Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Hasta Que La Muerte Nos Separe ForBigMistakes PDF
Hasta Que La Muerte Nos Separe ForBigMistakes PDF
akes
“Hasta que la muerte nos separe”. Seis palabras, seis simples palabras
que, juntas y ordenadas de forma concreta, tienen un significado que la
mayoría de las personas relacionan con la unión de dos personas y, por
tanto, con un momento feliz, aunque este último aspecto puede llegar a
ser muy relativo. Nadie que, en principio, pareciese estar en su sano
juicio, defendería que dicha construcción gramatical es de excesiva
complejidad, y menos personas aún, creerían que va ligada a una
reflexión filosófica profunda.
Sin embargo, ahí estaba ella, sentada en uno de los bancos de las
primeras filas, rodeada de personas que conocía muy bien y de otras
que apenas había visto un par de veces o, incluso nunca; y con esas
palabras asquerosamente simples, retumbando una y otra vez en su
cabeza. “Pues teniendo en cuenta que todas sus mujeres han muerto,
eso no parece tener mucho sentido…” Observó una vocecita interior un
tanto cruel que salió a la luz, cual espontáneo en un partido de fútbol.
Negó levemente con la cabeza, como auto reprobando el desafortunado
comentario de su subconsciente, aunque esbozó una leve sonrisa.
-¿De qué te ríes? –le susurró al oído una mujer con unos grandes ojos
azules, que aparentaba la misma edad que ella y que se encontraba
sentada a su lado izquierdo.
1
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿De qué habláis, Claudia? –quiso saber un chico que estaba sentado a
su derecha, acercando su cabeza a ellas.
-De las semejanzas entre su padre y Barba Azul –contestó la de los ojos
azules.
-¿Podéis callaros de una vez? –susurró ella con fingido enfado acercando
su rostro al banco de enfrente; provocando las risas ahogadas de sus
dos amigos y la mirada extremadamente molesta de una mujer que se
encontraba sentada en su misma fila pero en el banco del otro lado del
pasillo. Al sentirse observada, ella también dirigió su atención hacia
aquella mujer, contestando a su gesto de enojo con un guiño que, con
toda seguridad, la sacaría de quicio.
-¿Por qué no dejas de provocarla, Maca? Aunque sea sólo por un día –le
susurró Anna que había sido testigo del acto de su amiga y cuñada, que
sonreía provocativamente ante la reacción de la otra mujer.
-¿Yo? Me ofendes… Es ella la que se exalta cada vez que abro la boca…
-se defendió ella.
2
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Tras esa breve conversación, nadie dijo nada más durante los minutos
que quedaban para que la ceremonia finalizara. Puesto que nadie
deseaba los reproches que seguro les dedicaría el patriarca, si lo hacían.
-Joder, que pesaditos estáis con el tema… Voy a ver si hay alguien
interesante con el que hablar –se quejó, huyendo de las risas burlonas
de ellos y desapareciendo entre la gente.
Cuando por fin llegó al exterior, tras haberse excusado ante numerosos
invitados que trataban de darle conversación, barrió con la mirada
aquellos jardines amplios y bien cuidados que rodeaban la iglesia, en
busca de algún lugar apto para poder esconderse. Sus ojos se
detuvieron en unos setos cercanos, situados algo a la izquierda, que le
permitirían fumarse aquel ansiado cigarrillo tranquilamente y sin
interrupción alguna.
Pocos segundos más tarde, ya con el pitillo entre los labios, buscaba de
forma desesperada el mechero dentro de aquel pequeño bolso de mano,
en el que tanto le había costado embutir el teléfono móvil y apenas
cuatro cosas más.
3
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Sí, será eso… Aunque creo que el problema está más bien en que te
buscas unos novios que son igual de desastres que tú. Francamente,
todavía no consigo entender cómo conseguís sobrevivir sin enteraros
nunca de nada.
-No te quejes, Maca –la reprendió ella con una sonrisa –tienes que
aprender a ver el lado bueno de las cosas… Gracias a tu padre podrás
elegir de entre un gran abanico de iglesias y restaurantes donde poder
celebrar tu boda.
-Que graciosa eres, Martita –le espetó aun sin poder evitar reírse –
aunque tienes razón… Me será inmensamente útil tener una larga lista
de iglesias donde casarme. Lástima que las bodas lésbicas no suelan
celebrarse ahí…
-Lo mismo digo –las interrumpió otra voz a su espalda, pero con un tono
muy diferente al utilizado por la otra mujer –me parecería increíble que
alguien tuviera el mal gusto suficiente como para casarse contigo –
añadió con el mismo desdén con el que había hablado antes.
4
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Que te jodan –le espetó la mujer, cuyos ojos centelleaban con espurias
de ira.
-Yo también te quiero Esther… -repuso Maca, dándose la vuelta sin más
hacia la iglesia –pero venga, vámonos. ¡Nos están esperando! –añadió
esbozando una sonrisa al ver el gesto contrariado de la que, a partir de
entonces, sería algo más que una conocida.
Por suerte, había sucumbido ante los repetidos ruegos de su padre para
que ayudara a su futura mujer con la disposición de las mesas. Este
hecho, le permitió poder poner una condición a cambio: sentarse en la
misma mesa que su hermano, su cuñada y el resto de sus amigos.
Además, se las ingenió para sentarse lo suficiente lejos de aquella
mirada inquisidora de Esther, que parecía estar atenta en todo momento
a sus actos, para poder reprobarlos a continuación; pero en una posición
en la que ésta pudiera ver lo bien que lo pasaba con ellos, mientras ella
se aburría soberanamente aguantando cumplidos que le dedicaba su
parentela.
-¡Qué pesados! –exclamó Maca el llegar a su altura, con una copa que
contenía un líquido claro.
5
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
asco.
-¡Pero fijaos en ella! –insistió una Claudia divertida, por quinta vez –No
deja de mirarnos, y lleva así todo el rato…
-¿De quién…? –empezó Maca girándose, para ver quién era el centro de
la conversación -¡Ah! Ella…
Poco rato más tarde, les informaron de que ya podían entrar en el salón
donde se celebraría el banquete, así que siguieron al resto de los
invitados hacia el interior del castillo.
-No me extraña –exclamó Guille con la boca medio abierta, ese gesto tan
característico en él.
-¿Sabéis a quién he visto? –dijo Maca con voz cantarina llegando hasta
ellos.
-Pues no, pero seguro que tú nos lo vas a decir… -contestó Claudia con
una mueca.
6
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Que Bea no va estar? –acabó la frase Claudia –Maca, que haya venido
su hermana, no significa que ella no haya venido… -empezó de forma
cautelosa para que su amiga no se llevase un chasco, si finalmente Bea
estaba.
-Mierda –susurró Claudia al ver la palidez del rostro de Maca, quien con
gesto desencajado miraba aquella figura que se alzaba soberbia frente a
ellos.
-Lo siento –se disculpó Maca –pero es superior a mí… Y tan siquiera se
ha dignado a saludarnos la muy…
-Por si no lo sabes, he estado en sus dos últimas bodas, así que sé lo que
7
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
tengo que hacer… -le espetó ella de forma borde –pero muchas gracias
por tu información, le haré saber a mi padre lo muy bien que estás
comportándote esta noche…
-¿Si? Pues ella se pasa conmigo cada vez que me habla, así que por una
vez que lo haga yo, no creo que se muera –agregó Maca enfadada –me
voy para allá.
-No veo el día en que finalmente supere lo de Bea –comentó Marta, una
vez se hubo alejado lo suficiente –creo que deberíamos empezar a
organizar una fiesta para cuando lo logre, debería ser a lo grande…
8
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Te recuerdo que la que me ignoras eres tú, Bea. Fuiste tú la que quisiste
que “nuestra relación” fuera ésto –contestó Maca, cortante.
-No, Bea, no. ¿Tú sabes el daño que me has hecho? Tus repetidos
desplantes, cada vez que me ignorabas… Me has ridiculizado durante
años, y yo he seguido persiguiéndote, con mi dignidad por los suelos…
-Yo no…
-Ah, sí… Es verdad… -se acordó Esther, queriendo que Claudia siguiera
con su relato.
-Lo cierto es que Maca lleva enamorada de ella desde el colegio, aunque
más que enamorada diría que la idealizó tanto que llegó un momento en
que se obsesionó con su perfección… Empezaron a hacerse muy amigas,
tenías que ver a Maca, toda su bordería desaparecía cuando estaba con
ella, se deshacía en atenciones… Eran algo así como inseparables, y lo
siguieron siendo cuando empezó la universidad. Hasta el momento
nadie sabía que Bea hubiese estado con alguien, así que Maca empezó a
hacerse ilusiones, y cada vez mayores. Pero llegó un día en que todo
cambió… Fue como si Bea, que siempre había sido la persona más dulce
sobre la faz de la tierra, se hubiese convertido en alguien irreconocible.
Guille siempre la compara con Darth Vader… -explicó esbozando una
sonrisa triste –no sé, todo empezó como un juego, primero se picaban en
broma; pero poco después, comenzó a tratar a Maca de una forma
repulsiva y, como veía que ella seguía yendo detrás suyo, cada vez se
9
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
pasaba más… Estaba meses sin tan siquiera mirarla a la cara, en esos
momentos Maca se desesperaba y la llamaba pidiéndole perdón por si
había hecho algo malo. Todavía recuerdo una vez de estas, cuando Bea
volvió a hablarle, y Maca me vino llorando de alegría… Al final la cosa
era insostenible, así que dejamos de quedar con ella. Hacía como dos
años que no la veíamos… Y ahora va y la tía se presenta aquí con el que
se va a casar en dos meses…
En ese momento, Guille llamó a Claudia para que fuese a bailar con
ellos, ya que estaba sonando una canción que debía tener algún
significado especial para ellos, así que Esther se quedó sola
reflexionando acerca de lo que le acababan de contar. Sus piernas
empezaron a moverse sin ella haberles dado orden alguna, y sin saber si
lo que hacía era lo más apropiado, se acercó a aquellas dos mujeres que
seguían hablando.
-No, ahora somos familia. Pero tranquila, que si nos liamos te lo vamos a
notificar. En vista del interés que te despierto… -contestó Esther ante la
mirada sorprendida de Maca.
Bea decidió que no era el momento para empezar una disputa, así que
dio media vuelta y se fue de allí. Las otras dos mujeres se quedaron
quietas, sin moverse apenas, viendo como se alejaba.
-Yo sólo… -empezó Esther sin saber que decir –te vi incómoda y…
-Mira, llevas comportándote fatal conmigo desde hace un año, por algo
que no fue ni culpa mía. Así que haz el favor y no intentes compadecerte
de mí, ahora. No lo necesito… -la cortó Maca sin tan siquiera mirarla.
10
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
UN AÑO ANTES
-Te he dicho miles de veces que no hace falta que te molestes, Teresita –
le decía día tras otro Maca levantando su cabeza de aquel montón de
papeles aparentemente desordenado, por primera vez en una hora y
algo dependiendo del día.
-Hay que ver lo útiles que pueden resultar a veces las pijadas de mi
padre, ¿eh? –comentó alguna vez la médico con una sonrisa malévola
esperando la reacción de la que siempre había sido su secretaria.
-No hables así del Dr. Wilson –la reprendía siempre que ella decía algo
malo de su padre.
-Eres un cielo, Teresa –no podía evitar repetirle siempre que daba el
primer bocado a la comida, mientras la mujer, sentada a su lado, la
observaba con una sonrisa –y con unas excelentes dotes culinarias.
¿Estás segura que no quieres dejar a Manolo y fugarte conmigo? –añadía
con una sonrisa pícara.
11
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Pero aquel día era diferente al resto, puesto que dos noches antes, su
padre la llamó para notificarle que, le fuese bien o no, debía acudir a una
comida familiar, dándole fecha y hora que, como siempre, eran
inamovibles. Aquello no le extrañó demasiado, puesto que una vez cada
trimestre, más o menos, solía suceder exactamente lo mismo, ya que le
gustaba repasar con Maca las últimas decisiones tomadas por ésta
relacionadas con la clínica de la que, desde la jubilación de su padre,
ejercía la dirección.
-Buenas tardes, Macarena –la saludó una mujer mayor saliendo del
comedor –su familia la espera en el salón.
-Bien, hija. Dentro de de poco les voy a avisar para la comida, creo que
le va a gustar…
12
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Pues entonces, encantada, Encarna –dijo Maca con una sonrisa. -¿Qué
tal estás hermanito? –le preguntó a Jero, que mantenía un aspecto serio,
al sentarse a su lado.
-Pues sí, es cuanto menos, curioso –contestó ella con una sonrisa algo
forzada.
-Claro –contestó su amiga mirándola –Es Esther García… -le dijo como si
fuese lo más obvio del mundo –Macarena, por favor, iba a nuestro
colegio. Al grupo A –añadió al ver que su cuñada no conseguía
recordarla.
13
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Sí, me lo suelen decir –la cortó Esther de forma seca –el que ya no lleve
la ortodoncia y esas gafas de culo de vaso, ayuda bastante.
-Pues tengo que decirte que estás guapísima –se sinceró Maca con una
sonrisa.
-¿Qué? –preguntó ella con falsa inocencia tras resoplar –¡ah!, perdón. Al
decirte que lo guapa que estabas, no pretendía insinuarme ni conseguir
meterte en mi cama. Lo siento de verdad si he dado a entender ésto…
-Esto ha estado fuera de lugar –dijo Pedro Wilson algo incómodo por el
cariz que empezaba a tomar la conversación.
-¿Acaso no les habías dicho que tu hija es lesbiana? –se sorprendió ella. –
Pues sí, lo siento pero lo soy, y mejor que te acostumbres de una vez
porque no tengo intención de que mi orientación sexual cambie. Al
menos a corto plazo…
-Sí, fue cuando mi padre se enteró de que Maca era lesbiana… Se lo hizo
venir bien porque ya la había nombrado su sucesora en la clínica y, por
lo tanto, su despido sería improcedente –explicó él sin darle mucha
importancia.
-Lo sé… -se rió Jero –hice la carrera con él. Sergio García, ¡menudo
elemento estaba hecho!
-Igual que tú, según me consta. Suerte que al empezar a salir con Anna
dejaste de hacer el cafre –comentó Maca de forma burlona.
14
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Sí –contestó una Encarna orgullosa –hace un par de años se casó con
una chica de allí, muy maja, y ahora están esperando un niño.
-Me alegro por él, guardo muy buenos recuerdos de nuestra época de
facultad –dijo Jero.
15
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Pues no, gracias. Puedo ir solita, hace años que me saqué el carné de
conducir, ¿sabes? –siguió Esther con el mismo tono de voz.
-Yo… Lo siento, no pretendí… -se excusó Maca cada vez más alucinada
por el tono de la abogada.
Tras aquello, se dio la vuelta y sin decir ni una sola palabra ninguna de
las dos, se fue de allí. Dejando a una Maca estupefacta por lo que le
acababan de decir, e incapaz de moverse, ni hacer otra cosa que no
fuese seguir con su vista ese coche que se alejaba rápidamente por el
jardín de su padre hasta desaparecer tras una curva.
-¿Es que no había otro hombre? –preguntó Esther por enésima vez en
aquella tarde ante su compañera de piso y socia del bufete de
abogados.
-Por favor, Esther. ¿Quieres dejarlo de una vez? –le suplicó Laura al borde
de la desesperación.
16
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
guapa y la fantástica…
-Ya sé lo que hizo –la cortó Esther sin querer escuchar el final, quizás
avergonzada por lo ridículo que podía llegar a sonar aquéllo en boca de
su amiga –Pero esa mujer no me cae bien.
-Digas lo que digas, siempre se portó muy bien conmigo, es más, sin
necesidad de serlo fue agradable y simpática con todas nosotras. Hasta
nos prestaba apuntes… -intentó convencerla Laura.
17
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
más.
-Lo que me faltaba por oír –se quejó Laura hundiendo su cabeza en uno
de los cojines del sofá.
18
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Hola cariño –la saludó una mujer que revisaba un informe junto a un
hombre que parecía más interesado en la revista que otro estaba
leyendo.
-Tiempo más que suficiente –contestó él sin más –debes tener en cuenta
que vas a operar con el mejor cirujano de esta clínica, así que estate
tranquila, anda –añadió arrancando un resoplido de su esposa y varias
carcajadas del resto de los presentes.
-Me ayuda a conocer sus hábitos –le explicó una vez a Teresa cuando
ésta se atrevió a preguntarle por qué lo hacía –A saber como son.
19
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Aunque detestaba todo lo que tenía que ver con, lo que ella llamaba,
papeleo, se había tenido que acostumbrar a numerosas reuniones con
contables y economistas en los que abundaban documentos con
balances, cuentas de pérdidas y gastos y, otros muchos informes que a
ella, al principio, no sabía ni por donde coger.
-Espera, voy contigo –le comunicó Cruz levantándose de su silla -¿qué tal
todo? –quiso saber una vez se encaminaron hacia los ascensores.
-Bien, bien –contestó una Maca no muy animada –tengo una mañana
completita… Y por la tarde tengo reunión con los de contabilidad.
-No, hoy sólo tengo que arreglar la cicatriz de una intervención de labio
leporino. Lo haremos Javier y yo, -explicó la directora con una mueca de
desagrado, por tener que operar con él -el problema es que la
malformación es muy grande y deberé intervenir cuando él acabe. Lo
peor es que es un niño de apenas cinco meses –añadió –el resto son sólo
visitas previas y pruebas. Una de ellas es Sandra.
-¡Vaya por Dios! Es extraño tenerla entre nosotras… -observó Cruz con
ironía –parece su segunda casa, no creo que sus hijos sepan ni que cara
tiene…
20
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Buenos días, Teresa –saludó a la mujer con voz cantarina -¿cómo ha ido
el fin de semana?
-Buenos días, hija… -contestó ella sin mucho ánimo –me lo he pasado
entero preparando una comida familiar… ¡Y no van mis hijos y ayer por
la mañana, y me dicen que no pueden venir! Total que me quedé con la
arpía de mi cuñada, que lo más bonito que me dijo fue que la paella me
había quedado salada…
-Te he dicho mil veces que cuando quieras voy a partirle la cara a esa…
-observó Maca con una sonrisa entrando en su despacho seguida por la
secretaria –que a mi Teresa nadie le critica la paella, ¡hombre!
-Ay, quita, quita… ¡El disgusto que pasaría Manolo si a Catalina le pasara
algo! –exclamó ella, aunque complacida –bueno, vamos a dejarnos de
tonterías –añadió para, a continuación, dictarle el horario de aquel día –A
las dos te traigo la comida, ¿eh? Que sino te olvidas de comer…
21
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
importante que era aquella mujer para ella. Recordaba haber pasado
gran parte de su infancia entre aquellas cuatro paredes, haciendo sus
deberes y ayudando con los papeles y recados. Había sido Teresa quien
la había ayudado cuando no sabía hacer sus tareas escolares, algo en lo
que también había colaborado un joven Rodolfo Vilches cuando éstas se
complicaron. Recordó como, mientras en casa la esperaban unas
madrastras a quienes los hijos de Pedro Wilson, les importaban más bien
poco, Teresa la llenaba de cariño y hacía el papel de aquella madre que
una vez tuvo, pero cuyo rostro apenas recordaba. Ella y Manolo la
habían ido a recoger a la llegada de sus viajes de fin de curso, y los
llevaban de vez en cuando a la casa del pueblo a pasar algunos días,
cuando su padre estaba de viaje. Obviamente, había sido a ella a quien
le contó sus primeros temores acerca de su sexualidad, y a quien le
había presentado todas sus novias más formales.
-Hola Maca –la saludó una voz sensual, unas horas más tarde –que bien
te veo.
-Sandra –contestó ella –lo mismo digo –añadió sin salir de detrás del
escritorio, manteniendo una distancia prudencial de aquella mujer de
cincuenta años que tenía la figura de una veinteañera a causa de sus
múltiples operaciones.
-¡Ah, eso! Fue un comentario sin importancia, no creo que a esas alturas
alguien vaya a escandalizarse por tu reputación. Todo el mundo sabe tu
facilidad por meterte en la cama con tus clientas, incluidos nuestros
maridos…
22
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Como clienta tuya, no creo ser merecedora de este trato, por eso voy a
tomar las medidas correspondientes –dijo la mujer herida por el rechazo
–tendrás noticias mías muy pronto, Macarena.
-Te lo mereces, a ver si aprendes de una vez –la riñó Teresa antes de salir
de la habitación.
-Mierda –se quejó ella –bueno, supongo que esto también viene con el
papel de madre… -añadió a modo de pensamiento en voz alta, para
volver a concentrarse en unas pruebas que debía comentar con su
siguiente paciente.
La gran tormenta que, desde hacía algo más de dos días, caía sobre la
ciudad, inundando calles y causando enormes colas de coches, les había
impedido salir a la calle y hacer cualquier otra actividad que habían
planeado para el fin de semana, así que decidieron quedarse en casa y
disfrutar del “no hacer nada”.
-Estamos de un vago que da asco –observó Guille mirando todas las
botellas de cerveza y bolsas de patatas que se amontonaban en la
pequeña mesa de centro.
-¡Qué le vamos a hacer! –exclamó Marta acurrucada entre los brazos de
Eduardo, el pelirrojo con el que llevaba varios años saliendo –es lo que
tiene la vejez… ¡Todavía recuerdo cuando éramos jóvenes!
-No digas tonterías, anda –le reprendió Joan, de mal humor, ante la
mirada sorprendida de todos.
-Estamos insoportables hoy, ¿eh? –le dijo Maca.
-Es que hoy teníamos guardia… -explicó Jaime, el marido de éste –y
claro, como Rosa no puede hacerse cargo de la farmacia por un día…
23
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¡Ay, déjame! –exclamó Joan –nunca se sabe que puede pasar. No creo
que tenga que dar explicaciones por ser responsable con mi negocio.
-Ayer me encontré a Laura –anunció Claudia, como si acabara de
recordarlo de repente, en un intento de suavizar el ambiente.
-¿Qué Laura? –quiso saber Marta, sin saber de quien hablaba su amiga.
-Joder, Marta… Laura Llanos. ¡La del colegio! –exclamó Claudia
desesperada por lo despistada que la otra podía llegar a ser. –Vino el
otro día a la consulta con su madre, a la que operamos hace un par de
años…
-¿Esa no era amiga de Esther? –recordó Maca de repente.
-Si que te interesas por tu futura hermanita, ¿eh? –la pinchó Anna con
una sonrisa burlona –no creo ni imaginarme la cara de tu padre si te lías
con la hija de su futura mujer.
-A mí no me hace ni pizca de gracia, ¿eh? –se quejó Jero no queriendo ni
pensar en la situación -¡Dios! Sería horrible…
-Bueno, ¿qué te dijo Laura? –quiso saber Maca ignorando los
comentarios de su hermano y cuñada.
-Uy, uy, uy… Si que te importa… -se rió Claudia, aunque ante la mirada
de la médico, decidió proseguir –Pues me comentó que hace tiempo que
ellas quieren hacer una cena de esas de toda la clase, para celebrar que
hace quince años que nos graduamos… Y la idea es que cada uno vaya
con su pareja.
-Odio estas cosas… -se quejó Joan.
-A ti lo que te pasa es que te da palo que todo el mundo sepa que eres
gay… Tanto negarlo en el colegio, y mira… -lo cortó Maca, riéndose de
él. –Pero es verdad, suelen ser un muermo… En estas reuniones es
cuando te das cuenta de que ya no tienes nada en común con todas
esas personas, y que lo que os unió en su momento, ya no lo hace…
-Pues yo tengo ganas de ver a todos esos a los que vosotras
considerabais guapísimos –comentó Guille -¡ja! Todos calvos y con su
barriga cervecera…
-Ya será menos… -dijo Claudia –por cierto, Maca, ¿con cuál de tus
conquistas irás?
-Pues pensaba ir contigo, que para entonces tengo la esperanza de que
hayas caído en mis redes –contestó ella riéndose. –Lo que me da miedo
es que vaya Bea… -añadió seria, de repente.
-¡Ya estamos! –exclamó Anna, hastiada por el tema que surgía - Llevas
años obsesionada con ella, ¿es que no vas a superarlo nunca?
24
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
25
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Los días pasaban rápido, y con ellos las semanas. O al menos, esto
pensaba Teresa mientras, como cada final de jornada, marcaba una cruz
en el día que acababa entonces, de aquel pequeño calendario que
reposaba encima de su mesa. Miró la hora que marcaban las agujas de
su reloj: como siempre se marcharía más tarde de lo que indicaba su
contrato. Su trabajo le gustaba, se sentía a gusto con las personas que
la rodeaban y, de hecho, a muchos de ellos los apreciaba mucho o,
incluso, les quería. Ese era el caso de la mujer que se llevaba horas
encerrada en el despacho que se encontraba a su izquierda y, a la que
cada día le preparaba la comida.
-Pues tú, ¿qué va a ser? Llevo días sin dormir pensando en tu sonrisa…
-contestó él divertido –por cierto, te has hecho algo en el pelo, ¿verdad?
-¿Y cuándo no? Por lo que se ve, su cartera lo hace más alto –la cortó,
haciendo referencia a las casi dos cabeza que él le sacaba al aludido.
-Bueno, si viviese entre los pitufos quizás sería el más alto… No soporto
su pedantería, en serio…
-¡Qué va! –exclamó él –Simplemente se pasa el día con esa cara de asco
y…
26
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-A ti lo que te da rabia es que tuviese un lío con Claudia –le cortó Teresa
–que lo sé yo.
-Si no tuviera que aguantar a todos los que se han tenido algo con ella,
créeme que casi no podría ni andar por la calle…
Cuando la chica hubo desaparecido tras las puertas del elevador, Maca
se giró sonriente hacia las dos únicas personas que quedaban en aquella
planta, y que la miraban boquiabiertos, sobretodo una.
-¡Que fuerte! –exclamó Teresa –es Nuria Casas… ¡La modelo! La que sale
con…
27
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Y?
-Pues que hablamos un rato y luego fuimos a tomar un café… -explicó él.
-Tiene el pelo castaño claro, casi rubio; unos ojos verdes, enormes y,
tenemos un humor parecido…
28
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
que…
-Sí –contestó Guille con una sonrisa recordando las fiestas en las que
había surgido eso –pero recuérdalo tú la próxima vez que vayas a tirarte
a una modelo…
-Hola hijos –les saludó Carmen, saliendo por una de las puertas,
mientras se secaba las manos con el delantal.
-Pero… –empezó Maca, antes de ver como Guille salía de nuevo al jardín
-¿adónde vas? –quiso saber siguiéndolo.
29
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Y que la primera persona que me encuentre tengas que ser tú… ¡Manda
narices! –contestó Esther, dejando a los dos amigos pasmados y sin
decir nada –Guillermo… -añadió a modo de saludo al pasar por el lado
del chico que la miraba boquiabierto.
30
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Hola, Guillermo –lo saludó éste, apretando su mano con gesto afable -
¿cómo andan tus padres?
-O tal vez sean todas esas noches que te pasas sin dormir, Maquita –
observó Javier, imitando su gesto, ante lo que la médico notó como
Guille, que se encontraba a su espalda, le apretaba el hombro con fuerza
intentando contenerse.
31
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Joaquín, con el que eran amigos desde la infancia, cuando éste fue
despedido de su trabajo. Debido a ello, la pareja se había sentido
siempre en deuda con Pedro Wilson, aunque Javier no parecía compartir
la gratitud de sus padres para con su tío.
-¿Y cómo os conocisteis? –quiso saber María Fernández, con esa sonrisa
que su hijo había heredado.
-En el club de Polo –explicó Encarna –yo juego al bridge allí una vez por
semana con mis amigas. Pedro suele ir por allí, y como tenemos algunos
amigos en común, bueno, nos conocimos y congeniamos…
-¿Eres socia del Club? –se extrañó la mujer –pues la cuota es cara… Le
será difícil a una viuda como tú seguir con ese rumbo de vida. Ya se sabe
que las pensiones de viudedad no son lo que se dice abundantes.
¿Porque tu marido era…?
-Maca, hija –las interrumpió Pedro Wilson, tras carraspear -¿podrías venir
un momento a mi despacho, por favor? Tengo que comentarte algo de la
clínica…
-Quiero que sepas que realmente agradezco el gesto que has tenido
para con Encarna, y por su cara creo que a partir de ahora tendrás una
firme defensora… -empezó él sirviéndose una copa.
32
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
El resto de la cena pasó sin pena ni gloria, aunque no hubo ningún otro
momento tenso después del vivido. Quizás fue por el hecho de que
todos intentaran hablar de temas banales, ajenos a cualquier posible
debate; o quizás fue porque Maca intentó ignorar totalmente los
comentarios de sus tía y primo, limitándose a conversar con su
hermano, su cuñada, Guille y Encarna, que por su parte, parecía sentirse
bien entre ellos.
-¿Así que sigues metido en lo del bar ese? –quiso saber Javier con
desdén, metiéndose en la conversación que ellos mantenían –me han
dicho que tiene mucha importancia dentro del ambiente… Porque así le
llamáis vosotros a vuestro, ¿cómo decirlo? entorno social, ¿verdad?
33
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Espera –la paró Maca, que ahora mostraba el mismo gesto que su
acompañante, agarrándola del brazo -¿tienes algún problema conmigo?
¿Te he hecho algo…?
-¿En serio le dijo eso? –preguntó una Teresita con los ojos desorbitados,
después de que Guille acabara con su narración de los sucesos de la
cena.
-¿Y Maca no le dijo nada? –quiso saber a su vez, Claudia con el mismo
tono que la secretaria.
Habían pasado varios días desde aquel accidentado encuentro, en los
cuales, Maca se mostró algo seca y más borde de lo habitual,
provocando comentarios de enfado de los "afortunados" que habían
tenido algún trato con la directora. El malestar del personal era tal, que
incluso llegó a oídos de Teresa, ante quien todos evitaban nombrar a la
médico, puesto que sabían de su estrecha relación. Aquel día, el grupo
de amigos había quedado para cenar, aprovechando que el día siguiente
era festivo y no tenían que trabajar. Según los planes establecidos por
Claudia, después irían a tomar algo por ahí, y quizás saldrían. Aquél era
el único método fiable, para evitar quedarse toda la noche en casa de
34
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Maca, algo que siempre acababan haciendo, a pesar de las quejas de los
vecinos, que estaban más que hartos de sus ruidosas reuniones.
-¿Nos vamos? –preguntó Maca más como una orden, que como una
proposición –vaya, has tardado lo tuyo en contárselo… -añadió con mal
humor al ver la expresión de sorpresa en la cara de ambas mujeres.
-¡Eh! Que el resto todavía no lo saben –se defendió Guille, alzando las
manos.
-Así que alguien ha conseguido dejarte con la palabra en la boca, ¿eh? –
comentó Claudia burlándose de ella –ésto no lo consiguió ni la
Innombrable en sus mejores tiempos…
-¿Cuándo las va a traer tu padre? –quiso saber Teresa, deseosa de
conocer a la famosa mujer –porque supongo que les enseñará su gran
obra, ¿no?
Maca hizo el ademán de abrir la boca, pareciendo que iba a salir de ella,
algo no muy agradable para sus destinatarios, aunque en el último
momento se lo pensó dos veces y, sin mediar palabra se dirigió hacia el
ascensor.
-Me voy, ya nos veremos en el restaurante –les informó de forma seca,
sin molestarse a girarse.
-¡Pero no te enfades! –gritó Claudia.
Cuando las puertas del ascensor se cerraron, ninguno de los tres pudo
evitar hacer lo que llevaban minutos aguantándose: reírse. A pesar del
grosor de aquella gran masa de metal, Maca pudo distinguir sus
carcajadas, algo que no le sentó demasiado bien.
-¡Joder! –exclamó dándole un fuerte golpe a la pared.
Debido al mal humor acumulado durante la semana, pero sobretodo a
causa de la reacción de sus amigos; no le importó lo más mínimo poner
a prueba la velocidad de su moto, como tampoco le importaron los
pitidos e insultos que recibió de varios usuarios de la calzada, por sus
adelantamientos imprudentes. Sus amigos llegaron al restaurante media
hora después que ella, por lo que la mayoría ya se encontraba
esperándolos sentados en la mesa.
-Lo sentimos –se disculpó Claudia con una sonrisa divertida, mirando a
una Maca parecía no inmutarse, concentrada en su carta –no
encontrábamos parking. ¿Y Joan? Creo que es la primera vez que llego
antes que él.
-Ya nos lo ha contado –les informó Anna, al darse cuenta de las sonrisas
pícaras de los dos.
-¡Buah! Que aguafiestas eres, Maca –se quejó Guille, ante lo que ésta le
35
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
36
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
que emocionados, les daban las gracias. Eran los primeros del grupo en
dar ese paso, a pesar de que tanto Joan y Jaime, como Anna y Jero,
llevaran ya algunos años casados.
-A ver cuando te animas tú, ¿eh? –le susurró Maca a su hermano con un
leve codazo –que acabaré pensando que no cumples con tus funciones
conyugales…
-Lo hago, y además muy bien –se defendió él, con una pose chulesca.
-¿Y para cuando la boda? –preguntó una Anna casi tan emocionada
como ellos dos.
-Bueno, esto ya lo decidiremos, porque se acercan unos tiempos con
muchos gastos… -contestó Edu sin borrar esa sonrisa que parecía ser
imborrable.
Tras dar cuenta de varios platos que finalmente acabaron compartiendo,
y de varias botellas de vino, se dirigieron hacia el famoso pub. Guille iba
guiándolos por esos estrechos callejones tan típicos del Born, y que tan
bien conocía, puesto que vivía y trabajaba allí…
-Esto no se acaba nunca –comentó Claudia, que iba cogida del brazo de
Marta, con una risilla.
-¿Vas borracha? –se extrañó Maca, mirándola burlona.
-Me he bebido cuatro copas de vino, y un gin tonic –se justificó ella –y yo
no soy una esponja como Guille y tú…
Al fin, llegaron al pub que más bien tenía la apariencia de una tienda de
muebles, por la gran variedad de estilos de sus muebles que iban de lo
más minimalista, al clásico extremo, pero sin dejar de ligar entre sí.
Definitivamente, era un local que la clientela de Guille hubiese calificado
como cool. Se encontraba en una casa antigua, como la mayoría de
aquella calle, aunque se veía a simple vista que la habían restaurado
hacía poco. Maca se fijó en que no había ningún cartel que indicase el
nombre del local, pero supuso que estaba fuera de onda y que aquel
hecho no era más que una moda. Dirigió la mirada hacia la puerta,
donde una veintena de personas esperaban detrás de una cinta gruesa
de terciopelo burdeos, a que los porteros los tacharan de una lista. Aquel
pequeño espacio era lo que diferenciaba a los triunfadores de los que
eran simplemente, normales, pensó Maca de forma irónica. Ella estaba
acostumbrada a estar al otro lado de la cinta, pero muchas veces se
había sentido como si no fuera así, la mayoría de las veces, cuando se
encontraba en compañía de Bea.
-No estamos en esa lista, ¿verdad? –quiso saber Joan mirando a Guille,
ante lo que éste respondió con un gesto negativo.
-Eres retrasado, en serio –exclamó Claudia haciendo reír al resto, por la
37
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Tú sabías que ella era…? –la cortó Claudia dirigiéndose a Maca.
-¿Lesbiana? –acabó la frase por ella -No… Pero vosotras tampoco lo sois
y también estáis aquí… Lo que no sé es quiénes serán sus amigas…
38
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Qué hacéis vosotras aquí? –exclamó ella acercándose con una sonrisa.
-Igual que yo… Nuestro despacho se encargó de los trámites para abrir
el local, e Isabel, la dueña, insistió mucho en que teníamos que venir y
aquí estamos–añadió ella.
-Así que no os habéis cambiado de acera, ¿eh? –comentó Maca con una
mueca de fastidio.
-Yo de momento no, por las otras no puedo contestar… –contestó Laura
con una carcajada –por cierto, ya me han dicho que dentro de poco
tienes bodorrio… Esther y yo somos compañeras de piso –aclaró ante la
mirada sorprendida de Maca -¡Chicas, venid que os presento! –llamó a
sus amigas que se acercaron hasta ellas –Eva, Lola y Mónica, trabajan en
el despacho…
-De hecho, yo soy una de las socias –añadió Eva fingiendo estar ofendida
por el descenso que había sufrido su rango.
-Ellas son Maca, Claudia y Marta; fuimos juntas al colegio –las presentó -
¡Anda pero si también están Joan y Anna! –exclamó tras darse cuenta de
su presencia.
-Así que ésta es la famosa Maca, ¿eh? –le susurró Eva a Laura, aunque
no lo suficientemente bajo como para que la aludida y sus amigas no la
escucharan. Aunque ella prefirió fingir no darse cuenta, para poder
seguir la conversación que sabía se daría lugar, pues sabía lo cotillas e
insistentes que podían llegar a ser sus amigos.
-Sí, bueno… -contestó una Laura apurada, dirigiendo una mirada asesina
a Eva, que simplemente se encogió de hombros –Esther lleva unas
semanas un tanto pesadita con el tema de la boda y…
39
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Vosotras sabéis porque le cae tan mal, ¿verdad? –quiso saber Joan con
un brillo extraño en los ojos, ese que compartía con Teresa, cuando olía
material del bueno.
-Eh, esto… -empezó Laura sin saber donde meterse –yo no sabía que le
cayese mal nadie, de hecho Esther es una persona que…
-¡Hola! Siento llegar tarde pero…. –las interrumpió Esther, que llegaba
un tanto apurada por la tardanza -¿estorbo? –preguntó con una sonrisa
al ver que todas estaban calladas y la miraban con cara de susto.
-Eh… ¡No! Claro que no… -contestó Eva, aunque con demasiado ímpetu,
como para que resultara creíble.
-¡Anda, hola! –los saludó Esther con una gran sonrisa –que casualidad,
¿eh? Hacía un montón que no nos veíamos…
40
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Digamos que es algo así como liberal –contestó Eva –me contó que no
le gusta poner etiquetas… ¿Por?
-Lo que sí sé es que tiene fama de conseguir todo lo que se propone, así
que si su objetivo de hoy era él, no parará hasta conseguirlo –comentó
Eva con una sonrisa.
41
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Así que soy importante, ¿eh? –le susurró una voz en su oído,
provocando un inexplicable cosquilleo.
-He oído que no dejas de hablar de mí… -le explicó ella, sin borrar esa
sonrisa que sacaba de quicio a la abogada –¿es verdad? –quiso saber.
-Seguro.
-Es una lástima, aunque no creo que no creo que fuese lo más
apropiado, teniendo en cuenta nuestra futura situación… -concluyó
Maca, conocedora que estaba al límite –ya sabes, una hermanastra
enamorada de la otra… A mí no me importa, ya sabes, estoy muy
acostumbrada a que se haga lo que yo quiero y que todo el mundo vaya
detrás de mí; pero no estaría muy bien, ¿verdad? –le susurró en el oído
antes de irse hacia sus amigos, que la vieron acercarse con una sonrisa
triunfal, y se temieron lo peor.
42
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Oye, ahora que no nos oye Esther… -empezó Eva, en voz baja –me
parecieron muy majas esas chicas –observó refiriéndose al grupo de
Maca.
-Sí, la verdad es que siempre lo han sido… -le dio la razón, Laura –pero
ya sabes, el tema intocable… Como Esther no podía ver a Maca nunca
llegamos a ser lo que se dice amigas.
43
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-No, no hace falta –la cortó Esther de forma seca, impidiendo que
cogiera el plato –cuando invites a tu nueva amiga íntima ya la servirás…
-Pues sí, la tía me vino más chula que un ocho, como siempre, y me
preguntó si era cierto que no dejaba de hablar de ella, y que no le
importaba si estaba enamorada de ella, pero que debido a nuestro
futuro parentesco, no estaría muy bien… -explicó con rabia.
-¡Qué tía! –exclamó una admirada Eva, dando una carcajada, que se
cortó ante las miradas que recibió de ambas mujeres.
-Lo único que podemos decirte es que lo sentimos mucho –se disculpó
Eva –pero reconócelo, últimamente es raro el día en el que no sale el
44
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Sí que es verdad, y lo sabes –la cortó Eva –antes de acostarme estuve
pensando un rato acerca de este tema, no pienses nada raro que fue
porque no podía dormir –aclaró rápidamente -y, bueno… No te enfades,
pero ayer cuando ella y Lola estaban hablando, tú no dejabas de
mirarlas y… ¿Estás segura de que sólo te cae mal? –preguntó con algo
de miedo –hace tiempo leí en algún sitio que el amor puede darse en
muchas formas y… bueno, parece que estés un poco obsesionada con
ella, ¿no? –titubeó buscando el apoyo de Laura.
-Una mujer, sí… Pero creí que ésto ya estaba superado –intervino Laura.
