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ESTAMPAS FOLCLÓRICAS DE GUATEMALA

Danza de los micos


En la historia, unos hermanos gemelos se convierten en monos como castigo
por la envidia que sentían por sus hermanos mayores. El baile cuenta con un
poste de 35 pies erguido delante de una iglesia; el bailarín que interpreta a uno
de los micos debe equilibrarse en un pedazo de cuerda atado entre el poste y
la iglesia.

La Danza de los Micos fue fundada el 7 de diciembre de 1967 por Vicente Pérez
Barranco, un nativo de La Guajira que desde pequeño se mudó con sus padres
a Barranquilla. Vicente se enamoró del Carnaval y empezó a disfrazarse desde
los nueve años. Es una danza basada en los movimientos de los primates, es
considerada tesoro vivo de la fiesta, única en su especie, es considerada
especial por tener baile, música y coreografía tradicionales de la región Caribe.
Está conformada por niños vecinos del barrio El Ferry, entre los 3 y 15 años de
edad.

Danza ritual de los mayas que narra la historia de la creación del hombre sobre
la faz de la tierra, según el libro Pop Vuj, libro sagrado de los mayas Kichés. Los
Micos son parte de la segunda generación de la creación del hombre de madera
que resultó malo, ya que no reconocía al creador, entonces llovió fuego del cielo
para ser destruidos, los pocos que lograron escapar huyeron en las montañas,
se subieron en los árboles y por misericordia del creador fueron convertidos en
micos. Por otro lado, cuando Hun Batz, Hun Chowen fueron convertidos en
Micos y se quedaron sobre los árboles por misericordia del creador, por su
maldad con sus hermanos Junahpú-xbalanqué.
La danza de los micos tiene que ver con la historia de unos hermanos. Estos
hermanos nacieron en el mismo parto Pero ellos no eran los únicos que había
engendrado su madre. Pues los gemelos formaban parte de una familia
numerosa. Cuenta la leyenda que ellos fueron condenados porque sintieron
envidia por sus otros hermanos. El castigo de los micos fue la transformación de
su fisionomía. Los micos se convirtieron en monos.

El baile de los micos es realizado al frente de la iglesia. El bailarín danzará con


gran equilibrio sobre una cuerda que estará atada desde la iglesia pueblo a una
barra o columna de 35 pies aproximadamente. El disfraz de los Micos y Micas
está conformado por un enterizo de pantalón y camisa marrón, una máscara
hecha en papel maché, una cola y, para las micas, una falda.

La coreografía de los micos consiste en movimientos libres. No tiene parámetros


establecidos. Los participantes de la danza imitan los movimientos y el sonido
de los primates en su hábitat natural, además de hacer bromas al público.
Danza de la conquista
El Baile de la Conquista es una escenificación drama-danza de finales del siglo
XVI, introducido por los frailes dominicos tras la Conquista de Guatemala. Este
baile está basado en el baile de Moros y Cristianos y fue un medio didáctico
que utilizaron los religiosos para que los indígenas pensaran que la Conquista
de Guatemala había sido posible gracias a fuerzas espirituales que, superiores
a ellos, acompañaban y protegían a los españoles.
Este baile comenzó a practicarse en el occidente de Guatemala a partir del siglo
xvi poco después de la conquista. Fue elaborado por los frailes dominicos, para
facilitar el proceso de catequización de los indígenas.
En el siglo xxi, se representa en el altiplano central y occidental del país, así
como en algunos departamentos de la costa sur.

Del baile de la Conquista existe un manuscrito, escrito en versos y en español.


