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Luis Guillermo Lumbreras - Chavín, Excavaciones Arqueológicas
Luis Guillermo Lumbreras - Chavín, Excavaciones Arqueológicas
CHAVÍN
EXCAVACIONES ARQUEOLÓGICAS
~UAP
UNIVERSIDAD ALAS PERUANAS
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LA PLAZACIRCUtÁiR ....
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DESCUBRIMIENTO DE LA PLAZA CIRCULAR
1 Que John Rick y su equipo de la Universidad de Stanford terminaron de excavar. Rick, 2005.
· .
precision, en el siglo IX, cuando se debió sellar la galería. En las mismas excavaciones
ha sido p~sible de~cubrir varios ductos o cai;ales subterráneos que circulaban por el
edificio, incluyendo uno que bautizamos como "Canal de los Muertos" por haber sido
descubierto e12 de noviembre de 1970, que conduce a una estructura tipo galería, Ql!,e
debe estar debajo de la Galería del Lanzón y casi en la misma. ~bicación.
Antes de llegar a la capa H, que cubre el piso de la plaza, fue necesario excavar una
serie de recintos que quedaban dentro de las diversas capas de relleno y desechos que
formaban los estratos D, E, F Y G•. Para el efecto se hizo un trazo de unidades de
excavación de 3 x 3 m, tanto en la Trinchera RA, como en R2C, R3B y R3D, que se
abrieron para ampliar la exposición hacia el oriente. En realidad, hubo pocas infbrma-
cióJ'diferentes a las que fueron rescatadas en los otros sectores excavados, salvo el hecho
de que algunas de las casas enterradas mantenían un estado de conservación mayor que
el de los lugares con pendiente que estaban cerca de los muros del templo.
Fig.115. Excavación en Trinchera RA, 7ost. 72. Fíg. 116. Casa 13, capa G.
Fig. 117. Antes del inicio de excavaciones. Seto 72. Fig. 118. Muro sobre escalón 3, que cubre la sección 51
Fíg.123. 5° escalón y muro Casa 14, capa G . Fíg. 124,}nterior del canal acústico, bajo escalinata.
Fig. 125. Muro que cubre en Sl-5 el frontis de edificio B. Fig. 126. Casa 13, S4W3, capa 5D, fase Callejón.
LUIS GUILLERMO LUMBRERAS
Inicialmente, eensamos que la plaza tendría cuatro escaleras -una en cada punto
cardinal- tanto por analogía con lo que ocurría en la Plaza Mayor del templo, que era
cuadrada, como porque en la "crisma" del Ídolo "Lanzón '~había un diseño de unos
cjIculos concéntricos con cuatro escalas~que pensamos podía representar un modelo.
Al explorar los lados Sur y Norte descubrimos que el planteamiento de esta nueva
plaza no tenía nada que ver con la plaza cuadrangular del Templo Mayor y era, en cam-
bio, un E.,atrónconstructivo común con otros templos "hundidos" de la costa, con-
temporáneos o aun anteriores, con sólo dos escaleras.
;,
La plaza t~m.etros_de--diámetro y t1n~_?1qtra-o más bien pr~ndidad- de 2,9 1
~?-~~-f~~~-~~~:r~:~:
-Oeste y a~. ~~:d:;;7:~~ñ~d~~~idJ;!e;~1~iiT~Jude:~r~~
DeeíJas;"ia del Occidente está bastante bien conservada, con cinco del:
sus siete escalones completos y restos de los otros dos. Lélescalinata ori~l, en cam-
I
bio, está casi destruida, aunque quedan las huellas claras de que también tuvo si~ :l
~Jca~ '. - ~
Fig. 127. Vista de la plaza circular
en el centro del Atrio del Lanzón. Cada uno de los escalon~ está f<;>rmadopor losas de piedra caliza, blanquecina y
Foto 1976. de forma trapezoidi'L con el lado frontal recto y de esquinas angulares y el lado pos-
terior subangular, con las esquinas curvadas. Esa forma hace posible una secuencia en
DESCUBRIMIENTO DE LA PLAZA CIRCULAR
hemiciclo, siguiendo regularmente la curva de la plaza. Vista desde la parte alta, seme-
ja una dentadura que muestra los incisivos. .-
Las escaleras están e]Jlj2.otradas, de modo que penetran por más de 3 m hac~
tETaza ~l A1ri~ sin alterar en nada la perfecta p1mta circu1u del patio. Este está
rodeado por un muro, o más bien por un paramento enchapado, de 2,5 m de alto,
formado por 9 hiladas de piedras labradas y pulidas, dispuestas de· la manera
siguiente: en la parte superior hay 2 hiladas de piedras delgadas y una hilada, ahora
casi inexistente, de piedras rectangulares, dispuestas "en soga", de 36 cm de alto y 69
cm de largo, que están sostenidas por dos nuevas hiladas delgadas, de unos 15 cm de·
alto, que cumplen la norma arquitectónica de la alternancia de una hilada ancha por
) dos delgadas_ Todas estas cinco primeras hiladas son de piedras lisas, pulidas, pero
están encima de una VI. fila de losas cuadrangulares, de 70 x 80 cm, colocadas
verticalmente y con fi~ras en lano~relieve labradas en la cara paramental. Están
sostenidas nuevamente por dos filas delgadas de piedras, que las separan de una lX
hilada, formada or ado uines de 36 cm de alto un romedio de 69 cm de lar o, cuya I
característica más importante es que tienen el lado visible tallado con la imagen en ,..,
planQ-relieve de unos felino~ de neto estilo Chavín. En la base, sobre el piso de la plaza ~ l
hundida, hay un pequeño zócalo, de unos 10 cm de grosor, que sobresale del muro ~
perimetral, como una vereda de unos 15 cm de ancho. .
l}a plaza circuli;Jstá dividida en gas hemiciclos; el occident~ tuvo, al parecer, todas
sus lápidas de la hilada VI con figuras antropomorfas grabadas y todas las de la fila IX
con jaguares, aunque no se han encontrado todas las piezas. Parece que había 14
jaguares en el cuadrante noroeste de la plaza, al Norte de la escalinata occid~~ta'-fqu-e-
alVide--eñ--aos-erhemtEic16:-Xp-éirentemei1tedebía 'habe-r-otros' 14 jagu;~s-én el
c1:i-adrartte-silroesfe:Poié6ttespondencia, s.i.!JieIl)as pruebas son menos directas,
~s~I11irñ'?s:~~e elll.a.,fila'ilhabía igual número qep~sonajes. _antwR9moríose~~~~~á_
. lado del heIDiciclQ,.~", ..
."___ -2-- - .
