Está en la página 1de 6

Literatura española- Tercer año del Profesorado de Español

Prof. Lourdes Martínez Puig- Año 2018

Estudiante Florencia Álvarez

Trabajo 3

Consigna

Poema del Mío Cid.

Reencuentro del héroe medieval con su familia en Valencia.

Ideas fundamentales de las series 80, 81, 82, 83, 84 y 85. Análisis de las series
86 y 87.

Reconozca semejanzas y diferencias entre el reencuentro de Valencia y la


despedida en Cardeña.

Desarrollo

Cantar segundo.

El cantar segundo se titula “Bodas de las hijas del Cid”. Este cantar comienza
con la toma de Valencia por el Cid, este envía a Minaya a solicitar el perdón del
rey Alfonso llevando consigo un presente para el mismo de cien caballos
corredores ya ensillados y con frenos.

Estos cien gruesos caballos buenos corredores son,

de ricos frenos y sillas todos llevan guarnición,

Mío Cid, señor, os ruega que los toméis para vos,

Hemos seleccionado entonces los versos en donde se especifica ese presente.


Estos versos forman parte del discurso de Álvar Fáñez ante el rey que se
situaba en Carrión, quien lo recibe complacido y alegrado por las hazañas del
héroe se ofrece a proporcionar amparo y protección a su familia para el viaje a
Valencia, de modo que este se presentaba hostil debido a las batallas
desencadenadas con los moros.

Entonces contesta el rey: Pláceme de corazón.

Mientras vayan por mis reinos les daré manutención;

guárdenlas todos de mal, de afrenta y de deshonor.


Para garantizar la custodia el rey envía a su portero, funcionario de la corte
con el rango capaz de velar por el cumplimiento de las órdenes de su rey, este
custodia, protege y acompaña al grupo de guerreros y la familia del Cid.

Es pertinente mencionar acá que, aún alegre por el triunfo, la felicidad del Cid
no es completa ya que no se encuentra junto a su familia, se completará con el
reencuentro con los suyos. De este regreso, entonces, depende la perfección
del estado de felicidad de nuestro héroe.

Si os ve el Campeador las tres sanas y sin mal,

todo le será alegría, no le quedará un pesar.

Esta cita la hemos extraído del parlamento de Minaya dirigido a doña Jimena
donde le informa el triunfo del esposo por la toma de Valencia y el perdón del
rey expresándole que ha quedado en libertad de viajar a la nueva heredad para
su reencuentro.

Por gracia del rey Alfonso ya quedáis en libertad

de veniros a Valencia, que ahora es nuestra heredad

Luego, el juglar introduce en estilo directo la voz de doña Jimena. Es preciso


resaltar que no observamos ningún estallido de alegría que se denote en el
lenguaje de doña Jimena. Es posible interpretar entonces que se conserva la
característica del ideal de la mujer medieval, es decir conserva la mesura y se
remite a la voluntad de Dios.

Si Dios quiere, así será.

Estos últimos fragmentos seleccionados se sitúan en la serie 83. Siguiendo el


análisis de Pedro Salinas podemos reconocer el inicio de la primera parte de la
estructura planteada que denomina Preparativos y expectación, los cuales son
llevados a cabo por Minaya, es necesario mencionar que este personaje
desempeña una función muy importante en la obra. Es, pues, el brazo derecho
del Cid. Cuando este llega a Cardeñas cumple la promesa del Campeador
otorgándole al abad la suma de quinientos marcos por la protección y refugio
de la familia del mismo.

Quinientos marcos le dio Álvar Fáñez al abad

Así expresa el poeta el pago al abad por orden del Cid. A continuación el juglar
menciona en qué se gastarán los otros quinientos marcos

con esos quinientos marcos tiene pensado comprar

las mejores vestiduras que en Burgos pueda encontrar,

con palafrenes y mulas que sean buen de mirar.


