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Tareas Basicas en Mantenimiento de Edificios
Tareas Basicas en Mantenimiento de Edificios
3.- ALBAÑILERIA:
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4.- CARPINTERIA:
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1.- FONTANERIA Y CALEFACCION.
Se introduce el grifo por el agujero del fregadero colocándole arandela de goma entre el
cuerpo del grifo y el fregadero, y por medio de una arandela y una tuerca se consigue él
apriete correcto sobre el fregadero fijando el cuerpo del grifo.
La alimentación de agua fría y caliente se efectúa de la forma siguiente: Del interior del
cuerpo del grifo salen dos tubos conectando cada uno de ellos a su grifo correspondiente.
Sobre cada tubo debe fijarse la alimentación correspondiente, utilizando la pieza de
empalme o machón, tuercas, racores, juntas y arandelas.
Al conectar las tuberías a los grifos debe tenerse en cuenta que el agua caliente quede
situada en el grifo del lado izquierdo, visto éste por la parte frontal. Esto se hace así porque
normalmente el mando de los grifos se hace con la mano derecha y al estar situado el
mando de agua caliente en el lado izquierdo, no se actúa en el mismo por instinto, sino que
hay que variar el movimiento y así sabemos que es caliente.
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El caño de salida está dotado de un dispositivo que le permite efectuar movimientos
giratorios a voluntad del usuario. Como en el caso anterior, siempre el agua caliente a la
izquierda de la instalación.
El montaje de esta batería se efectúa soldándola a las conducciones de alimentación
antes de empotrarla y el montaje de los grifos no tiene ningún problema, efectuándose por
roscado con el cuerpo de la batería, colocándole sus juntas correspondientes, disimuladas
después por el embellecedor que los cubre.
Grifería monomando:
Este tipo de grifería recibe el nombre de monomando ya que con una sola palanca de
accionamiento se consiguen todas las funciones. La aplicación de esta grifería puede
hacerse sobre el tipo conocido como monobloque y también sobre las baterías vistas. Este
aparato funciona con dos discos de cerámica fuertemente apretados entre sí, provistos de
unas aberturas por las cuales atraviesa el agua mezclándose a voluntad del mando antes de
llegar al caño de salida.
Este sistema consigue una perfecta estanqueidad y una gran duración, al no utilizar el
sistema clásico de cierre por junta de goma y válvula. La palanca de mando queda fija en la
posición que se desee, manteniendo el caudal y la temperatura en la posición deseada,
girando de derecha a izquierda se obtiene la variación de la temperatura y de dentro hacia
fuera la regulación del caudal, con un funcionamiento silencioso y suave.
El sistema de montaje es el mismo que se utiliza para la grifería monobloque y para las
baterías vistas.
Este tipo de grifería permiten cumplir las normas internacionales que piden que la
regulación de la temperatura del agua pueda hacerse con una sensibilidad del orden
máximo de dos grados centígrados, para evitar riesgos de quemaduras por agua
excesivamente caliente. La forma de instalación, es la ya conocida para el tipo
monobloque.
La grifería en los lavabos suele instalarse sobre el mismo lavabo antes de proceder a su
fijación sobre la pared y sus soportes adecuados.
La grifería para bidés se agrupa en dos tipos de fabricación, la del tipo monobloque y la
de grifos independientes. La grifería monobloque, con salida por el mismo grifo, puede ser
del tipo normal o monomando, siendo su instalación como en el caso de los lavabos y
fregaderos.
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La mayoría de los bidés están previstos para el tipo de grifería en la cual la salida de
agua se efectúa por unos orificios del mismo cuerpo de bidé. El grifo más corriente
utilizado para bidé es el de tipo unitario.
En la instalación de estos grifos se coloca uno para agua caliente y otro para agua fría, la
mezcla de las mismas se efectúa en una cavidad en el interior del bidé antes de salir por
unos orificios para su uso. Estos grifos constan de un cuerpo central en el interior del cual
va alojada la válvula de cierre, que al ser accionada permite el paso de agua hacia la
cámara del bidé, en la cual está situada la salida y donde se efectúa la mezcla del agua para
obtener la temperatura deseada. La estanqueidad del montaje se consigue con sus
correspondientes juntas de goma correctamente apretadas.
La grifería para bañeras, tal como se ha indicado anteriormente, debe disponer de una
batería mezcladora en la cual se pueda proceder a la mezcla del agua a la temperatura
adecuada.
El tipo de grifería varía cuando se desea también incorporar una ducha al conjunto, en
cuyo caso es necesario también disponer de un aparato llamado transfusor, que no es otra
cosa que una válvula que dirige el agua hacia la ducha o hacia la bañera a voluntad del
usuario. Este transfusor se coloca a la salida de la batería mezcladora con una palanca de
mando de fácil accionamiento. Las modernas griferías de este tipo se incorporan al
conjunto batería transfusor la l amada ducha-teléfono que no es otra cosa que una ducha
con tubo flexible que permite un mejor manejo de la misma durante el baño.
Las válvulas para desagüe de los platos de ducha, son iguales que las utilizadas para las
bañeras. El montaje de estas válvulas, debe efectuarse con sus correspondientes juntas de
goma, para evitar roturas de la porcelana y asegurar una buena 4estanqueidad del conjunto,
tal como se ha indicado anteriormente.
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Válvulas de desagüe para fregadero:
Cuando con el paso del tiempo, el uso continuado o tras largos periodos de tiempo de
carencia en el uso de grifería y válvulas, pueden presentarse disfunciones en los mismos,
que deben ser corregidos normalmente mediante la sustitución de las zapatas y estopas que
dan hermeticidad al conjunto. El procedimiento es de carácter totalmente práctico debiendo
proceder de forma ordenada al desmontaje y su posterior montaje de los elementos que lo
constituyen sustituyendo las zapatas o estopas que estén dañadas. Actualmente en muchos
casos se está utilizando el teflón en detrimento de la estopa.
El lavado de los inodoros se consigue por medio de una descarga de agua procedente de
un depósito o cisterna, que puede estar incorporado o separado del mismo y en conexión por
medio de un tubo de 40 a 50 mm. De diámetro.
La descarga de estas cisternas, cuya capacidad oscila entre los 9 y 12 litros, se efectúa a
voluntad accionando unas válvulas.
El sistema más sencillo y más utilizado consiste en una simple válvula que cierra por
gravedad, ajustando una pieza de goma sobre la salida del depósito. Esta pieza de goma va
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montada sobre un tubo de latón mandado por una palanca desde el exterior para efectuar la
descarga. Este tubo atraviesa la pieza de goma para poder efectuar también la misión de
desagüe o rebosadero en caso de avería de la válvula de paso del agua al interior de la
cisterna.
El cierre de la válvula se efectúa por gravedad al soltar la palanca, pues sobre la pieza
de goma va montado un contrapeso de plomo para asegurar el cierre. La estanqueidad se
asegura con sus correspondientes juntas de goma.
Alimentación de la cisterna.