~.C/'u
Fig, 128, La escalinata occi-
dental de la plaza circular
hundida, el zócalo y secuen-
cia de losas grabadas, Al
fondo está la escalinata cen-
tral, En el lado derecho se ve
pmie de lo que fue el frontis
del edificio B,
En cuanto al1}emiciclo oriental, la evidencia es que las piedras de la fila IX no tenían
los grabados q~~ aparecen al ¿ccidente y eran; más bien, lisas, con excepción cde las
.•. piedras que enmarcaban la escalinata correspondiente. Sólo el p~er sillar de la hilada
iX, al Sur y al Norte de la escalinata oriental, tiene la imagen graoada del fetino. No esta-
, mos en condiciones de comentar mucho sobre la ocurrencia en la filaVI de este hemici~ .
clo, pues conocemos hasta ahora una sola piedra y que no estaba in situ ", aupque muy
11
~II.!p.Qtl.ªnt~__
~er presente que todos los ersona'es, felínicos o antropomorfos,
ti~nenla mira..dªJg~1Jn_pUJltºcenrra1;l:¡m~--el1e1cáSoaerNorte es hacia e ur y
viceversa. Can excepción, claro, de u~o 'de los antro omorfos del cuadrante NW, ue
~nira de frente, es decir, al centro de a plaza circular.
Lamentablemente, la plaza está incompleta, pues la mayor parte de las piedras del
paramento enchapado se han perdido. Del hemiciclo occidental solo se han recgpera-
do 5 lápidas con grabados en la fila VI del lado Norte. nin na en el Sur. Las ·filas I-
.--.
V han sido testimoniadas por las piedras existeiltes en el borde superior de la escali-
nata occidental, pues en la plaza se han perdido totalmente. Las filas VII-IX, así como
las piedras del angosto zócalo inferior están casi completas ei1este hemiciclo, aunque
falta la piedra 1de la fila IX (con los felinos en relieve), pero se ha encontrado las pie-
dras 2- 14. Ellado Sur del hemiciclo no fue excavado totalmente, pero se ha descu- .
bierto ya laPiedra 3 de la fila IX, con éfíelino grabado y fuertemente deteriorado, y se
ha dejado cubiertos los demás adoquines, donde constatamos los grabados,con feli-
nos, para una próxima intervención2• Se tiene certeza que las piedras de las filas I-VI
:10 están ya en su sitio.
_:~-~:~_~I;f~~::=-~~=---
p=:::.'::---: :--"=-. -
Fig.129.
Reconstruc .,
CIOn
aproximada del
segmento NW
la Plaza Circula~e
tal, tiene 16
\n sito" unpiedras
felino grabado, el que,lasdesde
de la fila IX,de luego,
que sólo mira hacia
la prim~ra, el norte.
al filo En el cuadrante
de la escalinata orien- ~!.,
noreste, el muro fue completamente desmontado en tiempos post-ChaVÍn, y el muro
perimetral fue reemplazado por un muro también circular, que delimitaba en parte la
"placita" tardía de la que ya nos hemos ocupado. Sobre el piso de la plaza, al parecer
caída de este 111urO tardío, había un sillar procedente, casi con seguridad del zócalo de
felinos de la hilada IX del cuadrante NE. El animal mira al sur, por lo tanto debió estar
.!l1 norte y, si seguimos eLorden establecido en el hemiciclo sur, bien pudo ser la única
Fig.130. Vista de las condiciones del hallazgo de las lápidas del segmento noroeste.
Nosotros pudimos excavar una fracción de esta vereda, al pie de la escalinata occiden-
10 tal y hacia el lado Sur, donde registramos un ancho de 1,5 m. Por debajo de ella, en la
() sección occidental, desagua el canal acústic03 •. .
'J. Rick también ha concluido con esta parte de la investigación, confirmando todas las obselVaciones que pudi-
mos avanzar en aquel tiempo. .
terráneas, de las cuales ya se conocen 3, las tres descubiertas por Marino González
antes de 1965, a las que hemos bautIzado como "G ena e ampamento", al NE,
"Galería
""__ de las Ofrendas"i _alNWyla "Galería
.. de las Carac~s" al.. SE. Esta última fue el
La\Galería del campamentolno ha sido aún excavada, hasta donde tenemos noti,..
cias, sino apenas explorada superficialmente, aun cuando MGM nos informó que allí
"no había nada". Él la usaba como almacén. En cambio sí excavamos la Galería de las
.~aracolas,l en la perspectiva de hallar algo similar a la Galería de las Ofrendas En la
Galería de las Caracolas no encontramos ningún indicio e uesos h~manos, aunque
ebemos señalar que nosotros recién habíamos iniciado las excavaciones a fines de
1972, cuando tuvimos que suspender nuestro trabajo por falta de financiamiento para
continuar, de modo ue la cubrimos lue o de constatar que las ofrendas más signifi-
cativas allí eran unasfaracolas "pututus (Strombus galeatus), razón or la cual la bau-
tizamos con ese nombre. En efecto, en las recientes excavaciones d . Rick sus aso-
ciados, se ha confin11adola existencia de un número de O ó 21 caracolas on diseños
grabados, depositadas en la galería, en calidad de ofrendas.
2. LA PROCESIÓN DE LA CORTE Y SUS FELINOS GUARDIANES
Se trata de losas y sillares que sirven de paramento a los muro~ que rodeéj.n la
plaza circular hundida. Las primeras, en forma de lápidas cuadrangulares, estaban
has lápidas encontradas en su posición original son cinco, y una sexta ubicada fuera
de su sitio ori _·nal. De acuerdo con su ubicación y los espacios visibles, se han perdi-
do "lascinco primeras lápidas del cuadrante NW y solo estaban en su lugar las lápidas
6, 7, 8, 9 Y12, faltando también dos o más al final del cuadrante, asumiendo. que eran
14, como el número de felinos de la fila IX. _.
-
ciclo Sur, es decir, un total de 22 lápidas grabadas.
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Fig. 137. Lugar donde está ubicada la lápida VI-NW12, en el proceso de excavación. Nótese el relleno
detrás de las lápidas y la deposición del de1Tumbe encima de una capa.empedrada.
Fig. 138. Descubrimiento de
la lápida VI-NW12, protegi-
da de la erosión por una
piedra y una suave incli-
nación. Portador de una
rama de San Pedro, cactácea
alucinógena.
restringía a los del hemiciclo occidental -donde se refleja el sol matutino-, en tanto
que los le..dosNorte y ~ y el ~ente oriental (c~n excepción de los adoquines y léPi-
~- d_asligadas a la escalinata) r:t0 tenían decoración ninguna.
Es interesante anotar que las piedras decoradas que permanecieron "in situ",
debido a suverticalidad, sufrieron una fuerte erosióri, provocada por el constante lava-
do al que estuvieron sometidas por la filtración de las aguas de las lluvias anuales
(durante casi 3 000 años). Esta erosión ha eliminado los ángulos de los diseii2.s,
haciendo desaparecer muchos detall~s, tanto que se hace dilicilla identificación plena
de los personajes. Se preservaron solo las lápidas que se movieron algo de su posición
~l, o que estuVieron protegidas de la filtración por otras piedras. Este e,¡;el caso
" de la lápida VI-NW12, que por presión de la tierra se encontraba ligeramente inclina- .
da hacia adelante, contenida por unas piedras previamente caídas en el derrumbe, lo
que originó que se dai'íara un poco en la parte baja. Esta piedra, así movida, protegió
a su vez al sillar IX-NW12.
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Fig. 139. Plano general del Atrio, con indicación de los puntos de ubicación de las cabezas clavas.
