Está en la página 1de 3

JU ##il&!Y#.4%@44 M ;.

u;

en nuestr;1
9 cultura, sin importar cuál sea nuestra forma~1ón,
PREDETERMINADO/ INDETERMINADO*
. la dirección contraria. y sínembargo, persistela sensacion de
descubrirrio$, no es tu el pasado tu el >X


Jo i11c'"''"n"'diet minutos. No podernos ir m.is


SieI'it~e ~\~ne; un cielo, quiiA. sea este.
es desf1~1és GHOhecho; y esto puede
de Willem de Kooning: "La his-

"Deja los sonidos tranquilos, Karlheinz •. No los presiones." 57


"¿Ni siquiera unpoco?"

Hace algo asi como dos años compartí una velada con varios colegas. Cada
uno de nosotros estaba vinculado a 1u1a.·rn11sica que, en diferentes rnomen-
por muy diferenres tazones, había causado algún tipo de conrrover-
sia. Se recordaron unabuena can WL dad ele incidentes =viejos \ nuevos rela-
tos de "escándalos">, todo esto sumado a la cualidad a la ve: jovial \
pelígrosa de ODvelada. Yo no estaba cómodo. Sabía que no existía una ver-
dadera comunidad entre nosotros. Cada upo ten(a su propio grupo de pre-
sión. Cada uno resultaba amenazante S+aOD existencia de los otros. Y. lo
masimpórtante GHUR GRla idea que todos ellos tenían de la música era
algodiferenre a lamía. Podremos reencontrarnos en otro frío y jovial es-
cenario, pero saber que uno defiend,e unaidea es saber que uno está. solo.
Abandoné OD reunión bastante tarde acómpañado de Pierre Boulezy nos
dirigimos juntos hacia la taberna Cedar. Cerramos el bar esa noche. Lo ce-

* E~scrito c.n este articulo fue publicado originalmente en la revista Composer (Vol.
  en 
X

O

 L·
a a !
BJ
/

:::: c"d
"-U C
e o
U
r..r;

o
(

ā a

e:::: 1_;.

S ] r;-

-
U
]
e,
@~
a

\O X

t:~
'-!:) V',

O'

Y
~- !.:
5 

0~
X

H
o 2
a'
X
H

También podría gustarte