En el texto se describe la conquista de los indígenas k'iche's por los españoles.
El argumento inicia con la llegada de los embajadores españoles ante el rey
K'iche'. Preocupado por la invasión de sus tierras, el rey pide el apoyo del
gobernador de Xelajú, Tecún Umán. Finalmente, se lleva a cabo el
entrenamiento entre los dos ejércitos que culmina con la lucha cuerpo a cuerpo
entre ambos jefes, Pedro de Alvarado y Tecún Umán. En esta batalla resulta
muerto el héroe quiché. Su sucesor declara el fin de la guerra y acepta la
conversión al cristianismo.
1. Visita de los embajadores españoles -Francisco Carrillo y Juan de León y
Cardona- al palacio del rey k'iche'.
2. Aparición de Tecún Umán como jefe de los ejércitos
3. La muerte de Tecún Umán en la batalla con Pedro de Alvarado.
4. El llanto de brujo.
5. El entierro de Tecún y la conquista, simboliza el triunfo fe de los
conquistadores frente a los k'iche's.
6. Finalmente el pueblo k'iche' se convierte al cristianismo
Aparentemente, este baile representa una adaptación del tema de la danza
española de “Moros y Cristianos”.
En este baile participan 19 personajes divididos en tres grupos:
los oficiales españoles con don Pedro de Alvarado a la cabeza, los caciques
indígenas dirigidos por Tecún Umán y la familia real Quiché. Los bailadores se
disfrazan con trajes de colores vistosos, armas y máscaras elaboradas con
madera, que se alquilan a morerías (Talleres especializados), encargadas de
surtir a todas las comunidades que realizan estos bailes. La posición de los
actores es la siguiente:

 Al centro: Rey Quiche, dos príncipes y dos princesas o malinches


indígenas.
 Primera fila: Tecún Umán, Huitzitzil Zunun, Chávez, Tepe, Saquinuj, Ixcot
y Ajis o Ajtiz.
 Segunda Fila: Pedro de Alvarado, Francisco Carrillo, Juan de León y
Cardona, Pedro de Portocarrero, Francisco Calderón, Lorenzo Moreno y
Orijo, Quirijal o Quirijol.
Los indios y los españoles utilizan máscaras con piel rosada y bigotes. Sin
embargo, las máscaras de los españoles tienen el rostro serio, mientras que los
indios van sonrientes. El traje de los españoles consiste en pantalones cortos,
chaquetas de terciopelo morado y botas negras; su pantalón es rojo, con dos
cintas negras a los lados, y llevan correaje y espada. Finalmente, portan
máscaras rosadas con cabellera rubias y en la cabeza llevan sombreros de tres
picos.
Danza de la serpiente
Esta tradicional danza es más antigua que la misma ciudad de Santa Cruz del
Quiché. Constituye uno de los legados vivos de nuestros antepasados K’iche’s.
Sus orígenes son anteriores a la invasión española, se resalta este dato pues la
mayoría de las danzas, como la Conquista, los mejicanos y el Torito son de
origen colonial.
Durante la época colonial fue presentada en diferentes épocas del año,
relacionadas con eventos importantes del Calendario Astronómico Maya K’iche’.
Se hace acompañar de una marimba de tecomates, la cual interpreta sones de
origen K’iche’, compuestos por cuatro tonos armoniosamente combinados.

En la danza participan originalmente un promedio de 16 bailarines. La


vestimenta es realmente sencilla, improvisando en su mayoría ropa de diario, las
máscaras son talladas en madera y se destacan por solo utilizar dos colores:
negro y blanco.
En la presentación de la danza se identifican dos grupos parados en líneas
paralelas frente a frente, dentro de los personajes, todos masculinos, existe una
sola mujer llamada popularmente la Margarita. El baile se desarrolla con un
seguido coquetear de la Margarita con todos los danzantes, sin que le haga caso
a ninguno. Todos los demás participantes tratan de conquistarla con maromas,
desmanes, comicidad etc.
Dentro de la danza el punto cúspide es el momento en que es mostrado al
público un puñado de serpientes que son traídas de la montaña. Estas
serpientes, son buscadas con días de anterioridad, se realizan diferentes
ofrendas a manera de permiso a las energías del cosmos, para recibir la
autorización de tomarlas de la naturaleza; cuando se encuentra una, es llevada
ante un Aj Q’ij, para que el, a su vez, la presente al Señor Mundo y de esta
manera garantizar que las serpientes no ataquen a los danzantes.
Las serpientes serán encargadas a una persona llamada “pastor” quien se
encargará de sacar a la grama a las serpientes y alimentarlas, así como
garantizar su regreso al mismo lugar de donde fueron tomadas.
Durante la presentación de la danza, las serpientes son presentadas al público
por los bailarines, siendo sacadas de unos Coxes o jícaras grandes. Si las
serpientes son tomadas por la mujer, los demás personajes gritan: ¡Viva, viva la
señora!
Cuando las serpientes son tomadas por uno de los personajes principales, este
las mete desde el cuello de su ropa a su pecho y grita: ¿Dónde está la fortuna,
amigo…? A lo que contestan los demás danzarines en coro: ¡Ya se jué pa la
montaña…!
Originalmente la danza terminaba representando un acto sexual con la
Margarita, por parte de uno de los miembros del grupo ganador, pero este fue
prohibido por la iglesia a finales del siglo XIX.
Con el posicionamiento de las Fiestas Elenas a finales de mil ochocientos y
principios del novecientos, la danza fue integrada a las actividades de la Cofradía
de Santa Elena para darle más llamativo a las fiestas.
El Baile de la Culebra, realiza un papel muy importante hasta el día de hoy, pues
son los encargados de escoltar la procesión de la santa desde su capilla hasta
el altar donde será venerada durante los días de la fiesta, es importante
mencionar que antiguamente también los miembros del convite participaban en
la procesión, dejándose hasta hace algunos años de practicar.
Al día de hoy, el Baile de la Culebra constituye uno de los patrimonios culturales
de nuestra noble Ciudad de los Eternos Celajes.
Danza del venado
El Baile del Venado es una escenificación drama-danza de finales del siglo XVI,
introducido por los frailes dominicos tras la Conquista de Guatemala. Este baile
fue un medio didáctico que utilizaron los religiosos para que los indígenas
celebraran a la Virgen de la Concepción.
Seis monteros alaban a la Virgen María y le agradecen por su Inmaculada
Concepción; de dos en dos van cantando alabanzas a la Concepción, y se van
retirando en parejas luego de concluir sus respectivas alabanzas, mientras el
resto interpreta una melodía.

