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5 CUENTOS con la duda de si lo hubieras logrados alguna

vez.
Uga la tortuga. Cuento infantil sobre la
perseverancia Por ello, es mejor intentarlo y no conseguirlo
que no probar y vivir con la duda. La constancia
y la perseverancia son buenas aliadas para
conseguir lo que nos proponemos; por ello yo
te aconsejo que lo intentes. Hasta te puede
sorprender de lo que eres capaz.

- ¡Caramba, hormiguita, me has tocado las


fibras! Esto es lo que yo necesitaba: alguien
que me ayudara a comprender
el valor del esfuerzo; te prometo que lo
intentaré.
- ¡Caramba, todo me sale mal!, se lamenta
constantemente Uga, la tortuga. Pasaron unos días y Uga, la tortuga, se
esforzaba en sus quehaceres.
Y es que no es para menos: siempre llega
tarde, es la última en acabar sus tareas, casi Se sentía feliz consigo misma pues cada día
nunca consigue premios a la rapidez y, para conseguía lo poquito que se proponía porque
colmo es una dormilona. era consciente de que había hecho todo lo
posible por lograrlo.
- ¡Esto tiene que cambiar!, se propuso un
buen día, harta de que sus compañeros del - He encontrado mi felicidad: lo que importa no
bosque le recriminaran por su poco esfuerzo al es marcarse grandes e imposibles metas,
realizar sus tareas. sino acabar todas las pequeñas tareas que
contribuyen a lograr grandes fines.
Y es que había optado por no intentar siquiera Las moscas. Fábula y poesía para niños
realizar actividades tan sencillas como
amontonar hojitas secas caídas de los árboles
en otoño, o quitar piedrecitas de camino hacia
la charca donde chapoteaban los calurosos
días de verano.

- ¿Para qué preocuparme en hacer un trabajo


que luego acaban haciendo mis compañeros?
Mejor es dedicarme a jugar y a descansar.

- No es una gran idea, dijo una hormiguita. Lo En un frondoso bosque, de un panal se


que verdaderamente cuenta no es hacer el derramó una rica y deliciosa miel, y las moscas
trabajo en un tiempo récord; lo importante es acudieron rápidamente y ansiosas a devorarla.
acabarlo realizándolo lo mejor que sabes, Y la miel era tan dulce y exquisita que las
pues siempre te quedará la recompensa de moscas no podían dejar de comerlas.
haberlo conseguido.
Lo que no se dieron cuenta las moscas es que
No todos los trabajos necesitan de obreros sus patas se fueron prendiendo en la miel y que
rápidos. Hay labores que requieren tiempo y ya no podían alzar el vuelo de nuevo.
esfuerzo. Si no lo intentas nunca sabrás lo que
eres capaz de hacer, y siempre te quedarás A punto de ahogarse en su exquisito tesoro, las
moscas exclamaron:
- ¡Nos morimos, desgraciadas nosotras, por Lo que quiero decir es que cuando dices o
quererlo tomar todo en un instante de placer! haces cosas con mal genio, enfado y mal
carácter, dejas una cicatriz, como estos
El niños y los clavos, un cuento sobre los agujeros en la cerca. Ya no importa tanto que
berrinches de los niños pidas perdón. La herida estará siempre allí. Y
una herida física es igual que una herida verbal.

Los amigos, así como los padres y toda la


familia, son verdaderas joyas a quienes hay
que valorar. Ellos te sonríen y te animan a
mejorar. Te escuchan, comparten una palabra
de aliento y siempre tienen su corazón abierto
para recibirte.

Las palabras de su padre, así como la


experiencia vivida con los clavos, hicieron que
el niño reflexionase sobre las
consecuencias de su carácter. Y colorín
Había un niño que tenía muy, pero que muy colorado, este cuento se ha acabado.
mal carácter. Un día, su padre le dio una bolsa
con clavos y le dijo que cada vez que Daniel y las palabras mágicas, un cuento
perdiera la calma, que él clavase un clavo en infantil sobre la amabilidad
la cerca de detrás de la casa.

El primer día, el niño clavó 37 clavos en la


cerca. Al día siguiente, menos, y así con los
días posteriores. Él niño se iba dando cuenta
que era más fácil controlar su genio y su mal
carácter,que clavar los clavos en la cerca.

