Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Índice
Introducción…………………………………………………………..……..……… 3
Nacimiento y evolución del concepto de ‘Ciudadanía europea’…………….……
4
La ‘Ciudadanía europea’ hoy…………………………........………………………10
Políticas actuales centradas en el ciudadano ..…………………..………………19
Hacia dónde avanza la ‘Ciudadanía europea’: debates para el futuro…….……
28
Bibliografía……………………………………………………………...……………42
Introducción
Cuando pagamos con el Euro, cuando nuestros hijos o parientes van a
estudiar al extranjero, cuando votamos al Parlamento Europeo,… estamos haciendo
uso de nuestro estatus de ciudadano de la Unión Europea. Estas y otras muchas
acciones las podemos llevar a cabo porque somos ciudadanos europeos.
Aunque parezca una figura que ha existido desde el nacimiento de la UE, ser
ciudadano de la Unión Europea y ejercer los derechos que tiene vinculados, es algo
de lo que se puede presumir desde no hace mucho. Algunas de las acciones
planteadas en el primer párrafo, eran impensables hace tan sólo 20 años.
2
ciudadano europeo, cómo surgió este concepto, y qué derechos supone y qué
deberes conlleva. Analizaré también cuales son las políticas que la Unión Europea
está llevando a cabo para su desarrollo, y cuál es el presente y el futuro de la
ciudadanía europea, y por último, centraré la atención en averiguar qué supone la
ciudadanía europea para Cantabria.
3
estatuto’. Esta definición recoge un concepto general de ciudadanía y lo aplica al
ámbito europeo.
Pero lo más útil, si buscamos una definición precisa, es acudir a los textos
normativos europeos. En estos momentos está en vigor el Tratado constitutivo de
la Comunidad Europea5 (Versión consolidada tras las reformas realizadas en el
Consejo Europeo de Niza de Diciembre de 2000). La definición de Ciudadanía de la
Unión aparece en su artículo 17: ‘Se crea una ciudadanía de la Unión. Será
ciudadano de la Unión toda persona que ostente la nacionalidad de un Estado
miembro. La ciudadanía de la Unión será complementaria y no sustitutiva de la
ciudadanía nacional. Los ciudadanos de la Unión serán titulares de los derechos y
sujetos de los deberes previstos en el presente Tratado’.
4
Europeas van a solicitar un ‘Informe de síntesis sobre la Unión Europea’, conocido
como ‘Informe Tindemans - Hacia la ciudadanía europea’, elaborado por el Primer
Ministro belga, Leo Tindemans, y hecho público el 7 de enero de 1976. Su objetivo
era abordar la transformación de la Comunidad Económica Europea en una Unión
Europea, transformando la naturaleza de la institución. Dicho informe contaba con
directrices como la definición de unos signos externos que fueran testimonio de la
identidad europea. En dicho texto se plantearán, en consecuencia, propuestas como
el pasaporte europeo, que ayudaría a afirmar una unidad comunitaria de cara al
exterior, reforzando entre los nacionales de los Estados miembros el sentimiento de
pertenencia a una comunidad, o la toma de medidas para la protección y
reforzamiento de los ciudadanos europeos, comenzando con el uso del término
‘ciudadano’ para designar a los beneficiarios de derechos, y no el concepto de
‘nacional’, como se venía haciendo, y profundizando en la garantía de los derechos
de contenido político de los que estos gozarían en el territorio de cualquier estado
miembro.
5
capitales estará garantizada…’. El peso tradicional de los elementos económicos en
el proceso de integración, limitó el avance de la unión política y frenó las
necesidades democráticas de la ciudadanía europea, pues el ‘Acta Única’ apenas
recogió propuestas del ‘Proyecto Spinelli’ ni del ‘Informe Adonnino’.
El Tratado de Maastricht
Así, la institución en un texto normativo de la ciudadanía europea se produce
con el Consejo Europeo de Maastricht, los días 9 y 10 de diciembre de 1991, en el
que se alcanza un acuerdo a favor del ‘Proyecto de Tratado de la Unión Europea’ o
‘Tratado de Maastricht’,7 firmado en dicha ciudad el 7 de febrero de 1992, y que
entra en vigor el 1 de noviembre de 1993. Como gráficamente explica Pilar Suárez
Pérez8, esta es la fecha en que podemos decir que “los nacionales de los Estados
miembros se convirtieron en ciudadanos de la Unión Europea”.
Según dicho tratado, los derechos y deberes que se van a reconocer a todo
nacional de un Estado miembro, van a ser:
- derecho de circulación y residencia,
- derecho de voto y elegibilidad en las elecciones municipales y para el
Parlamento Europeo,
- protección diplomática en el exterior de la Unión,
- derecho de petición al Parlamento Europeo,
- derecho de acceso al defensor del pueblo,
6
La inclusión de estos derechos en el articulado de un Tratado, los convertía
en derecho comunitario, tras muchas menciones de simple valor declarativo, y en
vinculantes para la Unión y los Estados miembros. Se cerraba así un largo periplo
iniciado con los Tratados fundacionales: por fin se reconocía al ciudadano de a pié
su pertenencia a la recién bautizada como ‘Unión Europea’ y su carácter de
beneficiario de unos derechos por su pertenencia a la misma. Pero, igualmente, se
emprendía el siempre inacabado camino hacia un desarrollo completo del estatuto
de ciudadanía europea.
Si bien, hasta este momento el camino que los derechos de los ciudadanos
han seguido ha sido siempre como parte de los tratados, se estaba empezando a
ver la necesidad de que contasen con entidad propia. Por ello, a petición del
Parlamento Europeo, el Consejo Europeo de Colonia de Junio de 1999 decidió iniciar
la codificación de los derechos de los ciudadanos. La propuesta reconocía la
necesidad de elaborar un texto que agrupara, no sólo los derechos de los
ciudadanos europeos, o los derechos fundamentales que se podrían considerar
tradición común de los estados miembros, sino también los derechos civiles,
políticos, económicos y sociales. De esta forma, el ciudadano contaría con un texto
en el que ver reflejados sus derechos y en el que basarse para exigirlos ante la
justicia. Para ello, el Consejo Europeo de Tampere de Octubre de 1999 propuso la
creación de una convención, que se formaría en Diciembre de 1999, compuesta por
62 miembros, representantes de todos los ámbitos de la sociedad a nivel europeo
(Jefes de Estado y de Gobierno, miembros de la Comisión y del Parlamento Europeo,
y Diputados Nacionales), así como varios observadores y la opinión de órganos de
la Unión (como el Comité de las Regiones, el Consejo Económico y Social Europeo o
el Defensor del Pueblo). Esta Convención siguió un sistema de trabajo abierto, que
más tarde se aplicará también para la redacción de la Constitución Europea.
7
un nuevo proyecto de Constitución. El Consejo Europeo de Laeken, en Diciembre de
2001, convoca una Convención Europea12, que a semejanza de la reunida para la
redacción de la Carta de Derechos, reunió a representantes de todas las áreas
sociales. Tras desarrollar su trabajo entre Febrero de 2002 y Julio de 2003 siguiendo
unos procedimientos de redacción lo más trasparentes y participativos posibles, la
Convención presentó un ‘Proyecto de Tratado por el que se establece una
Constitución para Europa’. Una Conferencia Intergubernamental, que se
desarrollará entre Octubre de 2003 y Junio de 2004 concreta el texto que aspira a
sustituir a los tratados existentes, que será finalmente firmado por los
representantes de los 25 Estados miembros el 29 de Octubre de 2004 13. A partir de
entonces se inició el proceso de ratificación por todos los estados miembros, fijado
en dos años, y que debía finalizar en Noviembre de 2006, pero que se ha visto
interrumpido tras el rechazo al texto en los referendos celebrados en dos países de
tanto peso en Europa como Francia y Holanda.