Cuando concluyen con sus alabanzas, deciden partir en busca de un venado, al


que van a cazar con la ayuda de los flechas y de dos cachorros que llevaran;
tras relatar en voz alta sus planes, parten en busca del venado. Pero no todos
parten. Uno de los monteros es de edad ya avanzada y se queda quejándose de
sus achaques en las piernas diciendo que sí va a ir tras el venado, mientras sale
su esposa, alabando la fiesta de la Concepción con un chichiguite lleno de
comida, saludando a varios santos y a las mujeres que pasan. Cuando el
montero anciaro mete la mano en el chichiguite para sacar comida, la mujer
monta en cólera y le reclama que aunque está achacoso, no ha perdido el
hambre.
Pero después del enojo, la mujer y el montero ya anciano se sientan a comer y
a beber licor que llevaba ella, y ya en la celebración se ponen de acuerdo para
que no los vean los guardias, para que no los lleven a prisión por estar
bebiendo licor clandestino.
Huyendo de los cachorros de los monteros, el venado habla en español y pide
disculpas a la Virgen de la Concepción, pues sabe que es la ofrenda para
celebrar a la Virgen María, y se considera muy poca cosa. Por su parte, los dos
cachorros que llevaban los monteros para cazar al venado también hablan, y se
quejan de los maltratos que reciben de sus propietarios y suplican a la
Concepción por su ayuda.
Los capitanes españoles hablan sobre la celebración de Concepción y como los
cachorros no han podido cazar al venado, deciden ir a visitar a un Viejo indígena
que vive en las montañas y que tiene unos perros bien entrenados que podrían
servir para enseñarles nuevos trucos a los cachorros, además de que es experto
en colocar trampas para venados. Al llegar a la casa del Viejo, la esposa de éste
le reclama a los españoles el por qué de su arribo sin anunciarse y con gran
alboroto, a lo que los españoles le responden que necesitan que les haga una
trampa y les piden la bendición, la que al fin les da, pues es sordo y no entiende
lo que le estaban pidiendo.

