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“Violando derechos y removiendo muertos: el caso del Bañado de la Estrella”.


Gran Chaco. Ontologías, poder, afectividad. Tola, F.; Medrano, C. y Cardin, L.
(Comp.). Rumbo Sur/IGWIA...

Chapter · August 2013

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Marina Laura Matarrese


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“Violando derechos y removiendo muertos: el caso del Bañado de la Estrella”. Gran
Chaco. Ontologías, poder, afectividad. Tola, F.; Medrano, C. y Cardin, L. (Comp.). Rumbo
Sur/IGWIA. Buenos Aires, Argentina. Páginas: 133-152. ISBN 978-987-27338-6-5. Agosto
2013.

Violando derechos y removiendo muertos: el caso del Bañado de la Estrella

Marina Matarrese*

Introducción

En el presente artículo analizo las transformaciones territoriales de la comunidad


pilagá Campo del Cielo que pertenece a la región del Gran Chaco argentino y la incidencia
de la inundación de una parte de sus territorios acaecida como consecuencia de las obras
hídricas implementadas por el gobierno provincial de Formosa denominada
“Reconstrucción de una Ruta Provincial N° 28- Tramo Las Lomitas -Posta Cambio
Salazar” realizada en la zona del bañado La Estrella1.
La obra afectó el territorio pilagá en varios sentidos. Aumentó el nivel de
inundación territorial, modificando los recorridos territoriales cotidianos. Asimismo, como
las aguas llegaron hasta el cementerio, se transformó el estatus ontológico del territorio y
del agua del bañado, ahora en contacto con los restos de los antepasados. Inclusive, para la
realización de esta obra pública se invadió la propiedad de la comunidad, se penetró en el
cementerio y se removieron tumbas. Esta violación territorial, a su vez, tuvo consecuencias
que exceden ampliamente las contempladas dentro del marco jurídico vigente, dado que
modificó la delicada relación que los pilagá establecen con los otros existentes que habitan
en el territorio2.
A fin de dar cuenta de los diferentes niveles de implicancia del caso territorial
analizado, en primer lugar, presento la localización y conformación de la comunidad de

*
Dra. en Antropología. Becaria Post-doctoral del CONICET.
1
Este bañado es un humedal (ambiente fluvio-lacustre) formado por las aguas de desborde del río Pilcomayo.
Se sitúa al noroeste de la provincia de Formosa, desde la ciudad de Estanislao del Campo hasta las
proximidades de la Línea Barilari (límite oeste con la provincia de Salta) y sus aguas luego se encauzan en los
riachos El Salado y El Porteño, principalmente. La superficie de este bañado se encuentra en permanente
crecimiento, ocupa 400.000 hectáreas y tiene unos 300 kilómetros de largo y entre 10 y 20 kilómetros de
ancho. Constituye una cuña subtropical húmeda, un microclima que se inserta en medio del oeste semiárido y
que junto al Gran Pantanal de Brasil y los Esteros del Iberá de Corrientes conforma una de las tres reservas
ecológicas más importantes de América del Sur (Bobadilla de Gane y Silva 2004).
2
Sobre el sentido del término existente, ver Suárez y Tola (esta compilación).
“Violando derechos y removiendo muertos: el caso del Bañado de la Estrella”. Gran
Chaco. Ontologías, poder, afectividad. Tola, F.; Medrano, C. y Cardin, L. (Comp.). Rumbo
Sur/IGWIA. Buenos Aires, Argentina. Páginas: 133-152. ISBN 978-987-27338-6-5. Agosto
2013.

Campo del Cielo. En segundo lugar, describo la obra pública provincial realizada en el
centro de la provincia y los diversos focos de conflicto que generó. En tercer lugar, doy
cuenta de los atropellos en materia de derechos indígenas que acompañaron la ejecución de
la obra. Por último, pongo en relieve la reivindicación territorial de los pilagá en su
complejidad y en relación con ejes cosmológicos y componentes de las personas tales como
los huesos de los seres humanos enterrados en el territorio en conflicto. A lo largo de estas
páginas analizo entonces tanto las tensiones políticas, las violaciones jurídicas como las
profundas transformaciones ontológicas que fueron de la mano de la inundación
permanente de una parte del territorio pilagá.
Cabe aclarar que la temática territorial ha sido abordada por diversas corrientes y
disciplinas durante décadas, contribuyendo a construir parte de un sentido común acerca del
concepto “territorio” altamente referenciado en la geografía y principalmente en la
perspectiva jurídico-política3 (ver Haesbaert 2004, 2002). Básicamente este abordaje
entiende al territorio como el espacio geográfico que define y delimita la soberanía de un
poder político —un autor clásico en esta línea es el alemán Friedrich Ratzel 1990[1891]. En
la década de 1980 nuevas perspectivas de la geografía política, sintetizadas en las obras de
Claude Raffestin (1980) y Robert Sack (1986), han incorporado la dimensión histórica en el
análisis territorial, postulando que el territorio está inserto en relaciones socio-históricas.
De esta manera, han abonado los trabajos antropológicos contemporáneos relativos a los
territorios indígenas en el marco de los actuales Estados, poniendo en relieve el
movimiento, la fluidez y, en un sentido más amplio, la temporalidad del territorio, muchas
veces opacada frente a una lectura que lo liga más estrechamente con la estabilidad o el
arraigamiento.
En esta clave, Claude Raffestin (1980) adopta una definición foucaultiana de poder
para analizar el territorio, a través de la cual sostiene que éste es ejercido desde
innumerables puntos y no puede restringirse ni centralizarse en un único centro (tal como
muchas veces se ha conceptualizado desde la teoría clásica al Estado). De ahí que, la
3
Esta acepción refiere a la etimología de la palabra territorio –territorium en latín–, que deriva del vocablo
latino terra y que fue utilizado por el sistema jurídico romano dentro del llamado jus terrendi (en el Digeste,
del siglo VI, según Di Méo (1998: 47)). Territorium se utilizó en alusión a una parcela de tierra apropiada,
dentro de los límites de determinada jurisdicción político-administrativa.
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definición de “territorio propio” que propone el autor abarque el espacio socialmente


apropiado y dotado de significado (Raffestin 1980). Esta definición, que trasciende las
demarcaciones físicas y las escrituraciones prediales a la hora de reconocer un territorio, es
la que adopto en referencia a los pilagá.

Por su parte, la antropología ha tenido con respecto al estudio de la concepción y


uso territorial de los grupos cazadores recolectores, un amplio recorrido que excede los
intereses de este capítulo (ver Matarrese 2011). No obstante, es menester mencionar una
prolífica producción antropológica que, desde los últimos veinte años y basada en los
aportes de Eduardo Viveiros de Castro (1992, 1996, 2002, 2004) y Philippe Descola (1986,
1999, 2001, 2004), han cuestionado el paradigma naturalista. Es decir que estos trabajos
han considerado inadecuada la proyección de la dicotomía naturaleza / cultura para analizar
el vínculo que las sociedades indígenas establecen con el entorno (Arhem 2001; Calavia
Sáez 2004; Descola 1986; 2001; 2004; Descola y Pálsson 2001; Ellen 2001; Hell 2001;
Hornborg 2001; Howell 2001; Hviding 2001; Ingold 1993, 2001; Pálsson 2001; Rappaport
2004; Rival 2001, 2004; Santos Granero 2004; Viveiros de Castro 1992; 1996; 2004).
Teniendo en cuenta este viraje propuesto, pero también analizando la relevancia
que adquirieron los tópicos vinculados a los recursos naturales, el ambiente y el desarrollo
sustentable tanto en la esfera política internacional4 como en la opinión pública occidental,
se han producido valiosas pesquisas (Albert 2004; García Hierro 2004; García Hierro y
Surrallés 2004; Echeverri 2004). Tales investigaciones ponen en evidencia, por un lado, que
los aborígenes se emplazan dentro de Estados Nacionales en los que han sido relegados a
espacios marginales y en el marco de sistemas jurídicos en los que la “tenencia de la tierra”
es un bien de mercado y poco se ajusta a su modo de concebir el territorio5. Por el otro,

