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PREAMBULO DE LA AGENDA 21.

“En el curso de los dos últimos decenios comenzó a tomarse conciencia de que no
pueden existir ni una economía ni una sociedad prósperas en un mundo aquejado
por tanta pobreza y tan aguda degradación del entorno.” Así principia la
presentación de la Agenda 21.

El estado de las cosas era ya desolador, desde 20 años antes, en la Cumbre de


Estocolmo, donde afloran los principios de protección al ambiente y la
preocupación por la degradación, aunque las preocupaciones sobre el deterioro
del medio ambiente natural aparecían como reclamos de grupos marginales que
apenas recibían el desprecio o el desaire de los poderes establecidos. Muchos
representantes de los Estados se comprometieron a iniciar el camino de la
protección ambiental, luego de la Conferencia de Río celebrada en el año de 1992,
el tema adquirió relevancia en los medios masivos de comunicación; todos los
Estados establecieron instituciones y políticas al respecto y se comenzó a hablar
sobre los animales, las plantas, el suelo, el aire y el agua, como las mas elementales
condiciones de vida en este planeta, provocando seria preocupación por su
conservación.

Su preámbulo inicia manifestando que: “La humanidad se encuentra en un


momento decisivo de la historia. Nos enfrentamos con la perpetuación de las
disparidades entre las naciones y dentro de las naciones, con el agravamiento de la
pobreza, el hambre, las enfermedades y el analfabetismo y con el continuo
empeoramiento de los ecosistemas de los que depende nuestro bienestar”.

Contiene cuarenta temas relacionados íntimamente con el desarrollo sostenible;


buscaba establecer una alianza mundial nueva y equitativa mediante la creación de
nuevos niveles de cooperación entre los Estados, los sectores claves de las
sociedades y las personas; así como alcanzar acuerdos internacionales en los que
se respeten los intereses de todos y se proteja la integridad del sistema ambiental y
de desarrollo mundial.

Constituyo el programa de acciones minucioso y amplio que exigía nuevas formas


de invertir en el futuro para poder alcanzar el desarrollo sostenible en el siglo XXI.

Sus recomendaciones iban desde nuevos métodos educativos, hasta nuevas formas
de preservar los recursos naturales, pasando por nuevos caminos para participar
en el diseño de una economía sostenible.

La pretensión global de la agenda es impresionante, ya que su objetivo es la


creación de un mundo seguro y justo en la que toda existencia sea digna y plena;
además abarca objetivos económicos, sociales y ambientales dentro de un marco
de responsabilidad social que garantice el manejo prudente y eficiente de los
recursos naturales con miras a satisfacer las necesidades de las generaciones
presentes sin comprometer el bienestar de las futuras. Apareciendo así conceptos
integrados tales como: uso responsable de recursos no renovables; uso de recursos
renovables por debajo de la tasa de renovación; biodiversidad como valor
intrínseco; capacidad de carga; Integración de la gestión económica, ambiental y
social; calidad de vida y supervivencia; desmaterialización de la economía;
ordenación del territorio; consumo ambiental; participación ciudadana.

En la Agenda 21 se dice que el desarrollo sostenible es el cauce para luchar contra


la pobreza y la destrucción del medio ambiente. Quien contamina paga, la
erradicación de la pobreza, el análisis de los proyectos por medio de evaluaciones
ecológicas, la necesidad del saneamiento del ambiente, disminuir o eliminar
subsidios, la transferencia de información y conocimientos, el esfuerzo mundial
mancomunado y otros principios tienden a lograr un desarrollo sostenible donde
todos propugnen por vivir en un mundo mejor.

Es importante reconocer que antes de la celebración de la Cumbre de la Tierra o


Cumbre de Río, en la Cumbre Presidencial de Costa del Sol, celebrada en la
república de El Salvador, los días 13 y 14 de febrero de 1989, los Presidentes de
Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua convinieron crear
la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo -CCAD-

En la siguiente Cumbre Presidencial realizada en San Isidro de Coronado, república


de Costa Rica, los días 10, 11 y 12 de diciembre 1989, los Presidentes firmaron el
Convenio Centroamericano para la Protección del Ambiente y así constituir dicha
Comisión.

El 22 de noviembre de 1990, reunidos en Antigua, Guatemala, los Ministros


miembros de la CCAD, encargaron a la Secretaría Ejecutiva que preparara la
Agenda Centroamericana de Ambiente y Desarrollo que sin ser un programa
gubernamental, definiera la problemática de ambiente y desarrollo regional,
requiriendo la participación de todos los sectores y de la sociedad en su conjunto.
La Agenda fue aprobada por CCAD en Belice, en febrero de 1992 y luego
presentada en la Cumbre Presidencial de Managua para aprobación de los
Presidentes en junio de 1992, quienes más adelante la presentaron en Río de
Janeiro en junio del mismo año.

En Guácimo, Limón, república de Costa Rica, el 20 de agosto de 1994, los


Presidentes de Centroamérica, en la Declaración de Guácimo, sientan las bases
para la integración de la Alianza Centroamericana para el Desarrollo Sostenible –
ALIDES-, conceptualizando el desarrollo sostenible como un proceso de cambio
progresivo en la calidad de vida del ser humano, colocándolo como el centro y el
sujeto primordial del desarrollo, por medio del crecimiento económico con
equidad social y la transformación de los métodos de producción y de los patrones
de consumo, que se sustenta en el equilibrio ecológico y el soporte de la diversidad
étnica y cultural, regional, nacional y local; con el fortalecimiento y la plena
participación ciudadana, en convivencia pacífica y en armonía con la naturaleza,
sin comprometer la calidad de vida de las generaciones futuras.

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