Este es un camino que no ha hecho más que empezar. Como voy a exponer
en las siguientes páginas, el concepto de ciudadanía es algo mucho más abstracto e
inasible que los artículos que lo reseñan en los tratados. En los próximos capítulos
vamos a ver cómo están configurados estos derechos y cuál es el camino de su
futura evolución.
8
nacionalidad de un estado miembro, sin apuntar ningún otro criterio o condición
para su reconocimiento. Además, apunta que la ciudadanía es complementaria y no
sustituye a la ciudadanía nacional.
Por otro lado, recoge un estatus jurídico nuevo al reconocer la sujeción de los
ciudadanos a aquellos derechos y deberes que aparecen en el tratado. De los
derechos hablare a continuación; sin embargo, no quiero dejar de mencionar que,
curiosamente, los tratados no recogen ningún catalogo de deberes vinculado a la
ciudadanía, lo que para algunos autores supone un vacío legal dentro del estatuto
del ciudadano, que no refleja el alcance de la misma, al no sentirse el ciudadano,
sujeto a nada por la UE. Comentaré, en el capitulo final de este análisis cómo, esta
ausencia de deberes en los textos escritos no implica la no existencia de los
mismos.
15 ‘Principios de Derecho de la Unión Europea’. Enrique Linde Paniagua, Mariano Bacigalupo Saggese,
Carmen Fernández Rodríguez, Jesús Ängel Fuentaja Pastor. Ed. Colex. 2ª Edición 2005. Madrid.
16 ‘Nacionalidad estatal y Ciudadanía Europea’. Pílar Suárez Pérez. Uned. Marcial Pons, Ediciones
Jurídicas y Sociales S.A. Madrid / Barcelona. 1998.
9
o Derechos ejercidos en el ámbito comunitario: que se extiende al territorio de la
unión; comprendería los derechos de sufragio para las elecciones al Parlamento
Europeo, el derecho de petición ante el Parlamento Europeo, el derecho de
acudir al defensor del pueblo, y el derecho a una buena administración.
o Derechos ejercidos en el ámbito exterior o extracomunitario: abarca todo el
espacio ubicado fuera de las fronteras comunitarias; incluiría el derecho a la
protección diplomática consular.
17 Esos informes son: ‘Informe de la Comisión sobre la ciudadanía de la Unión’, documento COM (93)
702 final, de 21 de Diciembre de 1993; ‘Segundo Informe de la Comisión sobre la ciudadanía de la
Unión’, documento COM (97) 230 final, de 27 de Mayo de 1997; ‘Tercer informe de la Comisión sobre la
ciudadanía de la Unión’, documento COM (2001) 506 final, de 7 de Septiembre de 2001; y el ‘Cuarto
informe sobre la ciudadanía de la Unión (1 de mayo de 2001-30 de Abril de 2004)’, documento COM
(2004) 695 final, de 26 de Octubre de 2004.
18 La Constitución Europea, en la ‘Declaración 12’ de su ‘Acta Final’, titulada ‘Declaración relativa a las
explicaciones sobre la Carta de Derechos Fundamentales’, recoge una explicación a la inclusión de la
Carta en el texto constitucional.
10
las medidas adoptadas en aplicación de ésta.
Artículo 18 TCE
1. Todo ciudadano de la Unión tendrá derecho a circular y residir libremente en el territorio de los
Estados miembros, con sujeción a las limitaciones y condiciones previstas en el presente Tratado y en
las disposiciones adoptadas para su aplicación.
2. Cuando una acción de la Comunidad resulte necesaria para alcanzar este objetivo, y a menos que el
presente Tratado haya previsto los poderes de acción al respecto, el Consejo podrá adoptar
disposiciones destinadas a facilitar el ejercicio de los derechos contemplados en el apartado 1. Decidirá
de conformidad con el procedimiento en el artículo 251.
3. El apartado 2 no se aplicará a las disposiciones referentes a los pasaportes, los documentos de
identidad, los permisos de residencia o cualquier otro documento asimilado, ni a las disposiciones
referentes a la seguridad social o la protección social.
11
suficientes para no convertirse en una carga para el sistema social del Estado
miembro de acogida, existiendo precisiones en virtud de la razón (formativa o
laboral) de la estancia. Esto conlleva la desaparición de la tarjeta de residencia, si
bien, los Estados podrán requerir el registro de los ciudadanos ante las autoridades
nacionales y la expedición de un certificado de registro. Se reconoce un derecho de
residencia permanente, tras haber residido legalmente durante un periodo
continuado de cinco años en el Estado de acogida.
En la ‘Carta de Derechos Fundamentales’ y en la ‘Constitución’, el derecho
de circulación y residencia aparece definido de una manera más sencilla que en los
tratados anteriores. Elimina la referencia a las limitaciones que puedan surgir para
su ejecución, y reconoce libertad de circulación y residencia a los nacionales de
terceros países que residan legalmente en un Estado miembro.
Artículo 45 - Libertad de circulación y de residencia / Artículo II-105 Libertad de circulación y
de residencia
1. Todo ciudadano de la Unión tiene derecho a circular y residir libremente en el territorio de los Estados
miembros.
2. De conformidad con lo dispuesto en el Tratado constitutivo de la Comunidad Europea / Constitución,
se podrá conceder libertad de circulación y de residencia a los nacionales de terceros países que residan
legalmente en el territorio de un Estado miembro.
Artículo 19 TCE
1. Todo ciudadano de la Unión que resida en un Estado miembro del que no sea nacional tendrá derecho
a ser elector y elegible en las elecciones municipales del Estado miembro en el que resida, en las
mismas condiciones que los nacionales de dicho Estado. Este derecho se ejercerá sin perjuicio de las
modalidades que el Consejo adopte, por unanimidad, a propuesta de la Comisión y previa consulta al
Parlamento Europeo; dichas modalidades podrán establecer excepciones cuando así lo justifiquen
problemas específicos de un Estado miembro.
2. Sin perjuicio de lo dispuesto en el apartado 4 del artículo 190 y en las normas adoptadas para su
aplicación, todo ciudadano de la Unión que resida en un Estado miembro del que no sea nacional tendrá
derecho a ser elector y elegible en las elecciones al Parlamento Europeo en el Estado miembro en el que
resida, en las mismas condiciones que los nacionales de dicho Estado. Este derecho se ejercerá sin
perjuicio de las modalidades que el Consejo adopte, por unanimidad, a propuesta de la Comisión y
previa consulta al Parlamento Europeo; dichas modalidades podrán establecer excepciones cuando así lo
justifiquen problemas específicos de un Estado miembro.
12
sufragio activo o pasivo en más de un Estado miembro en las mismas elecciones’ y
que ‘determinados cargos están reservados para los nacionales únicamente en las
elecciones municipales’. El artículo 190 TCE, mencionado en el artículo 19, prevé la
posibilidad de establecer una legislación uniforme para todos los estados miembros.
A pesar de varios intentos de legislar en este sentido, no se ha avanzado nada.
Artículo 40 - Derecho a ser elector y elegible en las elecciones municipales / Artículo II-100
Derecho de sufragio activo y pasivo en las elecciones municipales
Todo ciudadano de la Unión tiene derecho a ser elector y elegible en las elecciones municipales del
Estado miembro en que resida, en las mismas condiciones que los nacionales de dicho Estado.