Finalmente llegó el día en que el niño no perdió


la calma ni una sola vez y se lo dijo a su padre
que no tenía que clavar ni un clavo en la
cerca. Él había conseguido, por fin, controlar Te presento a Daniel, el gran mago de las
su mal temperamento. palabras. El abuelo de Daniel es muy
aventurero y este año le ha enviado desde un
Su padre, muy contento y satisfecho, sugirió país sin nombre, por su cumpleaños, un regalo
entonces a su hijo que por cada día que muy extraño: una caja llena de letras
controlase su carácter, sacase un clavo de la brillantes.
cerca.
En una carta, su abuelo le dice que esas letras
Los días se pasaron y el niño pudo finalmente forman palabras amables que, si las regalas a
decir a su padre que ya había sacado todos los los demás, pueden conseguir que las personas
clavos de la cerca. Entonces el padre llevó a su hagan muchas cosas: hacer reír al que está
hijo, de la mano, hasta la cerca de detrás de la triste, llorar de alegría, entender cuando no
casa y le dijo: entendemos, abrir el corazón a los demás,
enseñarnos a escuchar sin hablar.
- Mira, hijo, has trabajo duro para clavar y quitar
los clavos de esta cerca, pero fíjate en todos Daniel juega muy contento en su habitación,
los agujeros que quedaron en la cerca. monta y desmonta palabras sin cesar. Hay
Jamás será la misma. veces que las letras se unen solas para formar
palabras fantásticas, imaginarias, y es que Un día, a la tortuga se le ocurrió hacerle una
Daniel es mágico, es un mago de las palabras. inusual apuesta a la liebre:

Lleva unos días preparando un regalo muy - Estoy segura de poder ganarte una carrera.
especial para aquellos que más quiere. Es muy
divertido ver la cara de mamá cuando - ¿A mí? Preguntó asombrada la liebre.
descubre por la mañana un buenos días,
preciosadebajo de la almohada; o cuando papá - Sí, sí, a ti, dijo la tortuga. Pongamos nuestras
encuentra en su coche un te quiero de color apuestas y veamos quién gana la carrera.
azul.
La liebre, muy ingreída, aceptó la apuesta.
Sus palabras son amables y bonitas, cortas,
largas, que suenan bien y hacen sentir Así que todos los animales se reunieron para
bien: gracias, te quiero, buenos días, por presenciar la carrera. El búho señaló los puntos
favor, lo siento, me gustas. de partida y de llegada, y sin más preámbulos
comenzó la carrera en medio de la incredulidad
Daniel sabe que las palabras son poderosas y de los asistentes.
a él le gusta jugar con ellas y ver la cara de
felicidad de la gente cuando las oye. Sabe bien Astuta y muy confiada en si misma, la liebre
que las palabras amables son mágicas, son dejó coger ventaja a la tortuga y se quedó
como llaves que te abren la puerta de los haciendo burla de ella. Luego, empezó a correr
demás. velozmente y sobrepasó a la tortuga que
caminaba despacio, pero sin parar. Sólo se
Porque si tú eres amable, todo es amable detuvo a mitad del camino ante un prado verde
contigo. Y Daniel te pregunta: ¿quieres y frondoso, donde se dispuso a descansar
intentarlo tú y ser un mago de las palabras antes de concluir la carrera. Allí se quedó
amables? dormida, mientras la tortuga siguió
caminando, paso tras paso, lentamente, pero
Fábula de la liebre y la tortuga, sobre el sin detenerse.
esfuerzo
Cuando la liebre se despertó, vio con pavor que
la tortuga se encontraba a una corta distancia
de la meta. En un sobresalto, salió corriendo
con todas sus fuerzas, pero ya era muy
tarde: ¡la tortuga había alcanzado la meta y
ganado la carrera!

Ese día la liebre aprendió, en medio de una


gran humillación, que no hay que burlarse
jamás de los demás. También aprendió que el
exceso de confianza es un obstáculo para
En el mundo de los animales vivía una liebre alcanzar nuestros objetivos. Y que nadie,
muy orgullosa y vanidosa, que no cesaba de absolutamente nadie, es mejor que nadie
pregonar que ella era la más veloz y se burlaba
de ello ante la lentitud de la tortuga. Esta fábula enseña a los niños que no hay que
burlarse jamás de los demás y que el
- ¡Eh, tortuga, no corras tanto que nunca vas a exceso de confianza puede ser un
llegar a tu meta! Decía la liebre riéndose de la obstáculo para alcanzar nuestros objetivos.
tortuga.
5 LEYENDAS

La Llorona es una de las leyendas con más fuerza en nuestro país. Hoy día su
presencia sigue causando tanto pavor como hace siglos. La gente del pueblo no duda
en afirmar su existencia e incluso los más instruidos temen objetar algo ante quien
afirma haberla visto, pues está tan imbuida en el pensar del guatemalteco que forma
parte misma de su existencia y se le otorga el carácter de realidad. Tenemos un gran
número de versiones sobre su presencia y lo que la obliga a lanzar ayes lastimeros
por la noche, pero lo que nadie puede negar es que ha trascendido las barreras del
espacio y el tiempo hasta llegar a ser parte de la idiosincrasia de un pueblo. Es lo
cotidiano de lo sobrenatural y la representación de la desesperanza.