-No es porque sea una mujer, es porque es ella… -contestó Estther –yo
nunca me enamoraría de ella, ¡santo cielo! No puedo creer que penséis
ésto… Voy a demostraros que no estoy obsesionada con ella, y mucho
menos que esté enamorada…
45
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-No seas repelente –la regañó su padre –ya sabes que a mí estas cosas
no se me dan bien, y seguro que a Encarna le hace ilusión que la
acompañes…
-Mira, ella tiene dos hijos, por lo que supongo que le hará mucha más
ilusión que vayan ellos… -lo cortó ella -¡pero qué caray! Oye, a ver si
tengo que anular mis citas de una tarde entera, porque a su querida hija
no le dé la gana de ir con su madre… Además, hasta donde yo sé, tú
también tienes un hijo, ¿no? Que por cierto, tiene más experiencia en
esto de las bodas que yo…
46
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-He oído por ahí que tienes un humor de perros –observó Cruz entrando,
después de haber tocado la puerta, aunque sin haber esperado que se le
diera permiso.
-Nada –contestó ella sin más –no lo sé… -rectificó al ver la expresión
escéptica en la cara de su amiga –de verdad que no lo sé… No ha
pasado nada en especial, pero salto a la mínima y cualquier
contratiempo me desespera. Además están mi padre y su estúpida boda,
la imbécil esa de Esther que no deja de tocar las narices… ¿Sabes que
ayer nos cruzamos por la calle y ni tan siquiera me saludó? –explicó
indignada.
-¿En serio? –se sorprendió Cruz -¡qué fuerte! ¿Y sigues sin saber qué le
hiciste?
-No, que yo recuerde no pasó nada entre nosotras… Lo hablé con esos, y
ellos tampoco. De hecho, creo que no había hablado nunca con ella, más
allá del típico saludo y poco más –explicó Maca –Pero, ¿qué querías?
Porque no creo que hayas venido a mi despacho sólo para saber el
origen de mi mal humor…
-Tienes razón –admitió Cruz directa aunque titubeante –hay rumores que
dicen que… Que dicen que Javier Sotomayor está moviendo hilos entre
los miembros del consejo, y que ha hablado con varios de los médicos
más veteranos…
-Hace semanas que lleva haciéndolo –la cortó Maca –Moreno me lo contó
el otro día…
-Nada –se limitó a contestar Maca –mira, Cruz, desde que llegué a aquí
he sabido que Javier quería ocupar mi puesto, y que sentía que era una
47
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-No, te estoy diciendo que por ahora no voy a hacer nada… De todos
modos, no creo que se atreva a hacer nada mientras mi padre siga vivo,
sabe que no que no puede enfrentarse a él… En mi opinión sólo está
tanteando el terreno… De todos modos, nosotros tenemos más del
cincuenta por ciento de las acciones, así que es imposible que me
destituyan.
-No –contestó Maca con una carcajada –pero siempre va bien saber que
tienes un puesto de trabajo asegurado, si las cosas van mal… -añadió
encogiéndose de hombros.
Llegaba tarde, sólo cinco minutos, pero la impuntualidad era algo que
odiaba, así que evitaba hacerlo siempre que podía. Con prisa, aparcó la
moto como pudo, en aquel espacio habilitado para ello que estaba a
rebosar y, sin tan siquiera quitarse el casco, empezó a dirigirse hacia
donde su padre le había indicado que se esperaría Encarna. Con paso
rápido guardó las llaves en el bolso, tarea difícil con el casco puesto, ya
que apenas podía ver donde la había metido. Esbozó una sonrisa al ver a
48
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Tranquila –la cortó la mujer con una sonrisa afable –sólo son cinco
minutos, y demás no tenías ni porque haberte molestado en venir.
-No tuve muchas opciones, ¿sabe? –contestó Maca riéndose –mi padre
puede llegar a ser muy persuasivo…
-Creo que me he dado cuenta –opinó la mujer –bueno, niña, dame dos
besos, ¿no?
-Hola Maca –dijo con desgana, maldiciendo las tradiciones que le decían
que debía darle a esa mujer los dos besos de rigor.
49
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Bueno, allí tendremos que elegir entre varias cosas y describir más o
menos como queremos que sea la boda –expuso Encarna –como Pedro
no podía venir, serás tú, quien de algún modo, le represente.
50
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Yo… Verá, yo no soy la novia –explicó Maca –venimos por ella –añadió
señalando a Encarna.
-Me temo que no ha habido ninguna confusión –explicó Encarna con una
sonrisa divertida –yo soy la novia.
51
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Un café estará bien –contestó Maca deseando empezar con lo que fuese
que ese hombre les tenía preparado; parecía que la tarde no estaría tan
mal, al fin y al cabo.
Dos horas más tarde, tras discursos que parecían inacabables por parte
de aquel hombre que, a los ojos de Maca, cada vez tenía más pluma;
haberse quedado impresionadas, una vez más, por las floreadas tazas
que contenían su café y, después de haber elegido el lugar del
banquete, las flores, la tienda en la que se haría la lista de regalos y
otros aspectos de la futura boda, fue el turno de hablar del estilo de
ceremonia.
-Supongo que son católicos, ¿no? –quiso saber él, mientras se disponía a
apuntar los datos que iba tomando en una libreta cuyas hojas eran
rosas.
-Verá señor Pardo, estoy segura que esa lista no es tan larga –empezó
Maca apoyando sus codos en la mesa –mi padre siempre ha sido muy
generoso con sus donaciones… De hecho, si no creo recordar mal, hace
poco habló con el párroco y tengo entendido que no puso ningún
problema.
-En ese caso… -dijo él algo molesto no tanto por la información que
acababa de recibir, sino por el tono algo soberbio usado por la directora.
Media hora más tarde, salían de aquel edificio con la cabeza aún
retumbándoles por la gran cantidad de elecciones que les había hecho
tomar el hombre. Maca masajeó levemente su sien, pensando en si sería
posible que una Aspirina le quitase el dolor de cabeza que la
insoportablemente voz aguda del señor Pardo le había provocado.
52
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Solía venir aquí con mi abuela –comentó la médico con una sonrisa, al
reconocer la famosa cafetería –le encantaba el chocolate que hacían.
-Y hacen –la corrigió la mujer contenta por haber acertado –si te digo la
verdad, creo que lo de venir con las abuelas es algo así como un ritual.
¡Yo ya lo hacía con la mía!
53
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Estuvieron largo rato hablando de las tardes que Maca había pasado allí,
de cómo cada sábado acompañaba a su abuela, primero allí y después a
la misa reglamentaria; de lo mucho que había echado de menos y, de la
gran pérdida que había supuesto para ella.
-Así es –afirmó Maca –más que una abuela fue como una madre para mí,
algunos de los mejores recuerdos de mi infancia los tengo a su lado…
Bueno, y al lado de Teresa, claro. Entre las dos nos educaron a Jero y a
mí. Sufrieron lo suyo con nosotros, sobre todo con él. Aunque ahora no lo
parezca pasó una época un tanto difícil, pero después de un par de
sustos cambió y así hasta ahora –explicó –tuvo un coma etílico y, poco
después, un accidente de coche tras una fiesta. El conductor, uno de sus
amigos, decidió que conducir y beber eran compatibles, así que estrelló
el coche contra otro. Murieron el copiloto y el conductor del otro vehículo
–añadió al ver la cara de querer saber más de Encarna - al menos hasta
donde yo sé.
-Bueno, ninguna de las dos era mala mujer, sólo que no se casaron con
Pedro Wilson para aguantar, ni mucho menos educar, a sus hijos.
Supongo que nos apreciaban, ahora lo veo, pero por aquel entonces la
mayor parte del tiempo nos ignorábamos: vivíamos en la misma casa,
54
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-No tiene que darme explicaciones de nada, en serio –la cortó Maca –la
razón de la actitud de Esther es cosa suya, y quizás no sea correcto que
sin ella saberlo, me inmiscuya en su vida.
-Lo que no entiendo es donde entro yo aquí –observó Maca –al fin y al
cabo, usted no se casa conmigo, sino con mi padre.
55
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-No que yo recuerde –repuso la médico –aunque quizás fue algo que yo
no consideré importante y ella sí, pero no creo. Verá, ella y yo
prácticamente no nos relacionábamos, íbamos a clases diferentes y no
coincidimos nunca fuera del colegio…
-Bueno, sólo te pido que tengas paciencia con ella. La conozco y no creo
que tarde mucho en cambiar su actitud… ¿Sabes? Esther siempre ha
sido una persona algo fría y distante al principio, pero una vez la
conoces puede llegar a ser muy cariñosa.
-Creo que sí, a pesar del dolor de cabeza con el que he acabado, lo
mucho que me he reído lo ha compensado con creces, así que dentro de
dos semanas, cuente conmigo para lo que sea…
-De nada –contestó Maca apretando ahora ella, la mano de la mujer con
afecto –si le digo la verdad, me lo he pasado mucho mejor de lo que
habría imaginado jamás…
-Es una mujer encantadora, Teresa –concluyó tras relatarle como había
ido la tarde anterior con todo lujo de detalles, tal y como le había exigido
su secretaria –lo que no logro entender es de donde ha salido el
monstruo que tiene por hija.
56
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¡Lo que hay que oír! –exclamó indignada –bueno, me voy que he
quedado con esos y a este paso voy a llegar tarde… -añadió apoyándose
en la mesa para darle un sonoro beso en la mejilla -¡para que luego
digan!
-Me encantan estas pijadas –observó Guille cuando Maca metió una
tarjeta magnética dentro de una ranura, ya que el ascensor daba
directamente en su piso.
-Es que eres borde –añadió Claudia al ver que Anna no sabía cómo
seguir –y a veces, puedes llegar a serlo mucho…
-Si te sirve de consuelo, más que estirada yo diría más bien prepotente y
distante –opinó Guille.
57
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
caer en el sofá -¿cómo podéis decir esto, precisamente vosotros que sois
mis amigos?
-¿Os dais cuenta de lo buena gente que somos? –opinó Guille riéndose –
porque tenemos que serlo para ser amigos de alguien como tú…
-¿Ya? –se sorprendió Maca –pensé que lo decían por decir, y que sería de
esas cosas que al final nunca se hacen.
-Bueno, mejor así. De este modo seguro que no viene –concluyó Claudia
para animar a su amiga.
58
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Chicas interesadas a las seis –le informó una de ellas, un día que
decidieron ir al In&Out.
-Bueno, creo que podrás comprobarlo por ti misma, porque vienen hacia
aquí.
-Hola –las saludó ésta –mi amiga Nuria y yo no hemos podido evitar
fijarnos en vosotras y hemos decidido venir.
-Que bien, ¿no? –contestó Maca con ironía disgustada por el comienzo
de la conversación, recibiendo un codazo de Paula por su impertinencia.
“Que chicas tan originales…” pensó, “¿para qué dejar un poquito de
misterio pudiendo decir esto? Creo que un “estoy sola y quiero marcha”,
hubiese tenido más gracia…”
-¿Por qué no os sentáis con nosotras? –las invitó Paula, algo que las
mujeres, aceptaron gustosas, sentándose entre ellas.
-Es que se olvidan del resto del mundo cuando están a lo suyo –las
justificó Paula.
59
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Pero tienes suerte, porque creo que hay alguien más interesado en ti –le
susurró Paula señalando con la cabeza a alguien que se encontraba justo
detrás de Maca.
-Pues yo creo que te equivocas –dijo Maca tras haberse girado –más bien
me odia y está mirándome para ver si así me echa un mal de ojo…
-Me temo que sí… -contestó la médico –se llama Esther y será mi
hermanastra en tres meses.
60
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Una vez allí, empezaron a bailar, primero algo distanciadas, para al cabo
de un rato, ir acercándose lentamente hasta bailar juntas. Maca se
alegró de ver que la poca inteligencia de la chica estaba compensada
por sus habilidades a la hora de bailar. En ese momento, la Dj decidió
poner una canción que “favorecía al manoseo justificado” como lo
llamaba Claudia, por lo que aprovechó para acercar todavía más a
Blanca hacia su cuerpo, y colocar una mano en su muslo y otra al final
de su espalda, para empezar un sensual baile. Ésta interpretó el gesto
como una declaración de intenciones, así que no dudó en comenzar a
besarle el cuello. Con una sonrisa, Maca vio que Esther ignoraba
totalmente a sus acompañantes, concentrada en reprobar cada gesto
suyo y, aprovechó ese instante para guiñarle un ojo al mismo tiempo
que se mordía el labio inferior. La abogada, al sentirse descubierta, giró
la cabeza rápidamente hacia sus amigas, en un intento vano de
disimular.
-Pero… ¡esto es imposible! –casi gritó ella –me refiero a que… nos
61
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
La chica cogió la prenda que le daba y se la puso, junto con las otras
prendas que se había quitado. Muy extrañada por la actitud que tenía en
aquel momento la médico.
-Pues casi que mejor así, de este modo podremos encontrarnos al azar
en algún local… ¿No te parece romántico? –la cortó Maca –Bueno, adiós
y muchas gracias por tan agradable compañía… -añadió antes de darle
al botón del ascensor.
Esa mañana, tal y como había quedado con Encarna, dos semanas atrás,
se dirigía a la oficina del señor Pardo, donde habían quedado en esa
ocasión. Había decidido ir andando hacia allí, puesto que no quedaba
muy lejos de su casa, pero pronto se arrepintió: el calor y, el cansancio
que sentía por haber salido la noche anterior, le estaban haciendo el
paseo de lo más fatigoso. Por fin, llegó a la calle indicada e, incluso,
pudo ver el edificio en el que se encontraba el organizador. Dirigió su
vista a la entrada, y se sorprendió al ver que Encarna todavía no había
llegado, así que para distraerse, empezó a observar la fachada
inmaculada, en la que no tardó mucho en distinguir las ventanas de la
62
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
oficina, puesto que unas cortinas de un tono rosa bastante chillón así se
lo indicaron.
-Es mi madre –le espetó ella –por lo visto tienes aguante… -añadió
haciendo referencia a la noche anterior.
-Sí, es una de mis muchas virtudes –contestó la médico con chulería –te
vi muy interesada en todos mis movimientos, por cierto…
-Bueno, mejor eso que no ser una reprimida amargada… -le soltó Maca
sin borrar esa sonrisa impertinente.
-Pues quizás, pero de todos modos no creo que sea una situación nueva
para ti, ¿no? –le espetó Esther dibujando, ahora, ella una sonrisa.
-¿Qué quieres decir con…? –quiso saber ella quedando seria de repente.
-¿Estás bien, Maca? –se preocupó la mujer, al percatarse del gesto serio
de la médico.
63
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Aquella sesión pasó mucho más rápida para las tres, ya que mientras en
la anterior habían hablado prácticamente todo el rato de lo que querían
a un plano mucho más teórico; en esta eligieron entre tipos de flores, los
ornamentos que decorarían tanto el lugar del banquete como la iglesia
y, finalmente, decidieron una modista para el vestido de novia de entre
varios catálogos que Fran, como había insistido que le llamaran, les
había llevado.
-Es una mujer muy reconocida entre los expertos y sus diseños son muy
sobrios, justo lo que usted me dijo que buscaba –les explicó con esa voz
exageradamente aguda –en cuanto al vestuario del señor Wilson…
-No creo que haya mucha opción en este aspecto –lo cortó Maca –mi
padre no se pondrá otra cosa que no salga de su sastre de toda la vida…
Créame, lo he intentado durante años.
-En ese caso, un problema menos –contestó él con una sonrisa, ya que
en apenas una hora, su percepción de Maca había cambiado
radicalmente, y había descubierto que, al fin y al cabo, la chica parecía
tener más sensibilidad de lo que aparentaba –pero tenemos que elegir
donde hacer vuestros vestidos, y el de tu cuñada, claro…
-Sería lo mejor, de este modo nos aseguraremos que aun ser diferentes,
comparten el mismo estilo… Además, no quiero a ninguna modista
incompetente que os haga un vestido largo.
-Mira que no saberlo –soltó Maca con sorna, recibiendo una mirada
asesina de la abogada.
64
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
vestidos.
-Imposible –comentó Maca –ese día tengo una operación que no puede
ser aplazada.
65
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Sí… Sólo, sólo que no quería encontrarme con ellos –contestó señalando
el portal –lo siento pero tengo que irme, he quedado y ya llego tarde –se
disculpó alejándose de ellas con paso rápido.
-Vaya… Parece que Macarena Wilson teme a alguien –observó Esther con
un tono de burla en su voz –bueno, yo también me voy que Laura debe
estar esperándome para comer –añadió dándole dos besos a su madre.
-Te veo contenta –observó una Laura extrañada, mientras sacaba una
gran fuente de comida del horno.
-Como siempre –se limitó a contestar Esther -¿viene Eva o has hecho
comida para el resto de la semana?
66
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿A si? –dijo Laura sin mucho interés. “Ya tardaba en salir el temita”
-¿Yo? Aparte de con Macarena Wilson me llevo bien con la mayoría de las
personas –se defendió Esther provocando las carcajadas de sus amigas.
-Bueno, quizás en esto sí tenemos que darle la razón, ¿eh? –la apoyó
Eva.
67
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Se puede saber qué es esto? –quiso saber Laura, entrando como un
huracán, mostrando unos papeles que se agitaban debido al movimiento
de su brazo –en serio, Esther, explícamelo y quizás entienda como
puedes haber caído tan bajo.
-Lo he aceptado porque creo que esta señora tiene motivos más que
fundados como para interponer esta denuncia.
-Laura, cálmate, ¿no? –se interpuso Eva –creo que estás sacando las
cosas de quicio.
68
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿En serio crees que Maca tiene motivos para haber acosado a una
mujer de casi cincuenta años? –quiso saber Laura, ahora de forma
mucho más calmada –porque hasta donde yo sé, puede tener a quien
quiera…
-En eso estás muy equivocada –intervino Eva –como tus socias en el
despacho, tenemos el derecho de saberlo. De hecho, ocultándonoslo has
infringido una de las normas que se establecieron al abrir el bufete, y
por la cual cada viernes hacemos una reunión para repasar los casos
que lleva cada uno.
-Pues entonces explícame por qué nos lo has ocultado, y no nos lo dijiste
ayer –la cortó Laura –en serio, estoy ansiosa por saber el motivo de tu
actitud, si tan justificado encuentras el haber aceptado el caso.
-¿Y qué pensabas hacer? ¿No repartir los beneficios entre el resto de las
socias? Porque si no recuerdo mal, en la facultad nos enseñaron que
esto es un delito –dijo Eva.
-¿Y qué piensas contarle a Lola? –añadió Laura –porque los casos
penales son de su competencia, así que estás reduciendo la cantidad de
comisión que le damos or asunto llevado.
69
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
único que deberá hacer es pagar una multa y una indemnización por
daños y perjuicios –la cortó Esther.
Ante esta pregunta, Esther bajó la cabeza, dejando más que claro que
no lo había hecho. En ese momento, se dio cuenta de lo mucho que
podría afectarle aquello a Encarna y, de las posibles y más que
probables consecuencias que podrían acarrearle: ¿cómo se lo tomaría
Pedro Wilson y el resto de la familia de Macarena?
-Veo que no –observó Eva –sólo quiero que recapacites en lo que esto
puede provocar en la vida de Maca: si finalmente se acepta la denuncia
y la sentencia es condenatoria, puede suponer el fin de la carrera
profesional de Maca, por no hablar del daño que sufrirá la buena fama
de la clínica. Y sólo espero que, al menos, no hayas presentado aún la
denuncia al juzgado.
-No es a nosotras a quien tienes que decirle esto –contestó Laura, con
dureza –sé consecuente con tus actos y tus errores, porque esta vez, no
pienso sacarte de ésta…
Pocos minutos más tarde, ambas mujeres salían de aquel piso, sin ni tan
siquiera despedirse. Dejaron a Esther sola, pero en esta ocasión sola
tanto físicamente, como moralmente, ya que como le habían dicho, no
apoyaban su decisión y no estarían a su lado cuando la llevara a cabo.
-No sé cómo puedes estar tan tranquila, de verdad –le recriminó Claudia
70
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Pero si la habéis visto como unas cinco veces… -se defendió Claudia.
-¿Quién?
-Sofía Coppola –la corrigió Claudia –eres cruel, tampoco es tan fea.
-Si tú lo dices…
-Laura nos dijo que teníamos que hacerlo, así que yo me visto como me
mandan –contestó él -¿qué tal? –quiso saber girándose hacia ella.
-Muy guapo –opinó mirándolo con una sonrisa –me voy a la ducha –
añadió cogiendo un par de cosas del armario para dirigirse hacia el baño
–venga id saliendo que voy a ducharme –les soltó a los que se
encontraban en su interior.
-¿Ahora? –se quejó Anna –llevo media hora esperando a que Claudia y
Marta acabaran de maquillarse…
-Pues haberte arreglado en tu casa –le espetó Maca –no entiendo porque
siempre tenéis que venir aquí si siempre acaba pasando lo mismo.
Ante ese fuerte argumento, a Anna no le quedó más remedio que salir
de allí, sin haberse acabado de maquillar todavía; así que se dirigió al
71
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
salón donde Jero, ahora junto con Eduardo, seguía mirando la televisión.
Se sentó junto a él, aunque empezó a leer una de las revistas del
corazón que estaban encima de la mesilla de centro.
Apenas media hora más tarde, Maca salía del baño ya peinada y
maquillada. Sin reparo alguno, se dirigió a su habitación en ropa interior,
haciendo que Guille se girara al verla entrar.
-¿Seguro que no eres gay? –preguntó Maca con una sonrisa burlona.
72
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Yo sí –contestó ella con dureza –creo que no cabía nadie más en el
coche, pero estoy segura que la señora Gutiérrez estará encantada de
devolverte el favor y llevarte hacia allá –añadió con el mismo tono, para
salir de allí sin darle opción a réplica.
73
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¡Hola Esther! –la saludó Cristina a quien hacía meses que no veía.
-¿Qué tal? –se interesó Maca, que salió de repente de no supo donde,
justo a su lado.
-Hacía muchísimo que nos veíamos, ¿eh? –comentó Mar, otra de sus
amigas –sabía de ti por Laura, pero andas desaparecida…
-Ya, bueno… -contestó ella –ahora que nos vemos, puedes preguntarme
lo que quieras –añadió abriendo los brazos, dando a entender que
estaba a su disposición, provocando las risas del resto -¿cómo están los
niños?
-Bueno, basta ya, ¿no? –les cortó Maca de forma cómica, al ver el apuro
de la abogada –que me estoy poniendo celosa… -añadió provocando las
carcajadas de alguno y un nudo en el estómago a Esther, por culpa de
los remordimientos.
74
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Los presentes empezaron a entrar dentro del local, donde otra veintena
les esperaban. La doctora, algo atrasada, miraba con miedo, la cara de
todos aquéllos, rezando no sabía a quién, para no distinguir las facciones
de Bea en esos rostros. Parecía que de momento, sus plegarias habían
sido escuchadas, porque no la vio. En ese instante, Laura se acercó a
ella con gesto amigable.
-Ya… -contestó Maca sin saber que más decir –es que hoy era su
cumpleaños…
-Eso me dijo –añadió Laura –otra cosa… Estaba pensando que quizás
podríamos sentarnos en la misma mesa. Bueno, los sitios no están
fijados y creo que cabemos todos… Además, sois con los que hemos
mantenido más el contacto…
-Claro que sí, pero no tienes porque darme explicaciones, ¿eh? –dijo una
Maca mucho más risueña, por el peso que se había quitado de encima.
-¿Os habéis dado cuenta de lo feo que está Roberto? –observó Laura con
una sonrisa un tanto cruel.
75
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
ellos a gusto.
Al acabar, los camareros les informaron que había una sala contigua, en
la que se había habilitado un espacio para bailar y, varias barras cuyas
bebidas iban incluidas en el precio.
-Creo que vas borracha –observó Maca mirándola con una ceja alzada y
una sonrisa divertida.
-No, algo contentilla si eso… Borracha iré cuando me haya bebido un par
más de cubatas –contestó Laura -¿te pasa algo?
-No, ¿por?
-Ya, verás… Es que desde hace algún tiempo Bea y yo estamos algo
distanciadas, por no decir mucho. Es extraño lo mucho que pueden
llegar a cambiar las cosas, ¿verdad? Acabas el colegio teniendo un
futuro en mente y luego te das cuenta de lo que no hay nada de lo que
habías imaginado…
76
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
no está del todo mal, ¿eh? –comentó Laura sorprendida por la reflexión
que acababa de escuchar y, que para nada, iba con esa mujer.
-La verdad es que el trabajo está genial, pero por mucho que lo intento
no acabo de sentirme a gusto. No sé, nunca dejaré de ser la hija
enchufada…
-No creo que las cosas sean así, Maca –la cortó Laura –estoy segura de
que tu padre te escogió por ser la más apta. No creo que tirase todo el
esfuerzo hecho durante años por poner a su hija en el cargo, o yo al
menos no lo haría…
-¿Y a ti? –quiso saber Maca para cambiar de tema, ya que se sentía
analizada en exceso -¿qué os pasa a Esther y a ti? Porque casi no habéis
hablado hoy.
-Hemos tenido una pequeña pelea… Hay veces que la agarraría por el
cuello y no la soltaría –contestó Laura sin atreverse a mirarla a los ojos,
por estar mintiéndola de forma exagerada –por cierto, ¿tú conoces a
algún abogado penalista?
-Eh… Bueno… -titubeó Maca sorprendida por la pregunta –lo más que sé
del tema es que en la clínica tenemos a unos abogados contratados por
los temas mercantiles y eso... Ah, y que un bufete nos lleva siempre los
casos de denuncias por negligencias médicas y reclamaciones… ¿Estás
buscando un trabajo?
-¿Y cómo se llama? –quiso saber Maca más por compromiso que por lo
que le pudiera interesar.
Laura se dirigió de forma algo insegura hacia donde estaban sus amigas,
ya que empezaba a notar que su estabilidad le fallaba. A medio camino,
alguien la agarró de forma fuerte del brazo, impidiendo que siguiera con
77
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
su trayecto.
-¿Qué? ¿Ya se lo has contado todo? –le soltó una Esther enfadada, que
había estado atenta en todo momento de la conversación que
mantenían las dos mujeres.
-No, aunque no por ganas –contestó Laura de forma seca –mira Esther,
tú eres una de mis mejores amigas y aunque no apruebe lo que has
hecho, no voy a boicotearte.
-¿Y de qué hablabais? –quiso saber sin acabar de fiarse, puesto que
sabía que cuando llevaba varias copas encima, su amiga solía hablar
más de la cuenta.
Algunas horas más tarde, los últimos que quedaban allí abandonaban
aquel restaurante. Por un lado, Maca estaba contenta por no haberse
encontrado con Bea y la tensión acumulada en los últimos días había
desaparecido; pero por otro lado, se sentía algo decepcionada por no
haberla visto, ya que siempre guardaba la esperanza de volver a oler su
perfume aunque sólo fuese durante el tiempo que duraba el darse dos
besos en la mejilla. Aquel sentimiento la ofuscaba, puesto que la
agobiaba el pensar que aunque ni proponiéndoselo, lograba olvidarla.
Era ya de noche cuando llegó, por fin, a casa. El día en la clínica había
sido de locos: un postoperatorio se había complicado sin motivo
aparente alguno, ya que se trataba de una intervención sencilla; por otro
lado, las jefas y la coordinadora de enfermeras prácticamente la habían
obligado a tener una reunión con ella para reclamar un aumento de
sueldo para todas y, que no acabó hasta que, tras horas de
negociaciones, cedieron a que Maca hiciese revisar los contratos de cada
una antes de decidirse al respecto. Y por último, había tenido varios
encontronazos con Javier, quien estaba más insoportable de lo habitual,
pero lo peor fue que una de las peleas tuvo de espectadores a varios
médicos.
78
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Hola, quería pedir comida para llevar –dijo del tirón cuando una voz con
un fuerte acento oriental contestó al otro lado de la línea –no, no, para
que me lo traigan a casa… Sí, mire quería una ración de maguro sushi,
una de sake sushi y unos fideos especiales. ¿Jao Gao? No, no quiero
eso… Ni siquiera sé que es… Sólo quiero sushi de atún, de salmón y
fideos… -le explicó empezando a alzar en un intento de hacerse
entender –no, no quiero nada más… ¿Dentro de media hora? ¡Pero si
están a dos calles! Ya, que hay mucha gente en el restaurante… Mire, les
pago el doble si me lo traen en quince minutos… Vale, hasta ahora…
Tras colgar, tiró el teléfono inalámbrico encima del sofá y sin prestar
atención donde caía el aparato, se dirigió al baño, para darse una ducha
en un intento de quitarse ese olor que la acompañaba todo el día. El
agua caliente, casi hirviendo, le dejó toda la piel enrojecida, pero a la
vez consiguió relajarla de tal modo que ya no se acordaba de lo sucedido
durante aquel día. Justo en el momento en el que acababa de ponerse el
pijama, el interfono sonó, por lo que le dio la orden al ascensor para que
se pudiera subir hacia su casa sin necesidad de la llave.
Querida Maca,
79
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
era una buena táctica para hacerte recapacitar; además, claro está, de
una buena suma de dinero como indemnización por los daños y
perjuicios causados. Piénsalo bien, Maquita, ¿a quién creerá la gente: a
una señora de buena reputación o a una chica cuya tendencia en
meterse en camas ajenas es sabida por todos?
Atentamente,
Sandra Guitérrez
Al acabar de leer la carta, la estrujó entre sus dedos formando una bola.
Sus ojos centelleaban de rabia y enfado cuando miró dentro del sobre,
donde efectivamente había una tarjeta que antes le había pasado
desapercibida. Toda esa rabia e ira, se desvanecieron al leer el nombre
de aquella abogada, transformándose en angustia e incredulidad.
-Hola Encarna, soy Maca, siento llamar tan tarde, pero necesito el
teléfono de su hija con urgencia… No, tranquila no pasa nada, sólo que
habíamos quedado mañana para lo de los vestidos y no creo que pueda
ir… Sí, tengo un papel a mano. Muchas gracias, Encarna y sí, yo también
me alegro de que Esther y yo nos llevemos mejor… Adiós.
80
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Tú lo sabías todo, ¿no? –quiso saber la cirujano, aunque sonó más como
una acusación.
-Maca…
-En ese caso dile que iré hasta allí y no dejaré de pulsar el timbre hasta
que me abráis… -dijo la médico.
-¿Cómo has podido? –soltó Maca más con angustia que con enfado –
dime, ¿cómo has podido hacerme esto?
81
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Que te jodan… -escupió Maca que, ahora sí, sentía como la rabia
inundaba todo su cuerpo –aunque ya te gustaría a ti que alguien tuviera
tanto estómago… -añadió antes de colgar.
-Creo que… Creo que en el fondo me alegro… -dijo ella dibujando una
sonrisa triste en su rostro.
82
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
había avisado la recepcionista del centro. Esa figura se acercó hacia ella
con grandes zancadas y un gesto en su cara que evidenciaba el mal
humor con el que se había levantado aquel día.
-Búscame información de Raúl Lara y Esther García –le ordenó sin tan
siquiera saludarla antes –lo quiero saber todo de ellos, incluso cuentas
veces al día mean –añadió antes de entrar en su despacho dando un
sonoro portazo.
-Tome, doctora Wilson –le soltó de forma seca cuando su última paciente
de la mañana se hubo marchado, al tirarle aquella carpeta encima del
escritorio.
-¿Cómo has conseguido todo esto? –se sorprendió ella al ver el grosor
83
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
del documento.
-Me ha ordenado que lo quería todo, ¿no? Pues aquí lo tiene –contestó
con el mismo tono.
-Bueno, pues aquí está todo –se limitó a decir Teresa sin bajarse del
burro pero en un tono mucho más relajado, demostrando que aquellas
palabras la habían emocionado –por cierto, una vida muy movidita la de
ese tal Raúl Lara… -añadió son poder contenerse.
-Según mi sobrina, el chico este era el típico playboy que se las ligaba a
todas, aunque a finales del último curso pareció centrarse, puesto que
empezó a salir con Esther –siguió Teresa.
84
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Vale, pues cuando puedas llama allí y pide cita para hablar con él. Lo
antes posible –concluyó Maca.
-Buenos días, llamaba para que me dieran cita con el señor Raúl Lara –
decía Teresa a, la que supuso, era la secretaria –para lo antes posible,
sí… ¿Dentro de dos semanas? Mire es que llamaba de parte de Macarena
Wilson y… ¡ah! Que tienen un hueco para esta tarde, ya… Bueno pues
hasta luego, entonces.
Tal y como había quedado Teresa con quien fuera que había hablado por
teléfono, Maca se presentó a la hora acordada ante ese imponente
edificio, dentro del cual suponía se responderían muchas de sus
preguntas. Tras esperar apenas unos cinco minutos, una secretaria la
hizo pasar al interior de un despacho, que aunque amplio no podía
compararse con el suyo: dos de las cuatro paredes estaban cubiertas por
unas estanterías de madera oscura, como el resto de los muebles, que a
su vez, estaban repletas de libros. Maca pensó que aunque no podía
negarse que la decoración le daba al lugar un toque elegante, el tono
oscuro del conjunto, también resultaba algo claustrofóbico. Tal y como se
suponía debía hacer, se sentó en una de las dos sillas que estaban
enfrente del escritorio, dejando su abrigo y su bolso en la otra. Y cuando
se estaba preguntando por cuanto tiempo se tendría que esperar a que
la atendieran, la puerta se abrió dando paso a un chico de su misma
edad, cuyo físico no tenía nada que envidiar con el de un modelo. “Así
que este es el tipo de hombres que le gustan a Esther, ¿eh?” pensó
dibujando una sonrisa que el chico pensó que iba dirigida a él.
85
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Pues me temo que es esto precisamente lo que ella busca. Por lo que
entendí de la carta, quiere dejarme en evidencia y no creo que lo logre si
sólo consigue mi dinero… -observó Maca, un tanto preocupada.
-Ella era una de mis pacientes más asiduas, por llamarlo de alguna
manera. Solía hacerse un par de intervenciones anuales, como mínimo,
y esto produjo un acercamiento entre ambas. No le voy a mentir, no es
la primera vez que mantengo una relación que va más allá de lo
profesional con alguna de mis pacientes, pero siempre han sido con su
total consentimiento. Antes de que me encargara yo de sus operaciones,
su cirujano era otro miembro de nuestra plantilla, que se jubiló al poco
de llegar yo a la clínica. Desde el principio se me insinuó, pero no fue
hasta al cabo de unos meses, al encontrarnos por casualidad en una
fiesta, cuando empezó nuestra relación. Por mutuo acuerdo, no eran
más que encuentros esporádicos, sin ningún tipo de formalidad o
atadura, ya que ella estaba y está casada. Todo acabó cuando en el
postoperatorio de su última intervención, le explicó a una de las
enfermeras la relación que manteníamos, algo que se extendió por toda
la clínica. Y fue en su siguiente visita, cuando le dije que teníamos que
acabar con aquello y que pasaría su historial a otro de nuestros
cirujanos.
-¿La amenazó entonces? –se interesó Raúl que había ido tomando
apuntes de todo lo que su cliente le decía.
-Sí, creo que me dijo que lo lamentaría o que eso no acabaría así… No
me acuerdo muy bien. Aunque creo que mi secretaria lo escuchó…
86
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-No –lo cortó –no quiero que Encarna ni mi padre se vean involucrados
en todo esto, de hecho, si no se enteran mejor.
87
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Tenemos que dejarlo –le había dicho a una de sus pacientes, la famosa
modelo por la que Guille sentía una gran admiración, aquella misma
tarde –realmente me gustas muchísimo pero no puedo seguir con esto.
-Sí, soy yo. ¿Cómo ha ido? –quiso saber ella sin poder contenerse.
88
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
tiempo que Maca suspiraba por el peso que se había quitado de encima
–no había presentado todavía la denuncia y, aunque es poco probable
que lo haga, debo avisarla de que aún puede hacerlo. Ahora Esther tiene
que hablar con su cliente, así que en unos días se pondrá en contacto
conmigo posiblemente para concertar una reunión.
-¡Mierda! –exclamó esa persona mientras se dejaba caer en una silla –es
que me cago en mi mala suerte… -añadió pasándose las manos por el
pelo mientras exhalaba un profundo suspiro.
-Hasta luego, Lola –se despidió Eva mientras volvía a pinchar con el
tenedor los macarrones que llenaban completamente ese tupper
enorme.
89
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-No veo porque debería joderte que Raúl lleve su caso, lo vuestro pasó
hace muchísimo tiempo –observó Eva mientras masticaba –además, ya
lo sabíamos…
-¡Qué bien! –exclamó ella con ironía –ten amigas para esto… Lo que me
da más rabia es que tendré que verle la cara al imbécil ese. Y que por
culpa de la idiota de mi cliente, voy a perder el caso. ¡Fantástico! Voy a
quedar en ridículo ante esos dos… ¿Por qué tendré yo tanta mala
suerte?
-La verdad es que no sé a qué viene tanto odio hacia él –opinó Eva.
-¿Te recuerdo que me puso los cuernos con tres tías? –contestó una
Esther ofendida –que yo sepa, claro.
-Que no Eva… Lo que pasa es que Esther por aquel entonces todavía no
había asumido del todo que Raúl no acababa de ser su tipo… -dijo Laura
de forma maliciosa.
-Claro, y por eso se dedicaba a mirarnos el culo cada vez que nos
girábamos –soltó su amiga riéndose –eso también era debido a que no lo
tenía del todo asumido, ¿no?
Esther había tardado unos días en llamar a Raúl, más por hacerse de
rogar que por otra cosa, puesto que había hablado con su cliente aquella
misma tarde. Sabía que el chico era muy bueno en el campo penal, al
contrario que ella, quien se había especializado en el ámbito mercantil
nada más acabar la carrera. Su vida profesional se movía entre las
empresas y aquello le resultaba extraño, e incluso había tenido que
desempolvar los libros y apuntes de la facultad.
90
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Desde que está tipificado en el artículo 456 del código penal… -contestó
Esther –mire, no tenemos ningún tipo de prueba concluyente que
indique que Macarena la acosó, es más, muchos de los trabajadores de
la Clínica Wilson testificarían a su favor.
-Vale, haga lo que quiera… -cedió la cliente –pero acabemos con esto de
una vez.
91
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Venga Carlos, es lo único que tengo para evitar que un caso no quede
en nada… -insistió ella.
-No me puedo creer que digas esto… -se indigno el psicólogo –pásame la
factura y ya te pagaré lo que te debo, tranquila.
-Joder, Carlos –se quejó ella –el otro abogado es Raúl –aclaró por fin,
sabiendo que si ese argumento no convencía a su amigo, no lo haría
nada.
-A ser posible, para mañana –contestó ella con una sonrisa –Carlos…
Muchas gracias…
-De nada, mujer –dijo Carlos –por cierto, cuando quieras pegarle, yo te
falsifico lo que quieras…
Al mismo tiempo que se ponía el casco, sintió como si con ese gesto
quisiera también colocarse una coraza que la protegiera y la mostrara
segura durante aquella tarde. En el momento de subirse a la moto, se
miró las manos que mantenía extendidas, como si fueran a agarrar el
manillar, y se sorprendió al ver que habían dejado de temblar como lo
92
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Antes de nada, debemos planificar un poco lo que vamos a hacer allí –le
dijo Raúl tras saludarla, y haber tomado asiento –Esther García nos pide
una indemnización por valor de 24.000 euros…
Debido a que era la hora en la que todos los niños salían del colegio y
que, además iban en coche, aquel trayecto duró bastante más de lo que
había tardado Maca en ir hasta la oficina de su abogado.
-Muy bonita su clínica, ¿eh? –comentó Raúl para romper el silencio que
se había impuesto entre ambos nada más entrar en el vehículo –había
oído que era grande, pero me quedé impresionado.
93
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Sí, gracias –contestó ella forzando una sonrisa, a pesar del nudo que se
había apoderado de lo que antes era su estómago.
94
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Buenas tardes –las saludó Raúl levantándose nada más verlas, aunque
no recibió ninguna contestación.
-Señor Lara, señora Wilson –se limitó a decir Esther a modo de saludo,
una vez tanto ella como su clienta se habían situado al lado opuesto de
la mesa ovalada.
-Señora García –repitió Maca con cierto tono burlón en su voz al apretar
la mano que la abogada le tendía.
-No lo dice así el parte del psicólogo –rebatió ella acercándole varios
documentos.
-¿Carlos? Venga ya, no puedes decirlo en serio… -se rió Raúl –esto no
95
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
96
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Puedo hablar ya? –le susurró la médico, al oído a su abogado con algo
de ironía en su voz.
-Mira Sandra, la única razón por la que he accedido a pagar los gastos
de tus visitas al psicólogo es porque creo que realmente necesitas uno…
En serio, mírate al espejo algún día y analiza como eres –le espetó –
porque no sé si te has dado cuenta, pero toda tú estás podrida, no por
fuera, sino por dentro. Y por muchas operaciones a la que te sometas,
esto no va a cambiar –añadió para girarse y marcharse de ahí sin querer
escuchar una palabra más.