Artículo 20 TCE
Todo ciudadano de la Unión podrá acogerse, en el territorio de un tercer país en el que no esté
representado el Estado miembro del que sea nacional, a la protección de las autoridades diplomáticas y
consulares de cualquier Estado miembro, en las mismas condiciones que los nacionales de dicho Estado.
Los Estados miembros establecerán entre sí las normas necesarias y entablarán las negociaciones
internacionales requeridas para garantizar dicha protección.
13
El derecho de petición ante el Parlamento Europeo
Artículo 21 TCE
Todo ciudadano de la Unión tendrá el derecho de petición ante el Parlamento Europeo, de conformidad
con lo dispuesto en el artículo 194.
Artículo 21 TCE
Todo ciudadano de la Unión podrá dirigirse al Defensor del Pueblo instituido en virtud de lo dispuesto en
el artículo 195.
Artículo 195 TCE
1. El Parlamento Europeo nombrará un Defensor del Pueblo, que estará facultado para recibir las
reclamaciones de cualquier ciudadano de la Unión o de cualquier persona física o jurídica que resida o
tenga su domicilio social en un Estado miembro, relativas a casos de mala administración en la acción de
las instituciones u órganos comunitarios, con exclusión del Tribunal de Justicia y del Tribunal de Primera
Instancia en el ejercicio de sus funciones jurisdiccionales.
En el desempeño de su misión, el Defensor del Pueblo llevará a cabo las investigaciones que considere
justificadas, bien por iniciativa propia, bien sobre la base de las reclamaciones recibidas directamente o
a través de un miembro del Parlamento Europeo, salvo que los hechos alegados sean o hayan sido
objeto de un procedimiento jurisdiccional. Cuando el Defensor del Pueblo haya comprobado un caso de
14
mala administración, lo pondrá en conocimiento de la institución interesada, que dispondrá de un plazo
de tres meses para exponer su posición al Defensor del Pueblo. Éste remitirá a continuación un informe
al Parlamento Europeo y a la institución interesada. La persona de quien emane la reclamación será
informada del resultado de estas investigaciones.
El Defensor del Pueblo presentará cada año al Parlamento Europeo un informe sobre el resultado de sus
investigaciones.
2. El Defensor del Pueblo será nombrado después de cada elección del Parlamento Europeo para toda la
legislatura. Su mandato será renovable.
A petición del Parlamento Europeo, el Tribunal de Justicia podrá destituir al Defensor del Pueblo si éste
dejare de cumplir las condiciones necesarias para el ejercicio de sus funciones o hubiere cometido una
falta grave.
3. El Defensor del Pueblo ejercerá sus funciones con total independencia. En el ejercicio de tales
funciones no solicitará ni admitirá instrucciones de ningún organismo. Durante su mandato, el Defensor
del Pueblo no podrá desempeñar ninguna otra actividad profesional, sea o no retribuida.
4. El Parlamento Europeo fijará el Estatuto y las condiciones generales de ejercicio de las funciones del
Defensor del Pueblo, previo dictamen de la Comisión y con la aprobación del Consejo, por mayoría
cualificada.
Artículo 43 - El Defensor del Pueblo / Artículo II-103 El Defensor del Pueblo Europeo
Todo ciudadano de la Unión o/y toda persona física o jurídica que resida o tenga su domicilio social en un
Estado miembro tiene derecho a someter al Defensor del Pueblo de la Unión los casos de mala
administración en la acción/actuación de las instituciones u órganos comunitarios, con exclusión del
Tribunal de Justicia y del Tribunal de Primera Instancia en el ejercicio de sus funciones jurisdiccionales.
Artículo 21 TCE
Todo ciudadano de la Unión podrá dirigirse por escrito a cualquiera de las instituciones u organismos
contemplados en el presente artículo o en el artículo 7 en una de las lenguas mencionadas en el artículo
314 y recibir una contestación en esa misma lengua.
15
europeas, pudiendo dirigirse a ellas y recibir respuesta en la propia lengua. Este
derecho se puede ejercer ante cualquier institución europea (de las mencionadas
en el artículo 7 TCE, es decir, el Parlamento Europeo, el Consejo de la Unión
Europea, la Comisión Europea, los Tribunales de Justicia, el Tribunal de Cuentas, el
Comité Económico y Social y el Comité de las Regiones) y en las lenguas recogidas
en el artículo 314 (que comprende las lenguas reconocidas como oficiales por la
UE), con lo que un obstáculo comunicativo importante, el idioma, es, al menos
sobre los textos, eliminado.
Artículo 41 - Derecho a una buena administración / Artículo II-101 Derecho a una buena
administración
1. Toda persona tiene derecho a que las instituciones y órganos / y organismos de la Unión traten sus
asuntos imparcial y equitativamente y dentro de un plazo razonable.
2. Este derecho incluye en particular:
o el derecho de toda persona a ser oída antes de que se tome en contra suya una medida individual
que le afecte desfavorablemente,
o el derecho de toda persona a acceder al expediente que le afecte /la concierna, dentro del respeto
de los intereses legítimos de la confidencialidad y del secreto profesional y comercial,
o la obligación que incumbe a la administración de motivar sus decisiones.
3. Toda persona tiene derecho a la reparación por la Comunidad / la Unión de los daños causados por sus
instituciones o sus agentes en el ejercicio de sus funciones, de conformidad con los principios generales
comunes a los Derechos de los Estados miembros.
4. Toda persona podrá dirigirse a las instituciones de la Unión en una de las lenguas de los Tratados /
Constitución y deberá recibir una contestación en esa misma lengua.
Artículo 42 - Derecho de acceso a los documentos / Artículo II-102 Derecho de acceso a los
documentos
Todo ciudadano de la Unión o/y toda persona física o jurídica que resida o tenga su domicilio social en un
Estado miembro tiene derecho a acceder a los documentos del Parlamento Europeo, del Consejo y de la
Comisión / de las instituciones, órganos y organismos de la Unión, cualquiera que sea su soporte.
En primer lugar, los tres primeros apartados del artículo 41 de la Carta o del
artículo II-101 de la Constitución, amplían los derechos que caracterizan una ‘buena
administración’. El apartado 1 de ambo textos recoge el derecho del ciudadano, y
deber de la administración que vincula a las instituciones europeas a tratar los
asuntos que se les presenten de forma imparcial, equitativa y en plazo razonable.
Es un derecho que, si bien recoge una serie de características que de por sí se
sobreentiende que las instituciones cuentan con ellas, al aparecer plasmados en un
16
artículo, se cierra toda puerta a la posibilidad de que sean ignoradas. El apartado 2
refuerza el derecho recogido en el apartado anterior, pues determina que, dicho
derecho comprende también el derecho de todo ciudadano a ser escuchado antes
de tomar una medida en su contra, acceder al expediente que le afecte y la
obligación de la administración de motivar sus decisiones. Se dota así al ciudadano
de una mayor seguridad en su trato con las instituciones europeas. El apartado 3
reconoce el derecho a la reparación por la Unión de los daños causados por sus
instituciones o sus agentes en el ejercicio de sus funciones, es decir, reconoce una
responsabilidad de las instituciones europeas por sus actos. Por su parte, el
apartado 4 adapta el artículo 21 del TCE, reconociendo el derecho de dirigirse y
recibir contestación de las instituciones en la propia lengua.
21 ‘Principios de Derecho de la Unión Europea’. Enrique Linde Paniagua, Mariano Bacigalupo Saggese,
Carmen Fernández Rodríguez, Jesús Ängel Fuentaja Pastor. Ed. Colex. 2ª Edición 2005. Madrid.
17
mercado único constituye un factor decisivo para la definición de la libre circulación
de personas. Por otro lado, la creación de una cooperación política europea va a dar
origen a la aparición del derecho de protección diplomática y consular.