La secuencia de la;( lápidas del NWI-recordando que no se conocen las cinco
primeras- se inicia con un personaje antropomorfo visto _d~!!te, que está seguido
por dos bocineros de "puhitu" (caracola trompetera o bocina) y ~n tercer personaje,
que al parecer sopla o presenta otro objeto gue tiene raxos o espÍculas, como las del
.SJ?2ndulus. Luego de dos lápidas perdidas, aparece la imagen de un personaje gue lleva
,:n cactus en la mano derecha. Debajo de ellos, en un zócalo protector, como si fuera
el fondo de un retrato, les acompaña una ~ilera de jaguare§,.1.'0doscaminan hacia el
~, donde hay unas hermosas escaler~s, ~esde donde se .accede a la terraza que
l rodea a la laza circular. Por allí se ingresa a la galería central que conduce hasta la
cumbre del edificio B mediante una escalin¡3.taen cu a base ha un tubo cu as a as
• hacen rugir al templo. Detrás, adentro, está e 'dolo rinci al un ser antr;pomorfo, de
pie, que saluda desde el fondo de un largo pasaje soterrado que, si nuestros cálculos r.(}:
son válidos, uno o tal vez dos días al añ~ tenía el rostro iluminado,eor los rayos del~l
,:taciente, en el solsticio de inviernil -
~mensaje de la~iedras grabadas en la ~.~cuIar nos habla de rituales que sólo
podemos imaginar. Dentro de esta reconstru~~.!9n meI}@¡J!odemos imagjnar a 21
... pututeros que, v~nidosdes~ ti;~as lej-ªJ..l~slej9mn...sus.~heJlº-$.Jn.strnm.e.nt.QS..l1lll§i.
-'-éiÍes cómo-ofieñd'~s'a-ios ~dioses de Chav.f~;:E!..1.ª-G~J~Iíªj;te.Jªs_Cara.~º1.ª.~·.4Ui.!§l~!}(
~Türifo-al ¿iíadrolabrado"eñl¡:is'''esteras~de.~-9r.ª, ..L~(;''QTJ:téillQonQ1LQue2!gfu! día sus·
.sonidosliicreroJi~~:S:~.lº1l_a!r-flL(:hU=hmán.frente-a.lodiele.~J9§_.9iose..s sonoros del ..
. -te~pio~T¡;r:~i.i ..so..~9 ...~<?c:l..~~a_
hoy.~~.eIl@ lcJEañ.ejus..p.ututus...de.Jos .tr9tD~~~ '
kCIY-Qhe'rus"(Q~eros),
I . Cusca, anunciando .cuando:van ..eu..fila..de.uno.Iec.o.Di~Dq()..I~~y'alles.y'
que con ellos vienen los Apus ysus aire.s de bienestar. .9.l!~1J.r.~ª~sdel
Hoy día, las\l,argas procesiones de los Qheros pututeros otr~s vecinos de los pue-
blos del Cusca convocan a miles de fieles de los "ayllus" de la región para hacer la
peregrinación anual al santuario d QoyIluriti, ande el Apu los recibe en el solsticio
de invierno para recibir las peticiones' e bienestar. Co'ñ"'eSti"procesión se inician los
actos celebratorios del solsticio, que culminan el 24 de. junio con la fiesta del "Inti
~". Llevan con ellos las ofrendas que dejarán en el santuario y cargan, con devo-
ción sustantiva, las imágenes de sus sacralidades, en procesión digna y ruidosa. Las
bebidas van con ellos, para el frío y el solaz; las comidas van con ellos, abundosas y
generosas. Hay que "pagar" a la tierra con chicha (aqha) o cualquier licor, y también
con apetitosos platos propios de cada tradición. Quien haya visto a estos peregrinos,
en filas desiguales, cubriendo los desniveles ondulantes de la cordillera con sus visto-
sÍsimos trajes y tocados de colores, cubriendo las montañas de cantares y danzas
miles, de todas las edades y condiciones, no podrá menos gue pensar en el cuadro Iíti-
co de las estelas de la Plaza Circular, con gentes reales y concretas, bajando por los mil
'caminos que llegan a Chavín, con ~tas casi verticales, del Norte, el Oeste, el Sur y el
Este. Gentes que llegaban desde los desiertos occidentales y los bosques del Norte,
poblados de la sabiduría de los mullus (Spondylus princeps) de los mares cálidos ecua-
toriales, que estaban bajo la protección de feroces cocodrilos, grandes águilas y ser-
pientes poderosas, habitantes de un hermoso y misterioso jardín, pletórico de plantas
todas, donde moraban los secretos dioses del agua y el tiempo.
r--lasSi,tierras
I
viendodella Perú,
peregrinación de Qoylluriti
uno convoca o tal vez lasc'ontextual
a una asociación varias otras
deque
los todavía
p'ututuscruzan
de la
Galería de las Caracolas, con la procesión de la Plaza Circular y los hallazgos de la
¿aleJa de las Ofrend~s ~uyo estilo y ersona' es coinciden con los de los del
"9belisco Te o" - las imágenes de esta procesión toman cuerpo de realidad. Debían
ser miles (a Qoylluriti van casi 30 000), procedentes de Cajamarca, Piura, Lambayeque
y los valles de Trujillo desde el Norte, procedentes de Huánuco desde el Oriente, de
Casma, Nepeña, y el Callejón de Huaylas desde el poniente, y los valles y cuencas de
Lima y tal vez Paracas, desde el Sur. Hay evidencias directas de su presencia en Chavín
y, sobre todo, probanza de que ellos. participaron en la ceremonia o actos festivos
cuando se depositaron las ofrendas y se dejaron los pututus, cuando se "inauguró" la
Plaza Circular del Atrio, sellando las galerías con los regalos. En consecuencia, fueron
p~artede la narración reiístrada en las lápidas del muro perimetral de la plaza, con toda
la leyenda y el imaginario que estuvo detrás de todo esto. Era entonces el inicio del
---SigloIX antes de nuestra era, según lo indica el C14. .
La primera estel2. (VI-NW6) representa un Eersonaje visto de frente. Está muy ero-
si;nada. Está de pie, con el brazo derecho abierto, agarrando algo con la mano; algo
que contiene círculos concéritricos en su tramo superior, y por las proyecciones de la
piedra debajo del brazo, podría pensarse que tenía agarrado algo similar a un bastón
o una soga. El brazo izquierdo está doblado sobre el cuerpo y también parece que
tuviera algo cogido de la mano. Ambas manos tienen uñas en forma de largas garras
curvadas.
De su cuerpo salen, en ~atro direcciones opuestas, grupos de tres puntas gue bien.
