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COLECCIÓN
DE
ESCRITORES CASTELLANOS
críticos
ESTUDIOS
CRÍTICA LITERARIA
TIRADAS ESPECIALES
CRÍTICA LITERARIA
POR KL DOCTOR
SRGUÑT)'/Í~SKRIK
QUADRADO Y SUS OBRAS.
QUADRADO Y SUS OBRx\S.
prensa periódica.
QUADRADO Y SUS OBRAS. 7
y epifonemas si recuerda
, el estilo de Víctor
Hugo, es ciertamente por sus peores lados.
Hay que advertir, además, que el progreso
creciente de la arqueología y de la investiga-
La llave de oro
Que abre las ptiertas del saber del moro.
toria y el paisaje ,
y la red de armónicas rela-
ciones con que todos estos elementos se entre-
lazan. El suave é insinuante dilettantismo ^ la
y penitencia!
Pocas veces se han reunido en nadie como
en QuADRADO, cronista de Mallorca, las tres
Edad Media.
Con la modesta apariencia de suplementos
á la obra de Piferrer, nos ha dado últimamente
el Sr. Quadrado una parte muy considerable
de su historia, que en nuestro concepto deberá
pasar intacta al libro definitivo, salvo el aña-
dir y rectificar aquellas cosas que de nuevo
haya enseñado al autor su perseverante inves-
tigación, que en estos últimos años se ha ex-
tendido á los archivos de Perpiñán. Pero capí-
tulos tales como el de las postrimerías del
32 ESTUDIOS DE CRÍTICA LITEIL^RIA.
como en el moral.
Es inútil encarecer los peligros de esta doc-
trina, cuyos orígenes más remotos están en
Tertuliano y otros apologistas de la escuela
QUADRADO Y SUS OBRAS. 49
africana. La Iglesia ha hablado solemnemente
sobre este punto, y entre los tradicionalistas,
que fueron siempre fervorosísimos católicos, no
hay uno solo que haya dejado de someterse,
honrándoles tanto esta sumisión como antes
su bueno y piadoso celo. El odio á la ciencia
vidad ,
á la comprensión más ó menos íntegra
y clara de aquellas verdades de teología natu-
ral que son preámbulo de los artículos de la fe.
La Fe es inseparable de La Civilización y de
La Sociedad/ El Conciliado completa El
Pensamiento de la Nación. Y puede decirse
que cuando la muerte arrebata á Balmes
en 1848, termina también la vida política de
QüADRADO, que dedicado desde entonces á la
historia y al arte, sólo rarísimas veces rompe
el silencio, y eso no para cuestiones de política
diaria , sino para notar los progresos del socia-
lismo en 1850 y buscar remedio á la nueva do-
lencia , ó para defender la unidad religiosa en
1855 y en 1868.
El punto culminante de las campañas perio-
dísticas de QuADRADo ha de buscarse en sus
escritos del año 1845 publicados en El Con-
ciliador y en El Pensamiento de la Nación,
siendo director del primero de estos periódicos
y colaborador asiduo del segundo, que dirigía
Balines. La generosa fórmula que en ambos se
defendía no era otra que la reconciliación sin-
cera de todos los españoles católicos y monár-
quicos, y como medio de lograrla y principio
de una política nacional, la fusión dinástica
QUADRADO Y SUS OBRAS. 53
todoxia ,
otras por la supresión del papel de
Micol, que no cabía en un teatro cuyos actores
«ran simplemente jóvenes de la Asociación de
católicos. En otro género ha traducido los
Á
Aguiló con el título de El hifante de Ma-
^orca^ prueban lo que hubiera podido hacer
en este género, al cual parecía llamado como
Walter-Scott por su vocación de arqueólogo-
poeta.
Finalmente, el Sr. Quadrado ha llevado la
progreso de la fábula.
nado de D. Juan II ?
trabajo de exponerle. Y
embargo, ¿puedesin
LA CELESTINA. 9
La
Celestina está escrita en prosa, y por tal
razón su influencia en el definitivo teatro es-
pañol, que adoptó la forma versificada, fué
mucho menor que la influencia que ejerció en
la novela, especialmente en el género llamado
picaresco^ muy remoto de La Celestina por
sus asuntos y por los tipos que habitualmente
describe, pero enlazado con ella por su carác-
ter realista y por la enérgica y desembozada
pintura de las ínfimas condiciones sociales,
pintura accesoria en La Celestina^ y esencial
ó dominante en las novelas picarescas. Pero
durante el siglo xvi, en que la fórmula del
teatro español no estaba fijada aún, La Ce/es-
tina inspira la prosa de las comedias
y pasos
de Lope de Rueda y de Juan de Timoneda, y
todavía se discierne su influencia en los entre-
meses de Cervantes.
En rigor, ¿puede calificarse La Celestina de
drama ó de novela? En nuestro concepto, sólo
el título de drama le cuadra. Es una pieza toda
Juan.
EL ALCALDE DE ZALAMEA. 121
EL ALCALDE DE ZALAMEA.
Y servirá para vos
D. Lope. ¿Y dióla hecha el diablo.'
Crespo. Sí.
D. Lope, Pues á deshacerla voy;
Que estoy, voto á Dios, cansado.