El tiempo hizo ver a las instituciones que no bastaba con crear programas
que dentro de su ámbito (educación, cultura, asuntos sociales,…) hicieran tomar
conciencia a los habitantes de Europa de este nuevo estatus, sino que había que
desarrollar políticas con el ciudadano como centro. A lo largo de este capitulo voy a
prestar atención a estos intentos.
18
El texto, tras recoger algunas de las llamadas a intensificar las relaciones
con los ciudadanos realizadas recientemente23, reconocía la importancia de dar
apoyo a iniciativas como los programas de hermanamiento o a la labor de
asociaciones como ‘Nuestra Europa’, las Cátedras Jean Monnet y Robert Schuman, o
el Consejo Europeo sobre Refugiados y Asilados. Por ello, se marcaba como
objetivos promover los valores y objetivos de la Unión Europea, acercar a los
ciudadanos la Unión Europea y sus instituciones, hacerles partícipes de las
reflexiones y los debates sobre la construcción europea, intensificar las relaciones e
intercambios entre los ciudadanos o estimular las iniciativas que contribuyan a
promover una ciudadanía activa y participativa.
19
Antes de entrar a detallar las sugerencias que pueden incluirse en el diseño de los
nuevos programas, analiza porqué es importante promover la cultura y la
diversidad europea en una Unión ampliada. Reconoce que ‘La importancia creciente
de la ciudadanía en el orden europeo y los valores en los que se basa se ha
reflejado en un crecimiento análogo de la importancia concedida a nivel de la Unión
a las políticas de educación, juventud y cultura’. Plantea que tras la incorporación
en el Tratado de Maastricht de estas competencias a la comunidad, y los cambios y
mejoras en el Tratado Constitucional, es importante trabajar en continuarlos y
desarrollarlos para hacer frente a las nuevas realidades europeas surgidas a
propósito de la ampliación y del cambio demográfico que se produce en Europa. El
texto finaliza con una referencia a los logros alcanzados por el ‘Programa de Acción
comunitario para la promoción de la ciudadanía europea activa’.
20
Europea, y animar a los gobiernos, los partidos políticos y los líderes de opinión a
situar el tema de Europa en primer plano’. Para ello, se van a seguir varias
acciones:
27 ECAS (European Civil Action Service – Servicio Europeo de Acción Civil). Más información en
www.ecas.org
28 Debate ‘El derecho de los ciudadanos a saber – Debate sobre el Plan D’, Celebrado en Bruselas el 7
de junio de 2006. Organizado por ECAS (European Civil Action Service – Servicio Europeo de Acción Civil).
Más información en www.ecas.org
21
como muy positivas tanto a nivel cualitativo como cuantitativo por la Comisión
europea29.
22
Es decir, su fuerza es más bien relativa. Por otro lado, nos encontramos ante un
texto que tiene como destinatario a la propia comisión, con lo que el alcance de sus
intenciones es limitado, pues finalmente puede no recibir el respaldo de los
ciudadanos. Al igual que en el ‘Plan D’, nos encontramos ante una propuesta
demasiado centrada, permítanme el ejemplo, en el producto y no en el consumidor.
Se trata de medidas dirigidas a promover la idea de Europa, pero cuyas acciones
recaen sobre las propias instituciones, y que cuentan, de forma tangencial, con los
ciudadanos. Bien es cierto que las instituciones europeas necesitan mejorar la
forma en que se comunican con los ciudadanos, pues el fracaso de muchos de sus
proyectos ha pasado por no saber transmitir las intenciones que los movían pero,
como Josep Borrell, presidente del Parlamento Europeo entre 2004 y 2006,
apuntaba en el transcurso del seminario ‘Perspectivas de la construcción europea’
celebrado en verano de 200631, muchas veces son los propios ciudadanos los que
no están interesados en lo que se les cuenta desde Europa. Las propuestas de la UE
han de estar dirigidas concretamente al ciudadano, o no recibirán la atención que
requieren ni serán percibidas correctamente.
23
• Revisar el mercado único y preparar un informe que revele cuáles son los nuevos
desafíos a afrontar;
• Crear una ‘tarjeta de derechos’ que permita a todo ciudadano europeo conocer y
disfrutar plenamente de sus derechos;
• Desarrollar un inventario de la Europa social y una agenda para el acceso
universal y la solidaridad;
• Mejorar la toma de decisiones en el área de Libertad, Seguridad y Justicia;
• Avanzar en los debates en torno a la ampliación y la capacidad de integración o
absorción de la UE, y definir el papel de la Comisión en la estrategia de
ampliación;
• Plantear un nuevo acercamiento del nivel competitivo de Europa respecto al
resto del mundo, buscando mejorar el acceso a mercados lejanos, y marcar
nuevas prioridades en las relaciones comerciales;
• Definir un nuevo papel y una nueva estrategia para la UE en el mundo;
• Mejorar cuestiones como la regulación, el acceso a los documentos, una nueva
relación con los Parlamentos nacionales, que permita una transmisión directa de
propuestas y consultas, y una hoja de ruta que marque plazos para solucionar
cuestiones institucionales.
24
conscientes de su ciudadanía europea, sus beneficios así como sus derechos y
obligaciones’. Para ello, la Comisión plantea que ‘el mayor énfasis debe ponerse en
los valores comunes, la historia y la cultura como elementos clave de la
pertenencia a una sociedad fundada en los principios de libertad, democracia y
respeto a los derechos humanos la diversidad cultural, la tolerancia y la solidaridad,
de acuerdo con la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea’, de esta
forma la ciudadanía ayudará a fortalecer no sólo la lucha contra el racismo, la
xenofobia y la intolerancia sino también la cohesión y el desarrollo de la
Democracia.
Este programa goza de una naturaleza más abierta que otros similares, pues
25
participan los Estados miembros, los países de la AELC (Asociación Europea de Libre
Comercio) signatarios del acuerdo EEE (Acuerdo sobre el Espacio Económico
Europeo), los países candidatos beneficiarios de una estrategia de preadhesión y los
países de los Balcanes occidentales, estando abierto ‘a todas las partes interesadas
que promuevan activamente la ciudadanía europea, especialmente las autoridades
y organizaciones locales, las organizaciones europeas de investigación sobre
política pública (foros de reflexión), los grupos de ciudadanos y otras
organizaciones de la sociedad civil’. Igualmente se abre a la participación de otras
entidades ‘como el Consejo de Europa o la UNESCO’.
Si bien hay que decir que el escaso interés mostrado por los líderes políticos
en dotar a este programa de un presupuesto suficiente puede llevar a no lograr
gran parte de estos objetivos y denota cómo en ocasiones lo que dichos líderes
dicen (nos preocupa la ciudadanía), no se corresponde con los hechos (pero no
financiamos sus proyectos). Y esta disfunción es más sangrante en otros
programas, porque si bien este programa va dirigido a fomentar el espíritu europeo,
los programas de educación, cultura,… cuyos beneficios últimos recaen en los
ciudadanos, tampoco ven apoyados económicamente sus ambiciosos objetivos.
Igualmente, y como reconoce el Dictamen del Comité Económico y Social Europeo
sobre el programa35, las modificaciones en el procedimiento de acceso a las ayudas
no han sido simplificadas para permitir la participación en el programa a más
ciudadanos.
26
programa ‘Ciudadanos con Europa’
Y por último, los cántabros, que tantas veces hemos visto limitadas nuestras
posibilidades de desarrollo por factores externos, podemos disfrutar, activamente
de los derechos que como europeos se reconoce a los ciudadanos, desplazándonos
por Europa, participando en las elecciones al Parlamento Europeo, o presentando
quejas al defensor del pueblo. Igualmente, podemos acceder a las ayudas de
programas europeos como los comentados anteriormente. En este sentido, cabe
destacar la larga tradición que existe entre pueblos y ciudades de Cantabria de
hermanarse con otros pueblos y ciudades europeas.
