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El castillo de la
magia
Crónicas de Belgarath-4
ePub r1.0
fenikz 19.01.16
Título original: Castle of Wizardry
David Eddings, 1984
Traducción: María Eugenia Ciocchini
Suárez
Retoque de cubierta: fenikz
FIN
DAVID EDDINGS (7 de julio de 1931,
Spokane, Washington - 2 de junio de
2009, Carson City, Nevada). Se crió
cerca de Seattle. Desde muy pequeño le
gustó escribir, y en el instituto ya tenía
claro que quería dedicarse a ello. De
joven su tiempo libre lo dividía en
escribir y en actuar en obras de teatro
que él mismo creaba. Se graduó en la
Universidad de Portland con veinte
años, obteniendo la Licenciatura en
Filosofía y Letras. Años más tarde
consiguió el título de Maestro de Artes
en la Universidad de Washington,
después fue llamado a filas.
Tras dos años al servicio del Ejército de
los Estados Unidos, Eddings trabajó
como profesor de Universidad, pero
acabó dejándolo muy descontento
porque no recibía ningún aumento de
sueldo con el paso de los años. Se mudó
a Denver, donde acabó trabajando en un
supermercado. Empezó a escribir su
primera novela, La Alta Cacería (High
Hunt). Eddings se basó en sus
conocimientos de caza y de vida en la
montaña para escribir ese libro, el cual
seguiría el mismo patrón que algunas de
sus obras posteriores, la madurez del
protagonista.
Desde el principio contó con la ayuda
de Leigh Eddings, su esposa. David
escribía y después se lo leía en voz alta
a su mujer, ella le daba su opinión y le
señalaba las incoherencias de la trama y
añadía detalles a la historia y pinceladas
a los personajes. Desde un primer
momento David quiso que su esposa
apareciese como co-autora en los libros,
pero su editor se negó en rotundo,
afirmando que no estaba bien visto en el
mercado que hubiese dos autores en un
mismo libro. No fue hasta la salida del
quinto libro de Belgarath, La Ciudad de
las Tinieblas (Enchanter’s End Game)
cuando por fin la autoría de Leigh
Eddings quedó reconocida.
Una mañana, antes de ir a trabajar,
empezó a garabatear en un papel una
especie de mapa, el cual quedaría
olvidado hasta que un día Eddings vio
una copia de El Señor de los Anillos en
una librería. Sorprendido al ver que era
una 78.ª edición se la llevó a casa. Tras
la lectura, David supo que quería
dedicarse a la literatura fantástica. Con
la inspiración de Tolkien en su mente,
Eddings terminó de dar los detalles al
mapa que tiempo antes había dibujado.
Así nació el mundo de Aloria, donde se
desarrollan las aventuras de su saga más
conocida, Belgarath.
El éxito de la pentalogía de Crónicas de
Belgarath le dio la oportunidad de
escribir otras sagas de fantasía en las
que Eddings dejaba volar su
imaginación. Tras Belgarath, escribió
una continuación de otros cinco libros,
Crónicas de Mallorea, después llegarían
la saga de Elenium y su secuela, El
Tamuli. En 1995 retomaría la historia de
Belgarath para escribir dos precuelas y
El Códice Rivano (apuntes y material de
trabajo que utilizó para la saga). Su
última aportación a la novela fantástica
fue con la saga Los Soñadores, que
terminó de escribir en el 2006, un año
antes de la muerte de su mujer.
David nunca quiso escribir en un
ordenador, ni siquiera a máquina,
prefería hacerlo de la manera
tradicional, con papel y pluma. Era un
tipo afable y divertido, bastante
humilde, le gustaba bromear diciendo
que nunca ganaría un Premio Nobel de
Literatura, era consciente de que la
literatura fantástica estaba muy
infravalorada en el mundo de la lectura.
La verdad es que su obra no destacaba
por su calidad literaria, sino que la
fuerza residía en la historia y en la
personalidad de sus personajes. Le
encantaba saber que mucha gente que
nunca había cogido un libro en su vida
había acabado enganchada a sus
novelas, sólo por eso se sentía orgulloso
de haberse hecho escritor y conseguir
que la gente apreciase el valor de los
libros. Una vez dijo, «Estoy aquí para
enseñar a una generación o dos cómo
leer. Después de que terminen conmigo
pueden pasar a alguien importante como
Homero o Milton».
En 1999 su mujer sufrió un ataque de
corazón. A lo largo de los años seguiría
sufriéndolos hasta que finalmente, en
2007 su corazón se detuvo finalmente.
Debido a los ataques, la mente de Leigh
se vio afectada, reduciéndose su edad
mental aproximadamente a la de una
niña de 3 años de edad. David se
encargó siempre de cuidar él mismo de
su mujer, con ayuda de su suegra y no
quiso que su familia la viese en ese
estado. A pesar del dinero que tenía, se
negó a pagar a alguien para que la
cuidase, siempre estuvo a su lado, hasta
el fin de sus días.
Tras la muerte de Leigh, David ya no era
el mismo, poco a poco fue
desmejorando hasta que llegó su hora,
algo que seguro que deseaba para poder
reunirse de nuevo con ella y seguir
creando historias para toda la eternidad.