4
Esto se pone en relieve por el lugar preponderante que adquirió el medioambiente en las agendas políticas de
los países desarrollados y en una serie de reuniones internacionales, entre las que se destacan las organizadas
por la Organización de las Naciones Unidas (Cumbre Mundial Sobre Desarrollo Sustentable en Sudáfrica
2002, Cumbre de Medioambiente y Desarrollo realizada en Río de Janeiro en 1992, y la Cumbre sobre Medio
Ambiente Humana celebrada en Estocolmo en 1972).
5
A lo largo de este capítulo utilizo el vocablo “aborigen” para referirme a los pilagá y a los otros grupos
étnicos de la provincia por ser éste el término con el que ellos se definen. Mis interlocutores consideran que
interpelarlos en tanto “indígenas” tiene una carga despectiva y me lo han hecho saber reiteradamente durante
mi trabajo de campo. Por lo antedicho, empleo “indígenas”, “pueblos indígenas” o “pueblos originarios” solo
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subrayan que para poder dar respuesta a las demandas indígenas es imprescindible asumir
que la territorialidad de estos pueblos radica en percepciones y prácticas diferentes a las de
Occidente. En el Chaco argentino, estos cuestionamientos también han inspirado
numerosos trabajos (Carrasco 2000, 2010; De la Cruz 1995, 2000a y b; Gómez 2006;
Matarrese 2011; Salamanca 2011) que subrayan, en coincidencia con la perspectiva
adoptada en estas páginas, que incluso cuando se ha logrado titular alguna porción o
parcela a nombre de los indígenas, las divergencias filosóficas capitales con respecto a los
modos de concebir el territorio generan profundos desacuerdos y conflictos.

Historia y territorialidad: Campo del Cielo Viejo y Nuevo

La comunidad6 de Campo del Cielo está situada en una zona rural y se halla
conformada por unas 520 personas7 que pertenecen a 55 familias nucleares que, a su vez,
forman parte de 8 familias extensas. Se ubica a 50 km. de la ciudad de Las Lomitas8, en
dirección al noreste siguiendo la Ruta Provincial N° 28. La totalidad de tierras tituladas en
carácter comunal, a nombre de la asociación civil Rafael Tapiceno, ascienden a 3.903
hectáreas. Dichos títulos se otorgaron en dos momentos diferentes y dieron lugar a dos
“porciones” territoriales —Campo del Cielo Viejo y Campo del Cielo Nuevo— que están
cercanas pero que no son contiguas. En primer lugar, en el año 1985 se titularon 1901, 40
hectáreas según escritura N° 137. Éstas correspondían a las previamente otorgadas en 1979,

cuando estos términos son utilizados por la legislación en materia indígena (Constitución Nacional,
Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, Convenio 169 de la
Organización Internacional del Trabajo, etc.) y por instituciones del Estado nacional (Instituto Nacional de
Asuntos Indígenas, entre otros) y provincial (Instituto de Comunidades Aborígenes, etc.).
6
Utilizo el vocablo “comunidad” en referencia a los territorios titulados a nombre de las Asociaciones Civiles
de los aborígenes, por ser la denominación legal bajo la que se realizaron dichas titulaciones (Ley Nacional Nº
23.302/85; Ley Provincia Nº 426/86) y la que usan mis colaboradores. Estas comunidades generalmente
coinciden con los antiguos parajes utilizados durante los ciclos nomádicos.
7
Datos proporcionados por el Instituto de Comunidades Aborígenes (I.C.A.) en 2010.
8
La ciudad de Las Lomitas está situada a 300 km de la capital provincial y es la segunda urbe en importancia
de Formosa. Su origen en 1914 está ligado a la construcción de la estación “km 297”, posteriormente llamada
Las Lomitas del ferrocarril Belgrano —que comunica Embarcación con Formosa capital. Este poblado con
fuerte carácter militar primero fue un fortín o Gran Guardia de frontera y posteriormente operó allí la sede del
Comando de los Regimientos de Línea, luego reemplazada por la Gendarmería de Línea (Rodríguez Mir y
Braunstein 1994; sitio web oficial de la Municipalidad de Las Lomitas: www.laslomitas.gov.ar ).
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por el Instituto de Colonización y Tierras Fiscales provincial de acuerdo a la Ley N° 113


/60, Resolución Nº 751/79 que constituyó el primer intento jurídico de la provincia de
Formosa por resolver la situación de tenencia de la tierra de los aborígenes. En segundo
lugar, en agosto de 1987, con Escritura N° 283, se titularon a nombre de la misma
comunidad 2.002 hectáreas más, en calidad de “Ampliación de la otorgada mediante
escritura N° 137…”.
Los grupos de familias que recibieron las tierras correspondientes a Campo del
Cielo Viejo y Nuevo eran —y en menor medida aún lo son— identificados con el etnónimo
qaqadepilek9 o “gente del carancho” (Ana Dell’Arciprete 1991). Esta identificación está,
sin dudas, relacionada con un sitio de caza de caranchos y con la cercanía del
nainapiéseguem (lit. “lugar donde brota el agua”) en las orillas del bañado La Estrella.
Éstos constituían algunos de los topónimos de referencia del territorio en el que estaban
asentados, que recorrían estas familias pilagá y en cuyas proximidades el Estado provincial
a fines de la década de 1970 les otorgó tierras para constituir allí un campo de labranza. En
este intento de transformar a los aborígenes de cazadores-recolectores en agricultores, las
viviendas se dispusieron alrededor de la superficie a cultivar y estaban separadas entre sí
hasta por un kilómetro. Según consta en el plano de mensura y relacionamiento del Instituto
Provincial de Colonización y Tierras Fiscales (ver Plano 1), estas tierras lindaban al norte y
al oeste con terrenos de pobladores criollos, al este con un propietario privado y con tierras
fiscales y al sur con otro poblador criollo y con la antigua huella de la Ruta Provincial N°
28. Asimismo, este predio, tal como se puede observar en el plano 1, era atravesado en
algunos sectores del límite sur y sureste por el Riacho Salado.

9
Para los términos pilagá que recogí en el campo utilizo el sistema ortográfico consensuado por los pilagá en
1996. Este se acordó durante reuniones en las que participaron representantes pilagá (maestros de alfabeto
enseñanza modalidad aborigen –MEMAS- y ancianos). Para esas actividades se contó con financiamiento del
INAI y asesoramiento antropológico de José Braunstein y Ana Dell´Arciprete (ver in extenso
www.lenguapilagá.org).
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Chaco. Ontologías, poder, afectividad. Tola, F.; Medrano, C. y Cardin, L. (Comp.). Rumbo
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Plano 1. Plano de mensura y relacionamiento de Campo del Cielo Viejo

La representación que provee dicho plano data del año 1982 y ha sido
profundamente transformada debido a los cambios producidos por el crecimiento del
bañado La Estrella y las obras de infraestructura llevadas adelante por el Estado provincial,
que inundaron definitivamente parte de estas tierras (volveré sobre este punto). Una de las
consecuencias más contundentes de esta progresiva inundación fue el traslado de este grupo
de familias, a principios de la década de 1980, a unos dos kilómetros al sur de Campo del
Cielo Viejo, donde establecieron su nuevo lugar de residencia. Asimismo, debido a dicho
traslado, se modificaron los ámbitos de tránsito y los recorridos cotidianos de hombres y
mujeres. En la actualidad, a Campo del Cielo Viejo se dirigen grupos de hombres con
motivo de marisca y las mujeres sólo transitan por su periferia (dado el grado de
peligrosidad que, como daré cuenta más adelante, adquirió cierta parte del territorio) en
busca de materia prima artesanal, frutos y leña liviana. En el marco de una conversación
acerca de parte del territorio inundable, un colaborador de campo resumió:

