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Descubriendo nuestra Memoria

Desde hace varios años, tengo la inquietud de comprender los “caprichos” con que almacenamos
y recuperamos la información en nuestra memoria, además, es apenas obvio que fortalecer
nuestra memoria es fundamental en cualquier actividad humana, especialmente en el área que nos
atañe, porque para encontrar soluciones creativas e innovadoras, primero debemos poder evocar
con eficiencia nuestras experiencias pasadas.

No es nuevo para quienes trabajamos en docencia, el dilema que se nos presenta mes a mes
cuando les preguntamos a nuestros estudiantes sobre algún tema ya visto, porque aunque
tomaron apuntes y prepararon trabajos y evaluaciones, al final están casi como “nuevos”; pero
esto también nos pasa a nosotros frecuentemente.

Al detenernos a analizar el problema, podríamos tratar de identificar en cada caso, si hubo


deficiencias en la transferencia de la memoria de corto plazo a la de largo plazo ( O a la
intermedia según algunos autores), o si la dificultad se presentó en la recuperación ya sea porque
no encuentra la información pertinente, o porque quedó mal “indexada”, o porque existió
desplazamiento de la información por una más reciente, o porque ... bueno... , serían casi
innumerables los interrogantes y muy pocas las soluciones, ya que definitivamente el proceso es
sumamente complejo y desconocido.

Ante el dilema anterior, me gustaría que el lector visualizara una conversación de una reunión
familiar, por ejemplo un almuerzo dominical, donde los hijos, primos, padres, tíos, etc, departen
amistosamente; reunión en la cual un hijo cuenta, con una mirada brillante y sonrisa inocente, su
experiencia en el colegio; luego un primo, con tono burlón, participa recordando como fueron sus
diferencias con el profesor de matemáticas del año anterior; el tío sonriendo en actitud picaresca,
recuerda su pilatuna a la profesora de historia en sus años juveniles, y la hija universitaria en
posición erguida y tono solemne, expresa su poco interés para trabajar de profesora cuando se
gradúe … mientras... una tía le comenta a nuestra madre del dolor de cintura por la caída que
sufrió la semana anterior ... y así la conversación se desarrolla en innumerables tópicos, los cuales
no poseen secuencia lógica ni temporal, pero si tienen un hilo emocional, el que hace que en el
momento pertinente cada participante traiga del “recuerdo”, la anécdota que contó y no otra.
Lo interesante de la situación anterior, es que la mayoría de los miembros de la familia al despedirse,
están al tanto de lo hablado, y además esta información ha pasado a formar parte del “registro familiar”
en un orden “normal” de secuencia.
No es extraño que meses o años después, en un encuentro casual los recuerdos vuelvan a nosotros y al
saludar a la tía le preguntemos por su cintura y recordemos la pilatuna del tío y …

Mi gran interrogante es:


¿ Que sucedió en nuestro interior para que los recuerdos familiares sean evocados con
facilidad, precisión y oportunidad, mientras que en otras actividades a las que le
dedicamos mucha más energía y voluntad, los recuerdos son muy pobres o casi
inexistentes ?

Con el ánimo de iniciar el largo camino en la búsqueda de una respuesta razonable a la pregunta
anterior, pretendo proponer un modelo y un recorrido para mejorar nuestro desempeño.

Para empezar me parece importante citar a Arlindo Machado que en “Ensayos en forma de
hipermedia” dice:

“... Hubo que esperar a que los nuevos descubrimientos en el campo de las ciencias
cognoscitivas y de la teoría de la complejidad nos trajeran la constatación fundamental de que
pensamos, en realidad, con todas las formas perceptivas y con todos los códigos significantes:
con palabras sí, pero también con imágenes, ruidos, música e incluso hasta con sabores, olores,
el gesto y el tacto. Como lo demostró Damásio (1998: 134-138), no solo el pensamiento está
formado predominantemente por imágenes ( físicos y matemáticos como Einstein, Feynman y
Mandelbrot razonan esencialmente a travez de diagramas ), sino también La racionalidad
incluye a la emoción y a los sentimientos. 1 La reflexión por lo tanto, invoca al cuerpo como
un todo e incluso hasta su entorno. De ahí que se puede afirmar sin temor a errar, que el
pensamiento, la racionalidad, la imaginación y la afectividad son por naturaleza multimediáticos
y se contaminan mutuamente.”

1 El subrayado es personal.

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No es nuevo relacionar las emociones y los sentimientos no solo con el pensamiento sino también con
la memoria, pero lo que lo hace más pertinente es que debemos incluir los olores, sabores, tacto,
textura, sonidos, imágenes, gestos, entonaciones y en fin esa gran cantidad de percepciones que con su
presencia cambian el tipo de registro.

Para no darle más rodeos al asunto, visualizo el proceso de la memoria como un esquema parecido al
propuesto por la Teoría “M” ( Teoría de las membranas, que pretende integrar la Teoría de la
Relatividad General con la Mecánica Cuántica ), en el que se describe la realidad como membranas o
capas, ya estén a lado y lado o conteniendo unas a otras.

En el caso de la memoria, visualizo sectores o capas de diferentes niveles, que se comportan como lo
hacen las emisoras de radio, donde al sintonizar una frecuencia determinada suena la emisora
correspondiente. Las “emisoras” de la memoria varían como platos de un disco duro, que se encuentran
unos al lado de los otros y la frecuencia de cada “emisora” tiene su propio estado natural. Las
emociones hacen que las “capas” o membranas de la memoria “vibren” más allá de su frecuencia
natural y por lo tanto contactan momentáneamente a otra capa y se produce un “corto circuito” que
marca el evento, pero a su vez rompe la continuidad superficial de la capa.