~ieran representar
de rayos saliendo proyectiles
de sus o dardos. La
cuatro costados. Esto hace está
cabeza que la imagenpor
cubierta tenga una suerte'~
un tocado que r O
tiene el aspecto de una corona terminada en 10 puntas triangulares, aserradas,
sostenidas por una franja o cinta de dos bandas, con ui1a parte central diferenciada,
como si hubiese una banda colgante, que cae sobre la frente. El rostro es humano. La
nariz es ancha y muestra claramente las fosas nasales. Los ojos están inmediatame~
debajo de la banda de la corona y son almendrados, con la pupila circular centrada. La
boca muestra hoyuelos en las c~!!!isuras de labios que parecen haber tenido gr:andes
colmillos y haber estado fruncida.§..Hay indicios de orejeras anulares. Debajo del ros-
tro aparece un collar y/o pectora! al parecer con atributos fetinos. Asimismo, parece
que el brazo izquierdo estuvo doblado, con la mano con garras a la altura del vientre.
Una pequeña depresión en este sector nos hace suponer que había un cÚ1turón. No
hay más indicadores sobre el vestido. Las piernas están separadas y los pies dispuestos
-
.en sentido opuesto, aparentemente con uñas en forma de garras. •
~s dos estelas conti~ @-NW7 y 8ta este personaje "de frente" están presen- C!.
tadas de perfil, como caminando en dirección al centro, a la escalinata occidental. Se
,trata de los bocineros de pututu. Las dos representan, sin duda, el mismo tema y, a
, base de esta constatación, asumimos que ~os personajes estaban en pares. Esto, en
Chavín, no es nada nuevo, dado que lo mismo ocurre con la famosa comisa de la
Portada de las Falcónidas descubierta por Marino González.
Las otras ban<tts que nacen en la corona son más cortas Y-delgadas, pendientes de
la corona, como si representasen cabellos. Lamentablemente, se pierde el resto del dis-
eño, que va hasta encima del pabellón de la oreja. El "manto plumario" o elemento
dorsal tiene J:¡acesde cabezas de serpiente con los ~os excéntricos y la boca y fo.§..a
.nasal bien diferenciadas. Hay suatro serpientes saliendo de los extremos del "manto"
y diez de la corvadura dorsal.
'Bennett, 1942, fig.17. Al parecer, el dibujante Humberto Delgado lo copió al revés y según opinión de J. H. Rowe,
no sería una copia confiable. Si fuera cierto, el piE!y ei brazo serían los izquierdos. Rowe (ver Lumbreras, 1977:
22, nota de JHR) agrega que la misma pieza fue presentada por Tello, 1960, fig.59, lo que en efecto parece cierto,
pero mientras que la copia ofrecida por Tello no coincide con el original al que nos referimos, no estamos de
acuerdo con Rowe sobre el valor diferencial de ambas copias, pensamos que la de Hidalgo (Bennett, 1942) se
ajusta más a la realidad, Lamentablemente, esta pieza se perdió con el aluvión de 1945.
Fig. 141. Calco de la láp. VI-NW8.
Trompetero o tocador de "pututu"
El personaje, que parece ser gemelo en ambas piedras, tiene un rostro de tarriaño
de'sproporcionado, con un ojo almendra do, con la pupila circular centrada. La nariz es
naturalista, aun cuando esquemática. La boca tiene labios gruesos y no se ven los
dientes y, en cambio, sí aparece ligeramente abierta en la comisura; la actitud es la de
1.!ntocador de pututo, de alguien que sopla. De la oreja pende un arete en forma de
anillo, recordando este rasgo los aretes del ídolo del Lanzón.
La lápida que sigue (VI-NW9), sobre la que menos información tenemos, está muy
erosionada. Contiene la imagen de un personaje con un tocado complejQ, similar al
que tiene elportador de cactus, que está más atrás en la procesión. Tiene el brazo dere-
cho levantado, con una mano con garras que está frente a la cata, como si llevase algo
a la altura de la boca. Está de perfil y mira al Sur, es decir, hacia la escalinata. De sú
cinturón salen dos pares de serpientes, que caen detrás y delante del personaje. Tiene,
igualmente una especie de manto en la espal2.a. Del tocado, de la frente, salen dos ser-
pientes que se proyectan hacia adelante. ,Los pies, como en los pututeros, van hacia
adelante, en actitud de caminar,
Luego de dos piezas que faltan en la fila VI, se halla la pieza mejor conservada (VI-
® NW12), que es un eersonaje antropomorfo sacralizado, con atributos felinos en el ro~
• portador de un bastón, que ha sido ~terpretado como un tronco del cactus San Pedro
(Trichocereus pachanOl) de 4 nervaduras, que es un alucinógeno muy activo. La hipótesis
lanzada por Mircea Elia~, y que muchos investigadores han confirmado, sobre la aso-
ciación entre el shamanismo y los alucinógenos, nos permitiría asumrr que el personaje
aquí representado podría ser uno de los sacerdotes-shamanes de ChavínS• --
'Eliade, 1964; La Barre, 1972; Sharon, 1972; Cordy-CoIlins, 1977; Mulvany de Pei'ta1oza, 1984.
~sy que en la frente se nota el ceño fruncido y, finalmente, que los labios se pro-
longan mucho más allá de la boca, hacia arriba y hacia abajo. Los colmillos son curva-
cdos hacia atrás y 'Puntia~dos, los demás dientes son en bloque, como los de los
humanos, con excepción de los que están al final de la boca, donde doblan los labios
y se'presentan triangulares y exentos. La pupila de los ojos subrectangulares es excén-
trica y mira hada arriba. No tiene cejas. Del cuello pende una esclavina y en~-
_~ hay una banda de donde penden dos serpientes. Las ~ de las ~ y los pies
son 3 garras en las primeras y dos en los segundos.~va pulseras y ajorcas. La mano
izquier?a está'pegada al tórax y con la derecha sostiene el cach!.s.En la espalda hay un
elemento similar a los "mantos" de los que hablamos con los músicos, pero que:bien·
pueden ser atributos alados. En el interior de estas ~" hay unas cabezas gue· ue-
den ser de sereientes, muy estilizadas )'J desde luego, no del mismo ti¡?Ode las 12eque-
ñas serpientes que reemplazan cabellos o penden de la cintura.
"en tiempos muy antiguos que no saben numerarIos vino de la parte suprema de
este Piru, con gran flota de balsas, un padre de Campañas, hombre de mucho valor y
calidad llamado Naymlap y consigo traía muchas concubinas, mas la mujer principal
dícese qerce llamado Cetemi truja en su compañía muchas gentes que ansi como a
capitán y caudillo lo venían siguiendo, más lo que entre ellos tenía más valor eran sus
oficiales que fueron cuarenta, asi como Pita Zofi que era su trompetero o Tañedor de
unos grandes caracoles, que entre los Yndios estiman en mucho, otro Ñinacola que
era el que tenía cuidado de sus andas y silla, y otro Ñinagintue a cuyo cargo estaba la
bebida de aquel señor a manera de botillero, otro llamado Fongasige (sic) que tenía
cargo de derramar polvo de conchas marinas en la tierra que su señor quia (sic) de
pisar, otro Occhocalo era su cocinero, otro tenía cuidado de las unciones y color con
el que el Señor adornaba su rostro, a éste llamaban Xam muchec tenía cargo de bañar
al Señor, Oliop-copoc, labraba camisetas y ropa de pluma, otro principal y muy esti-
mado de su príncipe llamado Llapchiluli, y con esta gente (y otros infinitos oficiales y
hombres de cuenta) traía adornada, y autorizada su persona y casa". .