“Campo del Cielo Viejo, donde está el cementerio, sirve para la siembra porque son
mucho mejor que Campo del Cielo Nuevo. Porque hay parte de ese lugar [Campo del
Cielo Viejo] que pasa el agua 2 o 3 meses, entonces tiene mucha humedad y es mejor
para la siembra. Tierra más blanda, que sirve para todo. Ahí trabajé con toda mi
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Chaco. Ontologías, poder, afectividad. Tola, F.; Medrano, C. y Cardin, L. (Comp.). Rumbo
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familia, por eso ahí tengo el cementerio, ahí están mi abuelo, mi abuela. Ahí también
se cría el animal, al norte del riacho Salado se pueden pasar al otro lado y los
caballos se llevan allá. En Campo del Cielo Viejo, al norte del riacho, es un terreno
bastante hectáreo [de muchas hectáreas], que es solamente para la ganadería y la
marisca, porque ahí están todos los animales silvestres de toda clase, ¿no? Los
animales se quedan todo el año ahí. Cuando los animales saben que está avanzado el
agua se vienen a un bordo [elevación de tierra] de 3 km que nunca inunda, porque no
pueden estar muchos días en el humeadero, porque si no ellos también disparan [se
van]. Ya al sur es para la agricultura, lo que pasa es que el terreno no es muy grande
y de ese lado es donde está el cementerio, es como una chacra grande” (Campo del
Cielo, 2006).

En síntesis, el terreno al norte del Riacho Salado es utilizado para ganadería y a su


vez tiene monte en el que los hombres mariscan “animales silvestres”. Al sur del
mencionado curso de agua, el territorio es empleado para la siembra y es identificado
principalmente, tal como destaca el relato, con el cementerio.
El actual asentamiento en el que se encuentran emplazadas las viviendas de las
familias pilagá es referido como Campo del Cielo por los pilagá (denominación que adopto
de acá en más, diferenciando sólo Campo del Cielo Viejo). Según el plano de mensura y
relacionamiento del Instituto Provincial de Colonización y Tierras Fiscales, estas tierras que
fueron tituladas a nombre de la asociación civil Rafael Tapiceno, lindan al norte y al oeste
con propiedades privadas, al este con tierras fiscales, al sur con la Ruta Provincial N° 28 y
con un camino vecinal (ver Plano 2).
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Plano 2. Plano de mensura y relacionamiento de Campo del Cielo Nuevo

Las viviendas se disponen desde la Ruta Provincial Nº 28 hacia el nor-oeste, a los


costados de un camino enripiado —de aproximadamente 5 kilómetros. Este camino
culmina en la escuela que, a su vez, está escoltada a la derecha por la iglesia. El patio de la
escuela, dotado de foco de luz, es utilizado no sólo en los actos y recreos escolares, sino
que constituye el lugar de reunión y celebración de muchas de las actividades organizadas
por la iglesia (se dan cita los grupos de danza de los jóvenes, se realizan eventos que
involucran de alguna manera el interés comunal tales como juntar fondos para algún
propósito en particular o rezar por la salud del cacique). En diagonal a este centro de
reunión se sitúa la vivienda de unos de los principales referentes políticos, no sólo de esta
comunidad sino de gran parte de los pilagá. Al lado de su vivienda de material10 está
emplazada la “casa comunitaria”, institución nativa, que también es de material y nuclea a
la mayoría de las actividades políticas (asambleas, visitas de otros dirigentes aborígenes y
qoselek11, etc.) y sociales (casamientos, cumpleaños de parientes de otras comunidades,
etc.) de la vida comunal. En torno a la escuela y la iglesia se despliegan los hogares de la

10
Este dirigente firmó la titulación de las actuales tierras y peleó arduamente por los reconocimientos de los
derechos indígenas en la década de 1980. Asimismo es el nieto de un prestigioso cacique o saliaganék de la
comunidad que en su momento se entrevistó con Perón y obtuvo las primeras tierras para Campo del Cielo.
11
El vocablo pilagá qoselek alude a la población no-aborigen o “blanca”.
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Chaco. Ontologías, poder, afectividad. Tola, F.; Medrano, C. y Cardin, L. (Comp.). Rumbo
Sur/IGWIA. Buenos Aires, Argentina. Páginas: 133-152. ISBN 978-987-27338-6-5. Agosto
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familia extensa de este dirigente. A medida que aumenta la distancia con respecto a este
centro, las viviendas son de madera con techo de chapa de cartón y más distante a éstas, se
sitúan las de adobe cuyos techos están constituidos por mazos de hojas secas. A unos 100
metros a la derecha de la iglesia se encuentra una amplia cancha de fútbol en la que son
frecuentes acalorados partidos y torneos. A la izquierda de la escuela hay un embalse en el
que las jóvenes solteras, los sábados por la mañana, lavan la ropa mientras comentan las
“novedades” y se preparan para el baile del grupo evangélico que se realiza por la tarde en
el patio de la escuela.
En síntesis, en el centro de la comunidad están emplazados la escuela, la iglesia y
los hogares de los líderes políticos. En otra escala, cada vivienda constituye un centro
conectado por caminos y sendas que comunican con otros grupos familiares y con
determinados sitios de caza, pesca y recolección. Las viviendas ('eméq) se encuentran
agrupadas por familia extensa, dando cuenta de la organización social del grupo allí
asentado. En general, se ubican en torno a una casa central y frecuentemente las casas de
las hijas mujeres con sus maridos se emplazan a los costados. Asimismo, los hogares de los
ancianos se construyen en las inmediaciones de la vivienda central. Dentro de este ámbito
doméstico está incluido el huerto, que generalmente está ubicado en la parte de atrás de las
viviendas, en dirección opuesta a la orientación de la puerta de entrada. Su construcción
está a cargo de los hombres, aunque el cuidado de los vegetales cultivados corresponde a
las mujeres. En el huerto se cultivan zapallo, anco, sandía, entre otros. A su vez, los
animales criados por los pilagá —perros, cabras, aves de corral— también están dentro de
esta esfera.
“Violando derechos y removiendo muertos: el caso del Bañado de la Estrella”. Gran
Chaco. Ontologías, poder, afectividad. Tola, F.; Medrano, C. y Cardin, L. (Comp.). Rumbo
Sur/IGWIA. Buenos Aires, Argentina. Páginas: 133-152. ISBN 978-987-27338-6-5. Agosto
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Croquis 1. Campo del Cielo

La comunidad y cada hogar en particular constituyen epicentros a partir de los


cuales los indígenas desarrollan sus recorridos territoriales e interactúan con los diversos
existentes que lo habitan. De este modo, según dónde se ubique el sujeto dentro del
entramado de relaciones sociales, se transitan, habitan y evitan los diversos ámbitos que
conforman el territorio.
De lo antedicho se desprende la importancia de analizar una obra provincial que no
sólo violó los derechos de los pilagá, sino que acarreó —como plantearé a continuación—
transformaciones territoriales sustantivas.
“Violando derechos y removiendo muertos: el caso del Bañado de la Estrella”. Gran
Chaco. Ontologías, poder, afectividad. Tola, F.; Medrano, C. y Cardin, L. (Comp.). Rumbo
Sur/IGWIA. Buenos Aires, Argentina. Páginas: 133-152. ISBN 978-987-27338-6-5. Agosto
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El “bañado La Estrella”: crónica de una inundación anunciada

Parte de las tierras tituladas por Campo del Cielo Viejo se inundaban temporalmente
dos o tres meses por año, durante la época de crecida del bañado La Estrella y cuando las
aguas se retiraban quedaban numerosos arroyos y tierra fértil. A partir de la década de 1990,
aumentaron las inundaciones del territorio debido, por un lado, al deterioro ambiental en la
región —que generó que bajaran muchos más sedimentos con el río y que no hubiera
suficiente vegetación para su contención debido a los desmontes masivos. Por otro lado, las
inundaciones se agravaron por las obras hídricas de la Provincia realizadas en aquel
entonces, con el objeto de obtener una vía de derivación de aguas del bañado La Estrella
hasta la localidad de Las Lomitas (TIERNA 2004; Matarrese 2007).
A partir del año 2003, este escenario se agudizó debido a una nueva obra de
infraestructura (Foto 1). Los trabajos consistieron en el levantamiento de la Ruta Provincial
N° 2812 para crear un gran embalse en la zona del valle del bañado La Estrella (entre los
kilómetros 35 y 50)13.