Asimismo, podemos interpretar que Minaya lleva a cabo los preparativos para
el viaje que será una jornada triunfal con motivos de múltiples festejos: la
recuperación de la honra, el reencuentro de la familia con el héroe y la
prestigiosa hazaña de la conquista de Valencia. Tras este motivo se dirige a
Burgos a comprar lo previsto. Allí se menciona el encuentro con los judíos
Raquel y Vidas quienes han abierto las barcas y divisado que no contenían las
riquezas prometidas. Por esa razón le solicitan al buen Fáñez que le haga
saber al Cid el reclamo de vuelta del capital entregado. Tras la devolución de
este estaban dispuestos a olvidar los intereses, de lo contrario irán en su
búsqueda.

Quiéralo así la divina voluntad,

si no, de Burgos saldremos y le iremos a buscar.

Ahora bien, en esta misma serie don Minaya se encuentra a los infantes de
Carrión que se mostraban interesados en casarse con las hijas del héroe.

Otra característica importante que podemos reconocer en esta tirada es la


técnica del poeta que lo lleva a detener la acción y trasladarla a Valencia.
Podemos evidenciar así momentos paralelos que se expresan.

De los que el mensaje llevan ahora pasemos a hablar:

cuando de él se hubo enterado Mío Cid el de Vivar,

le plugo de corazón, gran alegría le da

Mientras Álvar Fáñez se conduce a Medinaceli, la acción se traslada a Valencia


donde el Cid envía cien guerreros a recibir y proteger a su familia por el camino
que restaba desde Medinaceli hasta la nueva heredad. Tras esta acción
observamos otro momento dentro de la estructura de Pedro Salinas: La acción
del Cid. Notamos entonces que el poeta se detiene a explicar lo que sucede en
Valencia con el Campeador introduciendo su voz en estilo directo.

Quien buen mandadero envía tal razón debe esperar.

Tú, Muño Gustioz, y tú, Pedro Bermúdez, marchad,

con don Martín Antolínez, ese burgalés leal.

Junto a estos cien guerreros se envía a Martín Antolínez uno de sus más
confiados vasallos. Nuestro Campeador permanece en Valencia atendiendo a
la responsabilidad y evitando que estas tierras queden a merced de los moros.
A su vez, podemos interpretar que la conserva para proporcionarles la heredad
a su familia.
Yo me quedaré en Valencia, que mucho me fue a costar

y gran locura sería dejarla sin amparar.

Yo me quedaré en Valencia, que Valencia es mi heredad

Pedo Salinas en su análisis expresa que la emoción y la alegría del buen


hombre podrían impulsarlo al encuentro pero no lo hace por dominio de sí
mismo, debe contenerse para proteger su nueva conquista que tanto le ha
costado ganar. Destacamos aquí un posible conflicto entre lo que desea hacer
pero no puede por sus responsabilidades como guerrero. De este modo el
autor sintetiza esta idea que hemos interpretado el Cid es un héroe de
coordura, no de locura. Vemos nuevamente el énfasis a la mesura tan
característica en el héroe a través de sus acciones expresadas en la obra.

Posterior a estos dos escenarios presentes de la acción, llegamos al primer


ajuntar cerca del final de la serie 83. El buen Fáñez divisa a la distancia a
guerreros armados.

Allí en Medina Álvar Fáñez con gran precaución está,

al ver venir gente armada gran sospecha le fue a dar,

envía dos caballeros que averigüen la verdad;

Entendemos gran precaución en la voz que expresa las acciones. Podemos


interpretar estos versos como la toma de consciencia de Minaya sobre la gran
responsabilidad que lleva. Salinas acentúa que el viaje de la familia del héroe
es una suma de voluntades, de esfuerzos por parte de los fieles vasallos del
Campeador. Observamos nuevamente la admiración de todos ellos que incluso
en series anteriores habían abandonado todo por seguirlo. En síntesis, el
primer ajuntar se cumple en Medina, la primera etapa del tan esperado viaje.
Es preciso destacar que interpretamos otra técnica de retardo del poeta, lo cual
es necesario, de modo que si el encuentro tan esperado es causado como
acción seguida carecería de suscitar alguna emoción en el espectador de la
época y en los posteriores lectores. Es posible interpretar entoces en estos
últimos versos de la serie los personajes poseen una alegría compartida: están
más próximos al objetivo final.