El Viejo captura al venado, que pide su captor que le pemita despedirse de los
montes donde vivía y se divertía, pero también está agradecido con la
Providencia, pues ha de servir para celebrar la Concepción de María; uno de los
capitanes españoles da las gracias al Viejo y pide una corona para la Virgen de
Concepción y una mitra para el cura de la parroquia por su buena labor.
El Venado se despide de la concurrencia pidiendo disculpas de las faltas de los
actores y pidiendo salud y prosperidad para los presentes.
Danza de la Chatona
La Chatona es un personaje tradicional de gran relevancia, causa emotividad en
las fiestas populares, en ferias patronales de Petén. Es una inmensa mujer, de
rostro risueño, construida de palitos y forrada de cartones, a la cual se le ponen
largos vestidos de tela llamativos y extravagantes, a demás se le colocan
collares, aretes, una cara muy bien pintada y larga cabellera. Sus brazos flácidos
se mueven al ritmo del baile. Una persona dentro de ella es la que la baila en el
espacio vacío dejado para tal fin; tiene su propia canción y baile.
Constituye un hecho folklórico y tradicional, procede desde hace muchos años,
está vigente, es popular, colectivo, no institucionalizado y funcional. Las
Chatonas originales construidas en Petén son altas, de más de 2 metros se lea
asocia con la X’tabay y la Mojiganga, las cuales eran mujeres-espanto que
asustaban a las personas de conducta irregular o de mal proceder, como los
“bolos” (alcohólicos) o las infieles (adúlteros).

En la actualidad se le asocia con doña Marina o La Malinche, la “india mejicana”


que le fue regalada a Cortés por un cacique de rango. Esta mujer causó mucho
daño, tanto a los nativos mejicanos como a los antiguos peteneros, ya que
acompañó a Cortés en su viaje a Petén cuando pasó rumbo a Honduras en 1525.
El miedo que causó esta mujer al lado de los españoles, por sus grandes
atrocidades, dio lugar a que se dijera: “Allí viene La Malinche”, para infundir
temor. En Petén, aún suena cierta música de La Malinche y el Baile de Cortés.
Existe otra historia sobre el origen de La Chatona y que enriquece nuestro
folklore al otorgársele su origen en el municipio de San Andrés. Según esta
referencia, llegó a Petén una mujer procedente de la parte sur oriental,
posiblemente de Tenosique, Tabasco; era muy alta, trabajaba de cocinera en
los campamentos chicleros en tiempos del auge de la explotación del árbol de
chico zapote o del “Oro Blanco”. Alrededor de la industria del chicle, subsistió
económicamente, la población petenera a través de un siglo. Esta mujer se
estableció en el municipio de San Andrés. En la época de la temporada chiclera,
permanecía en los diversos campamentos, pero en el tiempo de la “baja” de los
chicleros y la consecuente estadía en el poblado, su diversión era ingerir
aguardiente. Según relatan los antiguos moradores de San Andrés, esta famosa
cocinera le gustaban los bailes y juegos con los niños, además de fabricar
dulces, melcochas, buñuelos, así como otras golosinas y comida de la
gastronomía petenera. Este personaje es recordado por su nariz achatada.
En cierta ocasión, la Chatona subió al monte a proseguir con su trabajo de
cocinera en la chiclería, pero ya no regresó, se cree que sufrió la mordedura de
una serpiente. En su recuerdo, un chiclero construyó una inmensa mujer de
palitos y bejucos, en cuyos gestos revive su rostro alegre. No falta un “bolito”,
que acompañe a La Chatona en el baile. La primera Chatona, es atribuida a
don Sabino Castillo, originario de San Andrés. Don Estanislao Aldana (don
Tanish), oficial del ejército en esos días, establece el paseo de la Chatona, por
las calles de San Andrés, en actividades especiales y ferias.

Se exhibió por primera vez en las calles de Flores Petén, durante la Feria de
1927. Según informe de doña Remedios Góngora de Castellanos de 87 años,
fue don Sabino Castillo quien la fabricara para su padre, don Pedro Góngora, en
su día de celebración, durante la Feria Patronal Departamental. Don Andrés
Zetina, construyó la primera Chatona en ciudad Flores Petén, le siguieron Don
Tashito Montero, don Chema Berges, don Cruz Reynoso y otros. Actualmente,
es el nieto de don Tashito, Julio Rodríguez, de sobrenombre El Cuache, el
encargado de fabricar chatonas, vacas ciquitraqueras (Triquitraqueras),
castillos, globos, etc.
Esta canción refiere claramente el papel que jugó y que en la actualidad, juega
la Chatona. La Chatona cambia de cara, vestido, atuendos, peinado; existen
chatonas brinconas, rítmicas, ebrias, destartaladas y elegantes, dependiendo
quién la baila, la construyó o según, los atuendos que utiliza.
Danza de los moros y cristianos
Son dos filas de personas que bailan y chocan sus machetes, una viste de
color celeste, la otra, de colorado: representan el Baile de Moros y Cristianos.
Se mueven entre gran cantidad de cohetillos que estallan casi bajo sus pies.
Con evidente placer desafían las detonaciones y las chispas de los juegos
pirotécnicos y de los numerosos Toritos, durante los tradicionales rezados en
honor de la Inmaculada Concepción y del Señor de Esquipulas, en diciembre y
enero, de diferentes parroquias de la capital.
“El baile simboliza la lucha entre el ejército musulmán que profesa la religión
islámica, vestido de rojo, y el ejército español cristiano, con traje celeste, que
vence para lograr la propagación del catolicismo en esas regiones y
posteriormente en América”, explica Mario Antonio Lorenzo, de 51 años,
cofundador y director del grupo de Moros y Cristianos.