Para un correcto funcionamiento de las cisternas, es necesario que las mismas tengan
una buena alimentación de agua y al mismo tiempo tienen que estar dotadas de un sistema
de cierre automático de las mismas cuando el nivel del líquido sea el adecuado. Esto se
consigue por medio de un mecanismo accionado por una boya o flotador que a medida que
el nivel del líquido va subiendo varía su posición hasta efectuar el cierre total del paso del
agua al interior de la cisterna. El sistema mas usado consiste en una palanca articulada en el
cuerpo del grifo, sobre el cual va montado un pequeño pistón en el cual va insertada la goma
que efectúa el cierre contra la boquilla de entrada del agua, que en estos grifos no suele ser
muy grande para evitar un gran caudal y asegurar un mejor cierre. A medida que el flotador
sube, la articulación hace avanzar el pistón hasta realizar el cierre.
Hay otros sistemas que consisten en una disposición de elementos diferentes pero de
igual funcionamiento. Todos los sistemas deben ir dotados de un grifo llamado de parada,
situado en la tubería de alimentación antes del depósito para poder efectuar reparaciones en
las cisternas, sin tener que dejar toda la instalación sin suministro.
Instalaciones de desagüe.
Las instalaciones de desagüe deben ser simples y sin complicaciones, procurando que
los líquidos tengan un recorrido lo más recto posible hacia el colector, evitando en la medida
que se pueda las partes curvas, recorridos angostos y muy cerrados, así como no sobrecargar
las conducciones con más descargas que las estrictamente necesarias.
Es necesario que en los casos que se atraviesen muros o paredes, suelos, etc., se
dispongan manguitos de aislamiento para evitar que los tubos queden aprisionados y no
puedan efectuar movimientos de dilatación y contracción.
Los tubos de fibrocemento, para las bajantes, por influencia de la humedad sufren un
alargamiento que puede calcularse en una milésima, o sea un milímetro por metro de
longitud, por tanto es preciso tomar algunas precauciones, que podríamos sintetizar:
• Al realizar las juntas dejar un espacio entre los dos tubos del orden de 5 mm.
• Cuando se atraviesen muros, paredes o suelos, deben utilizarse manguitos aislantes,
dejando un espacio de 3 a 5 mm., entre el manguito y el tubo.
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• Los collares o soportes de sujeción no deben estar tocando a las juntas, sino
separados de las mismas 3 ó 4 cm.
Bajantes.
*Varios tipos de codos para poder hacer las instalaciones en diversas inclinaciones 68ª,
45º y 90º, también los hay con otras inclinaciones, con 30º, 75º, etc. Y con longitudes
variables en la parte recta.
*Modelos con dos tipos de derivaciones a 45º, un modelo simple con dos tomas, otro
modelo con tres tomas para admitir varias canalizaciones.
*Derivación en forma de S.
*Derivación para conducciones paralelas, que se unen luego en una sola hasta el
colector del desagüe.
*Cajas de registro, muy necesarias en las instalaciones, en particular antes de los sifones
generales para poder efectuar inspecciones y limpiezas en caso de atascamiento.
Injerto de evacuaciones en conducciones ya existentes.
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el conjunto se aprieta con la brida, la cual abraza el tubo por detrás del mismo y sujeta el
accesorio haciendo presión sobre la platina o brida por medio de unos tornillos que van
cerrando la brida comprimiendo todo el conjunto contra el tubo y realizando así el injerto
para el nuevo desagüe.
Hay otros sistemas de racor para efectuar el mismo trabajo, como el siguiente: Una vez
taladrado el tubo a la medida del diámetro exterior del accesorio, se introduce en el interior
del tubo de bajada asegurándolo por medio de los tetones que tiene en el extremo, uno de los
cuales es móvil para facilitar su introducción en el tubo y luego se pone en su posición
normal. A continuación se coloca la pieza, que es una especie de manguito cónico que al ser
apretado por la tuerca, asegura que el conjunto quede apretado contra el tubo; lógicamente
hay que colocar una junta para asegurar la estanqueidad. Sobre la parte roscada del accesorio
se acopla el desagüe por medio de un raro soldado al tubo con su correspondiente junta y
tuerca de conexión.
Instalaciones de calefacción.
Podríamos citar instalaciones bitubular individual con retorno directo, este circuito no
está equilibrado y precisa de la utilización de válvulas de reglaje de doble regulación en cada
radiador.
Instalación bitubular pero con el circuito de retorno invertido al de ida. Este sistema
equilibra mejor el circuito y las válvulas sólo deben ser de cierre todo o nada.
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Hay instalaciones colectivas de distribución por columna, donde el agua llega por una
conducción vertical general de alimentación desde la caldera y recoge la fría otra
conducción de retorno a la misma.
Otra variante de instalaciones puede ser colectiva de distribución por anillo. En cada
planta hay instalado un circuito completo de calefacción de retorno invertido, con
alimentación y retorno por columnas generales.
Calefacción monotubular.
Este sistema tal como su nombre indica utiliza un único tubo de conducción para la
alimentación y retorno del circuito de radiadores a la caldera de calefacción. La alimentación
de la planta se efectúa por sistema monotubular procedente de una tubería única por la cual
también se efectúa el retorno del circuito. Se puede hacer un sistema mixto, en el cual la
alimentación de la planta y retorno de la misma se efectúa por el sistema bitubular y el
circuito de los radiadores por el sistema monotubular.
En estas instalaciones monotubulares, para obtener un buen rendimiento, es necesario
un caudal mínimo de 350 litros/hora en circulación con un máximo de 550 litros/hora. La
temperatura del agua en circulación debe estar entre 80 y 90ºC para tener una temperatura
correcta en los radiadores y conseguir que el salto térmico no sea superior a 15 de diferencia
entre la ida y el retorno del circuito.
Las conducciones de acero son más conocidas como hierro negro o hierro galvanizado,
según el tratamiento al que han sido sometidas después de su fabricación.
Los tubos de hierro negro son los que se encuentran en el mercado en estado bruto
después de su fabricación. Al no tener ninguna protección ni tratamiento y estar en contacto
con el aire se oxidan ligeramente, por lo cual esta clase de conducciones no pueden utilizarse
para la conducción de agua potable.
Para la conducción de aguas potables se recomienda la conducción con tubo de hierro
galvanizado, el cual no es otro que el tubo negro que ha sido sometido a un proceso de
galvanización aplicándole una ligera capa de zinc por un procedimiento electrolítico, o
sumergiéndolo en un baño de zinc en estado de fusión, lo más habitual es efectuarlo por
electrolisis.
Los tubos pueden fabricarse por diversos sistemas, los más conocidos son: tubos ligeros
enrollados, tubos con costura y tubos sin costura.
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Los tubos con costura son todos los que una vez enrollados por uno u otro
procedimiento, se procede a soldar sus bordes para asegurar la estanqueidad, utilizándose
varios procedimientos para realizar estas soldaduras.
Los tubos sin costura, tal como su nomb re ya indica, no tienen ninguna clase de unión la
que se obtienen por laminación o extrusión. Este sistema de fabricación permite obtener una
excelente calidad en las paredes interiores de estos tubos, lo cual reduce considerablemente
las pérdidas de carga. También permite este tipo de fabricación asegurar una regularidad en
el grueso de sus paredes, lo cual los hace aconsejables para conducciones de fluidos a
presión.
Los tubos de acero suelen suministrarse en longitudes de 4 a 7 metros, con rosca en los
dos extremos o totalmente lisos, sin ningún extremo roscado.
