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Carlos Sánchez/El Diario de Juárez / Asentamientos más allá del Mirador Navojoa y Camino Real
La Secretaría de Desarrollo Social de Gobierno del Estado estima que en Ciudad Juárez hay
100 mil personas en situación de pobreza extrema, incluso con empleo cuya remuneración no
les alcanza para abastecerse de los alimentos que integran la canasta básica, señaló el titular
de esa dependencia, Víctor Quintana Silverya.
Indicó que Ciudad Juárez tiene la décima parte de pobres del estado, lo que la posiciona en
primer lugar estatal en contraste con los datos que señala el Consejo Nacional de Evaluación
de la Política de Desarrollo Social (Coneval) que presumen un avance en el combate a la
miseria, cuando la realidad es que hay un retroceso.
“Está fallando enorme y estrepitosamente la política federal del ingreso. Antes, un empleo
estable era la garantía de que no habría pobreza y ahora nos damos cuenta que incluso los
empleos estables producen pobreza por el nivel de ingresos”, indicó.
Señaló que se podrá afirmar que la industria maquiladora paga bien a sus empleados, pero la
serie de gastos familiares como transporte caro y los incrementos a los productos básicos,
demuestran que el trabajador perdió su poder adquisitivo.
“En este sexenio que agoniza, el salario mínimo, el ingreso real de los trabajadores no creció,
en cambio los productos si crecieron”, apuntó.
Quintana Silveyra indicó que esa situación es ocasionada por la política económica del
Gobierno Federal aplicada desde la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y no la
Sedesol.
Sin embargo, indicó que en Juárez, esta última dependencia también mantiene desfasadas de
la realidad sus políticas de atención a la población vulnerable en cuanto a las Zonas de
Atención Prioritaria.
“Estamos pidiendo que se amplíen, ya hicimos una propuesta. Hay que incluir nuevas zonas
tanto en las ciudades como en el campo”, abundó.
jdolivas@redaccion.diario.com.mx
TRANSICIÓN 2018
FACTOR CAPITAL HUMANO
TLCAN
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Pobreza y pobreza
extrema
Rubén Aguilar Valenzuela19 de septiembre de 2017, 20:09
Las cifras anteriores son del Coneval que utiliza para sus
mediciones indicadores más exigentes que los organismos
internacionales. Héctor Aguilar Camín nos recuerda, a propósito
de estos mismos números, que para el Banco Mundial, México
tiene sólo 10.95% de su población en pobreza y para la OCDE es
16.7 por ciento. La pobreza extrema alcanza sólo 1.2 % según el
índice de pobreza aguda de la Universidad de Oxford, en
Inglaterra. (Milenio, 04.09.17)
.
Con Javier Iguíñiz
- Un informe reciente del PNUD, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo,
dice que “La pobreza ha degradado la vida humana durante siglos, pero uno de los
logros más importantes del siglo XX ha sido su notable reducción. La pobreza de
ingresos se ha reducido más rápidamente en los últimos 50 años que en los últimos
50 decenios. Y, a fines del siglo XX, el número de personas con privaciones vitales
oscilaba ente los mil millones y los dos mil millones, mientras que en el decenio
anterior se tenía una oscilación de entre dos mil y tres mil millones” Uno en principio
es reacio a creer esta afirmación, la cuestiona desde su propia impresión subjetiva
o desde datos parciales. Y, sin embargo, los datos abundan en esa dirección y se
confirma lo que dice el PNUD. Pero esos cálculos son sólo válidos si s consideran a
nivel mundial.
- ¿Hay mucha diferencia entre las estadísticas mundiales y las que arroja
cada país del Sur por separado?
- Asia y África, hace 30 años, eran muy parecidas en gran cantidad de indicadores
sobre el nivel de pobreza. Hoy, si medimos evolución, son las antípodas. En Asia,
felizmente, esta disminuyendo la pobreza en grandes magnitudes, pero en África,
en cambio, aumenta la profundidad del problema. Europa del Este hace unos años
estaba económicamente mejor que el promedio latinoamericano y ahora se ha
hundido más que América Latina incluso.
