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EL MAGNÍFICAT
Conscientes de que los textos bíblicos no son sólo textos, sino instrumentos en los
que Dios mismo habla con los hombres, los exegetas, se han venido dando cuenta de que
no basta con el estudio histórico-crítico y literario del texto bíblico para comprenderlo, sino
que se debe incluir la dimensión teológica. No obstante, por otra parte, no es posible hablar
de una dimisión teológica que no esté enraizada en el sentido histórico y literario. La
exegesis de este texto emblemático (“magníficat”), intentara complementar estas dos
dimensiones importantes a partir de la ejercitación de tres ejes temáticos: pre-texto, texto
y contexto. Los cuales nos permitirán proponer un estudio completo del cantico.
Por otra parte, el interés por este trabajo reside en la misma persona de la Virgen
María que incumbe en la medida en la que está vinculada al misterio de Cristo, misterio que
explica también el de la aventura humana. Pues bien, allí es donde está el horizonte mismo
de las Escrituras, y particularmente del Nuevo Testamento. Desde un punto de vista
ecuménico, la piedad y muchas veces la doctrina mariana les ha parecido exagerado a
algunos otros cristianos. Veremos que María pertenece al evangelio, a la buena nueva de
la salvación que nos ha venido en Jesucristo.
Por otra parte, ciertamente, no es fácil asignar al Magníficat una estructura literaria
fija. Una muestra de esto son las diversas clasificaciones que le dan y continuaran
asignándole. El Magníficat es considerado generalmente como un himno, ya que comienza
con una alabanza. Estos poemas contienen una introducción, el cuerpo o contenido en el
que se enumeran motivos; por ultima bien la conclusión, en que se sintetizan o se repiten
elementos anteriores.
MAGNÍFICAT
El Magníficat (magníficat en latín) es un cántico y una oración que proviene del evangelio
de Lucas (Lucas 1:46-55). Según este evangelista, María, madre de Jesús, dirige a Dios en
ocasión de su visita a su prima Isabel (Lucas 1:39-45), esposa del sacerdote Zacarías. Isabel
llevaba en su seno a Juan el Bautista (Lucas 1:5-25).
1. PRE- TEXTO
1.1 Lugar
El nombre de la oración está tomado de la primera frase en latín, que reza: Magnificat
anima mea Dominum. Según la tradición, el encuentro de María e Isabel habría tenido lugar
en Ain Karim (también conocida como Ein Kerem), pequeña población situada siete
kilómetros al oeste de Jerusalén, en la montaña de Judea, cuyo nombre significa «fuente
del viñedo». El pasaje bíblico fue motivo de minuciosos análisis por parte de biblistas
y exégetas, así como de comentarios en variados documentos de la Iglesia. Dentro de la
Liturgia de las Horas, el «Magníficat» es el canto evangélico empleado en el rezo de
las vísperas. Este cántico es hoy uno de los pasajes bíblicos más famosos relacionados con
María, madre de Jesús, reconocido en el cristianismo como una síntesis del ideario que ella
vivió.
1.2 Autor
La respuesta hoy día es segura: no existe ningún argumento serio contra la unanimidad de
la traducción manuscrita, que lo pone en labios de María, madre de Jesús. Si bien algunos
manuscritos de la VL leen aquí «e Isabel dijo», los manuscritos griegos atribuyen el cántico
a María.
Los exégetas se han cuestionado si se trata de una obra personal de María, o si habría que
atribuir su composición a un judío-cristiano de mayor cultura. En esencia, el cántico no
contiene nada que supere la formación religiosa de una joven hebrea inteligente, reflexiva,
conocedora de la historia de su pueblo, asidua oyente de las lecciones de la sinagoga. Si
bien se pueden admitir algunos toques de redacción del evangelista, la autoría intelectual
del cántico se atribuye casi unánimemente a María, la madre de Jesús.
El «Magníficat» se ubica dentro del género literario común a todos los himnos o salmos de
acción de gracias. La originalidad hay que ponerla en la asimilación personal de María de las
grandes ideas bíblicas:
la misericordia de Dios,
la preferencia de Dios por los pobres y humildes,
su poder, su santidad y su fidelidad, y
las promesas que Él hizo a nuestros padres, los patriarcas.
1.5 Problemática
Cabe plantearse quiénes son los pobres y humildes y quiénes son los ricos y poderosos. En
la terminología bíblica, pobres y humildes son los que ponen su confianza en Dios, los que
necesitan de Dios, porque no tienen al dinero y el poder en quienes confiar. Ricos son los
que se bastan a sí mismos. Los salmos utilizan con frecuencia el término «soberbio» para
designar a ricos y poderosos. Pues la riqueza no es solamente una forma de dominio, sino
también un medio de dominación y un pretexto para el orgullo.