-Vaya, veo que el carácter del que me habían hablado no es una leyenda
–comentó divertido al llegar a su altura.
-¿Es eso un alago? –quiso saber Maca con una sonrisa burlona.
97
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-No creo que eso sea muy profesional –observó la médico –y sé que eso
suena raro viniendo de mí, pero es un aspecto de mi vida que estoy
poniendo en orden.
-Es una lástima –dijo Raúl cediéndole el paso al salir del ascensor.
-Yo también lo espero –contestó Raúl con una sonrisa antes de hacer el
ademán de marcharse –una última cosa… ¿puedo hacerle una pregunta?
-Por supuesto –accedió Maca que había recuperado esa seguridad que
tanto la caracterizaba.
-¿A quién pretendías herir con todos los gestos cariñosos que has tenido
conmigo durante toda la reunión?
-A Esther García, por supuesto –contestó Maca con una gran sonrisa –
Sandra Gutiérrez me importa demasiado poco como para querer
herirla…
-Pues permíteme que te diga que creo que han surtido efecto –observó
el abogado.
98
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Todo esto es por como puedan mirarte los amigos de Maca? –se
sorprendió Laura.
-No estoy diciendo lo contrario, pero lo más lógico es que les caiga fatal
y que lo que menos les apetezca en ese momento sea verme –razonó
ella.
-No seas pesada, anda –dijo Eva apareciendo por allí -¿no ves que a la
chica le da vergüenza?
-Pues demuéstralo –la retó la rubia con una sonrisa –tienes que aprender
mucho de mí todavía, pequeño saltamontes –le susurró a Laura antes de
volver al baño para acabar de arreglarse.
99
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Mira que hacer esto con lo fácil que es cocinar pasta… -se rió Claudia.
-Y no veas lo que nos ha costado –dijo Jero con ironía –pensé que moriría
en el intento…
-Yo no creo que venga –añadió Anna –se arriesga a encontrarse en medio
de una situación muy tensa…
-Sí lo dais –soltó Edu, el novio de Marta, apoyando a Jaime –sois una
especie de clan que comenta sus propias bromas y habláis casi en
clave…
100
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¡Es que nos estáis pintando como una secta! –exclamó Maca.
-Tú, nuestra jefa eres tú… Ahora ya puedes estar tranquila –dijo Anna
arrancando las carcajadas de los presentes.
-¿Ves? No ha sido una buena idea venir… -le susurró Esther a una Laura
que permanecía atónita a la cara de susto del chico que parecía no
reaccionar ante su presencia.
101
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Sois los dos igual de insensibles –se quejó Anna que, como el resto,
observaba la escena como si fuese de una película romántica.
-¿Qué… qué haces aquí? –balbuceó Guille una vez Eva se hubo apartado
de su boca, aunque seguía con sus piernas rodeando su cintura.
-Laura y Esther son mis mejores amigas y las socias del bufete –explicó
la chica sin mostrar la más mínima intención de moverse.
-Te has quedado sin cena –soltó Maca apuntándola con el dedo, con una
sonrisa al mismo tiempo que Esther le dedicó una mirada reprobatoria.
-¿Qué hay de cenar? –quiso saber Eva bajando de los brazos de Guille.
-¿Y quién ha hecho todo eso? –se extrañó Laura, puesto que sus cenas
solían ser mucho más sencillas.
102
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Lo que pasa es que son unos gorrones –añadió Maca recibiendo las
quejas de sus amigos –y como este es el piso que está más ordenado y
soy la que mejor cocina.
-También puede ser debido a que eres la que tienes una bodega más
amplia a causa de tu pequeño problemilla con el alcohol –se picó Claudia
–y que como eres la más rica, también tienes un piso más grande…
Tras ese comentario se hizo un breve silencio algo tenso, debido a que la
mayoría de ellos conocían a que se había debido la gran borrachera que
había cogido la médico aquel día. Todos recordaban a una Maca hundida
la noche antes de marcharse a los Estados Unidos para acabar sus
últimos cursos de carrera allí, debido a que Bea no se había dignado a
aparecer por la fiesta de despedida. Laura, Eva y Esther, en cambio, se
miraron entre ellas sin saber que estaba pasando, aunque decidieron
callarse.
-Si tengo que decirte la verdad, nunca hubiese imaginado que sabías
cocinar –observó una Laura cansada del silencio.
-Es por todas los días pasados en casa de Teresa ayudándola a preparar
las comidas y las cenas –explicó Maca.
103
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¡Sí que sabe! –exclamó Anna –lo que pasa es que él se especializó en
los postres. De hecho, el de hoy lo ha preparado él… -añadió provocando
que su marido enrojeciera avergonzado.
-Yo sí, pero Esther siempre ha tenido unos gustos algo… Diferentes a los
míos –contestó ella.
-No, que va. Este fin de semana están en su casa de la playa –contestó
ella levantándose para ir a bailar con Guille, que junto con Marta,
Claudia y Joan habían improvisado una coreografía algo extraña –venga
hermanito, demuestra que las clases de baile a las que te obligaron a ir
104
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¡Maca ven aquí! –exclamó Guille cuando una canción conocida por
todos empezaba a sonar.
-Look at me, I’m Anna Be, lousy with virginity, won’t go to bed ‘til legally
wed I can’t, I’m Anna Be –cantaron todos al unísono, mirando hacia Anna
que parecía querer desaparecer de allí.
-Empezaron con la coñita cuando aún íbamos al colegio –les explicó a las
tres chicas que los miraban sorprendidas por lo que estaban viendo –una
vez en mi cumpleaños lo hicieron con pelucas y todo…
-Pedidle a Maca que os enseñe los vídeos, les encanta hacer estas
chorradas –contestó Anna –y lo peor es que no se les da mal del todo…
-¡Pero qué bien baila mi chico! –exclamó una Eva emocionada uniéndose
a ellos.
En ese momento, Maca vio como Esther se dirigía a la cocina sola, así
que no lo dudó ni un segundo y se dispuso a dirigirse hacia allí.
105
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Pues hazlo tú –contestó una Esther visiblemente molesta por haber sido
descubierta en esa situación.
-¿Ya vas borracha? –se sorprendió la médico al ver sus ojos algo
entrecerrados –y luego soy yo la alcohólica, manda huevos…
-Es que me sube muy rápido –se disculpó Laura con una sonrisita.
-Te juro que intento ser agradable con ella… Sé que soy algo prepotente
y que mis bromitas pueden ser algo malas pero…
-No eres tú, Maca –la cortó Laura –mira, a Esther le da lo mismo como te
comportes. Hagas lo que hagas siempre encontrará una excusa para
reprobarlo…
-¿Y qué se supone que le he hecho? –quiso saber ella con un atisbo de
impaciencia en su voz.
-Yo no… -empezó a decir Laura –no creo que deba ser yo quien te lo
diga.
106
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Por aquel entonces era considerado uno de los más guapos del colegio –
contestó Laura encogiéndose de hombros –pues resulta que al final,
después de mucho insistirle nosotras, Esther se le declaró… Y como
imaginarás el chico le dijo que él no sentía lo mismo, que lo sentía
mucho pero que no estaba preparado para una relación y, que además,
le gustaba otra chica. Teniendo en cuenta lo orgullosa que era y es
Esther se lo tomó fatal, y fue como si su autoestima hubiese sido
pinchada como un globo. Recuerdo que se pasó cuatro días sin querer
venir a clase, encerrada en su habitación y, diciendo que todo el mundo
lo sabría y se reiría de ella.
-¿No te acuerdas? –preguntó Laura –bueno, el día en el que por fin tuvo
el valor suficiente para volver al colegio, Luis se te declaró y tú le
rechazaste.
-Pues eso –contestó Laura –tú despreciaste algo por lo que ella hubiese
dado el brazo derecho. Mira, sé que tú no tienes la culpa de nada, pero
para ella fue como si la pisotearas…
-No es por lo que tú hicieras o dejaras de hacer, sino lo que supuso para
107
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¡Fantástico! –se quejó Maca –joder, ¿y qué se supone que tengo que
hacer yo? ¿Luchar contra algo que ni siquiera hice?
-Lo único que puedo decirte es que te alejes de ella, muéstrate educada
con ella, pero a no ser que sea exclusivamente necesario, no te dirijas
directamente a ella y mucho menos le hagas una de tus bromitas –le
recomendó Laura.
-Pero es que eso es lo mejor… -se quejó la médico -¿tú has visto la cara
que se le pone? ¿Y esas miradas asesinas?
-¿A mí? ¡No! –exclamó una Maca sorprendida por la pregunta –pero no
sé, me gusta picarla…
108
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-No insista más –la cortó Maca -Además, a mi padre le encanta tener la
casa llena de gente.
-Sí, hija, sí. La verdad es que tengo unas ganas ya de ver a la pequeña…
A estas edades los niños crecen muchísimo y siempre me da pena
pensar que me estoy perdiendo su infancia.
-Mírelo por el lado positivo –observó Anna con dulzura –así la disfruta
más…
-Y no tiene que aguantarla cuando a sus padres les apetece salir –añadió
Maca en voz baja.
-En eso tenéis razón. Hay muchas amigas mías que tienen que cuidar de
sus nietos casi cada día porque sus padres trabajan –admitió Encarna.
109
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Que perro más pesado –se quejó Jero cuando el animal se cruzó por
tercera vez ante su caballo.
-No seas borde, anda –soltó Maca con una sonrisa –que el pobre se pasa
casi todo el año solo.
-Me parece bien –dijo Anna asintiendo -¿a la de tres? Uno… Dos… ¡Jero! –
exclamó al ver como el chico salía disparado antes de acabar.
Los tres, prácticamente inclinados encima del caballo y con gesto serio,
azuzaban a sus respectivos caballos con la intención de llegar los
primeros. Una gran explanada de hierba, salpicada por algún que otro
árbol o arbusto, se extendía ante ellos. Esta finalizaba con la valla, por
un lado, y con el mar, aquel día de un tono grisáceo, por el otro.
110
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¡Salida! –le gritó su cuñada riéndose, cuando Maca se dio la vuelta para
dirigirse hacia el coche que estaba parado en el camino de tierra que
conducía a la casa.
-Joder, Maca sigue estando igual de buena que cuando tenía veinte años
–soltó el hombre que estaba a su lado, recibiendo una mirada asesina de
la chica que se encontraba en el asiento trasero, junto a una niña de
apenas unos cuatro años profundamente dormida –aunque quizás ha
empeorado un poco –añadió a toda prisa al percatarse de la reacción de
su hermana.
-¿Se han perdido? –les preguntó Maca con una sonrisa al llegar a su
altura.
Ante esa pregunta, Esther dibujó una mueca de fastidio que no pasó
desapercibida por nadie en aquel vehículo, como tampoco lo hizo en
Maca, quien no pudo evitar sonreír al tiempo que desmontaba del
caballo. Al mismo tiempo que la médico se acercaba al coche y se
disponía a inclinarse para quedar a la altura de las ventanillas
delanteras, el perro de Maca apareció de la nada y se abalanzó encima
del vehículo, quedando con las dos patas delanteras sobre el cristal
trasero, justo al lado de Esther.
111
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Bup, bup –dijo una voz todavía adormilada, cuya propietaria miraba al
animal con ojos desorbitados y lo señalaba como queriendo aclarar el
objeto centro de su atención.
-Venga Bond, baja de ahí –le ordenó Maca al perro, que obedeció de
inmediato.
112
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Pocos minutos más tarde, los tres jinetes, seguidos del vehículo llegaban
a la casa, de la cual salió una Encarna visiblemente nerviosa, que se
notaba había estado atenta esperando el ruido del motor de cualquier
coche que se acercara.
-¡Por fin! –exclamó mientras corría hacia ellos, antes de abrazar a su hijo
nada más salir éste del aparato.
-Vete ya, zalamera –le espetó Carmen ahuyentándola con las manos –y
no comas nada –añadió al ver como Maca alargaba la mano para coger
uno de los dados de queso que se encontraban en un bol.
Como siempre hacía cuando tenía tiempo, la médico llevó la mini cadena
de música al baño, y puso el volumen lo suficientemente alto como para
escucharlo mientras se duchaba. Mientras se desnudaba, tatareaba la
canción que estaba sonando en aquellos instantes y moviéndose al
113
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Por su parte Esther, había sido obligada por su madre a llevar a la niña al
baño, puesto que Katherine no podía hacerlo en su estado. Hacía apenas
unas semanas que la pequeña no llevaba pañales, pero tenía la manía
de no avisar cuando tenía que ir al servicio; por lo que cada hora tenían
que llevarla ellos mismos.
-Pipi –dijo Elizabeth con una sonrisa, en brazos de su tía, cuando estaban
subiendo por las escaleras.
114
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿No tenías nada más recatado en tu armario? –le susurró Anna cuando
ella pasó por su lado, haciendo referencia a la blusa con rayas blancas y
azul claro, que llevaba desabrochada hasta justo por encima de su
pecho, resaltando el canalillo.
-Es que todos los jerséis de cuello vuelto están sucios -contestó Maca
con ironía mientras se dirigía hacia la niña -¿te aburres mucho? –le
preguntó agachándose a su lado.
115
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-No, estamos jugando con Esther –dijo la niña con una sonrisa –pero
quiero ver los perros.
Ante ese comentario que pretendía ser un insulto, Maca sólo amplió
aquella sonrisa que aquel día parecía ser imborrable, aumentando
todavía más la frustración de Esther. Pocos segundos más tarde, Carmen
se asomó por la puerta avisando de que la comida estaba ya lista, por lo
que todos se levantaron para dirigirse a la mesa que los estaba
esperando. Aunque Elizabeth insistió en que fuera su tía quien le cortase
la carne y se la sirviera, fue finalmente Encarna quien lo hizo, dejando
patente su orgullo de abuela. La comida pasó entre conversaciones
alegres de unos y otros, pero fue la pequeña la que monopolizó la
atención de todos, puesto que no faltaron las anécdotas que ella había
protagonizado a lo largo de su corta vida.
116
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Vaya, gracias por el detalle –soltó Esther con una alta dosis de ironía en
su voz.
-No sabía que fumaras –comentó Maca, más por romper el incómodo
silencio que seguro se interpondría entre ella, que por real interés.
-Ya ves, y tú que pensabas que lo conocías todo sobre mí –le espetó
117
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Así que contratando servicios rebajados, ¿eh? Pensé que usted no era
de esas, señorita Wilson –observó la abogada con una sonrisa, sin poder
evitar seguirle el juego.
-Querida, es esta maldita crisis que nos hace hacer cosas impensables
hasta el momento…
-Ya, pero sigo pensando que hay cosas en las que no se puede escatimar
dinero. Y el hacer indagar acerca de la vida de una persona es, sin duda,
una de ellas… -la cortó Esther sin borrar la sonrisa –me ofende
profundamente que haya utilizado unos servicios de mala calidad para
investigarme…
118
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-No creo que con esto consigamos que la percepción que tengo sobre ti
cambie, lo siento –opinó Esther.
119
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Hay que ver como se escaquea tu abuela, ¿eh? –le susurró a la pequeña
cuando ya se dirigían al espacio vallado que habían habilitado para los
animales.
-No, que va –contestó Maca –sólo están ahí cuando tenemos invitados.
Normalmente son inofensivos, pero más vale prevenir. Además, se
ponen muy nerviosos cuando ven a mucha gente desconocida, y aquí
están tranquilos.
-Esto es una de las gamberradas de mi hermano… -se rió Maca -lo hizo
para evitar que los nietos de los amigos de mi padre los molestasen.
¿Acaso no te has fijado en el recibimiento que os ha hecho Bond? Creo
que si supieran donde las guardamos, serían capaces de dar las llaves
de la casa a los desconocidos.
120
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Qué tal, guapo? –lo saludó Maca acariciando la cabeza del animal, que
las miraba moviendo la cola –esta es Elizabeth –los presentó como si
fuese una persona –y este bicho de aquí se llama Bond –le dijo a la niña
que alargó su mano para tocar el hocico del perro.
Estuvieron allí durante algo más de una hora, las dos mujeres sentadas
bajo la sombra de un árbol, vigilando atentamente a la niña que jugaba
con los perros a escasos metros de ellas. Durante un rato, tras la
insistencia de Elizabeth, Maca la sujetó mientras la pequeña, sentada en
el lomo del golden retriever, imitaba la escena que había visto aquella
mañana con los caballos. Cuando ya empezaban a estar cansadas de
permanecer allí, y ambas se planteaban internamente el marcharse,
dejaron de estar atentas a los perros y a la niña. Las dos tenían la
mirada perdida, admirando el paisaje que se extendía enfrente de ellas,
por lo que no vieron el animal que se acercaba a gran velocidad y se
abalanzaba encima de ellas.
-¿Pero qué…? –se sorprendió Esther notando como un notable peso caía
irremediablemente sobre su torso y su cara era cubierta por un líquido
pringoso y ciertamente desagradable –joder, ya podías haber avisado
antes –se quejó con el perro encima que, contento, seguía lamiéndole el
rostro a pesar de su resistencia -¿pensáis ayudarme o qué? –se indignó
al ver como, tanto su sobrina como Maca se retorcían en el suelo a
causa del ataque de risa.
Tras aquel pequeño incidente, y sobretodo debido al mal humor que este
había generado a Esther; decidieron que ya empezaba a ser hora de
volver a la casa, donde seguramente ya estarían todos esperándolas.
Durante el trayecto de vuelta, la abogada anduvo todo el rato por
delante de las otras dos, deseosa de entrar en un baño y limpiarse la
cara. Maca y Elizabeth, por el contrario, iban andando tranquilamente,
cogidas de la mano, hablando sobre los perros y lo bien que lo habían
pasado.
-Tu tía es un poco gruñona, ¿no? –le susurró la médico a la niña, quien se
rió por el comentario, al contrario que la aludida, que le dedicó una
mirada llena de furia.
Por suerte para Esther, pocos minutos más tarde llegaban por fin a la
121
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Ya era hora, ¿eh? –exclamó Anna al verlas llegar -¿qué os ha entretenido
tanto?
-Pues sí, ¡quiero ser vetenaria! –soltó la pequeña con orgullo, arrancando
las risas del resto.
122
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Hay que ver lo que has cambiado, ¿eh? –observó Jero dándole un par de
palmadas en la espalda.
-No como otros, hermanito –intervino Maca imitando ese gesto tan
masculino –que a ver cuando sentamos cabeza…
Como habían llegado algo más de una hora antes de la que habían
acordado en la reserva, aprovecharon para pasear por el pueblo, del que
les enseñaron algunos de los aspectos más emblemáticos y curiosos.
-Sí, la mayoría de los días la música suele ser calmadita: jazz, blues…
Pero los viernes y los sábados la cosa se anima un poco, y van grupos
más marchosillos… –añadió Jero.
-No os dejéis engatusar –lo interrumpió Anna –a éstos lo que les pasa es
que les encanta ir porque conocen al dueño del bar y además de
invitarnos a copas, les deja jugar al futbolín gratis.
-A ti lo que no te gusta es perder –la pinchó Maca –que mira que eres
mala, con lo fácil que es darle a la bola…
-¡Buah! Por una cosa en la que eres mejor que yo… -soltó la médico con
fingida indiferencia.
123
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Estás preciosa, niña –le dijo al separarse, después de bajarla del suelo,
tras el abrazo.
-Y tú cada vez estás más fuerte y más guapo… -contestó ella con una
sonrisa radiante, antes de darle un sonoro beso en la mejilla.
-Claro, hasta que lleguemos un día y esté lleno, ¿qué harás entonces?
¿Mandarás a tus comensales a comer a la playa? –se rió Maca.
-En serio, tenemos que volver –dijo ella de repente con emoción –este
lugar es fabuloso. Me encanta la comida, las vistas, el local… ¡Lástima
que no pueda probar el vino!
-Sí, la verdad es que el sitio es precioso –le dio la razón Jero mirando el
espacio: el techo se dividía en varios arcos que quedaban unidos por
124
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
unas gruesas vigas de madera pintadas en tono azul oscuro, al igual que
todo el mobiliario y, que contrastaba con las paredes, adornadas por
varias marinas y demás motivos marítimos y de pesca, eran de un color
azulado casi blanco –fue su mujer, Montse, la que lo decoró. Siempre
llevaron juntos el restaurante: él en la cocina y ella encargándose del
comedor. Cuando ella murió hace unos cinco años, se planteó
seriamente venderlo. Suerte que no lo hizo, porque su implicación en él
lo ayudó a salir del bache.
-Es muy bonito que alguien disfrute tanto con su trabajo –observó Esther
con aire soñador. Aunque al darse cuenta de sus palabras y del tono que
había usado al pronunciarlas, enrojeció sobremanera y le dio un trago al
vino, aprovechando para esconderse tras la copa. Esto provocó la
sonrisa divertida de Maca, a quien cada vez le gustaban más aquellos
gestos de la abogada; aunque por suerte, la aludida no se percató de
ello, ya que, sin duda, le hubiese sentado realmente mal verse
descubierta en un momento de debilidad por la médico.
-Por cierto Maquita, ¿cuándo vienen tus amiguitos? –se interesó Jero,
aprovechando el momento de silencio que se había producido tras el
comentario de Esther.
-Pues creo que en un par de días –contestó ella –no sé, todavía tengo
que acabar de quedar con Guille y Claudia, porque serán los únicos que
se queden a dormir. Supongo que Edu y Marta se quedarán en casa de
los padres de él, que está a pocos minutos en coche.
-Están en el crucero ese -dijo Maca con tono de infinita paciencia-, llevan
repitiéndolo medio año.
125
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-No te preocupes, Esther –la cortó Jero-, hace algunos años, mi padre
convirtió el trastero en un gran espacio diáfano con varios sofás lo
suficientemente largos y anchos como para hacer la función de cama. Y
además, también tenemos varios colchones hinchables de esos.
-Si está tan bien como el restaurante, no tenéis que repetirlo dos veces –
dijo Sergio ante tal insistencia.
-¿Por qué tengo que ir yo? –se resistió Jerónimo sin querer levantarse de
la toalla, en la que estaba sentado.
-Pues porque tú eres el hombre –contestó su mujer con voz cansada, sin
molestarse a abrir los ojos.
-Ya, pero luego sois vosotras las que pedís que no se os discrimine por
ser mujeres, y exigís la igualdad de trato –insistió él.
126
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Se tienen que establecer unos límites, que sino se relaja y luego tengo
que hacerlo todo yo –contestó Anna sin darle mucha importancia.
-Con que esas tenemos, ¿eh? –murmuró Maca entrecerrando los ojos -
¡ahora verás! –exclamó acercándose a la orilla, donde Elizabeth ya podía
mantenerse en pie por si sola, lo que provocó que ésta empezara a
correr alejándose de ella -¿sabes? Me estoy muriendo de hambre, así
que… ¡hoy serás mi comida! –exclamó corriendo tras la pequeña,
fingiendo querer atraparla.
-Nunca imaginé que le gustaran los niños –comentó una Esther distraída
mirando la escena.
Unos diez minutos más tarde, Jero y Sergio volvieron cargados con un
127
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Como bien habían anunciado, los dos amigos de Maca llegaron a media
tarde del día siguiente, aunque como siempre, llegaron una hora más
tarde de lo planeado. Todos los habitantes de la casa, salieron de ésta
para darles la bienvenida alertados por los ladridos de los perros, pero
sobretodo por la música que se escuchaba, tan alta que incluso ahogaba
el ruido del motor del coche.
128
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Si es que los jóvenes de hoy en día escucháis unas canciones… -se
lamentó Encarna, acompañando la observación con un suspiro.
-¡Por el camino nos hemos parado en una cala preciosa y nos hemos
dado un bañito de esos que hacen historia! –exclamó Claudia sin ni tan
sólo saludar antes.
-Así me gusta –soltó Maca con ironía –y yo aquí esperando a que los
señores llegaran…
-No te enfades, cielo. Que te pones muy fea –le espetó la cardióloga
dándole un abrazo -¡señor Wilson! –exclamó al ver al hombre que los
miraba con rostro circunspecto, desde lo alto de la escalera. Sabía que a
él no le gustaba que los amigos de su hija lo llamaran así, pero la
confianza adquirida después de tantos años, les permitía llamarlo así de
vez en cuando.
129
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Pues sí, esa misma. Pero además mezclada con esa de estoy deseando
acorralarte contra la pared y comerte los morros… -añadió Anna.
-Mejor vamos bajando, ¿no? –se limitó a decir Maca al ver que, por
suerte, Guille cerraba el último cajón.
-¡Eso, huye cobarde! –le chilló Claudia cuando la otra ya salía de allí -
¿me guardas ahora lo mío? –le preguntó a su amigo que, como
respuesta, le dedicó un gesto algo grosero con la mano.
-Igualmente Marta no puede beber, así que se aburriría como una ostra –
observó Guille.
-De eso nada –exclamó Anna –que estos son unos exagerados, pero
tranquila que no todos somos como ellos… Por cierto, tendríamos que ir
a comprar, ¿no?
-Cierto –la apoyó Maca -¿vais vosotros a comprar las antorchas y lo que
necesitamos y nosotros vamos donde Laia?
-Claro –accedió Jero –nosotros mejor vamos tirando porque sino la tienda
cerrará.
130
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
incluía a ella, sino que se refería a Anna, a Sergio y a su cuñada, así que
pronto adivinó que ella estaba en el grupo conformado por Guille,
Claudia y Maca. Al entrar en el coche, su decepción fue todavía mayor,
puesto que le tocó sentarse junto a la cardióloga, quien la
desconcertaba e imponía a partes iguales; al menos con Maca sabía a lo
que se atenía, pero no ocurría lo mismo con aquella morena de grandes
ojos azules.
-Se va más rápido por este: en parte del tramo se puede ir a 120 –
contestó él.
-A ver, voy por esta carretera una vez a la semana. Por lo tanto, sé mejor
que tú por donde se va más rápido –rebatió Guille.
-No, perdona. Cada vez que vienes aquí, lo haces con Noelia. Esto quiere
decir que lo que te gusta es que el trayecto sea más largo para estar
más tiempo con ella, y no sé si te has dado cuenta pero ninguna de
nosotras en Noelia. Así que la has cagado –concluyó Claudia.
-Ya, claro… -murmuró la chica –no quiero ni saber qué camino cogerás
cuando vengas con Eva… ¿Si es que a quién se le ocurre pasar por aquí?
-Es que te juro que lo voy a buscar en internet –soltó una Claudia
convencida de que tenía razón –y como sea yo quien esté en lo cierto, te
lo voy a restregar por tu enorme nariz durante semanas.
-Me parece muy bien –intervino Maca –pero me estás poniendo la cabeza
como un bombo.
-¿Y tú qué haces con la ventanilla bajada? ¡Tengo frío! –le espetó
Claudia.
131
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Muy bien, ¿qué hago? ¿Te doy una medalla? –replicó Claudia con sorna.
Unos cinco minutos más tarde, entraban en un pueblo, donde tal y como
había dicho la cardióloga antes, se encontraron con un semáforo, que
por desgracia para Guille, estaba en rojo.
-¡Vaya! ¿Qué debe ser eso? –inquirió ella divertida –No sé que debe ser,
pero está en rojo y no está haciendo perder tiempo…
Por suerte, tanto para Maca como para Esther, pronto llegaron a su
destino, lo que les permitió alejarse de los otros dos, que seguían
enfrascados en su acalorada discusión. La abogada se sorprendió al
encontrarse ante una pequeña tienda de ultramarinos, y no un gran
supermercado como había imaginado.
-Però mira a qui tenim aquí! (¡pero mira a quién tenemos aquí!) –
exclamó una chica más o menos de su misma edad, saliendo de la
trastienda.
-Ja sé que no tinc perdó, però ja em coneixes… (sé que no tengo perdón,
pero ya me conoces) –se disculpó Maca recibiendo un fuerte abrazo por
parte de la chica.
-Vaig venir la setmana passada, però no hi eres. Així que tampoc és tan
greu (vine la semana pasada, pero no estabas. Así que tampoco es tan
grave) –se defendió Maca.
-Al menys veig que segueixes sent la mateixa caradura de sempre… (al
menos veo que sigues siendo la misma caradura de siempre) –observó
Laia con una sonrisa, mientras le acariciaba la mejilla con cariño.
Demasiado cariño, desde el punto de vista de Esther, quien se sentía
como un jarrón con flores, totalmente ignorado.
132
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Os está bien a ambos por pesados –le espetó Maca a su amiga.
-Ja veurem, aquesta nit tinc un sopar, però potser després m’hi passo
(ya veremos, esta noche tengo una cena, pero quizás después paso por
allí) –dijo Laia acariciando la mano que la médico había dejado encima
del mostrador, gesto que no pasó desapercibido por Esther.
-No, una antigua amiga –contestó Maca con una sonrisa divertida -¿te
molestaría lo contrario?
-Creo que no podría vivir con ello –soltó la abogada con una gran dosis
de sarcasmo en su voz.
-Eso creía yo… Por eso he evitado decirte la verdad… -la pinchó Maca
guiñándole un ojo de forma provocadora.
133
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Me estaba agobiando, nada más –contestó ella sin querer ir más allá,
aun sabiendo que aquella explicación no le valdría a Kath.
-¿Y todo esto lleva al Lado Oscuro? –preguntó con voz burlona Sergio,
apareciendo por allí.
-No le hagas caso –le recomendó Kath, tras dedicarle una mirada
reprobatoria a su marido –creo que el problema reside en que tú ya ibas
predispuesta a pasarlo mal estos días, sobretodo desde que te enteraste
de que los amigos de Maca vendrían. Lo único que puedo decirte es que
te relajes e intentes pasártelo bien.
-¿Y cómo se supone que tengo que hacerlo, señora psicóloga? –quiso
saber la abogada sin cambiar su postura reticente.
134
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
para ti, y finge que son dos conocidos con los que lo vas a pasar bien. No
te tomes las cosas tan a la tremenda, Esther, porque lo único que
conseguirás con esto es amargarte y pasarlo realmente mal.
Sin estar muy convencida, pero algo más tranquila gracias al apoyo de
su cuñada, volvió de nuevo adentro, puesto que ya faltaba poco para la
cena y aún tenía que cambiarse. Siguiendo las recomendaciones de
Anna, se puso unos vaqueros algo desgastados y una camiseta,
guardando el jersey en la bolsa de playa que también usaría aquella
noche. La veterinaria le había dicho que por las noches refrescaba un
poquito a causa de la brisa que venía del norte, aunque así y todo, la
temperatura era lo suficientemente alta como para pasar la noche a la
intemperie.
-¿Por qué no vas a buscarla? –le propuso Encarna a su hijo en voz baja.
135
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Ya estoy aquí, ya estoy aquí –dijo Maca a modo de disculpa con la voz
entrecortada por la carrera que se había echado bajando las escaleras.
-¿No tenías nada más viejo para ponerte? –se interesó su padre con
sarcasmo.
-Como se nota que eres su preferida –le susurró Jero –le llego a decir yo
esto y me cruza la cara de un guantazo.
El resto de la cena fue amena, sin ningún otro incidente destacable, por
lo que algo más de media hora más tarde, los más jóvenes habían ya
terminado de comer, y sólo faltaba el señor Wilson quien, desde su
jubilación, se tomaba un tiempo excesivo en degustar la comida.
136
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Pues sí, será lo mejor –soltó Maca levantándose, dando la señal para
que el resto la imitaran –vamos a ver, Jero, Guille y Sergio, vosotros vais
a la cocina y cogéis todo lo que necesitemos; Anna y Kath lleváis las
antorchas y los altavoces y, nosotras tres cogemos el resto.
-¿Por qué ellas tienen que llevar una mierda de altavoces y cuatro
antorchas, mientras nosotros tenemos que coger como seis bolsas
repletas de botellas y comida? –se quejó Jero.
-Pues porque una está embarazada y porque la otra es tan patosa que
seguro que se caería por las escaleras y rompería lo que llevase –
contestó Maca sin más, recibiendo un fuerte palo en el brazo por parte
de su cuñada, ofendida por la observación.
-La voy a matar, juro que si salgo de aquí la mato –murmuró Anna con
enfado, aun sin levantar la vista de sus pies –es que como soy tan
patosa, quizás si voy más rápido me caigo… Y claro, sería un detalle
muy feo para los que están delante de mí –añadió alzando la voz lo
suficiente como para que su amiga la escuchase.
-Quien se pica ajos come, ¿lo sabías Annita? –soltó Maca con tono
burlón.
Fue Esther la segunda en pisar “tierra firme”, y lo primero que hizo fue
137
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¡Me niego! –exclamó Anna -¿de dónde las has sacado? Antes he
buscado por entre todas tus cosas y no he encontrado ninguna maldita
baraja…
138
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Anna tiene una suerte terrible jugando a las cartas. Bueno, de hecho,
tiene mala suerte en casi todos los juegos de sobremesa… -explicó Jero.
-Mira, bonita, aquí la única que tiene mal perder eres tú. El problema son
vuestras estúpidas reglas –la cortó su cuñada –veréis, juguemos al juego
que juguemos, sólo hay una regla que no cambia, y es que el que pierda
le toca hacer una acción que los otros le digan. Bueno, a no ser que
juguemos al streap poker, claro…
139
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Tío, no he conocido a nadie que mezcle las cartas tan mal como tú –le
espetó Maca a Guille, tras unas cuantas partidas, cuando el contenido de
las botellas empezaba a descender de forma alarmante.
-Joder, es verdad. ¿Por qué seguimos dejando que lo haga? –se lamentó
Claudia -¿cómo las tienes tú, Anna?
-¿Es broma? ¿Cómo quieres que las tenga? –repuso esta con un gesto
mezcla de pena y de resignación.
No obstante, unos cinco minutos más tarde, tras librarse una tras otra
de sus cartas, ante la mirada estupefacta mirada del resto; la veterinaria
soltó un grito de júbilo acompañado de varios movimientos
estrambóticos con los brazos.
-¡Y tres ases! ¡Ja! ¡He ganado! ¿Qué decís a eso, eh? –exclamó con voz
triunfal, mostrando a todos las tres cartas de la victoria.
-Ahora me las va a pagar todas juntas… -susurró Anna con una sonrisa
un tanto cruel -¿cómo puede decir que soy patosa? Esto ya es lo último
que me faltaba por oír…
-Tía, cálmate un poco, ¿no? Que tampoco ha sido para tanto –le dijo
Claudia algo asustada por el comportamiento de su amiga –a ver, ¿qué
hacemos?
140
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Qué pasa? Estoy orgullosa de mis atributos… Tienes que hacerlo Maca,
son las reglas. A todos nos ha tocado hacer cosas que no queríamos
hacer… -le dijo la cardióloga.
141
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Qué haces? –le preguntaron algunos, alzando sus voces cuando por fin,
salió a la superficie.
-¿Y qué harás? ¿Atizarnos con el bikini? –se interesó Claudia con una
sonrisa burlona.
-Pues sí, y te advierto de las bolitas estas que llevan al final de las tiras
duelen –contestó ella nadando en dirección contraria -¡Jero, no! –le gritó
a su hermano al verlo aparecer enfrente de ella, pero ya fue demasiado
tarde, puesto que él ya se había abalanzado sobre ella.
-¡Devuélvemelo! –le ordenó ella –y tú, deja los pantalones ahora mismo –
añadió dirigiéndose a su hermano.
142
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-No seas quejica, anda que te hemos dejado la camisa –contestó Jero
ignorando su orden y alejándose de ella.
-Mierda –murmuró Esther cuando Guille dejó su última carta encima del
montón.
-Creo que he dado con una idea con la que todos estaréis de acuerdo
-susurró Claudia dibujando una amplia sonrisa, que provocó la emoción
del resto.
143
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Quedaría muy bien contestando que me dabas pena aquí sola y que he
decidido venir a hacerte compañía, pero no estaría diciéndote la
verdad… -contestó la médico sin cambiar su rostros serio.
-Bueno, supongo que la acción que te hagan hacer tendrá que ver
conmigo, serían idiotas si no lo aprovecharan… Y como no quiero que
pienses que tengo algo que ver con eso, he decidido escabullirme y
venir contigo –explicó Maca como si fuera una total obviedad.
-Sería lo que yo haría: desde luego, es lo que más te fastidiaría. Por ello,
tú te pondrías nerviosa, yo estaría tensa y, por lo tanto la escena sería
de lo más suculenta para todos ellos –contestó Maca –pero bueno, eso
no será hasta dentro de unos cinco minutos más, cuando den con la
acción más apropiada, y todos tengan que convencer a Anna y Kath
quienes dirán que les parece un tanto cruel, y se negarán al principio
pero acabarán cediendo.
144
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
de ellos era para ella, y obviamente era aquel del que Maca no había
bebido. La médico, al percatarse de que estaba mirando sus manos,
supuso que estaba librando una batalla interna, decidiendo si tenía que
preguntarle si la bebida era para ella o no. Aquello la hizo sonreír para
sus adentros, puesto que no podía evitar sorprenderse ante lo absurdo
que era el comportamiento de Esther a veces. Fueron el frío que
empezaba a notar en las yemas de sus dedos, y especialmente las
ganas de fumarse un cigarrillo, los que la empujaron a tenderle el vaso a
la abogada, que lo cogió tratando que sus manos no se rozaran.
-Pues bien que hace media hora te has cebado con Maca –rebatió
Claudia.
-Ya, pero lo de antes era por venganza, ahora ya es cebarse con ella… Y
más si alargamos la espera para que estén ellas dos ahí solas –contestó
la veterinaria.
Algunos metros más allá, la situación era la misma que hacía unos
minutos. La médico sabía que sus amigos estaban alargando aquello
aposta, con la única intención de hacerlas permanecer juntas, y ver cuál
era su comportamiento. Esbozó una sonrisa irónica al pensar que no
eran más que un experimento para ellos, y que seguramente el próximo
paso sería meterlas dentro de una jaula.
145
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Por qué te importa que yo pueda pensar que tú tienes algo que ver con
lo que estén hablando?
-Sean los que sean, ya tienes suficientes motivos como para echarme en
cara todo lo que hago. Simplemente, no quiero darte otro –explicó la
médico, encogiéndose de hombros –ahora que lo pienso, es una tontería,
porque siempre encontrarás una explicación razonable para estar en
desacuerdo con todas mis acciones pero…
-¡Ya está! –gritó Anna lo suficientemente alto como para que la oyeran,
recibiendo una mirada recriminatoria del resto.
Con paso lento, ambas mujeres se acercaron a ellos, que las miraban
con una sonrisa divertida deseando desvelarles la acción a hacer. El
nerviosismo de Esther causado por el juego había desaparecido, siendo
sustituido por una sensación de congoja al pensar que su
comportamiento con Maca había sido erróneo e injustificado, puesto que
ella había demostrado que en el fondo era buena persona, no
merecedora de aquello. Cuando apenas faltaban unos metros para
darles alcance, notó como una mano agarraba con seguridad su
muñeca, haciendo que detuviera sus pasos. Se volvió para pedir una
explicación del gesto, pero nada más girarse se sorprendió al ver el
rostro de Maca demasiado cerca al suyo, y el desconcierto fue todavía
mayor al notar sus labios sobre los suyos. Las seis personas que ejercían
de público, observaban asombradas como Maca había rodeado con
seguridad la cintura de Esther, y la besaba con fuerza, mientras la otra
parecía no ofrecer ningún tipo de objeción. De hecho, la abogada se
encontraba tan sorprendida que ni siquiera había tenido tiempo para
entender lo que estaba sucediendo, y sólo era consciente de que en
aquellos precisos instantes una lengua estaba abriéndose paso en su
boca, una lengua que, todo sea dicho de paso, se movía a las mil
maravillas. Pero tal y como empezó, el beso acabó, es decir, la cirujana
se separó y con una sonrisa radiante se giró hacia su público.
Ante esa afirmación sólo hubo silencio que, tras apenas unos segundos,
fue quebrantado por varias carcajadas, y algunos cuerpos retorciéndose
146
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Aquel ataque de risa que había invadido sus cuerpos y, que parecía
imparable por al menos, unos cuantos minutos más, resultó sí serlo,
puesto que toda risa fue cortada de repente por un sonido seco. Maca se
llevó una mano a la mejilla que había sido la víctima de la bofetada
recibida, para a continuación, dirigir su confusa mirada hacia una Esther
con ojos centelleantes de enfado, que acariciaba la palma de su mano
derecha, sin duda dolorida por el impacto.
-¿Pero qué coño haces? –le preguntó la cirujana sin entender a qué venía
aquello.
-¿Que qué…? ¿Pero tú quién te has creído que eres? –gritó Esther
deseando repetir el gesto -¿a ti te parece normal lo que has hecho?
-Yo… Mira, creía que ellos querían que nos besáramos… Y bueno, sabía
que tú te negarías y que estaríamos hasta las tantas intentando
convencerte, así que he pensado que si te pillaba desprevenida sería
menos embarazoso –se explicó la cirujana, dando un paso hacia atrás
por miedo a recibir otra bofetada.
147
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
de la abogada.