'Cabello Valboa [1586]1951: 327-330; Tercera Parte, cap.17. La ortografía ha sido adaptada a nuestro tiempo,
cuando ha sido posible, sin alterar el contenido.
caracolas, y tal vez algún "fonga" que llevaba "mullu" -sea como polvo o simplemente
conchas- y seguramente un cocinero "occhocalo" y un :'ñinagintue: portador de las
bebidas y quizá del cactus San Pedro para preparar los brebajes que salen de su savia.
. [ Para nosotros, la escena de la plaza circular debe tener un texto homologable, gue
se asociaba, claro,.~S~!!9._~J,1;~Le._qU.~.~s1:}l:ºª~gr¡1?i(tQ_.gD.~Hg91.<?~el
Lanzón: un
:~!I~.~~iniQPºr:n~rfo que saludaba con la mano derecha y que tenía toJ;s los atri-
butos de poder y fuerza que podían reconocer los pueblos de ese tiempo, con la cabe-
llera de serpientes, un rostro con fauces de feroces colmillos y un conjunto de cabezas
de felinos y serpientes en el moño y la cintura. Pero si bien nos da un texto imagina-
ble, el texto también nos permite asociar las imágenes' del muro de la plaza circular con
las ofrendas deca-raco[a;en'íagalería-~esp'e~tivay la~ ofr~nd;s'cÍ~ bebÚ:ias,cOIDidasy
oti6sblel1es en la otra ga1~ríái~rl~lmente, los mitos c'~ntenidos en la iconografí~~
las' piezas -deLas Ofrendas, que comprometen los que trae consigo otra pieza espec-
'tacular de ChaVÍn,cémocida como" Obelisco Tello" y todo elcqm lejo contexto icono-
t
-.~gráfico cie
. ChaVÍnhacia comienzos d~l último milenio de. la era precristiana .
.SS>locinco son los personajes que quedaron dé la procesión; los demás se han per-
_dido. Pero debajo de ellos, en l~, quedan los otros, los jaguares, sus acom-
pañantes y tal vez mensajeros o guardianes, que también en fila los acompañan, uno
a cada quien, caminando en la misma dirección, a su lado. En una condición aislad~,
hay un animal -quizá un camélido- en lugar de un señor en la lápida que parece haber
estado en el ángulo SE, pegado a la escalinata oriental, lamentablemente hallada fuera
de su lugar. .
~os felinos tienen muchos rasgos en común: la cabeza, la forma del cuerpo, d~ la
cola y las patas. L.a diferencia entre felino y. felino está determinada por los detalles
adicionales del pelaje del animal en el cue o la cola el lomo, y también por la pre-
sencia de unos apéndices en forma de volutas q~a veces se 12ro t des e las
eatas. Todos los felinos aparecen como agazapados, de perfil"con las patas paralelas,
la cola curvada hacia arriba y adelante y el lomo bien pronunci~, con la zona torá--
-J
cica más bélia.La cabeza es casi siempre la rnism..e,con una boca en forma de "U", con
los e~tremos de los labios ligerament~ divergentes, e interrumpida por gas largos col-
10 John Rick y su equipo han excavado el cuadrante SE en su conjunto, pero no nos·ha parecido correcto referimos
a sus hallazgos sin que ellos los hagan públicos previamente. En general, confirman nuestras observaciones.
millas que sobrepasan los labios. Los demás dientes son presentados en algunos en
retícula y en otros aserrados. Además, la comisura en unos se convierte en un círculo
dividido por dos líneas cruzadas; en otro, es simplemente una prolongación de la retí-
cula y, finalmente, en otros solo es un hoyuelo.
No sabemos cuán significativas pueden ser estas variaciones. Otro elemento común
es la tosa nas~l, en forma de voluta o espiral, y también los pelos de la cabe~~ y la oreja,
con una punta hacia atrás. Los "bigotes" aparecen como dos bandas delgadas termi-
nadas en punta, naciendo detrás de la comisura del labio desde dos círculos. Los ojos
pueden tener la pupila circular centrada o excéntrica. Igualmente, 'las cejas pueden
tener una prolongación curvada hacia atrás o una proyección hacia adelante .
. En estos detalles generales y comunes, sólo uno de los felinos, el NW5, es diferg¡t-
~ pues su cabeza no tiene pelos y es más bien lisa, con una segmentación gue si&!:!..e
. el contorno de las ceja;:;y con una. oreja qqe no termina en punta y que parece muy
ligada a la cabeza. Este mismo felino tiene una ligera variación en la forma de los col-
millos, que son como de sable, con un lado redondeado y el opuesto casi recto. Por la
estructura de la cabeza y el cuerpo, las figuras de NW 3 Y4 podrían haber sido de este
mismo personaje, pero están muy erosionadas para afirmarlo.
En cuanto a las palas, estas son iguales: divididas de las piernas mediante urla banda
delgada. De ellas salen dos garras curvadas hacia adentro y abajo y una sección inter-
media que representa una carnosidad. Nuevamente el~ es diferente, debido a que
en la base de la carnosidad hay dos pliegues angulares que en los demás es uno solo. La
mayoría de los jaguares tienen apéndices en forma de volutas o espirales que les salen
de las patas trasera y delantera. Sólo en un caso, este apéndice -el de NEl-es exclusivo
de la pata trasera y, en este caso, la voluta termina en una cabeza que no se convierte~
como las demás, en serpiente de perfil; sólo aparecen dos ojos de pupila excéntrica.
:¡ -~ ....•......
-
diseños de la cola, aunque esta termina consistentemente en una cabeza de serpiente,
- ~ompleja o simplificada. El rabo está siempre segmentado en bandas páraIelas trans-
versales, con o sin una in1fe'5tt'ó;formando un ángulo central.
.
El fetino NW5, que llamamos "jaguar hembra", similar (tal vez) q. 3 Y4, tiene el lomo,
las piernas y el vientre cubiertos con unos "ganchos-maní" que-eomo se verá en su
lugar- se asocian consistentemente al s_~o fe;:ienino. Se trata de bandas curvadas en
"S" e internamente segmentadas, que están acompañadas de cuatro figuras en forma de
cruz de extremos iguales, que tienen un círculo inscrito en el centro. Es el único fetino
,\ que tiene este ícono de bandas "S" segmentadas, que están distribuidas de la siguiente
manera: 4 en el lomo, 2 en el vientre y dos en cada una de las piernas. Como ya se dijo,
se diferencia también, porque ¡lO tiene "pelos" volutifom1es; sobre los ojos y las orejas
hay unas delgadas bandas, similares a las de los" ganchos ",y tiene otras particularidades
en la forma de sus orejas, que no terminan en punta, aparte de sus grandes colmillos en
forma de sable. El rabo está dividido por 7 bandas con inflexión hasta que se forma la
Fig. 158. Felino "hembra"
IX-NW05.