Crespo. Pues descansad, voto á Dios.
derón ,
que en pleno siglo xviii había conser-
de sus predecesores ,
cayó en este común des-
cuido, y se limitó á agrupar noticias sueltas,
tomadas de diversos libros impresos del si-
glo XVII.
Nótase á primera vista una laguna graveen
el estudio del Sr. Cotarelo, el cual sistemática-
mente ha rehusado valerse del testimonio de
observaciones propias.
1572. Nace Tirso en Madrid. La patria es
indiscutible, la fecha no. Descansa sólo sobre
la fe de la inscripción del retrato , y aun en
éste parece haber contradicción ,
puesto que si
TIRSO DE MOLINA. I
39
Merced».
1627. Publicación de la Pritncra par-te de las
Comedias de Tirso. La única edición que co-
nocemos es de Sevilla, pero no puede dudarse
que hubo otra de Madrid y del mismo año,
cuyos preliminares están copiados en la de Va-
lencia de 1631
¿Qué comedia
hay, si las de España sabes,
en que el gracioso no tenga
privanza contra las leyes
con duques, condes y reyes,
ya venga bien ya no venga?
,
TIRSO DE MOLINA. 1 75
Lope
madas extravagantes: con nombre de
que el
también en una edición suelta. Se dirá
de las edi-
testimonio de las partes apócrifas y
ciones sueltas ha de recibirse
siempre con cau-
fuerza
tela pero guardémonos de exagerar la
;
resumidas cuen-
de este argumento, porque en
qué se funda la atribución de El Bur-
tas ¿en
estilo bien
lad' de Sevilla á Tirso (de cuyo
puede decirse que apenas tiene un
solo rasgo),
tros pronósticos.
1893.
DE LOS HISTORIADORES DE COLÓN
DE LOS HISTORIADORES DE COLÓN
I.
nando-
Quedan reducidas, pues, las obras de Co-
lón, prescindiendo de cartas familiares, me-
moriales, y otros escritos breves, de índole no
literaria , á las tres relaciones del primer viaje
DE LOS HISTORIADORES DE COLÓN. 2l^
toriadores ,
salvo acaso el Cura de los Palacios,
la Vega.
234 ESTUUIOS DE CRITICA LITERARIA.
II.
sura (i).
TU.
por la La Biblioteca
esplendidez tipográfica.
Americana Vetustísima (1866) y sus Adido-
DE LOS HISTORIADORES DE COLÓ^f. 287
y si el crimen de consumó en
la esclavitud se
de la República de Genova.
Con muy buen acuerdo excluye el Sr. Asen-
sio de su historia todo lo referente á los prime-
ros años de Colón, á sus supuestos estudios en
Pavía, etc. Nada de esto tiene más apoyo que
tradiciones novelescas y sin fundamento, si me-
recen llamarse tradiciones las que se inventan
á posteriori sobre todo gran personaje histórico.
El primer hecho conocido de la vida de Colón
DE LOS HISTORIADORES DE COLÓN. 30I
Rábida?
Lo que sucede con esto del descubrimiento
es que, después de cumplido, todo el mundo
303 ESTUDIOS DE CRÍTICA LITERARIA.
de artículos ó folletos.
LOPE DE VEGA Y GRILLPARZER
LOPE DE VEGA Y GRILLPARZER
cvi 21
322 ESTUDIOS DE CRITICA LITERARIA.
«Señor, yo he probado ya
Las ciudades populosas,
La vida de los palacios,
Las cansadas ceremonias,
La comida, el sueño; en fin,
Perdona que te responda
Que no he de volver allá
Si me dieses tu corona.
Yo he vuelto á mi propio sitio,
Con las
casar por esta penuria de materiales.
traducciones de Dohrn [Spanischen Dramen^
1841-44) se inicia un nuevo período crítico;
334 ESTUDIOS DE CRITICA LITERARIA.
\
LOPE DE VEGA Y GRILLPARZER. 335
ble nirvana.
ENRIQUE HEINE.
I
ENRIQUE HEÍNE.
Julio de 1883.
DE LAS INFLUENCIAS SEMÍTICAS
EN LA LITERATURA ESPAÑOLA.
DE LAS INFLUENCIAS SEMÍTICAS
EN LA LITERATURA ESPAÑOLA.
han revelado. Si el
inscripciones de Caldea nos
vascuence, como razonadamente afirma el señor
Fernández y González, es la lengua de un pue-
blo de la Edad de Piedra; si los antropólogos
que él cita (i) encuentran tan gran parecido
entre los antiguos esqueletos vascos y las osa-
mitas.
El asunto propio y peculiar del discurso del
Dr. Fernández empieza con la invasión de los
árabes, porque de todo el semitismo anterior
(fenicios, primitivas colonias judías, etc.) no
puede afirmarse con seguridad ni influencia en
la lengua, ni contacto literario.
DE LAS INFLUENCIAS SEMÍTICAS. 36$
cvi 24
370 ESTUDIOS r>E CRITICA LITERARIA.
fas ^
pero es cierto que el impulso venía desde
Abderramán I , aunque necesitase por ley na-
tural todo ese tiempo para desenvolverse.
En esta parte del discurso relativa al Cali-
ciencia.
Ahenamar Abendmar ^
la lamentación por
la pérdida de Alhama, y pocos más, tienen sa-
bor oriental ó puede conjeturarse con verosi-
militud que de Granada proceden. Donde es
36
ÍNDICE.
Páginas.
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