-¡Ah, no! Me niego –intervino Maca –lo mínimo que puede hacerme es
arrancarme la piel de la espalda de un mordisco…
-Pero con cuidado, ¿eh? –le advirtió la médico sin acabar de tenerlas
todas consigo, mientras se tumbaba bocabajo en una de las toallas.
-Eh… Veréis, el masaje tiene que darse sin la camisa… -apuntó Guille
con algo de miedo en su voz.
-¡Sí, y haciendo el pino! –soltó Maca, pensando que les estaba tomando
el pelo- ¿no es broma?
-Estás bocabajo, nadie te ve; así que rapidito que quiero acabar con
esto… -le espetó Esther cansada de darle vueltas al asunto.
148
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Se te da bien –susurró Maca con los ojos cerrados, totalmente relajada.
-¿El qué? –dijo Maca sin saber a qué se refería, tocando aquella parte de
su espalda, para identificarlo -¡ah! Bueno, digamos que la fogosidad no
siempre es buena… ¿Te molesta?
-¿Por qué debería hacerlo? –quiso saber Esther ejerciendo más fuerza de
la necesaria en el cuerpo de Maca.
La fiesta no duró mucho más, puesto que el cansancio hacía rato que
había hecho mella en todos, así que decidieron no alargarlo más y
volvieron a casa, ahora mucho menos cargados, puesto que algunas de
las cosas pudieron tirarlas en las papeleras de la cala. Ya en su cama,
Esther intentaba, en vano, borrar de su mente aquella piel que hacía
poco más de una hora se había visto obligada a acariciar durante un
buen rato. Todavía podía notar en las yemas de los dedos la suavidad
que desprendía, su tono moreno iluminado por la luz de la luna y la
sensación que había producido en ella, el notar los escalofríos de Maca a
causa de algunos de sus propios gestos. Regañándose a sí misma por
esos pensamientos, se giró con brusquedad, quedando así de cara a la
ventana. El que pudiera ver el cielo estrellado, le informó de que había
olvidado de cerrar las contraventanas lo que provocaría que pocas horas
más tarde, la habitación se llenase de luz; así que con fastidio, se
levantó para ir a cerrarlas. Su habitación daba al jardín trasero de la
casa y, por lo tanto, tenía unas vistas preciosas del mar. Debido a ello,
no pudo evitar quedarse algunos instantes embobada admirando el
paisaje nocturno que tenía enfrente de ella, pero algo no cuadraba en
ellas: tumbada en una de las hamacas del jardín, pudo distinguir una
figura que, a juzgar del humo que salía por su boca, se encontraba
fumando; aquella persona, estaba acompañada por un perro que, a
pesar de la distancia, podía apreciarse estaba siendo acariciado por la
persona en cuestión.
149
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-No podía dormir, y tampoco tenía nada mejor que hacer, así que…
-contestó Esther sentándose a su lado -¿qué le pasa a este perro? –le
preguntó al notar como el animal intentaba lamerle la mano, en busca
de atención.
-Sólo quiere cariño. Esto es lo que buscamos todos los seres vivos, ¿no?
–contestó encogiéndose de hombros- ¿A qué sí, bicho? –añadió
dirigiéndose al perro, mientras le acariciaba la cabeza, que ahora
reposaba en sus piernas.
-¿Y qué se supone que debería querer de mis conquistas para ser
interesante?- le preguntó Maca, siguiéndole el juego.
150
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Siempre das tantas explicaciones por todo? –quiso saber Maca –¿o
como no dices la verdad sientes la necesidad de parecer más creíble?
-¿Qué quieres decir con esto? –preguntó Esther, confundida por lo que
acababa de escuchar.
-¡Me has pillado! –exclamó la abogada con ironía –llevo varios días
pensando en ti y en ese cuerpo de escándalo que insistes en pasarme
por la cara una y otra vez… ¿Contenta con la respuesta?
151
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Ya, bueno. ¿Sabes? Ahora que has caído ante sus encantos, no dejará de
seguirte… -le explicó con una sonrisa –quizás yo debería insistir tanto
como él…
152
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
153
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Y no lo hago, padre –contestó ella sin darle importancia –lo que pasa es
que como el calor no me dejaba dormir, he cambiado mi pijama por este
conjunto que tanto te gusta… Y los calzoncillos son unos que tía María le
regaló a Jero pero que a él le iban pequeños.
-De todos modos, seguro que tienes cosas más apropiadas para
pasearte por casa –insistió él, aunque se calló al ver como Encarna, esta
vez acompañada por su hija, volvía al porche.
-Buenos días –les saludó Esther todavía con voz de dormida y los ojos
entrecerrados a causa de lo molesta que le resultaba tanta luz.
-¿Café? –le ofreció Jero con una sonrisa, gesto ante el cual la abogada
asintió con la cabeza –mi querida mujer amante de los animales ha
pensado que sería una buena idea dar un paseo a caballo por la finca al
atardecer.
-Por mí bien –opinó Maca –el problema está en que Kath obviamente no
puede montar a caballo…
-De eso nada, hija. Que el paseo debe ser precioso y por algo te
pagamos todas esas clases de hípica –la cortó Encarna avergonzando,
sin pretenderlo, a su hija que tuvo que soportar la sonrisa divertida de
los dos hermanos.
154
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Finalmente, Laia fue con ellos a dar el paseo en caballo, algo que
disgustó a partes iguales tanto a Pedro Wilson, a quien nunca le había
gustado la “amistad” de verano que mantenía su hija con aquella chica;
como a Esther, a quien el entusiasmo que Laia mostraba por todo
empezaba a parecerle considerablemente cansino.
-Como me digas que me sienta bien el moreno te tiro el café por encima
–soltó Maca a modo de saludo.
-Buenos días a ti también –contestó la otra sin borrar la sonrisa –y sí, mis
vacaciones han ido muy bien, gracias por tu interés.
155
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
156
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Con decisión, se levantó y tras pocos minutos ya tenía una taza de café
humeante entre sus manos. Sonrió agradecida al notar como el sabor
amargo del líquido inundaba sus papilas gustativas, para bajar después
por su garganta.
-Doncs el nostre pare va estar a punt de vendre’s la casa ara farà cinc
anys. Deia que estaba cansat de venir… (pues nuestro padre estuvo a
punto de vender la casa ahora hará cinco años. Decía que estaba
cansado de venir) -comentó Maca.
-Però què me dius! (pero qué dices!) –exclamó la chica sin entender que
alguien en su sano juicio quisiera vender aquella maravilla.
-Puc preguntar-te una coseta? (¿puedo preguntarte una cosita?) –le pidió
una Laia algo cortada a Maca que sonreía por la salida de la abogada –tu
i aquesta noia…? Vull dir que si esteu liades o… Perquè sembla una
miqueta enfadada, i havia pensat que potser, com que estic acaparant
tota la teva atenció, s’ha posat gelosa… (¿tú y esta chica…? Quiero
decir que si estáis liadas o… porque parece un poco molesta y había
pensado que quizás, como me está prestando tanta atención, se haya
puesto celosa…)
-Poc que te crec! M’ho dius de veritat? (¡no te creo! ¿Me lo dices de
verdad?) –exclamó la chica.
157
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Doncs sí, algun problema? (pues sí, ¿algún problema?) –soltó Esther de
forma seca pasando por su lado al avanzarlas, junto a su hermano.
-Es su hermano, dice que es urgente –anunció la chica con voz trémula a
causa del miedo que le infundía su jefa.
Unos instantes más tarde, tras escuchar lo que tenía que decirle Jero y
contestar con simples monosílabos, la médico colgó con fuerza el
aparato, y con rapidez cogió el jersey y el bolso que tenía guardados
dentro del armario y salió de allí como alma que lleva el diablo.
-Me voy, quizás mañana no pueda venir. Por si acaso, anula todo lo que
tenga, pero llámame si hay algún problema, ¿vale? –le dijo a la
secretaria a modo de despedida, quien se quedó esperando una
explicación, que no llegó, del porque de su marcha repentina.
La moto parecía volar en sus manos, puesto que la velocidad que había
alcanzado era mucho superior a la permitida en aquella zona de dentro
de la ciudad, que se limitaba a unos escasos 50 kilómetros por hora. Ni
siquiera se planteó la posibilidad de que le pusieran una multa o que
uno de los numerosos radares de aquella calle la detectara. En apenas
diez minutos, tras haber recibido cuantiosos insultos y llamadas de
atención por parte del resto de usuarios de la vía, llegó a aquel enorme
hospital que le había indicado su hermano. Era uno de los mejores de la
ciudad, sino el mejor, y su imponente construcción, así como los
cuidados jardines que rodeaban el magnífico edificio, daban una
constatación más que convincente de ello. Con impaciencia esperó a
que una de las recepcionistas quedara libre, y sin molestarse a desearle
unas buenas tardes, le preguntó donde se encontraba la unidad de
cuidados intensivos para, a continuación, seguir a toda prisa sus
indicaciones.
158
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Por fin has llegado –le dijo su hermano a modo de saludo cuando la vio
entrar allí.
-Pero si sólo hace quince minutos que la has llamado –le corrigió Anna -
¿cuántos semáforos te has saltado? –quiso saber al tiempo que la
abrazaba.
-Los médicos dicen que no está mal del todo, aunque tenemos que
esperar a que pasen un par de horas para asegurarnos –ele informó Jero
con cara de agobiado –no he entendido nada más de lo que me han
dicho, mejor ve tú y que te lo expliquen bien.
159
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
siento, pero en media hora tengo una operación y me tendría que ir. No
es muy larga, así que cuando termine me paso enseguida a ver como
sigue.
-No, espera. Creo que aunque no haya más opción que posponerla,
deberíamos decírselo a Encarna, al fin y al cabo es su boda. Pero no creo
160
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
que este sea el mejor momento para ello, ya ves como está.
-Tranquila. Pero mira que tener que enterarme por Esther… -comentó la
cardióloga con una sonrisa –me la he encontrado en el pasillo de abajo –
le explicó al ver la cara de su amiga.
-Creo que es una estupidez alargarlo por más tiempo. Cuanto antes lo
digamos, antes lo habremos solucionado –razonó Esther-, ya me
encargaré yo de todo.
161
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-No te molestes en volver –le cortó la médico con voz seca, sin levantar
la mirada del café-, debes estar encantada con la situación, ¿eh? Al viejo
le coge un patatús y tú te libras de esa boda que nunca has querido, y
de la hermanastra, claro.
-No digas tonterías –repuso Esther con una mueca de disgusto –el hecho
de que no me guste que mi madre se case, no comporta que me alegre
de que tu padre esté mal.
-¿Y por eso te empeñas tanto en cancelar la boda? –quiso saber Maca
que seguía en sus trece.
-Es absurdo retrasarlo más. Y mira, ¿sabes qué? No me parece que este
sea ni el momento, ni el lugar adecuado para hablar de esto. Así que ya
sabes, cuando estés más calmadita y seas razonable, ya hablaremos.
162
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Sólo me limito a hacer lo que tú has hecho durante todo este tiempo…
-atinó a decir Maca justo antes de que la desapareciese detrás de la
puerta.
Una vez sola, bajó la cabeza de nuevo hacia su café, al que había
olvidado por completo a pesar de estar sosteniéndolo entre sus manos
durante todo ese tiempo. Sabía que se había equivocado hablándole así
a Esther, pero el autocontrol parecía haberse esfumado de su cuerpo, y
el miedo y la angustia que se habían apoderado de ella al conocer el
verdadero estado de su padre, habían provocado que estallase, y a
víctima no había sido otra que la abogada. Sabía que a partir de ese
momento las cosas entre ellas serían mucho peores y que,
probablemente, la otra no querría ni siquiera dirigirle la palabra a no ser
que fuese estrictamente necesario.
163
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
éste, Esther seguía sin dirigirle la palabra. De hecho, podía contar con
los dedos de una mano las veces que se había dirigido a ella al hablar.
No obstante, la médico no podía echarle en cara su actitud, puesto que
la suya no había sido mejor: no se había molestado en pedirle disculpas
por lo que le había dicho, y en ningún momento se había mostrado
arrepentida, sino más bien lo contrario, puesto que esa imagen de
seguridad se había incrementado, llegando a ser desafiante.
Lo que la médico no sabía era que las cosas estaban igual en casa de la
abogado, puesto que Esther tampoco le dirigía la palabra a Laura, nada
más que para hablar de trabajo. Cuando llegó por la noche al piso que
compartían, después de pasar toda la tarde en el hospital, y tras dejarse
convencer por todos para que ella y su madre se fueran a descansar,
entró en la habitación de su compañera como si de un huracán se
tratara y no se marchó de allí hasta que no logró que confesara que
había sido ella la que le había contado a Maca lo de Luís.
Aun a pesar de las numerosas veces que su amiga le pidió perdón por
haberle contado aquello a Maca, y de las cuantiosas excusas que le
había dado, Esther se tomó aquel acto como una traición, por lo que
siguió con su actitud. La abogada pensó un par de veces que quizás
estaba exagerando, que al fin y al cabo, su amiga había actuado bajo los
efectos del alcohol, pero después recordaba las palabras de Maca, y lo
ridícula que se había sentido ante ella. Y la conclusión era siempre la
misma: no podía perdonarle a su amiga que hubiera provocado que
quedara en evidencia ante Macarena Wilson.
164
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
ella lo sepa y que te dijera lo que te dijo –soltó la morena que sintió
como se quitaba un gran peso de encima.
-Me da igual, porque me vas a escuchar. Esta vez no vas a escaparte –la
retó su amiga cerrando la puerta y quedándose delante de ella para
evitar que se escabullera, como siempre hacía –lo único que se limitó a
decirme fue que ella sí tenía derecho a saberlo porque de otro modo, no
sabía como enfrentarse a ti, estaba preocupada, ¿sabes? Sobretodo
después de contarle a que se debía su actitud con ella. Me pidió consejo
para lograr hacer las paces contigo, aunque creo que nunca llegó a
hacerme caso… Mira Esther, Maca no es una mala persona, quizás no
pueda caerte bien por muchas razones, pero desde luego que no se
merece como la has estado tratando. Así que sé coherente, asume tu
responsabilidad y deja de ser una cobarde.
-Sí, sí lo eres. Llevas toda tu vida intentando ocultar lo que eres. Primero
te escudaste en tu relación con Raúl, y cuando conseguiste asumir que
eras lesbiana, no has logrado mantener una relación que no se basara
en encuentros esporádicos –insistió Laura.
165
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Como cada noche desde que su padre había tenido el infarto, Maca se
pasó por su casa, donde cenaba y le contaba a Pedro los sucesos del día
en un intento de que se distrajera un poco. Sobretodo, se centraba en la
Fundación Wilson, de la que había sido nombrada la presidenta temporal
del patronato. Cada día le llevaba varias carpetas de documentos que él
leía durante el día, y comentaban juntos al anochecer.
-Hace una semana, más o menos, me enteré de que uno de las fincas
que linda con el terreno de la Clínica está en venta. Me he informado y
pertenece a un promotor inmobiliario que necesita con urgencia
venderla por los problemas de liquidez que tiene su empresa. Antes de
ayer me puse en contacto con él y el precio que pide no supondría
ningún problema para nosotros; además, por lo que me pareció, si le
hiciésemos una oferta razonable, podríamos conseguir una reducción
bastante importante –explicó Maca haciendo una pausa para que su
padre diera su opinión.
-¿Y qué quieres hacer con él? –quiso saber Pedro Wilson.
166
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Sabes la cantidad de dinero que nos costaría hacer todo eso? –le
preguntó su padre más retóricamente que esperando una respuesta por
parte de Maca.
-No sé, Maca. La idea, tal y como la formulas, parece muy buena, pero
necesitamos un presupuesto mucho más preciso. También tendríamos
que hablar con el ayuntamiento y la Generalitat para informarnos de lo
de las subvenciones que, dado el momento económico en el que
estamos, no creo que sean muy abundantes…
-Bueno, en eso último es donde entras tú –dijo la chica con una sonrisa –
Jero está trabajando ahora con los planos, haciendo un proyecto
aproximado. Cuando los tenga me ha dicho que iría a hablar con un
constructor que conoce y con el que últimamente ha tenido mucho trato,
para que nos haga un presupuesto de lo que valdrían las reformas.
-Hay una cosa más que tengo que comentarte –se apresuró a decir Maca
–Francisco Pardo, el organizador de la boda, me ha llamado esta mañana
para preguntar si sería posible programar ya un fin de semana.
-Bueno, tendríamos que hablarlo con Encarna, pero diría que a finales de
abril o primeros de mayo estaría bien. Ya sabes que no soporto las bodas
en una época demasiado calurosa, así que a ser posible, no más tarde
de mediados de mayo –opinó él.
Ante la solidez del proyecto final que sus hijos le presentaron, además
de la rentabilidad que la adquisición de la finca adyacente a la Clínica
Wilson podía llegar a proporcionarles, Pedro Wilson no tuvo otra opción
que ceder ante la insistencia de los dos hermanos y acceder a tirar
adelante con la obra. No obstante, y aun haber tenido siempre un fuerte
167
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Eh… Papá, yo… Quería comentarte algo que había pensado… Pero si no
te parece bien, no pasa nada, ¿eh? –empezó la médico de forma
titubeante. Llevaba meses pensando en aquéllo; de hecho, desde que
comenzara a divagar en ese proyecto ya lo tenía en mente. Y realmente
temía una negativa por parte de su padre.
-Verás, había pensado que, puesto que todos los pabellones de la Clínica
tienen un nombre, el edificio de la Fundación también debería tenerlo,
¿no? –explicó Maca recitando la introducción del discurso que se había
pasado la mañana ensayando-. Pues he pensado que, si a ti no te parece
mal y lo encuentras acertado, podríamos llamarlo Rosario Fernández…
No sé, tú siempre me has contado lo involucrada que estaba en la
Fundación y, bueno, algunos de los propósitos iniciales fueron idea suya
así que he pensado que sería bueno que tuviera su nombre, ¿tú qué
crees?
168
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Me parece una idea fantástica, hija. De hecho, es tan buena que no
entiendo cómo no se me ocurrió a mí –añadió para cortar el
sentimentalismo del momento, que empezaba a ser excesivo.
Debido al poco tiempo que quedaba ya para que llegasen las vacaciones
de Navidad, y al “pequeño” cambio que había sufrido la estructura
familiar, era necesario saber qué harían en aquellas fechas y lo más
importante, dónde. Hacía muchos años que los Wilson celebraban la
Nochebuena y la Navidad en su pequeña casa de la montaña, tantos que
incluso había llegado a convertirse en una tradición. La falta de
familiares había provocado aquello, puesto que Pedro era hijo único y
Rosario y María, la madre de Javier, sólo eran dos; por lo que estaban
exentos de compromisos familiares. Los dos últimos matrimonios de
Pedro Wilson no habían alterado esa rutina, puesto que decidieron que la
comida familiar pertinente con la familia de las respectivas mujeres,
sería el día de reyes. Algo que, todo sea dicho de paso, no les hizo
mucha gracia a los dos hermanos, quienes estaban acostumbrados a ir a
pasar la tarde de ese día en casa de Teresa, conducta que recuperaron al
enviudar por tercera vez su padre.
Por otro lado, Encarna y sus hijos, desde la muerte de Emilio, pasaban
aquellas fechas en casa la casa familiar de los Ruiz, situada en una
pequeña ciudad de la Cataluña interior, y que había quedado en manos
de Soledad, su hermana mayor, al morir sus padres. No obstante, ese
año Sole y su marido, aprovechando que sus hijos tampoco estarían
porque ambos lo celebrarían con la familia de sus respectivas mujeres,
decidieron hacer algo que siempre habían deseado: ir a pasar esas
fechas a París, donde cuarenta años atrás habían pasado su luna de
miel.
-Así que al final nos vamos al Valle, ¿no? –quiso saber Maca durante la
cena del viernes en casa de su padre, y en la que se encontraban todos.
Aquellas veladas, normalmente celebradas una vez a la semana, se
habían convertido en obligadas para todos desde el infarto de Pedro; así
169
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
que Esther había tenido que verla más de lo que habría deseado.
-Eso parece, aunque según Antonio tendré que abstenerme de pisar las
pistas durante una buena temporada –comentó su padre.
-Por cierto, ¿qué queréis que os regale este año? –quiso saber Pedro
cuyo carácter, tras verse postrado en la cama durante casi un mes,
había mejorado sustancialmente.
-¿Dais los regalos en Navidad? –se extrañó Encarna, puesto que ellos
siempre los habían dado el día de reyes.
170
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
De este modo, aquella mañana, por la que había rezado para que no
llegara, finalmente llegó. Tal y como habían quedado hacía ya más de
dos semanas, a las seis en punto de la tarde el gran Jeep de los Wilson
aparcaba en frente de su portal, a la espera de que ella bajara. Una
Maca solícita, principalmente porque había sido obligada por su padre,
salió del coche con la intención de ayudarla a meter la maleta en el
coche, y sus esquís en el portaesquís que habían montado en techo del
vehículo; propósito que fue rotundamente rechazado por parte de la
abogada:
-Ya puedo yo, gracias –soltó Esther de forma seca apartando su bolsa de
Maca, al ver el ademán que ésta hacía para cogerla.
171
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Ya te he dicho que antes te he colgado porque no podía hablar –le decía
Esther a la persona con la que hablaba por teléfono –pues porque estaba
en el coche con otras personas y no era un buen momento… No, hoy no
puedo quedar… ¡Pues porque prácticamente estoy llegando a Vaqueira!
172
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-No me grites –dijo Esther con voz cansada –mira, te lo dejé muy claro al
principio: no me gusta dar explicaciones, así que no me las pidas. Vuelvo
el día 28, así que ya te llamaré entonces… Pues sí, tienes razón, quizás
no lo haga… -añadió dando por finalizada la conversación.
-¿Todo bien? –quiso saber con voz inocente, aun sabiendo que
probablemente no recibiría contestación alguna.
173
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Se nota que son ricos –murmuró para sí misma, al tiempo que esbozaba
una sonrisa.
Lo cierto era que las vistas desde allí eran preciosas, aunque debido a la
oscuridad de la noche, y de la poca iluminación, no podía ver mucho.
Giró su cabeza hacia otra dirección, para encontrarse con unas
pequeñas luces que probablemente eran las máquinas aplanadoras que
acondicionaban las pistas para la jornada siguiente. Suspiró al pensar lo
mucho que le gustaría todo aquello a su hermano, que siempre había
sido un amante del esquí, pero que aquel año no podrían unirse a ellas
debido a que hacía apenas dos meses que Kath había dado a luz.
Recordó la cara de su sobrino, al que había ido a ver aprovechando un
puente, y sonrió al recordar el gesto de contrariedad de su madre al
conocer el nombre del pequeño: William.
-Por cierto, ¿qué plan tenéis para mañana? –quiso saber la mujer,
cambiando radicalmente de tema, al tiempo que, sin pretenderlo,
forzaba a Maca a incluir a la abogada en sus planes.
174
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
175
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Pero qué…? –chilló Esther tapándose el torso con lo que tenía más a
mano: su anorak de esquí.
176
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Un bocadillo está bien… -se resignó la abogada -¿ahora vas a dejar que
me vista tranquila?
Sin decir nada más, cerró la puerta con cuidado, para bajar de nuevo a
la cocina y empezar, ahora sí, a desayunar. Mientras le daba por fin, un
trago a su café con leche, esbozó una sonrisa al recordar lo surrealista
de lo que acababa de vivir minutos antes. “Joder, la verdad es que no
está nada mal…” pensó al tiempo que su sonrisa se ampliaba.
Pocos minutos más tarde, llegaban al fin al pie de las pistas. Sin perder
tiempo, Esther se puso los esquíes, y algo en lo que Maca no había
reparado todavía: un casco. La médico no pudo evitar negar con la
cabeza al tiempo que esbozaba una sonrisa divertida, al pensar en lo
extremadamente responsable que parecía ser la abogada para todo. Al
177
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Sal de aquí, anda –le dijo a la cardióloga haciendo un gesto para que le
hiciera caso.
-Hay que ver lo sosa que eres –le recriminó ésta, al tiempo que se ataba
la tabla de snow a los pies-, ¿has visto lo que le ha cambiado la cara a tu
hermanastra?
-Que va, mis padres han ido a pasar la Navidad a New York para pasar
estos días con mi hermana. La tía intentó escaquearse diciendo que no
querían venir por la crisis y no sé qué cuentos, y ahora los tiene allí…
-explicó el chico.
-¿Y tus tías? –se interesó Maca, extrañada por el cambio de tradición de
la familia de su amigo.
-Vaya… Pues veniros con nosotros el día de San Estaban –le propuso la
médico –así Esther va a quitar esa cara de asco al menos durante la
comida-, añadió en un susurro confidencial.
Dos horas más tarde, en las que no habían parado de esquiar, cogieron
otro remonte, por el lado del cual, había una pista repleta de bams. Los
ojos de Esther se clavaron en ellos, y Eva se encargó de informar al resto
de la afición que tenía su amiga a esos “montoncitos de nieve”, tal y
como los llamó ésta. Fue allí donde la abogada les hizo una espectacular
demostración de su habilidad con ese deporte, pero no sería hasta unos
178
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Yo no me subo ahí ni de coña –observó Eva al ver la altura de uno de los
saltos.
-Ni de coña, tú te vas con ellas y te luces un ratito -se negó Eva-, y así
nos dejas solos…
-Oye Esther, tú no sabrás hacer un 180, ¿no? –quiso saber ésta, cuando
la abogada llegó a su altura.
-¡Venga ya! –repuso Maca incapaz de creer que Esther supiera hacer
aquéllo.
-¿Ha sido suficiente para ti? –le preguntó a Maca, con una sonrisa
triunfal. Después de haber fingido que saludaba a un gran público, algo
que solían hacer con Eva y Laura.
-Te doy un aprobado –contestó la cirujana con la misma sonrisa que ella,
clavando su mirada en aquellos ojos que, como siempre, parecían
179
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
retarla.
El resto del día transcurrió en las pistas, exactamente igual que hasta el
momento: Esther al frente dándoles una lección de su impecable estilo,
y el resto tras ella, admirándolo. Hacia el final de la tarde, Claudia y la
abogada intercambiaron sus equipos, puesto que la cardióloga estaba
harta de la tabla y, Esther era la única que tenía la misma talla de pie
que ella.
-Tú también lo haces, y hasta donde yo recuerdo, la médico aquí soy yo.
O al menos eso dice un papelito colgado en la pared de mi despacho –le
espetó ella de forma cortante aunque esa no fuera realmente su
intención.
-Uy, uy uy… Que Maca se nos ha puesto borde… -intervino Claudia con
tono burlón, sabiendo que aquello haría sonreír a su amiga.
-¿Ya os habéis cansado de jugar, niñas? –quiso saber Maca del mismo
modo que la cardióloga al percatarse de que las tres habían llegado
donde ellos estaban.
180
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
de trozo de madera…
-Es divertido –se justificó Claudia quien se sentía algo culpable por el
dolor que seguramente estaba sintiendo la abogada tanto en sus
muñecas como en varias partes más de su cuerpo.
-Ya, y por eso has insistido tanto en que te dejara los esquís un rato, ¿no?
–la pinchó Maca con una sonrisa un tanto cruel.
-El próximo día más te vale traerte los esquís, porque yo esto no lo
quiero volver a ver en mi vida –le dijo Esther con una sonrisa dejando
claro que, a pesar de que sus palabras fueran ciertas, estaba de broma.
-¿Cómo coño se para ésto? –chilló Esther dirigiéndose a las dos chicas,
sin percatarse del gran árbol del que cada vez estaba más cerca. Por
ello, al girar su cabeza y ver aquel enorme tronco, sus gritos se
intensificaron. Cuando apenas dos metros la separaban de la
irremediable colisión, notó como alguien la agarraba del anorak y tiraba
con fuerza de ella hacia atrás. El prácticamente nulo control que tenía
sobre la tabla, provocó que perdiera el equilibrio, por lo que su propio
peso provocó que se cayera encima de la persona que había acudido a
rescatarla y, unos instantes más tarde, se encontraban abrazadas
rodando por la nieve, incapaces de detenerse.
-No puedo… -contestó la abogada al tiempo que movía las piernas sin
ninguna coherencia, intentando hacer lo que Maca le había dicho.
181
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Estáis bien? –quiso saber la cardióloga, aunque tras aquella corta frase
la risa volvió a inundar su boca.
--Sí, gracias –contestó Maca empezando también a reírse–, pero creo que
he perdido mis esquíes.
-Te aseguro que me encanta estar así, pero mi culo está tan frío que
estoy empezando a perder sensibilidad –le dijo en un susurro dejando
escapar el aliento de la cirujana que, debido a la cercanía, impactó en
los labios de Esther.
182
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
madre y a Pedro.
-No, que va… Es sólo que no hemos parado en todo el día… -la
tranquilizó Maca-, ¿sabe que usted ha hecho un milagro? –dijo con una
sonrisa divertida cambiando de tema-, es la primera persona que
consigue que mi padre entre en una cocina para algo que no sea abrir la
nevera-, añadió mirando a Pedro que se encontraba junto a la mesa
donde desayunaban, colocando en pequeñas bandejas lo que se suponía
serían los entrantes de la cena.
-Muy graciosa, hija. Acabas de quedarte sin cena –soltó él sin girarse,
mientras seguía con su difícil tarea.
-Vamos, papá. Si estoy orgullosísima de ti… -le dijo con voz inocente al
tiempo que lo abrazaba por la espalda.
-Anda, ve a ducharte…
-Me encanta tu sutileza para decirme que huelo mal –bromeó ella al
tiempo que cogía un trozo de queso y salía de la cocina, dirección al
baño.
-Bueno, es que lo lleva en una parte del cuerpo que no suele enseñar a
183
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
A pesar de la insistencia de Maca, que ansiosa como una niña por abrir
sus regales, se había empeñado en que los dieran aquella noche;
decidieron que lo mejor era esperar al día siguiente ante la presencia de
Jero y Anna. La velada duró hasta algo más de las dos, cuando todos
decidieron de forma unánime que ya era muy tarde, y aquella
Nochebuena podía darse por finalizada. Una hora más tarde, Esther
permanecía tumbada en la cama con los ojos abiertos como platos. Poco
después de irse a dormir, su madre había caído rendida y desde
entonces, sus ronquidos no habían dejado de retumbar por toda la
habitación. Con cuidado de no despertarla, decidió salir un rato al
balcón, para ver si con el frío lograba borrar el agobio que había
empezado a apoderarse de ella.
184
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Aparta, que empiezo yo –soltó Jero alargando el brazo para coger uno
que tenía su nombre. Esbozó una pequeña sonrisa al recordar la
cantidad de enfrentamientos que aquel simple movimiento había
provocado años atrás, en el que siempre acababa ganando ella gracias
al apoyo de su padre. “Deja a la niña abra el primero” decía siempre
Pedro poniendo punto y final a aquellas discusiones. Pero aquella vez, al
contrario que las anteriores, se limitó a sonreír y a convertirse en una
mera espectadora de la cara de ilusión de su hermano mientras rasgaba
sin ningún cuidado el papel satinado. “Estaré madurando” pensó al
tiempo que Jero se abalanzaba sobre ella para abrazarla.
185
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-De nada, no tiene mucho mérito. Sabía cuanto deseabas tenerla y que
no te atrevías a comprártela por tu señora esposa –contestó Maca
cuando él se apartó para seguir admirando aquella consola reluciente-,
eso sí, me vas a tener que dejar jugar siempre que quiera.
-Eso está hecho –dijo él, al mismo tiempo que Anna miraba la escena
entre divertida y resignada pensando en lo que le venía encima.
-Lo cierto es que me dio su regalo ayer –intervino ésta con una enorme
sonrisa-, los planos de nuestra futura casa con un jardín lo
suficientemente grande como para que quepa una piscina y varios
perros.
186
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Como supusimos que no lo habías hecho, hemos comprado esto –le dijo
su compañera de piso dos días atrás-, Esther, no puedes presentarte ahí
sin un regalo para ella…
-Muchas gracias –le agradeció acercándose a ella para darle los dos
besos de rigor-, te prometo que me voy a leer los libros, y seguiré sus
consejos en la medida de lo posible.
187
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Yo salgo mucho mejor que tú, de eso no hay duda, pero pensé que
quedaría genial en tu mesilla de noche –observó Maca que de pronto se
encontraba pegada a su espalda, al tiempo que miraba aquella
fotografía en la que se veía a sí misma sonriente, rodeando los hombros
de una seria Esther.
-Laura dijo un día que te gustaba Coldplay y no sé… -se explicó ella
cuando Esther se giró para mirarla, sujetando aquellas entradas con una
mano temblorosa. Hacía apenas tres días había ido al cajero
esperanzada para comprar aquellas entradas, pero a pesar de que
faltase más de medio año para el concierto, ya estaban agotadas.
-¿A que sí? –contestó Maca con emoción separándose unos metros para
imitar a la secretaria y admirarla durante unos segundos.
-Pues sí, pero muy poco, ¿eh? La ventaja de esta es que es algo más
baja –defendió Maca a su nuevo “juguete”-, y es más potente.
188
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Bien, hija bien. Lo de tener que preparar la comida para tanta gente es
una faena, pero bueno… -contestó ella cuando ya cruzaban la puerta
para entrar en el edificio.
-Espero que tu cuñada se portara bien. Odiaría tener que volver a rajarle
la puerta del coche… -comentó ella de forma distraída ya dentro del
ascensor, recibiendo un golpe en el brazo por sus palabras.
-Te prohíbo que lo vuelvas a hacer, porque está convencida de que fui
yo. ¿A quién se le ocurre? –la regañó Teresa aunque se le notaba
orgullosa por el acto que había hecho Maca para defenderla, años atrás.
-No, hoy no. Déjame el tupper en el despacho, porque hoy tengo un día
apretadito y tengo una operación programada a las dos…
Los tres días siguientes fueron muy parecidos a aquél, aunque Maca se
planteó seriamente el porqué había decidido ir a trabajar el día 31. Los
días anteriores a una festividad o fecha que mereciera una especial
celebración, las habitaciones de la Clínica se vaciaban como por arte de
magia, puesto que, obviamente, a nadie le apetecía estar allí en día
como Nochevieja. Como cada año desde que había vuelto de los Estados
Unidos, pasaba aquella noche con sus amigos en alguna de las fiestas
que se organizaban. Aquel año, la elegida había sido la cena que se
celebraba en un club social del que los padres de Guille eran socios, algo
que no hizo mucha gracia a algunos de los integrantes del grupo de
amigos.
-¿En serio creéis que mi plan ideal para esa noche es ir a una cena de
gala rodeada de pijos que se pasarán todo el rato mirándome la barriga?
–se escandalizó Marta cuando le contaron el plan.
189
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Es que Eva irá a allí, y como sabíamos que a ti no te haría ninguna
gracia… -intervino Guille consiguiendo calmar a su amiga. Él siempre
había sido el ojito derecho de Marta, de hecho, todos habían pensado
siempre que acabarían juntos, pero ella conoció a Edu y aquella historia
que ni siquiera había comenzado, se acabó.
Hacía cinco minutos que Claudia le había llamado para avisarla de que
estaban cerca de su casa y, llegarían en aquel corto plazo de tiempo. Y
como siempre, hacía cinco minutos que estaba en el portal esperando,
muerta de frío, a que el taxi hiciera acto de presencia.
-Hola bollito –la saludó su amigo recibiendo una sonrisa como toda
respuesta. Aquella denominación por parte del chico era habitual desde
que ella le había revelado su condición sexual, unos dieciséis años
atrás-, vaya, parece que esta noche veas dispuesta a seducir a alguien –
añadió alabando el atuendo de su amiga.
-Ya que tú te has empeñado en que vayamos a una cena que requiere
vestido largo, digo yo que tendré que estar a la altura, ¿no? –contestó
ella aun pensando que su amigo estaba en lo cierto.
No obstante, otra persona de aquella sala sí los vio, algo que no le hizo
demasiada gracia. ¿Es que no podía pasar una semana sin verla?
Barcelona no era una ciudad pequeña, y estaba segura de que había
190
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
decenas de fiestas como aquella. Entonces, ¿por qué siempre tenían que
encontrarse? La respuesta le llegó de la mano de Eva quien, sin el
mínimo atisbo de sorpresa, salió corriendo para encontrarse con Guille
nada más vislumbrar su cabeza por encima el resto. Supuso que había
sido la abogada quien le había dicho a su novio donde irían, y que éste
había convencido a sus amigos para que fueran allí y así poder pasar
esa noche con ella. “Algo de lo más comprensible y normal, por otra
parte” observó su parte más racional, aquélla que desde hacía algún
tiempo se había sabido muy poco.
-¿Y? Creo recordar que le dejaste muy claro que lo vuestro se había
acabado, ¿no? –se extrañó su amiga puesto que Esther no solía
preocuparse demasiado por sus conquistas.
-Hace un par de días me acosté con ella –le reveló sin apartar la vista de
la médico que acababa de dedicarle un guiño a modo de saludo-, y me
da miedo que pueda malinterpretarlo.
-Lo que no sería extraño… ¿En qué pensabas? –le recriminó Laura que
pensaba que nunca conseguiría entender la actitud de su compañera-,
no contestes, porque en lo que estabas pensando está muy claro.
¿Acaso no ves que esa chica siente algo por ti?
-No me refiero a esto, joder. Que parece que en vez de sangre tengas
horchata… Esther, a esa chica le gustas, y me atrevería a decir que
bastante. Así que si no quieres hacerla sufrir, acaba con ésto, pero hazlo
ya.
En ese momento, los siete amigos guiados por Eva llegaban a su altura.
191
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Pero digo yo que útil sí habrá sido, ¿no? –se defendió Maca elevando la
voz para que se la pudiera oír a pesar de las carcajadas de los
integrantes de la mesa.
192
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Ahora vas a pasarte toda la noche sin ir al baño, ¿no? –le dijo Laura
quien había escuchado la proposición, y podía presumir de conocer muy
bien a su amiga.
Como en todas las fiestas de fin de año, lo próximo fue el baile que, al
igual que la cena, se desarrolló en dos salas diferentes: una con música
más calmada y otra con la más moderna y ruidosa, como la hubiera
llamado Pedro Wilson. Sin dudarlo un instante, el grupo se quedó en la
segunda, en la que permanecieron hasta altas horas de la madrugada.
-Vaya, parece que por estas fechas los hoteles están completos –observó
de forma sarcástica.
193
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-De verdad, ¿no creéis que estáis un poco mayorcitos como para montar
esta clase de numeritos? –les preguntó cuando ya tenía la mano
envolviendo el pomo, y empezaba a tirar de la puerta.
-Eh… Nosotros… -balbuceó la chica sin saber muy bien qué excusa
poner.
194
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Seguro que sí, pero ya sabes que no me importa –la cortó Anna
invitándola a seguir.
-Sabes que no estás sola, ¿no? Que en estas ocasiones nos tienes al
resto, que tendemos a no ser tan “efusivos” con nuestras parejas. Y no
me digas que te sabe mal y que no te gusta estar de sujeta velas,
porque ya sabes que ni yo ni Jero nos vamos a morir por no estar
comiéndonos la boca constantemente. Y con Juan y Jaime, y Marta y Edu
más de lo mismo… -replicó su cuñada apretando su mano con cariño.
-Lo sé, lo sé… Y también sé que no me tendría que poner así, pero…
Además, con todo eso de la boda de mi padre y que Marta en pocas
semanas tendrá un hijo no sé, como que he empezado a replantearme
cosas que hacía mucho tiempo tenía abandonadas en un rincón de mi
mente…
-Tienes que olvidarla Maca, y con ésto quiero decir que dejes de
imaginar tu futuro sólo con ella. Bea no es el futuro, ni nunca lo será…
-concluyó Anna tirando de ella con una sonrisa para llevarla a la pista.
195
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Ya? –se sorprendió ella-, ah, claro, que ya estamos a finales de enero...
¿Tengo alguna visita más? –quiso saber la médico con tranquilidad.
Tal y como le había dicho a Teresa, una hora más tarde, tras haber
pasado por aquellas habitaciones, llegó a la planta de maternidad del
hospital indicado. No le fue difícil encontrar la habitación de Marta,
puesto que en la puerta se encontraban algunos de sus amigos junto
con el padre de la recién estrenada madre.
-Muy bien. El niño ha salido sin problemas. Los médicos me han dicho
que para ser una madre primeriza ha salido my rápido y con facilidad,
así que no puedo quejarme… -explicó Marta con una enorme sonrisa.
196
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Hay que ver lo que pesa el bicho este –se lamentó la persona que lo
llevaba-, al menos si la florista se hubiese dignado a comentarlo…
-Te lo mereces, por haber hecho algo de lo que yo nunca seré capaz –
contestó la médico dejando aquel enorme montón de flores encima de
una mesa-, hola campeón, ¿qué tal te cuida mami? ¿A que me echabas
de menos? –le dijo encaramándose al pequeño que dormía
plácidamente-, ha salido a ti, ¿eh? Ninguno de los dos os enteráis de
nada cuando dormís…
-¿No tardan mucho? –se atrevió a preguntar Encarna tras varios minutos
de formular aquella cuestión en su cabeza.