12
La obra hidrovial “Reconstrucción de una Ruta Provincial N° 28- Tramo Las Lomitas -Posta Cambio
Salazar”, realizada por la Dirección de Recursos Hídricos de la Provincia, contó para su financiamiento con
un crédito otorgado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) (BID 1118/OC- AR), destinado al
“Programa de Emergencia para la recuperación de zonas afectadas por las inundaciones” del Ministerio de
Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios de la Nación.
13
Para mayor detalle del proyecto ver documento denominado “Tierra, Recursos Naturales, y Agua
(TIERNA). Proyecto Hidrovial Ruta Provincial N° 28. Defensa del Territorio Pilagá y de Pequeños
Productores Criollos del Bañado la Estrella” realizado por la Federación de Comunidades del Pueblo Pilagá,
Asociación para la Promoción de la Cultura y el Desarrollo (APCD), Centro de Capacitación Zonal
(CECAZO), Equipo para la Promoción y el acompañamiento solidario (EPRASOL), Ecology Project
International (EPI), Asociación de Productores del Bañado la Estrella (APROBAE), Fundación Ambiente y
Recursos Naturales (FARN) y Fundación para la Gestión e Investigación Regional (FUNGIR). Asimismo
consultar el Informe del Proyecto "Ruta Provincial Nº 28. Tramo Las Lomitas – Posta Cambio Zalazar",
realizado por Luis María de la Cruz y Luis Acosta en 2004 para la fundación FUNGIR y copia de la fórmula
de reclamo administrativo para presentar ante el Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y
Servicios de la Nación.
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Foto 1: Cartel de la obra en la Ruta Provincial N° 28 en la calle principal de Las Lomitas (2005)

Esta iniciativa provincial fue repudiada por los aborígenes y pobladores afectados.
Los pilagá y los criollos, representados por la Federación del Pueblo Pilagá 14 y la
Asociación de Productores del bañado La Estrella (APROBAE), junto con el apoyo de
diversos actores indigenistas realizaron movilizaciones, denuncias e informes15 acerca de la
posible inundación permanente de parte de las tierras tituladas por las comunidades Campo
del Cielo y El Descanso (con respecto a esta última comunidad ver Amnistía Internacional,
2010) y de los emplazamientos criollos cercanos.
Las objeciones al proyecto de estos actores radicaron tanto en algunos de sus
objetivos, como en las irregularidades técnicas y administrativas en las que se incurrieron
durante su implementación. En primer lugar, cuestionaron la “creación de una importante

14
La “Federación Pilagá”, como suele designarse, se conformó entre los años 2001 y 2003, y articula
políticamente a 19 comunidades. Está dirigida por un triunvirato electivo, formado por representantes de los
ancianos, de las mujeres y de los hombres adultos. Esta federación ha contado y aún lo hace con el apoyo
político de las ONG locales, especialmente de INCUPO. El respaldo de estas organizaciones sociales, cuya
militancia indigenista es frecuentemente opositora a las políticas provinciales en materia aborigen, ha
dificultado la obtención de su personería jurídica en el ámbito provincial. Luego de muchas dilaciones para su
obtención en la esfera provincial, obtuvo su reconocimiento en la esfera nacional en enero de 2012, cuando
fue inscripta en el Registro Nacional de Organizaciones de Pueblos Indígenas (RENAPI), del Instituto
Nacional de Asuntos Indígenas (INAI).
15
Parte de la movilización indigenista tuvo como resultado la organización de una mesa y un documento
(TIERNA, 2004) citado anteriormente.
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Chaco. Ontologías, poder, afectividad. Tola, F.; Medrano, C. y Cardin, L. (Comp.). Rumbo
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2013.

reserva de agua”16, que presumiblemente generaría mayores superficies de tierra inundada.


Lo antedicho, a su vez, era contradictorio con el financiamiento obtenido por el BID en el
marco del “Programa de Emergencia para la recuperación de zonas afectadas por las
inundaciones”. En segundo lugar, los afectados por la obra rechazaron la creación de “un
importante polo de desarrollo de un área con potencial agrícola-ganadera emplazada al sur”
de la zona en cuestión (ver nota 11, objetivo 5). Esta ya bicentenaria obsesión por el
desarrollo en la provincia a través de actividades agrícolas y ganaderas negaba, y aún lo
hace, la existencia de otros modos de uso del territorio, que estaban siendo afectados por
este proyecto. Por último, cuestionaron la pretensión de “fortalecer las condiciones para el
desarrollo de la explotación turística de la zona” (ver nota 11, objetivo 7), desconociendo
los efectos de dicho desarrollo en las actividades de los habitantes. Lo antedicho a su vez
era una denuncia de la falta de consulta a los pilagá con anterioridad a la ejecución del
proyecto. En relación con lo antedicho, cito un breve fragmento de una entrevista en
Campo del Cielo:

M: ¿qué es para vos un proyecto de desarrollo?


I: Como por ejemplo, a ver decime...
M: Por ejemplo, esta obra que está haciendo el BID con el gobierno de la provincia,

16
El Informe del Proyecto "Ruta Provincial Nº 28. Tramo Las Lomitas–Posta Cambio Zalazar", elaborado por
la Dirección de Recursos Hídricos de la Provincia de Formosa, define los siguientes objetivos:
1. Mantener en condiciones de transitabilidad de la Ruta Provincial Nº 28 durante la crecida ordinaria del
bañado La Estrella, 2. Garantizar la estabilidad estructural del cuerpo del terraplén de la Ruta Provincial Nº 28
en correspondencia con el Bañado ante la crecida de diseño estimada en un caudal de 1500 cms cúbicos por
segundo, 3. Crear una importante reserva del recurso de 167 hectómetros cúbicos aumentando el nivel de
embalse (umbral del vertedero) de 130,30 a 130,75 que permitirá la distribución de este volumen durante el
período seco (sin aportes del Río Pilcomayo) en el área a desarrollar, 4. Proyectar una nueva cota de
coronamiento de la presa de manera tal que posibilite el trasvase de una parte de los caudales disponibles
durante el período húmedo (con aportes del Pilcomayo) hacia la cuenca del Riacho Monte Lindo para su
utilización en un área no influenciada por los desbordes propios del bañado. Esta rendición de uso permite
una mayor disponibilidad del recurso captando un importante volumen por sobre el nivel de reserva (130,75)
estimado en 200 hectómetros cúbicos que sumado al de reserva permitirá un aprovechamiento en el orden de
los 360 hectómetros cúbicos, 5. Crear un importante polo de desarrollo en un área con potencial agrícola-
ganadera emplazada al sur de la Ruta Nacional Nº 81 entre las localidades de Las Lomitas y Pozo del Tigre.
El volumen hídrico disponible permitirá contar en un área de bajo riego del orden de las 15.000 a 20.000
hectáreas”, 6. Aumentar el módulo del riacho Monte Lindo permitiendo mayorizar la oferta hídrica de este
cauce, 7. Fortalecer las condiciones para el desarrollo de la explotación turística del ecosistema de la zona”
(De la Cruz y Acosta, 2004).
“Violando derechos y removiendo muertos: el caso del Bañado de la Estrella”. Gran
Chaco. Ontologías, poder, afectividad. Tola, F.; Medrano, C. y Cardin, L. (Comp.). Rumbo
Sur/IGWIA. Buenos Aires, Argentina. Páginas: 133-152. ISBN 978-987-27338-6-5. Agosto
2013.

dicen que es un proyecto de desarrollo, la nombran así.