Los textos, proyectos y propuestas que hemos visto en este apartado, bien
están a punto de finalizar, bien son planteamientos a medio plazo. El programa
‘Europa con los ciudadanos’ acaba de aprobarse en otoño de 2006, por lo que aún
cuenta con un largo camino por delante. Tendremos que esperar hasta 2013 para
evaluar sus resultados. Mientras, desarrollará sus objetivos de generar una
ciudadanía europea activa en un entorno en el que aún hay muchas dudas que
resolver en torno a la figura y el estatuto de ciudadano europeo. El último capítulo
de este estudio está dedicado a recoger las posibles líneas sobre las que avance
este concepto.
28
ciudadanos europeos”, y expone que ‘… la existencia de la sociedad civil es
indispensable para la existencia de la democracia y, por consiguiente, para la
emergencia de la ciudadanía. De acuerdo con esta línea de razonamiento, dar
forma sustantiva a la ciudadanía europea ha de pasar, inevitablemente, por
desarrollar una autentica sociedad civil europea’. O cuando Francisco Aldecoa
Luzarraga, en sus ‘Comentarios al tratado por el que se establece una constitución
para Europa’’39 reconoce que ‘La ciudadanía es más que los derechos derivados de
la misma, es una institución definitoria del carácter político de la Unión’.
Si se presta atención a los comentarios de estos autores, se percibe que
tienen una cierta idea común: si se quiere hacer de la Unión Europea una institución
de los ciudadanos, estos han de ser los destinatarios reales de las políticas. En el
capitulo anterior de este texto cómo algunas de las iniciativas puestas en marcha
(‘Plan D’, ‘Libro Banco sobre la Comunicación’,…) centran sus propuestas en hacer
ver lo que la Unión aporta como valor añadido a sus vidas. Lo que estos autores
proponen, y algunas de las propuestas apuntan a conseguir (‘Agenda de los
ciudadanos’), es dotar de un autentico contenido al estatus de ciudadanía europea.
Porque como propone Pilar Suárez ‘la Unión Europea, que necesita afirmar más
claramente su identidad, sólo podrá convertirse en una verdadera entidad política
si consigue definir claramente la ciudadanía que ofrece a sus miembros’.
Parece que las instituciones, los intelectuales y los ciudadanos tienen claro
que si se quiere ir más allá en la construcción europea, el eje del proyecto europeo
ha de pasar del ámbito económico al ciudadano. Sin embargo esto plantea, la
necesidad, no sólo de centrar las políticas en él, sino también, de que éste se dé
cuenta de ello y las sienta como propias.
La identificación con Europa como problema y solución
Parte de la ‘literatura teórica’ reciente alrededor del presente y el futuro de
Europa gira en torno al problema de la falta de identidad con el proyecto europeo,
del tan repetido alejamiento entre los ciudadanos y la Unión. Periodistas,
profesores, o miembros de las instituciones, se preguntan cuál es la razón de esta
situación en la que parece encontrarse la Unión Europea, donde la participación en
las elecciones al Parlamento Europeo o al referéndum de la Constitución son
bastante bajas, y eso cuando el resultado no es negativo. Por otro lado, muchas de
las propuestas de la UE representadas en directivas, reglamentos u otros textos
legislativos (caso de la conocida ‘Directiva Bolkestein’ sobre prestación de servicios
en la Unión Europea, o el debate sobre las patentes de software), son objeto de
fuertes rechazos por los sectores afectados.
Una de las reflexiones sobre las razones de esta falta de sintonía, de
identificación de los ciudadanos con la Unión Europea la encontramos en la
aportación al debate sobre el futuro de Europa, que el Primer Ministro belga Guy
Verhofstadt, ha publicado en forma de libro con el nombre de ‘Los Estados Unidos
de Europa’40. En el Capítulo 1, ‘Europa en crisis’ expone “Los jóvenes no están tan
convencidos (sobre Europa). Para ellos, los horrores de dos guerras mundiales no
son más que imágenes en los libros de historia. La unificación europea, más que un
ideal, es un hecho. Ellos viajan a través de Europa. Estudian en las numerosas
universidades y escuelas superiores del continente. Conocen varias lenguas. Para
ellos, Europa se ha convertido en una evidencia sobre la que no cabe añadir nada
más. Y si se interesan, Europa evoca siempre a ‘Bruselas’, donde se forjan intereses
ocultos, un Olimpo que se confunde con el castillo de Kafka, un laberinto de
burocracia que puede volvernos locos…’. Y respecto al resto de ciudadanos, en el
Capítulo 5, ‘Europa: Desconocida y mal querida’, explica que ‘A los hombres y las
mujeres de a pie, no les cabe duda de que se trata de un lugar que se ocupa de
materias esenciales, pero que a menudo se interesa por las baterías, o la
composición de la mermelada tal como se define en algunas directivas al tratar de
29
los desayunos’. En resumen, para Verhofstadt, uno de los males de la Unión
actualmente es su carácter abstracto, lejano, y el desconocimiento por los
ciudadanos de sus objetivos y fines.
En el interesante estudio ‘Por qué Europa liderará el siglo 21’ 43, del analista
Mark Leonard, se plantea otra de las posibles razones del alejamiento: la falta de
coincidencia entre los intereses de los ciudadanos y las materias en las que parecen
trabajar las instituciones europeas. En su Capítulo 7, ‘El rescate europeo de la
democracia nacional – Escapando de la trampa del déficit democrático’, dice: ‘La
Unión Europea es un laboratorio para reinventar la democracia. Todavía existen
modos de desarrollar un ‘espacio público’ de debate y resolver problemas urgentes,
donde las mayorías políticas puedan surgir, y las soluciones a nivel europeo,
puedan motivar a los ciudadanos de la UE... El problema es que esta revolución
democrática europea ha permanecido desapercibida para sus ciudadanos. En cada
Estado miembro, el apoyo a la UE está decreciendo, y en las raras ocasiones en las
que los ciudadanos son preguntados sobre su apoyo a la integración europea,
muchos han contestado no, nej, o non. (…) La razón por la que los ciudadanos
europeos no cambian su sentimiento sobre votar el Parlamento Europeo, no es
porque no tenga poder. Es porque ninguna de las materias en las que la UE se
especializa (…) aparece en la lista de materias que a los ciudadanos interesa. De
hecho, ninguna de las materias comprendidas entre las cinco que más interesan al
votante en Europa (salud, educación, ley y orden,…) son competencia de la UE. Por
lo que, centrándose en materias técnicas y con poco poder sobre los servicios que
interesan a los ciudadanos, un Presidente de Europa directamente elegido no
tendría muchas más oportunidades de inspirar a los ciudadanos que uno designado
por los gobiernos europeos y el Parlamento Europeo’.
30
debate político, a saber: en la dimensión cívica, con una distancia creciente entre
las opiniones y las actitudes de la clase política, por un lado, y la ciudadanía, por
otro; en el eje ideológico izquierda-derecha, con la aparición de importantes
tensiones entre la izquierda y la derecha, pero también, y de forma más
novedosa, , dentro de la izquierda y la derecha; y finalmente, en la dimensión
territorial, con la aparición de discrepancias tácticas y de principio entre los viejos y
los nuevos partidos nacionalistas’’.