El “Magníficat” es uno de los pasajes más comentados en relación a María, tanto en los
documentos de la Iglesia como en las alocuciones papales. La Iglesia latinoamericana
condensó en un párrafo (Documento de Puebla, n° 297) buena parte de la espiritualidad
mariana implicada en el “Magníficat”, con cita de una homilía previa de Juan Pablo II:
El Magnificat es espejo del alma de María. En ese poema logra su culminación la
espiritualidad de los pobres de Yahvé y el profetismo de la Antigua Alianza. Es el cántico que
anuncia el nuevo Evangelio de Cristo; es el preludio del Sermón de la Montaña. Allí María
se nos manifiesta vacía de sí misma y poniendo toda su confianza en la misericordia del
Padre. En el Magnificat se manifiesta como modelo «para quienes no aceptan pasivamente
las circunstancias adversas de la vida personal y social, ni son víctimas de la "alienación",
como hoy se dice, sino que proclaman con ella que Dios "ensalza a los humildes" y, si es el
caso, "derriba a los potentados de sus tronos"... (Juan Pablo II, Homilía Zapopán 4: AAS 71
p. 230).
1.7 Fuentes
La oración está inspirada en numerosos pasajes del Antiguo Testamento, entre los cuales
se cuentan:
1Samuel 2,1-11
Habacuc 3,18
Job 12, 19-20;5,11-12 y
Salmos 34,2-3;111,9;103,1;89,11;107,9;34,10;98,3,22-9.
2. TEXTO
1,39-56
2.1 MACROCONTEXTO
Entre los biblistas no existe una definición precisa sobre la estructura literaria, aunque todos
concuerdan que tiene que ver con la organización e interrelaciones del texto. Esto se hace
posible, sobre todo, a partir de la lengua original. Como nosotros creemos que él es todo, a
partir de la lengua original. Como nosotros creemos que el escrito proviene de un texto
hebreo, el estudio a partir del texto griego contendrá limitaciones.
El himno es del tipo de los salmos, los cuales se han clasificado consensualmente en
himnos de alabanza y gratitud, elegías (lamentaciones), profesiones de confianza en la
protección de Dios y poemas didácticos. También deberemos, a la hora de estudiar un texto,
considerar que la mentalidad semita no concebía los géneros con fronteras precisas, pues en
una poesía (género lírico) incluían elementos de himno, con algún problema histórico (género
histórico), de acción de gracias, etc.
No es fácil asignar al Magníficat una estructura literaria fija y única porque, según nuestro
parecer, no la guarda. Una muestra de esto son las diversas clasificaciones que le dan y
continuarán asignándole. Estas tomaran en cuenta los más diversos aspectos: narrativos,
retóricos, proféticos, personajes, contenido, lingüísticos, etc. Igualmente, han propuesto
divisiones de dos, tres, cuatro, cinco y hasta nueve partes. El magníficat es considerado
generalmente como un himno, ya que el cuerpo o contenido en el que se enumeran los
motivos: por último, viene la conclusión, en que se sintetizan o se repiten elementos
anteriores. (Brown, 1982)
Basado en Manuel Carreón Luna se ha optado por una estructura dividida en tres
secciones y basada en la acción divina, porque sí se aprecian mejor los condicionamientos
externos en los actores. Primeramente, en María, después la acción en las personas y, por
último, la acción nacional.
El himno refleja el pensamiento de María, así como de los influjos que recibió: la fe
judía en la que se educó, las enseñanzas de Jesús, las costumbres y tradiciones de su época,
etc. De manera que cada persona está inmersa en una cultura y manifiesta su influencia.
Es llamativa la forma como habla María, pues lo hace en tercera persona ("mi alma"
(v. 46), "mi espíritu"). Además, la variedad de conceptos con los que se refiere a Dios:
"Señor", "mi Salvador” (v. 47). Más adelante dice: "me llamarán bienaventurada" (v. 48),
"hizo en mi favor" (v. 49), Poderoso" (v. 49), "Santo" (v. 49), etc. Esta forma de expresarse
es un indicativo de la grande fe y piedad de María, así como su reverencia y consideración a
Dios.
Las dos alabanzas están coordinadas por (v. 47). Las expresiones se equiparán por el
paralelismo que guardan: “mi alama” y “mi espíritu” se igualan en significado. Son una
perífrasis hebrea que se refiere al “yo” personal. Querrán decir “yo alabo” o “yo me alegro”.
