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Grupo Colaborativo:
403022A - 360
Tutora
Paula Andrea Estrada
Introducción ...................................................................................................................................3
Cuadro-Matriz grupal....................................................................................................................5
Cuadro-Matriz de Respuestas...........................................................................................5.1
Ensayo Argumentativo
Conclusiones
Anexos
Referencias Bibliográficas
Introducción
Objetivos
Objetivos generales
Objetivos específicos
Auto gestionar la unión entre teoría y práctica para lograr una explicación integradora y
una comprensión verdadera de la situación de la comunidad.
Cuadro-Matriz Grupal
Las comunidades están generalmente dotadas de una organización institucional entre sociedad e
individuos prestando las funciones sociales de comunicación, bienestar social, salud, educación,
entre otras. De esta forma, sus miembros desarrollan relaciones y lazos horizontales, es decir,
vínculos interpersonales.
Así, la psicología comunitaria reconoce la importancia de la población como agente activo y
participativo, además, en la mayoría de los casos, la comunidad se convierte en el recurso
humano en los cuales la población participa en la ejecución participando activamente, incluso,
remplazando muchas acciones para el beneficio psicosocial en la comunidad. Pero, ¿Cuál es su
propósito y alcance fin cuando se realizan estas acciones orientadas al mejoramiento de las
condiciones de vida de las personas?
Debemos empezar analizando que la psicología comunitaria propone una participación cuyo
carácter político se muestra en la función movilizadora de la conciencia y socializadora, que
puede tener la praxis llevada a cabo. Es decir, desalinear y concientizar se plantean como
procesos que forman parte de la reflexión que busca contrarrestar los efectos ideológicos de
estructuras de poder y de dependencia. Y esa participación no busca sólo remediar algún mal,
cumplir algún deseo, sino además generar conductas que respondan a una proyección activa del
individuo en su medio ambiente social, así como una concepción equilibrada de ese medio y de
su lugar en él.
Por eso, la relación propositiva que se alcanza en la psicología comunitaria, al generar un espacio
de acción transformadora, crea al mismo tiempo un espacio de acción ciudadana que permite la
expresión de las comunidades y, por lo tanto, es ejercicio de la democracia dentro de las mismas.
El desarrollo comunal ha sido definido como el producto de la acción comunal (Fals Borda, 1959,
1978) como la acción que se produce cuando la comunidad se hace cargo de sus problemas y se
organiza para resolverlos, desarrollando sus propios recursos y potencialidades y utilizando
también los ajenos.
Cuando nos remitimos a la historia, hallamos que la psicología comunitaria surge en Estados
Unidos, movida por la insatisfacción de los estudiosos de la psicología en la orientación de la
psicología clínica hacia la salud mental, la injusticia social, la pobreza y las limitaciones del
paradigma psicológico vigente para enfrentar esta problemática.
Y, no fue sino hasta en los años setenta, que por fuerza de las condiciones sociales presentes en
muchos de los países latinoamericanos y de la poca capacidad que mostraba la psicología para
responder a los urgentes problemas que los aquejaban, comienza a desarrollarse una nueva
práctica, que exigía una redefinición tanto de los profesionales de la psicología, como de su
objeto de estudio e intervención.
Ese nuevo modo de hacer, buscaba producir un modelo alternativo al modelo médico, que hace
prevalecer la condición enferma, anormal, de las comunidades con las cuales se trabaja para
partir de los aspectos positivos y de los recursos de esas comunidades, buscando su desarrollo y
su fortalecimiento, y centrando en ellos el origen de la acción.
Conclusiones