45 ‘Proyecto para un debate 2001-2004: ¿Para qué sirve la Unión Europea?’, editado por la organización
europea ‘Amigos de Europa’. 2001. Puede consultarse en www.friendsofeurope.org
46 ‘Paradigma Erasmus’, Xavier Vidal-Folch. Diario ‘El País’, Viernes 16 de Junio de 2006.
31
Recordando lo estudiado en el anterior apartado de este estudio, los
proyectos y políticas que la UE ha iniciado recientemente, giran en torno a esta idea
de potenciar aquellas acciones que afectan directamente al ciudadano. O al menos
lo intentan, ya que sólo la llamada ‘Agenda de los ciudadanos’ recoge una apuesta
por reforzar áreas clave del estatuto del ciudadano como son los derechos
vinculados a la ciudadanía, su disfrute, o ámbitos como la dimensión social de la
UE.
La noción ciudadano/nacional
Parte de la solución para mejorar esta identificación posiblemente se
encuentre en la resolución de la ecuación que cuenta como incógnita con la
vinculación de la ciudadanía a la pertenencia, como nacional, a un Estado miembro.
La importancia que esta definición tiene para asentar las bases de una
ciudadanía y de una Unión fuertes las presenta muy claramente Manuel Gómez
Galán, en su texto ‘La sociedad civil en el proceso de interacción europeo’, ‘… nos
encontramos con que no existe todavía una identidad política europea propiamente
dicha, que esté en relación con el pueblo europeo constituido ya como sujeto
político… Ahora bien,… la configuración por una u otra vía, de una identidad política
europea, que no resulte excluyente en relación con otras identidades colectivas
como las nacionales, es algo que probablemente no pueda aplazarse por más
tiempo si se desea continuar avanzando en el proyecto europeo’. Y añade, ‘Sería
deseable,… que la Unión Europea pueda llegar a ser un medio adecuado para: a)
contribuir a proporcionar a sus ciudadanos un mayor crecimiento económico en el
arco de una nueva economía competitiva en un mundo globalizado, b) consolidar,
47 Comentar, a título de curiosidad, que Cantabria a contado con un pequeño papel en el avance de los
derechos de ciudadanía, a través del asunto Micheletti vs Delegación de Gobierno de Cantabria (Asunto
C-369/90 (1990) RTJ I-4239), en el que se declaraba que España no podía oponerse a que el demandante
Micheletti, que contaba con doble nacionalidad, se estableciera en su territorio alegando que su primera
nacionalidad era argentina, por no reconocer su nacionalidad italiana, pues ya como italiano era
ciudadano europeo lo que le daba derecho a ello.
32
…, los derechos sociales a partir de un modelo propio,…, e c) ir articulando una
ciudadanía europea dotada de contenidos específicos que, a la par, fuera
compatible con las ciudadanías nacionales… Se trataría,… , de poder determinar y
transmitir de modo claro a los ciudadanos aquello que la Unión Europea podría
proporcionarles en su vida diaria, que no pueden ni podrían proporcionarles sus
respectivos estados por separado. Especialmente en los ámbitos donde un espacio
europeo permite mayores ventajas comparativas en un entorno globalizado… Sólo
contando con una ciudadanía activa se podrá promover la formación de una
autentica sociedad civil europea y de unas instituciones democráticas que puedan
funcionar con la vitalidad que la actual situación está demandando… es necesario
un mayor protagonismo de las sociedades civiles para contribuir a generar una
dinámica verdaderamente europeísta. Si los avances en la integración realizados
hasta el momento se han producido sin ser a penas impulsados desde las
sociedades, quizá haya llegado el momento de identificar ese espacio propio de
convergencia para respaldar y hacer posible el nuevo impulso que, hoy, Europa
necesita.
Por otro lado, esto no quita para que un ciudadano que se desplaza a otro
Estado miembro ejercite sus derechos como europeo en las mismas condiciones
que lo haría un nacional. El trabajo que esta realizando el TJCE es importante. El
artículo 12 TCE recoge el derecho a no ser discriminado por razón de la
nacionalidad. Como enuncia el ‘Primer Informe sobre la ciudadanía de la Unión’, ‘el
estatuto fundamental de la ciudadanía de la Unión permite a aquellos ciudadanos
que se encuentran en la misma situación obtener, en el marco del Tratado, e
independientemente de su nacionalidad, el mismo trato jurídico, sin perjuicio de las
48 ‘Principios de Derecho de la Unión Europea’. Enrique Linde Paniagua, Mariano Bacigalupo Saggese,
Carmen Fernández Rodríguez, Jesús Ängel Fuentaja Pastor. Ed. Colex. 2ª Edición 2005. Madrid.
49 ‘Directiva 2004/38/CE del Parlamento Europeo y del Consejo relativa al derecho de los ciudadanos de
la Unión y los miembros de su familia a circular libremente y a residir en el territorio de los Estados
miembros,…’ ya citada.
33
excepciones expresamente previstas a este respecto’. Y en este sentido, muchas
sentencias del TJCE están reconociendo que determinados plazos, tramites y límites
impuestos por determinados estados a los residentes procedentes de otros estados
miembros son contrarios al derecho comunitario y deben ser eliminados.
Así, dos miembros de dicho tribunal tiene puntos de vista claros al respecto.
Juliane Kokott, Abogada General del Tribunal de Justicia de las Comunidades
Europeas considera que ‘Las restricciones son medidas racionales responsables de
dificultar, entorpecer o hacer menos atractivo el ejercicio de las libertades
fundamentales garantizadas por el tratado... De hecho, la prohibición de
restricciones también requiere que medidas no discriminatorias que tengan un
efecto restrictivo necesiten estar justificadas por razones primordiales relacionados
con el interés público… han de ser apropiadas para asegurar los objetivos de su
propósito y no deben ir más allá de lo necesario para su obtención’. Y añade ‘Este
estatuto general de los ciudadanos europeos se aproxima al estatuto de nacional,
en el sentido de que los nacionales están, normalmente, legitimados para moverse
y residir libremente dentro de su país. En consideración con el futuro desarrollo de
la ciudadanía de la Unión, aún debe verse si y como la discriminación a contrario
puede conciliarse con este fortalecido concepto de ciudadanía de la unión’ 50. Por su
parte, Koen Lenaerts, Juez del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, expone en
su artículo ‘Ciudadanía europea y el principio de no discriminación por razón de la
nacionalidad’, ‘el artículo 12 está ahí para garantizar a los ciudadanos de la unión
que, cuando un estado miembro define una categoría de beneficiarios de ciertos
derechos de tal modo que los nacionales de otros estados miembros están situados
en desventaja, ese estado miembro, debe ser capaz de explicar que los criterios de
diferenciación son legales y lícitos o que simplemente reflejen situaciones que
ciertamente no sena comparables. En este contexto, el estado de acogida debe
explicar las consideraciones legítimas que le llevan a la concesión de determinados
beneficios dependientes en ciertos vínculos no puede, en principio, estar derivada
de la nacionalidad, pero debe estar determinada sobre las bases de cualquier otro
relevante criterio, como, en algunos casos, el requisito de residencia’ 51.
50 ‘Ciudadanía de la UE ¿ciudadanos sin fronteras?’. Profesora Dr. Juliane Kokott, Abogada General de
Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas. European Law – Lectura 2005. Dirham European Law
Institute.
51 ‘Ciudadanía europea y el principio de no discriminación por razón de la nacionalidad’. Koen
Lenaerts. Juez del Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Luxemburgo. Artículo entregado en el
Debate, ‘Preparando a Cenicienta’, ya citado.