El Grupo Folclórico Amistad surgió en 1982 en la colonia Guajitos, zona 21, lugar
donde se celebra con mucha devoción el Día de la Virgen de Guadalupe, patrona
de esa parroquia.
Don Concepción Lorenzo Gómez, quien falleció hace 12 años, padre de Mario
Antonio, y otros entusiastas parroquianos, como los hermanos Ricardo y Pedro
Xoná, Manuel Rodríguez y Arturo Rivas, tuvieron la idea de formar el grupo de
baile inspirado en uno similar que participaba en los festejos patronales de la
parroquia Las Charcas, de la zona 11 de la capital.
Para sorpresa del grupo no fue difícil conseguir el apoyo de jóvenes a quienes
les gustaba el baile y, sobre todo, se atrevieran a vestir la vistosa indumentaria
que los identifica.
El traje
Cada integrante da su toque personal al vestuario. Consta de pantalón y camisa
de manga larga, capa bordada o con cromos de la Virgen de Guadalupe, y
figuras de papel brillante, como estrellas, la Luna, el Sol o ángeles. Llevan
calcetines hasta la rodilla y dos pañuelos, uno cubre la cabeza y otro la cara para
protegerse del fuego, humo y explosión de los cohetillos.
Algunos usan caballera larga y encima corona de cartón forrado de papel
brillante o de latón forrada con bricho de colores. Se colocan algodones en los
oídos para aislar el estruendo de los juegos pirotécnicos. No usan máscara como
en las danzas tradicionales, sino se pintan bigote y barba. Portan un machete en
sustitución del sable o espada, arma medieval de combate, y, como dicta la
moda actual, la mayoría de bailadores usa zapatos deportivos. Todo el atuendo
tiene un precio aproximado de Q400. Precio accesible si se compara con los
fabricados en morerías cuyo precio promedio es de Q5 mil.
Por devoción
El 12 de diciembre último en la celebración de la Virgen de Guadalupe, en
Guajitos, Lorenzo reunió a 320 bailadores. “Las madres de los jóvenes
preguntan ‘¿qué se necesita para que mi hijo participe?’. Yo contesto: voluntad,
servicio, devoción… ¡Ah, y mandar a hacer su traje!”, cuenta Lorenzo.
“Participo para cumplir una promesa que le hice a la Virgen María de bailar siete
años para agradecer que salvó la vida de mi hija cuanto tenía 8 meses”, expresa
Mario Toc, 29, técnico en refrigeración.

Toc está a punto de cumplir con lo ofrecido. “Seguiré bailando toda la vida”,
rectifica con convicción. “Bailé durante 20 años”, comenta María Dolores Leiva,
66, la primera mujer que integró el grupo. “Ahora acompaño a mis hijos que
bailan y por el recuerdo a mi hija Vidalia, que murió hace 14 años. Ella me pidió
que no abandonara esta tradición”, agrega. José Francisco Echeverría, 18, quien
se graduó de bachiller este año, baila para agradecer a la Santísima Virgen el
haber curado a su madre, quien padecía migraña. “Ofrecí esta tradición, si se
curaba, agradecer bailando, y ella sanó”, asegura.
Danza de Guatemala Mah Nim o danza de los guacamayos
Este baile, inicia el 30 de abril a partir de las 9 de la noche con distintas
actividades, primero se hace una pequeña ceremonia para despertar a las
máscaras, ya que tuvieron un año de descanso y se requiere que sean
despertadas, seguidamente se hace el wa’tesink (dar de comer). En ese
momento se mata un gallo, en honor de las mascarás, se cocina y luego ya
cocido se les da de comer a las máscaras, pasándoles la carne en los labios; así
también, se les da de beber “b’oj”, a media noche, inician su camino rumbo al
calvario, su lugar sagrado donde empiezan a bailar, sin embargo no debe haber
ningún otro baile (venado, moro, etc.), pues esto las hace enojar y las mascaras
empiezan a pegar con látigos. Una vez han bailado en el calvario, bajan a la
iglesia catedral (05:00 horas), desde donde empiezan a llamar a su gente con
trompetas y tun, acompañados de bombas y cohetes; salen de la iglesia con
destino al lugar donde se encuentra la Virgen de Santa Elena (06:00 horas),
luego a la Cofradía de Santa Cruz.

