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DIÁLOGO

OMA-Cuéntame, Marconcio, que entiendes tú por necesidad y dime si crees que ésta
es buena o mala.
MAR-Ya lo sabes bien tú, Omariedo, ¿por qué me haces esa pregunta?, ya sabes que
da mucho juego a nuestro diálogo y prolonga demasiado nuestro camino hacia la
verdad, sabiendo encima, que yo tengo el deber de visitar a mi familia esta noche para
informarles que estoy sano y salvo, ya que recientemente he vuelto de un largo viaje.
OMA-O sea, que tienes el tiempo limitado por tu deber?
MAR-Eso es.
OMA-¿Y no es el deber, una obligación por ley moral o por necesidad lógica?
MAR-Pues, parece buena tu definición.
OMA-Entonces, invirtiendo la definición anterior, ¿podríamos decir que la necesidad
es la causa de que uno tenga el deber de hacer ciertas cosas?
MAR-Bueno, creo que en este caso, el hecho de tener que hacer una visita esta
noche, no es una necesidad, ya que podría visitarles otro día y no me moriría, ni me
sucedería nada grave que impidiese que mi cuerpo funcionara de forma correcta.
OMA-Entonces, ¿cómo podríamos definir necesidad?
MAR-Mira que le hemos dado vueltas a éste asunto en otras ocasiones, y si no
recuerdo mal, la definición más precisa que encontramos de necesidad fue ‘carencia
indispensable’.
OMA-Me alegro que tu memoria retenga las cosas importantes.
MAR-No sólo de eso me acuerdo, también de algún tipo de clasificación que hicimos
hace un tiempo.
OMA-¿No era aquella clasificación que decía que sólo hay un gran grupo de
necesidades al que denominamos Necesidad de Supervivencia y dentro de éste habían
dos grupos, el primero era el de Supervivencia del Individuo que contenía las
necesidades de la Alimentación y de la Protección y el segundo era el de la
Supervivencia de la Especie que contenía las necesidades de Reproducción y de
Comunicación?
MAR-Si no recuerdo mal así era, decíamos en fin, que hay cuatro necesidades,
Reproducción, Comunicación, Alimentación y Protección, y cada una de ellas tiene
asociado un instinto.
OMA-Esa memoria tuya no te falla, y me sorprende, porque la mía a veces me
esconde cosas y me cuesta encontrarlas sin ayuda de algún concepto que desencadene
una secuencia de encuentros imparable dirigidos hacia vete tú a saber dónde.
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MAR-Eso es causa de la edad.
OMA-Bueno, ahora que hablamos de las necesidades y de sus instintos asociados,
cuéntame por qué crees que éstas cuatro necesidades vienen siempre acompañadas de
estos instintos.
MAR-Estos instintos que acompañan a la necesidad, facilitan las cosas a los
individuos que padecen necesidad, ya que sin ellos, ignorarían esa carencia
indispensable y de ser así morirían sin saber por qué.
OMA- Entonces podríamos definir esos instintos como impulsos dirigidos a la
satisfacción de las necesidades.
MAR- De hecho, así sería como los definiría yo mismo.
OMA- Y si no tuviéramos un cuerpo que necesita de esto, de aquello y de lo otro
para moverse y seguir funcionando correctamente, ¿serían indispensables dichas
necesidades?
MAR- Ya sé por donde vas. Es cierto que para los mortales existen todas estas
necesidades, sin embargo, no creo que los seres inmortales precisen de ellas en
absoluto.
OMA-Y ¿no son los seres inmortales los que, de alguna manera, nos han traído aquí,
no sólo a ti y a mí, sino también al resto de especies del planeta, al propio planeta y a
todo el universo?
MAR- Así es.
OMA- ¿Y crees que lo han hecho en vano y al azar, o crees que algo les ha movido
ha crear todo aquello que existe?
MAR- Estoy seguro de que no lo han hecho de esa manera. Es decir, no es ésta una
cuestión del azar.
