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Gregorio Nacianceno (c.

329-390): “Ellos hablaron en lenguas extranjeras, y no los de su


tierra natal, y el asombro fue grande, un idioma hablado por los que no habían aprendido. Y la
señal es para los que no creen, y no a los que creen, que puede ser una acusación de los no
creyentes, como está escrito, “Con otras lenguas y con otros labios hablaré a este pueblo, y ni
siquiera van a escucharse,”, dice el Señor’” ( La Oración de Pentecostés, 15-17).

Juan Crisóstomo (c. 344-407), al comentar sobre 1 Cor. 14:1–2: “Y como en el momento de la
construcción de la torre [de Babel] la lengua se dividió en muchas, por lo que luego de las
muchas lenguas se encontraron con frecuencia en un hombre, y la misma persona solía hablar
tanto en el Pérsico , y el romano, y el indio, y muchas otras lenguas, el Espíritu que suena
dentro de él, y el don fue llamado el don de lenguas, porque podía hablar todos a la vez diversas
lenguas “(Homilías sobre Primera de Corintios, 35,1).

Agustín de Hipona (¿353 – 430?) escribió (Augustine, Vol. 4): “Seguimos haciendo lo que los
apóstoles hicieron cuando impusieron sus manos sobre los Samaritanos e invocaron al Espíritu
Santo sobre ellos mediante la imposición de manos. Se espera que los conversos hablen con
nuevas lenguas.”

El siglo XVI y la era de la Reforma, confirma este don como la capacidad sobrenatural de hablar
idiomas extranjeros reales. Un ejemplo, aquí es la opinión de Juan Calvino de 1 Corintios 12:10:

Juan Calvino: “Hay una diferencia entre el conocimiento de lenguas, y la interpretación de ellas,
para los que están dotados de lo primero [es decir, el don de lenguas] están, en muchos casos, no
familiarizados con el lenguaje de la nación con que tienen que hacer frente. Los intérpretes
prestan lenguas extranjeras en la lengua nativa. Estas dotaciones no se hicieron en ese
momento adquiriendo por el trabajo o estudio, sino fueron puestos en posesión de ellas por una
maravillosa revelación del Espíritu.” (Comentario sobre 1 Cor. 12:10) (ev)

Al testimonio de los reformadores podríamos añadirles a muchos hombres en la historia de la


Iglesia como Charles Spurgeon, Jonathan Edwards, Charles Hodge, los puritanos etc que también
comparten la verdad acerca del don de lenguas como idiomas humanos no aprendidos y hablados
milagrosamente.

También podríamos añadir el nombre de un hombre que es parte de los fundadores del movimiento
Pentecostal moderno, Charles Fox Parham, que no tenia una teologia muy consistente pero sin
embargo hasta el un pemtecostal primero, tenía por seguro que el Don de Lenguas era el de
hablar en lenguas extranjeras no aprendidas. Que consistía en lenguas humanas reales.

Charles Parham citado en el Topeka State Journal, 7 de enero 1901:“El Señor nos dará el poder
de la palabra para hablar con la gente de las diversas naciones sin tener que estudiar en las
escuelas.”
Charles Parham citado en el Kansas City Times, 27 de enero 1901:“Una parte de nuestro trabajo
será la de enseñar a la iglesia de la inutilidad de gastar años de tiempo de preparación para el
trabajo de los misioneros en tierras extranjeras, cuando lo único que tienen que hacer es pedir a
Dios por poder.”

Charles Parham citado en el Hawaiian Gazette, 31 de mayo 1901: “No hay duda de que en este
momento se habrán conferido en ellos el ‘don de lenguas,’ si son dignos y buscan con fe, creyendo
que así van a ser capaces de hablar con las personas a las que optan por trabajar entre en su propia
lengua, lo que, por supuesto, es una ventaja inestimable. Los estudiantes de la Universidad Bethel
no necesitan estudiar en la vieja manera de aprender los idiomas. A ellos se les han conferido
milagrosamente. . . siendo capaces de conversar con españoles, italianos, bohemios, húngaros,
alemanes y franceses en su propio idioma. No tengo dudas de que varios dialectos de los pueblos
de la India e incluso la lengua de los salvajes de África se recibirán durante nuestra reunión de la
misma manera. Espero que este encuentro sea el más grande desde los días de Pentecostés.” (
*Diarios norteamericanos de la época)

La Historia de la Iglesia es clara respecto a este tema y de la continuación de los dones milagrosos
en la era post-apostolica.

Ireneo: (¿125 – 202?) Obispo de Lyons y teólogo nacido en Asia Menor, alumno de Policarpo,
quien fue un discípulo del apóstol Juan, en su libro “Contra Herejías”, dice: “De igual manera
escuchamos de muchos hermanos en la iglesia que poseen dones proféticos, quienes mediante el
Espíritu hablan todo tipo de lenguajes y traen a luz para el provecho general, las cosas escondidas
de los hombres, y declaran los misterios de Dios.”

Justino Mártir (¿100 – 165?), en su “Apología a Trifón el Judío”: “Si deseas prueba de que el
Espíritu de Dios que estaba con tu pueblo lo dejó, ven con nosotros, entra a nuestras asambleas y
allí le verás expulsando demonios, sanando a los enfermos y le escucharás hablando en lenguas y
profetizando.”

Tertuliano (¿155 – 225?) escribió en “Contra Marción, Libro V”: “Dejad que Marción muestre,
como dones de su dios, profetas tales como los que han hablado, no por el sentir humano sino con
el Espíritu de Dios, tales como los que han predicho las cosas que han de venir y han hecho
manifiestos los secretos del corazón; dejadle producir un salmo, una visión, una oración o
alabanza, solamente que sea mediante el Espíritu… donde sea que una interpretación de lenguas
le haya sobrevenido. De nuestra parte, todas estas cosas ocurren sin ninguna dificultad, y están de
acuerdo, también, con las reglas, dispensaciones, e instrucciones del Creador …” (Orígenes (186
– 253) y Cipriano (200 – 258), contemporáneos de Tertuliano, presentan el mismo testimonio.)
Novaciano (muerto en 257), hablando sobre la obra del Espíritu Santo en su tiempo, dice: “Este
es el que pone los profetas en la Iglesia, instruye a los maestros, dirige lenguas, da poderes y
curaciones, hace maravillas, ofrece la discriminación de los espíritus, […] y se encarga de todo lo
demás dones y carismas… y por lo tanto hace a la Iglesia del Señor en todas partes, y en todos,
perfeccionado y completado

Eusebio de Cesarea: (275 – 339) de aquellos que florecieron en estos tiempos, Cuadrato se dice
que fue distinguido debido a sus dones proféticos. Hubo muchos otros también, celebrados en estos
tiempos, quienes tuvieron autoridad en la sucesión apostólica… también el Espíritu Santo hizo
muchas maravillas mediante ellos.”

Teodoro de Mopsuestia (350 – 428), atestigua: “Muchos paganos entre nosotros están siendo
sanados por los cristianos de cualquier enfermedad que tienen, ¡tan abundantes son los milagros
en medio de nosotros!”

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