Origen de este baile: Cierto día un personaje llamado Mama’ Mun, con su
esposa Pet Mun, fueron a las montañas en busca de comida; a cazar venados,
tepezcuintles etc, sintiendo que les sería difícil cazar con su pequeña hija
llamada Princesa, la dejaron por un momento en una cueva, (Peñas Altas que
es en donde se construye el primer pueblo de Santa Cruz) y se alejaron. Al
regresar a la cueva, ¡cuál fue su sorpresa! ya no estaba la niña, entonces
recurrieron a instrumentos musicales como el tun, trompetas y el su’ para llamar
y pedir ayuda. Aparecieron los grandes guacamayos que les preguntaron: ¿a
dónde van?, ellos contestaron: “perdimos a nuestra hija y necesitamos
recuperarla”; los guacamayos dijeron: “te ayudaremos a encontrarla…” acto
seguido, empiezan a danzar a modo de hacer mucha bulla, para que se les
presentara el hombre que había cometido el robo. En ese momento los
guacamayos girando entre unos grandes bejucos, señalaron el camino hacia
donde se encontraba la niña, pero la hallan bajo los pies de un personaje llamado
K’iche’ Winaq. En los labios de K’iche’ Winaq se veía sangre de la pequeña
Princesa, en ese momento agarran a K’iche’ Winaq (los guacamayos y los
padres de la princesa). De pronto empieza la pelea entre el Jicaque, los
guacamayos y el cacique, en disputa por la niña.

Aparece la mujer que grita de dolor por lo sucedido a la niña. Luego de la


prolongada lucha logran agarrar al jicaque, lo destrozan, reparten toda la carne
y la sangre en venganza de su niña. Pet Mun recibe la sangre de K’ichee’ Winaq
en un sombrero, la vierte en el cerro, en todas las piedras y árboles que se
encontraban a su alrededor. Luego de haber repartido la carne los guacamayos
se retiran con el son del tún y trompetas.
Esta historia nace en Rabinal, pasando por najkitob y chik’ajab’, tiene asiento
en el lugar denominado ajwal chi so’s, y según los habitantes este retumba con
los cantos de los guacamayos cada veinte días.

Integrantes. Mama’ Mun, Pet Mun, K’iche winaq, Primer Xajel ak’ach, Segundo
Xajel ak’ach, Aj Sib, Trompetista de primera voz, Trompetista de segunda voz,
Aj tun, Aj eeqom tún.
Danza de los diablos
La cosmovisión maya, surtida de varios elementos religiosos junto con el
dualismo “bien y mal”, tiene creaciones y configuraciones dentro de su propio
marco de creencias, el cual se enriquece, se ha mantenido digno de
investigación y estudio hasta hoy.
Por ejemplo, los espíritus del mal que habitan en las entrañas de la tierra, tienen
su espacio en la cosmovisión maya. Los catequistas de la época de la conquista
se aprovecharon de ello, dando nombre a los espíritus malignos: los siete
pecados capitales, las siete virtudes y un diablo mayor.