Luego de la serie 84 podemos enfatizar que ya se encuentran los dos grupos


unidos, esto denota más guerreros, más honra y más fuerza que acompaña la
familia del Cid. Son las dos acciones unidas (según el análisis de Salinas) para
un reencuentro más emotivo.

Descansan en Medinaceli, parten a Molina y finalmente se acercan a las tierras


de destino. Nuestro héroe por fin se prepara para salir al encuentro. Pide
expresamente que traigan a Babieca. El juglar se detiene a describir la
vestimenta del Cid posiblemente para realzar el carácter festivo del reencuentro
y para generar más expectativa. Observamos que las damas ya entraron a
Valencia y vemos que el Campeador de retrasa en aprontes.

Con grandes honras de todos son recibidas las damas

En los siguientes versos de la serie 86 se manifiesta el ajuntar nombrado así en


la estructura del poeta que hemos seleccionado como guía de análisis.

Al verle doña Jimena a los pies se le arrojaba:

"Merced, Cid, que en buen hora fuiste a ceñirte la espada.

Destacamos en esta cita la sobriedad en el lenguaje de doña Jimena al igual


que destacábamos anteriormente en este análisis con la noticia de Minaya. Es
preciso subrayar también que en su voz se dirige a su esposo con el epíteto
que en buen hora fuiste a ceñirte la espada, realza la figura del héroe medieval
que se ha manifestado de diversas maneras en la obra.

Sacada me avedes de muchas vergüenzas malas.

Observamos aquí en la voz de doña Jimena el fin de la marginación por ser


familiar de un desterrado. Nuestro personaje logra también que estas
humillaciones se terminen y que su familia también recupere la honra.

Finalmente se presenta en la serie 87 el momento máximo del reencuentro que


Pedro Salinas para hacer alusión a esa carga significativa lo denomina vértice
de gozo.

…a sus pies ven a Valencia, cómo yace la ciudad,

Tomando la interpretación de Salinas, la familia observa la ciudad respirando


plena ondra, de modo que es una conquista que abarca resignificaciones
mayores que suponen la liberación de todas las injurias otorgadas.

Miran la huerta, tan grande y tan frondosa que está,

y todas las otras cosas placenteras de mirar

De estos versos podemos interpretar que la mirada está posicionada más allá
de lo que divisan, visualizan una nueva vida lejos de las humillaciones.

Para finalizar, analizaremos las similitudes y diferencias entre el reencuentro de


Valencia y la despedida en Cardeña.

En primer lugar se destacan los estados anímicos de la alegría del reencuentro


frente a la tristeza de la despedida. Si bien no ocurren expresiones
desmesuradas de alegría o tristeza podemos interpretarlas a partir de las
descripciones del poeta.
Llorando de los ojos, que non viestes atal

Así parten unos d’otros commo la uña de la carne

Lo que se enfatiza en estos versos en castellano antiguo es el llanto contenido


en los ojos y la separación expresada en un símil aludiendo a la desgarradura
de la uña de la carne.

Así mismo la alegría del reencuentro se expresa en los festejos y el ajuntar de


Cid con su familia también se expresa en llanto, pero en esta tirada el llanto era
de felicidad

A la madre y a las hijas mucho el Cid las abrazaba

y del gozo que tenían todos los cuatro lloraban.

Otra diferencia la encontramos entre la soledad de los personajes en el


monasterio de Cardeña y el amparo y compañía de los personajes de Valencia.

Todos estos caballeros ya reciben a Minaya,

a las damas, a las niñas y a los que acompaña

Esta iluminación de festejos se contrapone a la luz tenue del monasterio, la


marginación que se interpreta en oscuridad, oculto.

Con luces y con candelas los monjes salen al patio.

De los claustros de Cardeñas, señala Salinas, a la Torre de Valencia hay la


misma distancia que aleja a la pena de la alegría, son los dos extremos de este
gran drama de la separación.

También podría gustarte