Es importante anotar que cuando en Física se estudian las llamadas superficies equipotenciales, hacen
referencia a esferas concéntricas con una carga eléctrica central, lo que conlleva a que el movimiento
de una carga sobre una misma superficie no requiere trabajo sobre el campo eléctrico, por lo que el
consumo de energía es casi nulo; si el modelo lo aplicamos a la memoria, se propondría que mientras
nuestra conciencia se mueva sobre la misma frecuencia ( Misma “emisora” o capa), el almacenamiento
y la recuperación serán muy efectivas, pero en la medida que la información sea puesta en diferentes
emisoras o secciones, será más costoso energéticamente tanto el proceso de almacenamiento como el
de recuperación.
Dentro de este modelo, el asignar valor emocional a un evento, cambia la energía propia de la sección y
por lo tanto se produciría un “contacto” con una o varias membranas adyacentes, dependiendo de la
intensidad del estímulo, produciendo el “corto circuito” que marcará más profundamente el recuerdo,
pero además dejando una marca que rompe la continuidad superficial y por lo tanto obliga a fragmentar
un nuevo recuerdo, al igual de lo que sucede con el manejo de la información en los discos duros de los

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computadores.
Es de esperar que entre más entero se encuentre el recuerdo, será más fácil de recuperar porque
consume menos energía y se comportará como unidad de información más compacta y por lo tanto
ocupará menos registros.

Con la intención de vislumbrar un poco mejor el modelo propuesto, trataremos la interpretación de


algunos eventos:

• Redes neuronales: Son las conexiones que se realizan por un estímulo y cuando están
sin alteraciones corresponderían a las frecuencias de cada sección de memoria, o sea que cada
“emisora” o membrana tiene su propia frecuencia natural. Es claro que emociones fuertes
desarrollan conexiones neuronales adicionales, que sin la emoción no se producirían y por lo
tanto conllevarían a que se “contacten” membranas, que de otro modo no lo harían, produciendo
o “etiquetando” la discontinuidad que sería la marca del recuerdo.
• Almuerzo familiar: Tal vez una característica muy común, es que en estas situaciones
normalmente nos encontramos en un estado armónico, sin competencia y con sentimientos
de tranquilidad y seguridad lo que conlleva a un registro estable y continuo en la memoria. Es
probable que baje el numero de unidades de información al no fragmentarse por efecto de la
estabilidad emocional.
• Trauma emocional: El sentimiento es el que forma el registro discordante en la
memoria, al producir un “corto” en la superficie de la sección correspondiente y dividiendo las
unidades de información.
• Terapia de Sanación: El trabajo no es eliminar el recuerdo sino quitarle el
contenido emocional, que en la práctica consistiría en “despegar” las secciones en “corto”, lo
que llevaría a ir eliminando las “cicatrices” que rompen la continuidad superficial, recuperando
áreas que estaban bloqueadas y liberando energía atrapada.
Hay gran cantidad de experimentos que demuestran que procesos traumáticos, borran recuerdos
tanto de la memoria de corto como de las de mediano y largo plazo. Es importante confirmar,
que la sanación no es hacer más conexiones o aprendizajes sino simplificarlos.
• Centro de conciencia: Es el punto interior, en el cual nos encontramos con nosotros
mismos y al cual se le han asignado muchos nombres, pero el más descriptivo desde mi

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perspectiva es “Punto de encaje”, nombre asignado en la cultura “Nahual” Tolteca. Este sería
el centro natural, donde se facilita la sintonía de las diferentes “emisoras” o capas por ser el
“Centro geométrico” de nuestra red ( Como la conexión de la cabeza flotante de los discos
duros ), para acceder no solo a la memoria sino a muchos otros procesos cognitivos.

Para que el modelo expuesto tenga sentido, es importante que proponga también una aplicación
práctica y es la siguiente:

• Al determinar que las emociones alteran la frecuencia natural de las “secciones” de la memoria,
es importante promover en todo momento estados de conciencia de Armonía y equilibrio, en
especial cuando queremos desarrollar actividades con alta cantidad de información. Para ello
sería conveniente promover ejercicios de respiración consciente y manejo emocional del estrés
como deportes o Yoga, porque la tendencia normal es controlar el estrés y esta situación altera
la frecuencia natural del individuo y por lo tanto la información se fragmentaría o se
almacenaría en otra sección.
• En actividades como conducir vehículos, inicialmente se utiliza la memoria explícita para luego
hacerlo con la implícita y como la memoria explícita está relacionada con el hipocampo así
como la implícita está relacionada con el cerebelo; sería conveniente desarrollar actividades que
mejoren el equilibrio para estimular el cerebelo y el lóbulo prefrontal del cerebro, tales como
patinaje, natación, malabarismo, Tai Chi o Qi-Gong.

En conclusión, la optimización de nuestra memoria se verá altamente beneficiada con el desarrollo de


la Armonía interior, porque especialmente los sentimientos discordantes, son los que producen más
daño a nuestros procesos de almacenamiento y recuperación de información y el paso siguiente sería
desarrollar pruebas para poder medir de alguna manera lo expuesto en estas páginas.

Luis Carlos Contreras M.


e-mail: lc.contreras@etb.net.co y lcontreras@uniminuto.edu
Docente de Comunicación Gráfica - UNIMINUTO
Bogotá D.C., 21 de Junio de 2009

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