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Ludwig Van Beethoven PDF
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El segundo movimiento explora una florida partitura para piano. A pesar del tiempo
extremadamente lento, el piano se mueve en figuraciones rápidas y elegantes. Sin
embargo, esta estudiada sofisticación pronto se desvanece ante la despreocupada
inocencia del tema principal de rondó del final, introducido por el piano. El primer
tema secundario es igualmente encantador, en especial debido a sus acentuados
tiempos débiles. El segundo tema secundario también es atractivo: es en tono menor, y
está tratado como un rondó en miniatura completo en sí mismo, hasta con ideas
secundarias. Hacia el final, la música se detiene gradualmente mientras repite el
motivo inicial. Una pequeña cadencia sobre un acorde sostenido para cuerdas reduce
el tempo hasta llegar a un adagio para un solo de oboe. Tal vez no lo sospechemos,
pero el piano ya ha salido definitivamente y el concierto está próximo a su fin. Termina
seis compases después, con un súbito retorno al tempo de allegro.
El Concierto nº2 fue escrito entre 1787 y 1789 con intención de ser estrenado por la
orquesta de su ciudad natal (Bonn Hofkapelle), dependiente del arzobispado. Esta
orquesta había sido el sustento de varios miembros de su familia, entre ellos su
ancestro holandés (Louis van Beethoven), de su padre, y lo seríadel propio Beethoven
desde que ingresó en ella -al parecer, desempeñando diversas funciones, como pianista
o viola- desde los 21 años. El joven Ludwig no alcanzó su objetivo de estrenar la obra
en Bonn, de modo que llevó la partitura consigo cuando marchó a Viena en 1792 con la
intención de hacerse un hueco en la rica escena musical de esta ciudad. La obra fue
estrenada -tras ser revisada- en 1795 con el autor al piano, con bastante éxito.
El concierto se divide en tres movimientos:
I. Allegro con brio
II. Adagio
III. Rondo Molto allegro
El primer movimiento comienza con una apertura orquestal triunfal sobre el acorde
de tónica y mantiene un carácter jovial mientras utiliza pasages cromáticos para exibir
la técnica del solista. El segundo movimiento es de carácter sereno y apaciguante,
mientras que el Rondó final nos devuelve la jovialidad escuchada en el primer
movimiento.
El verdadero cambio de estilo llegará con el Concierto N° 3 en do menor Op.37,
terminado en 1800, estrenado en abril de 1803 y publicado en 1804. La música ha
dejado de ser fresca y ligera para adquirir rasgos épicos y turbulentos, mostrando el
sello de una segunda etapa en la vida del maestro, pues la sordera ha comenzado
definitivamente. En el otoño de 1802 Ludwig confesará su dolor en el testamento de
Andrés Martínez Fernández-Salguero
Heiligenstadt (que solo se conocerá después de su muerte, veinticinco años más tarde),
donde se lamenta amargamente de que le haya tocado precisamente a él, un músico,
perder el sentido de la audición. El concierto N° 3 es el único escrito en modo menor y
refleja una clara evolución en su literatura pianística. No por nada, a esta altura
Beethoven ha compuesto dieciocho de sus 32 sonatas para piano.
El concierto está estructurado a la manera clásica (lento - rápido - lento) y sus tres
movimientos son:
I. Allegro con brío. En forma sonata, con dos temas principales (el segundo tema
es lírico)
II.Largo. Un tema reposado, propicio para la meditación.
III.Rondó - allegro. Gracioso y alegre, perfecto para el cierre de la obra.
El Concierto n.° 4 en Sol mayor, Op.58 fue compuesto entre 1805 y 1806; de él no
existen copias autógrafas. Fue estrenado por Beethoven como solista en un concierto
privado dado en marzo de 1807 en el palacio de su patrón, el príncipe Lobkowitz. Sin
embargo, el estreno público no fue hasta el 22 de diciembre de 1808 en el Theater an
der Wienn el de Viena de nuevo con Beethoven al piano. Este fue parte de un concierto
«maratón» que fue la última aparición pública de Beethoven como solista con
orquesta, y además también fue el estreno de su Fantasía para piano, orquesta y coro,
Op. 80, Quinta y Sextasinfonías. Beethoven dedicó el concierto a su amigo, alumno y
patrón el Archiduque Rudolf de Austria. Un comentario en el Allgemeine Musikalische
Zeitung de mayo de 1809 dice que «[este concierto] es el más admirable, singular,
artístico y complejo concierto que Beethoven haya escrito». Sin embargo, después de
su estreno la obra fue olvidada hasta 1836, cuando fue reflotada por Félix
Mendelssohn. Emil Ludwig, el más importante biógrafo de Beethoven, lo considera
también el «más perfecto concierto para solo instrumento jamás compuesto».
La obra tiene tres movimientos:
I.Allegro moderato
II.Andante con moto
III. Rondó (vivace)
El primer movimiento comienza con un solo de piano, que toca acordes simples en la
tónica principal antes de modular a la dominante. Sorprendentemente, la orquesta
entra entonces en Si mayor, lo que crea un cambio a un acorde de tercera que se revela
en sí como un motivo del primer movimiento.
Respecto del segundo movimiento, Franz Liszt lo caracterizó como un diálogo entre
el piano (Orfeo) y las Furias, representadas por las cuerdas al unísono. El piano,
tocando casi siempre ad una corda acentúa el carácter soñador de sus respuestas. Su
Andrés Martínez Fernández-Salguero
quieto final en Mi menor se enlaza sin pausa con los acordes de Do mayor que
comienzan el finale.
El tercer movimiento es un Rondó con un tema muy rítmico, diferente en su carácter
de aquél del primer movimiento, más en tono de diálogo y calmado.
El primer movimiento está escrito siguiendo la forma sonata, con tres temas, y se
inicia con una particular introducción. Los dos primeros temas son introducidos por la
orquesta en la exposición, pero al final de la segunda exposición el piano presenta un
virtuoso y triunfante tercer tema. Beethoven usará este recurso en más conciertos. La
coda del movimiento es particularmente larga y compleja. En la introducción la
orquesta ejecuta tres acordes, seguidos cada uno de ellos por una pequeña cadencia,
de naturaleza improvisatoria pero escrita en la partitura. Esto hace que sea
particularmente larga, algo que anuncia obras románticas futuras como el Concierto
para violín de Mendelssohn o el Concierto para piano n.º 1 de Tchaikovsky.
El segundo movimiento posee un gran lirismo, y es sin duda el más conocido de los
tres movimientos. El tema es introducido por la orquesta, a lo que sigue la exposición
pianística. El tema se repite en tres ocasiones con distintas variaciones. La coda
termina introduciendo, lentamente, el tema principal del tercer movimiento.
Este sigue ininterrumpidamente al segundo y es un típico rondó italiano, de la forma
(ABACABA). El tema principal es interpretado por el piano y luego respondido por la
orquesta. Escalas en el piano introducen el segundo tema, que también es respondido
por la orquesta. En la sección C, mucho más larga, se presenta el tema A en tres
tonalidades diferentes.