I: Para ellos, mirá, el día de mañana, por el turístico [turismo] va a entrar mucha
gente, para ellos es el desarrollo, para ellos. Para nosotros no, porque el turismo
quizás va a manejar la provincia y va a venir gente, no sé hasta del último rincón de
la tierra, van a venir a ver y van a pagar seguramente no sé cuántos dólares y el
beneficio más grande le va a quedar a la provincia, no a nosotros (Campo del Cielo,
2006).

Amén de estos cuestionamientos capitales, el proyecto adoleció de irregularidades


técnicas17, así como administrativas. Con respecto a este último punto, a fin de cumplir con
la normativa vigente en materia ambiental —Ley Provincial N°1080/93, de Ecología y
Medio Ambiente, art. 133 y 134— se debía realizar un Estudio de Impacto Ambiental por
una unidad externa al organismo licitante y una Audiencia Pública antes del llamado a
licitación. El Estudio fue realizado por la Unidad de Control y Administración de Proyectos
(UCAP) del Ministerio de Economía de la Provincia, dependiente del propio gobierno de
Formosa y su resultado fue un impacto negativo muy bajo. En cuanto a la Audiencia
Pública, ésta tampoco fue convocada con anterioridad al llamado a licitación de la obra.
Tales irregularidades motivaron que la Subsecretaría de Recursos Naturales y Ecología de
la provincia exigiera su cumplimiento.
La presentación de variados reclamos por la vía jurídica18, sólo consiguió frenar la

17
Dichas irregularidades han sido detalladas en el “Estudio Evaluativo Obra Reconstrucción de la Ruta
Provincial Nº 28” (De La Cruz y Acosta 2004).
18
Los aborígenes y criollos afectados enviaron un reclamo administrativo ante el Ministerio de Planificación
Federal de la Nación (expte. S01- 0002954/04 y S01-00527201/04) y ante la correspondiente jurisdicción
provincial (expte. A 1280/4). A través de la presentación en el orden federal, se detuvo la obra unos meses.
Luego del derrotero jurídico, en abril de 2004, comenzó una campaña vía correo electrónico y en los medios
de comunicación nacionales e internacionales, para darle visibilidad al reclamo (GELIND 2005). La denuncia
se hizo llegar a la Delegación Argentina del BID y a la encargada de Asuntos Indígenas del BID en
Washington. También desde Amnistía Internacional se solicitó un pedido de informe a la Secretaría de
Derechos Humanos de la Nación. En mayo una delegación de aborígenes de la Federación Pilagá, de criollos,
de representantes de INCUPO y el entonces asesor legal emprendieron una recorrida por los diversos
organismos nacionales e internacionales con responsabilidad en la obra (la delegación argentina del BID, el
Programa de Emergencia para la Recuperación de las Zonas Afectadas por las Inundaciones del Ministerio de
Planificación Federal Inversión Pública y Servicios, la Cancillería, la Secretaría de Obras Públicas de la
Nación y la Dirección Nacional de Proyectos con Organismos Internacionales de Crédito) así como de
“Violando derechos y removiendo muertos: el caso del Bañado de la Estrella”. Gran
Chaco. Ontologías, poder, afectividad. Tola, F.; Medrano, C. y Cardin, L. (Comp.). Rumbo
Sur/IGWIA. Buenos Aires, Argentina. Páginas: 133-152. ISBN 978-987-27338-6-5. Agosto
2013.

obra un semestre (GELIND 2005). En efecto, el proyecto se retomó luego de un acuerdo


con los aborígenes en el que se realizaron algunas modificaciones técnicas tendientes a
reducir el impacto de la obra y a reforzar la defensa de la comunidad de Campo del Cielo
ante posibles inundaciones. No obstante, estas modificaciones no resolvieron el principal
foco de preocupación aborigen, que era el aumento de la cota del terraplén de la ruta y la
consiguiente inundación de sus territorios.
Junto con el reinicio de las actividades, la Legislatura de Formosa19, a propuesta del
Poder Ejecutivo, sancionó la Ley 1471/05 que declaró de “dominio público” del Estado
Provincial al bañado La Estrella (art.1), y de utilidad pública las aguas y tierras ocupadas
por dicho bañado (art. 2), afectando de igual manera al territorio pilagá y a los criollos de la
zona (Candia 2005; Matarrese 2007). Finalmente, la obra se terminó de realizar en 2007 y
efectivamente en 2008 hubo mayores inundaciones registradas en los territorios aborígenes
de Campo del Cielo y el Descanso20.
En síntesis, el territorio aborigen y los derechos de los pueblos indígenas fueron
avasallados. Como reflexionaba un colaborador pilagá en 2009: “las leyes y las normas no
pudieron frenar las topadoras”, dado que las normativas que garantizan el territorio
aborigen no se cumplieron. Asimismo, tampoco se efectivizaron los mecanismos que
debían asegurar la participación indígena, antes bien se transformaron en meros pasos
formales para seguir avasallando derechos dentro del marco legal vigente. Por ejemplo, y

diversas instituciones en busca de apoyo ante los reclamos (Instituto Nacional de Asuntos Indígenas, Centro
de Estudios Legales y Sociales (CELS) y la Defensoría del Pueblo de La Nación). En forma paralela se
realizó una denuncia al Banco BID en Washington pidiendo a través de un “Mecanismo de Investigación
Independiente” la intervención de la delegación argentina a causa de las irregularidades cometidas. Asimismo
se presentó un Recurso de Amparo ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación (Asociación Civil Ayo La
Bomba y otro vs. Provincia de Formosa y otro s/acción de amparo) en la que se declaró la incompetencia de
ésta y una Solicitud de Medida Cautelar ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
19
La legislatura sancionó la Ley N° 1439/04 que declaró de “utilidad pública y sujetos a expropiación los
inmuebles afectados por la obra: “Reconstrucción y adecuación —Complejo Hidrovial Ruta Provincial N°
28— Bañado La Estrella”. La sanción de esta ley y la preocupación que generó la posible expropiación a
criollos y aborígenes afectados, dio lugar a una campaña de denuncia de la violación de los derechos
indígenas reconocidos en la esfera nacional (art. 75, inc. 17) y provincial (art. 79), y en los tratados
internacionales ratificados por el país (Convenio 169 de la OIT art. 13,14 y 35; y del Protocolo Adicional al
Pacto de San José de Costa Rica). Ante la trascendencia del reclamo y la presión de diversos sectores de la
sociedad nacional (académicos, militantes de derechos humanos, indigenistas e instituciones afines) el
ejecutivo vetó parcialmente la cuestionada norma y días más tarde presentó un nuevo proyecto legislativo.
20
Para un análisis de las consecuencias de esta obra en la comunidad del Descanso ver Amnistía Internacional
(2010).
“Violando derechos y removiendo muertos: el caso del Bañado de la Estrella”. Gran
Chaco. Ontologías, poder, afectividad. Tola, F.; Medrano, C. y Cardin, L. (Comp.). Rumbo
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2013.

éste es el punto en el que me detendré con mayor detalle en el siguiente apartado, no se


realizó una consulta libre, previa e informada a las comunidades aborígenes afectadas, tal
como lo estipulaba ya en aquel momento el Convenio 169 de la OIT.

