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Historia del dinero

La historia del dinero comienza alrededor del siglo V al VII a. C. con la


primera acuñación de moneda.1 El dinero es cualquier objeto de valor
claramente identificable que es aceptado de forma genérica para el pago
de bienes, servicios y deudas en un mercado o lo que es moneda de
curso legal dentro de un país.
Desde la antigüedad las personas han cambiado los objetos de valor,
sea en el intercambio de regalos o bien en los mercados de los que un
sistema común de fichas es más conveniente para el servicio de la
comunidad.2
La aparición del dinero constituye uno de los grandes avances de la
civilización humana en toda su historia.

Se dice que el dinero es el común denominador de la vida moderna, es


una fuerza invisible que permite intercambiar los bienes y servicios de
la comunidad en una forma ágil y precisa, es un poder natural que
adquieren los que lo poseen para conseguir más volumen de bienes y
servicios que quienes carecen de él.
El origen del dinero se remonta a épocas muy antiguas. Se cree que el
dinero surgió por la PRIMERA DIVISIÓN SOCIAL DEL TRABAJO que
condujo a la especialización de la humanidad y consecuentemente se
elevó la productividad del trabajo, que llevó a las tribus antiguas a la
obtención de excedentes en la producción de diferentes bienes, por lo
cual se vieron en la obligación de adoptar una forma de comercializar
sus productos sobrantes, con lo que se dió origen al TRUEQUE o
intercambio de cualquier tipo de bienes.
Pero el trueque no fue una solución muy efectiva pues el comercio siguió
en crecimiento y no dio abasto, por lo que se tomó la determinación de
adoptar ciertos productos que fueran aceptados de un modo general
como unidad de cambio y medida de valor, surgiendo así el concepto de
DINERO MERCANCÍA.
Con lo anterior se puede deducir que las personas que produjeran más
cantidad de bienes serian las que más dinero tendrían.

Antes de que el dinero existiera, los intercambios entre las personas


eran, en cierto modo, complicados, pues éstos se realizaban a través del
de la siguiente manera.

Existen una persona “X” y otra persona “Y”. En caso de que “X” quiera
realizar un intercambio con “Y”, X debe tener algo para cambiar que “Y”
quiera, todo ello partiendo de la premisa básica de que “X” y “Y” deben
querer negociar al mismo tiempo y por cantidades simbólicas iguales. Así
pues, podemos concluir que, para poder realizar intercambios entre
personas, debía existir una doble coincidencia de deseos y necesidades
de intercambio, lo cual era muy difícil de encontrar, aunque no sobra
decir que, aun cuando el funcionamiento del trueque fuese muy
complicado, éste ya significaba un avance de las sociedades trueque, el
cual funcionaba autosuficientes.

Las dificultades inherentes al trueque llevaron a utilizar diversos bienes


para facilitar los intercambios. Estos bienes convertidos en instrumentos
generales de cambio se convirtieron en las primeras formas de dinero. A
lo largo de la historia, se han utilizado muchos tipos de bienes como
medios generales de pago. A lo largo del tiempo se ha buscado bienes
con un valor estable, de alto valor en relación con su volumen y
disponible en cantidades suficientes a las exigencias. También se ha
exigido que sean bienes fácilmente almacenables, que puedan ser
transportados sin dificultad, divisibles, inalterables y no perecederos.

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