Ocurre que es el mismo personaje del muy conocido felino del "mortero ceremoni-
al del Museo de PennsyJvania", que alguna vez fue extraído de ChaVÍnll . Se trata del
mismo ~elino hembra, .•con atributos del "gancho" en el rostro y en el cuerpo, acom-
pañado de cruces y que si bien la cola está segmentada por 7 bandas sin inflexÍón, de
las que la última se convierte en un rostro poco definible, la separación de las piernas
con las patas sí tiene dos bandas con inflexión. El felino más complejo que aparece en
la cornisa del ángulo SW delTemplo Mayor tiene también una "S" inscrita en elvien-
tre y dos otras en las piernas, pero son otro tipo de elemento iconográfico . .
En los felinos NW6 y SEl, el lomo tiene unos elementos que se parecen a las
"Elumas" que poseen las adas de las aves, en número de 3 en el lomo de la primera y
apenas visible en la segunda._Estánseguidas por 2 elipses en las ancas y acompañadas
por tres flores12 de cuatro pétalos, con un punto al centro, que llenan la parte central
del cuerpo y dos cruces de bandas simples en el vientre y otra cruz, un círculo y tres
signos en "L" invertida (tres en un caso y dos visibles en el otro) en las ancas y las pier - .
nas. El rabo tiene igualmente 7 bandas con inflexión antes de la cabeza de serpiente
que forma la cola.
Los sillares NW9 y 10 presentan un jaguar cuyas manchas son círculos concéntricos
en la parte media ~l c~erpo, mientras que en el dorso y el vientre son volutas o ~pi-
rales de una sola vuelta. Estas dos imágenes, ademas,tienen sobre el lomo pelos con-
vertidos en tres serpientes, cuyas cabezas miran hacia la cola. Son serpientes quetie-
nen los ojos, la boca y la fosa nasal bien diferenciadas y con mucho detalle, pese al ta-
maño reducido de la figura. Con excepción de estos, ningún otro jaguar tiene este de-
talle de pelos-serpiente. Del mismo modo, la serpiente en que termina la cola es la
más compleja de todas, con orejas, grandes colmillos, dientes y otros complementos.
En el rabo solo hay una banda con inflexión y sÍ, en cambio, dos círculos concéntricos
similares a los del cuerpo.
En el jaguar IX-SW03 (ver fig.152), del que apenas conocemos algo de su parte de-
lantera, hay unos signos como colmillos sueltos en el pecho. Finalmente, otro jaguar
aislado es el NEOl, que tiene tres manchas a manera de "ojos de doble ceja" con un
punto al centro, y que además tiene bandas en espiral en el lomo. El rabo está forma-
do por una fila de ojos con pupila excéntrica, unidos por una banda que nace en los
espirales del lomo.
O'. Vem()~.pues que si bien el tema del jaguar es bastante homogéneo,pay v~!asma-
orleras de particuláriiéido·y segUramente establecer sus asociaciones con el imaginario
?e la época. ~1 jaguáiffiás· cá.ra¿t~ri;tico c"';nocido'previamente en Chavín es el de la
--coIDisa SW de la Pirámide Mayor. Allí están todos los elementos destacados en los ja-
guares de la plaza circular; con exc;Pción de la boca agnática que separa el cuerpo del
rabo, que los de la plaza no tienen. Sin embargo, este elemento aparece en VI-SE1, la
lápida con un personaje que parece un felino. Este felino, que no está agazapado sino
parado, a diferencia de los otros, está asentado sobre dos ganchos en"S" segmenta-
dos13 • Las patas de este animal tienen cuatro garras en vez de dos y muestra pelos en
la cabeza y el lomo, en forma de volutas. Otro rasgo particular de este felino es que la
cola no está segmentada transversa1mente sino longitudinalmente. Tiene los dientes
~serrados, como IX-NW9 y 10, Ylos colmillos puntiagudos.
La fi~a del jaguar debe haber sufrido modificacion~s a lo largo del tiempo sin em-
bargo' hay una constante en las líneas y bases de su representación. Por lo menos en
los felinos anatómicamente "retratados" como los de la Plaza Circular. El de la corni-
~a del Templo Mayor es, por hoy, el paradigmático y más complejQ.:.Contiene a todos,
aunque no participa de los atributos de todos. Un segundo jaguar "paradigmático" es
el que aparece sobre las fauces del Gran Dragón del Obelisco, al centro y atrás, enci-
ma de la "chacana" que está en la crisma del dragÓn14. Es iirteresante advertir que la
"chacana" o cruz, en sus diversas versiones, aparece asociada en todos los personajes
del tipo de nuestro jaguar 5.
Por cierto, se trata del mismo jaguar que aparece representado en el c;!-enco412 y
. botella 413 del estilo Floral de la Galería
la , .
de las Ofrendas, aunque es claro que aquí
se trata del f~lino con manchas circulares en el cuerpo, como los de nuestros jaguares
9, lO, 14 Yposiblemente 13. No aparece este personaje en ningún otro estilo de cerá-
mica, aunque hay una versión diferente del felino -que no es necesariamente jaguar-
en el~ato 290 del estilo Ofrendas.
~~es un diseño frecuente, aunque hay varias piezas líticas que lo muestran. Tellose
refiere a una de elIas15 indicando qu~ es parte de una cornisa: "Es otra laja grande que
se halla colocada sobre el muro S del edificio A, e~irna de la cabeza clava 74. Ha sido
puesta allí, a manera de cornisa, después de la destrucción del templo, porque la hile-
ra de piedrps en que descansa no corresponde a la técnica primitiva, sino a un trabajo
rústico y desordenado, 10 que hace pensar que dicha laja fue puesta allí por las gen-
"Rowe, 1973, figs 6-7, identifica estos "ganchos" como elemento 8-24 del Obelisco Tello.
14 "Chacana" es el nombre con que Santa Cruz Pachacuti [1613], 1993: f.13v identificaba la "cruz del sur".
ISTello, 1960: 232-233 y fig. 65 (escultura 37).
tes del período Recuay o Marañón, y tal vez al mismo tiempo que la laja grabada de la
esquina contigua, donde se halla la escultura similar número 35 (la de los jaguares)" .
Se trata de dos jaguares que caminan en la misma dirección, hacia la derecha, hacia
donde también caminan los grandes jaguares de la cornisa SW. Tienen los mismos
atributos que los jaguares de la Plaza Circular; pero incluyen dos "S"no segmentadas
y signos "L" al revés. El rabo está separado por bandas con inflexión y lo .mismo hay
separación de la pata con las piernas.-'
Las esculturas 36, 38 Y39 de Tello16 muestran también este personaje, pero aquí te-
nemos menos información sobre su función. Los jaguares escuitóricos son "morteros
ceremoniales", las piezas de la Plaza circular son sillares con la cara paramental labra-
da, que forman parte de un zócalo de una plaza sagrada y son parte de una escena mi-
tológica; las piezas 35 y 37 son cornisas que estaban en la parte alta del templo, cu-
briendo a las cabezas clavas, pero sobre estas tres sabemos poco, aunque parecen tam-
bién partes de cornisas. La pieza 36 se encontró en los escombros de la esquina SE del
Templo Mayor yal parecer es también parte de una cornisa, con grabados en dos ca-
ras. En una de las caras hay restos de un ave y de una cabeza; la otra, que parece ha-
ber sido el lado angosto, frontal, de la cornisa, tiene claramente definido el perfil de un
jaguar que también camina hacia la derecha y que tiene en el cuerpo los signos de
unas bandas en cruz, simples, "L" al revés y un ojo excéntrico en el vientre. Se parece
a nuestro jaguar 6, aunque agrega, al parecer, una "S" en la separación del cuerpo con
la cola, que no ocurre en Jaguar 6.