Esta danza considerada mitológica por los personajes que intervienen, es en la


vida real una costumbre bien identificada con todo el pueblo de Guatemala. En
todos los hogares, cuando alguien de la familia sufre un susto, mas si se trata
de un niño, lo llaman “mal de espanto” o simplemente “susto”; para curarlo se
busca una mujer diestra en el oficio, en la “costumbre”, se conoce como
rezadora, durante el acto se quema copal. Esta danza es una costumbre
Q’eqchi’ puede verse el siete de diciembre con la quema del diablo,

La danza es un espectáculo único en América, en esta actúan 13 actores, cada


uno representa una enfermedad o vicio; también es interesante el nombre de
algunas mujeres: Ixtab’: la mujer del mecapal; Kob’et: la lujuria; kaqal: la envidia.
En algunos hombres los nombres son enfermedades, laj puch: el hinchado;
raxkamk: el infarto cardíaco; Chili’: la diabetes, luego hay dos personajes que
visten calaveras o esqueletos, kamenaq que significa e identifica a los
“alguaciles de Xib’alb’a”, quienes están prestos a jalar al que se está muriendo;
luego el personaje principal laj xik’ o ma’us aj winq (el vampiro), que es el
murciélago, causante de muchas enfermedades y muerte en los niños de pecho.
La leyenda de la derrota de Xib’alb’a nació en el área Q’eqchi’, por los nombres
de los héroes mitológicos Junajpu e Xb’alanke, los gemelos que con su magia
engañaron en el campo de pelota a los señores de Xib’alb’a.

Una interpretación científica de la leyenda, arroja las siguientes referencias: “los


murciélagos son el 42% de los mamíferos de Alta Verapaz, existen 3 tipos: los
que chupan sangre y los que se alimentan de polen e insectos. Hace miles de
años cuando surge la leyenda, los estudios concluyen que por tanto tiempo, la
acumulación de gusano en grandes cantidades sufre transformaciones, tanto en
putrefacción como en otros procesos operados por el tiempo y las reacciones de
los elementos naturales. Seguidamente, a través de su descomposición, se
produce “metano”; la hipótesis del origen de la leyenda enfatiza: una descarga
eléctrica de tipo atmosférico, prendió fuego a ese gas, con el fragor suficiente
para quemar millones de vampiros. En las alas del fuego pirotécnico se colocan
bombas que estallan estruendosamente, se hace para simular centellas, también
no faltan los canchinflines, el “son” de esta danza es especial en armonía y
sonoridad, se le nombra: “Son de la quema del diablo”.
Después de que cada uno de los personajes habla su parte que le toca,
interviene el diablo mayor, quien después de pronunciar su parlamento, invita a
todos a que se quemen con él en el infierno, momento justo en que se prende
todo el arsenal pirotécnico.
Danza del torito
La danza del Torito Pinto es un baile característico del género folclor en las
regiones de territorio mesoamericano, esto especialmente en Guatemala,
Honduras, El Salvador, y Nicaragua y algunos sectores el sureste de
México,influenciados principalmente por rituales y tradiciones de la cultura
maya-pipil y lenca junto a otras de origen española desde tiempos de la
colonización de América
Su práctica es muy antigua, se considera que proviene esencialmente de
algunas regiones del este de Centroamérica, y muestra claramente la evolución
efectuada en dos culturas (indigena y española) al fusionarse en un proceso de
mestizaje. Se distingue la supervivencia de la melodía indígena en algunos
especímenes, pero vertida al ritmo cortesiano.

En el siglo XIX, el escritor americano y sacerdote francés Brasseur de


Bourbourg, al publicar las danzas recogidas en Nicaragua, les dio el título de:
Aires indígenas con acompañamiento español, siendo esta una de las primeras
referencias acerca del fenómeno cultural.
Uno de las danzas del Torito Pinto mas conocidas a nivel internacional se lleva
a cabo en territorio salvadoreño, específicamente en el poblado San Antonio
Abad, del departamento de San Salvador, que celebran la fiesta del Patrono del
Pueblo en la octava del día de San Antonio Abad, pues la propia fecha se celebra
en el pueblo de [[Cuscatancingo].
Integran el grupo de baile del torito un bailador ágil, que se mete asegurado a la
cintura un armazón que simula la forma de un torito, forrado de tela pintada, con
la cabeza de cartoncillo encolado y pintado de cualquier color, generalmente
rojo. El torito baila de forma muy original, lleva un ritmo cadencioso y elegante
en compás de 3/4 y hace alarde de piruetas y agilidad imitando la nerviosidad
de movimientos del gallardo cuadrúpedo, cuando es lidiado en una corrida.
El pinto y el tambor acompañan el baile con un son, en ritmo de seis octavos
muy picado y movido; la melodía es de lo más sugestiva y animadora,
despertando en el oyente un entusiasmo y alegría inmediatos al escuchar
música con influencia española. Es una danza cerrada en forma circular; ni un
solo momento a pesar de las toreadas del grupo o las embestidas del torito,
pierden el paso ni el estilo cadencioso y cerrado de la danza.