El trabajo del tubo de cobre es muy simple y muchas de sus uniones pueden efectuarse
directamente por medio de racores desmontables. Se puede unir por medio de rosca por el
sistema de compresión, apretando contra las paredes del tubo por la presión de la tuerca una
junta de caucho, plomo, cobre o plástico, la cual deforma ligeramente el tubo sujetándolo y
efectuando al mismo tiempo el cierre hermético de la unión. Se puede unir también
abocardando el tubo efectuando un reborde que es aprisionado por la tuerca contra la junta y
el otro accesorio roscado. Este tipo de empalme requiere que los accesorios, como son la
tuerca y la boquilla de unión, también sean cónicos para poder admitir el tubo y apretarlo
correctamente.
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Se realiza de la siguiente forma:
Se corta el extremo del tubo por medio del corta tubos, el cual efectúa un corte limpio y
sin rebabas del extremo del mismo.- Una vez cortado debe efectuarse una correcta limpieza
del extremo a soldar, para ello usaremos lana de vidrio, estropajo de aluminio o tela esmeril.
Una vez limpio, es necesario prepararlo para la soldadura, para lo cual se untará la parte
que tenemos que soldar con una pasta decapante que ayuda a efectuar la soldadura al
mantener libre de oxidación las partes que queremos soldar.
Se introduce el tubo en el accesorio, debe hacerse a fondo girando el tubo para que la
pasta decapante se reparta por igual dentro del accesorio. Una vez introducido el tubo en el
accesorio hay que calentarlos, lo cual puede hacerse con una lámpara de soldar o con una
pinza eléctrica.
Una vez caliente se aplica el material de aportación manteniendo el calor con la lámpara
o la pinza eléctrica hasta asegurarse que ha penetrado la cantidad de material de aportación
suficiente para que se efectúe la soldadura, lo cual se asegura cuando el material de
aportación sobresale del accesorio formando una pequeña corona de unión entre el tubo y el
accesorio.
Existen en el mercado gran cantidad de accesorios en todos los diámetros de los tubos,
que permiten uniones diversas según requiera las necesidades dela instalación a realizar,
tales como codos, tes. , dobles tes., etc., ya preparados para admitir la soldadura por
capilaridad, ya que sus paredes interiores o exteriores, según deba soldarse el accesorio, han
sido preparadas desoxidándolas y dándoles el tratamiento adecuado, lo cual permite una
gran facilidad de montaje e instalación.
Todos los cuerpos están constituidos por pequeños corpúsculos denominados átomos.
Cada sustancia tiene un tipo de átomo distinta de todas las demás, pero la estructura de todos
los átomos es similar. Están compuestos por unos elementos más pequeños: electrones,
protones y neutrones. Los protones tienen carga eléctrica positiva, los neutrones no tiene
carga eléctrica y los electrones tienen carga eléctrica negativa. Los protones y neutrones se
agrupan en el núcleo. Los electrones, por su parte, están en continuo movimiento alrededor
del núcleo describiendo unas órbitas determinadas.
Los electrones pueden ser arrancados de sus órbitas si se aplican fuerzas eléctricas o
magnéticas de suficiente intensidad. Si arrancamos gran cantidad de electrones y los
movemos de un lado a otro estamos creando una corriente eléctrica, para moverlos hemos de
aplicar una energía, gastarla.
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Unidades y su significado.
Los electrones que se mueven a través de los cuerpos van chocando y siendo atraídos y
repelidos por los átomos que componen ese cuerpo. Esta oposición que presentan los
cuerpos a que la corriente eléctrica pase por ellos se denomina resistencia. Se mide en
Ohmios.
Intensidad de corriente eléctrica es el número de cargas que pasan por un cuerpo en una
unidad de tiempo, la unidad es el Amperio.
Un cuerpo que tiene exceso de electrones se dice que está cargado negativamente. Si
tiene exceso de protones se dirá que esta cargado positivamente. Para cargar eléctricamente
un cuerpo, es necesario producir un exceso o defecto de electrones, se dirá entonces que
tiene un determinado potencial. Cuando unimos dos cuerpos que tienen distinto potencial
(distintas cantidades de carga almacenadas), hay una tendencia a redistribuir las cargas
eléctricas, de modo que tras un cierto tiempo ambos estén a igua l potencial. Existe por tanto
un movimiento de cargas eléctricas cuando ponemos en contacto dos cuerpos con diferencia
de potencial (d.d.p.), la diferencia de potencial se mide en voltios.
La potencia nos da una idea de la energía que ha sido necesaria para mover los
electrones en un determinado tiempo y crear esa d.d.p. Esta energía está almacenada y puede
ser extraída posteriormente, la unidad de medida de la potencia es el vatio.
Cuando usamos una cantidad de potencia en un determinado tiempo, extraemos la
energía almacenada, lo hacemos para desarrollar un determinado trabajo. Trabajo o energía
eléctrica mediante la corriente, el trabajo se mide en W/h (vatios cada hora) o Kw/h
(Kilovatios cada hora). El trabajo o energía eléctrica, es una magnitud importante puesto que
es la que determina que pagamos por usar la energía eléctrica.
Cuando entre dos puntos existe una d.d.p. continua e invariable, se dice que se trata de
una corriente continua, ya que cuando se establece los electrones se mueven siempre en el
mismo sentido. Tal tipo de corriente se halla en pilas, acumuladores, batería, etc.
Si la d.d.p. cambia de valor y sentido todo el tiempo, se dice que se trata de una
corriente alterna. En este caso el movimiento de electrones cambia tanto en intensidad como
en sentido, siguiendo las variaciones de la d.d.p., tal es la corriente que usamos en nuestras
casas.
Dentro de las corrientes alternas existen las de tipo monofásico y las de tipo multifásico.
Las monofásicas se emplean para usos domésticos. Las multifásicas, entre ellas la trifásica
es la más extendida, son usadas para usos en la industria. Tanto en unas como en otras, es
importante el valor máximo, el valor eficaz y la frecuencia (número de veces que se alterna
el sentido en un segundo).
La producción industrial de energía eléctrica se hace generalmente en máquinas
rotativas, de modo que el tipo de corriente obtenido es alterno, y se repite cada cierto
tiempo, esta es la razón del uso tan extendido de la corriente alterna.
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2.2 CIRCUITO ELECTRICO.-
Conceptos básicos.
Circuito eléctrico es un camino cerrado entre dos puntos con distinto potencial. Este
camino está compuesto en su forma más simple por un conductor eléctrico que une dichos
puntos.
Se establece una corriente eléctrica (movimiento de electrones a través del conductor),
cuyas características dependerán de varios, como se indica a continuación.
La resistencia que presentan los cuerpos al paso de la corriente determina que cantidad
máxima de corriente puede desplazarse a través de ellos con una determinada diferencia de
potencial. Esta relación de proporcionalidad, viene expresada matemáticamente por la Ley
de Ohm, V= IxR, siendo V la diferencia de potencial, R la resistencia, I la intensidad.
Como puede apreciarse, si se aumenta la d.d.p. aumenta la corriente. Igualmente ocurre
si disminuimos la resistencia. Si la resistencia se hiciese muy baja la intensidad sería
grandísima. Significa que la sección de los conductores deben aumentarse para soportar el
efecto calórico que genera el aumento de la intensidad. Si la resistencia se hiciese cero, (un
cortocircuito) la intensidad tendería a ser infinita, esto provocaría un calor tan intenso que
fundiría el conductor. Este efecto se aprovecha para la fabricación de fusibles.