Otra versión diferenciada del jaguar 14 aparece en una cornisa encontrada por
!07 MGM, cerca de la esquina NE del Templo Mayor, con la imagen de un jaguar, con el
lomo levantado y con un personaje encima del 10mat8 • Pero se trata aquí de un jaguar
que seguramente está cumpliendo una función icónica diferente. Hay algunas otras
representaciones del personaje en lán1inas de oro, en mates pirograbados y tejidos del
Sur, pero generalmente en versiones épigonales que no inscriben los detalles propios
del estilo ChaVÍn.
18 Lumbreras, 1974: 61, fig. 59. Burger, 1995: 175, fig.177 reproduce la misma foto.
3. LAS "CABEZAS CLAVAS".
~as únicas esculturas propiamente dichas que se conocen son las" cabezas cla~s"
que adornaban las fachadas de los templos y los "morteros" en forma de felinos o
~s. Sin embargo, en las excavaciones del sect~r R, en medio dé los rellenos de las
casas Huaraz y Callejón, entres lugares distintos y en ocasiones diferentes, hallamos
los fragmentos -tres- de una estatua de un ser humano con la cabeza deformada
que luego pudimos restaurar. Su aspecto es de alguien ~on la sabeza alargada, alta,
cuyos ~ reposan sobre el dorso y. el vientre. Tiene pulseras y sobre la}rente ha;:
un dibujo inciso, en forma de una cruz simple, hecho con bandas lisas[ del mismoli-
.po que las gué hay en las manchas de lo's jaguares. Es prácticamente el único ele-
mento que indica su asociación con el estilo ChaVÍn, pues todo ,el resto es atípico. Es-
taba roto en varias partes -l~ cabeza en ttes- pero además nos falta el resto del cuer-
po, debajo del vientre. Una parte de la cabeza fue encontrada en 1967, en la capa A,
c:tra en 1970 en un relleñ;; y el cuer]2Oen un relleno en 1972 (en S3Wll.5). ~a
algo que estaba encima de su brazo derecho, que también estaba roto, y no tenemos
ná'da con qué comparar.
/' Otro es el tema de las cabezas clavas, gue sí son esculg!Qas y, en general, son retra-
tos en piedra, de excelente calidad, tanto como la que tiene la estatua a la que nos he-
\, mas referido. Las que hemos hallado aparecieron siempre caídas junto con el derrum-
be del templo, algunas como parte de los rellenos de adecuación para viviendas y
otras, finalmente, como parte de las construcciones post-ChaVÍn, ninguna "in situ".
Como es bien conocido, solo una de estas cabezas se conserva "in situ". Allí se halló,
debajo de la también única cornisa "in situ" que se conoce, ~l SW del Templo Mayor.
No fue, desde luego, la única que estaba en su lugar. Cuando el sitio se excavó en
1940, había varias en la esquina suroeste, dos en la pared oeste, de las que una ha
desaparecido, y aparentemente dos en la del Sur, que ya no están. Tello19 menciona
que en 1927 una autoridad de Huaraz "mandó desempotrar una de las mejores c.a-
bezas de la esquina SO del edificio A, sin que se sepa hasta hoy la suerte que haco-
rrido; y otras cabezas que han ido a incrementar colecciones privadas, como las que
aparecen en la colección Soriano Infante de Huaraz y en el museo Larca Herrera de
ChiclÍn". .
.Las 33 piezas que Tello describi~'y publicó se perdieron con el aluviÓn de 1945; de
191960; 299. En la Lam. XL, a y b, Tello presenta las dos piezas que retiró Soriano y que deben estar en el museo
de esa ciudad.
Fig.163. Cabeza clavas "in situ", Templo MayO!; Cc001.
Fig. 165. Cc019 (Tello, sp.80), pieza recuperada por Fig. 166. Cabeza empotrada en muro "Huaylas", en la pieza recuperada
MGM. porMGM.
Fig. 167. Cc038. Hombre-águila. Fig. 168. Cc040. Cabeza de zorro. Exc. MGM, 1967.
Fig.169. Cabeza 048, CR4,N2,35-E4,25
.~.
Fig.l71. Cabeza 049, CR5. Unidad N4E4,capa G. Fig. 172. Cabeza "silvador", N4E4,G.
Fíg. 173. Hallazgo de Cc050, R3B, capa G. Fíg. 174. Cabeza 050, "arquítecto".s
ellas uedan los dibu'os, fotos las ré licas ue el Dr. Tello mandó hacer para llevar-
las al Museo Nacional de Antropología y Arqueología, donde aún se conservan como
testimonio de las ya perdidas. Fueron halladas fuera de contexto primario. Lo mismo
ocurre con las cerca de #60cabezas que se guardan en el sitio, que fueron descubiertas
por Marino González en distintos lugares, en condiciones similares a las que encon-
tramos nosotros. Dos piezas fueron al museo de Huaraz y una al Museo Larca. Eso ha-
ce un total de .9_5_ca_b_e_z_a_s_c_o_n_o_cl_·d_a_s,
las que sumadas a las 10 que il0S0trOShemos r~
cuperado, suman alrededor de .105 cabezas reconocidas. En un cálculo grueso de las
que pudieron cubrir todo el borde de los templos A, B Y C, se puede calcular que de-
bi,eron haber alrededor de 150 cabezap en el sitio, lo que significaría que tenemos el
registro del 60% de ellas. .
Desde luego, no todas estas cabezas han sido encontradas en la sexta campaña, co-
mo ya se ha visto en su lugar, pero en beneficio de la definición del estilo nos referi-
mos a todas como unidad. Estamos llamando "~ilo R" al conjuÚto de cabezas y su-
ponemos que ellas cayeron de la? paredes que rodean el Atrio. Sin embargo, eso no
significa que estén asociadas a un contexto temporal uniforme, sobre lo que no tene-
mos prueba alguna. Ni siquiera sabemos si son contemporáneas, anteriores o poste-
riores a las estelas y los sillares de la Plaza Circular o la Galería de las Ofrendas. No
sabemos si las supuestas 150 cabezas clavas del templo fueron todas hechas de una
sola vez o en momentos distintos, aunque nos inclinámos a pensar que son de varios
-
momentos constructivos. Una prueba de ello es que se siguió haciendo cabezas clavas
:---'''--_-.....----
.en períodos posteriores, q,ue estilísticamente son diferentes ~.