Consentimiento más presionado que libre, previo e informado

Las oposiciones a la obra en aquel abril de 2004 tuvieron como contrapartida un


intenso clima persecutorio sobre los dirigentes aborígenes, tales como subirlos por la fuerza
a un auto y trasladarlos a la ciudad de Formosa para firmar un “papel en blanco” en calidad
de “consentimiento”, la presencia en la comunidad de empleados del gobierno al caer la
noche, llamados telefónicos, entre otros. En Campo del Cielo, donde realicé trabajo de
campo durante la obra, las presiones de los funcionarios para obtener la conformidad de los
dirigentes, también incluyeron la promesa de la “presencia del gobernador en persona”,
ofrecimientos de planes sociales, herramientas, puestos políticos y mejoras en
infraestructura exclusivamente para esta comunidad. Un pilagá de La Bomba relató al
respecto:

“El gobierno manda los Directores, los agrimensores, mandaron a todos los que son
empleados del ICA para venir a presionar a la gente. Los llevan a ofertarle
motosierra, alambre, contratos, para que ellos firmen el Acuerdo de que les hagan
mal la ruta. No prometen otra tierra ni más tierra. Prometen que van a hacer la
vivienda, la iglesia, todo mejorar, que van a meter una defensa y enripiado [ponerle
ripio al camino que une la ruta con la comunidad]. […] Se hizo el trabajo con el BID
¿de cuántos millones de dólares es? Eso va para la provincia, no para las ayudas, no
para los pobres, no para los pobladores, no para los que viven ahí” (La Bomba,
2006).

Esta metodología viola el derecho de los aborígenes a ser consultados libremente en


los proyectos que puedan afectarlos y que ha sido reconocido tanto por la Constitución
“Violando derechos y removiendo muertos: el caso del Bañado de la Estrella”. Gran
Chaco. Ontologías, poder, afectividad. Tola, F.; Medrano, C. y Cardin, L. (Comp.). Rumbo
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2013.

Nacional en su artículo 75, inciso 17; como por instrumentos de derecho internacional en
materia indígena21. Para los pueblos indígenas, este derecho es un derecho humano
fundamental dado que afecta algunos asuntos directamente vinculados a su modo de vida
(Amnistía Internacional, 2010: 42). En esta línea, son numerosos los instrumentos de
derecho de los que Argentina es signataria (Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, Pacto Internacional Sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales, la
Convención sobre todas las formas de Eliminación de la Discriminación Racial, y la
Convención Americana de Derechos Humanos).
A pesar del corpus legal vigente, lejos de ser informados por las autoridades
responsables de la obra, se realizaron reuniones que no tuvieron lugar en la comunidad ni
con el conjunto de las familias que la integran, ni durante el transcurso de la
implementación del proyecto. Más aún, numerosos miembros de la comunidad desconocían
el estado de la obra, es decir, si estaba en ejecución o suspendida, qué implicancias tenía, en
qué consistía. Lo antedicho es consecuencia de que la información acerca de la obra no fue
transmitida a la comunidad ni se realizó con el tiempo necesario para que los aborígenes
pudieran asesorarse con otros profesionales de su confianza. Más aún, durante mi estadía,
algunos pilagá con los que trabajé si bien sabían que se habían hecho modificaciones en la
defensa, porque “habían recorrido personalmente la zona”, no contaban con la información
necesaria como para evaluar los trabajos realizados.
El profundo desconocimiento de los pilagá acerca de la obra en cuestión y de sus
efectos, sumado a la reseñada presión sobre los dirigentes de Campo del Cielo, hicieron
colapsar los intentos de un reclamo conjunto de las diversas comunidades bajo la
representación de la Federación Pilagá (Spadafora et al. 2010). Un pilagá de la Federación
opinó al respecto:

“Cuando vinieron las autoridades de la provincia, parece que ahí negociaron los
dirigentes de la comunidad de Campo del Cielo, no sé si los comprometieron con

21
Convenio 169 OIT art. 7, Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblo Indígenas,
art. 33.2
“Violando derechos y removiendo muertos: el caso del Bañado de la Estrella”. Gran
Chaco. Ontologías, poder, afectividad. Tola, F.; Medrano, C. y Cardin, L. (Comp.). Rumbo
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2013.

plata o nombramiento, no sé cuál sería, pero hicieron un arreglo particular.


Individualmente y por eso es que ellos se preocupan de no estar alineados con la
Federación. Ellos podían entrar a presentar la reunión en la Federación. Porque a la
Federación cuando hace reunión están los representantes de la mayoría de las 18
comunidades, menos los de esta comunidad, solitos están. No es porque los dejaron
aislados, porque ellos mismos se apartaron, porque si ocuparon su tierra entonces
deberían mostrar su preocupación. La Federación podría asumir la responsabilidad al
reclamar ante el gobierno de alguna forma, pero así no. Quedó calladito, todo (2006).

Tal como relató mi colaborador, primaron los faccionalismos, las alianzas y los
compromisos negociados individualmente. Los dirigentes de las comunidades afectadas
(Campo del Cielo, Kilómetro 30, La Línea, el Descanso, La Bomba, Qom Pi, Pozo Molina,
Pozo Perdido y el Simbolar) firmaron un Acuerdo el 22 de abril de 2005 en la Casa de
Gobierno de Formosa en presencia del representante del BID en Argentina, del Jefe del
Programa de Emergencia para la Recuperación de las Zonas Afectadas y de funcionarios
del gobierno provincial. A través del mismo se procuró contar con el consentimiento y
demostrar la participación de los aborígenes en la obra. Un testimonio de un dirigente
pilagá de Campo del Cielo que firmó el Acuerdo consignó:

“Estamos solos con la Provincia, estamos en espera. Si ellos [el Estado provincial]
nos consiguen las cosas que hemos pedido vamos a estar contentos, pero si ellos no
lo consiguen no sé lo que va a pasar […]. Claro, estamos haciendo un convenio con
ellos, tenemos la esperanza de que ellos nos consigan. No tenemos papeles
suficientes para recurrir a otra institución, ahora estamos esperando [...] Cuando a la
noche no puedo dormir pienso, viste, porque nunca hemos tenido un negocio o un
convenio con gobiernos provinciales, es la primera vez, creo que estamos siendo más
compactos con el gobernador. Hace poquito estuvimos en Formosa por que nos
llamaron que vayamos, la gente del Gobierno nos mostraron el video, todos los
dibujos que se van a hacer ahí en la comunidad nuestra, tanto en la escuela, ahí en la
“Violando derechos y removiendo muertos: el caso del Bañado de la Estrella”. Gran
Chaco. Ontologías, poder, afectividad. Tola, F.; Medrano, C. y Cardin, L. (Comp.). Rumbo
Sur/IGWIA. Buenos Aires, Argentina. Páginas: 133-152. ISBN 978-987-27338-6-5. Agosto
2013.

entrada, la capilla que se va a levantar, ellos nos mostraron el video en diapositivas”


(2006).

De este fragmento de entrevista se desprende, en primer lugar, la ajenidad de los


pilagá con respecto a la planificación de la obra en cuestión dado que, el proyecto es
informado cuando no sólo estaba íntegramente diseñado sino en ejecución. En segundo
lugar, la participación pilagá, que se limitó a los dirigentes de las comunidades afectadas,
consistió en una reunión fuera de la comunidad en la que se proyectó un video de las
modificaciones de la obra en la ruta y de algunas mejoras puntuales en Campo del Cielo —
en la capilla y en la escuela, enripiado en la entrada de la comunidad, entre otras (Matarrese
2008, 2011). Al respecto, son elocuentes algunas frases de la cita que refieren a “la espera”
de los pilagá a que el gobierno cumpla con lo prometido y a la imposibilidad de recurrir a
otra institución.
Si hasta aquí abordé tanto las objeciones al proyecto cuanto las violaciones a los
derechos aborígenes en las que se incurrieron para llevarlo a cabo, a continuación detendré
mi mirada en las transformaciones ontológicas del territorio a raíz de esta obra y en los ejes
en los que se centró y aún se centra la reivindicación territorial pilagá.

