Está en la página 1de 12

Como la Cigarra.

Elena Walsh

Tantas veces me mataron,


tantas veces me morí,
sin embargo estoy aquí
resucitando.
Gracias doy a la desgracia
y a la mano con puñal
porque me mató tan mal,
y seguí cantando.

Cantando al sol como la cigarra


después de un año bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.

Tantas veces me borraron,


tantas desaparecí,
a mi propio entierro fui
sola y llorando.
Hice un nudo en el pañuelo
pero me olvidé después
que no era la única vez,
y volví cantando.

Cantando al sol, como la cigarra,


Después de un año bajo la tierra
Igual que sobreviviente que vuelve de la guerra.

Tantas veces te mataron,


tantas resucitarás,
tantas noches pasarás
desesperando.

Y a la hora del naufragio


y la de la oscuridad
alguien te rescatará
para ir cantando.

Cantando al sol como la cigarra,


Después de un año bajo la tierra,
Igual que sobreviviente que vuelve de la guerra.
La Vejez en los Pueblos.
Miguel Hernández.

La vejez en los pueblos.


El corazón sin dueño.
El amor sin objeto.
La hierba, el polvo, el cuervo.
¿Y la juventud?
En el ataúd.

El árbol, solo y seco.


La mujer, como un leño
de viudez sobre el lecho.
El odio, sin remedio.
¿Y la juventud?
En el ataúd.

Tristes Guerras.
Miguel Hernández.

Tristes guerras
Si no es amor la empresa.
Tristes, tristes.

Tristes armas
Si no son las palabras.
Tristes, tristes.

Tristes hombres
Si no mueren de amores.
Tristes, tristes.
Al fin de la batalla.
César Vallejo
Al fin de la batalla,
y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre
y le dijo: «No mueras, te amo tanto!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Se le acercaron dos y repitiéronle:
«No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil,
clamando: «Tanto amor, y no poder nada contra la muerte!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Le rodearon millones de individuos,
con un ruego común: «¡Quédate hermano!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Entonces, todos los hombres de la tierra
le rodearon; les vio el cadáver triste, emocionado;
incorporose lentamente,
abrazó al primer hombre; echose a andar.
¿De qué se ríe? ustedes duros
con nuestra gente
Mario Benedetti.
por qué con otros
¿De qué se ríe?
son tan serviles
(Seré curioso)
cómo traicionan
En una exacta el patrimonio
foto del diario mientras el gringo
señor ministro nos cobra el triple
del imposible
cómo traicionan
vi en pleno gozo usté y los otros
y en plena euforia los adulones
y en plena risa y los seniles
su rostro simple por eso digo
seré curioso señor ministro
señor ministro de qué se ríe
de qué se ríe de qué se ríe
de qué se ríe
aquí en la calle
de su ventana sus guardias matan
se ve la playa y los que mueren
pero se ignoran son gente humilde
los cantegriles
y los que quedan
tienen sus hijos llorando de rabia
ojos de mando seguro piensan
pero otros tienen en el desquite
mirada triste
allá en la celda
aquí en la calle sus hombres hacen
suceden cosas sufrir al hombre
que ni siquiera y eso no sirve
pueden decirse
después de todo
los estudiantes usté es el palo
y los obreros mayor de un barco
ponen los puntos que se va a pique
sobre las íes
seré curioso
por eso digo señor ministro
señor ministro de qué se ríe
de qué se ríe de qué se ríe.
de qué se ríe
usté conoce
mejor que nadie
la ley amarga
de estos países
País Inocente.
Mario Benedetti.
Unos como invasores
otros como invadidos
¿Qué país
no ha perdido la inocencia?
pero además
¿De qué sirve un país inocente?
¿Qué importancia tienen
las fronteras pusilánimes
las provincias de la ingenuidad?
Sólo los países
que pierdan su candor
podrán reconocer al enemigo.
Así que no reclamo
un país inocente
en todo caso busco
un extraño país
capaz de declararse culpable de inocencia.
Territorio Perdido.

Jorge Debravo.