Instalación de aparatos.
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aparato puede soportarla el cable del alargador. Si se usa un modelo con enrolla cables, debe
desplegarse toda la longitud del cable aunque no fuese preciso, ya que así evita su
destrucción por calor y un eventual peligro de incendio. Nuca debe usarse un prolongador
cuya potencia máxima admisible sea inferior a la del aparato/s que se conectan a él.
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Como normas a tener en cuenta, son las mencionadas anteriormente, y además:
• Posibilidad de humedades
• Posibilidad de calentamiento (sol, calefacción.
No deben dejarse colgando los conductores, deben colocarse en canaletas apropiadas. Es
preferible gastar tiempo en comprobaciones, que tener que lamentar errores en el futuro.
Las tomas de tierra de los aparatos son importantísimas, pues protegen de descargas
eléctricas y evitan perturbaciones electromagnéticas. Si la instalación no dispusiera de
toma de tierra, la del aparato no se conectará bajo ningún concepto, y tendremos además
la precaución de protegerla adecuadamente (cinta aislante... Conectar una toma de
tierra a una de las fases, es poner en peligro la vida de las personas que puedan
manipular el aparato.
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operación se realiza mediante un cortocircuito entre los terminales y evita descargas a las
personas, aunque rara vez son peligrosas sí son desagradables.
De los aparatos instalados en edificios, los que requieren mayor mantenimiento son los
de iluminación, por ser de uso muy común. Existen multitud de sistemas y aparatos, que en
su mayoría se fundan en fenómenos de incandescencia (bombillas) y descarga
(fluorescentes, neón, ....), estudiaremos los que gozan de mayor difusión.
Bombilla.
Lámparas halógenas
Las ventajas que presentan, son: alto nivel de iluminación, facilidad de sustitución,
buena calidad de luz y color, así como un reducido tamaño. Entre sus principales
inconvenientes, se encuentra el precio y la temperatura que adquiere en funcionamiento.
Nunca debe colocarse una de esas lámparas sin el transformador adecuado.
El modo de sujeción es por presión de una especie de pequeño enchufe, del cual basta
tirar para sustituir el elemento. No se deben tocar las nuevas bombillas en su zona
acristalada con los dedos, pues la grasa que el cuerpo humano genera se degrada con la s
altas temperaturas que adquiere la lámpara y puede rajar el vidrio. Por ello se utiliza el
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plástico protector a modo de guante.. Si se toca con los dedos, debe limpiarse el vidrio con
un trapo impregnado en alcohol y esperar que se evapore completamente antes de
encenderla. Los portalámparas de este tipo de bombillas son de material cerámico que resiste
bien el calor, por lo que generalmente no requieren ser sustituidos. Si sustituida la lámpara
no se enciende, debemos pensar en el portalámparas y después en el transformador.
Comprobar siempre que la tensión de la lámpara que se va a sustituir es igual que la
averiada , antes de reponerla. Lo mismo con su potencia.
Fluorescentes
Para sustituir el tubo o el cebador, basta con girar el elemento dentro de su porta.
Existen tubos con distinta potencia, por lo cual debemos consultarlas (en uno de los
extremos del tubo. Hay tubos de arranque rápido que no requieren cebador, pero que
disponen de una reactancia más compleja.
Nunca se debe sustituir un tubo por uno de mayor potencia, pues se dañarían los
restantes elementos del sistema. Se pueden cambiar los cebadores y reactancias por modelos
de mayor potencia.
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Timbres.
Otros accesorios habituales son los aparatos de alarma acústica, tales como timbres y
zumbadores. En general se componen de circuitos simples de aplicación de un electroimán
que atrae una lámina. Dependiendo de la construcción de los mismos se pueden conseguir
diferentes sonidos.
Tomas de energía.
Los enchufes son el acceso que normalmente disponemos para usar la energía eléctrica.
Como anteriormente se indicó, en lugares donde se usan distintas tensiones de red, se
colocan enchufes distintos para evitar errores. En el mercado existen multitud de modelos
distintos, lo que hace difícil su descripción, en todo caso todos poseen un número de
orificios que alojarán los terminales del enchufe macho de los aparatos que conectemos a él.
Los terminales de los enchufes, están construidos de forma que no sea posible tocarlos
accidentalmente, razón por la cuál se debe sustituir cualquier toma de corriente que presente
una rotura o rajadura que deje al descubierto uno de los terminales. Si es posible se sustituirá
por otra del mismo modelo, pero si no fuese posible se elegirá una lo más parecido posible.
Bajo ningún concepto se deben mezclar tipos en los lugares donde haya más de una
tensión de red, por ejemplo, si existen en el edificio 220 y 380V., se usarán obligatoriamente
tipos distintos para cada tensión, nunca se usarán los de una tensión para otra, pues el
peligro posterior de accidentes es muy grande.
Para sustituir tomas de corriente hay que tomar las precauciones adecuadas, puesto que
entraña peligro de descargas. Anteriormente en el punto de instalación y desmontaje de
aparatos se han comentado las precauciones a tener.
Ha de tenerse especial cuidado con las tomas de tierra, se deben conectar en sus lugares
adecuados, y nunca se debe conectar a una fase ni confundirla con ella.
Cuando se sustituye un enchufe empotrado por otro modelo distinto puede ser necesario
cambiar la caja empotrada en la pared, no debiéndose hacer adaptaciones para evitar
cambiarla.
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2.4. CUADROS DE MANDO Y PROTECCION.
En todas las instalaciones eléctricas de los edificios existen aparatos que protegen a las
personas y a las instalaciones de las descargas, que registran el consumo y que controlan la
potencia.
Los aparatos de medida y protección son obligatorios, mientras que los interruptores de
control de potencia es la empresa suministradora la que decide su instalación. Entre estos
aparatos se encuentran los fusibles, los ICP (interruptores de control de potencia o
limitadores), el diferencial y el interruptor magnetotérmico (PIA). El orden de colocación es:
fusible, contador, ICP, diferencial y PIA
Es un aparato que se utiliza para controlar que la potencia usada no supera la contratada.
Fusible o cortacircuitos.
Los cartuchos fusibles son elementos de protección y se emplean para proteger los
cables y los receptores eléctricos contra sobre intensidades producidas por cortocircuitos o
sobrecargas. Se suelen colocar centralizados en un mismo lugar, en la caja de protección.
El principio de funcionamiento es el siguiente: cuando una intensidad atraviesa un
conductor genera una cantidad de calor. Si se dimensiona adecuadamente el tipo de
conductor y el diámetro del mismo, se puede conseguir que se funda cuando pasa una
determinada intensidad. El tiempo que tarda el fusible en fundirse depende del tipo de
construcción y de los materiales de los que se compone, así como de la intensidad que lo
atraviesa. Este tiempo (tiempo de respuesta) es importante, puesto que ha de ser menor que
el de los elementos que está protegiendo. Existen cuatro tipos:
• gF de fusión rápida.
• gT de fusión lenta.
• gl de uso general.
• AM de acompañamiento.
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campo magnético aumenta y atrae a una pieza de metal que abre el circuito. Si la
sobreintensidad es debida a un cortocircuito se dispara por efecto térmico. Como se coloca
un PIA en cada circuito, sólo se cortará el circuito en el que ocurre la sobreintensidad,
funcionando el resto de la instalación normalmente.
