstico de agua, saneamiento e higiene y su relación con la pobreza y nutrición en

Guatemala

El acceso a agua potable y saneamiento mejorado reduce la desnutrición y la prevalencia de


las enfermedades diarreicas. Este acceso afecta directamente los índices de morbilidad y
mortalidad asociados a la mala calidad de servicios de agua potable y saneamiento.
Adicionalmente, se pueden lograr beneficios de ahorro de tiempo mediante la reducción de la
cantidad de tiempo invertido en el acarreo del agua. Este acceso puede también resultar en
una disminución de la dependencia de los servicios de atención de la salud y los aumentos en
el mejoramiento de los mismos, que a su vez puede resultar en un aumento en la productividad
y en los beneficios económicos. Globalmente, las poblaciones rurales son
desproporcionadamente afectadas, siendo el caso que más de la mitad de la población rural
carece de acceso a saneamiento mejorado y una quinta parte de la población carece de acceso
a un abastecimiento mejorado del agua. Estas tendencias se reflejan notablemente en
Guatemala. Aumentar la cobertura del saneamiento rural es uno de los desafíos clave que
enfrenta actualmente el país dada su importancia para la salud del individuo y de la comunidad.

A nivel nacional, el 91 por ciento de la población tiene acceso a fuentes mejoradas de agua
potable, lo que representa un aumento de 14 puntos porcentuales desde el establecimiento de
los objetivos de desarrollo del Milenio (ODM), de los cuales 10 puntos porcentuales ocurrieron
durante los primeros diez años de implementación. Desde entonces, la composición general del
acceso al agua y a la prestación de servicios se ha mantenido bastante constante a lo largo del
tiempo. A pesar de la mejora de la cobertura en términos relativos, en términos absolutos, aún
hay un número importante de hogares guatemaltecos utilizando agua de fuentes precarias o
desmejoradas tales como pozos sin protección, ríos o lagos. El acceso a fuentes mejoradas de
agua potable se concentra en la cuenca del Océano Pacífico, un área que enfrenta un riesgo
potencial para el agua en el futuro, mientras que los más desfavorecidos se concentran en las
zonas central y norte del país, donde de forma contra intuitiva, existe una abundancia de
recursos de agua dulce. Esto indica que la escasez de agua en Guatemala es
predominantemente un problema económico. Los niveles de Diagnóstico de Agua,
Saneamiento e Higiene y su relación con la Pobreza y Nutrición en Guatemala 3 servicio se
han mantenido relativamente estables a lo largo del tiempo, pero el costo promedio mensual
del agua casi se duplicó de 2006 a 2014, además de perjudicar a los grupos que ya estaban
empobrecidos. Estos hallazgos son especialmente relevantes dado el énfasis de la Meta 6.1 de
los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para lograr el acceso universal y equitativo al
agua potable manejada de forma segura para todos, que considera que la accesibilidad,
disponibilidad y la calidad del agua potable dentro y fuera de casa incluye, por ejemplo,
escuelas y centros de salud.

El saneamiento mejorado es un catalizador para mejorar los resultados de salud, y sin


embargo, casi la mitad de los guatemaltecos carecen de acceso a un saneamiento mejorado.
Cerrar las brechas para alcanzar la meta nacional de los ODM para el acceso al saneamiento
mejorado sigue siendo crítico, particularmente dada la definición más amplia de la Meta 6.2 de
los ODS que busca lograr el acceso a servicios de saneamiento e higiene adecuados y
equitativos para todos y poner fin a la defecación al aire libre, prestando especial atención a las
necesidades de las mujeres y las niñas y las personas en situaciones de vulnerabilidad. Si bien
se han logrado importantes avances en la ampliación de la cobertura de alcantarillado, y la
defecación al aire libre se está disminuyendo, solo tres departamentos alcanzaron el ODM para
el saneamiento. Como las inversiones públicas en el sector WASH han favorecido el agua
potable, la cobertura de saneamiento se ha quedado muy por detrás, especialmente en las
áreas rurales, donde los índices de cobertura son todavía demasiado bajos para garantizar una
adecuada calidad de vida.

Vivir en el área rural es un obstáculo clave para acceder a mejores fuentes de agua potable y
saneamiento. La disparidad en el acceso a fuentes mejoradas de agua potable y saneamiento
entre áreas geográficas es evidente, y la población rural sigue estando desproporcionadamente
desfavorecida. La población que vive en extrema pobreza pertenece al grupo sistemática y
persistentemente más excluido, a pesar de lograr algunas de las mayores mejoras con relación
a otros grupos. Por su parte, la proporción de la población de los grupos indígenas que tiene
acceso a fuentes mejoradas de agua y saneamiento es similar a la de los grupos pobres.
Finalmente, vivir en un área rural es el factor clave que influye en el acceso a fuentes
mejoradas de agua potable y saneamiento, mientras que vivir en pobreza y ser indígena
disminuye todavía más la posibilidad de tener acceso a un saneamiento mejorado. En general,
a pesar del éxito moderado de Guatemala en la consecución de los ODM a nivel nacional, es
crucial hacer notar que al aplicar los indicadores actuales de los ODS para el agua y el
saneamiento1, casi con seguridad resultaría en índices significativamente más bajos de acceso
a los que se indicaron en la presente evaluación
Las estimaciones actuales indican que sólo el 15 por ciento de las fuentes de agua se
encuentran desinfectadas y que menos del 5 por ciento de las aguas residuales se trata antes
de su descarga. Una quinta parte de todas las personas no tratan el agua potable en su casa,
aunque debido a la falta de datos consistentes a nivel nacional, es difícil contrastar esta cifra
contra los sistemas donde el agua es tratada en la fuente. De cualquier manera, es muy
evidente que los índices de desinfección son excepcionalmente bajos, apuntando a la
necesidad de hacer un mayor esfuerzo a nivel municipal. Con este fin, se han hecho esfuerzos
en los sectores WASH para desarrollar un registro nacional del sistema de agua y un programa
de monitoreo de la calidad del agua (SIVIAGUA). Los sistemas rurales de agua se monitorean
con mayor frecuencia que los sistemas urbanos. Sin embargo, el Ministerio de Salud,
encargado de la responsabilidad de monitorear la calidad del agua potable y las descargas de
las aguas residuales, no tiene la capacidad técnica ni financiera para garantizar de manera
oportuna una recolección, transmisión, evaluación y divulgación de la información.

Abordar las necesidades de las poblaciones más vulnerables y lograr los ODS requerirá de
reformas institucionales importantes a nivel nacional y subnacional. Los desafíos que enfrenta
el sector de Agua Potable y Saneamiento en Guatemala son significativos, sobre todo dado los
altos índices de desnutrición crónica y las brechas significativas en cuanto a cobertura de agua
potable y saneamiento en las áreas rurales. Guatemala se beneficiaría, específicamente de la
consolidación de una autoridad nacional del agua para garantizar la adecuada ejecución y
supervisión de las políticas públicas, reglamentos y lineamientos, acompañados por un
programa de fortalecimiento de las instituciones nacionales con el fin de aumentar la capacidad
en el sector WASH, en todos los niveles de gobierno, con un enfoque específico en los
proveedores de servicios del área rural.

También podría gustarte