-No, tranquila. Antonio ha dicho que la media solía ser de dos horas y
197
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Quiere que le vaya a buscar algo? No sé, quizás una tila le sentaría
bien –se ofreció Jero, aunque ni siquiera esperó una respuesta por su
parte, puesto que salió de la habitación nada más acabar de decir
aquellas palabras.
Tal y como les había dicho Antonio, hora y media más tarde la camilla en
la que descansaba su padre entraba en la habitación empujada por uno
de los celadores. El cardiólogo les informó que tardaría bastante en
despertarse, por lo que podían ir a tomarse algo en la cafetería de abajo.
No obstante, Maca insistió en que fueran su hermano y Encarna quienes
salieran un rato mientras ella se quedaba allí junto a Pedro. Aunque al
principio la mujer no parecía muy conforme, al final acabó cediendo,
puesto que lo cierto es que las piernas empezaban a dolerle por
permanecer tanto rato en la misma posición. Al poco de haber salido la
puerta volvió a abrirse de nuevo para dejar entrar a Anna y a Esther que
lucían sendos rostros de preocupación.
-Bien, bien. Antonio ha dicho que había salido todo según lo previsto, así
que dentro de nada lo tenemos de nuevo dando guerra –contestó ella
con una sonrisa dejando el periódico que se encontraba leyendo a un
lado-, pero podéis hablar alto, ¿eh? Que está anestesiado, no dormido.
-Ella y Jero han bajado a la cafetería un ratito. Ve con ellos si quieres –le
explicó la médico.
-No, no. Mejor me quedo aquí, no vaya a ser que me los cruce…
-contestó la abogada sentándose en el sillón que quedaba enfrente del
sofá-cama en el que estaban las dos amigas.
-¿Y cómo acabaste el fin de año? –se interesó Anna con la intención de
cortar aquel silencio que se había establecido en la habitación-, que
aquella noche desapareciste y hasta ahora no nos habíamos vuelto a
ver…
198
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Ves, Maquita? Otra que no ligó… -le soltó a su amiga provocando que
ambas se sonrojaran avergonzadas por el comentario-, es que aquí la
niña se pasó un ratito buscándote porque se sentía sola rodeada de
tanta parejita y…
-Pero seguro que al final encontraste a alguien más interesante –la cortó
Esther mirando de forma retadora a la médico.
-Pues lo cierto es que no… Has dejado el listón demasiado alto como
para poder conseguirlo –contestó ella con una sonrisa, aceptando el reto
de la abogada de forma tácita.
De aquella forma pasaron los tres meses que los separaban de la tan
esperada boda. Lo cierto es que el patriarca de los Wilson los sorprendió
gratamente a todos, puesto que, a pesar de algún par de episodios en
los que intentó escaparse de su casa, hizo caso de las prescripciones de
Antonio: se tomó todas las pastillas que debía, se pasó el primer mes
prácticamente encerrado en casa e, incluso, accedió a olvidarse del
tabaco por un largo período de tiempo. Aquel viernes, justo dos semanas
antes del enlace se habían vuelto a reunir todos en casa de los Wilson
para cenar, donde acababan de ultimar los escasos detalles que todavía
tenían pendientes de la boda.
199
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Por supuesto, uno de los salones del Palace nos ha parecido lo más
apropiado. Además, de este modo los familiares de Encarna que tengan
que quedarse en la ciudad, podrán hospedarse en el hotel –contestó su
padre.
-El viernes que viene, por supuesto –contestó su padre como si fuera lo
más obvio-, supongo que todos sabéis cual es el atuendo apropiado para
una noche como esa…
-Por cierto, vuestros amigos están invitados –dijo Pedro-, y las tuyas
también Esther, claro.
200
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-No me digas que vamos al salón Gaudí –se extrañó ella recordando la
elegante sala de tamaño mediano, en la que una de sus paredes no era
más que una gran cristalera que ofrecía unas vistas envidiables de la
ciudad.
Las puertas del elevador se abrieron ya dentro del mismo salón, por lo
que lo primero que vieron fue a Pedro mirando de forma impaciente su
reloj y, sentadas en un sofá a su lado, a Encarna y a Esther, a la última
de las cuales se la veía realmente aburrida. La mirada que su padre le
clavó a su hermana hizo sonreír levemente a Jero quien ya se esperaba
una tanda de reproches por su parte.
-No te enfades que te pones feo –soltó Maca dándole dos besos-,
201
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Primita –contestó ella estrechándola entre sus brazos,- ¿qué tal todo?
-Ya sabes, rodeada de italianos pesados… -dijo ella con una sonrisa-,
pero ya sabes que me encanta…
202
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Encantada –la saludó Maca acercándose a ella para darle los dos besos
reglamentarios-, he oído que estás en Milán, ¿cómo te tratan los
italianos?
-No, que va. Cris me estaba contando sus peripecias en Milán –contestó
Maca mirándola fijamente y, percatándose de lo extremadamente guapa
que estaba la abogada aquella noche.
-Lo cierto es que sí. La llame ayer para saber que se pondría y bueno…
-bromeó Maca, siguiéndole el juego.
-No, gracias, pero con ella creo que será suficiente –contestó de forma
seca la abogada, tirando de su prima para alejarla de ella.
-Una excusa muy buena, si señora –le susurró Cris que se lo estaba
203
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Bueno, lo es. Eso tienes que reconocerlo… -repuso ella con una sonrisa
al ver la reacción de su prima-, por cierto, tú y ella nunca…
-Y tú parece que te has olvidado de las alzas que sueles ponerte en los
zapatos –le soltó ella con una sonrisa haciendo referencia a la diferencia
de estatura existente entre él y su acompañante-, aunque si quieres te
dejo los míos…
-¿A cuántas de aquí te has tirado ya? –quiso saber él con un tono de voz
más elevado de lo normal.
-Seguro que más de las que te has tirado tú en toda tu vida –contestó
ella sin borrar su sonrisa-, ¿quieres que te presente a alguien para que
204
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Eres una prepotente, y algún día lo vas a pagar –le susurró él dibujando
él también una sonrisa desdeñosa.
-La verdad es que mi tarifa es alta, pero creo que para salir contigo la
subiría todavía más –soltó la abogada con una sonrisa radiante.
Como siempre que hacían una cena de esas características todo el grupo
se sentó junto, formando la mesa más grande de todas las de la sala, y
esa ocasión tuvieron a Cristina como invitada especial. Ésta se sentó
entre su prima y Laura, con quienes estuvo hablando durante
prácticamente toda la cena. Maca, por su parte, luchaba contra sus
propios ojos, quienes se habían empeñado en no separarse de Esther. No
sabía que le pasaba, pero de pronto veía a la abogada como lo que era:
una mujer; y no como a su futura hermanastra. Una mujer lista, con
quien podía intercambiar comentarios punzantes sin descanso, guapa y
que ahora le mostraba una de las sonrisas más bonitas que había visto
jamás. Sus ojos, cada vez más atrevidos, bajaron más allá de aquel
rostro, y de pronto sintió un deseo casi salvaje de besar, morder y
succionar aquel cuello hasta la saciedad. Pero sus ojos no se detuvieron
ahí, sino que siguieron descendiendo hasta el comienzo de su vestido,
que dejaba entrever el principio de su escote. Quiso quitarse esos
pensamientos de la cabeza, y en un intento para lograrlo le dio un
considerable trago a su copa de vino blanco, cuya frescura bajando por
su garganta le ofreció una pequeña tregua. No obstante, sus rebeldes
ojos volvieron a fijarse en ese mismo punto, pero esta vez se
encontraron con algo que no esperaban: sus homónimos también los
miraban fijamente, y tenían el mismo brillo indescifrable que ellos.
205
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Por primera y única vez en mi vida, voy a reconocer que tienes razón –
206
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-De besarte –concluyó ella atrapando con ansias aquellos labios que la
esperaban entreabiertos, y que no pusieron ningún impedimento ante el
ataque.
207
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿De qué te ríes? –le preguntó Claudia acercándose a ella, para no tener
que gritar mucho y poder oír bien la razón que tanto parecía divertir a
Anna.
-Diría que ahora mismo en una habitación de este hotel… Con cierta
abogada a la que mañana no se atreverá ni a mirar a la cara…
208
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Los siguientes minutos los emplearon para rodar por aquella superficie,
intentando conseguir el control sobre la otra. Finalmente, fue la abogada
quien lo consiguió, quedando sentada a horcajadas encima de la cadera
de la otra, que rápidamente se conformó con la situación. Para evitar la
posible tentación de Maca de querer volver a recuperar el control, Esther
cogió sus muñecas y las puso encima de la cabeza de ésta,
aprovechando el movimiento para juntar de nuevo sus labios, posición
de la que Maca también se benefició desabrochando el sujetador de la
abogada.
209
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Dios no lo quiera –soltó ella con una sonrisa admirando aquel torso libre
de todo obstáculo que le impidiera la visión, y que en aquellos
momentos permanecía totalmente erguido-, no sabes el tiempo que
llevo esperando ésto –añadió en un susurro incorporándose ella también
para abarcar uno de sus pechos con la boca.
-Cállate y sigue Maca, por Dios –soltó ella besándola con ansias, al
mismo tiempo que cogía su mano y la guiaba para que no se quedara
quieta, como había hecho.
210
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
con ella, intentando mantener los ojos abiertos a pesar de que todos sus
músculos parecían haberse quedado agarrotados; todos menos sus
cuerdas vocales, puesto que estalló en un sonoro gemido, tras el cual
sus labios fueron cubiertos por otros y su lengua se enzarzó en una
nueva batalla con su homónima.
-En serio, cuando abres la boca pierdes todo el encanto –soltó una
molesta Esther acallando una posible respuesta con su boca, y
ejerciendo presión sobre su cuerpo para que quedaran ambas
recostadas sobre el colchón, con la intención de volver a retomar el
control.
-Lo sé –musitó ella-, oye, una cosita que quería decirte… Esa práctica de
la que me hablabas… No sé, pero juraría que tus gemidos han sido
mucho más fuertes que los míos, y eso que yo no tengo tanta… -añadió
con una sonrisa traviesa.
-¿Quieres que vuelva a poner a prueba tus cuerdas vocales? ¿Es eso lo
que quieres? ¿Eh? –contestó ella acercándose a su boca para volver a
enzarzarse en una batalla de lenguas y caricias que culminó en un
rápido movimiento de Maca para ponerse encima de la abogada-, oh,
mierda –exclamó ella levantándose como un resorte para ir corriendo
211
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
hacia el lavabo.
Esther puso los ojos en blanco al escuchar unas sonoras arcadas que
provenían de allí, y tras ver que al cabo de unos segundos éstas
seguían, decidió que lo mejor sería ir con ella. Se quedó parada en el
umbral de aquel clásico y elegante baño, apoyada en el quicio de la
puerta, mientras observaba aquel cuerpo todavía desnudo que se
convulsionaba cada vez que expulsaba de su cuerpo todo el alcohol
ingerido. Lo cierto es que la médico parecía tener estilo incluso en
aquella situación, y la escena hubiese sido bonita si la cabeza de Maca
no hubiese estado prácticamente medita dentro del inodoro. Con pasos
lentos se acercó a ella, recogiéndole el pelo con una goma que llevaba
en la muñeca, y cubriéndola con uno de los dos albornoces que colgaban
de un perchero.
-¿Estás bien? –se interesó al mismo tiempo que la cirujana tomaba una
buena cantidad de papel higiénico para limpiarse la cara y tiraba de la
cadena-, anda ven, que te ayudo –añadió tomándola de las axilas para
que se levantara.
Tras hacer que se lavara los dientes y las manos para que aquel fuerte y
desagradable olor se desprendiese de su cuerpo, la llevó de nuevo a la
cama donde la arropó como si de una niña pequeña se tratara. Maca
cayó dormida apenas unos minutos más tarde, por lo que ella decidió
que lo mejor sería volver de nuevo a la fiesta. Y así lo hizo, se vistió a
toda prisa y, tras comprobar en el espejo del baño que el maquillaje no
se había estropeado del todo, salió que aquella habitación. Cuando entró
en la sala, vio que todo seguía más o menos igual que cuando Maca y
ella se habían ido, a pesar de que algunos de los amigos de Pedro Wilson
se habían marchado ya. Buscó con la mirada a su prima, y se sorprendió
al ver que se acercaba a ella desde la pista de baile con una enorme
sonrisa que no le gustó ni un pelo.
-Vaya, veo que habéis tardado poco… -observó Cris de forma burlona-,
creí que el libraros de toda esa tensión sexual os tomaría algo más de
tiempo…
212
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Bueno, pues dime sólo cómo ha ido –insistió ella tras sus pasos al ver
como Esther empezaba a andar hacia la pista.
-El señor Wilson nos pidió anoche si podíamos llamarla a esta hora para
notificarle que en dos horas la espera en su casa –le informó una voz
amable al otro lado de la línea.
213
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
creer…
-Eh… Sí, claro… -farfulló ella aunque instantes después se maldijo por
haber dicho eso. Sabía la razón por la que su hermano y su cuñada
habían ido a buscarla, y no era otra que intentar sonsacarle lo que había
ocurrido anoche.
-Vale, pues hasta ahora –se despidió ella cortando la comunicación para
214
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-No.
-¿Qué fue lo que os dijo? –preguntó ella sin poder evitar que la
curiosidad ganara a la prudencia.
-Uy, uy, uy… Que diría que a Maquita le ha sentado mal la impasibilidad
de Esther –soltó su hermano que parecía estar pasándoselo en grande.
-No, es que me toca las pelotas que estéis siempre metiéndoos donde
no os llaman… ¿Acaso lo hago yo? –le espetó totalmente enfadada,
215
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
aunque no sabía si era con ellos o consigo misma-, y no quiero que esta
conversación salga a relucir en el almuerzo bajo ninguna circunstancia,
¿vale? De hecho, nunca. Ya se lo podéis decir al resto, porque no estoy
dispuesta a aguantar ningún comentario al respecto, ¿entendido?
Anna y Jero, ambos algo serios, aparecieron justo tras ella y la imitaron
saludando a todos en general. Aún no habían ni tenido tiempo de
sentarse con ellos, cuando Carmen entró para avisarles de que la
comida ya estaba hecha y que cuando quisieran la serviría. De este
modo, cinco minutos más tarde, se encontraban todos sentados
alrededor de una gran mesa que se encontraba debajo de la pérgola de
madera del jardín trasero de la casa. Maca estaba más seria de lo
habitual, o al menos eso le parecía a Esther, a quien le extrañó que la
médico no se pasara toda la comida monopolizando alguna que otra
conversación y, mandándole sutiles indirectas acerca de lo que había
pasado anoche. De hecho, incluso parecía que le rehuía la mirada. No
sabía porque pero de repente, una sensación de enfado empezó a crecer
en su cuerpo: sabía que Maca huía de cualquier tipo de compromiso
emocional y, en vista de su comportamiento aquel día, eso era
precisamente lo que parecía estaba haciendo. ¿Acaso la muy pedante
pensaba que ella le montaría algún numerito diciéndole que aquélla,
había sido la mejor noche de su vida y, pedirle matrimonio? Cuando al
fin llegó el momento de los cafés, se disculpó y se fue al lavabo para
intentar serenarse un poco, puesto que la presencia de la médico no
hacía más que ponerla nerviosa.
-Creo que deberías ir con ella –le susurró Anna con algo de miedo,
acompañando sus palabras con un leve codazo.
216
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Esther, soy yo, ¿puedes abrir? –dijo al ver que la otra no contestaba,
apoyando la frente en la puerta-, Esther, por favor…
-Que hablemos, creo que tenemos que hacerlo… Bueno, ¿te espero en
mi habitación? Segunda planta tercera puerta a la derecha –propuso
pensando que quizás la abogada realmente estaba haciendo uso del
baño y que por eso no abría la puerta.
-Creo que esa fue una de las mejores semanas de mi vida –comentó
Maca de forma distraída acariciando una foto que pertenecía al viaje a
Londres que hicieron al acabar el COU. En ella, aparecían Claudia, Guille
y los demás, junto con una chica sonriente que estaba abrazada a Maca,
y que si su memoria no le fallaba estaba en su grupo del colegio-,
después de eso todo cambió…
-Maca, yo…
-No, creo que la que tengo que empezar soy yo… Mira, quería pedirte
disculpas por lo de anoche… -la interrumpió ella.
217
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-No pasó nada que ambas no quisiéramos, pero… -la cortó a su vez la
abogada.
-No, no. Claro que no… -se apresuró a contestar la abogada confirmando
las sospechas de Maca: Esther pensaba que todo lo ocurrido no había
sido más que algo que se debía olvidar-, bueno, yo mejor voy bajando,
no se vayan a pensar cosas raras…
218
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Al fin, aquel jueves sería el última vez que Maca tendría que pisar aquel
pequeño taller lleno a rebosar de telas y cartones con las medidas de
sus clientas, puesto que sólo debía probarse aquel vestido, que ya tenía
aburrido, para cerciorarse de que le estaba como un guante, y llevárselo
para casa. Al entrar, la recepcionista le informó que Antonia, la modista,
la esperaba junto a los probadores, así que siguió recto a través de aquel
laberinto ropa y percheros hasta llegar a una sala considerablemente
grande –teniendo en cuenta el tamaño del taller-, donde se encontraban
los probadores.
-Eh… Sí, es verdad… -balbuceó Maca sin saber muy bien como
responder a esa pregunta notando la fría mirada de la abogada a través
del espejo.
219
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Eh… Yo creo que le queda bien –murmuró ella en un tono casi inaudible,
observando aquellas piernas contoneadas y largas, de un moreno
incipiente, adquirido en una escapada que la médico había hecho a la
playa, y que tanto había disfrutado hacía menos de una semana.
-Pues yo creo que está en la medida perfecta, ¿tú qué opinas, Esther? –
preguntó con una sonrisa inocente fingiendo que no la había oído.
-Así está bien –contestó de forma seca la abogada, esta vez algo más
alto. “Quizás se debería alargar el vestido por arriba para taparle esa
bocaza” pensó al mismo tiempo.
-Te recuerdo que la que me ignoras eres tú, Bea. Fuiste tú la que quisiste
que “nuestra relación” fuera ésto –contestó Maca, cortante.
-No, Bea, no. ¿Tú sabes el daño que me has hecho? Tus repetidos
desplantes, cada vez que me ignorabas… Me has ridiculizado durante
años, y yo he seguido persiguiéndote, con mi dignidad por los suelos…
-Yo no…
220
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Ah, sí… Es verdad… -se acordó Esther, queriendo que Claudia siguiera
con su relato.
-Lo cierto es que Maca lleva enamorada de ella desde el colegio, aunque
más que enamorada diría que la idealizó tanto que llegó un momento en
que se obsesionó con su perfección… Empezaron a hacerse muy
amigas, tenías que ver a Maca, toda su bordería desaparecía cuando
estaba con ella, se deshacía en atenciones… Eran algo así como
inseparables, y lo siguieron siendo cuando empezó la universidad. Hasta
el momento nadie sabía que Bea hubiese estado con alguien, así que
Maca empezó a hacerse ilusiones, y cada vez mayores. Pero llegó un día
en que todo cambió… Fue como si Bea, que siempre había sido la
persona más dulce sobre la faz de la tierra, se hubiese convertido en
alguien irreconocible. Guille siempre la compara con Darth Vader…
-explicó esbozando una sonrisa triste –no sé, todo empezó como un
juego, primero se picaban en broma; pero poco después, comenzó a
tratar a Maca de una forma repulsiva y, como veía que ella seguía yendo
detrás suyo, cada vez se pasaba más… Estaba meses sin tan siquiera
mirarla a la cara, en esos momentos Maca se desesperaba y la llamaba
pidiéndole perdón por si había hecho algo malo. Todavía recuerdo una
vez de estas, cuando Bea volvió a hablarle, y Maca me vino llorando de
alegría… Al final la cosa era insostenible, así que dejamos de quedar con
ella. Hacía como dos años que no la veíamos… Y ahora va y la tía se
presenta aquí con el que se va a casar en dos meses…
En ese momento, Guille llamó a Claudia para que fuese a bailar con
ellos, ya que estaba sonando una canción que debía tener algún
significado especial para ellos, así que Esther se quedó sola
reflexionando acerca de lo que le acababan de contar. Sus piernas
empezaron a moverse sin ella haberles dado orden alguna, y sin saber si
lo que hacía era lo más apropiado, se acercó a aquellas dos mujeres que
seguían hablando.
221
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-No, ahora somos familia. Pero tranquila, que si nos liamos te lo vamos a
notificar. En vista del interés que te despierto… -contestó Esther ante la
mirada sorprendida de Maca.
Bea decidió que no era el momento para empezar una disputa, así que
dio media vuelta y se fue de allí. Las otras dos mujeres se quedaron
quietas, sin moverse apenas, viendo como se alejaba.
-Yo sólo… -empezó Esther sin saber que decir –te vi incómoda y…
-Mira, llevas comportándote fatal conmigo desde hace un año, por algo
que no fue ni culpa mía. Así que hazme el favor y no intentes
compadecerte de mí ahora. No lo necesito… -la cortó Maca sin tan
siquiera mirarla.
222
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
223
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
224
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
225
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Pues yo creo que sí –insistió ella-, ¿qué se supone que estás haciendo?
-¿Trabajar? Me parece bastante obvio. Sé que parece difícil de creer que
alguien como yo lo haga, pero es así…
-No fue por compasión, Maca –murmuró ella, apoyando sus manos en
una de las dos sillas que estaban enfrente del escritorio-, no me acerqué
por compasión-, añadió al ver el gesto de la cirujana que le indicaba que
no sabía a qué se refería.
-No lo sé –contestó ella al fin, tras unos segundos en los que no tuvo el
valor suficiente para reconocer lo que realmente pasaba por su cabeza-,
pero no es compasión.
226
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Y decidiste acostarte con todas esas mujeres para solventar esa
carencia? –preguntó Esther con cierto tono de reproche, aunque esa no
fuera realmente su intención.
-Pero es que la vida de nadie es perfecta, y nunca nadie es feliz del todo.
Siempre sientes que necesitas algo más, quizás sí sea posible sentir que
estás completo durante unos instantes, quizás durante unas horas y
algunos afortunados consiguen que esa sensación perdure algunos días.
Pero la felicidad permanente no existe –razonó Esther.
-Pues a veces hay gente que parece serlo, no sé… Fíjate en Anna o en
Claudia, siempre han tenido unas vidas fáciles… -insistió ella con
desánimo-, ellas sí son felices.
-¿Acaso sabes tú lo que pasa por sus cabezas? La vida del resto siempre
parece mucho más fácil y mejor que la propia, pero todos tenemos
problemas, y esta regla no tiene excepción. Maca, el que uno no sea feliz
del todo no comporta que sea infeliz. Y ahora haz el favor de levantarte
de este sillón y contribuye al menos en la felicidad de tu padre –concluyó
Esther con una sonrisa.
-Tengo que…
-Los del departamento de servicio técnico no son tan tontos como para
no encontrar la dichosa máquina –soltó la abogada recordando lo que le
había dicho la secretaria-, me lo ha dicho Teresa…
-Por supuesto que no, aunque el de fea no lo has tenido nunca –contestó
227
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Ante una Teresa boquiabierta, que las observaba con los ojos como
platos, salieron sonrientes de aquel despacho, y se acercaron, todavía
hablando entre ellas, al mostrador donde se encontraba la sorprendida
secretaria.
-¿Puedes mandarles un mail a los de servicio técnico con todos los datos
de la máquina que necesitamos para el miércoles? Y presiónales como
tú sabes, ¿vale, Teresita? –le pidió Maca mirándola como si quisiera
pedirle perdón por el comportamiento que había tenido durante las
últimas semanas.
-¡Ai, sí! Tienes razón, hija. Toma los papeles, que me olvidaba –dijo la
mujer respondiendo a esa sonrisa con una igual-, aunque con lo otro,
creo que me apaño sola…
228
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Sí, pero necesitará una gran inversión para restaurarlo –comentó Maca
justo a su lado con las manos metidas en los bolsillos delanteros de su
pantalón.
-Al menos un millón, y eso sin contar que se tiene que habilitar en parte
como una Clínica –contestó ella encogiéndose de hombros.
-No seas tonta, niña. Ya sabes que por este barrio apenas pasan taxis,
así que te vas con Maca y punto –concluyó Encarna, para a continuación
darles dos besos a cada una, a modo de despedida sin dejarles decir
nada más.
229
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Pues yo sigo sin verla bien, ¿eh? Creo que te has anticipado un poquito,
Teresita –observó la cardióloga en un susurro-, de haber sido así, me
hubiese cantado el “vete, olvida mi nombre, mi cama, mi casa”
-Es “mi cara, mi casa”, ninfómana –la corrigió Guille negando con la
cabeza.
-Bueno, veré lo que puedo hacer –contestó la otra con una sonrisa-, ¿nos
invitas a cenar a tu casa? Lo digo porque está empezando a hacerse
tarde, y como tardemos mucho, el japonés tardará siglos en traernos la
comida…
-Id tirando y decidle a Josefa que os dé las llaves de mi casa –se resignó
Maca ante la mirada perpleja de Esther que ahora suponía que no le
quedaría otro remedio que coger un taxi. ¿Es que esa mujer no sabía lo
que era la consideración?
-¡Oh! No te preocupes por eso… Anna y Jero ya están allí –soltó Guille
soltando una carcajada al ver el gesto de la cirujana.
230
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Sí… ¿Pero y lo mala que era? –dijo Maca mordiéndose el labio con un
gesto lascivo recibiendo un manotazo en el brazo-, eso, tú maltrátame.
Que a ver como llegaremos a casa con la conductora lesionada.
Cerca de quince minutos más tarde, tras haber temido por su vida varias
veces a causa de que la moto no dejaba de serpentear esquivando los
coches, se detuvieron enfrente de la entrada del garaje del bloque de
Maca. Esperaron unos segundos a que la puerta se abriera y, con un
acelerón quizás demasiado brusco, que provocó que Esther se aferrara a
la cintura que tenía delante, se adentraron en él. Hicieron todo el
trayecto hasta el piso en absoluto silencio, puesto que la abogada creía
que si abría la boca sólo saldrían de ella gritos e insultos dedicados a
Maca por la velocidad que había tomado, y ésta, por su parte, intentaba
contener la risa que luchaba por salir.
231
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Estás bien, Esther? Te veo algo pálida –se preocupó Eva al ver como su
amiga le daba un largo trago a la bebida.
-Sí, sí. Sólo que… No te subas nunca en una moto si ella conduce, ¿vale?
–le recomendó ella intentando sonar muy atemorizada, y provocando las
risas del resto.
Pronto, cada uno se hizo con las bandejitas de cartón que contenían
varias porciones de sushi, salvo Jerónimo, que empezó a atacar unos
fideos, recibiendo alguna que otra mirada reprobadora de Anna cada vez
que algunos de ellos se le quedaban colgando de la boca. En una de
esas ocasiones, no pudo aguantar más y le pegó un codazo en las
costillas que hizo que él pegara un exagerado bote, lo que provocó que
Maca empezara con un ataque de risa. No obstante, los papeles se
intercambiaron cuando ella se atragantó con un trozo de sashimi de
atún.
-¿No crees que debería ser yo quién lo preguntara? Esther y tú… ¿Qué
ha pasado? –quiso saber la veterinaria sin poder aguantar más su
curiosidad.
-Nada, simplemente que nos hemos dado cuenta que hablar entre
nosotras no es tan difícil –contestó Maca encogiéndose de hombros.
232
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Claro, por eso mismo te la tiraste –la cortó Anna recibiendo una mirada
fulminante de Maca.
Hacia la una de la noche, todos decidieron que era una buena hora para
volver a casa, decisión que fue causada en gran parte por los numerosos
bostezos de la anfitriona. El hecho de que tuvieran que bajar
obligatoriamente en ascensor, hizo que tuvieran que marcharse en
varias tandas, así que los últimos que quedaron en el piso fueron Guille,
Eva y Esther. La última de los cuales esperaba paciente a que los otros
dos acabaran de despedirse de la médico, sin saber qué se suponía que
debía hacer ella: el gesto escueto con la mano que había utilizado hasta
el momento con ella, le parecía excesivamente frío teniendo en cuenta
que habían firmado una tregua; el abrazo estrecho que le acababa de
dar Guille le parecía demasiado cariñoso, por lo que estaba totalmente
descartado; lo más lógico sería darle dos besos, ¿no? El problema es que
nunca sabía por qué mejilla empezar, por lo que más de una vez se
había encontrado haciendo un extraño baile de cabezas, a menudo con
completos extraños que acababan mirándola como una loca.
-Eh… Sí, sólo algo cansada… -se excusó ella sintiéndose ridícula-,
gracias por la cena.
233
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Nos vamos? –quiso saber Guille al ver que ambas mujeres se habían
quedado paradas, una enfrente de la otra, sin moverse.
-Buenas noches –repitió ella con una sonrisa mirando a Esther que
parecía estar muy entretenida en el panel de controles del aparato.
El noviazgo cada vez más oficial entre Guille y Eva, provocó que ésta
última también incluyera a sus dos socias del despacho en los planes
que hacían su novio y sus amigos. Por ello, era extraño el día que no
debían reservar mesa para doce, puesto que incluso la enorme mesa del
piso de Maca se había quedado pequeña para todos. En aquellas
reuniones, el ambiente había mejorado notablemente desde que las dos
hermanastras habían firmado la tregua y, aunque si bien era cierto que
seguían con sus habituales piques, éstos rara vez acababan con alguna
de las dos enfadadas. La razón de su incipiente amistad seguía siendo
un misterio para el resto, ya que ninguna de las dos había querido dar
detalles acerca de la conversación que habían tenido en la Clínica.
234
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Llevamos cerca de media hora aquí y todavía no nos has ofrecido nada
–dijo él fingiendo estar ofendido.
-Vamos a ver Jerónimo –empezó ella cerrando el dossier que tenía en las
manos-, lo primero que has hecho ha sido entrar en la cocina, así que no
he creído que hiciera falta ofrecerte nada…
-De una madre que intenta probar que su hija fue violada por un
profesor, pero como la niña era la guarrilla del instituto nadie la cree –
explicó Anna sin apartar la mirada de la pantalla, al mismo tiempo que
se metía un cacahuete en la boca.
-Era Guille –les informó ella tras dejar de nuevo el móvil en el bolso-, se
ve que a Eva le ha sentado mal algo que ha comido y lleva toda la
mañana vomitando. Y obviamente él se quedará a hacerle compañía.
235
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Claro, claro. Oye, muy guapa se nos has puesto tú hoy, ¿no? –comentó
ella apartándose a un lado, al mismo tiempo que la abogada entraba en
el salón y se quitaba la americana.
-Pues yo creo que hoy se meterá otra cosa, porque ha llamado Guille
hace un cuarto de hora diciendo que se ella encontraba mal… -intervino
Jero que había aprovechado la ausencia de Maca para ocupar de nuevo
todo el sofá.
-Me refería a un jarabe, mujer –se quejó él-, no os culpa mía que me
malinterpretéis.
-Deja que acabe de verla. Sólo quedan diez minutos –suplicó ésta
resistiéndose.
-Venga ya, pero si todas acaban igual… -insistió Maca tirando de ella con
más fuerza.
236
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Y tiene todos los capítulos… Si es que la niña nos ha salido de ideas fijas
–dijo la veterinaria ante la mirada divertida de Maca que observaba con
curiosidad la reacción de Esther.
-No son tan pequeñas, ¿eh? Que tendrán sus veintitantos años –se
defendió la médico.
-¿Y ésta? –propuso Esther enseñando otra que todavía tenía el envoltorio
de plástico.
237
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Maca salió corriendo hacia la cocina a tiempo para ver como una especie
de neblina empezaba a extenderse por aquel espacio. Con rapidez, abrió
la ventana y apagó el microondas. Con gesto resignado cogió un par
más de bolsas de patatas volvió al salón, mostrándolas como dando a
entender que se habían quedado sin palomitas. Tras aguantar las burlas
de su hermano, se sentaron en los sofás, aunque al poco rato ya se
encontraban los cuatro prácticamente recostados. La médico, que se
estaba aburriendo sobremanera con la película, esbozó una sonrisa
divertida al darse cuenta que Esther no dejaba de moverse intentando
encontrar una postura cómoda, algo que parecía no conseguir. Ésta, al
sentirse observada miró a Maca y dibujó una mueca en su cara que
provocó una carcajada de la médico.
-Anda, ven aquí –la invitó Maca estirando su brazo para que se recostara
en ella. Esther enarcó una ceja sospesando algunos segundos en si
debía aceptar aquella proposición o no, pero al final su parte pragmática
se impuso y se acercó a ella-, oye, que si te interesa algún capítulo de
The L Word yo te lo dejo, ¿eh? –le susurró en el oído.
-Hay que ver lo generosa que eres, ¿eh? –se rió la abogada provocando
que Anna se girara hacia ellas para regañarlas, aunque al verlas esbozó
una sonrisa y le dio un codazo a su marido para que también lo hiciera.
238
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Sí, quiero –contestó Esther fingiendo una sonrisa-, pero antes vete a la
mierda-, añadió levantándose para marcharse dirección a la cocina.
-¡Oh, venga! Iba en serio… -le gritó Maca recibiendo una mirada asesina
por parte de Anna, puesto que por su culpa se había perdido el momento
más emotivo de la película-, ¿qué?
-¿Podrías hacerme el favor de tontear con ella un poquito más bajo? Por
tu culpa me he perdido lo que le dice cuando se declara –le espetó Anna
en voz baja para que la abogada no la oyese.
-Perdóname por no dejarte ver esta maravillosa película digna del Oscar
al mejor guión original… Porque ésto no se parece para nada al resto de
películas romanticonas… -se excusó Maca, con la cejas tan arqueadas
que parecían querer fundirse en su cuero cabelludo-, por Dios, esta
película es una auténtica mierda y necesito que alguien me preste
atención…
-¿Y ese alguien tengo que ser yo? Porque dese mi punto de vista, no lo
veo realmente necesario… -soltó Esther sacando su cabeza por la puerta
de la cocina.
239
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿No crees que es muy pronto para emborracharte? No son ni las ocho
de la tarde… -observó Maca cogiéndole el abridor de la mano.
-¿Hace falta que te recuerde quién fue la que acabó sujetando la cabeza
y quién estaba vomitando? –le espetó la abogada con una amplia
sonrisa triunfal.
-¿Qué? –exclamó Esther con los ojos abiertos como platos, deseando que
su oído le hubiera jugado una mala pasada.
-Eh… Que me debes una canica, creo recordar que cuando éramos
pequeñas rompiste una de las mías… -dijo Maca saliendo de allí de
forma apresurada, dibujando una mueca extraña en su cara. “Ahí te has
lucido, Maquita…” la regañó su conciencia.
240
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
ocurrido aquella noche? No obstante, si una cosa tenía clara es que las
cosas entre ambas estaban muy bien en ese momento, así que no
pensaba decir nada al respecto por más que su curiosidad la torturase.
Además, ¿qué iba a decirle? “Oye Maca, que el otro día me pareció
entender que te debía una camisa, y bueno, ya sabes… La bromita
surgió porque yo era incapaz de desabrochar los botones porque te
estaba comiendo la boca y claro, tú te la cargaste… Por cierto, tú te
acuerdas de que nos pasamos cerca de una hora retozando en esa
habitación, ¿verdad?” No, definitivamente no era una buena idea. Así
que pasó al plan B y se autoconvenció de que sí habían jugado a las
canicas alguna vez y que Maca tenía mejor memoria que ella.
-Buenos días –saludó de mal humor, todavía con los ojos entrecerrados,
sin ni siquiera molestarse a mirar quién había en el salón.
-Vaya, creo que a alguien le costó dormirse anoche… -observó Eva, que
estaba tumbada en el sofá, con una sonrisa.
-Ya… Bueno, ya sabes que tengo una gran facilidad para reponerme de
las indigestiones –contestó la chica encogiéndose de hombros.
-Mmh… Creo que no –repuso Esther tras fingir que lo pensaba unos
segundos.
241
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Tan mala era como para provocarte insomnio? –se extrañó Eva,
recibiendo una mirada reprobadora pro parte de Esther.
-Claro que no, que una ya tiene una edad… Lo que ocurrió es que Maca
se aburría y empezó con sus bromitas. Así que como Anna sí quería ver
la peli y comenzaba a enfadarse porque nosotras no dejábamos de
hablar, acabamos en la cocina y bueno, seguimos con nuestra
interesante conversación hasta que, no sé por qué, Maca acabó
recordándome que le debía una camisa…
-¿Y…?
-Ya… Sigo sin entenderlo –dijo su amiga. Por lo visto aquella fiesta no
había sido una excepción para el carácter despistado de su amiga, quien
tenía una facilidad asombrosa para perderse en su propio mundo que se
encontraba a años luz del resto.
-¿Tú sabías que ésta se había tirado a Maca? –preguntó Eva que había
sustituido su inicial estado de shock, por uno de excitación.
242
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-No sé de qué película os habéis montado entre todos, pero entre Maca y
yo no hay ningún tipo de miraditas. Simplemente nos llevamos mejor…
-intervino Esther un tanto molesta por saberse el centro de las
conversaciones que mantenían sus amigos.
-Así que no, ¿eh? –se rió Laura girando su cabeza para mirarla-, cielo,
cada vez que dejas a Maca con la palabra en la boca, parece que te va a
comer…
-¡Exacto! Y además tiene una sonrisa de lado que es… -siguió Eva con
emoción.
-No, no es en plan “me gusta” sino “me pone” –la corrigió Laura que
había vuelto a esconderse detrás del periódico-, es curioso lo poco que
cambia la gente, ¿eh? Maca ya tenía ese gesto en el colegio. Lo hacía
mucho cuando hablaba con una chica que ahora no recuerdo como se
llamaba…
-¡Eso! Pues eso que la chica esta y yo íbamos a la misma clase en COU,
y Maca se pasaba el día allí… Y no sé, pero te mira igual que a ella…
-contestó Laura.
-Seguro que mira así a todas las mujeres que le pasan por delante –le
243
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¡Y que sea fría! –le gritó Eva cuando ella ya se encontraba a la mitad del
pasillo.
-Pues yo estoy seguro de que sabes por donde van los tiros –siguió
insistiendo su hermano con una sonrisa traviesa.
-En serio Maca, tienes que cortarte un poco –intervino Anna-, tus
miraditas, hija, tus miraditas… -añadió al ver que su cuñada no sabía a
qué se refería.
244
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Sí que lo haces. Pones esa mirada tan tuya –la corrigió su amiga.
-¡La lasciva! –gritó una voz que provenía del pasillo, que al final resultó
ser de Claudia, quien apareció en pijama y totalmente despeinada.
-Sí, es cierto. El otro día lo comentamos con Laura –la apoyó Claudia.
-¿Pero vosotros de qué coño vais? –se escandalizó Maca-, ¿qué pasa, que
no tenéis nada mejor que hacer que hablar de mí?
245
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Anna, creo que te estás olvidando de que Esther es una persona adulta,
y bastante inteligente por lo que creo. No la conozco mucho, pero la
imagen que da es de pensar mucho las cosas y no veo muy probable
que se lance a tener algo con Maca. Además, hasta donde yo sé no es
lesbiana –opinó Jero.
-Vale, me ha quedado claro. Yo para ella soy caca, así que tranquilos no
voy a saltarle a la yugular –refunfuñó Maca-, y para que os quede clarito,
no la miro de ningún modo raro.
-Oh, sí que lo haces –la corrigió Claudia-, pero tranquila que ella te mira
igual…
-Annita, cielo. Por mucho que lo intentes no te sale tan genuino como a
Esther –soltó la médico guiñándole un ojo y saliendo de forma
apresurada de la cocina antes de que cualquier objeto volara en
dirección a su cabeza.
-Es decir, la versión que nos diste a todos –la cortó su compañera de
piso que seguía enfrascada en la lectura del periódico-, así que supongo
que el rollo este de la camisa, tiene que ver con algo que ella no debía
recordar…
246
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Lo que no entiendo, es por qué tendría que haberlo hecho. No sé, no le
encuentro una razón lógica. Además, teniendo en cuenta la relación que
teníais Maca y tú por aquel entonces, eso le hubiera dado un argumento
más que bueno como para meterse contigo… -razonó Laura.
-¡Claro! Y también podría ser que en el fondo para Maca esa hubiera sido
la mejor noche de su vida, se hubiera dado cuenta de que estaba
profundamente enamorada de mí, y no podía soportar que yo le dijera
que había sido un error –añadió Esther con ironía-, algo que sabemos
que no es cierto porque sigue completamente
enamorada/obsesionada/lo que sea con Bea… En serio, Eva deja de ver
tantos culebrones.