María quiere expresar la totalidad de su persona (cf. Is 26.9). Las expresiones estarían
organizadas en un esquema tripartito de hemistiquios del tipo: a,b,c; a-b-c.
El segundo motivo de la alegría de María (v. 49ª) también indica y guarda el mismo
nivel sintético que el primero. Señala la maternidad, porque en aquel tiempo el ser madre era
la cosa más significativa en la vida de las mujeres. Así indican, sin duda, “las grandes cosas”
de la encarnación de su hijo
1) Una conciencia de pertenencia a Dios, pues esto enfatiza el concepto “su sierva”.
Indudablemente que la expresión no es una relación de esclavo-amo, sino de
reconocimiento de total dependencia frente a la bondad de Dios.
2) Una conciencia de obediencia hacia Dios, porque se tienen la experiencia de que Dios
tiene la capacidad de ofrecer un mejor destino. Por eso, María ha anteriormente
ofrecido una colaboración voluntaria a la propuesta divina (Lc. 1,38).
3) Una actitud de humildad. Al proclamarse “sierva”, ha reforzado su idea de
dependencia el poder generoso de Dios, pues, al aceptar ser la madre del hijo del
Altísimo anteriormente, se ha autocalificado de la misma manera (Lc 1, 26-38).
Las expresiones duras contra la riqueza y contra los poderosos no deben tomarse en sentido
fundamentalista, pues implicaría que María no entendió el mensaje cristiano de Igualdad (Lc
16,19-31), del cual está impregnado toda la obra Lucana. El narrador coloca los
acontecimientos en medio de la sociedad, en sus dos componentes: el campo político y el
económico. En cada sección señala los personajes opuestos.
2.4. MICROCONTEXTO
María expresa sus sentimientos a la luz de los sucesos de la resurrección; Igualmente,
expresa los valores de la primera comunidad cristiana, de entre los cuales podemos señalar
algunas actitudes sobresalientes, principales:
Dominante Misericordia
Siervo
EL VERDADERO SIERVO, SALVADOR DE LOS HOMBRES. 1. Jesús hace suya la
misión del siervo; señor manso y humilde de corazón (Mt 11,29) que anuncia la salvación
a los *pobres (cf. Lc 4,18s), está en medio de sus discípulos «como el que sirve» (Lc
22,27), él que es su señor y su maestro (Jn 13,12-15) y va hasta el extremo de las
exigencias del amor en que se inspira este servicio (Jn 13,1; 15,13) dando su vida por la
redención de la multitud de los pecadores (Mc 1O,43ss; Mt 20,26ss); por eso, tratado
como un malvado (Lc 22,37), muere en la cruz (Mc 14,24; Mt 26, 28) sabiendo que
resucitará, según lo que está escrito del Hijo del hombre (Mc 8,31 p; 9,31 p; Lc 18,31ss
p; 24,44: cf. Is 53,10ss). Si es, pues, el *mesías esperado, el *Hijo del hombre, no por eso
viene para restablecer un reino temporal, sino para entrar en su gloria e introducir en ella
a su pueblo pasando por la muerte del siervo. (Dofuor, 2009, pág. 467)
Salvación
“Jesucristo aporta a los hombres una salvación mucho más importan-te: la pecadora se
salva porque le perdona sus pecados (Le 7,48ss), y la salvación entra en casa de Zaqueo
penitente (Lc 19,9). Para ser salvo es necesario, pues, acoger con fe el Evangelio del Reino
(cf. Lc 8,12). En cuanto a Jesús, la salvación es el objetivo de su vida; vino acá abajo para
salvar lo que se había perdido (Lc 9,56; 19,10), para salvar al mundo y no para condenarlo
(Jn 3,17; 12,47). Si habla, es para salvar a los hombres (Jn 5,34). Él es la *puerta: quien
entre por ella será salvo (Jn 10,9)”. (Dofuor, 2009, pág. 412)
Madre
La madre del Mesías. El protoevangelio anuncia ya que es madre la mujer cuya posteridad
aplastará la cabeza de la serpiente (Gén 3,15). Luego, en los relatos de *esterilidad hecha
fecunda por Dios, las mujeres que dieron posteridad a los patriarcas prefiguran
remotamente a la *Virgen madre. Esta concepción virginal se insinúa en las profecías del
Emmanuel (Is 7,14) y de la que debe dar a luz (Miq 5,2); en todo caso los evangelistas
reconocieron aquí la profecía cumplida en Jesucristo (Mt 1;23; Lc 1,35s). (Dofuor, 2009,
pág. 345)
Pobres
EL MESÍAS DE LOS POBRES. Al comenzar Jesús su sermón inaugural con la
*bienaventuranza de los pobres (Mt 5,3; Le 6,20), quiere hacer que se reconozca en ellos
a los privilegiados del reino que anuncia (cf. Sant 2,5). Como lo cantaba María, la humilde
sierva del Señor (Lc 1,46-55), ha llegado ya la hora en que se van a realizar las promesas
de otros tiempos: «los pobres comerán y quedarán saciados» (Sal 22,27), son convidados
a la mesa de Dios (cf. Lc 14,21). Jesús aparece, así como el Mesías de los pobres,
consagrados por la unción para llevarte la buena nueva (Is 61,1 Lc 4,18; cf. Mt 11,5).