- Daré un par de datos, del Banco Mundial, bien expresivos. Se estima que hay mil
millones de personas en el mundo con un dólar diario per cápita; así que una familia
formada por cinco personas vive con 150 euros al mes, y ese dato resulta útil para
que nos miremos cada uno al bolsillo y comparemos nuestra situación con la de la
sexta parte más pobre de la humanidad. El otro dato es que 2.800 millones de
personas viven con ingresos de menos de 2 euros diarios; su familia, de 5 miembros,
dispone pues de menos de 300 euros mensuales.
- Claro. Decir que, con los indicadores, medimos la pobreza, es una audacia. Una
persona que es pobre dos años seguidos, porque tiene todo ese tiempo un poder
adquisitivo por debajo de los dos dólares diarios, al segundo año ya no es igual de
pobre que en el primero. Estar por debajo de la línea de la pobreza y permanecer
en ese nivel ya es deteriorarse, porque hay debilitamiento y desgaste. Tampoco
medimos la profundidad de lo que sucede por debajo de las líneas de pobreza; es
distinto estar un diez por ciento por debajo de esa línea que estarlo un cincuenta
por ciento. Se sigue hablando del mismo número de pobres, año tras año, cuando
la situación de una buena parte de ellos se va agravando.
- Los hay. En los países pobres están los recursos. Pero hay también diferencias
gigantescas entre la gente, y desinterés mutuo si es que no desprecio, humillación,
opresión, herencias coloniales y procesos brutales de discriminación.
- Yo creo que hay que hacer más exigentes la cooperación y sus requisitos, pero no
me atrevo a hablar de fórmulas obligatorias. Cuando uno vive en un país pobre
aprende a ser débil y a no pretender tener más fuerza que la que tiene. Son
estrategias de los que han sido colonizados, eso es fibra psicológica.
- Pienso que, tristemente, las instancias de obligación al cooperar sólo van a llegar
después de grandes conflictos. Y creo que el arte tiene que estar en adelantarse y
ensayar la mayor cantidad de fórmulas democráticas, honradas y decentes, para
estar listos cuando ese momento llegue. Pero no creo que eso vaya a llegar
voluntariamente, sino como consecuencia de conflictos originados por la fuerte y
creciente desigualdad, mezclados tal vez con otras componentes culturales, étnicas
y religiosas.
- Todo lo que haría falta en el mundo para financiar los servicios básicos de salud,
educación, agua potable y alimentación ha sido calculado en unos 40.000 millones
de dólares, lo que equivale a sólo el cuatro por ciento de los bienes de las 225
personas más ricas del planeta. Es verdad que esas fortunas pagan más de un
cuatro por ciento de impuesto por sus activos, pero ese dinero no llega a quienes
más lo necesitan. Elevar los ingresos de todos los pobres de América Latina, que es
el área más desigual del mundo, equivaldría al 0,7 por ciento del producto bruto de
esa zona, o a un impuesto del 2 por ciento aplicado a la renta de la quinta parte
más rica de la población.
Javier Pagola
Director de la revista “El Sur” de la ONG Medicus Mundi
Agencia de Información Solidaria
21 de agosto de 2003
OPINIÓN
La pobreza en México
27/07/2015
Enrique González Tiburcio
La estimación de la pobreza para 2014 dada a conocer el jueves 23 de julio por el Consejo
Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), un ejercicio hecho
por mandato legal por una institución que obtuvo su plena autonomía durante este sexenio,
merece un análisis minucioso.
Los programas sociales que dan forma a la política de desarrollo social están orientados a
satisfacer derechos sociales específicos y algunos de ellos se orientan a poblaciones
determinadas.
Por ello, la lectura de los resultados que ha hecho públicos el Coneval debe conducirnos a
entender mejor las razones por las cuales persisten en México altos niveles de pobreza y a
determinar si las innovaciones de política pública que se han realizado en estos primeros
dos años de la presente administración están bien orientadas y darán resultados.