Demasiada esperanza hemos sembrado


en el fondo del rifle. Cada paso
nos sumerge los pies en muerte viva,
con la que pretendemos crear tanto milagro.
Tambaleantes marchamos. La mirada
se nos ha vuelto garfio.
Y sin embargo, ¿en qué ciudades, cuándo
nos hemos abrazado
en lugar de arrojarnos
la muerte en plena cara?.
¿Nos amamos
alguna vez en nombre de los niños, besamos
alguna vez en nombre del trabajo?
Hemos colmado el aire
de motores y pactos,
y seguimos cargando y arrastrando
la muerte como si algo
más tierno que el fusil no nos sirviera
para hornear un pan o cultivar un árbol.
Mi país, oh, mi país... mientras la dulce patria temblorosa
Efraín Huerta. cae vencida en la calle y en la fábrica.
Éste es el panorama:
Ardiente, amado, hambriento, desolado,
Botas, culatas, bayonetas, gases…
bello como la dura, la sagrada blasfemia;
¡Viva la libertad!
país de oro y limosna, país y paraíso,
país-infierno, país de policías. Buenavista, Nonoalco, Pantaco, Veracruz…
Largo río de llanto, ancha mar dolorosa, todo el país amortajado, todo,
república de ángeles, patria perdida. todo el país envilecido,
País mío, nuestro, de todos y de nadie. todo eso, hermanos míos,
Adoro tu miseria de templo demolido ¿no vale mil millones de dólares en
y la montaña de silencio que te mata. préstamo?
Veo correr noches, morir los días, agonizar ¡Gracias, Becerro de Oro! ¡Gracias, FBI!
las tardes. ¡Gracias, mil gracias, Dear Mister President!
Morirse todo de terror y de angustia. Gracias, honorables banqueros, honestos
Porque ha vuelto a correr la sangre de los industriales,
buenos generosos monopolistas, dulces
y las cárceles y las prisiones militares son especuladores;
para ellos. gracias, laboriosos latifundistas,
Porque la sombra de los malignos es espesa mil veces gracias, gloriosos vendepatrias,
y amarga gracias, gente de orden.
y hay miedo en los ojos y nadie habla Demos gracias a todos
y nadie escribe y nadie quiere saber nada de y rompamos
nada, con un coro solemne de gracia y gratitud
porque el plomo de la mentira cae, hirviendo, el silencio espectral que todo lo mancilla.
sobre el cuerpo del pueblo perseguido. ¡Oh país mexicano, país mío y de nadie!
Porque hay engaño y miseria Pobre país de pobres. Pobre país de ricos.
y el territorio es un áspero edén de muerte ¡Siempre más y más pobres!
cuartelaria. ¡Siempre menos, es cierto,
Porque al granadero lo visten pero siempre más ricos!
de azul de funeraria y lo arrojan Amoroso, anhelado, miserable, opulento,
lleno de asco y alcohol país que no contesta, país de duelo.
contra el maestro, el petrolero, el ferroviario, Un niño que interroga parece un niño muerto.
y así mutilan la esperanza Luego la madre pregunta por su hijo
y le cortan el corazón y la palabra al y la respuesta es un mandato de
hombre— aprehensión.
y la voz oficial, agria de hipocresía, En los periódicos vemos bellas fotografías
proclama que primero es el orden de mujeres apaleadas y hombres nacidos en
y la sucia consigna la repiten México
los micos de la Prensa, que sangran y su sangre
los perros voz-de-su-amo de la televisión, es la sangre de nuestra maldita conciencia
el asno en su curul, y de nuestra cobardía.
el león y el rotario, Y no hay respuesta nunca para nadie
las secretarias y ujieres del Procurador porque todo se ha hundido en un dorado mar
y el poeta callado en su muro de adobe, de dólares
y la patria deja de serlo hermanos.
y la gente sueña en conjuras y Porque pensar que algo no es cierto
conspiraciones o que un boletín del gobierno
y la verdad es un sepulcro. puede ser falso
La verdad la detentan los secuestradores, querrá decir que uno es comunista
la verdad es el fantasma podrido de y entonces vendrán las botas de la Gestapo
MacCarthy criolla,
y la jauría de turbios, torpes y mariguanos vendrán los gases, los insultos,
inquisidores de huaraches; las vejaciones y las calumnias