Muertos y no-humanos: transformaciones de un territorio avasallado

La mencionada obra tuvo efectos profundamente transformadores en la


conceptualización y uso del territorio de los pilagá. En la actualidad, los pilagá mencionan
ocasionalmente Campo del Cielo Viejo. Hacia allí me dirigí con un colaborador durante el
transcurso de la obra y una vez terminada la misma. Los recorridos por Campo del Cielo
Viejo estuvieron acompañados de una atmósfera de mayor atención y también de mayor
tensión que los efectuados en Campo del Cielo Nuevo dado que, tal como abordaré a
continuación, refieren a un territorio que de la mano de la llegada del agua, de la remoción
de las sepulturas y de su inundación ha cambiado su estatus ontológico debiéndose tomar
una serie de recaudos a fin de negociar su tránsito con los existentes que lo habitan.
“Violando derechos y removiendo muertos: el caso del Bañado de la Estrella”. Gran
Chaco. Ontologías, poder, afectividad. Tola, F.; Medrano, C. y Cardin, L. (Comp.). Rumbo
Sur/IGWIA. Buenos Aires, Argentina. Páginas: 133-152. ISBN 978-987-27338-6-5. Agosto
2013.

El acceso a este territorio se realizó por un único y mismo camino —que se clausura
en la época de crecida dado que se inunda totalmente. Al haber sido progresivamente
cubierto por las aguas, el territorio se pobló de existentes propios de ámbitos acuático
(nuevas especies vegetales, animales y pakay22), y muchos de los lugares familiares se
tornaron inaccesibles debido a la nueva vegetación “que generó el agua”, a los recaudos
especiales que requiere su acceso y a la peligrosidad de la que están revestidos.
En referencia a este ámbito, mis colaboradores relataban con particular vehemencia
lo peligroso que era Wósak. Este payak mora en las orillas del bañado y tiene el aspecto de
un viborón multicolor y gigante, cuya lengua desplegada forma el arco iris luego de las
tormentas (Idoyaga Molina 1992, 1994, 1995). Generalmente, Wósak entabla relaciones de
hostilidad con los humanos y particularmente con las mujeres menstruantes dado que le
repugna el olor a sangre. En palabras de mi colaborador:

“El arco iris [Wósak] te asusta, te sigue con viento, lluvia y truenos. Un viento
demasiado fuerte tuerce todos los palos y mueve el pasto, todo. El arco iris hace
color en la sombra y te hace perder. Para que a nosotros no nos corra el bicho
del agua tenemos que tener dos o tres cigarros en el bolsillo o alguna fija
[arpón]. También en el agua hay otro bicho muy malo que es el dueño, Lek”
(Campo del Cielo, 2007).

La peligrosidad o temor con respecto al tránsito de ciertos lugares del territorio


está relacionada con su des-humanización y muchas veces esto es manifestado por los
aborígenes cuando sostienen que los diversos existentes del territorio los “desconocen”.
Durante nuestros recorridos, a medida que caminábamos por ámbitos otrora habitados
podían leerse —en los cercos y sembradíos abandonados, y en los postes que en algún

22
Los payak han sido definidos por Anatilde Idoyaga Molina como teofanías (1995: 197), espíritus, deidades
(1995: 44-46) o potencias (1995: 167). Adopto una concepción más amplia, siguiendo los aportes de Florencia
Tola (2010) en sus trabajos con los qom que considera que son seres no-humanos que tienen paqál y ello les
permite sentir, pensar y moverse (Tola 2006, 2010, 2012). Además, poseen intencionalidad, conciencia
reflexiva y capacidad para manifestarse de maneras múltiples y ambivalentes (ibid.).
“Violando derechos y removiendo muertos: el caso del Bañado de la Estrella”. Gran
Chaco. Ontologías, poder, afectividad. Tola, F.; Medrano, C. y Cardin, L. (Comp.). Rumbo
Sur/IGWIA. Buenos Aires, Argentina. Páginas: 133-152. ISBN 978-987-27338-6-5. Agosto
2013.

momento constituyeron los pilares de una vivienda—, los signos del viejo asentamiento
humano. Tal como expuso Santos Granero para el caso yanesha de la Amazonía peruana,
determinados elementos del paisaje o “topogramas” (2004: 205) están imbuidos de la
memoria histórica y han adquirido dicha entidad como consecuencia de las actividades
transformadoras de seres humanos o no-humanos. De esta manera, los diversos elementos
que mi interlocutor destacaba durante nuestro recorrido, daban cuenta de la historia del
grupo. Es decir, las marcas constituían nexos tangibles entre el pasado y el presente y
señalaban la ligazón de estas familias con el territorio. Si bien los pilagá con quienes
trabajé resaltaban estas huellas territoriales, lo que más destacaban era que allí se
encontraba el cementerio. Este lugar, a diferencia de los anteriores, no sólo constituía una
herramienta fundamental para la defensa territorial, sino que al encontrarse allí los restos
de sus antepasados, su conservación indicaba el límite de lo tolerable. Con respecto al
estado del mismo, mis colaboradores resaltaron la inundación de una parte debido a las
mayores crecidas que generó la obra en la Ruta Provincial N° 28 y la remoción de algunas
tumbas por las topadoras. En este sentido, un interlocutor de campo explicó:

“Nosotros le pasamos novedad al Gobierno, que esta tierra iba a estar bajo agua y
nosotros le pedimos al Gobierno que reconozca el día de mañana cuando sea afectada
la tierra, que seguramente eso va a vivir permanente en agua pero igual van a seguir
siendo nuestra tierra. Por más que esté bajo agua, la tierra va a ser de nosotros, o sea
siempre va a ser de nosotros, porque están los ancestros nuestros que están ahí bajo
agua y esos ancestros quedan ahí y nosotros nunca los vamos a olvidar” (Campo del
Cielo, 2007).

De este modo, los pilagá reafirmaban, sustentados en la permanencia en esas tierras


de los restos de sus antepasados, que ese territorio era propio a pesar de las condiciones en
las que se encontrara —en efecto estaba inundado. La propiedad de la tierra era reafirmada
debido a su titularidad a nombre de la comunidad y a que aquellos eran ámbitos
socialmente apropiados y dotados de significado por ellos. Más aún, los aborígenes
“Violando derechos y removiendo muertos: el caso del Bañado de la Estrella”. Gran
Chaco. Ontologías, poder, afectividad. Tola, F.; Medrano, C. y Cardin, L. (Comp.). Rumbo
Sur/IGWIA. Buenos Aires, Argentina. Páginas: 133-152. ISBN 978-987-27338-6-5. Agosto
2013.

argumentaban que iba a seguir siéndolo dado que allí iban a seguir estando alojados “los
huesos de los abuelos”. De esta manera, proyectaban sostener una defensa territorial tanto
como perduraran allí los inmutables huesos de sus antepasados.
Este último punto debe leerse en diálogo con dos cuestiones sincrónicas: en primer
lugar, la declaración de las aguas y tierras ocupadas por el bañado La Estrella como de
“dominio público” del Estado Provincial (Ley N° 1471/05). En segundo lugar, la invasión
de parte del cementerio y la remoción de algunas tumbas a raíz de la obra en la Ruta N° 28.
En relación con esto, un colaborador expresó:

“Ahí estuve, en cuanto llegué al cementerio, no sabía qué hacer porque me dio
bronca mejor dicho. Porque llega un momento cuando se avanza mal el agua y en
vez de salir al otro lado va a salir ahí, donde está el cementerio. El agua lo va a
revolver todo y se va lavando la tierra y le van a perjudicar a los huesos de nuestros
abuelos. Eso a mí me da más bronca y no sabía. ¿Por qué, por qué a la gente no se le
avisó? Yo tengo ahí a mi abuela, propia abuela. Ahí tengo a mi abuelo, mis hermanos
que están ahí, y no pude encontrar. Donde está el cementerio, donde está mi familia,
ahí estoy yo. Vino esta obra con topadora, con máquina excavadora de tierra y
avanzaron con todo, lo que no tenían cruz, avanzan” (Campo del Cielo, 2007).