OMA- Entonces, si no han creado lo que existe en vano y al azar, ¿puede ser que
una necesidad les haya impulsado a hacerlo?
MAR-Pues seguramente eso sea cierto.
OMA-¿Y no crees que también es cierto que lo inmortal atiende a esas cuatro
necesidades?
MAR- Bueno, pues no creo que los seres inmortales coman, beban, defequen, hablen
y que forniquen para reproducirse y que se protejan de los depredadores como lo
hacemos nosotros.
OMA- Quizás no lo hagan como nosotros conocemos, pero ¿no es cierto que los
dioses transforman una cosa en otra, y ésta a su vez en otra cosa distinta?
MAR- Eso sí.
OMA-Y ¿no es ese proceso sospechosamente parecido al proceso de la alimentación
de los seres vivos? Y a un tiempo, ¿no es también cierto que en ese proceso, ingieren
alimento para transformarlo en energía y luego expulsan los residuos? Y ya por último,
¿Acaso estos residuos no posibilitan la vida de otros seres?
MAR-De acuerdo, podríamos decir que lo inmortal necesita alimentarse a su manera
pero las otras necesidades que hemos nombrado antes, no creo que las precisen.
OMA-Crees que no se reproducen, que no se comunican y que no se protegen?
MAR-Creo que no.
OMA-Y la creación de virtudes, verdades, conceptos, seres, almas, materia y muchas
otras cosas, ¿no es un proceso muy parecido a la procreación de los hijos por parte de
sus padres?
MAR-Quizás tengas razón en esto, y sí que se reproducen en cierto modo, pero creo
que no se protegen ni se comunican.¿De quién se van a protegen y con quién van a
hablar?
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OMA-Vamos a ver, la protección no es la misma que usas tú cuando te ataca una
fiera, que necesitas una lanza y bastante fuerza física para matarla, pero es muy
parecida.
¿No tienes tú y tengo yo y tenemos todos los humanos la habilidad, no sólo para
coger una herramienta y usarla, sino también para fabricarla? ¿No tienen los toros
cuernos para protegerse de posibles depredadores? ¿No tienen los pájaros alas para
huir? Los recursos de cada especie para protegerse de sus enemigos naturales los han
creado los dioses para cuidar la integridad de sus hijos. ¿No están los dioses en cierto
modo, protegiendo la vida de los mortales para que, con su mejora y con la búsqueda de
la virtud, lleguen algún día a formar parte de lo inmortal?
MAR-Pues va a ser que sí que necesitan protección, pero, ¿qué me dices de la
comunicación?
OMA-Marconcio, parece mentira que me hagas esta pregunta cuando tú eres músico
y la inspiración te viene de repente y te aparecen las musas a cualquier hora, en
cualquier lugar y situación. ¿No es ésta una forma de comunicación entre lo divino y lo
mortal?
Y esa búsqueda de la virtud a la que tanto atendemos, ¿no es una imagen de los
dioses y de lo divino a la cual nos intentamos acercar, con el fin de parecernos y
asemejarnos a ella en todo lo posible? ¿No es esta otra forma de comunicación entre lo
divino y lo mortal?
MAR-Así es, entonces te voy a tener que dar otra vez la razón.
OMA-Estamos de acuerdo, entonces, que tanto los mortales como los inmortales
tienen unas necesidades que les impulsan hacia un camino determinado. Ahora mismo
nos estamos comunicando y nos dirigimos hacia el largo camino del aprendizaje y del
saber que, quién sabe si llegaremos a nuestro destino antes de que nuestras necesidades
acaben con nosotros.
MAR-Que paradójica es la labor de la necesidad: por un lado nos dirige hacia el buen
camino y por otro lado te priva de seguir dicho camino obligándote a satisfacerla
constantemente.
OMA-Ya lo creo, y además, la necesidad no sólo viene acompañada de un instinto
que te ayuda a conocerla, sino que viene acompañada también, de un suculento atractivo
para que no sólo te veas obligado a obedecerla, sino que encima, anheles satisfacerla y
goces al hacerlo e incluso desees saturarla sintiendo placer.