· La pobreza extrema se redujo de 11.5 a 11.4 millones de personas entre 2012 y 2014. La
política social del presidente Enrique Peña Nieto se ha enfocado especialmente en atender
al núcleo duro de la pobreza, a los olvidados, la población cuyo ingreso está por debajo de
la línea de bienestar mínimo (es decir, que no es suficiente para adquirir una canasta
alimentaria) y que cuenta con tres o más carencias sociales. Hay que señalar que el ingreso
del decil más bajo aumentó 2.1 por ciento, en contraste con el resto de los deciles.
· Hubo mejoras prácticamente en todas las carencias sociales entre la medición 2012 y la de
2014: rezago educativo (de 19.2 a 18.7 por ciento); acceso a la salud (de 21.5 a 18.2 por
ciento); acceso a la seguridad social (de 61.2 a 58.5 por ciento); carencia por calidad y
espacios en la vivienda (de 13.6 a 12.3 por ciento). Una carencia se mantuvo sin cambios
(21.2 por ciento en ambas mediciones para la carencia de servicios básicos en la vivienda) y
otra tuvo un incremento marginal (de 23.3 a 23.4 por ciento para la carencia alimentaria).
Sin duda, las cifras que ha publicado el Coneval no admiten triunfalismos. Quedan enormes
rezagos por atender en públicos específicos, fundamentalmente en los más vulnerables:
jóvenes, indígenas y personas con discapacidad.
- Una visión de responsabilidad del Estado en torno a la garantía de los derechos sociales
- Fomentar la productividad para mejorar los ingresos de los estratos sociales más bajos
Un poco más abajo veo un racimo de prostitutas custodiando la calle 18. Con mi libreta en
la mano me hago junto a ellas y les pido que, por favor, me digan qué tal estuvo el año, que
me cuenten si mejoraron, si sienten un progreso en sus finanzas. Una de ellas, malencarada
y mirándome con desconfianza, me dice: – Las encuestas son para los ricos. Nosotras
nunca aparecemos ahí. Todas estamos más pobres, más enfermas, no tenemos con qué
pagar una pieza y a muchas de nosotras nos tocó entregar a nuestros hijos al Instituto de
Bienestar Familiar. Saque usted las conclusiones.
Les doy las gracias y me despido un tanto avergonzado. Deambulo por el centro unos
minutos hasta llegar a San Victorino. En una esquina veo a un vendedor de ollas, trastos de
cocina y cepillos caseros. Espero a que esté solo y le pregunto cómo estuvo el año, si sus
ingresos mejoraron durante los últimos meses. Hace un gesto de congoja y me resume:
– Ay, hermano, mire, cada día esto está más duro, la gente pide más rebaja, compran menos
y no alcanzo a llevar a mi casa ni siquiera lo de la comida completa. Es berraco ver a los
hijos de uno aguantando hambre.
En una esquina, muy cerca de la carrera décima, veo una fila de mujeres y me acerco a
preguntar de qué se trata. Son entrevistas para trabajar en un restaurante popular. Se
necesitan una cajera, cocineras y meseras. Le pregunto a una señora de edad qué tal estuvo
el 2005. Se sonríe con desdén y me responde: – Al menos antes tenía un trabajo estable.
Ahora ando de sitio en sitio buscando empleo, y nada. Los negocios duran tres o cuatro
meses y quiebran.
Entonces una tiene que salir a la calle a volver a buscar. Tengo dos hijas y tres nietos. A
veces no alcanzamos a sostenernos.
Varios desempleados y vagos callejeros toman sol en los alrededores. Compro una botella
de agua y contemplo a la gente pasar. Entonces anoto en mi libreta una idea sencilla:
cuando dan las cifras de crecimiento económico, nunca nos aclaran dónde está la plata y
quiénes la tienen. Y algo es seguro: si la pobreza aumentó, significa que aquí los únicos que
crecen económicamente son los ricos