La inundación y la remoción de tumbas afectaron profundamente el trato que los


pilagá le dan a los muertos, constituyendo una vejación a sus antepasados y una amenaza
permanente para los vivos. Cabe destacar que para los pilagá la muerte lejos de ser asumida
como la culminación del proceso biológico es una alteración ontológica que acaece cuando
el paqál23 abandona el cuerpo dando lugar a un nuevo ser des-corporizado (payak) (Idoyaga
Molina 1983, 1995). Esta transformación ontológica genera mucho temor y una serie de

23
El paqál —es traducido generalmente como “alma sombra” (Idoyaga Molina 1983, 1995)— no obstante
considero más preciso definirlo, tal como Florencia Tola (2006, 2012) ha sostenido en sus estudios de la
concepción qom de cuerpo, y de vida y muerte, como la apariencia corporal y como un principio vital de toda
persona humana y no-humana.
“Violando derechos y removiendo muertos: el caso del Bañado de la Estrella”. Gran
Chaco. Ontologías, poder, afectividad. Tola, F.; Medrano, C. y Cardin, L. (Comp.). Rumbo
Sur/IGWIA. Buenos Aires, Argentina. Páginas: 133-152. ISBN 978-987-27338-6-5. Agosto
2013.

prácticas funerarias y de observancia del duelo24 con el objeto de contrarrestar su


peligrosidad, que reside principalmente en la capacidad de este payak de llevarse a sus
familiares con él, es decir, de matarlos25 (Idoyaga Molina 1983).
En este sentido, la remoción de los huesos de los antepasados y su inundación
claramente conlleva una provocación que puede generar la venganza de los difuntos (que
generalmente consiste en el envío de enfermedades) sobre toda la comunidad y,
puntualmente, sobre los parientes directos (Idoyaga Molina 1983). Por otra parte, el
contacto del agua con estos restos óseos, por un lado, diluyó peligrosamente las distancias
necesarias26 entre vivos y muertos, generando contacto entre ambos. Por otro lado, para los
pilagá a partir de este contacto el agua se contaminó y se transformaron muchas de sus
propiedades (por ejemplo, el ser un elemento purificador por excelencia). De allí que evitan
ingerirla y pescar en determinadas zonas cercanas al antiguo asentamiento alegando que
“trae enfermedad”27.
En síntesis, las transformaciones ontológicas analizadas, así como las
reivindicaciones territoriales en relación con los antepasados ponen en relieve la
complejidad que reviste el territorio para los pilagá. Este territorio se recorta en referencia a
otros, ya sean humanos —aborígenes, qoselek— y no-humanos— y se define
principalmente por las marcas geográficas que señalan la ligazón del grupo con un paisaje y
una historia (Álvaro Echeverri 2004). Lo antedicho se evidencia en el caso de estudio, en
el que por un lado una porción territorial fue negociada por algunos dirigentes indígenas a
cambio de prebendas políticas. No obstante, por otro lado, los diversos existentes que lo

24
Para un análisis de las prácticas funerarias y de las observancias del duelo entre los pilagá, ver Idoyaga
Molina (1983).
25
Los pilagá temen, principalmente en los primeros días luego del deceso, que sus difuntos los quieran llevar
con ellos al mundo de los muertos para no sentirse solos. A fin de evitar esto, los indígenas cumplen con una
serie de prácticas funerarias, entre las que se destaca el entierro del cadáver en un pozo profundo y su
posterior cobertura con ramas y tierra de modo tal que no vuelva al mundo de los vivos, no mencionar el
nombre del difunto, quemar las ropas que usaba en el momento de la muerte, lavar todas las pertenencias que
se quieran usar a fin de que el fallecido no reconozca su olor, entre otras (Idoyaga Molina 1983).
26
La observancia de una distancia necesaria entre el cementerio y la comunidades es coincidente con una
serie de los recaudos (mencionados anteriormente- ver nota 25) tendientes a contrarrestar la peligrosidad de
los muertos.
27
Para una análisis más extendido de las relaciones de los payaks y los qom, ver Tola (2010). En referencia al
caso pilagá, ver Matarrese (2011).
“Violando derechos y removiendo muertos: el caso del Bañado de la Estrella”. Gran
Chaco. Ontologías, poder, afectividad. Tola, F.; Medrano, C. y Cardin, L. (Comp.). Rumbo
Sur/IGWIA. Buenos Aires, Argentina. Páginas: 133-152. ISBN 978-987-27338-6-5. Agosto
2013.

habitaban se manifestaron negativamente con respecto a esta negociación y a sus


consecuencias, tal como se puso de relieve en este capítulo.

Conclusiones

El objetivo de este artículo fue dar cuenta de las transformaciones del territorio
pilagá, puntualmente el de las actuales comunidades de Campo del Cielo Viejo y de Campo
del Cielo Nuevo a raíz de una obra provincial. Tal como he desarrollado a partir del caso de
estudio, se modificaron dos aspectos inescindibles que son tanto el uso territorial, como la
vinculación de los pilagá con los otros existentes que habitan el territorio. Asimismo, la
complejidad de la territorialidad pilagá y de las consecuencias de la obra en la comunidad,
requirieron el análisis y diálogo de dos ejes analíticos que son el jurídico y el cosmológico.
Es decir, a lo largo de estas páginas analicé tanto las tensiones políticas y las violaciones
jurídicas en las que se incurrió con la obra, como las profundas transformaciones
ontológicas que fueron de la mano de la inundación permanente de una parte del territorio
pilagá.
En el plano jurídico, la obra de infraestructura careció de participación aborigen
durante su planificación y realización, constituyendo una flagrante violación a los derechos
de los pilagá. En efecto, la información de la obra fue trasmitida en un video en la Casa de
Gobierno de Formosa a un puñado de dirigentes. Lo antedicho es insuficiente para cumplir
con el derecho a la información acerca de los proyectos implementados en territorio
aborigen que el Estado se comprometió respetar y garantir. Más aún, esta obra, que invadió
parte de las tierras tituladas por Campo del Cielo Viejo, no sólo fue realizada “a espaldas”
de los aborígenes, sino que implicó numerosas presiones a sus dirigentes, a fin de simular
la observancia de la ley. Asimismo, a través de estos atropellos se pone en relieve que la
titulación de manera aislada, es decir, por comunidad, perjudica la articulación política del
grupo indígena en la defensa de sus derechos territoriales. Ahora bien, estas violaciones
jurídicas han acarreado graves consecuencias para los pilagá que se evidencian analizando
el eje cosmológico.
“Violando derechos y removiendo muertos: el caso del Bañado de la Estrella”. Gran
Chaco. Ontologías, poder, afectividad. Tola, F.; Medrano, C. y Cardin, L. (Comp.). Rumbo
Sur/IGWIA. Buenos Aires, Argentina. Páginas: 133-152. ISBN 978-987-27338-6-5. Agosto
2013.

La obra de infraestructura provincial generó que una parte de territorio comunal se


inundara definitivamente y que se afectaran temporalmente por el agua nuevos ámbitos. En
consecuencia ciertos lugares se tornaron inaccesibles y nuevas especies animales, vegetales
y payak asociados al ámbito acuático poblaron ciertas partes del territorio. Asimismo, el
cementerio de Campo del Cielo Viejo fue inundado parcialmente y durante la modificación
de la ruta se removieron algunas sepulturas. Ambas cuestiones, si bien en grados
diferentes, contribuyeron a cambiar el estatus ontológico de esa parte del territorio
generando que los pilagá evitaran transitar en sus inmediaciones, beber el agua del bañado
y hasta consumir el pescado a causa de su “mal estado” y de las enfermedades que genera
su ingesta.
En definitiva, a través del análisis de las diversas dimensiones que se vieron afectadas
en materia territorial a raíz de la obra en cuestión se intentó dar cuenta, por un lado, de la
densidad de sentidos que contiene el territorio para los pilagá y, por el otro, del modo en que
los pilagá a través del territorio están defendiendo una forma de vida propia, que es
inescindible de las relaciones con otros existentes y sus respectivos territorios. En suma, un
modo complejo de concebir el territorio que ha negado por concepciones binarias propias de
la manera de asumir el mundo desde el paradigma naturalista y por presuponer a la tierra
exclusivamente como un bien de mercado.

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