-Yo estoy con Esther –la apoyó Laura-, aunque posibles, tus teorías son
algo rocambolescas. Y conociendo a Maca, no mintiera –si lo hizo-, por
estas razones. Es más, en mi opinión creo que es verdad que no
recuerda nada y que tú te estás montando una paranoia de las que
hacen historia. Así que deja de pensar en ello y márchate ya, que a este
ritmo llegarás tarde.
Cinco minutos más tarde, con el tiempo justo para llegar puntuales a la
comida, dos coches salían prácticamente a la vez de sus respectivos
garajes. Como siempre, a pesar de que su mujer le hubiese repetido
cientos de veces en que no lo hiciera, Jero apretó el acelerador a fondo,
motivo por el que algún que otro conductor le dedicó varios bocinazos,
normalmente acompañados de miradas fulminantes. La velocidad era
sin duda una de las cosas que ambos hermanos compartían, por lo que
Maca, sentada en el asiento trasero, disfrutaba como una enana
247
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Esta vez te doy un aprobado –se burló la médico saliendo del vehículo,
cuando Jero aparcó el coche en el jardín.
-Cállate, anda –le espetó ella pasando por su lado sin tan siquiera
saludar a las dos mujeres.
-¿Qué haces aquí? –le preguntó Esther aflojando el abrazo aunque sin
soltarla totalmente-, creí que estabas en Milán.
-Y estaba allí hasta ayer. Los jefes me han propuesto venirme a la oficina
de aquí y bueno, acepté… Se ve que con todo lo de la crisis el volumen
de trabajo ha bajado considerablemente y por lo que me dijeron, los
encargados no han sabido afrontarla muy bien. Así que me han elegido a
248
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Pues mira, le iría muy bien –intervino su tía Carmen-, porque los del
trabajo le pagan el piso, pero claro, como todo ha sido tan rápido no les
ha dado tiempo a buscar ninguno…
249
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Aquel fue sin duda uno de los temas estrella de la comida, aunque acabó
evolucionando hacia otras anécdotas acaecidas muchos años atrás en
aquella ciudad. Algunas de ellas se remontaban incluso a la infancia de
las tres hermanas, y lo mal que les había sentado que mandaran a su
padre allí como notario y que provocó que ellas tuvieran que abandonar
a su Valladolid natal, para ir a aquella pequeña ciudad donde se hablaba
un catalán cerrado que les sonaba a chino y, en invierno, era difícil ver el
otro lado de la calle a causa de la espesa niebla. Bromearon al comentar
que, a pesar de lo mal que lo habían pasado por aquel entonces, pocas
habían sido las ocasiones en las que habían vuelto a la ciudad que las
vio nacer y que al final, las dos que más se habían quejado, fueron las
que se casaron con esos “payeses” de extraño acento que tanto habían
despreciado al principio. No obstante, la mayoría de anécdotas giraron
alrededor de las travesuras de Cris y Esther, muchas veces, en
compañía de sus ahora desaparecidos primos y de Sergio; algunas de las
cuales fueron contadas por las propias protagonistas que se reían a
carcajadas al recordarlo.
-Hay que ver lo que cambian las cosas… -comentó Soledad, a quien
todos llamaban Sole, con nostalgia-, con lo cariñosos que eran los niños
de pequeños, ahora casi les tenemos que dar gracias si les vemos el
pelo.
-No seas así, mujer –replicó Jaume, su marido-, tanto Miquel como Jordi
trabajan mucho, así que es normal que cuando tienen tiempo libre
prefieran pasarlo con sus mujeres y no con los viejos de sus padres…
-Sí, pero al fin y al cabo, los viejos de sus padres que los educaron y les
pagaron todos los caprichitos. Los mismos que se quedan con los niños
cuando a ellos les apetece salir por ahí –insistió ella, que se la notaba
algo quemada con el tema-, y ya me dirás a santo de qué viene ponerle
Gil al pequeño.
-Te recuerdo que mi padre se llamaba así, y que si no hubiera sido por tu
inexplicable negación, según la tradición de mi familia, Miquel debería
llamarse como él –repuso el hombre algo molesto.
-Pues porque hasta que te conocí, pensaba que Gil era un apellido, no un
nombre –contestó Sole-, ¡con lo bonito que es Antonio! No entiendo
porque le tuvieron que poner el nombre de tu padre y no del mío.
250
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Porque el tuyo murió antes de que el Miquel naciera, algo que impidió
que se forjara una relación demasiado estrecha entre ambos –le espetó
él.
-¿Se puede saber qué te pasa? –le susurró Anna de forma disimulada,
para que el resto no se percatara de sus cuchicheos.
-¿A mí? Nada –contestó Maca, fingiendo tener un gran interés por lo que
Encarna contaba en aquellos momentos. Aunque no pudo evitar que el
tono empleado sonara un tanto molesto.
-En serio, eres como una niña pequeña mimada y consentida –le
reprendió su amiga.
-No te hagas la tonta que nos conocemos –insistió ella-, nos vamos un
momento al coche, que creo que he dejado allí el móvil –anunció en voz
alta al mismo tiempo que tiraba de ella para poder regañarla
tranquilamente.
251
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Sabes tan bien como yo que esa no es la causa de que estés así. A ti te
encanta invitar a la gente… Y lo que de verdad te molesta es no ser tú la
que provoca su risa y la causa de la tranquilidad y felicidad que irradia
en estos momentos. Te jode soberanamente no ser el centro de SU
atención. Además, Cris sólo estará en tu casa dos semanas como
mucho, algo que sin duda te permitirá ver mucho más a Esther –insistió
ella alzando ligeramente la voz.
-Anna… -la llamó Maca, aunque ésta no se giró y siguió con su camino-,
lo siento –se disculpó a Cris.
252
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Pues no, no lo sé. Pero te prometo que en cuanto tenga la más mínima
oportunidad voy a intentar experimentar esa vivencia –contestó Maca
siguiéndole la broma-, por cierto… ¿se entendía lo que decíamos?
253
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¡Pero si sólo quería ayudarla! –exclamó él sin saber por donde iban los
tiros.
254
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Es fácil, metes esto dentro de la ranura y pulsas el botón con el número
5 –le explicó Maca al mismo tiempo que le tendía una llave-, ¿tienes
coche? Porque yo tengo dos plazas y sólo ocupo una.
-Al menos me ahorro el tener la certeza de que conduzco tan mal como
tú –le espetó su prima-, ahora al menos me queda la esperanza de que
podría hacerlo bien. Bueno, ¿dónde tengo que dejar esto? Luego si eso
me dices donde está todo y me hago la cama…
255
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-A ver, Esther, claro que quiero que te quedes a cenar, pero me siento
como si te estuviera invitando yo… Y francamente, no quiero que Maca
piense que me da miedo o reparo quedarme con ella a solas… -decía
Cristina intentando no alzar la voz.
-Ya, pero es que no eres tú quien tiene que enseñármelo –la cortó su
prima-, ella es la dueña, y no sé… Además, contigo aquí me siento como
si estuviera estorbando, ya sabes esa relación rara que tenéis no ayuda
mucho a que me sienta cómoda.
-¿Te quedas a cenar, Esther? –intervino Maca sin querer oír como seguía
la conversación. ¿Por qué todos se empeñaban en que tenían una
relación? ¿Desde cuándo una relación se basaba en alguna que otra
conversación y siempre con gente revoloteando alrededor? “Desde que
te acuestas con ella entre medio” repuso una voz repelente que ella
identificó como su conciencia.
256
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Así que aquí es donde traes a esos ligues con los que dejas de ser
silenciosa, ¿eh? –le susurró Esther con una sonrisa burlona que provocó
que la médico se ruborizara ligeramente-, vaya, así que es verdad… ¿No
se te han quejado nunca los vecinos?
-No me puedo creer que tengas un jacuzzi en la terraza –soltó Esther con
sorna cuando llegaron al piso superior donde Maca había habilitado el
espacio diáfano como despacho. Aquella habitación estaba separada por
una enorme puerta corredera, que ocupaba toda una pared, de una no
menos grande terraza, denominada solárium por el promotor, recubierta
en su totalidad por paneles de madera.
-Lo que viene siendo un jacuzzi cuando en las paredes salen chorritos de
agua que producen burbujas… -se burló Esther-, eres de un pijo que da
asco.
-Eso dicen –repuso Maca, con las manos metidas en los bolsillos
delanteros de sus vaqueros, ampliando su sonrisa al ver la mueca de
fastidio de la otra.
-Bueno… Siento hundir los sueños eróticos que tienes respecto a mí,
257
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-De hecho, los vecinos no tendrían porque verte. Los setos son lo
suficientemente altos como para tapar la zona del jacuzzi, de hecho, si
bajas el toldo, apenas quedan unos metros a la vista –respondió Cris
agachándose detrás de las plantas para probar que lo que decía era
cierto.
-Vaya primita, has hecho todo un estudio en apenas cinco minutos –se
burló Esther.
-Claro –asintió su prima-, oye, me encanta como has dejado esto, ¿eh? –
añadió una vez entraron de nuevo en el despacho.
-La verdad es que ha quedado bonito, sí. Aunque tengo que reconocer
que al principio me dio algo de miedo, ya sabes, una habitación con los
muebles y las paredes blancas puede dar una sensación muy fría… Pero
una de las interioristas del estudio de mi hermano insistió mucho –
explicó Maca.
-Pues tengo que admitir que hizo un muy buen trabajo. El contraste con
la madera oscura de la terraza queda genial, y los ventanales le dan
mucha luminosidad al espacio –opinó ella con entusiasmo, dejando más
que claro que su trabajo le apasionaba.
-Pues creo que podrás decírselo tú misma. Cada año, por esta época, mi
hermano y sus socios organizan una pequeña fiesta para el personal, los
mejores clientes y creo que también suelen invitar a los directivos de
algunos estudios con los que colaboran. Si quieres le digo que te incluya
en la lista de invitados, o se lo dices tú misma, como quieras… -se
ofreció la médico.
258
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-En resumidas cuentas, que sólo hace dos días que has vuelto y
ya tienes planeada una fiesta –comentó la abogada cuando las dos
mujeres volvieron a sacar ese tema.
-Tú también puedes venir, ¿eh? –dijo Maca sonriendo al notar el deje
molesto que desprendía el tono usado por Esther.
-¿Y qué pinto yo allí? –quiso saber ella más de forma retórica que
esperando realmente una respuesta.
259
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Vais a estar todo el rato así? Porque si no estás dentro del jueguecito
no es tan divertido como parece –intervino Cristina al ver como su prima
se quedaba con los ojos abiertos como platos. Conociéndola como lo
hacía, sabía que cualquier tipo de comentario ingenioso se había
quedado atascado en algún lugar de su cerebro sin poder llegar a su
boca.
-Bueno, si quieres nos metemos contigo, ¿eh? –propuso Esther con una
sonrisa-, ¿no te parece, Maca?
-Claro, claro. Pero estoy segura que después tomarías represalias contra
mí, así que creo que paso, ¿qué queréis para cenar? –contestó ella
dedicándole una mueca burlona.
-Es que os juro que no entiendo qué criterio siguen para contratar a los
encargados del vestuario –comentó una Esther indignada provocando las
risas de las otras dos-, no os riáis, que va en serio. ¿Pero es que no ven
que le presentadora parece una morcilla? Si es que por lo menos debe
llevar un vestido dos tallas más pequeño de lo que debería.
260
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Una hora más tarde, cuando apenas faltaban unos minutos para que el
reloj marcara las doce de la noche, Cris y Maca se despedían de Esther
enfrente del ascensor, invitándola a cenar al día siguiente. Algo a lo que
la abogada accedió gustosamente aunque antes les hizo prometer que
serían ellas las que cocinarían.
261
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Es que sigo sin entender por qué lo aguantas –le repitió Maca por
enésima vez, cuando la abogada llegó enrabietada a su piso tras el
último encontronazo con el chico-, en serio, si quiere tener al tío ese
metido en su cama que se vaya a un hotel. No sé, tú eres la abogada,
pero desde mi punto de vista, si en un principio se pacta que el piso se
comparte entre dos, se hace y punto.
-Visto así es muy fácil, pero Laura no deja de ser mi amiga y mi socia.
¿Qué quieres que le diga? –preguntó Esther con fastidio, aunque
resignada, observando como la médico, de espaldas a ella, seguía
preparando la cena.
-Mira, la amistad es muy bonita y todo lo que tú quieras, pero hay una
cosa que se llama abusar del personal, y eso mismo es lo que está
haciendo Laura. ¡Por favor! Si llevas durmiendo con la cosa esa en la
habitación de al lado desde hace dos semanas… Digo yo que ese tío
también causa gastos, ¿no?
-No es cuestión de dinero –repuso Esther algo molesta por lo fácil que lo
veía todo Maca-, sé que en una semana él tiene que volver a Londres
para empezar a trabajar y me sentiría como una egoísta diciéndole a
Laura que no lo quiero ver más en mi casa.
262
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Es que este tipo de comportamiento me saca de quicio –se excusó ella
apartando la mirada de sus ojos para clavarla en la puerta metálica de la
nevera-, los he sufrido un par de veces y es algo que supera mi
paciencia.
-¿Me lo vas a contar? –la animó ella dándole un leve empujón con su
hombro.
-Unas cuantas. Pero bueno, nadie es perfecto, ella tiene este defecto y
yo tengo los míos, que no son pocos. Simplemente he aprendido que
hay momentos en los que se debe decir que no y establecer un límite.
Porque una cosa es ser buena persona, y otra cosa muy diferente es que
te tomen el pelo –contestó ella encogiéndose de hombros-, de todos
263
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
modos, sabes que te puedes quedar a dormir aquí siempre que quieras,
¿no? Que no tienes que esperar a estar a punto de sufrir un ataque de
histeria, vamos.
-Claro, pero es que no puedo evitar pensar que me comporto como él…
No sé, ya te encasquetamos a mi prima y ahora sólo falta que te venga
la otra –dijo ella bromeando aunque diciendo lo que verdaderamente
sentía.
-Cállate, anda. Que hasta el momento ibas muy bien –soltó Esther
dándole un leve golpe en la espalda.
-Estás muy cariñosa tú hoy, ¿eh? –comentó Maca al ver que a abogada
no deshacía el abrazo.
-Pues yo creo que sí. ¿Y sabes qué? Está muy feo mentir… -dijo ella en
264
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿En serio? Jamás me lo habían dicho –repuso la otra mientras, sin saber
por qué, su cabeza acortaba algunos de los centímetros que la
separaban de su homónima.
-No sé, tú eres la experta –contestó Cris cada vez más extrañada por la
actitud de ambas mujeres-, espero que no hayáis vuelto a pelearos…
-No digas tonterías, anda –le espetó Esther-, voy arriba a empezar a
poner la mesa, ¿vale? –añadió mientras salía de forma apresurada de la
cocina.
265
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Cinco minutos más tarde, Anna y Jero llegaban para ayudarlas con los
preparativos de la cena, puesto que, como eran demasiadas personas
como para caber en una sola mesa, Maca les había pedido que trajeran
una de las mesas con caballetes que usaban en el estudio. Su hermano
se limitó a asomarse por la puerta para saludarlas con un simple
“buenas noches”, y subió arriba para montar la mesa y así poder
pasarse el resto del tiempo tirado en alguna de las tumbonas de la
terraza mientras degustaba una cerveza. El gesto concentrado y
demasiado serio de su cuñada, no pasó desapercibido para Anna, quien
se apuntó mentalmente que debía preguntarle qué había pasado en
cuanto Cristina desapareciera. Poco después, fueron Guille y Eva
quienes llegaron, ella quejándose de lo borde que había sido Marcos, el
piloto, al coger el teléfono de casa de Laura y Esther y, decirle que no
hacía falta que fueran a buscarlos.
-No vayas por ahí que te conozco como si te hubiera parido –le espetó la
veterinaria cruzándose de brazos, apoyada en la encimera.
266
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-La única diferencia es que a nosotros no nos besa… -añadió el chico sin
poder evitar que su tono tuviera un deje divertido.
267
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Pues eso, que en ese caso, o eres bisexual, o eres homosexual… Pero
no sé, algo en el comportamiento de Esther no me acaba de cuadrar…
-¿Que se haya acostado con Maca, por ejemplo? –preguntó el chico con
sorna, recibiendo de nuevo, otra tanda de miradas reprobatorias-, joder,
no se puede decir nada…
-Te olvidas de que ella cree que Maca no recuerda nada de lo que pasó,
por lo que no tiene que fingir que no le importó, sino que ante ella sólo
debe aparentar que la versión de Maca es la cierta y ya está –observó
Guille.
268
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
niño fuera mayor, o que quizás no acabaría nunca; el turno pasó a Juan y
a Jaime, con los que bromearon acerca de lo mucho que tardaban en
tener un hijo.
-Quita, quita que nosotros estamos muy bien tal y como estamos ahora –
añadió Juan haciendo una mueca horrorizada imaginándose lo que
comportaría tener un hijo.
Poco rato más tarde, finalmente llegaban los últimos: Laura y Marcos,
junto a Claudia, con quien se habían encontrado en la puerta. Las dos
chicas los saludaron uno a uno, dándoles los respectivos dos besos de
rigor; mientras él se quedaba plantado en medio del salón, con las
manos en los bolsillos de sus vaqueros y barría con la mirada la
estancia, con un deje de desprecio en el rostro. Maca lo observó durante
unos segundos, lo cierto es que el chico no era feo, de hecho, se podía
decir que era bastante guapo. Aunque toda esa belleza exterior,
quedaba a un segundo plano en cuanto uno se fijaba en su cara de asco.
-La verdad es que el piso no es tan bonito como me dijiste. A veces eres
de lo más exagerado –le dijo el piloto a Laura bajar la voz, por lo que
todos lo pudieron oír a la perfección.
269
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¡Eh, tú, como te llames! –gritó la médico para llamar su atención-, que
quites los pies de la mesilla. ¿Cuántas veces más crees que te lo tendré
que volver a repetir? ¿O es que acaso no entiendes alguna de las
palabras?
270
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Así que ahora haces de criada, ¿eh? –se burló Jero llevándose una
colleja por parte de su hermana.
271
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
–contó Jero.
-Pues eso, y lo peor es que claro, como la niña era la primera del curso,
el resto del claustro de profesores pensaba que la culpa era del de
filosofía…
-Claro, después de que el pobre hombre llamara a todos tus amigos para
que te sermonearan y te convencieran de aprobar la asignatura –
contestó ella riéndose-, y lo que nos costó… Al final, la que te tuvo que
convencer fue… -añadió quedándose un momento en silencio
sospesando si era buena idea decir su nombre o no.
Sus amigos dibujaron una enorme sonrisa en sus rostros, puesto que
hasta el momento, Maca siempre había intentado evadir cualquier
comentario que tuviera que ver con la que había sido su amiga. Y
aquellas palabras comportaban que ésta había dejado de tener
importancia en la vida de la médico, o que al menos, empezaba a
hacerlo. No obstante, Anna se quedó algo pensativa, sin querer
imaginarse a qué se debía ese cambio; había oído a su amiga decir
272
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿En serio? Pues lleva tocándome las narices desde que ha llegado, y por
una cosa que él no tiene llamada educación, he aguantado hasta el
momento. Pero no tengo la obligación de hacerlo más, así que largo.
273
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
algo, pero ella lo agarró por el brazo y tiró de él para que empezara a
bajar por las escaleras; no sin antes girarse para mirar a sus dos amigas
que le sostuvieron la mirada con firmeza y negaron levemente con la
cabeza, dándole a entender que en aquella ocasión, se había
equivocado. La médico permaneció unos segundos más junto a la
puerta, cerciorándose de que escuchaba las puertas del ascensor
cerrarse, para a continuación, volver a sentarse en su silla.
-No –contestó Esther de forma rotunda-, alguien tenía que pararle los
pies a ese tío, y te ha tocado a ti. Lo único que me sabe mal es no haber
tenido el valor de hacerlo yo misma y, bueno, que Laura no deja de ser
mi amiga…
-Pues yo creo que ha sido alucinante –opinó Eva con emoción -, en serio,
sólo te ha faltado cogerlo por las solapas de la chaqueta y tirarlo por las
escaleras…
274
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Imbécil –le espetó ella un tanto molesta aunque pocos segundos más
tarde de puso a reír.
Sin saber por qué sus ojos habían cobrado vida propia, su mirada volvió
a centrarse en Maca, aunque la imagen que se encontró no era la misma
que segundos antes: ahora, la médico que parecía divertida por alguna
razón que ella no alcanzaba a comprender, le devolvía la mirada. Al ver
que tras unos segundos, ella no la apartaba Maca sonrió y le guiñó un
ojo antes de volver a bajar la vista hacia el pequeño, que le estaba
reclamando su atención.
-Pues no, lo cierto es que como hacía ya tiempo que no venía nadie a
dormir a casa, mi madre lo transformó en un pequeño gimnasio… Eso sí,
las máquinas están prácticamente para estrenar, así que si quieres
dormir en la cinta esa para correr… -contestó su amiga encogiéndose de
275
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
hombros.
-Joder. Pues ya me dirás qué hago yo ahora, porque tal y como están los
ánimos, irme a mi piso como que no me hace mucha ilusión –se quejó
ella, pasándose la mano por el pelo, demostrando con aquel gesto, su
frustración.
-Claro que puede –contestó ella con una sonrisa-, mientras no se vuelva
a invadir mi habitación podéis hacer lo que queráis.
-Que forma más sutil tienes para decirnos que nos marchemos de una
vez –comentó Guille con sorna, mientras cogía a su novia de la mano y
tiraba de ella-, venga, Eva, nos vamos, que en esta casa se ve que no
nos quieren…
276
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-La insoportable levedad del ser –murmuró Esther leyendo el título-, veo
que tu amor por la filosofía perdura a pesar del tiempo, ¿eh?
-Ya ves, hay cosas que no cambian. ¿Y tú, qué haces aquí? Porque por tu
cara diría que tú sí estabas durmiendo…
Sin saber por qué, sus piernas, autónomas del resto de su cuerpo,
habían decidido que lo mejor era acercarse al sofá, y sentarse en una
butaca que estaba junto a éste. Por ello, se encontraba a escasos
palmos del cuerpo de la médico, que la miraba divertida. Notaba que
todos sus músculos se habían tensado de repente, seguramente a causa
del nerviosismo que le provocaba aquella cercanía, aunque también era
probable que la razón fuera que desde aquel corto momento en la
cocina, ambas habían evitado coincidir asolas. Y ahora, mientras ella
seguía con la mirada fija en la tapa del libro que Maca sostenía en sus
manos, podía notar los ojos de ella clavados en su rostro; algo que, dado
el aspecto que debía tener en aquellos momentos, no le hacía mucha
gracia. De repente, una idea cruzó su cabeza: ella se había pasado toda
la cena reflexionando acerca de lo que había ocurrido en la cocina, la
sensación que le había provocado la cercanía de los labios de Maca
sobre los suyos, el notar su respiración y aquellas manos abarcando su
cadera, no la había abandonado en lo que duró la velada, martilleando
una y otra vez en su mente; y era más que probable que a la médico le
hubiera ocurrido lo mismo o, si más no, algo parecido. En ese instante
tuvo miedo de que ésta quisiera hablar acerca de ello, expresar sus
dudas al respecto, algo que ella no se veía capaz de afrontar. No quería
tener que darle explicaciones acerca de su comportamiento; en aquellos
277
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
momentos, lo último que necesitaba era tener que reconocer que no era
tan heterosexual como toda su familia creía. Sabía que Maca no se lo
tomaría mal, de hecho, no podía hacerlo teniendo en cuenta que ella
también era lesbiana, pero temía no saber controlarse, le daba pavor
sólo en pensar en qué podía transformarse su relación si entre ellas no
existía la barrera de su heterosexualidad fingida. Pero, ¿qué le
respondería si le preguntaba acerca de su comportamiento? Llevaba
toda la vida criticando a aquellas personas que decían llevarse por el
corazón, a quienes argumentaban que había situaciones en las que la
razón quedaba a un segundo plano. ¿Qué le diría? ¿Que cuando ella
estaba cerca, la parte razonable y responsable de sí misma, aquélla que
llevaba mandando sobre su cuerpo desde que tenía uso de conciencia,
la abandonaba? ¿Que era el deseo el que tomaba el control? ¿Qué
cuando aquéllo ocurría la odiaba pero a la vez deseaba estar todavía
más cerca de ella? No, definitivamente no iba a decirle ninguna de esas
cosas.
-Nada, nada. Era una chorrada… -contestó la médico con una leve
sonrisa, que fue borrándose paulatinamente al percatarse de lo
incómoda que parecía estar la abogada-, ¿estás bien? Te has quedado
como ida…
-Sí, sí, claro –se apresuró a responder ella, aun sin sonar muy
convincente a los oídos de Maca.
-No, tenemos que hablar, Esther –dijo Maca agarrándola por el brazo,
impidiendo que se fuera-, mira, yo estoy hecha un lío y…
-En serio, quiero irme a la cama –repitió ella, que estaba cada vez más
278
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
nerviosa.
-Sabes tan bien como yo que no es verdad –insistió Maca con aparente
tranquilidad aunque empezaba a perder los nervios-, hemos estado a
punto de…
-Suéltame –le ordenó Esther aunque sonó más bien como una
imploración.
Se detuvo unos instantes para darle tiempo a irse, si era aquéllo lo que
quería. No obstante, no hubo ninguna palabra o gesto que le indicaran
que la abogada no deseara aquel beso tanto como ella misma lo hacía.
Así que sin detenerse a pensarlo más, ladeó ligeramente la cabeza,
acabando de acortar distancias y, al fin, atrapó aquellos labios que
parecían estar esperándola desde hacía mucho tiempo. Sus brazos
rodearon por completo la cintura de Esther, pegándola completamente a
su cuerpo, sin dejar siquiera que el aire pudiera pasar entre ellos. Sonrió
al notar como las manos de la abogada cobraban vida de repente, y se
perdían entre su pelo, ejerciendo una leve presión sobre su cabeza,
aunque suficiente como para que le resultase difícil separarse de aquella
boca. Esos cortos instantes de distracción fueron aprovechados por la
abogada, quien tomó el control de aquel beso, en el que sus lenguas
estaban librando una batalla que Maca sabía que tenía perdida de
antemano, por lo que decidió que lo mejor sería buscar otros terrenos
por los que atacar. De este modo, sus manos se deslizaron por debajo de
la camiseta del pijama, tarea no demasiado difícil teniendo en cuenta lo
279
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿El qué, besarte o decirte la verdad? –la desafió ella, mirándola algo
dolida, o al menos eso le pareció a la abogada.
280
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
incapaz de hablar las cosas; sabía que aquella situación no era fácil,
pero no lo era para ninguna de las dos y ella sí estaba dispuesta a
afrontarlo. Pero lo que más inalcanzable para su comprensión era la
propia persona de la abogada, porque ¿quién era Esther? ¿La que se
había dejado ir momentos antes, la que se había mostrado furiosa y la
había abofeteado, o la nerviosa al borde de la histeria, que intentaba
huir de ella? De forma distraída, rozó con la yema de sus dedos la mejilla
magullada que todavía le seguía ardiendo. Sabía que si seguía
insistiendo en acercarse a Esther, probablemente acabarían haciéndose
daño mutuamente, no el físico que sentía ella en aquellos momentos,
sino uno más profundo; y que posiblemente ese daño se transformaría
en odio. Pero había algo que la empujaba a hacerlo, quizás su
inconsciencia y la curiosidad por saber quién se escondía detrás de la
coraza de la abogada, pero fuera lo que fuera, era algo que era más
fuerte que su razón, que le insistía en que debía poner una distancia
prudencial entre ambas.
-Por favor –le agradeció ella al mismo tiempo que sacaba el pan de
molde del armario.
-Ya, eso mismo pensé yo, pero bueno, resulta que Esther no estaba en la
cama y… -insistió la interiorista.
281
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿En domingo? Lástima que no sea médico, hubiese sido un buen fichaje
para la Clínica –bromeó Maca mientras se llevaba el sándwich a la boca.
-Ya, lo cierto es que es raro, porque con lo que le gusta dormir, suele
procurar dejar el trabajo por la tarde, por muy urgente que sea. Aunque
si me dices que no pasó nada… -volvió a la carga ella, sin dar su brazo a
torcer.
-¿Empezamos por ayer por la noche? –propuso ella un tanto nerviosa por
la mirada penetrante de la otra.
-Exacto…
282
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Un intento de beso, para ser más precisas. Aunque creo que eso
deberías hablarlo con tu prima. Al fin y al cabo es ella la que parece que
tiene una memoria un tanto selectiva –concluyó Maca acabándose el
sándwich de un bocado, y haciendo el ademán de salir de allí con la taza
de café.
-El problema es que quizás no haya mucho que procesar –le dijo la
médico deteniendo sus pasos por unos instantes, ya en el quicio de la
puerta, para a continuación retomar su camino.
Aquella semana fue de locos; sabía que en parte era por su propia culpa
y por empeñarse siempre en decir que podía llevar todos los casos para
los que era requerida, pero lo cierto, es que llegaba tan cansada a casa
que incluso su insomnio le había dado una tregua. Durante aquellos
cinco días, tuvo programadas cuatro operaciones diarias, más las
rutinarias visitas de los pacientes que eran la parte que más odiaba de
su trabajo y, que a pesar de la crisis, prácticamente no habían
disminuido. Le cansaba sobremanera el tener que discutir una y otra vez
con sus pacientes acerca de qué talla de pechos era la más acertada, su
forma y mil aspectos más de varias partes del cuerpo. Y lo peor es que
no conseguía hacerles entender que los glúteos de Jennifer López eran
muy bonitos en ella, pero que en una misma se veían demasiado
grandes. A pesar de que ya estaba acostumbrada, no podía evitar odiar
a toda aquella gente que pasaba por su despacho creyendo que la
cirugía estética era algo sin importancia en la que si no se quedaba
satisfecho con el resultado, se podía cambiar al cabo de un mes. Sabía
que la mayoría de las personas creían que aquélla, era la rama más
frívola y superficial de la medicina, así que gran parte de las
intervenciones se hacían por puro capricho; pero ella había visto el
rostro de personas que llevaban mucho tiempo ahorrando para
conseguir que alguien les modificara una parte de su cuerpo que les
impedía estar felices con su cuerpo; había conocido a madres
desesperadas por conseguir que le quitaran a sus hijos enormes
manchas en la cara, y podía asegurar que aquéllo no era frívolo. No
obstante, personas como Sandra Gutiérrez que sólo perseguían el ideal
de belleza perfecta y luchaban a viento y marea contra el paso del
tiempo, eran el rostro y la identificación de la cirugía plástica; y tenía
que admitir que ella había contribuido a ello.
283
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
284
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Maca, Javier Sotomayor quiere verte –le anunció Teresa desde el otro
lado de la línea, cuando ella descolgó.
-Vale, vale, eso ha sonado poco convincente… ¿Qué tal si le dices que
me he prendido fuego y que he saltado por la ventana cual bonzo? –
bromeó ella todavía escondida detrás de sus manos, por lo que su voz
sonó amortiguada.
-No sé qué estás diciendo, pero lo hago pasar, ¿vale? –soltó la mujer
deseando librarse de esa mirada desdeñosa.
285
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Yo sólo me limito a hacerte llegar algunas de las quejas que han llegado
a mis oídos. Muchas de estas personas se sienten obligadas y
coaccionadas a colaborar con este proyecto utópico tuyo, aun en contra
de su voluntad –insistió él.
-Si puede sumarse el que quiera, ¿por qué el resto no hemos sido
informados? –quiso saber él.
-Porque eso es algo que se hará cuando todo esto esté en una fase más
avanzada y, porque es algo de lo que se encargarán los directores, que
son directamente responsables de sus respectivos departamentos –
explicó Maca preguntándose si aquel chico se daría por enterado de que
su opinión al respecto le importaba muy poco-, en cuanto al adjetivo que
has utilizado para definir a mi proyecto, debo decirte que se ha
estudiado a fondo, que se ha consultado con especialistas y que el
consejo del Patronato Wilson en su totalidad votó a favor.
286
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-No se puede ser más tonto que este chico –le dijo a Teresa cuando la
secretaria se asomó por la puerta.
-Vaya, que elegante te nos has puesto, Anneta –comentó ella de forma
burlona al verla con ese vestido de color amarillo pálido por el que tanto
le había costado decidirse un día que fueron de compras.
-No me vengas con chorradas, ¿eh? –le espetó ésta-, anda, recoge tus
cosas que nos vamos a tu piso que todavía tienes que arreglarte y a este
paso llegaremos tarde.
-¿No te ha dicho tu querido marido que no voy a ir? –se sorprendió Maca
aun sabiendo que esa era precisamente la razón de la presencia de su
amiga.
287
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-No piensas ponerte esto, ¿verdad? –se escandalizó Anna-, por favor,
estamos en verano y esto es demasiado oscuro…
-Bueno, querías que fuera allí, ¿no? Pues voy a ponerme lo que me dé la
gana, así que saca el collar de perlas del joyero y los pendientes a
conjunto –le ordenó Maca, mientras empezaba a vestirse.
288
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Me ha dicho esta mañana que iría directamente desde el trabajo que
tenía que hacer no sé que…
-Pídeme una copa de cava –le pidió Anna que en esos instantes llegaba a
su lado.
289
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
estorbaban; así que cogió a Maca del brazo y la llevó a una esquina de la
sala donde no había mucha gente y podrían hablar tranquilamente.
-Habrá venido con su prima, aunque creo que Jero le mandó una
invitación –le dijo una vez se cercioró de que nadie las estaba
escuchando-, está guapa, ¿eh?
-Pues mira, ahí va una de ellas –comentó en voz baja al ver como una
mujer de unos cuarenta años que lucía una figura envidiable, se
acercaba sonriente a ellas.
290
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Vaya… ¿En serio se acuesta con esa clase de tías? –se extrañó la
interiorista aunque sonrió al percatarse de la mueca que se dibujó por
un instante en el rostro de Esther.
-No es ninguna novedad –soltó ésta que parecía estar del mismo mal
humor que su hermanastro.
-Bueno, que yo sepa ahora hacía bastante tiempo que no tenía una
aventura de estas –comentó Anna con gesto inocente-, no sé, debe
rondarle algo por la cabeza porque llevaba semanas portándose
demasiado bien…
-¿Y no sabes por qué? –le siguió el juego Cristina sospechando hacia
donde iban los tiros-, no será porque estoy en su casa, ¿no?
-Siempre he querido tener una aventura con alguien como Maca, no con
una mujer, pero sí como ella. Ya sabes, sin compromisos, tórrida…
-comentó Cristina que se lo estaba pasando en grande.
291
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-En eso tienes razón, la gracia está en esconderse y esas cosas -la apoyó
la interiorista haciendo verdaderos esfuerzos para no estallar en una
carcajada al ver la cara de circunstancias de Esther.
-Os recuerdo que es mi hermana, ¿eh? –intervino Jero que seguía de mal
humor-, mejor me voy a hablar con alguien que tenga una conversación
más interesante…
-Yo no sospechaba que estaban liadas, así que fui al cobertizo donde Jero
me había dicho que estaban y bueno, que las pillé en el momento
álgido… Suerte que estaban tan enfrascadas que no se dieron cuenta de
que yo estaba allí –contaba la veterinaria entre risas, acompañada por
las de Cristina.
292
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
de forma cómica-, creo que nunca he vuelto a ver ese cobertizo con los
mismos ojos…
-Es curioso, porque yo sólo recuerdo una que tenga como escenario el
cobertizo –insistió Maca-, bueno, al menos espero que el haber
cuchicheado acerca de mí a mis espaldas os haya divertido…
-No ha estado mal –soltó Esther desafiándola con la mirada-, por cierto,
has tardado muy poco, ¿no?
-Ya ves, les pongo tanto que a la mínima que las toco se corren –le
espetó la médico sin amedrentarse.
293
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Y tú eres…? –quiso saber Bea con altivez fingiendo que no recordaba el
episodio de la boda.
-¿O qué? Que yo sepa tienes más interés tú que yo en que esto no salga
a la luz. Seguramente a como-se-llame no le haría mucha gracia…
-contestó ella con dureza-, mira, todos los presentes aquí, o al menos la
mayoría saben que soy lesbiana, y por lo que a mí respecta, puedes
gritarlo a viva voz. Siempre has sido tú a quien le ha dado miedo que
alguien pudiera sospechar que sentías algo más por mí de lo que se
siente por una simple amiga…
-Sabes que eso no es verdad –la cortó Bea sintiendo como la mirada de
las otras tres mujeres estaban clavadas en ella, especialmente la de
Anna.
294
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Y por qué ahora? –quiso saber Cristina, enrojeciendo al instante al ser
consciente de la pregunta que había hecho.
-Yo también voy –dijo la abogada, sintiendo que no pintaba nada allí.
295
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Es que me cansa, en serio, con ella todo es “ni un contigo ni sin ti”; no
sé, tan pronto está de buenas como de malas. Por no hablar de las veces
que se pone cariñosa, como cuando se recuesta en mí para mirar la tele;
para después distanciarse y prácticamente no mirarme a la cara…
-contestó ella agobiada, escondiendo su cabeza detrás de sus manos.
-¿Sabes lo que creo? Que Esther es una persona que necesita tenerlo
todo bajo control y contigo no es así. No sé, quizás ahora se ha dado
cuenta que le puede gustar una mujer y claro, darse cuenta de ello
pasados los treinta no debe ser muy fácil… Además, está vuestra
peculiar relación familiar, algo que tampoco facilita mucho a que la chica
se relaje…
-¿Tú crees que es eso? –quiso saber Maca mirándola con algo parecido a
la esperanza en sus ojos.
-¿Sino qué puede ser? No conozco mucho a Esther, pero diría que es una
persona con una personalidad bastante fuerte; por lo que si fuera
lesbiana y lo tuviera asumido desde hace tiempo no le costaría tanto
abrirse, ¿no? Lo más lógico sería que en ese caso lo hubiera hablado
contigo o, en su defecto, ya nos habríamos enterado por Eva… -razonó
ella.
-Vamos a ver, Maca, que es una pregunta muy simple, ¿eh? –repuso su
cuñada cruzándose de brazos enfrente de ella.
-Seguramente. Sí, creo que sí -titubeó la médico-, es que no sé, está tan
mona cuando se enfada…
-Sé que no soy la persona más reflexiva del mundo, pero tampoco soy
296
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Ahora no te hagas la ofendida porque sabes que tengo razón –la regañó
la veterinaria-, mira, ambas sabemos que tú tienes la tendencia de
idealizar a las personas y, que cuando descubres que son humanas el
encanto se esfuma y pasas del amor más radical al aborrecimiento
extremo.
-Porque nunca llegaste a tenerla. Siempre fue ella la que tenía la última
palabra, y precisamente te cansas de las mujeres cuando ves que
sienten algo por ti… -insistió Anna.
-Pero es así, y lo que quiero decirte con eso es que con las otras sí
puedes desaparecer del mapa, pero con Esther tienes un vínculo que va
más allá de vuestra relación –razonó su amiga.
-¿Y qué se supone que tengo que hacer, señora sabelotodo? –quiso
saber Maca con sorna.
-Pero es que yo no soy así… Las bromas absurdas forman parte de mí,
no quiero aparentar algo que no soy porque entonces será ella la que
vea un espejismo –argumentó Maca-, yo no soy romántica, no me van
los detalles, no me acuerdo de los cumpleaños a no ser que me ponga
una alarma en el móvil, hago bromas fuera de lugar, me escudo en el
sarcasmo y el cinismo para no tener que tomarme las cosas en serio…
-Sí, sí que lo eres, porque yo te he visto haciendo las mismas cosas con
297
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Ya, todo eso es muy bonito, pero te recuerdo que ahora mismo Esther
no me quiere ni ver…
-Dale tiempo, Maca, dale tiempo para asimilarlo y estar segura. A ella le
gusta controlarlo todo, ¿no? Pues entonces procura que se sienta así, me
da la sensación que sólo entonces podrás acercarte a ella…
Sabía que Anna tenía razón, como también debía reconocer que la única
opción que parecía tener por el momento era seguir con sus consejos.
Quizás, al fin y al cabo, el alejarse de Esther y poner un poco de
distancia entre ellas, ayudaba a que ella la viera de otra forma o, a lo
mejor, con ello hacía que la abogada se sintiera menospreciada y se
alejara todavía más. Aunque también cabía la posibilidad que el no
tenerla pendiente en todo momento de sus movimientos provocara que
fuese la abogada quien diese el paso y se lanzara por miedo a haberse
pasado aquella vez; al fin y al cabo, eso siempre le había servido con
Bea.
No obstante, tenía que admitir que a pesar de las dudas que tenía
acerca del plan de Anna, se encontraba emocionada al respecto y con la
motivación suficiente como para aguantar la indiferencia con la que la
trataba Esther y no desistir en el intento. Aunque también era cierto que
la adrenalina que le producía el intentar seducirla, se veía aplacada
cuando era realmente consciente de lo que pretendía hacer y el miedo
se apoderaba de ella. No podía evitar encontrar demasiadas semejanzas
entre aquella situación y la que vivió con Bea, pero si de algo estaba
segura era de que ahora no estaba dispuesta a dejar que su dignidad
quedara en un segundo plano como entonces. ¿Que Esther al final se
decidía y optaba por ella? Muy bien. ¿Que sucedía lo contrario? Tendría
que aguantarse, reconocer la derrota y seguir con su vida.