Existen diversos tipos de magnetotérmicos adecuados para uso con aparatos, con líneas
o con aparatos que incluyen motores.
Diferencial.
Es un aparato de instalación obligatoria que tiene como misión proteger a las personas y
a las cosas, de derivaciones de corriente fuera del circuito, es decir de salidas de energía por
lugares no deseados.
El funcionamiento se basa en que si las corrientes que entran y salen en el circuito son
iguales no existe derivación. Si son ligeramente distintas, un de las dos bobinas de un relé
diferencial crea mayor campo magnético que la otra, esto se debe a que en algún punto del
circuito existe una salida incontrolada de electricidad. En este caso el relé se dispara y
provoca la desconexión del aparato.
Se fabrican de diferentes grados de sensibilidad. Cada uno de ellos se colocará según
normativa y necesidades:
• Baja: 350 + 150 mA.
• Media: 200 + 100 mA.
• Alta: 25 + 5 mA.
Con el fin de conseguir una mayor seguridad para las personas, es preciso que se instale,
además del diferencial, una adecuada red de tierra en los edificios.
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Los conductores de la instalación deben ser fácilmente identificables por sus colores,
especialmente el neutro (sí hay) y el de protección (tierra), o por inscripciones en sus
cubiertas protectoras.
Están reservados el color verde -amarillo para el conductor de protección y azul claro
para el neutro, para las fases se utilizarán el negro ó marrón en circuitos monofásicos y
además el gris en circuitos trifásicos.
Forma de estructuración.
En general se realizan las instalaciones de tal modo que los cuadros de mando y
protección vayan actuando de forma escalonada. Así, por ejemplo, en un edificio de oficinas
y talleres, existirá un cuadro general a la entrada, capaz de separar en secciones las distintas
partes, tales como talleres, oficinas y servicios conjuntos. En general existe incluso una
separación entre tomas de alto consumo (fuerza) y otras (iluminación, etc.,), luego se
encontrarán cuadros independientes en cada piso, y dentro de cada piso en cada dependencia
se dispone de más cuadros parciales, de tal forma que los fallos que ocurran se aíslen en la
zona, y las demás no se vean afectadas.
3.- ALBAÑILERIA.
Orden de operaciones:
Para confeccionar el mortero con cal en vez de cemento, se deposita la cal en el centro
de la corona antes indicada, y se sigue el mismo procedimiento que con el cemento.
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Dosificación. (En volumen de cal o cemento y arena)
Amasado de yeso.
Operaciones a seguir, en una artesa bien limpia se verterá una cantidad de agua, con
arreglo a la cantidad de yeso que se precise amasar. Se echará una cantidad de yeso y arena,
iguales en volumen aproximadamente, en la artesa. Se deja embeber el yeso y la arena unos
veinte segundos. A continuación se removerá la masa, amasando con la mano izquierda y
con la paleta accionada con la otra mano, hasta el completo mezclado de los elementos que
la componen. Se dejará reposar unos instantes e inmediatamente se utiliza.
Comentario: en el enlucido de yeso se empleará yeso fino y para su amasado basta con
pasar la paleta de vez en cuando por la masa de yeso que se va formando; la “pasta flor” que
flota en la superficie se separa con la paleta y se entrega al peón para que la “mate” con agua
sobre una superficie lisa, para su empleo en el acabado del enlucido.
Orden de operaciones:
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Maestreado.
A.- Se ejecutan en le haz del muro “puntos tientos” que indiquen el espesor que ha de tener
el enfoscado, valiéndose para ello de una cuerda atada a dos clavos horizontalmente, tensada
a lo largo del paramento y separada de éste aquella cantidad que se requiere de espesor.
B.- Entre la cuerda y el paramento se arrojan pelladas de argamasa de mortero, limitadas por
la misma cuerda y a distancia unas de otras de unos 60cm.
C.- Sobre cada uno de estos puntos tientos se coloca la plomada para marcar otros a plomo,
con el mismo saliente que los primeros.
D.- En cada uno de ellos se fija después verticalmente una regla de plano, sosteniéndola con
clavos, la cual dejará el espacio que se rellena con argamasa arrojándola con fuerza por uno
y otro lado de la regla, quitando después con la llana el exceso de material adherido a los
cantos para poderla separar con facilidad. Una vez la masa endurecida, quedan formadas
unas fajas verticales que servirán de guía para el enfoscado o jaharreo, las cuales reciben la
denominación de “maestras”. En paramentos exteriores las “maestras” conviene hacerlas
con mortero, sustituyendo la regla por una cuerda.
F.- Se pasa la llana por el enfoscado de yeso y arena, tan pronto como haya adquirido cierta
consistencia, con movimientos de remolino, describiendo arcos de círculo con el brazo
extendido y regleteando con cuidado para obtener con la debida uniformidad una superficie
sin alabeos. En los enfoscados con mortero de cal o cemento bastardo, cuando estén algo
consistentes sin que se hayan endurecido mucho, basta frotarles con talocha a medida que se
rocía el paramento con agua.
Comentario:
En los enfoscados exteriores con mortero de cemento, cal o bastardo, cuyo paramento se
ha maestreado con argamasa de yeso, hay que picar y eliminar las maestras después de
endurecido el enfoscado y rellenar con mortero de cemento, cal o bastardo, las canales que
resulten, pañeando el enfoscado con ayuda de una regla.
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3.3.- ENYESADOS GUARNECIDOS DE PARAMENTOS VERTICALES:
Orden de operaciones:
Maestreado:
A.- Se ejecutan en el haz del muro “puntos tientos”que indiquen el “guarnecido”, valiéndose
para ello de una cuerda atada a dos calvos horizontalmente, tensada a lo largo del paramento
y separada de éste aquella cantidad.
B.- Entre la cuerda y el paramento se arrojan pelladas de yeso amasado limitadas por la
misma cuerda y a unas distancias unas de otras de unos 60 cm.
C.- Sobre cada uno de estos puntos tientos se coloca la plomada para marcar otros a plomo,
con el mismo saliente que los primeros.
D.- En cada uno de ellos se fija después verticalmente una regleta de plano sosteniéndola
con clavos, la cual dejará el espacio que se rellenará con yeso amasado, arrojándole con
fuerza por uno y otro lado de la regla, quitando después con la llana el exceso de material
adherido a los cantos para poderla separar con facilidad. Una vez la masa endurecida,
quedan formadas unas fajas que servirán de guía para el guarnecido o jaharreo, las cuales
reciben la denominación de “maestras”.
E.- Se moja el paramento a guarnecer y se arroja con la paleta “pelladas” de yeso amasado y
antes de que se endurezcan, se corre con una regla de canto guiada por las “maestras”,
igualando y alisando las tongadas. La regla se correrá de arriba hacia abajo. Si el guarnecido
ha de tener mucho grueso, se pueden embutir en la masa cascotes de teja o ladrillo a medida
que se van arrojando aquellas.
Orden de operaciones:
A.- Se hecha yeso fino en una artesa, en la que previamente se ha vertido el agua, y se pasa
de vez en cuando la paleta, separando la “pasta flor” que flota en la superficie (yeso plafón).
B.- Una vez encerada la pasta (templada) se extiende sobre el paramento previamente
enfoscado o enyesado con llana. Siendo preciso que el enfoscado o enyesado esté bien seco
antes de proceder al enlucido, aunque se rocía con agua antes de extender la pasta.