El cadejo es el espíritu que cuida el paso tambaleante de los borrachos, "es un animal en forma
de perro, negro, lanudo, con casquitos de cabra y ojos de fuego". Su trabajo es perseguir o cuidar a los
bolos que les gusta mucho el guaro y se quedan tirados en la calle, según la leyenda
hay dos tipos de cadejos uno malo y uno bueno, el malo es el de color negro, y el
bueno de color blanco. Aunque según las personas que les han visto siempre ven a
los dos, pero siempre el negro mas inquieto y distante y el bueno echado cerca de la
persona, resguardándola del cadejo malo

Hay que tener cuidado aunque sea un espíritu protector porque al beber demasiado
y muy frecuente, "el Cadejo lo puede trabar, pues si se lo encuentra a uno tirado y
le lame la boca, ya lo jodió para siempre, pues entonces uno jamás se compone". El
Cadejo acostumbra seguir por nueve días al hombre al que le lamió la boca y no lo deja en paz.

La Leyenda Del Mico Brujo


En todo Centroamérica se conoce la leyenda del “ Mico Brujo” .
En algunas partes también le dicen la Mona. Decían nuestros
antepasados que había unas mujeres que a las once de la noche
se daban tr es volantines para atrás y luego tres para adelante;
que esta mujeres tenían un guacal blanco y que a la última
voltereta vomitaban el alma en el guacal. Ya sin alma, tomaban
figura de monos o micos y se dedicaban a hacer “ diabluras” .

Y así, estas brujas, acompañadas de la oscuridad de la noche, se


trepaban a los árboles y tiraban frutas a la gente. Se subían a los techos de las casas, saltando de un lugar a
otro y arrojando pedradas contra las piedras de la calle. Muchas personas han tratado de agarrar y matar a la
mona o al mico, pero de nada les sirve, pues cuando ya están cerca y creen tenerlo acorralado se les esfuma
como por encanto. También contaban nuestros antepasados que estas mujeres podían convertirse en chanchas
grandes, negras y llenas de lodo. Apenas veían a la persona “ señalada” , aligeraban su trote y comenzaban a
gruñir. Embestían furiosamente a la persona y le daban trompadas y mordiscos en las piernas hasta derribarla y
hacerle perder el conocimiento. Al día siguiente, la víctima amanecía molida y mordida, y con los bolsillos vacíos.
La Segua
Se aparece de pronto en el camino pidiendo que el jinete la lleve en su caballo,
pues va para el pueblo más cercano. Y dicen que ningún hombre se resiste a su
ruego. Hay quienes le ofrecen la delantera de la montura y otros la llevan a la
polca.

Para ella es lo mismo. Pero a medio camino, si va adelante vuelve la cabeza y si va


atrás hace que el jinete la vuelva. Entonces aquella hermosa mujer ya no es ella.

Su cara es como la calavera de un caballo, sus ojos echan fuego y enseña unos
dientes muy grandes, al mismo tiempo que se sujeta como un fierro al jinete. Y el
caballo, como si se diera cuenta de lo que lleva encima, arranca a correr como
loco, sin que nada lo pueda detener.

Otras leyendas cuentan que las Seguas son varias. Y no faltan ancianos que aseguren que cuando ellos
eran jóvenes atraparon a una Segua. Pero que una vez atrapada y echa prisionera se les murió de
vergüenza. Y que al día siguiente no encontraron el cadáver, sino solamente un montón de hojas de
guarumo, mechas de cabuya y cáscaras de plátano.

Los penitentes de la Recolección


Todos los días a los doce de la noche, los vecinos del Barrio de La Recolección
escuchan pasos de encadenados. Son penitentes fantasmas que quieren librarse
de sus culpas.

Cuando los han visto no solo van encadenados sino con capuchones antiguos.
Algunos se flagelan. Son animas por las cuales las viejitas dicen hay que rezar.

Verlos atemoriza pero también produce pena y compasión porque a nadie le


gustaría estar eternamente encadenado a sus malas acciones.

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