34
De todas formas, textos como la Carta de Derechos Fundamentales o la
propia Constitución Europea cuando se apruebe, van a suponer elementos
homogeneizadores de los derechos de los ciudadanos al ser textos nacidos de la
propia Unión, como bien expone Ricardo Alonso García: ‘a diferencia de los tratados
circunscritos a los derechos humanos, quiere tienen una clara vocación de
complementariedad de los sistemas nacionales de protección, la Carta se enmarca
en un contexto, el de la Unión, con vocación – con los matices derivados del
principio comunitario de subsidiariedad – integradora, que tiende a desplazar en
aras de la uniformidad, a través del principio de primacía, las disparidades
procedentes de los estados miembros’52.
52 ‘La Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea’. Ricardo Alonso García. Gaceta
Jurídica de la Unión Europea y de la Competencia. N° 209 – Septiembre/Octubre 2000.
53 ‘Nacionalidad estatal y Ciudadanía Europea’. Pílar Suárez Pérez. Uned. Marcial Pons, Ediciones
Jurídicas y Sociales S.A. Madrid / Barcelona 1998.
35
necesidad urgente de definir una ciudadanía europea abierta, dotada de derechos
propios y accesible a todas las personas que residan de manera estable y regular o
desde hace tiempo en la Unión Europea. La incorporación en el Tratado
Constitucional de la Carta de Derechos Fundamentales, así como la adhesión de la
Unión Europea al Convenio europeo para la protección de los derechos humanos y
las libertades fundamentales suponen el reconocimiento de una ciudadanía ‘cívica’
hasta cierto punto independiente de la ciudadanía europea que actualmente sólo
confiere la ciudadanía nacional de los Estados miembros. Este primer paso hacia
una ciudadanía participativa para todas las personas que residen de manera
estable en el territorio de la Unión Europea debería ‘legalizarse’ si realmente se
quiere llegar a una identidad y una ciudadanía europea propia, si se desea que esta
ciudadanía no sea solo la superposición de una ciudadanía europea abstracta a la
ciudadanía nacional de los Estados miembros’.
54 ‘Hacia una ciudadanía europea inclusiva. Su extensión a los inmigrantes’. Javier de Lucas. Afers
Internacionals, num 53. Fundación CIDOB. 2001. Puede consultarse en www.cidob.org
36
de la participación de los Estados, que como Koen Lenearts reconoció en el
transcurso de la conferencia ‘Preparando a Cenicienta’55, de la que ya he hablado,
‘todavía han de darse cuenta. Son los ciudadanos los que van por delante en
cuanto a la construcción de las relaciones, y debería ser fácil también para los
Estados miembros’.
Sin embargo, considero que en un plazo breve de tiempo será más fácil que
se produzcan avances en lograr una cierta igualdad entre los nacionales de los
Estados miembros, que en el de derechos a nacionales de terceros países.
Hay voces que plantean que quizá el problema no está tanto en comunicar
como en informar. Esa preocupación por la información no es algo reciente, el
análisis de los distintos informes de la Comisión sobre la ciudadanía ya revelan que
un mejor conocimiento de los derechos de los ciudadanos se traduce en un mejor
ejercicio, si no se quiere generar la percepción de estar ante unos derechos vacíos
de contenido. Y entienden que los ciudadanos se sentirán beneficiados por la UE
cuando éstos se sientan informados de sus derechos y se apliquen las normas y
procedimientos que les permitan disfrutar de ellos. David Redolí, ya citado en este
estudio, propone dotar al desarrollo de la ciudadanía de una importante labor
divulgativa y movilizadora del ciudadano: ‘La constitución de la ciudadanía europea
no puede quedarse simplemente en el reconocimiento legal de los derechos civiles,
políticos y sociales por parte de la Unión Europea… puesto que simplemente da
origen a la ciudadanía formal, es decir, a una ciudadanía pasiva, reducida
prácticamente a la pertenencia a una entidad supranacional que reconoce, sin más,
una serie de derechos, pero que no articula necesariamente mecanismos para el
ejercicio de esos derechos. La ciudadanía europea ha de tender a constituir una
ciudadanía activa que, además de tener reconocidos legalmente los derechos
civiles, políticos y sociales, fomenta la participación en los asuntos públicos y
promueve la activación de la sociedad civil’.
37
conseguir una identificación entre la UE y sus ciudadanos.
59 Directiva 2004/38/CE del Parlamento Europeo y del Consejo relativa al derecho de los ciudadanos de
la Unión y los miembros de su familia a circular libremente y a residir en el territorio de los Estados
miembros,… ya citada.
60 Web de la Tarjeta Sanitaria Europea: http://ec.europa.eu/employment_social/healthcard/index_en.htm
38
Europass61, pero aún hay problemas con otros elementos de la vida diaria como el
permiso de conducción o los documentos de identidad. Antonio Mattera lo expone
en su artículo ‘Civis europeaus sum’ ‘Registrarse en la comuna (o barrio, o
departamento) de residencia y poseer el documento de identidad del país de origen
son,…, suficientes para satisfacer las necesidades administrativas. Por otra parte,
nos preguntamos si no habrá llegado el momento de proponer un carné de
identidad de la Unión Europa, que sería un documento simplificado, más fácilmente
accesible y sobre todo más barato y práctico que el pasaporte europeo’ 62.
El segundo ámbito en el que este derecho debería avanzar es, como también
se ha visto, ampliar los derechos de sufragio a quienes se entienda que son
participes de la vida de la unión: residentes o procedentes de determinados
terceros países. Propuesta que la Comisión ya hizo en el punto 3.3 del Cuarto
informe sobre ciudadanía, ‘Derechos electorales’, al reconocer que ‘puesto que los
derechos electorales de los ciudadanos de la Unión son el corolario del ejercicio del
derecho a la libertad de circulación y residencia, el próximo paso podría consistir en
establecer el derecho de sufragio activo y pasivo en las elecciones locales, a través
de acuerdos entre los estados miembros y los terceros países de que se trate.
39
Actualmente, existe el derecho a participar en elecciones locales en el país de
residencia en virtud de acuerdos bilaterales entre algunos Estados miembros y los
países de la AELC’. Si bien algunas instituciones se muestran reticentes a este
respecto’ 64.
Este derecho debería avanzar, en primer lugar, como todo lo relacionado con
la administración, en reducir y simplificar los trámites que un ciudadano encuentra
si se quiere relacionar con las instituciones, multiplicando las posibilidades de
comunicación entre ambos. Quizá el más inmediato desarrollo que debería tener
este derecho pasa por lograr la traducción de las principales webs de internet,
documentos y formularios, a todas las lenguas oficiales de la UE, pues aún hay
mucha información indispensable para el ciudadano (guías para la petición de
ayudas, folletos sobre políticas,… ) en las tres lenguas de trabajo de la Unión,
inglés, francés y alemán.
40
que no usen nunca sus derechos,… En este sentido se expresa la organización
ECAS: ‘El problema (es que la ciudadanía europea) se ha convertido en
responsabilidad de todos y de ninguno. Lo que significa que no hay un concepto
general. Para los juristas, la ciudadanía europea se refiere a la libertad de
circulación. Para otros, la cuestión es, quién es ciudadano europeo y si el concepto
puede estar basado no solo en la nacionalidad sino también en la residencia, lo que
supondría un fundamento de peso para el trato igualitario y la integración de los
inmigrantes. Están los que ponen el énfasis más en cuestiones prácticas que en las
legales, por ejemplo, los programas de intercambio de estudiantes y jóvenes, como
Erasmus pues son algunos de los más exitosos logros de la UE. (…) Por ello, no es
que no se haya hecho nada, pero lo hecho es muy disperso, aislado apareciendo la
ciudadanía de la Unión como una serie de etiquetas convenientemente colocadas
en diferentes proyectos y políticas pero que falla por sí misma y al reclamar
atención sobre el propio derecho. Y aún, la ciudadanía europea debe existir en el
imaginario popular si queremos crear una Unión no sólo de derechos y obligaciones
sino también de valores compartidos por 25 estados e incluso mas’66.
