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ÁNGEL OSORIO dijo que “...la abogacía no es una carrera ni un oficio sino
un ministerio y como tal hay que contemplarla...”.
POR OTRA PARTE
Puede llegar a ser hasta gracioso, pero es totalmente verídico que día a
día nosotros hacemos lo mismo, y es que no sabemos guardar secretos;
porque se lo decimos a "una" persona de nuestra total confianza y esa
persona se lo dice a otra persona de su total confianza y así sucesivamente
como nos explica el autor. Y puede que en nuestra vida diaria aunque este
mal visto la gente lo hace pensando que no traerá muchas repercusiones,
pero en muchos de los casos si las trae.
Como abogados, se debe evitar esto, pues al revelar un secreto que le
revela el cliente puede ser totalmente atroz para el veredicto del juez.
Aquí recaemos en un punto tocado previamente en los capítulos
anteriores, y es que el abogado al aceptar un caso se presume que es por
una causa justa; y en lo personal yo opino que si al abogado se le confía
algún secreto que diga que el cliente es totalmente culpable mejor deje el
caso, sin tener que revelar el secreto y no defender una causa que no es
justa.
También me parece que el abogado ni siquiera debería de ser capaz de
atestiguar en un caso contra su cliente, porque en esos momentos puede
que su buen juicio sea nublado por motivos personales y al bajarse del
estrado todavía quede así como muy involucrado en el caso y no se
desenvuelva tan bien como abogado