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Mi filosofía de vida.

Cuando yo tenía 11 años, he iba a pasar a sexto año de primaria, había una maestra que se llama
María Esperanza Nava Vargas, el cual le tenía mucho miedo ya que era la maestra más regañona
y gritona de la escuela, de hecho, no necesitaba micrófono para hablar en todo el patio. Yo le insistí
mucho a mi mamá para que me cambiara de escuela, pero como ella impartía clases ahí, no quiso
e ignoró mi petición.

Al entrar y transcurrir sexto año, fue una de las experiencias más significativas que he tenido
en mi vida, porque enseñaba todos lo contenidos de una manera muy interesante y amena, no
dejaba de ser la misma maestra regañona y gritona; pero sólo lo hacía con los alumnos que lo
necesitaban. Fuera no eso, su manera de ser, de expresarse y de darnos clase, fue lo que me inspiró
a ser maestro.

Enseguida, entre a la escuela secundaria donde poco a poco mi inspiración que nació años atrás
se fue puliendo. Egresé fascinado de todos mis maestros y directivos de dicho plantel, ya que
consolidaban un buen equipo de trabajo y abundaba la humanidad en ellos; a parte de que sus
asignaturas las impartían de manera excelente, lúdicas y atractivas.

Fui ahí donde decidí de manera permanente que mi lugar es un salón de clases, además fue
donde adquirí todos los conocimientos básicos que sé hoy en día. Aprendí muchas estrategias de
estudio, ser organizado en cualquier aspecto, conocimientos esenciales de matemáticas, español,
ciencias, entre otras asignaturas y a exponer; aprende el miedo de hablar en público y
desenvolverme de manera práctica enfrente de un grupo.

Reitero que mi educación secundaria fue la base de lo que soy hoy en día, académica y
socialmente, ya que desde que tengo memoria, yo era tartamudo y me costaba expresar de manera
verbal, algo sencillo. Dentro de la escuela adquirí diferentes habilidades que permitieron la
construcción de mi identidad y de mi seguridad, al igual que mis amistades, que influyeron de
manera positiva en ello.

Todo lo anterior, es lo que comparto con mis alumnos al momento de dar clase, soy muy bueno
a organizar la información en mapas conceptuales, mentales y esquemas que permiten la síntesis
de un texto, ubicando lo más relevante. También el exponer un tema de manera atractiva, utilizando
mis gestos, mis manos y mostrando interés en ello, atrapando a los alumnos y recreando en sus
mentes los sucesos expuestos. Finalmente, el crear un pensamiento crítico en mis alumnos, no sólo
en matemáticas, sino en al ámbito social, político y familiar; todo ello siempre acompañado de una
linda sonrisa, apoyo emocional y académicamente, así como una relación amena, agradable y
risueña, que es lo que me caracteriza.

Y mi intención como docente es esa, crear seres humanos críticos en ellos mismos y en los
demás, que sepan relacionarse sanamente, que destaquen en el lugar donde estén y sean los
mejores. Que adquieran los conocimientos, habilidades y destrezas básicas que los ayudarán a
enfrentar su contexto próximo.

Me gusta mucho lo que hago, me apasiona y nunca lo dejaría por nada, desde que tenía 12 años
impartía clases particulares en mi casa, después en una escuela primaria y actualmente en
secundaria, y jamás me he enfadado ni quejado, ya que yo elegí esto porque me gusta. Y a lo largo
de todos esos años he estado cambiando mis técnicas de enseñar, siendo que lo nuevo que conozco,
lo añado a lo que ya sabía, lo mezclo y modifico a mi estilo de trabajo.

Unos de mis grandes retos actualmente, es crear mi propio material didáctico para trabajar
matemáticas, crear manuales de trabajo atractivos, lúdicos e interesantes que lleven a los alumnos
a crear aprendizajes significativos en ellos. Material que se utilizaba en las épocas coloniales y de
conquista, como el recorte, pintura, obras teatrales, dibujos, representaciones, entre otros; que hoy
en día se deja a un lado por seguir un método tradicional que corta la creatividad y el ser de los
alumnos.

Para concluir, resta señalar que todo lo he aprendido en mi vida, fue gracias a los maestros y a
las maestras que me acompañaron siempre en mi paradero, así mismo quiero estar yo enfrente, de
las futuras generaciones para enseñar lo mismo y más; a dejar en ellos que todos somos
importantes, productivos y excepcionales, que podemos hacer lo imposible posible, si creemos en
nosotros mismos. Mi filosofía de mi vida siempre ha sido: yo soñé por estar aquí y aquí estoy.

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