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185-15 - Pre - Onagi
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Opinión
T.D.: 7582957
OPINIÓN Nº 185-2015/DTN
1. ANTECEDENTES
Antes de iniciar el desarrollo del presente análisis, es necesario precisar que las
consultas que absuelve este Organismo Supervisor son aquellas referidas al sentido y
alcance de la normativa de contrataciones del Estado, planteadas sobre temas
genéricos y vinculados entre sí, sin hacer alusión a asuntos concretos o específicos,
de conformidad con lo dispuesto por el literal j) del artículo 58 de la Ley de
Contrataciones del Estado, aprobada mediante Decreto Legislativo Nº 1017 (en
adelante, la “Ley”), y la Segunda Disposición Complementaria Final de su
reglamento, aprobado mediante Decreto Supremo Nº 184-2008-EF (en adelante, el
“Reglamento”).
2. CONSULTAS Y ANÁLISIS
2.1.3 Precisado lo anterior, el numeral 4) del artículo 150 del Reglamento dispone lo
siguiente: “Cuando se trate del arrendamiento de bienes inmuebles, el plazo
podrá ser hasta por un máximo de tres (3) años prorrogables en forma
sucesiva por igual o menor plazo; reservándose la Entidad el derecho de
resolver unilateralmente el contrato antes del vencimiento previsto, sin
reconocimiento de lucro cesante ni daño emergente, sujetándose los reajustes
1
Roberto Dromi. Derecho Administrativo. Editorial de Ciencia y Cultura, 9º edición, 2001, Buenos
Aires—Argentina, Pág. 455.
2
Según Dromi “en virtud de la potestad rescisoria exorbitante del derecho común, la Administración
Pública, cuando razones de interés público así lo aconsejen, podrá rescindir unilateralmente el
contrato” (…) asimismo, “la rescisión también puede ser consecuencia de la competencia
sancionadora de la Administración Pública, por lo que se pone término a la relación contractual por
culpa del contratista. La sanción rescisoria procede ante faltas graves del contratista, que obligan a
la administración Pública a interrumpir la ejecución contractual, después de haber agotado los
medios posibles para lograrla”. Ídem, Pág. 458.
3
Manuel de la Puente y Lavalle. El Contrato en General, Tomo I. Palestra Editores, Lima – 2001. Pág.
455.
3
2.2 “De ser necesario, ¿Cuál es el sustento específico para que dicha facultad
pueda ser ejercida por la Entidad sin caer en arbitrariedad?” (sic).
Por tanto, el ejercicio de este derecho no deviene en arbitrario, toda vez que se
encuentra reconocido en la normativa aplicable; sin perjuicio de ello, a efectos
de ejercer este derecho corresponde a la Entidad comunicar formalmente al
contratista, la decisión de resolver el contrato, especificando las razones que
sustentan su posición.
2.3 “¿Existe un plazo mínimo razonable para ejercer esa potestad?” (sic).
2.4 "¿Existe algún procedimiento que sea necesario cumplir para realizar la
resolución anteriormente descrita?" (sic).
CONCLUSIONES
3.2 Corresponde a cada Entidad prever o determinar un plazo para hacer efectiva la
resolución del contrato, en función de las razones que justifiquen dicha
decisión, así como las características particulares del contrato de arrendamiento
que se haya suscrito.
NFP/