Está en la página 1de 4

Fenómenos de funcionamiento en Cables tipo MV-90

Media Tensión Instalación subterránea

A diferencia de su contraparte aérea, que utiliza el aire como principal


elemento aislante, el cable de media tensión empleado para canalización
subterránea emplea materiales en distintas capas sucesivas para mantener
el buen desempeño y seguridad, así como contrarrestar la aparición de
fenómenos físicos que pueden dañarlo. De ambas consideraciones depende
su grado de protección y la labor que debe realizar el instalador.
En los cables subterráneos de media tensión pueden presentarse diversos
fenómenos, como el campo eléctrico, el Efecto Corona, las descargas parciales y
la concentración de esfuerzos eléctricos, que actúan en detrimento de su
operación y pueden modificar el comportamiento del campo eléctrico y causar
inconvenientes de seguridad. Para evitarlos, la tecnología asociada ha
evolucionado, con el desarrollo de materiales y elementos de protección, cuya
función puede entenderse en relación con las características de cada uno de los
fenómenos.

El campo eléctrico es un fenómeno físico que se crea en un espacio por la


presencia de una carga de energía. Cuando éste alcanza cierta intensidad en
presencia del aire, genera un efecto llamado Corona, que provoca la ionización
del aire alrededor del conductor eléctrico, debido al campo de electricidad
producido por altos niveles de tensión (generalmente superiores a 2 mil V).

Cuando no existe tierra cercana o cuando la intensidad del campo se


incrementa (aumento en el nivel de tensión del conductor o disminución en la
rigidez dieléctrica del aire; por ejemplo en días con alta humedad o lluviosos y
situaciones de gran altitud, donde el aire se vuelve menos denso), este efecto se
distribuye uniformemente alrededor del conductor (creando una “corona”).

La ionización del aire es tan grande y en tal concentración, que se crean en él


caminos conductivos para el paso de los electrones, causando rupturas
dieléctricas que dan pie a la creación de pequeñas “corrientes” de fuga, también
conocidas como descargas parciales. Las descargas parciales producen
minúsculos arcos de energía que podrían generar una ruptura dieléctrica total o un
camino conductivo continuo entre la fuente de tensión y tierra, produciendo un
arco eléctrico franco entre fases o a tierra.
En sistemas de media tensión aéreos, donde, en general, la red utiliza como
medio aislante al aire, el control del campo eléctrico se logra al respetar las
distancias mínimas entre fases y tierra, o con la utilización de aisladores con
distancias de fuga adecuados para evitar la creación de arcos eléctricos. Si se
sigue esta regla correctamente y se respetan las distancias mínimas de diseño, se
produce el Efecto Corona, pero no genera estrés eléctrico suficiente para
ocasionar descargas parciales o arcos eléctricos que provoquen una falla.

Los conductores normalmente utilizados son desnudos y, en algunas ocasiones,


semiaislados; sin embargo, para redes subterráneas de media tensión el aire no
es lo suficientemente dieléctrico para evitar un arco eléctrico. El medio aislante por
excelencia en estos sistemas es el aislamiento sólido, que puede ser polietileno
de cadena cruzada (XLP, por sus siglas en inglés) o etileno propileno (EPR). No
obstante, la combinación del campo eléctrico con un elemento aislante y con un
sistema de tierra cercano ocasiona que las líneas de flujo del campo eléctrico se
escapen, se orienten y se dirijan hacia tierra o a otra fase, a pesar del aislamiento
sólido.