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Ensabanado.
C.- Se “mata” con agua el yeso plafón que se ha ido separando en la operación A y se forma
una pasta que se extiende con la llana sobre el paramento.
Lavado.
Sustitución de azulejos.
A.- Se eliminan los azulejos y se procede a picar el enfosado o guarnecido hasta poner al
descubierto el paramento de la fábrica de la pared.
B.- Se riega ligeramente la superficie a revestir; se pone en el reverso del azulejo, que se
habrá mojado previamente, un poco de mortero y se extiende con la paleta hacia los cuatro
lados y se aplica al paramento del muro, según el nivel que indique un cordel sujeto a los
cordeles verticales que sirven de maestras.
Los azulejos se pueden colocar haciendo diversos dibujos geométricos sus juntas; los
más usados son los aparejos a matajunta y a soga, con sus hiladas horizontales y
correspondiéndose las llagas de las pares en el centro de las impares, en el primero, y
presentando las llagas de las pares a plomo de las llagas de las impares en el segundo. En
todos los aparejos, las juntas deben estar bien alineadas. Existen cizallas específicas para el
corte de azulejos.
C.- Con el mango de la paleta se da a la pieza que se está colocando los toques necesarios
para que su cara corresponda al plano vertical general del revestido y se calzan con pequeñas
cuñas de madera las que lo precisen para que su canto superior coincida con el cordel que
sirve de guía.
D.- Una vez colocadas las piezas que constituyen la hilada, se enlecha mortero fluido los
huecos que quedan en el mortero de fijación, indicado en la operación B.
E.- Se limpia primeramente en seco y después con agua el paramento del revestido y una vez
terminado se rellenan con mortero la juntas y llagas de las piezas.
Últimamente existen materiales de agarre para azulejos que están sustituyendo a los
tradicionales indicados.
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Sustitución de baldosas.
A.- Se eliminan las baldosas a sustituir y sobre la solera de hormigón se nivela con mortero
de cemento el enrasado del piso, que será el del umbral de la puerta menos el grueso del
pavimento.
B.- Se señalan los ejes del local que se va a pavimentar(si no es rectangular, por el punto
donde se cortan las diagonales de su perímetro se traza en el piso una paralela al paramento
interior de la pared principal y una normal al mismo piso.
C.- Se procede al replanteo del aparejo que tendrán las piezas del mosaico para formar el
pavimento, partiendo siempre de los ejes, los cuales se hacen coincidir con una junta o con
el eje de una pieza, según convenga para que éstas, junto a los paramentos de las paredes,
sean enteras a ser posible.
Si el local es irregular, se compensa la misma por medio de una cenefa o faja próxima al
perímetro.
D.- Después de rociar con agua el lecho, se extiende el mortero de asiento a medida que se
va ejecutando el solado del piso. El mortero ha de ser fluido y antes de colocar las piezas se
esparce sobre el mismo una ligera capa de cemento en polvo.
E.- Se presentan las piezas en el lugar que les corresponda con auxilio de dos cuerdas en
ángulo recto, tensas y cuyos extremos se atan a reglones apoyados en las piezas a colocar en
las proximidades del perímetro provisionalmente con yeso amasado y con su cara superior a
nivel del umbral de la puerta. Los reglones se les sujeta con peso y las cuerdas pasarán por la
cara inferior de aquellos.
F.- Se golpea cada pieza con el mango de la maceta varias veces para fijarla y comprimirla
contra el mortero de asiento o después de colocar todas las piezas se golpea el conjunto
mediante la interposición de una madera que abarque cierto número de ellas (colocación “al
tendido”. Un pavimento colocado al tendido tiene mejor aspecto, pero el colocado a pié de
maceta es más sólido. El procedimiento al tendido, solo es aconsejable cuando se parte de
piezas de muy reducidas dimensiones (mosaiquete). Cualquiera que sea el procedimiento
que se emplee, hay que tener el mayor cuidado para que todas las piezas queden en un plano
corrigiendo la que no lo está antes que se endurezca el mortero de asiento, calzándola o
golpeándola y comprobando con una regla su perfecta colocación. Los soladores no deben
trabajar sobre las piezas colocadas.
G.- Se procura que en las juntas no penetre ninguna materia extraña y a las cuarenta y ocho
horas de realizada la operación F, se vierte sobre el pavimento una lechada de cemento que
se extiende con escoba, con el fin de rellenar las juntas entre pieza y pieza que en la
colocación quedan huecas. Seguidamente se extiende aserrín de madera que no manche y se
recoge una vez haya empapado la lechada de cemento que haya penetrado en las juntas. Para
realizar esta operación es preciso transitar sobre las tablas tendidas con todo cuidado sobre el
pavimento recién colocado, ya que es absolutamente indispensable evitar que durante cuatro
o cinco días se transite por él.
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4.- CARPINTERÍA
• Clavos y tornillos.
• Clavos.
De la gran variedad de clavos hechos para fines especiales los que se muestran en la
figura son los más útiles para el trabajo de la madera en general.
Las puntas de París tienen un fuerte agarre y se emplean en posiciones en las que sus
grandes cabezas no sean inconvenientes. Por esto son usadas en carpintería, etc. Un clavo
similar pero con la cabeza más pequeña es conocido como clavo de cabeza perdida. No tan
fuerte pero de cabeza más pequeña y menos propenso a agrietar clava con el diámetro mayor
del óvalo alineado con la veta. Las puntas son los clavos de uso general en el trabajo de
ebanistería, como son delgadas y tiene la cabeza pequeña, no son de tan mala apariencia y
no son propensas a rajar la madera. Una variante más pequeña es la punta para chapa aparte
su uso para el chapeado es manejable para pequeñas molduras, etc.
Los clavos cortados se usan generalmente en carpintería. Similares pero algo más
pesados con los clavos de entarimar. Ambos tipos tienen la ventaja de no tender a rajar la
madera. Las tachuelas son usadas generalmente en tapicería. Los clavos de tapicero se usan
de modo limitado en tapicería, para tejidos, pero son utilizados más generalmente para
cubiertas de fieltro, etc. El clavo cortado de enganche es un clavo para carpintería
extremadamente fuerte.
Cualquiera que sea el clavo utilizado proceda siempre a clavar de la madera más
delgada hacia la más gruesa. También es ventajoso clavar en cola de milano, es decir
inclinando ligeramente los clavos a un lado y otro alternativamente. En el caso de trabajo
para el exterior utilice clavos galvanizados.
• Tornillos.
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• Clavado y atornillado
Para unir piezas de madera de forma sencilla, aunque no muy segura en la mayoría de
los casos, usamos las puntas y tornillos.
Las puntas o clavos son piezas de hierro con punta en un extremo y más o menos cabeza
en otro. Se consiguen por troquelado y son de hierro o acero dulce. Por su forma las
podemos distinguir y según ella las tenemos: de cabeza plana lisa, de cabeza plana rallada,
sin cabeza o cabeza perdida, de cabeza redonda, etc. Los tamaños y grosores vienen
especificados en los paquetes por números que en la tabla correspondiente podemos ver en
su momento; sí diremos que oscilan entre un grueso de 0,6 a 8 mm. con largos de 10 a 250
mm. Los paquetes normalmente tienen un peso de 3 kilos. Según las piezas que hemos de
unir tendremos que elegir el tamaño y clase de punta o clavo. El martillo elegir el tamaño y
clase de punta o clavo. El martillo será de un peso proporcionado al tamaño de la punta; ni
una punta pequeña se clavará bien con un martillo demasiado grande, ni por el contrario, con
un martillo pequeño podremos clavar bien una punta larga y gruesa.