(Dofuor, 2009, pág. 387)
Poder
EL PODER DEL SALVADOR Y DE SU SIERVO. 1. Cómo el todopoderoso pone fin a
la *esclavitud social de los débiles y a la servidumbre espiritual de los pecadores, es lo que
revela ya el Éxodo, *liberación que es el tipo de todas las otras, y cuyo recuerdo guarda
para siempre la pascua en Israel (Éx 13,3). La resistencia del faraón opresor es para
Yahveh la ocasión de mostrar mejor su poder a toda la tierra con nuevos prodigios (Éx
9,14s). En cuanto al instrumento de estos prodigios y de la liberación de Israel, es éste un
hombre consciente de su flaqueza, el más *humilde de los hombres, *Moisés (Éx 4,10-13;
Núm 12,3), del que Dios hace un profeta sin segundo (Dt 34,10ss). (Dofuor, 2009, pág.
349)
Humildad
Dios mira a los humildes y se inclina hacia ellos (Sal 138,6; 113, 6s); en efecto, no
gloriándose sino en su flaqueza (2Cor 12,9), se abren al poder de la gracia, que no es en
ellos estéril (ICor 15,10). No sólo el humilde obtiene el perdón de sus pecados (Lc 18,14),
sino que la *sabiduría del todopoderoso gusta de manifestarse por medio de los humildes,
a los que el mundo desprecia (ICor 1,25.28s). De una virgen humilde, que sólo quiere ser
su sierva, hace Dios la madre de su Hijo. nuestro Señor (Le 1,38.43). El que se humilla
en la prueba bajo la omnipotencia del Dios de toda gracia y participa en las humillaciones
de Cristo crucificado, será, como Jesús, exaltado por Dios a su hora y participará de la
gloria del Hijo de Dios (Mt 23,12: Rom 8. 17; Flp 2,9ss; IPe 5,6-10). Con todos los
humildes cantará eternamente la santidad y el amor del Señor, que ha hecho en ellos cosas
grandes (Lc 1,46-53: Ap 4.8-II; 5,11-14). En el AT la palabra de Dios lleva al hombre a
la gloria por el camino de una humilde sumisión a Dios, su creador y su salvador. En el
NT, la palabra de Dios se hace carne para conducir al hombre a la cima de la humildad
que consiste en servir a Dios en los hombres, en humillarse por amor para glorificar a
Dios salvando a los hombres. (Dofuor, 2009, pág. 178)
Misericordia
La «*perfección» que Jesús, según Mt 5,48, exige a sus discípulos, consiste según Lc 6,36
en el deber de ser misericordiosos «como vuestro Padre es misericordioso». Es una
condición esencial para entrar en el reino de los cielos (Mt 5,7), que Jesús reitera después
del profeta Oseas (Mt 9,13; 12,7). Esta ternura debe hacerme *prójimo del miserable al
que encuentro en mi camino, a ejemplo del buen Samaritano (Lc 10,30-37), debe llenarme
de compasión para con el que me ha ofendido (Mt 18, 23-35), porque Dios ha tenido
compasión conmigo (18,32s). Así seremos nosotros juzgados según la misericordia que
hayamos practicado, quizás inconscientemente, para con Jesús en persona (Mt 25,31-46).