En las redes subterráneas, el contacto de los cables de media tensión con


superficies, charolas, ductos, entre otros elementos, hace que el campo eléctrico
pierda su distribución uniforme y las líneas de flujo se orienten hacia el punto de
contacto o tierra. A este fenómeno se le conoce como “Concentración de
Esfuerzos Eléctricos” y genera desgaste del elemento aislante, ocasionando,
con el paso del tiempo, sobrecalentamientos y descargas parciales, hasta lograr
una falla franca o arco eléctrico a tierra, que pueden provocar un cortocircuito.
En las redes subterráneas es necesario utilizar una serie de componentes
adicionales al aislamiento, como una pantalla semiconductora pegada al
conductor eléctrico y una pantalla electrostática, formada por una pantalla
semiconductora adherida al exterior del aislamiento e hilos aterrizados, o cinta
metálica, comúnmente de cobre. Estos elementos adicionales logran
homogeneizar las líneas de flujo, evitar una concentración de esfuerzos y atrapar
el campo eléctrico, de suerte que todo el campo generado se drene a tierra.

En algunos países, como protección mecánica y sin ninguna función eléctrica, se


envuelven estos elementos con una cubierta plástica de PVC u otro material
polimérico con buena resistencia mecánica, con el fin de proteger el cable contra
golpes, ralladuras durante su instalación y factores ambientales como humedad y
rayos UV. Los cables de media tensión subterráneos cuentan con una pantalla
semiconductora interna pegada al conductor que equipara y homogeniza el
potencial y evita la ionización entre los hilos del conductor, con las consecuentes
descargas parciales internas que destruyan el cable.

Distribución campo sin segunda semiconductora

Además, están equipados con un elemento dieléctrico que aísla el voltaje del
conductor y una pantalla electrostática aterrizada que drena a tierra el campo
eléctrico, mientras que la cubierta de PVC permite que el cable sea colocado en
charolas, ductos, directamente enterrado o pueda ser tocado por un ser humano
sin riesgo de recibir un arco o descarga eléctrica. Éste es un sistema típico
apantallado con al menos cien por ciento de nivel de aislamiento; en él, la media
tensión subterránea controla al campo eléctrico, lo homogeniza, lo “atrapa” y se
drena a tierra.

A su vez, los accesorios son de gran utilidad para la conexión, unión y derivación
de las redes de media tensión subterráneas. En sistemas aéreos es suficiente con
instalar un conectador al conductor, ya sea a través de aprietes de tornillos
(mecánicos) o del uso de herramientas que compriman el conectador
(conectadores a compresión) y, a su vez, éste al herraje u otro cable, siempre
con la precaución de estar respetando las distancias y utilizando los aisladores
adecuados para realizar conexiones eléctricas. En sistemas subterráneos de
media tensión, a diferencia del aéreo, no es posible querer realizar esta práctica.

Distribución campo con segunda semiconductora

El fenómeno del campo eléctrico, combinado con las diferentes pantallas del
cable, requiere que, cada vez que se desee instalar una terminación o un
empalme en el cable, se realice una serie de cortes a cada una de las pantallas,
con la finalidad de alejar la tierra de la punta del conductor para no generar un
arco eléctrico. En consecuencia, en la zona donde se retira la pantalla
electrostática del cable, se escapa el campo eléctrico y éste se concentra en el
punto más cercano a tierra, justamente en el escalón formado entre la pantalla
semiconductora exterior y el aislamiento del cable.

Este fenómeno es la concentración de esfuerzos eléctricos, que puede


equipararse al par de torsión y la suma de fuerzas provocadas en el punto en
donde se empotra la viga en el muro en temas de mecánica. Este par de torsión y
las fuerzas resultantes es la suma de las fuerzas provocadas por el peso de la
viga y los pesos soportados, multiplicados por su brazo de palanca (distancia entre
el peso y el muro).

Si se compara el esfuerzo eléctrico con el esfuerzo mecánico, este último utilizaría


opciones para controlar esfuerzos, como empotrar la viga a una cierta distancia
(para contar con mayor área de soporte) o utilizar tensores para contrarrestar los
pesos. En el sistema eléctrico, el control de esfuerzos se hace a través de dos
importantes alternativas. Una de ellas es el control de esfuerzos geométrico y
el otro es el control de esfuerzos resistivo-capacitivo o de alta constante
dieléctrica (alta K).

También podría gustarte