Cuando clavamos puntas muy al borde de las piezas y peligra rajarse, se puede
machacar por delante un poco la punta para embotarla, de esta manera va empujando las
fibras en lugar de separarlas, que sería lo que haría la punta afilada al tener forma de cuna.
Por otra parte, si clavamos puntas demasiado gruesas y también cerca del borde de la tabla,
debemos hacer previamente un taladro a la pieza superior para que la punta cruce a ésta con
facilidad y sin abrirla o rajarla. Según se indica en la figura, la resistencia del clavado será
bastante mayor que en B, pues en ésta las puntas entran por la testa y se salen con mayor
facilidad. Si queremos unir piezas, ambas por el plano, podemos poner puntas que pasen al
otro lado con el fin de reforzar la unión al doblarlas por detrás en la forma. Cuando
clavemos puntas en madera dura es muy posible que se nos doblen con facilidad, sobre todo
si son delgadas, por ello las daremos del centro hacia la punta con cera. Cuidaremos que las
cabezas de las puntas y la boca del martillo no se manchen con cera, grasa, aceite, cola, etc..,
pues si esto sucediera haría que resbalase el martillo sobre la cabeza de la punta, por lo que
el golpe no quedaría asentado y doblaríamos la punta con facilidad.
• Sacado de puntas.
Para sacar las puntas que posiblemente se nos doblen antes de entrar totalmente usamos
la tenaza o martillo de orejas. Con la tenaza colocada sobre un taco para no dañar la pieza
apalancaremos teniendo presente de hacerlo sobre la vertical del canto de la pieza inferior;
de esta manera no aflojamos las piezas que podían estar ya unidas en parte por otras puntas
clavadas totalmente.
• Tornillos
Los tornillos o tirafondos autorroscantes son piezas muy importantes para el trabajo de
la madera. Los tipos principales que podemos encontrar son: de cabeza plana, de cabeza
redonda y de cabeza gota de sebo. Asimismo tenemos los llamados de rosca de aglomerado,
que tienen rosca hasta cerca de la cabeza, de paso mayor que los primeros, haciendo estas
cualidades que sujeten mucho más, sobre todo en los tableros de aglomerado.
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• Tamaños
La forma es interesante tenerla en cuenta en cada trabajo que hemos de realizar, pero su
tamaño sí que tiene fundamental importancia. Se presentan en el mercado en varios
diámetros y longitudes. En las cajas aparecen dos cifras; ejemplo: 18 x 25. El 18
corresponde a su grueso, primera cifra, y la segunda, el 25 a su longitud. La longitud está
expresada en milímetros, por lo que en este caso tiene 25 mm.; pero el grueso está expresado
en calibre francés y corresponde a 18 tres milímetros de diámetro.
• Aserrado a mano
Con las sierras y serruchos despiezamos y aproximamos las piezas a las dimensiones
deseadas, acabando las superficies con las herramientas de labrar y pulir.
Para maderas blandas o poco secas utilizaremos sierras de pocos dientes por pulgada.
Para maderas secas o duras emplearemos sierras más dientes por pulgada, es decir, de diente
fino.
• Tipos de sierras.
• Cepillado manual.
La garlopa la cogeremos en la forma que indica la figura. Las pasadas que se den sobre
la superficie a labrar deben ser continuas, paralelas entre sí y paralelas al borde la pieza.
Cada pasada debe montar en la anterior. Para labrar una pieza a garlopa empezaremos
pro cepillar la parte que más superficie tenga denominada cara. Siguiendo por los cantos, a
continuación la contracara y por último los extremos o testas.
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Cuando cepillemos una pieza debemos hacer presión en la parte delantera del cepillo al
empezar la pasada, atrás y adelante cuando estamos en el centro y solamente atrás al salir de
ella.
CAJEADOS
Para hacer un cajeado se traza a escuadra en la cara y el canto de la pieza una línea de
centro. Se ajusta el gramil a la distancia y se traza sobre la línea. Esto proporciona la
posición de la medida del cajeado que se marcará con el formón o escoplo estrecho.
Coloque la cerradura con el centro del ojo nivelado en la línea y marque la puerta
alineada con el cuerpo de la cerradura. Ajuste un gramil al grueso del cuerpo de la cerradura
incluyendo la placa y trace sobre el canto de la puerta. De forma similar trace el fondo de la
cerradura en el dorso de la puerta. Esto le dará la posición y extensión de la madera que debe
eliminarse, haga una serie de cortes de sierra a través de la fibra tan profundos como lo
permita el trazado. La puerta debe sujetarse en el banco con gatos. Quite el sobrante con el
formón cortando hacia abajo en los lados y el respaldo, en éste último debe hacerse con
cuidado para evitar que se astille a lo largo de la veta. Saque de nuevo el sobrante.
Sitúe la cerradura en posición asegurándose de que el ojo está nivelado con el agujero y
trace los extremos de arriba a abajo con la cuchilla de marcar. Es de poca utilidad marcar los
lados de la placa, pues en esta fase la cerradura no puede introducirse hasta su posición
correcta. La forma más simple de trazar estos lados es emplear el gramil junto con una pieza
de desecho con las caras paralelas. Ajuste el gramil a la placa del canto con la pieza sobre la
puerta y trace; la pieza de desecho debe ser más larga que la cerradura.
• Sierras
• Sierra circular.
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La sierra circular está formada por un pequeño motor con empuñadura y plataforma de
apoyo. Se le puede colocar un disco de diámetro medio. Tiene protecciones para cubrir
dicho disco por la parte superior y otra telescópica por la zona inferior para proteger la parte
del disco que puede quedar al descubierto después de concluir un corte.
• Sierra de calar.
La sierra vertical o de calar, es una pequeña máquina muy útil para dar cortes a piezas
de no excesivo grosor, principalmente tableros aglomerados, de fibras, estratificados, chapas
de metal, etc.
La hoja de esta sierra es estrecha, unos 8 milímetros, y por ello permite dar cortes con
arcos de radio muy cerrados. Hay hojas con variados dentados para adaptarlas a cada tipo de
material que queremos cortar.
Esta máquina puede tener empuñadura, o también se sujeta cuando no la posee por e
mismo motor ya que es de diámetro reducido y se abarca con facilidad.
Con esta sierra hemos de oprimir sobre la pieza que estamos aserrando, ya que como
hace el recorrido de arriba a abajo nos la puede levantar al aserrar. Según podemos apreciar
en la figura, la placa de apoyo que posee es reducida pero suficiente para realizar los
trabajos a que fue concebida.
Puede tener un mando con tres o más posiciones para hacer oscilar la hoja adelante y
hacia atrás más o menos, con lo que también aumentaremos o disminuiremos el avance de la
máquina.
Diremos, que si el avance es menor, el corte queda más fino que cuando le damos un
avance grande.
• Lijadoras.
Principalmente, aunque hay otros tipos, vamos a estudiar las lijadoras portátiles de
banda y orbital.
• Lijadora de banda.