298
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Y eso es malo? –quiso saber Marta a la vez que le daba el biberón a
Santi.
-Con Bea empezó así… -dijo Claudia como toda respuesta mientras
ponía los ojos en blanco ante la poca vista de su prima.
299
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Por lo que esta vez me temo que va en serio –opinó Anna-, lo que me da
miedo, porque empiezo a encontrarle muchas similitudes a la relación
que tenían con Bea…
-¿Te importaría meterte la puñetera pajita por el…? –le amenazó Claudia.
-Lo siento, lo siento –se disculpó él mientras era fulminado por Claudia
que se secaba las gotas de Coca-Cola de la cara con un gesto
exagerado-, ¡oh, venga! ¿Quieres una toalla? –añadió con sorna.
-No, gracias –contestó la cardióloga de mal humor-, con que apartes eso
me conformo…
300
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Y si hoy llega antes? –repuso Esther sin estar muy convencida.
-¿Y si nos cae un rayo encima? –soltó la interiorista con sorna-, pues os
saludáis y tú te vas. O no, mejor te disculpas por tu comportamiento
estúpido. Por favor, Esther que ya estamos mayorcitas, ¿eh?
-Mira, para empezar puedes ir dejando atrás esta frasecita, porque todas
estamos hartas de decirte que eso no es precisamente lo que te provoca
Maca…
301
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-En serio, es que parece que te guste que te lo repita una y otra vez…
-resopló Cristina-, ¡que estás enchochada! Y no un poquito, sino
mucho… Y que estás acojonada porque no te gusta sentirte así. ¿Pero
sabes qué? Que me alegro, porque empezaba a creer que tienes
horchata en vez de sangre… Mira, no es que yo sea una experta en el
tema, pero creo que los treinta y tres son una buena edad para asumir
de una vez que eres lesbiana.
-Sabes perfectamente que hace mucho tiempo que lo tengo más que
sumido –se quejó la abogada.
-¿Por qué? ¿Por algo que pasó cuando tenías veinte años? Supéralo de
una vez, el resto no tiene porque reaccionar como lo hizo él. Mira, se
murió y sí, hubiese sido bonito que hubieseis solucionado las cosas
antes de que ocurriera, pero la vida es así… -razonó Cristina.
302
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
besos a su prima.
-Así que lesbiana, ¿eh? –soltó, aunque más bien pareció que escupiera,
sorprendiéndose incluso ella de lo fría que había sonado su voz.
Si Maca creía que sus músculos estaban tensos era porque no conocía el
estado de los de Esther, cuyo cuerpo se convirtió en algo parecido a una
escultura de yeso en cuanto escuchó aquellas palabras. A pesar de lo
agarrotada que sentía su musculatura, se irguió lentamente, aunque
permaneció se espaldas a ella, incapaz de girarse y enfrentarse a la
dueña de aquella voz. Cerró los ojos con pesar, sabía que aquélla había
sido la peor de las maneras por las que Maca hubiera podido enterarse
de su sexualidad; y también era consciente de que no le haría ninguna
gracia haber estado varias semanas mordiéndose la lengua esperando
algo que no existía.
Hacía algunos días que Eva le había contado con emoción que había
escuchado a Guille hablando con alguien por teléfono, diciéndole que no
303
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
creía que Maca aguantase mucho más ante su actitud, que la última vez
que había hablado con ella se la veía desmoralizada y que a pesar de
que ya no escondía lo que sentía por ella, no estaba dispuesta a
renunciar a su dignidad. En un primer momento se alegró de escuchar
aquéllo, pero poco después, el miedo la invadió. No sabía exactamente
lo que pretendía la médico, conocía de sobras su reputación de
promiscua, pero sobretodo, lo que más la atemorizaba era lo que podía
llegar a sentir por Maca. Así que decidió que lo más sensato era seguir
con su comportamiento distante con la intención de que la médico se
cansara de ella y olvidase lo que sentía.
Esther bajó la cabeza, sin querer reconocer que ella tenía razón, y que
se estaba comportando como una cobarde. Como si de repente su
cuerpo pesara varias toneladas, se giró lentamente, logrando al fin,
encontrar el coraje suficiente de mirarla a los ojos. Lo que se encontró
no fue ni mucho menos lo que había esperado, sino mucho peor: una
tela sombría parecía recubrir los ojos de Maca, que la miraba de forma
fría, con la cabeza levemente elevada, como si quisiera demostrarle de
forma tácita que se encontraba por encima de ella. Aparentemente, la
médico estaba completamente tranquila, o eso le hacía deducir su
postura, puesto que se encontraba apoyada en el quicio de la puerta,
con los brazos y las piernas cruzados, como tantas veces la había visto,
aunque en aquella ocasión su pose chulesca se había convertido en una
de hermética.
-Maca, yo… -empezó a decir ella esperando que su voz, a los oídos de la
médico, sonara más segura de lo que le había parecido a ella.
-En eso tienes razón… -admitió Maca-, no, si es que la culpa es mía por
creerme a mis amigos y a Cristina. ¿Sabes? Seguramente si ellos no me
hubiesen comido la cabeza yo ahora estaría disfrutando de mi vida,
304
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Olvidaba que estaba hablando contigo, la que nunca pide nada, pero
que cuando le apetece está cariñosa y cuando ella lo decide
unilateralmente de aleja… ¿Y el resto qué, eh? ¿Dónde quedamos el
resto? –preguntó esbozando una sonrisa sardónica.
-No hagas eso… -le suplicó Esther quien, a pesar de todo, seguía
aguantándole la mirada.
-¿En serio? Pues yo creo que llevas un puñetero año riéndote de mí,
haciéndome creer algo que no es. Primero te comportas como una
auténtica impresentable por algo que ocurrió cuando teníamos dieciséis
años y que no fue ni culpa mía; después, un día, no se sabe por qué te
acuestas conmigo, para volver a estar borde de nuevo, y al cabo de una
semana, de forma inexplicable, empiezas a comportarte como una
persona mínimamente normal –rebatió la médico.
-No es lo mismo, yo lo hice porque sabía que me dirías que había sido un
error y, conociéndote y sabiendo lo lunática que eres a veces, quizás me
hubieras acusado de haber abusado de ti –arguyó Maca-, pero mira, sólo
quiero saber una cosa: ¿cómo logras vivir así? No lo digo por mí, lo digo
por ti… ¿Cómo consigues dormir por las noches?
305
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Pues sí, tienes razón –la cortó Maca elevando la voz por encima de la
suya, a la vez que se acercaba a ella con paso decidido-, ¿pero a qué no
sabes de quién es culpa? Yo te lo diré: la culpa es tuya y de esa
cabezonería tuya por no dejar que nadie traspase ese estúpido muro
que has construido alrededor de tu persona.
Sin querer esperar un segundo más, la agarró con fuerza por los glúteos,
tirando de ella hacia arriba para que rodeara con las piernas su propia
cadera. De este modo, la llevó hacia su dormitorio, deteniéndose un par
de veces a lo largo del pasillo para volver a aprisionarla contra la pared
y besarla con fervor. La abogada aprovechó su posición para quitarse los
306
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
zapatos con los pies, haciendo que éstos cayeran de forma estrepitosa al
impactar con el suelo. La médico se encontraba tan enfrascada en el
cuello de Esther que no se percató del ruido, como tampoco lo hizo
cuando llegaron al pie de la cama, por lo que cayeron de forma brusca
sobre el colchón.
-Eso mejor lo hago yo… No quiero acabar con otra blusa rota… -dijo ella
atrapando sus muñecas con un gesto rápido, inmovilizando sus brazos
sobre la cabeza de la abogada-, ¿siempre usas sujetadores de encaje? –
le susurró al oído para volver a atacar su cuello de nuevo, que agasajó
con mordiscos leves y besos húmedos.
-¿Te gustan? –quiso saber Esther esbozando una sonrisa divertida, con el
escalofrío que le había provocado el susurro, todavía recorriendo su
cuerpo.
-Ahora mismo los odio –contestó la médico liberando sus muñecas con la
intención de abarcar con sus manos otra parte de su anatomía mucho
más interesante a su juicio.
307
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
la que tenía más ganas de prestarles la atención que requerían, así que
en un intento de que la lejanía no doliera tanto, dirigió su mirada hacia
el rostro de la abogada, que la observaba con una ceja alzada,
preguntándose si tardaría mucho en su tarea.
Maca sentía que necesitaba más de ese cuerpo, por lo que empezó a
descender por él, deteniéndose de nuevo en los senos de Esther, a los
que volvió a agasajar a besos y leves mordiscos para, a continuación,
substituir su boca por sus manos. Su siguiente víctima no fue otro que el
ombligo de la abogada, que besó con suavidad mientras sus dedos,
ávidos por seguir explorando ese cuerpo que se arqueaba bajo el suyo,
desabrochaban con prisas el botón del vaquero que todavía cubría las
piernas de Esther, quien exhaló un sonoro suspiro al notar como aquellas
manos que la torturaban, acompañaban el trayecto descendente de su
pantalón son caricias.
-¿Qué coño estamos haciendo? –murmuró ella una vez se vio libre de
aquella prenda.
308
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-No creo que necesites que te lo explique –susurró Maca que había
reptado por su cuerpo en un tiempo récord y ahora volvía a estar
perdida en su cuello-, déjate llevar…
309
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Tú quieres matarme, ¿verdad? –soltó Esther con la voz ronca, tras
algunos segundos.
-Tienes que admitir que cada vez que hacemos el amor, las paredes
tiemblan con tus gemidos –insistió ella dejando un beso en sus labios.
310
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
311
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-No soy yo la que voy metiendo mano nada más despertarme… -observó
ella de forma divertida, incorporándose con la intención de besarla.
312
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿El qué? –quiso saber ella con tono inocente, haciéndose la despistada.
-No te sigo…
-¡Son mías! No tengo que darte nada –se enfurruñó la abogada, aunque
aprovechó que Maca no la miraba para esbozar una sonrisa y correr la
sábana con un movimiento rápido.
-Lo cierto es que no eres tan buena como recordaba… Será el alcohol,
que distorsionó mis recuerdos –soltó ella con una sonrisa, aunque su
sonrisa de borró al notar como unas manos rodeaban de repente y, sin
saber cómo, acababa tumbada sobre el cuerpo de la médico.
313
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿No sabes que eso no se pone ahí? –preguntó ella tirando de sus
braguitas al mismo tiempo que se levantaba de forma triunfal.
-No, que va. He quedado con Laura y Eva, que por cierto, ya estarán
haciendo una porra acerca de donde me he metido –contestó ella
mientras empezaba a vestirse.
-Ni que se lo dijeras se lo creerían –soltó Maca haciéndola reír-, pero esta
noche si vendrás, ¿no?
Pocos minutos más tarde, la abogada salía del piso tras despedirse de
ella con un casto beso en la mejilla. Quedando que se verían hacia las
nueve, hora a la que Guille había reservado mesa en un restaurante del
centro que habían abierto pocas semanas atrás y que era de un amigo
suyo.
314
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Con una sonrisa algo forzada, se sentó en el sitio que solía ocupar
siempre, y acabó de pulir los últimos detalles de la historia que se había
inventado de camino a casa, y que sabía que debería contar con todo
detalle. Así que, como suponía, su compañera de piso, tras intercambiar
algunas miradas cómplices con Eva, se decidió a preguntarle. Como
siempre, ella se hizo de rogar un poco, aunque al final, también como
siempre, acabó cediendo. Pero lo que sus amigas no sabían era que
aquéllo que escuchaban atentamente y con emoción, no era verdad, y
por ello, se dieron por satisfechas.
-Vale –contestó ella girándose para observar como su amiga llegaba con
gesto extrañado mirando la pantalla del aparato.
-Es que cuando me has llamado había ido a por el periódico, y luego
315
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Verás, es que ayer tenía que coger un jersey de Cris que mi madre tiene
que darle a mi tía Carmen, y como me he olvidado pensaba que podrías
traerlo esta noche… -le pidió la abogada.
-Dime como es y veré lo que puedo hacer, aunque digo yo que tendrás
que darme algo a cambio, ¿no? –contestó Maca insinuante.
-Estate ahí a menos cuarto, ya veré lo que te doy a cambio, ¿vale? –dijo
la abogada colgando antes de que Maca pudiera contestar.
316
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
317
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
moto. Tenía que reconocer que la médico era realmente guapa, algo que
ella se encargaba de resaltar con los favorecedores conjuntos que
llevaba, y que aquel día se limitaba a unos vaqueros oscuros, unos
zapatos de tacón y una blusa blanca de estilo ibicenco algo
transparente. Borró su sonrisa al llegar a su altura, momento en el cual
la cirujana levantó su vista que hasta el momento había estado fija en el
suelo.
-Espero que puedas perdonarme por haber llegado cinco minutos tarde –
contestó ella arqueando una ceja.
-Pareces una traficante, lo sabes, ¿no? –soltó Maca riéndose-, sí, lo tengo
en la caja de la moto… ¿Te lo enseño o te fías de mí?
-¿Una camisa? ¿Me has traído una camisa? –se escandalizó Maca
sacando la prenda y extendiéndola delante de sus caras-, es broma,
¿no?
-Bueno, tampoco es tan fea… -se excusó la abogada con una sonrisa
burlona-, de hecho, es bastante de tu estilo.
-No, si bonita es… Pero joder, me esperaba otra cosa –opinó la médico.
-No sé, pero algo menos material –contestó Maca todavía con el rostro
desencajado.
318
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
cuerpo.
-Ahá… Pero mejor de noche –soltó a la vez que se apartaba cuando sus
labios ya se estaban rozando.
-Creo que paso, siempre he sido muy vergonzosa para estas cosas –
contestó Esther justo antes de que Maca enredara su lengua con la suya.
Aprovecharon los escasos cinco minutos que quedaban para que el resto
llegaran, rezando para que la impuntualidad que los caracterizaba no
fallase en aquella ocasión. Cuando pasaban algunos minutos de las diez,
Maca divisó el coche de Jero entrando el mismo parking en el que Esther
había dejado su coche, así que tras un último beso, la abogada entró en
el restaurante dejando a la médico en la misma posición con la que se la
había encontrado. Con una sonrisa, Maca cogió su móvil y escribió un
mensaje que mandó a continuación. Justo en el momento en el que
guardaba de nuevo el aparato en el bolso, Anna y Jero llegaban a la
puerta del restaurante, deteniendo sus pasos para esperarla.
319
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Qué tal? –contestaron ellos todavía en estado de shock por lo que les
acababa de decir la médico.
-Bien, muy bien… ¿Os pasa algo? Estáis raros –observó fingiendo
preocupación a la vez que Maca le guiñaba que pasó desapercibido para
los otros dos.
-Eh… No, no, estamos bien… Sólo que hemos tenido un pequeño susto
con el coche mientras veníamos –explicó Jero algo apurado.
Maca echó su silla hacia atrás, para cerciorarse de que ambos hacían lo
que habían dicho, y cuando lo hizo, esbozó una sonrisa divertida y se
apoyó en la mesa con los codos para quedarse mirando fijamente a
Esther.
-No son muy disimulados, ¿eh? –comentó ésta-, ¿qué les has dicho?
-¿Y se lo han creído? Pero si se nota a la legua que estás loca por mí…
-se burló Esther.
320
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Algunos minutos más tarde, cuando el reloj marcaba ya las diez y veinte,
el resto del grupo hizo su aparición. Laura permanecía lago rezagada
entre sus dos amigas, puesto que había evitado unirse a sus cenas
desde el pequeño accidente con Marcos, el piloto. No obstante, pronto
se dio cuenta que todos parecían haber olvidado aquel suceso y la
trataban con total normalidad y cordialidad, algo que todavía la hizo
sentir peor, que se sintió todavía más culpable y avergonzada por
aquéllo.
321
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¡Eso sólo lo hicimos una vez! –se defendió Guille arrancando las
carcajadas del resto.
-Eres imbécil –le espetó Claudia a su amigo-, ¿tan difícil te es tener esa
boquita cerrada?
-Pero si fue hace mucho tiempo… -se excusó él-, y total, no nos sirvió de
nada porque como se inventó el nombre nos encontramos con una
mujer que debía tener unos cincuenta años y su despacho estaba lleno
de fotografías de sus hijos y su marido –contó provocando que más de
uno tuviese que secarse las lágrimas debido al ataque de risa.
-Pero bueno, cuéntanos más de ella. No sé, ¿qué hacéis? –se interesó su
hermano.
-¿De verdad quieres saberlo? –contestó ella sin dejar lugar a dudas
acerca de cómo pasaban el tiempo.
-¿Pero qué clase de relación es esa? –quiso saber Anna algo molesta por
la actitud de su cuñada. Hacía dos días le daba la tabarra con la
abogada y ahora todo se había acabado de un plumazo por la llegada de
una mujer con la que sólo se acostaba y de la que no hablaba muy bien.
322
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Y tú qué crees, Esther? Que todavía no has dicho nada al respecto –la
desafió ella guiñándole un ojo.
Por suerte, se encontró con uno nada más salir, por lo que hizo lo que les
había dicho a sus amigos y siguió con su camino hacia los servicios.
Nada más entrar, se encontró con la abogada apoyada en el lavamanos,
de cara a la puerta, mirándola con gesto desafiante, a lo que ella
respondió con una sonrisa. Se acercó lentamente a ella, y al hacerlo
apoyó sus manos en la cerámica haciendo que la otra quedara algo
reclinada hacia atrás en su intento de mantener sus caras separadas.
-Te parecerá bonito lo que has montado ahí fuera –le recriminó Esther.
-¡A los ojos de todos me has sustituido por una tía que es mala en la
323
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Bueno, pues esto tiene una solución muy fácil, ahora mismo salimos y
les digo que es muy buena, ¿vale? –propuso Maca riéndose-, aunque
tampoco sería cierto del todo… -añadió haciendo el ademán de besarla.
-No, mira, ¿sabes qué? Mejor búscate a otra que sea mejor que yo en la
cama –dijo ella apartándola para marcharse de ahí, dejando atrás a
Maca, a quien le era difícil controlar sus carcajadas.
324
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Sí, pero no deja de ser una blusa –insistió Claudia arrancando una
carcajada de Maca, ante la cara de circunstancias de la abogada-, no sé,
me esperaba algo menos…
-¿Corriente? –la ayudó Marta-, aunque estoy con Esther, es bonita. Muy
de tu estilo.
-¿Y nos vas a contar a qué se debe tanto secretismo, o qué? –intervino
Anna.
-Nada, que me la han regalado y… -se excusó ella. “Mala idea Maca…”
pensó Esther.
325
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Queréis algo más? –les ofreció la dueña del local, cuyo nombre no
conseguía recordar, con un notable acento anglosajón.
-Un Martini –pidió la médico sin dejar de fulminar con la mirada la mano
de aquella mujer que se había posado en la cadera de Esther, quien
sonrió divertida.
-Nunca cambiarás, ¿eh? –se rió Esther-, creo que ya conoces a algunos
de mis amigos.
Todos saludaron a la mujer con una sonrisa menos dos personas que se
limitaron a dedicarle un leve movimiento de cabeza: Eva y Maca. La
primera, estaba algo molesta por la mirada que le había dedicado a su
chico, y además, conocía por boca de la propia Isabel que no soportaba
un rechazo, por lo que no paraba hasta conseguir que la persona en
cuestión sucumbiera a sus encantos. Y las razones de la segunda, se
limitaban a que aquella mujer no le gustaba. Se negaba a admitir que
pudieran ser celos, pero sin saber por qué, le molestaba la actitud que
Esther tenía con aquella mujer, porque definitivamente, estaba
tonteando descaradamente con ella. Quizás era porque hasta el
momento, nunca había visto a la abogada hacer aquello con otra
persona que no fuera ella misma, y de hecho, se podía decir que ellas
dos jamás lo habían hecho en ese plan. En aquel momento, notó una
presencia justo a su lado, que resultó ser la guapa camarera que le
tendió el Martini que había pedido. Al contrario que había hecho con su
jefa, esbozó una amplia sonrisa de agradecimiento, que fue respondida
por la chica, junto con un leve rubor en las mejillas. Se quedó unos
instantes observando la copa de forma triangular que sujetaba con su
mano derecha, y suspiró fastidiada al ver como un palillo con dos
aceitunas se movía al compás del líquido. “Joder, con lo que me cuesta
que me lo sirvan así, lo tienen que hacer en este puñetero local. ¿Es que
326
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
la tía esta lo hace todo bien?” pensó malhumorada. “Eso parece pensar
Esther, a juzgar por la mano que acaba de colocar hábilmente en su
muslo” repuso una voz repelente que ella identificó como su conciencia.
-¿Qué coño estamos haciendo? –murmuró ella una vez se vio libre de
aquella prenda.
-No creo que necesites que te lo explique –susurró Maca que había
reptado por su cuerpo en un tiempo récord y ahora volvía a estar
perdida en su cuello-, déjate llevar…
327
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¡Coño! ¿Habéis visto quién está ahí? –exclamó Jero con sorpresa-,
328
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Algo sabía, sí –contestó Guille recordando aquella vez que la había visto
en la Clínica-, pero mira, creo que podrás hablar con ella, porque se
viene hacia aquí…
-Nuria Casas –contestó ella esbozando una sonrisa-, vaya, cada día estás
más guapa…
-Pues no sabía que eras lesbiana –soltó Jero-, y eso que puedo presumir
de saber bastante de ti…
329
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-El problema es que dicen lo que les da la gana –repuso ella-, o lo que
les ordenan que digan…
-¿Y qué haces aquí? –se interesó Maca-, te hacía en Nueva York.
-Nosotras nos vamos a dar una vuelta por aquí, ¿vale? –anunció Esther
mientras Isabel tiraba de su mano.
-Creo que tendrías que ser tú la que me contara algo, ¿me equivoco? –la
pinchó la modelo sin borrar su mueca.
-Pues sí, te equivocas, porque no hay nada que contar. Nada de nada –
contestó la cirujana de mal humor.
-Vaya, parece que la gran Macarena Wilson ha sido cazada –comentó una
Nuria divertida por la situación.
330
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Ey, ey, para, ¿no? –dijo Nuria tirando de ella hacia atrás, provocando
que detuviera sus pasos-, ¿qué te pasa, Maca?
-Ahora que lo dices, realmente suena como una telenovela –le dio la
razón la médico con fastidio-, pero es la pura y asquerosa verdad
331
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-No sé qué está pasando por tu cabeza ahora mismo, pero olvídalo –la
cortó Maca.
-¡Oh, no! Ni de coña, vamos… -se negó la cirujana asustada por la idea-,
tú no conoces a Esther, seguramente estamparía un vaso en nuestras
caras justo antes de abofetearnos. Aunque quizás no le importa una
mierda, teniendo en cuenta lo a gusto que se encuentra en estos
momentos –añadió con algo de rencor, mientras dirigía su mirada hacia
donde la abogada e Isabel se encontraban bailando animadamente con
un grupo de chicas.
-¿Y lo bien que nos lo vamos a pasar? –insistió Nuria dibujando una
amplia sonrisa.
332
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
333
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Vamos a ver, imbécil. ¿No ves que habla de Jerusalén y de unas tropas?
–replicó la chica indignada.
334
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
hombros. Pero lo peor de todo, fue sin duda cuando ésta giró el cuerpo
de la modelo con un rápido movimiento, y quedaron frente a frente
mirándose con intensidad, o eso le pareció a ella. Como si todo se
reprodujera a cámara lenta, y aquéllo no fuera más que una película,
observó horrorizada como la modelo la miraba de reojo para, a
continuación susurrarle algo a Maca en el oído, quien esbozó una sonrisa
traviesa.
-Vaya, creo que te han dejado sola… -le espetó ella nada más llegar a su
altura-, ¿adónde se ha ido?
-¿A qué coño estás jugando, Maca? –preguntó la abogada de mal humor
aunque sin oponer resistencia a las intenciones de la cirujana.
335
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Y tú? ¿Qué pretendes tú? –respondió ésta-, porque lo que yo quiero
está muy claro, o al menos eso pienso yo…
-¿Y qué querías que hiciera? ¿Ponerme a llorar? –le preguntó-, joder,
Esther, que ya somos mayorcitas para montar estos numeritos, ¿no te
parece?
-¿Te has puesto celosa? –quiso saber Maca cambiando su tono, para
hablar con uno de divertido y esbozar una sonrisa-, porque esa no era mi
intención…
336
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Por qué tengo que ser yo la que se vaya con una? –se quejó la médico.
337
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Hay que ver lo pija que llegas a ser, ¿eh? –comentó Esther ya tumbada
en la cama notando como sus pechos eran abandonados por la tela del
sujetador, que era sustituida rápidamente por las manos de la médico.
-En realidad son bastante bonitos –insistió ella como pudo, con la
respiración entrecortada.
-Sí –contestó ejerciendo fuerza para quedar ella encima y poder llevar el
control de la situación-, vaya, por lo que parece la cosa empezaba a ser
urgente, ¿eh, señorita Wilson? –observó al notar la humedad que
desprendía su centro cuando llevó su mano hacia ese punto.
-Las modelos siempre han sido mi punto débil –la pinchó la médico
arqueando su espalda al notar la boca de Esther jugando con uno de sus
pezones.
338
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
piernas de ésta.
-No tan rápido –dijo al notar como sus extremidades inferiores se abrían
inconscientemente, como queriéndole dar la bienvenida.
-¿Por qué lo has hecho? –quiso saber empezando a introducir sus dedos
en su interior.
339
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Joder, a este paso voy a tener que comprarme un vibrador –se quejó
ésta una vez hubo recuperado el habla, provocando que Esther soltara
una carcajada.
-¿Y haces esto muy a menudo? –quiso saber la cirujana con interés.
340
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¡Eh! Que llevo un tiempo portándome muy bien –se defendió la médico.
-Bueno, según Anna tienes que saciar tus más bajas necesidades de
forma más habitual que el resto de las personas –comentó la abogada
con tono divertido.
-Tienes que admitir que algo de razón sí tiene –opinó Esther quien se lo
estaba pasando en grande-, en este aspecto eres un tanto… Insaciable.
No fue hasta un par de horas más tarde cuando al fin, cayeron dormidas.
A pesar de empezar a hacerlo abrazadas, poco a poco, sus cuerpos se
fueron separando de forma inconsciente seguramente debido al calor,
buscando un mínimo espacio frío en aquel gran colchón. No obstante,
parecía que sus cuerpos parecieran querer encontrarse de todos modos,
puesto que en un determinado momento sus manos se entrelazaron. De
esta manera se despertó Esther, quien abrió los ojos lentamente y de
forma perezosa. Lo primero que vio de aquel nuevo día fue el rostro
relajado y dormido de Maca justo enfrente del suyo, quizás unos
centímetros más abajo. Todavía adormilada, volvió a cerrar los ojos,
aunque unos minutos más tarde, incapaz de dormirse de nuevo, decidió
que quedarse observando a la médico sería un buen pasatiempo. Desde
ahí, podía escuchar el ruido de los coches y los viandantes, amortiguado
por el grueso cristal de las ventanas, sólo superado por la respiración
profunda y acompasada de Maca. Realmente le parecía increíble que a
alguien que le costara tanto dormirse por las noches, pudiera hacerlo
tanto por la mañana. Era cierto que se habían dormido tarde, pero
prácticamente era la hora de la comida, y la médico no parecía tener
intención alguna de despertarse. Sin ser consciente de lo que hacía,
341
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿No tienes nada mejor que hacer? –soltó ella mientras buscaba su ropa
interior.
342
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
que la abogada pasara más de dos días seguidos con la misma persona,
y por lo que parecía, llevaba haciéndolo casi una semana.
Por su parte, Maca tampoco estaba siendo muy discreta respecto a sus
amigos, ya que prácticamente no devolvió ninguna de sus llamadas, ni
contestó los mensajes que le llagaban proponiéndole algún plan. Y
aunque los escarceos de la médico fueran usuales, siempre tenía tiempo
para sus amigos, algo que ella se había encargado de dejar claro,
diciéndoles una y otra vez, que sus “chicas”, como solían llamarlas, eran
algo secundario cuando las comparaba con ellos.
-Que te digo yo que le pasa algo –le repitió Anna por enésima vez en
aquellos escasos cuatro días, a un desinteresado Jero que se limitaba a
fingir que la escuchaba mientras se entretenía leyendo de forma
disimulada los titulares del periódico.
-¿Por qué no? –quiso saber él, más para quedar bien que no con la
intención de querer saberlo.
-No querrás decir que ahora está enamorada de alguien, ¿no? –dijo la
veterinaria girándose de repente, para mirarlo de forma suspicaz-, ¿tú
sabes algo?
343
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-No digas tonterías –le espetó éste cogiendo el periódico para poder
leerlo al fin, pensando que su mujer se había vuelto definitivamente una
paranoica.
-¡No lo son! –se defendió ella-, en realidad es lo que más cuadra… Fíjate,
el sábado desaparecieron ambas con escasos minutos de diferencia,
Guille me dijo ayer que Eva le había contado que Esther hacía días que
apenas aparecía por su casa, y ninguna de las dos da explicaciones
acerca de qué es lo que hacen…
-No vas a conseguir distraerme –le advirtió Maca sin moverse de encima
de ella-, es mío, yo lo compré…
344
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
pierna entre las suyas, para ejercer presión con el muslo en una parte de
la anatomía de la médico que provocó que ésta se mordiera el labio de
forma involuntaria.
-¿Y qué les vas a decir? –quiso saber Esther con una sonrisa.
-¿Y les digo también que no tiene abuela? –preguntó Maca de forma
burlona-, ¿o mejor lo dejo como un pequeño secreto entre nosotras?
345
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Maca… -se quejó notando como su cuello era invadido por besos
húmedos.
-Cinco días en los que mi cama será demasiado grande para mí sola –
añadió ésta con una sonrisa.
-¿Sólo me vas a echar de menos por eso, por calentar tu cama? –quiso
saber la abogada antes de dejar escapar un profundo suspiro al notar los
dedos de Maca perdiéndose en su interior.
No era hasta una hora más tarde, cuando la abogada salía de forma
apresurada del portal de la cirujana, maldiciéndose por no haber podido
resistirse a esa ducha compartida, que provocaría de forma irremediable
su retraso. Todavía con el sabor de Maca en sus labios, metió su equipaje
en el maletero del taxi que la esperaba aparcado en doble fila, y llamó a
su madre para informarla de que llegaría tarde al aeropuerto, llevándose
un buen sermón por su parte.
346
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
retrovisor.
-Perdón… Pero es que lleva la blusa mal abrochada –se excusó éste
volviendo su mirada a la carretera.
Poco más tarde, después de haber dejado la moto en la plaza que estaba
reservada para el uso exclusivo de la directora, Maca cruzaba las
grandes puertas automáticas de cristal. Cuando saludó a las dos
recepcionistas, le pareció ver algo extraño en la sonrisita nerviosa que
intercambiaron una vez ella estuvo a unos cuantos metros. Pensó que
seguramente sólo serían imaginaciones suyas, por lo que siguió con su
camino hacia los ascensores, sin reparar en que todos los pacientes y
personal la observaban con gesto extrañado cuando pasaba por su lado.
Sin embargo, al entrar en la sala de descanso de los médicos, tuvo que
admitir que algo raro estaba pasando, puesto que algunos la miraban
fijamente, unos con una sonrisa divertida en el rostro, y otros
boquiabiertos, mientras que el resto cuchicheaban entre ellos.
-¿Qué pasa? –quiso saber ella sin entender a qué venía aquel
comentario.
-No le hagas caso –intervino Cruz que había sido la única que había
seguido con su tarea después de la llegada de su jefa.
-Juzga tú misma –le dijo él con una amplia sonrisa, a la vez que le tiraba
una revista.
-Mierda –murmuró ella al ver como una foto de ella misma presidía la
portada de aquella publicación. En ésta se las veía a Nuria y a ella
abrazadas, mientras la modelo le susurraba algo al oído. Obviamente
347
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Qué piensas hacer? –le preguntó la maxilofacial una vez cerró la puerta
de su despacho detrás de ellas.
-Ya lo sé, sé que dirán que he estado liada con ella desde que fue mi
paciente, y vete a saber tú cuantas memeces más. Pero yo no puedo
hacer nada al respecto…
-No –se negó Maca de forma rotunda-, con eso sólo conseguiría darle
más importancia de la que realmente tiene, como tampoco pienso
empezar ningún absurdo juego con los medios.
-En eso tienes razón, pero no me puedo creer que no vayas a hacer nada
–insistió Cruz.
348
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Nos las han dado a cambio de una exclusiva mía con esa revista –
explicó ella-, en la que obviamente diré que tú no eres más que una
buena amiga y que nunca hemos tenido nada.
349
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¡A ti! Abrazada con una mujer que ha resultado ser la modelo de moda
–la informó su padre elevando la voz, por lo que ella tuvo que bajar el
volumen del teléfono si no quería quedarse sorda.
-No, no quiero que me expliques nada. Sólo quiero saber por qué estás
en esa revista, y por qué tengo once mensajes en el buzón de voz de
Javier Sotomayor y de tres amigos míos –la cortó él-, ¡once!
-Estoy en esa revista porque bailé con una amiga en un pub –le explicó
empezando a enfadarse ella también-, una amiga que resulta que es
modelo, pero con la que no me une nada más. Y en cuanto a las
llamadas de tus amigos y el imbécil de tu sobrino, no te lo puedo
explicar, pero seguramente se debe a que son unos morbosos.
350
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-No pienso hacer eso, ¿no ves que lo que quieren es que les siga el juego
y les dé más oportunidades para hablar del tema? –se negó Maca.
-Creo que te has pasado –opinó Teresa mirándola con gesto reprobador.
-¿Dejarte? Venga ya, Maca, que ni siquiera estáis juntas –soltó en voz
alta-, joder, y todavía no hemos hablado acerca de qué es lo que hay
entre nosotras…
Y era cierto, puesto que ambas habían procurado huir del tema siempre
que estaban juntas; de hecho, era entonces cuando se olvidaban de que
todavía había algo pendientes entre ellas de lo que debían hablar. Cada
tarde, cuando estaba en el trabajo, no dejaba de pensar en posibles
maneras de sacar el dichoso tema, pero al llegar a casa y encontrarla
ahí, o tener que esperarla mientras hacía la cena, esa idea desaparecía
351
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Cinco minutos antes de las seis, hora en la que tenía previsto marcharse
a su casa para ir a recoger la maleta e ir a por Claudia –con la que haría
el viaje-, Teresa le informó de que Javier había solicitado que pasase por
su despacho cuando le fuera posible. Sintió como una oleada de rabia de
apoderaba de su cuerpo, al ser consciente de lo que podían llegar a
significar aquellas palabras, puesto que obviamente, como subordinado
suyo, era él el que tenía que ir a su despacho si quería hablar de algo, y
no al revés. Le pidió a la secretaria que llamase a Javier para preguntarle
si su presencia era requerida por temas médicos, y al recibir una
respuesta negativa, cogió un par de informes que acabaría de completar
en casa, recogió su despacho, y se despidió de Teresita con un cariñoso
abrazo, no sin antes hacerle prometer que ella y Manolo irían a
visitarlos.
-Hay cinco compañeros míos que me han pedido un autógrafo tuyo –fue
el saludo de Claudia, después de que ésta hubiera dejado su maleta en
el portaequipajes, veinte minutos después de la hora acordada, en los
que Maca la estuvo esperando pacientemente dentro del coche.
-No pienso salir por ahí –le espetó ella cogiendo torciendo por una calle,
mientras le hacía un gesto con la mano a un conductor que había dejado
la furgoneta justo después del cruce-, sólo se puede ir a cincuenta, y
está lleno de semáforos.
-¿Y por dónde piensas ir? –quiso saber Claudia son sorna como si no
hubiera otra oportunidad.
-Pues por Gran Vía y allí cogeré la AP-7 dirección Gerona, ¿te parece
bien? –repuso ella con tranquilidad.
-Teniendo en cuenta que apenas sabes ir por las calles que rodean tu
casa, no voy a darle mucha importancia al hecho de que no estés de
352
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
acuerdo conmigo –le espetó Maca esbozando una sonrisa-, y quita esta
canción, es horrible.
“Ya estamos, joder” pensó Maca a la vez que apretaba con más fuerza el
acelerador de forma inconsciente, aumentando así, la velocidad del
coche. “Mierda de vacaciones que me esperan…” añadió su mente,
notando como su cuerpo le pedía llegar de una vez a la autopista para
poder alcanzar la velocidad que deseaba. “No, si al final será verdad eso
de que echarías de menos a Esther” repuso su conciencia de forma
repelente.
353
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Sí, sólo que me has pillado de improvisto… -se apresuró a contestar ella
mientras intentaba recuperar la respiración-, pero tienes razón, es una
teoría completamente absurda y descabellada.
-Sólo estará aquí durante el fin de semana –dijo Maca-, ella tiene las
vacaciones a finales de agosto. No quieren cerrar el despacho, aunque
en agosto no haya mucho movimiento.
354
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Sin esperar una respuesta por parte del perro, se incorporó y empezó a
andar lentamente alejándose de la casa. Esbozó una leve sonrisa al
notar la presencia del animal a su lado, mientras escuchaba como el
hueso crujía entre sus dientes. Anduvieron durante algunos minutos
más, hasta que divisaron una hamaca que se encontraba colgada entre
dos árboles que la naturaleza había hecho que crecieran relativamente
cerca. Agradeció que su padre no estuviera allí, puesto que no le hubiera
gustado mucho que se hubieran olvidado de guardarla en su última
visita. Parecía que aquella tela se resistía al paso del tiempo, ya que a
pesar de la tramontana, tan frecuente en esa zona, se mantenía en buen
estado. Se apuntó mentalmente que debían lavarla, puesto que el tono
amarillento que había adquirido distaba mucho del blanco impoluto que
tenía antes, aunque quizás lo más lógico sería comprar otra. Sin
importarle mucho lo sucia que estaba, se tumbó en ella, y ni siquiera se
inmutó al notar un leve crujido de la tela cuando lo hizo. Al cabo de unos
minutos, -en los que la modorra del viaje empezaba a hacer mella en su
cuerpo y había permanecido con los ojos cerrados, disfrutando de la
suave brisa de aquella hora y acariciando de forma distraída la cabeza
de Bond, que dormitaba dejando escapar algún ronquido de vez en
cuando-, el móvil empezó a vibrar en su bolsillo. Sin abrir los ojos,
descolgó el aparato con pereza y lo llevó a su oído.
355
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Lo siento, es que estaba casi dormida –se disculpó Maca cambiando su
tono de voz-, hola…
-Pues aquí, vagueando con Bond. Que ahora que lo pienso, el resto ya
debe haber llegado y es probable que me están criticando por haberme
escaqueado… -le contó la médico-, ¿qué tal todo por ahí?
-Pues ya me los darás, porque mi padre no creo que esté por la labor…
-soltó Maca acompañando sus palabras con un suspiro.
-Es que ya te vale –se rió Esther-, mira que dejarte fotografiar en un pub
de ambiente en actitud cariñosa con una modelo…
-Te recuerdo que no fue más que un juego para ponerte celosa –la cortó
la cirujana.
-Por cierto, ¿qué te han parecido las fotos? –la pinchó Maca.
-Que el fotógrafo no tiene muy buen pulso a juzgar por lo borrosas que
están, y que no ha sabido sacar tu mejor lado…
-Tengo que admitir que no estás nada mal, a pesar de que competir con
una modelo no sea fácil –reconoció Esther-, y te lo digo yo, aunque
obviamente la ganara de carrerilla…
-En eso sí tienes razón, porque no creo que tu padre esté para darte
356
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Una oleada de brisa la hizo estremecerse, puesto que, a pesar del buen
tiempo, hacía ya un buen rato que había anochecido. El cambio de
temperaturas entre el día y la noche, había sido siempre el problema de
aquella zona, sin contar, obviamente con la tramontana que a veces se
hacía insoportable. Pensó que ya era la hora de volver, algo que no le
hacía demasiada ilusión, ya que sabía que le esperaba una buena
regañina por haberse escaqueado, que seguramente estaría seguido de
un interrogatorio sin piedad. Esbozó una sonrisa al pensar en sus
amigos, y en lo mucho que los quería. Siempre habían sido muy
importantes para ella, demasiado, según su padre, quien opinaba que al
final, con los únicos que se podía contar era con los miembros de la
familia. Por su vida habían pasado muchas personas, algunas de las
cuales seguían estando en su vida, pero nunca habían llegado a tener
tanta influencia sobre ella como esos cinco. Marta, quien nunca se
enteraba de nada y siempre andaba en su mundo particular, provocando
las bromas del resto; Joan, el radar personificado que siempre se
357
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-La discreción no acaba de ser lo tuyo, ¿verdad? –le espetó ella de mal
humor sentándose a su lado-, ¿cómo anda la cena?