El Torito Pinto, loco también se caracteriza por ser un atractivo 'juego' durante
las fiestas patronales o fiestas municipales a lo largo y ancho de muchas
regiones de Mesoamerica, esto especialmente más arraigado en los ubicados
en El Salvador y Nicaragua. Se utiliza una armazón cargable de madera de
bambú y/o madera tradicional adornada con coloridos papeles cubriendo partes
de la estructura y en la parte frontal superior una figura de cartón que simula la
cabeza del toro. La estructura además se rellena de diversos juegos pirotécnicos
y pólvora.
Tradicionalmente; después de la procesión del santo, de la Misa Patronal, del
convivio municipal o comunal, presentación artística o algún otro evento que sea
motivo de fiesta, los asistentes al evento van por la noche a un espacio abierto
donde la banda del pueblo, la mesa del atol shuco (bebida mas popular en
territorio salvadoreño), y los Toritos Pintos están preparados (comúnmente
afuera de la iglesia principal o la plaza central), se apagan las luces y la banda
toca la pieza tradicional según la región en donde se encuentren, entre ellas se
pueden mencionar "El Son del Torito" o "Ahí viene el Torito Pinto" (ambas
versiones provenientes de las fiestas de los pueblos Nonualcos, principalmente
en San Pedro Nonualco y de San Antonio Abad, ambos en El Salvador), se
enciende la pólvora que esta en el torito que cargan algunos de los jóvenes más
valientes de la comuna y el Torito empieza a hacer correr a los asistentes para
intentar hacerles quemarles encima un poco de la pólvora y pirotécnicos que
lleva.
Danza del Rabinal Achi
Es una danza/drama de origen Maya, con mas de 800 años de tradición. En ella
se representa el rompimiento de la alianza entre los K’iche y Rabinaleb. Esta
danza tradicional es considerada obra maestra de la Tradición Oral e Intangible
de la Humanidad por la UNESCO.

El Rabinal Achí ha perdurado y conservando su mensaje original a pesar de la


conquista y la nueva cultura Europea que fue impuesta a las tribus de origen
Maya que habitaban en Baja Verapaz.
La representación se lleva cabo durante las celebraciones patronales en
Rabinal, Baja Verapaz el 25 de Enero – día de San Pablo. Rabinal esta
solamente a 150 Km de la capital de Guatemala.
La obra tiene cuatro actos cuales dramatiza los conflictos de ciudades rivales, la
nobleza Maya, actos de diplomacia, y la guerra entre los K’iche y Rabinaleb.

El escenario de la danza representa Kajyub que era la ciudad principal de los


Rabinaleb en el siglo XIV. La obra narra que K’iche Achí (príncipe K’iche)
destruye 4 ciudades en la región de Rabinaleb y las obliga a pagar tributos.
Kaj Yub fortaleza de los Rabinaleb en Rabinal Baja Verapaz foto por - La Danza
Rabinal Achí
Kaj Yub, fortaleza de los Rabinaleb en Rabinal, Baja Verapaz – foto por Donald
Sanabria Ortiz
Este evento resulta en una de guerra en la cual K’iche Achí es capturado y
llevado a juicio por intentar secuestrar niños de Rabinaleb lo cual era
considerado un delito gravísimo en la ley Maya. El desenlace de dicho drama
es la muerte de K’iche Achí, prevaleciendo los Rabinaleb.

Interesantemente este drama salió a luz gracias a C. E Brasseur (sacerdote


francés) quien lo tradujo al idioma francés en 1856 basado en la narración de
Bartolo Sis (Cofrade).
Personajes importantes de la danza son los príncipes Rabinal Achí y K’iche Achí,
Job’Toj (rey de Rabinaleb) y sus sirvientes Achij Mun e Ixoq Achi, Uchuch Q’uq
(la madre de plumas verdes) y los guerreros de la fortaleza Kajyub representados
por las 13 águilas y trece jaguares.
Las mascaras representan a los personajes de la danza; La colección más
extensa de mascaras se encuentra en Casa de Artes, Antigua Guatemala en
donde se mantiene una exposición permanente.

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