(Dofuor, 2009, pág. 356)
Promesa
Los sinópticos. Jesús, el Mesías prometido, en el que «todas las promesas de Dios tienen
su sí» (2Cor 1,20), se presenta en primer n lugar como portador de nuevas promesas. Abre
su predicación con la promesa de la venida del *reino (Mt 4,23) y de la *bienaventuranza
inminente (Mt 5,3-12), se asocia discípulos prometiéndoles una milagrosa pesca de
hombres (4,19), el poder sobre las doce tribus de Israel (19,28). Promete a *Pedro fundar
sobre él su *Iglesia y le garantiza la victoria sobre el infierno (16,16ss). A todo el que le
siga promete el céntuplo y la vida eterna (19,29); a quien se ponga de su parte 'le promete
su apoyo delante de Dios (10,32). Reasume por su cuenta todas las promesas del AT,
promesas de un *pueblo y de una *tierra, de un reino, de la bienaventuranza: dependen de
su misión y de su persona. Todavía no se han *cumplido, en tanto no ha llegado su hora,
y no se puede seguir a Jesús sino en la fe,. pero creer en él es palpar ya su cumplimiento,
es ya haber hallado (Jn 1,41.45). (Dofuor, 2009, pág. 349).
Fidelidad
En la nueva alianza esta fidelidad tiene un alma, que es el *amor; y viceversa, la fidelidad
es la prueba del amor auténtico. Jesús insiste en este (Dofuor, 2009)punto: «Permaneced
en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he
guardado los mandamientos de mi padre y permanezco en su amor» (Jn 15,9s; cf.
14,15.21.23s). Juan, fiel a la lección de Cristo. la inculca a sus «hijos» invitándolos a
«caminar en la *verdad», es decir, en la fidelidad al mandamiento del amor mutuo (2Jn
4s); pero añade en seguida: «Ahora bien, el amor consiste en vivir según los
mandamientos de Dios» (2Jn 6). A esta fidelidad es a la que está reservada la recompensa
de tener parte en el gozo del Señor (Mt 25, 21.23; Jn 15,11). Pero esta fidelidad exige una
lucha contra el tentador, el maligno, que requiere vigilancia y oración (Mt 6,13; 26,41;
lPe 5, 8s). En los últimos tiempos será tremenda la prueba de esta fidelidad: los santos
tendrán que ejercer en ella una constancia (Ap 13,10; 14,12), cuya gracia les viene de la
*sangre del cordero (Ap 7,14; 12,11). (Dofuor, 2009, pág. 153)
2.11 Comentario
A nivel del texto actual, la respuesta de María a Isabel se expresa en un cantico que
recuerda los grandes hechos de la historia de la salvación. Es también una meditación lirica
sobre todo lo que acaba de realizarse en ella Narrativamente, es una interrupción que detienen
por unos momentos la acción.
Se ha observado ya hace tiempo que el encadenamiento sería mejor si se pasara del v45
al v56 es probable que este cantico tuviera un origen independiente del relato y que
añadiera posteriormente al mismo. Al ponerlo en labios de María, Lucas no revela la
imagen que la primera Iglesia se hacía de ella. (Schokel, 1979, pág. 73).
La estructura misma del Magníficat pone de manifiesto la dimensión comunitaria de la
figura de María. En efecto, el cantico pasa insensiblemente de la Individual (María) a lo
colectivo (Israel), es decir, de la pobreza de María al pueblo de los pobres, de la esclava a
Israel siervo.
3. PRETEXTO
3.1 PERSONAJES
El himno refleja el pensamiento de María, así como de los influjos que recibió: la fe
época, etc. De manera que cada persona está inmersa en una cultura y manifiesta su
influencia.
Principal 1x
bienaventurada
Dios Protagonista Redondo 1x Señor 3x
Principal 1x Salvador
1x poderoso
Principal 1x hambrientos
1x Ricos
3.2 PROTAGONISTAS:
María
los valores de la primera comunidad cristiana, de entre los cuales podemos señalar
las mujeres actúan como líderes en el pueblo: lo fue Judit cuando encabezó la
liberación del pueblo contra Sisara: Sara Abraham, como padres de la nación (Gn
17,20-25); etc., María es puesta en línea con estas matriarcas del pueblo, pero en un
Dios
adelante serán las enseñanzas de Jesús, pues el himno y todo el relato de la infancia
El himno habla de una sociedad solidaria, que los cristianos están llamados a
construir. Así que la salvación tiene una dimensión social, porque el hombre vive en
relación con los demás; por lo que está llamando a manifestar el comportamiento de
Dios en sociedad.
cristiana. Por otra parte, volverá con frecuencia sobre esta cuestión de la pobreza en
revolución de Dios”
mesiánico.
(Israel). Por otra parte, se pone en evidencia el fruto del vientre, fuente de
43,44.
mismo en los vv. 54-55, cuando expresan que se ha cumplido la promesa a los
padres.
BIBLIOGRAFIA