La lijadora de banda tiene, como su nombre indica, una banda o cinta de lija que
colocada sobre dos rodillos gira a forma de correa. Consta de motor, empuñadura, rodillos,
tensores, etc. Es una máquina simple pero de mucha utilidad. Es muy adecuada para lijar
maderas macizas. La cinta de lija alcanza en algunos modelos 690 x 110 mm. y la superficie
de lijado de 175 x 100 mm. Estas cintas se fabrican con grano de distintos gruesos. Su
manejo es sencillo; colocaremos la pieza a lijar sobre el banco y con la lijadora encima la
iremos pasando desplazándola lateral y longitudinalmente hasta recorrer toda la superficie.
No debemos parar el movimiento si no queremos que nos coma más de lo normal, pues si le
ponemos lija gruesa desgasta bastante en pocos segundos. Al lijar, la pieza tiende a ser
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desplazada hacia atrás por el empuje de la lija, siendo necesario que la apoyemos sobre un
taco previamente sujeto al banco.
• Lijadora orbital.
De vez en cuando, con la máquina parada, daremos suaves golpes a la lija para hacer
que caiga el polvillo que se pueda alojar entre el granulado.
• Taladros.
Máquinas de grandes aplicaciones son los taladros portátiles; ellos pueden ser de mayor
o menor potencia; de una, dos o tres velocidades; para una sola tensión o de bitensión.
Además de monofásicos y trifásicos. Cuando tienen mando para cambiar las revoluciones,
éste actúa sobre un mecanismo que influye en los engranajes, pues las vueltas o revoluciones
del motor son siempre las mismas.
Por otra parte, tenemos que añadir, que hay taladros con mando adecuado para
convertirlos en percutores, es decir, golpean intermitentemente al taladrar y es muy
interesante para realizar agujeros en las paredes, suelos de cemento, techos, etc. Todos los
taladros tienen portabrocas de tamaño proporcionado a su potencia. Un taladro portátil
pequeño puede admitir brocas hasta de 8 mm. de diámetro y los de tamaño mayor alcanzan
los 12 o más milímetros.
Para taladrar una vez colocada la broca deseada, haremos marcas con un granete para
centrar la broca al iniciar el agujero. Cuidaremos de taladrar recto, sin inclinar la máquina
lateralmente cuando la broca está dentro de la pieza. Si el agujero ha de ser muy profundo
sacaremos la broca algunas veces para que salga la viruta. Cuando taladremos paredes de
ladrillo o cemento, usaremos brocas especiales de widia, haciéndolo primero con una
delgada para pasar después otra más gruesa.
• Máquina ingletadora.
Para dar cortes transversales a distintos grados, podemos disponer de las ingletadoras.
Consta de mesa con dos planos a 90’ para colocar y apoyar las piezas. Dispone de disco
circular con motor y manilla de accionamiento. Está montado el disco sobre cabezal que
puede orientarse a ambos lados de 0 a 45’, con anclaje automático en 15; 22,5; 30 y 45
grados. Posee protección para tapar la mayor parte del disco.
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Colocada la pieza sobre la mesa y con el motor en marcha, elegido el ángulo de corte,
vamos bajando el disco hasta completar el corte.
• Herrajes.
Los tornillos autorroscantes o barraqueros tienen cabeza cuadrada y rosca de gran paso
afilada en la punta. Para roscarlo, basta con hacer un pequeño orificio para que inicie la
entrada y después girándolo con una llave adecuada irá entrando. Los encontraremos con
distintos diámetros y longitudes.
Tenemos otros tornillos, estos con tuerca, que su cabeza puede ser cuadrada o
hexagonal. Tienen rosca hasta casi la mitad de su longitud y al tiempo que se aprieta la
tuerca se puede sujetar con otra llave la cabeza para que no gire.
Todos estos tornillos pueden ser de hierro, de acero, o estar cromados en algunos casos.
Las dimensiones son variadísimas tanto en longitud como en grueso; la longitud se mide
sin contar la cabeza y su grueso viene representado en mm. y también pulgadas.
• Bisagras.
Una bisagra está formada por dos chapas metálicas denominadas alas. Están unidas o
engarzadas por un eje que deja articulación para facilitar el movimiento de las piezas donde
se coloquen.
o Bisagras planas. Llamadas también de librillo, las tenemos sin remates o con
remates en el eje. Las últimas se emplean principalmente para muebles,
aunque tenemos tamaños mucho mayores que se colocan en puertas de
entrada. Su colocación se puede hacer embutidas o por el plano sin embutir.
Las embutidas se encuentran en un cajeado que realizamos a las dos piezas
con tamaño de las alas y profundidad en cada lado igual a la mitad del grueso
de la bisagra cuando tiene las dos alas paralelas. Si las colocamos de plano la
cosa es más sencilla, pues bastará con presentarlas sobre las piezas con el eje
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justo centrado en la junta de ambas piezas, atornillaremos una y otra ala con
tirafondos de cabeza plana y de tamaño adecuado. También cabe la
posib ilidad de poder quitar el eje y de esta forma no es preciso sacar los
tirafondos para separar las alas.
• Pernios.
Son pernios, otras bisagras de forma distinta a las anteriores y que principalmente se
colocan en entradas de puertas o en ventanas.
Tenemos pernios planos, con alas redondeadas y no sirven para embutir. Se coloca de
plano y por la cara interior de las puertas. Es desmontable, es decir, tirando de una mitad
hacia arriba se separan las alas. El eje está fijo a una de ellas girando la otra sobre dicho eje.
• Cerraduras.
Las cerraduras son los elementos que cierran y aseguran las puertas y cajones en los
muebles, las puertas de entrada y habitación, etc.
Tienen llaves distintas que al girarlas hacen se deslice un pestillo que va a ser el que
haga la sujeción sobre el armazón de un mueble y marco en una entrada.
Estas cerraduras se presentan con distintos anchos, siendo la medida que interesa la que
tenemos del centro de la llave al borde de la puerta.
• De embutir.
Con la manilla accionamos el picaporte y con la llave el pestillo. Algunos modelos con
la misma llave se puede abrir también el picaporte. Para puertas que no es preciso trancar
con llave, disponemos de modelos que solamente tie nen manilla. A estos modelos se le
puede girar el picaporte para que el chaflán quede invertido y hacerlas valer para puerta
izquierda o derecha indistintamente.
Para embutirlas debemos realizar cajas adecuadas en los cantos de las puertas y con
dimensiones propias para cada modelo. Al mismo tiempo haremos por las caras los taladros
oportunos para la llave y manilla y ellos a las distancias que pida cada tipo.
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Su colocación se realiza imprescindiblemente por el interior. Puesta a altura adecuada se
marca el taladro que ha de alojar al bombillo de la llave con distancia y diámetro ajustado al
modelo. La sujeción se hará con tirafondos.
• Manillas.
Constan de dos piezas unidas por un cuadradillo, que pasando por el orificio de la
cerradura atraviesan la puerta, para que al accionarlas con la mano hagan entrar y salir el
picaporte.
Tenemos manillas sencillas con más o menos adornos. Podemos colocar manillas que
llevan escudo acoplado. Estas manillas están sujetas al escudo y las tenemos a juego de dos
en dos, es decir, son idénticas por la cara del exterior que el interior. De manilla a manilla
pasa una barrita de sección cuadrada que será la que mueva el picaporte.
• Orden de reparaciones
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