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Saquear o invertir, esa es la cuestión

Comunicado de Prensa 12/10/18

“Argentina necesita con urgencia terminar con quienes saquean el país,


vendiendo productos primarios,
en lugar de generar empleo
produciendo y exportando trabajo argentino”
Sergio Massa.

Luego de la expresión del Sr Massa, en un marco industrial, en una zona minera, aclarando que no
se refería al campo, casi despreciando el plato del que acababa de comer, es conveniente reconocer
lo razonable de su expresión: ES URGENTE TERMINAR CON QUIENES SAQUEAN AL PAÍS.
Somos testigos de quienes han saqueado al país desde la política, incapaces de comunicar y liderar
desarrollo, cuando critican al sector exportador o cuando la justicia dice que delinquieron la ley.
Somos testigos de quienes han saqueado al país dando de comer a especuladores financieros
desde sus funciones públicas.
Somos testigos de quienes han saqueado al país con sus ignorancias supinas, pretendiendo
gobernar la Argentina en base a su flexibilidad serpentaria con fines electorales y populistas.
Somos testigos de quienes han saqueado al país desde sus atriles mediáticos comprados para
posicionarse donde son desconocidos o, tal vez, demasiado conocidos.
Si, es urgente terminar con esos que saquean al país, vendiendo lo primario de la mentira, del relato
vacío y maquillado, de los espejos de colores que brillan solo delante del propio rostro.

Lo que también urge es la generación de empleo argentino y exportación de trabajo y conocimiento


de nuestra gente, gracias a un sentido profundamente productivo de la política, de la economía y
del desarrollo social.
Es valor agregado argentino cuando las industrias mineras invierten U$D 10.000 M sólo en San
Juan, poniendo en valor a varios miles de empleos sanjuaninos con U$D 3.700 M y con U$D 5.700
M en impuestos nacionales y provinciales. Aun sabiendo que muchos de esos impuestos serán
saqueados por el robo de las arcas del Estado.
Es valor agregado cuando las industrias mineras generan valor en 15.000 empleos solo en San
Juan, más las PyME argentinas de bienes y servicios que generan una inmensa cadena de valor
en familias y comunidades, los que también suman a los fondos provinciales y municipales. Ese
valor desconocido por los saqueadores.
Es valor agregado cuando las industrias mineras invierten años explorando a riesgo, sabiendo que
solo un proyecto de entre diez será favorable, generando cientos de puestos de trabajo de
verdadero conocimiento, tecnología e innovación. Un valor industrial de empleo ignorado por
quienes apuestan solo en el día a día de las finanzas o de los votos.
Es valor agregado cuando las industrias mineras llegan cada día a los pueblos que los saqueadores
no conocen ni conocerán, con gestos individuales, grupales y corporativos para bien de esos
pueblos. Es valor agregado cuando las industrias mineras entienden claramente los desafíos
ambientales y generan nuevos estándares de control sustentable, comunitario y económico,
desarrollando el ambiente de mayor cantidad y control de sus procesos. Un control que los
saqueadores de verdad nunca tienen.
Es valor agregado que va a nuestras casas, nuestra energía, nuestros celulares, y todo lo que nos
rodea diariamente de origen minero, madre de las industrias.
Hoy más que nunca necesitamos superar las diferencias y trabajar codo a codo para salir de este
difícil momento. Eso es lo que hacemos en nuestras industrias donde siempre se agrega valor:
industria agrícola y ganadera, industria manufacturera, industria del software, industria minera,
somos todos argentinos que creen en este país y trabajan para sacarlo adelante. Ningún sector es
menos que otro cuando pensamos que estamos haciendo más grande a la Argentina.
La industria minera, a lo largo y ancho de la Argentina, está orgullosa de su valor agregado, de sus
empleos, de su gente, de su exportación de valor industrializado en la misma montaña, de sus
desarrollos en zonas extremas del país, allí donde solo hay pueblos recuperados por trabajadoras
y trabajadores mineros en cada uno de sus proyectos. Allí donde los saqueadores de la mentira y
la ignorancia nunca llegaron. Ni llegarán. Ese es el mayor repudio.

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