Las cabezas "R" tienen ras~ vincqlª_gos aL:'g.sJ.Y.<2-D"
de John H. Rowe. Dado gue
la idea que téñí;rñ-~ssob;; que el Atrio del Lanzón era -p~~te-d~-un t~~pTáai:;t~;
y'a
~~~-~ál~~adas
~~f(it~--~uesti6iicábe:~süp:or-teLqu€~~§t;i~"cªQé.ia~·ptlcliero~· al 'fi~aidé la
secuencia, incluso después de la const,r~c~i.<?nd.e.lá'Piaza"CúCüláI"Ylas "e"aferfas, gue
s~.~~~S~Jan=c;.º~j~~·}~;;~~AlrL~.-si·~~o fuer~ ~iert~:;e-rÍ~~~' ~pá" d~'cabei~~i;r~~
cronológicamente ubicadas frente al resto, como punta de secuencia y una buena re-
ferencia a las ocurrencias estilísticas en el período previo a la destrucción de los tem-
plos' entre los siglos VIII YVa. c., que agregarían nUevos argumentos a la tesis de J. H.
Rowe.
Hemos encontrado diez cabezas y una que pudo ser" clava".Las llamamos CRl, CR2,
CR3, etc. LaCabeza 4, que conserva un fragmento del vástago, muestra una destrucción
total de la escultura, ex profeso, aunque no estuvo enterrada. En términos generales, el
"estilo R" se caracteriza por el uso de los volúmenes y los planos para el tratamiento.Jig
los detalles morfológlcos en las cabeza~, de modo que el grabado inciso juega un pa~l
~ubordinado, casi inexistente, a diferencia de la mayoría' de las piezas conocidas. Los per-
sonajes representados tienen rasgos en cierto modo naturalistas, aun cuando muestran
rostros fantásticos. La cara se resuelve mediante labios y dientes formados por bandas
en relieve, que le dan un aspecto de gran reciedumbre a la cara. La cabeza tiene cabellos
convertidos en serpientes presentadas en tercera dimensión, con cabezas prominentes
que caen como cerquillos, sobre la cara y costados.
La cabeza CR5 es una pieza muy particular, con la figura de un personaje en actitud
de silbar. Fue encontrada en 1972, entre las coordenadas N4 y E4, en la capa G, dentro
del derrumbe del templo. Tiene unos 25 cm de alto y 27 cm de ancho; es pues una ca-
beza pequeña. El rostro es humano, con los ojos alrnendrados, con pupila central, sin
ningún otro rasgo especial que el hecho de estar silbando. En la cqbeza tiene 24 cuadri-
tos excisos, de menos de 1 cm de lado, como si hubiese tenido algún engaste.
La cabeza CR6 fue encontrada entre las coordenadas N6 y E2, incrustada en la ca-
pa G, encima de H. Estaba muy cerca del cuadrante NW de la Plaza Circular. Sus ras-
gos son particulares: la boca tiene 4 colmin;;;¡~~gosyuñacomfsurah;i;-arriba, ter-
minada en punta; del costado de los ojos le salen dos serpientes, con boca que se ori-
gina en la ceja; su oreja tiene forma de E y la nariz es humana; sus ojos son bizcos, des-
viados hacia el centro; sobre el ceño, como si fuese un tocado, se representan dos bo-
cas agnatas, que se juntan en el centro, donde nace un diente triangular. En lugar del
"mechón" en la crisma, que es común a muchas cabezas, hay un edificio cilíndrico, con
un patio (?) y un pórtico trapezoidal. No muestra los cabellos.
Muy cerca del "silbador", entre las coordenadas S4 y Wl, en un relleno de la capa
G, se encontró una sabecita muy pegueña, maltratada, llamada CRll, de otro "sílba-
dar". La cabecita es una suerte de "miniatura" de cabeza clavas, sencilla, con ojos he-
chos con hoyos circulares. Tiene unos 12 cm de alto. Por el tamaño, recuerda a la ca-
Qp
becHa "estilo R" publicada por Tell020 como su escultura 68 y que él comenta que le
fue obsequiada por un vecino de ChaVÍn.Hay una pequeña cabeza de este tipo en las
colecciones del Museo de la Universidad deTrujillo y al parecer hay otras similares en
colecciones que están fuera del país. Son "clavas", pues tienen los vástagos para em-
potrarse, pero no tenemos ninguna evidencia de adónde pudieron colocarse.Tampo-
co sabemos lo que significa el tamaño de las cabezas, porque las que se conocen son
de diferentes tamaños, aun cuando dentro de un promedio que las hace homogéneas.
No sabemos mucho sobre 10 que estas cabezas representaban. Al parecer hay una
asociación entre ellas; ylas cabezas que eran cortadas simbolizarían trofeos o sacrifi-
cios. Arquitectónicamente están asociadas a una línea, posiblemente constante, que ~
estaba a algo más de 1,5 m debajo de la línea terminal de los templos, donde había .
una cornisa que sobresalía unos 80 ó 90 cm de la fachada, debajo, posiblemente, de
dos o más hileras de piedras. Las caras planas dispuestas hacia abajo tenían, hasta
donde sabemos, imágenes grabadas de aves o de felinos y también los lados angos-
tos o cantos frontales. Eso quiere decir que podían ser vistas por las gentes, desde al-
gún lugar, y no estaban a los 13 ó 14 m de altura en que ahora quedarían si limpiá-
semos el templo.
,Según parece, el lado Sur de la pirámide mayor estaba adornado con imágenes de
~s. Si así fuera, deberemos encontrar muchas más piezas con este personaje, aun- '
que también hay evidencias de que fueron intencionalmente destruidas, tal vez por-
que se conservaban "in situ" hasta los tiempos de la extirpación de idolatrías, en el si-
glo XVI. En ese tiempo se dio una intensa campaña de destrucción de los ídolos indí-
genas y, según sabemos, el prestigio de ChaVÍnentre las gentes estaba aún vigente en ....
el siglo xyI. Debe de haber sido uno de los lugares predilectos de los extirpadores; Tal
vez algún día se hallen los informes que estos hacían de sus despropósitos religiosos.
Las clavas estaban bajo la sombra de las cornisas, en la parte alta del templo. Con se-
guridad no eran para ser tocadas, pero sí vistas y con cierto detalle, lo que implica que
en muchas secciones debió de existir una plataforhia que permitiese aproximarse a ellas.
A base de las piezas conocidas, se puede decir que el tema central son cabezas huma-
~, aun cuando al_~mas son de serpientes y tal vez una que otra de felinos o zorros. En-
contramos que todas ellas pueden entrar dentro de las siguientes categorías:
!\; tal vez de felino, todos, por cierto, con atributos de poder que se expresan en los col-
I millas. Hay personajes que algunos arqueó10gos adscriben a consumidores de drogas
("mocosos ").Tanto estos como algunos muy especiales -como los del estilo R- son se-
res humanos con máscaras o rostros con atributos de poder, representados por los col-
millos, sean los que solo salen del maxilar superior y sobrepasan el labio inferior, co-
mo los de los saurios o las serpientes, o los que tienen colmillo doble, cruzado, como
los de los felinos.
II AndIea González Ranm-ez, graduanda de la Profesora Victoria Castro de la Universidad de Chile, hizo un levan-
tamiento de este material como parte de sus estudios de graduación en 2005. Ha hecho un "Registro Sistemático de
Cabezas Clavas" de Chavín, accesible en versión digital, que no pudimos consultar oportunamente.