66 ‘Preguntas y respuestas sobre la petición de una iniciativa del parlamento Europeo sobre la
ciudadanía europea’. De la asociación ECAS. Texto completo en
http://www.ecas.org/file_uploads/1097.pdf)
67 Koen Lenearts, Juez del Tribunal de Justicia Europeo en Luxemburgo, en el transcurso del ‘Debate
41
Programas como ciudadanos con Europa, son importantes como base para el
desarrollo de políticas de ciudadanía, pero no son la base. En mi opinión, es un
programa para hablar de ciudadanía y no para experimentar la ciudadanía, usarla.
Si realmente se quiere trabajar por el ciudadano, se debe ir más allá de diseñar un
Programa europeo como Ciudadanos con Europa. Pero quizá, el listado de
propuestas de futuro más completo aparece en el ya citado artículo ‘Paradigma
Erasmus’: “¿Qué pasos concretos se pueden dar? El paradigma Erasmus supone
multiplicar la dotación del Erasmus/Leonardo, hoy financiado sobre todo por las
familias con posibilidades. Profundizar el programa similar para la formación
profesional. Establecer cuotas de investigadores comunitarios no nacionales en los
programas públicos de I+D de cada Estado. Reservar en cada Estado miembro
parecidas cuotas para los funcionarios y los cooperantes de los otros países
comunitarios en los contratos de prácticas, becas o sustituciones temporales.
Acelerar la implantación de la tarjeta sanitaria común, el DNI o el carnet de
conducir. Comunitarizar los servicios consulares creando ‘Casas de Europa’ al
servicio de los ciudadanos de los Veinticinco, sin distinción, visitantes o expatriados
en terceros países. Implementar el Estatuto del Residente Permanente, en beneficio
de los inmigrantes legales, perchas de integración para sus conacionales recién
llegados. Crear bolsas de trabajo, digitales, para toda la Unión. Priorizar la
dimensión ‘consumidor’ en las políticas de servicios públicos… Culminar la
digitalización de la escuela prevista en Lisboa y complementarla implantando una
autentica cultura de la Red. Cuantas medidas refuercen un sentido de pertenencia
moderna, tangible, útil,...Y fustiguen, así, el desapego’ 68.
42
Bibliografía
Libros
Manual de Derecho de la Union Europea. Fernando Díez Moreno. 3ª Edición. Adaptada a
la Constitución Europea. Thomson Civitas. 2005. Editorial Aranzadi S.A. Navarra.
Nacionalidad estatal y Ciudadanía Europea. Pílar Suárez Pérez. Uned. Marcial Pons,
Ediciones Jurídicas y Sociales S.A. Madrid / Barcelona 1998.
Políticas de la Unión Europea. 2ª Edición. Enrique Linde Paniagua (coord) VVAA. Colex
Madrid 05.
La Constitución Europea. Araceli Mangas Martín. Iustel. Biblioteca Jurídica Básica. Portal
derecho S.A. 2005 Madrid
Guide to the European Union. Dick Leonard. 6º Edicion. The Economist. 1998
Por qué Europa liderará el siglo 21. Mark Leonad, Ed. Fourth State. UK. 2005.
Proyecto para un debate 2001-2004: ¿Para qué sirve la Unión Europea?, ‘Amigos de
Europa’. 2001. www.friendsofeurope.org
43
Instituto Elcano. Francisco Aldecoa Luzarraga. www.realinstitutoelcano.org
Los Estados Unidos de Europa. Guy Verhofstadt. Editions Luc Pire; lucpire.be; Bruselas
2006.
Artículos
Construir Europa desde España: los nuevos desafíos de la política europea. VV. AA.
Informes Elcano, nº 2 Marzo 2005 - Real Instituto Elcano. www.realinsitutoelcano.org
Paradigma Erasmus, Xavier Vidal-Folch. Diario ‘El País’, Viernes 16 de Junio de 2006.
Textos oficiales
Tratados
Tratado constitutivo de la Comunidad Europea. (Versión consolidada tras las
reformas realizadas en el Consejo Europeo de Niza de Diciembre de 2000) - Diario Oficial
de la Unió Europea C 325, de 24 diciembre 2002
Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea. Diario Oficial nº C 364, de
18 de diciembre de 2000.
Tratado por el que se establece una Constitución para Europa. Diario Oficial n° C
310, de 16 de diciembre de 2004.
Informes
Informe de la Comisión sobre la ciudadanía de la Unión, documento COM (93) 702
final, de 21 de Diciembre de 1993;
Segundo Informe de la Comisión sobre la ciudadanía de la Unión, documento
COM (97) 230 final, de 27 de Mayo de 1997;
Tercer informe de la Comisión sobre la ciudadanía de la Unión, documento COM
(2001) 506 final, de 7 de Septiembre de 2001;
Cuarto informe sobre la ciudadanía de la Unión (1 de mayo de 2001-30 de Abril
de 2004), documento COM (2004) 695 final, de 26 de Octubre de 2004.
Decisiones
Decisión 2004/100/CE del Consejo de 2 de Enero de 2004 por la que se
44
establece un programa de acción comunitario para la promoción de la
ciudadanía europea activa (participación ciudadana). DOUE, L 30/6 de 4 de
Febrero de 2004.
Decisión del Parlamento Europeo y del Consejo por la que se establece el
programa ‘Europa con los ciudadanos’ para el periodo 2007-2013 a fin de
promover la ciudadanía europea activa’. Documento COM (2005) 116 final, de 6 de
Abril de 2005.
Comunicaciones
Comunicación de la Comisión ‘Dar efectividad a la ciudadanía: promover la
cultura y la diversidad a través de los programas relativos a la juventud, la
cultura, el sector audiovisual y la participación ciudadana’ Documento COM
(2004) 154 final, de 9 de marzo de 2004.
Comunicación de la Comisión al Consejo, al Parlamento Europeo, al Comité
Económico y Social Europeo y al Comité de las Regiones – Contribución de la
Comisión al periodo de reflexión y más allá: Plan D de democracia, dialogo y
debate’. Documento COM (2005) 494 final, de 13 de octubre de 2005.
Comunicación de la Comisión al Consejo Europeo - Una agenda de los
ciudadanos - Generando resultados para Europa’’. Documento COM (2006) 211
final, de 10 de mayo de 2006.
Libros blancos
Libro Blanco sobre una política europea de comunicación. Documento COM (2006)
35 final, de 1 de febrero de 2006.
Dictámenes
Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre la ‘Propuesta de
Decisión del Parlamento Europeo y del Consejo por la que se establece le
programa ‘Ciudadanos con Europa’ para el periodo 2007-2013 a fin de
promover la ciudadanía europea activa. Diario Oficial nº C 28/29, de 3 de Febrero de
2006.
Dictamen del Comité de las Regiones sobre el ‘Cuarto informe de la Comisión
sobre la ciudadanía de la Unión y la Comunicación sobre la Agencia de
Derechos Fundamentales. Diario Oficial nº C 31 de 7 de febrero de 2006
Conferencias
‘Debate sobre ciudadanía europea – Preparando a Cenicienta’, celebrado en Bruselas,
el 24 de Mayo de 2006. Organizado por ECAS (European Civil Action Service – Servicio
Europeo de Acción Civil). www.ecas.org
Debate ‘El derecho de los ciudadanos a saber – Debate sobre el Plan D’, celebrado
en Bruselas el 7 de junio de 2006. www.ecas.org
45