MAR-Creo que has usado sinónimos para definir cosas diferentes, por un lado anhelo
y deseo, y por otro lado gozo y placer.
OMA-Pues realmente tienen significados parecidos pero en ningún caso son
sinónimos perfectos. Fíjate que el gozo no es más que la agradable sensación que
aparece mientras se satisface una necesidad, mientras que el placer se siente sólo cuando
desaparece el deseo y me temo que nada tiene que ver con la necesidad. Por otro lado,
el anhelo lo podríamos asemejar a una aspiración y a un afán, mientras que el deseo es
más parecido al ansia y a la obsesión por obtener placer y poco tiene que ver con la
necesidad.
MAR- O sea que la necesidad es una carencia indispensable; el instinto el impulso
dirigido hacia la necesidad; el anhelo es aspiración y afán; el deseo es la búsqueda del
placer; el gozo, la satisfacción de la necesidad, y el placer, la desaparición del deseo.
OMA- Qué gran capacidad de síntesis que tienes, no dejarás nunca de sorprenderme.
En todo eso tienes razón.
MAR-Desafortunada frase la que acabas de decir, ahora tenemos para un buen rato
debatir sobre la siguiente cuestión que tú mismo, sin quererlo, has planteado: ¿que yo
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tenga la razón quiere decir que la poseo, que nadie más la tiene? ¿o aun teniéndola yo
ahora, también la puedes tener tú y a la vez muchos otros?
OMA-Que astuto eres Marconcio cuando se trata de rizar el rizo. Como me río
contigo.
Y es cierto que quizás la expresión de ‘tienes razón’ se tendría que sustituir por la de
‘usas la razón’ o con la de ‘dices la verdad’. ¿No crees?
MAR-Yo lo que creo es que ni tú ni yo sabemos lo que es la razón.
OMA-Pues a lo mejor tienes razón, quiero decir, a lo mejor has usado la razón para
decir eso. No obstante, en otras ocasiones ya habíamos filosofado sobre esos temas y
habíamos llegado a conclusiones que creo que se acercaban notablemente a la verdad.
MAR-¿Ah sí? Pues no recuerdo esas ocasiones de las que me hablas.
OMA- Entonces retiro lo dicho anteriormente cuando he asegurado que nunca te
falla la memoria, amigo Marconcio, porque recuerdo que no hace más de unas semanas
estuvimos cenando en mi casa hablando precisamente de la razón y de otras cuestiones.
MAR-Ahora que lo dices, me suena muchísimo.
OMA-Pues si amigo, y además fui yo el que te preguntó cual era el significado más
exacto que encontrabas para la razón y tú, sin más, me respondiste con una sentencia
sorprendentemente acertada.
MAR-Es verdad, ya me acuerdo de ese día, menudo manjar que me serviste en la
mesa, estaba tan bueno que eclipsó todo aquello de lo que hablamos.
OMA- Pues la próxima vez que vengas a cenar procuraré no hacer un manjar tan
delicioso para que estés más atento de las cosas importantes, aunque quizás fue eso lo
que te inspiro a pronunciar esa sentencia tan sorprendentemente acertada?
MAR- Qué dije aquel día acerca de la razón, mi queridísimo amigo Omariedo?
OMA- Pues ni más ni menos pronunciaste las siguientes palabras que se me
quedaron grabadas perennemente. Dijiste que la razón es la facultad de comprender la
realidad y de representarla mediante la verdad.
MAR-Sabias palabras pronuncié, seguro que como dices tú, estaba inspirado por el
delicioso manjar.
OMA- Y de esa sentencia dedujimos que la realidad es aquello que existe, mientras
que la verdad es la representación de aquello que existe.
MAR- Podríamos hacer un símil de los tres conceptos con el siguiente
planteamiento.
La realidad es una historia real, la verdad es el libro que la narra tal y como sucedió,
la razón la capacidad para comprender cada letra, cada palabra, cada frase en su
contexto parcial y global de esa historia.

OMA- Pues no esta nada mal ese símil.

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