la verdad está en los asquerosos hocicos de y todos dejaremos de ser menos que polvo,
los cazadores de brujas. mucho menos que aire o que ceniza,
¡La grande y pura verdad patria la poseen, porque todos habremos descendido
oh país, país mío, los esbirros, al fondo de la nada,
los soldadones, los delatores y los espías! muertos sin ataúd,
No, no, no. La verdad no es la dulce espiga soñando el sueño inmenso
sino el nauseabundo coctel de barras y de de una patria sin crímenes,
estrellas. y arderemos, impíos y despiadados,
La verdad, entonces, es una democracia nazi tal vez rodeados de banderas y laureles,
en la que todo sufre, suda y se avergüenza. tal vez, lo más seguro,
Porque mañana, hoy mismo, bajo la negra niebla
el padre denunciará al hijo de las más negras maldiciones…
y el hijo denunciará a su padre y a sus
Ahora Vamos Envueltos en Consignas Hermosas.
Gioconda Belli.
Las mañanas cambiaron su signo conocido.
Ahora el agua, su tibieza, su magia soñolienta
es diferente.
Ahora oigo desde que mi piel conoce que es de día,
cantos de tiempos clandestinos
sonando audaces, altos desde la mesa de noche
y me levanto y salgo y veo "compas" atareados
lustrando sus botas o alistándose para el día
bajo el sol.
Ya no hay oscuridad, ni barricadas,
ni abuso del espejo retrovisor
para ver si me siguen.
Ahora mi aire de siempre es mas mi aire
y este olor a tierra mojada y los lago s allá
y las montañas
pareciera que han vuelto a posarse en su lugar,
a enraizarse, a sembrarse de nuevo.
Ya no huele a quemado,
y no es la muerte una conocida presencia
esperando a la vuelta de cualquier esquina.
He recuperado mis flores amarillas
y estos malinches de mayo son mas rojos
y se desparraman de gozo
reventados contra el rojinegro de las banderas.
Ahora vamos envueltos en consignas hermosas,
desafiando pobrezas,
esgrimiendo voluntades contra malos augurios
y esta sonrisa cubre el horizonte,
se grita en valles y lagunas,
lava lagrimas y se protege con nuevos fusiles.
Ya se unió la Historia al paso triunfal de los guerreros
y yo invento palabras con que cantar,
nuevas formas de amar,
vuelvo a ser,
soy otra vez,
por fin otra vez,
soy.
Uno no Escoge.
Gioconda Belli.
Uno no escoge el país donde nace;
pero ama el país donde ha nacido.
Uno no escoge el tiempo para venir al mundo;
pero debe dejar huella de su tiempo.
Nadie puede evadir su responsabilidad.
Nadie puede taparse los ojos, los oídos,
enmudecer y cortarse las manos.
Todos tenemos un deber de amor que cumplir,.
una historia que nacer
una meta que alcanzar.
No escogimos el momento para venir al mundo:
Ahora podemos hacer el mundo
en que nacerá y crecerá
la semilla que trajimos con nosotros.
La Vaca Estudiosa.
Elena Walsh.
Había una vez una vaca
en la Quebrada de Humahuaca.
Como era muy vieja, muy vieja,
estaba sorda de una oreja.
Y a pesar de que ya era abuela
un día quiso ir a la escuela.
Se puso unos zapatos rojos,
guantes de tul y un par de anteojos.
La vio la maestra asustada
y dijo: "Estás equivocada".
Y la vaca le respondió:
"¿Por qué no puedo estudiar yo?"
La vaca, vestida de blanco,
se acomodó en el primer banco.
Los chicos tirábamos tizas
y nos moríamos de risa.
La gente se fue muy curiosa
a ver a la vaca estudiosa.
La gente llegaba en camiones,
en bicicletas y en aviones.
Y como el bochinche aumentaba
en la escuela nadie estudiaba.
La vaca, de pie en un rincón,
rumiaba sola la lección.
Un día toditos los chicos
se convirtieron en borricos
y en ese lugar de Humahuaca
la única sabia fue la vaca.
El país de Nomeacuerdo.
Elena Walsh.

”En el país de Nomeacuerdo


doy tres pasitos y me pierdo”.

Un pasito para allí


no recuerdo si lo di.
Un pasito para allá,
ay, qué miedo que me da.

Un pasito para atrás,


y no doy ninguno más
porque ya, ya me olvidé
dónde puse el otro pie.

También podría gustarte