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Médico
una
fluidoterapia
perioperatorio
precoz dirigida
a un
objetivo específico
La administración de fluidos
proporciona una mejoría
en el período
en la evolución
de la cirugía
Existe un parteaguas
laparoscópica
en el manejo de la fluidoterapia
desde la implementación
Basora M, et al. Guía de práctica clínica para la elección del fluido de restauración volémica
perioperatoria en los pacientes adultos intervenidos de cirugía no cardiaca. Rev Esp Anestesiol Reanim. 2015.
a) cristaloides,
b) albúmina,
c) gelatinas
d) E Hidroxietilalmidones (HEA) de tercera generación
Objetivo:
Mantener el organismo con un estado óptimo de perfusión tisular y de hidratación, garantizando, con un
adecuado equilibrio electrolítico, el reemplazo de las pérdidas de fluidos a tiempo, evitando efectos
secundarios adversos y, como fin último, el equilibrio entre el aporte y la demanda de oxígeno tisular.
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Las indicaciones para la fluidoterapia en el paciente quirúrgico incluyen 5 conceptos,
o «5R», tal como son designadas en la guía clínica de la NICE, tabla 1.
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El paciente quirúrgico puede precisar fluidos para corregir diversas situaciones clínicas: restauración de la
volemia ante pérdidas hemáticas;
4) la redistribución de fluidos puede desarrollar edema tisular por exceso de agua y sodio y puede haber
secuestro de líquido en el tracto gastrointestinal o en la cavidad torácica y/o peritoneal.
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En la práctica clínica existe una gran variabilidad en la selección del fluido a administrar.
La elección de uno u otro viene determinada, sobre todo, por las preferencias de los clínicos, de los
protocolos institucionales, de la disponibilidad, de los costos y del marketing comercial.
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Las soluciones farmacológicas de restauración de fluidos se clasifican, en base a su
composición y a sus propiedades fisicoquímicas, en 2 grupos principales:
Cristaloides y coloides
Los cristaloides son soluciones de iones que se mueven libremente a través de las
membranas semipermeables y contienen sodio y cloro, que determinan la tonicidad del
fluido. Tabla 2.
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Pueden tener aniones ----acetato, malato, lactato, gluconato, citrato---- que se
convierten en bicarbonato, sin que su administración modifique el equilibrio ácido-
base.
El NaCl 0,9% podría ser útil en pérdidas gástricas, pero muchas pérdidas de fluidos contienen
potasio, magnesio y calcio, por lo que los cristaloides balanceados pueden tener ventajas sobre
el NaCl.
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Los coloides son suspensiones de moléculas en una solución transportadora
(cristaloide) con poca capacidad de atravesar una membrana capilar semipermeable
sana, por lo que se distribuyen exclusivamente por el compartimento intravascular.
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El efecto volumétrico de un coloide isooncótico también dependerá del estado volumétrico del paciente.
Así, en un paciente hipovolémico puede tener un efecto expansor del 100%, mientras que en un paciente
normo o hipervolémico solo es del 40%.
La albúmina es una proteína de síntesis hepática que representa más del 50% de las proteínas plasmáticas.
Resulta fundamental para el transporte de sustancias endógenas y exógenas, como ácido débil (para mantener
el equilibrio ácido-base), así como antioxidante y antiinflamatorio.
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Para su uso farmacológico, se elabora a partir de plasma humano sometido a diferentes procesos de
inactivación para evitar la transmisión de enfermedades infecciosas.
La albúmina al 5% es la más utilizada para la restauración de volumen, mientras que los preparados al 20 y al
25% se utilizan preferentemente para el tratamiento de la hipoproteinemia.
Una vez administrada por vía intravenosa, su vida media intravascular es de unas 16 h, disminuyendo en
situaciones en las que la permeabilidad capilar está alterada.
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La elección de administrar albúmina en lugar de un coloide sintético dependerá de la situación clínica de cada
paciente.
Las gelatinas son una solución polipeptídica compuesta de aminoácidos obtenidos de tejido conectivo bovino.
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El paso de colágeno insoluble a gelatina soluble constituye la transformación esencial de su elaboración
industrial.
El proceso puede dar lugar a diferentes gelatinas dependiendo de las roturas en las uniones intramoleculares:
las gelatinas poligeninas (Hemoce®), las gelatinas succiniladas (Gelafundina®) y las oxipoligelatina.
La gelatina succilinada (gelatina fluida modificada) no tiene calcio, por lo que es compatible con productos
sanguíneos.
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Su indicación terapéutica en ficha técnica, actualizada en noviembre del 2006, indica:
Se utiliza como sustitutivo plasmático coloidal en situaciones como el tratamiento de estados hipovolémicos
secundarios a shock de diferente origen (shock hemorrágico, traumático, séptico) y en aquellas situaciones en
que mediante restauración de volumen se puede mejorar la perfusión tisular»
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Los hidroxietilalmidones (HEA) son polisacáridos modificados extraídos de la amilopectina del maíz o de la
amilosa de la patata.
Los HEA se clasifican en función de la concentración, el peso molecular, el índice de sustitución molar (residuos
hidroxietilados por cada 10 moléculas de glucosa) y el cociente C2/C6 (los residuos hidroxietilados en el átomo
C2 resisten mejor la hidroxietilación por la - amilasa plasmática que los situados en C6).
La concentración influye principalmente en el efecto inicial sobre el volumen, siendo las soluciones al 6%
isooncóticas, mientras que las del 10% son hiperoncóticas.
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El HEA procedente de la patata tiene una cadena escasamente ramificada porque en su estructura predomina la
amilosa, mientras que el que procede del maíz, que contiene amilopectina, conforma una cadena altamente
ramificada.
La indicación terapéutica para los HEA es el tratamiento de la hipovolemia causada por hemorragia aguda
cuando el tratamiento solo con cristaloides no se considere suficiente.
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Su administración, inicialmente debe ser lenta y bajo vigilancia, limitando la dosis máxima diaria a 30 ml/kg y
utilizando la dosis efectiva más baja posible.
También detalla que el uso de soluciones de HEA se debe restringir a la fase inicial de restauración del volumen
y no se deben utilizar durante más de 24 horas.
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Su administración, inicialmente debe ser lenta y bajo vigilancia, limitando la dosis máxima diaria a 30 ml/kg y
utilizando la dosis efectiva más baja posible.
También detalla que el uso de soluciones de HEA se debe restringir a la fase inicial de restauración del volumen
y no se deben utilizar durante más de 24 horas.
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Respiración y Ventilación
La ventilación requiere una adecuada función de los pulmones, la pared torácica y el diafragma.
El cuello y el tórax del paciente deben ser expuestos para evaluar adecuadamente la distensión
venosa yugular, la posición de la tráquea y la excursión de la pared torácica.
Respiración y Ventilación
La inspección visual y la palpación pueden detectar lesiones de la pared torácica que pueden
comprometer la ventilación.
La percusión del tórax también puede identificar anormalidades, pero durante una reanimación
ruidosa esto puede ser difícil o producir resultados poco fiables.
Las lesiones que afectan gravemente la ventilación en el corto plazo incluyen neumotórax a
tensión, tórax inestable con contusión pulmonar, hemotórax masivo y neumotórax abierto.
Estas lesiones deben ser identificadas durante la revisión primaria y pueden requerir atención
inmediata para que los esfuerzos de asistencia respiratoria sean eficaces.
La vía aérea debe ser protegida en todos los pacientes y debe ser asegurada cuando existe un
compromiso potencial.
Las maniobras de elevación del mentón o la tracción mandibular deben ser suficientes durante la
intervención inicial.
Si el paciente está inconsciente y no tiene reflejo nauseoso, la inserción de una cánula orofaríngea
puede ser útil temporalmente.
Vía Aérea
Una vía aérea definitiva (por ejemplo, la intubación) debe ser efectuada si existe alguna duda sobre
la capacidad del paciente para mantener la integridad de la vía aérea.
El control definitivo de la vía aérea en pacientes con compromiso de esta debido a factores
mecánicos, en los que tienen problemas de ventilación, o están inconscientes, es logrado mediante
la intubación endotraqueal.
Si el paciente no está intubado, se le debe administrar oxígeno por un dispositivo de máscara con
reservorio para lograr una oxigenación óptima.
El oxímetro de pulso debe ser usado para monitorear la saturación de oxígeno de la hemoglobina.
Vía aérea orofaríngea
Máscara Laríngea
La mejor manera de administrar oxígeno con el aire inspirado es a través de una máscara facial con
reservorio que se adapte bien a la cara, con un flujo de al menos 11 l/min.
Otros métodos (por ejemplo, cánula nasal y máscara sin reservorio) pueden mejorar la concentración
inspirada de oxígeno.
Una saturación del 95% o más, medida por oximetría de pulso, es una fuerte evidencia de oxigenación
arterial periférica aceptable (Pa02 > 70 mm Hg, o 9,3 kPa).
La mejoría de la presiones de perfusión periférica puede manipularse mediante fármacos que tienen
efectos vasopresores en el sistema periférico y efectos directos en el desempeño miocárdico.
Estos fármacos se pueden clasificar de acuerdo con su acción principal como sigue:
• Inotrópico: mejora la contractilidad miocárdica y el gasto cardiaco.
• Vasopresor: incrementa la resistencia vascular sistémica y la presión arterial.
• Cronotrópico: aumenta la frecuencia cardiaca.
• Lusotrópico: mejora la relajacion durante la diástole y reduce la presión al final de la diástole
ventricular.
CONCENTRACION OSMOLAL DEL PLASMA:
TONICIDAD
El punto de congelación del plasma humano normal es en promedio –0.54°C, lo que corresponde
a una concentración osmolal en el plasma de 290 mosm/L.
Esto equivale a una presión osmótica en comparación con el agua pura de 7.3 atm.
El término tonicidad se utiliza para describir la osmolalidad de una solución con respecto al
plasma.
Las soluciones que tienen la misma osmolalidad que el plasma se denominan isotónicas;
aquellas con mayor osmolalidad se denominan hipertónicas en tanto que aquellas con menores
cifras de osmolalidad son hipotónicas.
CONCENTRACION OSMOLAL DEL PLASMA:
TONICIDAD
Todas las soluciones que al inicio son isoosmóticas con el plasma (es decir, todas aquellas que
tienen la misma presión osmótica o depresión del punto de congelamiento que el plasma)
permanecerían isotónicas de no ser por el hecho de que algunos solutos se difunden hacia las
células y otros se metabolizan.
Así, una solución salina al 0.9% permanece isotónica porque no existe desplazamiento neto de
partículas con actividad osmótica de la solución hacia las células, y las partículas no se
metabolizan.
Por otra parte, una solución glucosada al 5% es isotónica al momento en el que se administra por
vía intravenosa, pero la glucosa sufre metabolismo, de forma que el efecto neto es la aplicación
de una solución hipotónica.