358
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
nada –se defendió Maca-, voy a por una cerveza –añadió pasando por el
lado de su amiga sin tan siquiera mirarla.
-Con saber que mis pacientes y sus seres allegados lo disfrutan mucho
más que una casa o un cuadro, me conformo –le espetó esbozando una
sonrisa.
359
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-No tanto, a juzgar por ciertas fotos tuyas que he visto con una antigua
paciente tuya –la pinchó Anna provocando las carcajadas del resto.
-¿Qué fotos? ¿Por qué lleváis todo el día hablando de fotos? –quiso saber
Marta que era la única a quien el comentario no le hizo gracia,
comentario que arrancó más risas todavía.
-En eso tienes razón –la apoyó Anna que, con ese comentario vio el cielo
abierto-, hablando de eso, ¿es ella la causa de que pases de nosotros?
-Yo no hago eso –replicó Maca con indignación-, vale que no hemos
quedado en toda la semana, pero os he llamado cuando vosotros lo
habéis hecho, y no es que haya desaparecido precisamente.
-¿No te has parado a pensar que quizás es porque estos días casi no
tenemos trabajo? ¿O que estaba cansada? –insistió la médico con
cansancio.
-Pero como te conocemos tan bien y sabemos que si fuese por eso nos
habrías llamado, también somos conscientes de que estás mintiendo –
intervino Joan.
-Vale, pues sí, lo que vosotros digáis –aceptó Maca de mala gana,
recostándose en la silla-, ¿qué queréis saber?
360
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¡No! Por favor –respondió Maca indignada-, ¿Bea? ¿Cómo habéis podido
pensar eso?
Si bien era cierto que ya lo había oído, hacerlo por segunda vez tuvo los
mismos efectos que la primera, puesto que parecía no aprender y se
empeñaba en beber algo justo cuando sus amigos soltaba aquella clase
de bombas. Así que volvió a atragantarse de nuevo, aunque esta vez
con la cerveza, algo que no fue nada agradable, provocando las risas de
sus amigos, el sonrojamiento de Anna, que había sido la artífice de la
teoría, y una leve sonrisa de Laura que se limitó a mirarla fijamente,
como si le estuviera confirmando que efectivamente sospechaba algo.
361
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Bueno, no se tiene que ser demasiado listo para atar cabos, ¿no te
parece? A ver, ambas estáis algo desaparecidas, aunque de hecho,
Esther lo está mucho: podría contar con los dedos de la mano los
minutos que ha pasado en casa esta semana… Tú no quieres revelar la
identidad de la misteriosa mujer, y ella cometió la equivocación de
cambiar el nombre de la tía con la que pasa las noches.
-Sí, por la tarde me dijo que pasaría la noche en casa de Julia, y por la
mañana me habló de Victoria. Así que puede decirse que la chica muy
hábil no ha sido -se rió Laura-. Además, tengo que reconocer que os vi
abrazadas en el pub… -añadió encogiéndose de hombros.
-Ya… -murmuró Maca-, y luego ambas nos fuimos y sumaste dos más
dos.
-Pues si tengo que serte sincera, no lo sé… Sólo te diré que te andes con
cuidado. Esther es muy amiga mía y la quiero mucho, pero ambas
sabemos como es; he visto pasar muchas chicas por su vida que han
intentado cambiarla sin conseguirlo…
-Pero es que yo no quiero cambiarla –replicó Maca-, sólo quiero estar con
ella como ahora.
-Te mentiría si te dijese que no. No voy a contártelas porque creo que
362
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
eso es algo que debe hacer ella, pero Esther tiene sus razones para
comportarse como lo hace, y tienen que ver con el miedo ese que tiene
para decírselo a su familia. No hemos hablado demasiado del tema, pero
creo que ella piensa que si se ata demasiado a una persona, si traspasa
esa línea y luego no es capaz de darle a esa persona lo que ella le pide –
que oficialicen su relación-, sufrirá, y es eso precisamente de lo que
huye Esther.
-No, pero es lo que hay. Me caes bien, te aprecio mucho, y es por eso
mismo por lo que quiero que seas realista y no te montes una película
que luego no se va a cumplir… Mira, he visto a bastantes mujeres
marchándose de mi casa llorando, más de las que a mí me hubiese
gustado; y otras tantas cruzarle la cara a Esther cuando nos las hemos
encontrado en algún sitio…
-Yo nunca haría eso, no soy de montar numeritos –la cortó la médico.
-Lo sé, pero me gustaría evitar que pudiese darse la situación en la que
tuvieras ganas de hacerlo –replicó Laura-, si eso es posible aún… -añadió
en un susurro-, bueno, creo que es hora de que me vaya a la cama.
Buenas noches, Maca.
Lo que no sabía Maca era que Laura no había sido del todo sincera con
ella. Como le había dicho a la médico, había visto a bastantes mujeres
pasar por la cama de su amiga, sólo eso. Las relaciones de Esther se
habían basado siempre en eso, puesto que ella siempre decía que para
hablar ya tenía a sus amigos, y que era precisamente lo que no podía
tener con ellos, lo que buscaba en aquellas mujeres. Pero lo que había
visto en su amiga cuando estaba con Maca no se parecía a aquello ni
mucho menos; quizás era porque entre ellas ya existía una relación
previa, o quizás porque en esa ocasión Esther sí empezaba a cruzar
aquella línea. Pero cualquiera que fuera la razón de aquel cambio, que
podía no ser más que simples imaginaciones suyas, no quería darle
falsas esperanzas a Maca, y si le revelaba sus sospechas podía muy bien
ser que se las diera. Así que decidió esperar a los sucesos venideros,
puesto que, al fin y al cabo, su amiga regresaría en cuatro días y, según
363
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Cómo si una amiga que crees que confía ciegamente en ti, te miente
descaradamente? –añadió Anna ante la mirada sorprendida de todos,
mientras Maca ponía los ojos en blanco cubiertos por las gafas de sol.
-Si papá nos viera así, le daría un síncope… -comentó Jero llegando hacia
allí con otra cafetera, refiriéndose al hecho de que estaba desayunando
a las doce del mediodía y todos en pijama.
364
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-No, más bien me refería a que tu cuñada y mejor amiga tenga el valor
de mentirte una y otra vez sin inmutarse –la desafió la veterinaria sin
estar dispuesta a dar su brazo a torcer.
-Vale, me ha quedado claro, soy muy mala persona… ¿Pero sabes qué?
Por eso mismo no te voy a contar lo que quieres saber –le espetó antes
de acabarse lo que le quedaba del café de un trago y levantarse de la
silla-, me voy a la piscina…
Mientras tanto, en Londres parecía que la lluvia había decidido dar una
pequeña tregua, siendo sustituida por un sol inclemente que provocó el
aumento de la temperatura en varios grados. Además de recuperar el
tiempo perdido con sus sobrinos, Esther aprovechó para reunirse con
algunos conocidos que vivían en la capital inglesa. Una de ellos era una
antigua compañera de la facultad, quien llevaba establecida ahí cerca de
cinco años y no tenía la más mínima intención de volver a su país de
origen. La tarde del domingo, ambas se encontraban tumbadas en el
césped exageradamente verde de Regent’s Park, justo enfrente del
pequeño estanco, observando de forma distraída como las barcas que se
podían alquilar se deslizaban tranquilamente por el agua. Esther giró
levemente la cabeza para dar con el paradero de su sobrina, quien en
aquellos momentos se distraía con un par de ardillas que aprovechaban
365
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Quién nos iba a decir a nosotras que estaríamos aquí con tus sobrinos,
¿eh? –comentó Emma esbozando una sonrisa.
-¿Lo dices por estar en Londres o por qué mi hermano tenga dos hijos? –
preguntó ella entre risas.
-No era lo mío –se limitó a explicar Esther mientras algunos de los
momentos que pasó en esa misma ciudad como abogada de uno de
aquellos despachos-, creo que me agobié con tanta gente en una misma
planta… Pero reconoceré que si en la facultad me hubiesen dicho que
iba a dejar mi puesto en uno de los bufetes del Magic Circle*, hubiera
muerto de la risa…
-¿Pensáis aceptarla?
-Y yo sigo sin entender como pudiste salir con eso –opinó su amiga
dibujando una mueca de asco-, vale que estaba bueno y todo eso, pero
como persona dejaba bastante que desear. ¿Ahora no hay nadie en tu
vida?
-Algo hay, pero ya me conoces. Me pongo a temblar cada vez que oigo la
366
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Casada?
-No, mi hermanastra.
-El tonto… -dijo sin querer dar más explicaciones de las necesarias-, se
conocieron porque Nuria fue su paciente y la semana pasada nos la
encontramos en un pub, bailaron un par de canciones y aquí se acaba la
historia.
-Bien, muy bien. Nos lo pasamos bien juntas, no sé, en parte es extraño
porque es como si tuviera una amiga durante el día con la que me
acuesto por la noche...
-A eso se le llama relación, Esthercita –se rió Emma-, ¿y por la noche qué
tal?
367
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
revistas con una modelo, y a la vez es un putón, ¿voy bien? –la pinchó su
amiga.
-Algo así, pero no es un putón. Digamos que… No sé, es ella, sin más…
-la corrigió Esther-, el problema es que siento que las cosas se están
embalando demasiado…
No fue hasta las siete de la tarde, cuando Esther bajó del coche de Pedro
Wilson y entró en el portal con pasos cansados, mientras arrastraba de
mala gana su trolley. Agradeció que Laura no estuviera todavía en casa,
puesto que lo último que le apetecía en aquellos momentos era tener
que contar con todo tipo de detalle lo que había hecho en Londres, y
mucho menos, escuchar con fingido interés lo bien que se lo había
pasado ella en la casa de veraneo de los Wilson. Sin molestarse a
deshacer la maleta, se dirigió directamente al baño con la intención de
regalarse una larga ducha a poder ser con el agua relativamente fría.
Aquellos días en Inglaterra le habían hecho olvidar las altas
temperaturas de la ciudad condal, por lo que la oleada de calor que
había impactado en su cara al salir del aeropuerto había sido una
sorpresa realmente desagradable. Exhaló un profundo suspiro al pensar
que al día siguiente le esperaba un nada tentador viaje en coche de
cerca de dos horas, que gracias a que Pedro y Encarna se habían
escaqueado, debería hacer sola. Al salir de su ducha reparadora, se
vistió con lo más ligero que encontró en su armario –unos pantalones
cortos y una camiseta de tirantes-, y se tiró encima del sofá, dispuesta a
ponerse al día de los programas de televisión que hacían a aquella hora.
Hacia las ocho, la puerta del piso se abrió dando paso a unas voces que
parecían discutir. Esther, adormilada y sin ser consciente de lo que
ocurría a su alrededor, se dio la vuelta en el sofá, quedando de cara al
respaldo. Aprovechando el cansancio de su compañera de piso, Laura
intentó disuadir a Eva de que quedarse a cenar era una buena idea,
puesto que aquéllo echaría por tierra sus planes de hablar seriamente
sobre Maca y lo que pretendía con ella. Pero su socia pareció no
entender la razón de su interés, así que cogió el teléfono y llamó al
368
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
restaurante chino para pedir que les trajeran la cena. De este modo, a la
mañana siguiente, Laura se despidió refunfuñando de Esther, no sin
antes sucumbir ante aquella parte de su ser que le insistía en querer ser
la razón de su amiga.
-¿Cómo…?
-Pues ya ves. Me voy que sino llegaré tarde –le dijo dándole un beso en
la mejilla-, que tengas un buen viaje y disfruta.
369
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
junto al suyo.
-Ven aquí, anda –le ordenó atrapando su cintura con el brazo en el que
sostenía el cigarrillo vigilando de no quemarla, para atraerla hacia ella y
hacer que se sentara en sus piernas.
-Maca… Nos van a ver… -le dijo sin mucho convencimiento entre besos,
cuando notó la lengua de la médico adentrarse en su boca.
-No hace ni diez minutos que se han ido a hacer la siesta, y su media es
de cuarenta minutos como mínimo –contestó la cirujana, deteniendo sus
besos por un instante para observarla fijamente a los ojos.
-Entonces, les diremos que durante estos días en los que hemos estado
tan lejos nos hemos dado cuenta de que nos echábamos de menos y
que es una tontería el no hablarnos –repuso Maca.
-Porque justo al lado están Joan y Jaime –contestó ella-, pero podemos
aprovechar para ir a dejar tu equipaje en la casa de invitados y de
paso…
370
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
pronto el mismo destino. Las manos de Maca, más rápidas que sus
homónimas, descendieron por el cuerpo de Esther, acercándose
peligrosamente a su centro. En el momento preciso en el que sus dedos
se adentraban en aquella humedad, una voz proveniente del exterior de
la casa surgió de la nada.
-¿Esther? –la llamó por segunda vez quien identificaron como Anna.
-Dile que te estás cambiando y que ahora sales –le susurró ella al oído.
Con voz entrecortada, la abogada hizo caso a sus más bajos instintos
antes que a su razón, y llevó a cabo lo que Maca le había dicho.
Escucharon como la veterinaria entraba en la casa y se quedaba en el
salón, donde encendió la tele a juzgar por el ruido. Agradecieron en
silencio aquel gesto, y que ambas hubieran tenido la precaución de
cerrar la puerta del dormitorio al entrar. Pocos minutos más tarde, Esther
estallaba en un orgasmo que fue silenciado por los labios de la médico.
-Joder, parece que tenga quince años –se quejó Maca mientras recogía
su ropa del suelo y se la ponía a toda prisa.
-Espero que con esa edad no hicieras esto… -soltó Esther mirándola con
una ceja alzada.
-Eh… Sí, es que el viaje ha sido un poco pesado y nada más llegar me he
371
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Tranquila, esta época a veces es como una pesadilla. Por cierto, ¿has
visto a Maca?
-Sí, ha sido ella la que me ha dicho que viniera aquí, pero luego se ha ido
a ver a los perros o algo así.
-Pues es raro, porque acabo de estar allí… Aunque quizás haya ido a los
establos –repuso una Anna pensativa-, bueno, voy a ver si la encuentro,
¿vale?
-Entonces, nos veremos allí. Esther, ¿seguro que estás bien? –volvió a
preguntar antes de salir de la casa.
-Sí, sí, claro. Nada que no se arregle con un buen baño –respondió ella
con una tranquilidad que no tenía-, de agua fría, muy fría -añadió una
vez la puerta se hubo cerrado.
372
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Anna tiene razón, eres como una niña –la pinchó Esther con una sonrisa.
-Vaya, gracias por el cumplido –soltó Maca con sorna-, suerte que no
somos del todo normales…
373
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Poco después el resto del grupo llegó a la piscina alertado por los gritos
que llegaban hasta la casa. Todos se quedaron sorprendidos al
encontrarse a los dos hermanos persiguiendo a la abogada por la
piscina, por lo que miraron a Anna de forma interrogativa en busca de
una explicación coherente, gesto al que ella respondió encogiéndose de
hombros dando a entender que no sabía mucho al respecto. En un
momento determinado de la tarde, aproximadamente una hora más
tarde, los tres decidieron salir del agua, principalmente porque se
estaban quedando como pasas. No obstante, poco después, Maca, que
no era muy dada a permanecer mucho tiempo tumbada tomando el sol,
empezó a impacientarse y a preguntar al resto si querían acompañarla
de nuevo a la piscina, recibiendo respuestas negativas por parte de
todos.
374
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Ni se te ocurra hacer lo que estés pensando –la amenazó sin abrir los
ojos aún, justo antes de notar como una considerable cantidad de agua
impactaba sobre su rostro.
-No tiene mal gusto la chica –observó Jero con una sonrisa-. Deberíamos
llamar a Miquel ya, porque sino no tendremos sitio ni en el patio trasero.
Y mejor que lo haga Maca, que siempre ha sido la niña de sus ojos…
375
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Suerte que Miguel tuvo la sensatez de comprar esa parcela justo al lado
del restaurante cuando aún se podía y convertirla en parking –comentó
Maca pensando en alto.
376
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Casarme? –la cortó él entre risas-. No, creo que eso se lo dejo a tu
padre. Yo siempre he sido hombre de una sola mujer…
-No creo que sea ella –dijo ella perdiéndose en la risa de Esther-. Y
aunque lo fuera, es complicado, demasiado como para que pueda
funcionar.
-Nadie dijo que sería fácil, hija. De hecho, nada de que realmente valga
la pena lo es. Yo no supe lo que era el amor hasta los cuarenta, cuando
ya ni siquiera tenía la esperanza de encontrar a esa mujer, pero un día
llegó al pueblo cierta persona que huía de la ciudad y me quedé
embobado. Tengo que admitir que me costó lo suyo que aceptara cenar
conmigo, pero un año más tarde se convirtió en mi mujer, y veinticinco
después, dos meses antes de que pudiéramos celebrar nuestras bodas
de plata, se fue tal y como había llegado.
-¿Sabes? Acabas de echar por tierra la visión que tenía de los machos
hasta ahora –bromeó Maca apoyando la cabeza en su brazo.
377
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Como siempre solían hacer, fue Miguel quien eligió los platos que les
serviría, presumiendo acerca de lo mucho que conocía los gustos de los
dos hermanos y encantado de ofrecerles el pescado y marisco de la
mejor calidad que tenía y que, como cada día, había ido a comprar a la
lonja de Palamós. Obviamente, no faltaron las gambas, el producto
estrella del pueblo, como tampoco escaseó la cantidad, a pesar de que
Anna y Claudia se quejaran argumentando que si seguía llevándoles
comida, no tendrían espacio alguno en el estómago para saborear
alguno de los pasteles que hacía la sobrina de Miguel.
-Pues yo creo que te tendrás que aguantar porque todavía queda algo –
dijo Miguel apareciendo de repente con un pastel de chocolate en sus
manos y dos velas rojas que formaban un 33.
-Oh, mierda –se quejó Claudia tapándose la cara con las manos-. Sois
crueles, creí que habíais olvidado que era mañana…
378
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
379
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
que cinco minutos más tarde, las palmas de sus manos entraban en
contacto con la madera que cubría las barras de hierro. Mientras, Maca
la observaba divertida con una ceja alzada, como si le dijera de forma
silenciosa que no sabía qué estaba haciendo allí si estaba totalmente
claro que les iban a dar una paliza. Cuando la abogada levantó la
mirada, se limitó a sonreír con tranquilidad y templanza, haciéndole una
señal a Jero con la cabeza para que tirara la bola dentro del campo.
-Sí, y a pesar de eso habéis ganado –se rió el arquitecto, dando media
vuelta para unirse al resto del grupo, seguido de Guille.
-No sabía que sabías jugar –le dijo Maca una vez a solas.
380
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Verás, creo que tengo que contarte algo… -empezó a decir la médico
una vez hubo recuperado la respiración por segunda vez en aquella
noche, y acariciaba de nuevo la sedosa piel de la espalda de Esther.
-Cuando… Cuando lo de las fotos esas que salieron en las revistas, hablé
con Nuria… Bueno, quería aclarar el tema y eso… La cuestión es que me
comentó que aparte de esas imágenes, el paparazzi había tomado
otras… -explicó atropelladamente, para acabar con un profundo suspiro
381
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Cómo?
-¿Quién tiene esas fotos? –quiso saber Esther con voz seca,
incorporándose totalmente, quedando así sentada dándole la espalda a
la médico.
-Se las dieron al agente de Nuria. Los negativos también –contestó Maca
imitándola para quedar a su lado.
382
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-No lo sé, pero creo que sí –contestó la abogada de forma casi inaudible.
-Tenía veinte años –empezó a contar ella con una voz extrañamente
calmada-. Aquel verano había ido de viaje a Córcega con algunas
compañeras de la facultad entre las que se encontraban Laura y Eva.
Apenas fueron diez días, pero la coincidencia hizo que una amiga del
colegio de una de las del grupo se hospedara en el mismo hotel que
nosotras. Obviamente empezamos a salir todas juntas: hacíamos
excursiones por la isla, íbamos a la playa, salíamos de noche, no sé lo
típico. Patricia, una de las amigas de aquella chica, y yo congeniamos
muy bien en seguida… Y bueno, un par de días antes de la vuelta pasó
lo que supongo tenía que pasar: nos liamos. Una vez en Barcelona, nos
seguimos viendo bastante a menudo, creo que podría decirse que
estábamos juntas. Supongo que mi padre me vio más contenta de lo
normal, así que un día que estábamos solos en casa, me cogió por
banda y me preguntó si había algo que tenía que contarle. No sé si lo
sabes, pero para aquel entonces, él era la persona a la que más quería,
la más importante de mi vida. No me malinterpretes porque a mi madre
también la quiero mucho, pero él era algo así como mi objetivo a seguir,
nos adorábamos mutuamente. Así que obviamente me dejé llevar por la
alegría del momento y mi confianza ciega hacia él y le conté que me
había enamorado, que estaba saliendo con alguien y que ese alguien se
llamaba Patricia. Pero su reacción no fue la que yo esperaba: de repente
su sonrisa se borró, y se sustituyó por una mirada fría, de reproche e
incluso de asco, si no recuerdo mal. Se dio la vuelta y lo siguiente que
me dijo fue que nunca me faltaría de nada, que era mi padre y que tenía
la obligación de respaldarme económicamente, pero que empezase a
buscar un piso en el que vivir, y que llamase algún sitio donde poder
383
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Podría decirse que sí. Pero cumplió su promesa, porque nunca me faltó
nada. Me dio una tarjeta de crédito sin límites, me compró el piso en el
que ahora vivo con Laura, y siguió pagándome todo lo referente a los
estudios. Pero a cambio, sólo volví a casa por las fechas importantes, un
par de domingos cada mes y pocas veces más. Delante del resto de la
familia nos comportábamos de forma relativamente cordial, pero cuando
estábamos a solas ni siquiera me miraba. Y un año más tarde, se murió.
Lo último que vi en sus ojos fue reproche y decepción. Obviamente,
Patricia y yo ya no estábamos juntas; pero a partir de entonces, dejé de
salir con chicas, les dije a mis amigas que olvidaran mi lesbianismo y
empecé a salir con Raúl a la mínima oportunidad que tuve hasta que los
cuernos que me ponía fueron demasiado visibles.
-¿Y tu madre?
-Podría decirse que ella siempre ha evitado los problemas, así que
cuando la relación con mi padre cambió no dijo nada. Supongo que creía
que nos habíamos peleado y que no sería más que una riña, así que no
le dio demasiada importancia. En ese sentido es como el ejército
americano, sigue la máxima del “Don’t ask, don’t tell”.
-Lo siento.
-No tienes porque hacerlo, hace ya mucho tiempo que lo superé, pero no
quiero volver a ver esa mirada en mi madre o en mi hermano. ¿Sabes? Él
es muy parecido a mi padre, heredó su mismo carácter, por eso siempre
tuvieron problemas…
-Tú no sabes lo que es ver en los ojos de tu propio padre que siente asco
por lo que eres. Puede que el tuyo no se lo tomara muy bien al principio,
puede que siga sin parecerle del todo bien, pero al fin y al cabo te
respeta, y ha aprendido a quererte por lo que eres. Mi padre me dejó de
lado, me repudió como hija e incluso cambió el testamento para dejarme
384
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Por suerte, esto no ha pasado todavía, por lo que nunca he tenido que
dejar a nadie de la que estuviera realmente enamorada –concluyó Esther
con firmeza dejando claro que daba por finalizada aquella conversación.
385
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
toda la ciudad. Era una lástima que le gustara tanto el Martini, porque
sino no hubiese dudado en no volver a tomar otro en su vida. Cuando las
puertas del ascensor se abrieron, ya se había quitado la americana del
traje, por lo que la prenda no tardó ni dos segundos en estar colgada en
el perchero. Sin demasiada delicadeza, dejó el maletín junto al único
mueble del recibidor, y entró en el salón encontrándose con una escena
que le hizo esbozar una leve sonrisa: Maca estaba medio tumbada en el
sofá, presumiblemente concentrada en un libro que sostenía con una de
sus manos, mientras que en la otra sostenía una copa de vino tinto al
que le daba pequeños sorbos de vez en cuando. Se acercó de forma
silenciosa a ella y se sentó a su lado a la vez que, con un movimiento
quizás demasiado lento, apartaba algunos mechones de pelo que caían
sobre su cara y los dejaba detrás de su oreja.
-Ni sensaciones, ni nada, joder. ¿Acaso tus pacientes te dicen por dónde
tienes que abrirles? ¿A qué no? Pues esto es exactamente lo mismo –la
cortó Esther con enfado.
386
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Como si a ti te hiciera llorar algo –le espetó Maca levantando una ceja-.
387
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Ahora dime que nunca has sentido admiración por “la dama de hierro” –
soltó la médico mirándola con una ceja alzada.
-Joder, tengo que admitir que muchas de las medidas que tomó fueron
crueles, pero al fin y al cabo, no todo el mundo sería capaz de hacer lo
que hizo. Admiro que fuera capaz de defender sus ideas hasta tal punto
–se justificó Esther.
388
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Me parece increíble lo que hizo este hombre. No sé cómo se puede ser
capaz de casarte con una persona estando enamorado de otra…
-comentó Maca una vez se acabó la película.
-Me da miedo pensar que algo así puede suceder –murmuró Esther
dejando escapar un pensamiento en voz alta, sintiéndose identificada en
cierta forma con la situación.
-Pues puede, y según dicen es de las cosas más bonitas que se puede
sentir en la vida.
-¿Tú crees?
-Si te digo la verdad, la mayor parte del tiempo pienso que eso no son
más que historias que se nos cuentan de pequeños para que al menos
conservemos la esperanza en algo. O una utopía que nos empuje a
querer ser felices…
-Pues espero con ansias a que llegue un día en el que tú también puedas
contestarme, y que la respuesta sea afirmativa. Realmente lo espero –
soltó Maca levantándose del sofá con la intención de ir ya a la
habitación.
389
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Sí, sí. Sólo algo cansada… Llevo un día de locos, y Javier sigue dando
por saco con el tema dichoso de las fotos desde que volví de vacaciones.
-¿Quieres contármelo?
-No es que sea algo que me quite el sueño, ¿eh? De hecho, he sido
consciente de que Javier se siente como el director legítimo desde que
relevé a mi padre, pero hasta el momento no había estado tan nervioso,
ni tan activo como ahora –explicó con indiferencia como si quisiera
quitarle hierro al asunto-. Por cierto, el viernes que viene ya es el
concierto de Coldplay, ¿no? –comentó en un intento de cambiar de tema.
-Sí –contestó ésta con un atisbo de emoción en su voz, aunque sin estar
demasiado convencida de querer abandonar la conversación anterior.
-¿Y ya tienes pensado qué harás con las otra tres entradas?
-¿Yo? Jamás haría tal cosa –contestó Maca fingiendo indignación-. ¿Por?
¿Pensabas hacerlo?
-De todos modos, digo yo que quien te las regaló debería tener algún
tipo de ventaja o trato especial, ¿no?
390
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Ya pero…
-¿Entonces qué? Me reservo el viernes que viene, ¿no? –soltó con más
morro que otra cosa.
-Creo que tengo que acabar de pensármelo -se resistió Esther-. Aunque
con un poco de ayuda, quizás…
“-Mierda, Maca despierta –le dijo con voz nerviosa la abogada mientras
la zarandeaba sin ningún cariño-. Joder, joder… Anna y los demás están
aporreando la puerta…
-Diles que vayan tirando para la playa y que ya iremos más tarde –
contestó ella medio dormida aún, a la vez que se daba la vuelta con la
intención de seguir durmiendo.
391
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
“-¿Qué hace esta otra vez aquí? –escuchó que decía Esther de visible
mal humor.
-¿Estás celosa? –la pinchó con una sonrisa traviesa, aprovechando que
todos sus amigos se encontraban en el agua, y que la dependienta
todavía estaba demasiado lejos como para poder oírlas.
-Que me anduviese con cuidado contigo. Algún día tienes que contarme
con detalle porque todos tus ligues acaban con el corazón hecho trizas…
-Creo que tendré que mantener una seria conversación con ella acerca
de la fidelidad que deben profesarse las amigas y lo que se debe contar
sobre ellas.
392
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Acaso piensas vivir así hasta que tu madre se muera? –se sorprendió
cesando sus caricias de repente.
-Espero que seas consciente de que llevar una relación a largo plazo sin
contárselo a nadie es una situación inviable. Y que si sigues con tus
planes acabarás siendo una solterona con siete gatos, cuyo único tema
de conversación será acerca de los increíblemente complicados casos
que llevó cuando era la socia de un próspero bufete de abogados.
-Exacto.
393
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-En teoría deberíamos pasar por allí –dijo una Laura apesadumbrada
refiriéndose el inicio de aquella larga cola.
-O no… Quedaos aquí, ahora vuelvo –les ordenó Cris dirigiéndose con
decisión hacia un punto en concreto que resultó ser una chica a la que
saludó efusivamente.
-Poneos esto, anda –les dijo con una sonrisa radiante mientras les tendía
a cada una, una fina cuerda de la que colgaba un pase-. En teoría son
para los organizadores pero Rosa me ha dicho que no deberíamos tener
ningún problema para que nos dejen pasar antes que al resto.
-Vaya, parece que tus contactos son buenos, ¿eh? –observó Maca con
sorna.
394
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-A ti lo que te pasa es que te da rabia que no fuese una amiga tuya –le
espetó Esther acompañando sus palabras con una mueca.
-De hecho sí es una vieja conocida suya. Saliste durante un tiempo con
su hermana –intervino Cris-. No veas lo que me ha costado convencerla
para que me diese un pase para ti también.
-A cierta persona a quien le encanta que le den las gracias una y otra
vez –contestó la abogada haciéndose la dura, aunque dejó un beso en su
mejilla.
395
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Es cutre –la corrigió Maca de mal humor, mientras intentaba dar con
una silla que no tuviera una pata rota.
-Allí hay una que parece fiable –la ayudó Esther señalando con la cabeza
aquélla que parecía poder sostener su peso.
-Eso mismo has dicho con las otras dos y casi me caigo de culo al suelo –
le espetó la médico antes de ir a buscarla.
-Pues me extraña porque fue ella la que se empeñó en venir –dijo Esther
mirando a la médico que seguía peleándose con las sillas del local.
-Como si tú no tuvieras claro desde hace tiempo que querías que viniera
–soltó Laura recibiendo una mirada asesina por parte de la abogada, y
una de extrañada de la interiorista.
396
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Tres semanas más tarde, Cristina les dijo que había decidido sucumbir a
las insistencias de su madre e ir a pasar aquel fin de semana con sus
padres. Consciente de que la reunión que tenía con un cliente a última
hora de la tarde se alargaría, decidió llevarse el equipaje al despacho
para así no tener que volver a casa y no perder más tiempo del
necesario. Por ello, Maca no dudó en invitar a Esther a cenar aquella
noche, propuesta que ambas sabían que probablemente se alargaría
todo el fin de semana. Al fin y al cabo, debían recuperar el tiempo
perdido. De esta manera, la abogada se presentó puntual a las nueve
arrastrando un considerable trolley que provocó las burlas de Maca
acerca del poco significado que parecía tener para Esther la palabra
superfluo. “Nunca se sabe lo que se va a necesitar” contestó ella con
dignidad.
-¿Qué…? ¿Qué haces aquí? –preguntó Maca sobresaltada por aquella voz
que no esperaba, a la vez que se giraba para encontrarse a la
interiorista apoyada en el quicio de la puerta mirándola divertida.
-Al final me llamó una amiga a la que hacía tiempo que no veía y
397
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
quedamos para cenar e ir a tomar algo –contestó Cris-. Pero bueno, que
yo me voy en una hora, ¿eh? Así que te dejo el piso para que sigas
disfrutando de tu acompañante. Que, por cierto, tiene que ser muy
buena, porque menudos alaridos soltabas cuando llegué.
-Me gustaría preguntarte lo mismo, pero creo que sería algo absurdo –
contestó Cristina haciendo alusión a que la abogada no hubiese tomado
la precaución de vestirse-. En serio, Maca eres un desastre, al menos
podrías haberle ofrecido algo para vestirse.
-Buena idea, mejor voy a la habitación a coger algo –se apresuró a decir
la médico, deseosa de salir lo antes posible de aquella habitación en la
que no faltaban los cuchillos y demás instrumentos peligrosos.
-No, no tú te quedas aquí que creo que ambas tenéis que contarme algo,
¿no? –le ordenó Cris cortándole el paso con su brazo.
398
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-En ese caso, sólo te diré que empezó el mismo día en el que tú te fuiste
a Nueva York.
-Sí…
-¿Y?
¿Y qué?
-Y por eso mismo no voy a decir nada más al respecto –la cortó Esther-.
Sólo una cosa, como a tu enorme bocaza se le escape algo en presencia
de tu madre, te perseguiré hasta el fin de nuestros días, ¿entendido?
-Pues no será fácil, porque ella y tía Sole llevan unos cuantos días
insistiendo en el temita. Según ellas, la última vez que te vieron tenías
mejor aspecto…
-Eso tenía planeado, sí. De todos modos, con tu prima de esta guisa, me
superan mis propios impulsos, y francamente, no quiero que te
escandalices –contestó ella asomando su cabeza por un instante antes
de marcharse, aunque fue el tiempo suficiente como para que Esther le
tirara lo primero que tenía a mano que, por suerte, no era más que un
399
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
pañuelo de cocina.
-Eres… Eres…
Por suerte, las puertas del ascensor eran rápidas, por lo que cuando la
abogada hizo el ademán de abalanzarse encima de ella, seguramente
con el fin de estrangularla, Maca ya había desaparecido detrás de
aquellas gruesas placas de metal. Sintiéndose ridícula, Esther se dirigió
a la habitación de la médico para vestirse y, cuando lo hubo hecho,
volvió a la cocina para desayunar junto a su prima. Cristina, por su
parte, no olvidó el tema tan fácilmente por lo que siguió insistiendo para
que le contara los detalles más morbosos de su relación. Finalmente, al
ver que no conseguía su propósito, trasladó todas sus energías en reírse
de Esther y de la manera con la que Maca la manejaba, así como a
insinuar que si ella no le quería contar nada, podía muy bien ser que se
le escapase algo en presencia de su madre o su tía. Mientras, en la
cabeza de la abogada sólo había lugar para una sola idea, y era la
búsqueda de un plan maquiavélico para vengarse de Maca y de su
impertinencia.
-Así que no vas a contarme nada, ¿no? –dijo Cristina al fin, dándose por
vencida.
400
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Vale, vale… En ese caso, sólo dime una cosa y a cambio te prometo que
no seguiré con el tema y que mi boca no se abrirá en presencia de
nadie.
-¿Desde cuándo eres tan buena en la cama? Porque los alaridos que
soltaba Maca eran como para grabarlos y mandarlos a Cuarto Milenio –
quiso saber entre risas recibiendo como única respuesta una servilleta
que impactó contra su cara-. A no ser que… ¿Qué hacíais hacia las
cuatro de la madrugada?
-¿Tú te crees que en esos momentos estoy pendiente de la hora que es?
-Pues creo que era ella –contestó Esther con aparente tranquilidad
deseando acabar con ese tema y aparcarlo a un lado.
-De verdad, sois ambas de patada en la boca –se quejó Esther fingiendo
estar ofendida a pesar de que en el fondo la situación la divirtiese.
-Lo que tú digas, pero en el fondo nos quieres –soltó Maca apareciendo
de nuevo por allí, con una sonrisa radiante-. Vaya, ya habéis
desayunado. Y yo que había comprado cruasanes en la pastelería de
abajo…
401
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Trae aquí, que aún tenemos espacio para ellos –exclamó la interiorista
cogiendo la bolsa de papel-. Mujer, no le vamos a hacer el feo a la pobre,
¿no? –le dijo a Esther que la miraba con el ceño fruncido, a modo de
disculpa.
Habían pasado ya dos semanas desde que Cristina las pillara in fraganti,
como ella se encargaba de recordarles de forma regular a ambas. La
mayoría de las veces, la dos se tomaban aquellos comentarios con
humor; de hecho, Maca solía seguirle la broma y acababan debatiendo
entre risas acerca de las tendencias exhibicionistas que la abogada
parecía haber desarrollado en los últimos tiempos. Ésta, por su parte, se
limitaba a hacerse la sueca cuando ésto sucedía, fingiendo que estaba
demasiado concentrada con la película o el libro de turno como para
prestarles la menor atención. Aunque lo cierto, era que en el fondo la
situación la divertía bastante.
Aquel lunes por la mañana, el cielo las recibió nublado y de un tono gris
oscuro que no presagiaba demasiado buenos augurios. Aquella noche,
Esther se había quedado a dormir en el piso de Maca, puesto que el día
anterior había sido invitada por su prima a cenar, y al final se les había
hecho demasiado tarde como para volver a su casa.
-¿No vas a coger el coche? –quiso saber Esther al ver como la médico
llevaba las llaves de la moto en la mano.
-¿Y?
-Pues que va a llover y te vas a mojar. Eso sí, como me vengas diciendo
que te has resfriado, los calditos te los hará otra.
402
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Claro, ¿por qué te piensas que le dije a Cris que se viniera a vivir aquí? –
soltó Maca con sorna., mientras la aludida las miraba alternativamente
como si de un partido de tenis se tratara.
Cuando Teresa le dio el horario que tenía aquel día, se preguntó si todos
los años de estudio y de irse a dormir a altas horas de la madrugada
durante los exámenes había valido realmente la pena. Al fin y al cabo, la
tarea más emocionante de aquel día, era recibir a una paciente y
discutir con ella los últimos resultados de las pruebas que se solían
hacer antes de una intervención, y programar el día de ésta. El resto del
día, lo pasaría ocupada con otras nueve visitas, un montón de papeleo
atrasado que debía poner al día, una reunión con los del departamento
de nutrición y dietética para hablar de la compra de una máquina y,
probablemente, huyendo de Javier a la mínima que éste intentara
acercarse para darle la brasa.
Al llegar el fin del día, podía decirse que en general todo había salido
según lo previsto: había sido de lo más aburrido, las visitas habían
resultado de lo más normales, había conseguido reducir notablemente el
montón de informes atrasados, y la reunión bien hubiese podido basarse
en una mera llamada por parte del jefe de departamento, puesto que la
máquina no era nada del otro mundo, y se veía a la legua que no se
salía del presupuesto. Era en ocasiones como aquella, cuando se
preguntaba si el criterio de contratación que utilizaban los de recursos
humanos era el correcto; puesto que en su opinión, debería incluirse un
punto que demostrase que la persona en concreto no se ahogaría en un
403
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Qué quieres Javier? –le preguntó con voz cansada cuando su primo
abrió la puerta después de que Teresa informase de su presencia.
404
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Te estás equivocando, Maca. Tus ideales sólo llevarán a esta empresa a
la quiebra. Además, tengo que advertirte que, aparte de ese sector de
fieles que tienes, el resto estamos muy descontentos con tu manera de
llevar la Clínica.
-Me alegra oírlo, Javier. ¿Pero sabes qué? Para eso están las reuniones
mensuales con la junta de accionistas y los encargados de cada
departamento, en los que tú no estás incluido, todo sea dicho de paso.
Por lo que será en ellos donde se discutan estos temas. Y ahora, si me
disculpas, tengo mucho trabajo, que seguramente haré lo peor que
pueda para que así tú puedas seguir criticándome.
-Me encantará verlo, Javier. De hecho, estoy deseando ver como un niño
de papá que sólo mide medio metro cumple de una vez con sus
amenazas –repuso con una sonrisa prepotente y altiva, la misma que
había utilizado en toda la conversación.
-Nada, sólo le he dado vía libre para empiece a mover sus hilos –
contestó con una sonrisa marcada por la amargura.
405
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
“Parece que finalmente hoy vas a mojarte. P.D: Creo que me debes
varios masajes” consiguió leer a pesar de que la tinta estuviese
prácticamente corrida.
Como ya era de suponer, no fueron pocas las veces en las que tuvo que
aguantar las burlas de Esther y Cristina respecto a su poca capacidad de
predecir el tiempo. Aunque sobre todo era la primera quien más se
regodeaba en el tema, sacándolo sin cesar, sobre todo cuando tenía que
cumplir con la apuesta y darle los masajes debidos. Su pobre defensa se
basaba al principio en que el día anterior, el hombre del tiempo había
pronosticado un día soleado, pero debido al incremento de las burlas
que aquello supuso, se limitó a hacer oídos sordos y a seguir con lo que
hacía ignorándolas por completo.
-¿Estás muy cansada? –se interesó Maca dejando el libro a un lado, para
406
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Un poco… Pero vamos, que me doy una ducha y como nueva, ¿eh? –
repuso ella, aunque en vez de hacerlo, se recostó en su pecho y se dejó
rodear por su brazo.
-Ya, bueno. Pero no sé, podemos salir un ratito y volver aquí pronto, muy
pronto. Y nos quedamos encerradas aquí el resto del fin de semana.
¿Qué te parece? –le propuso besando su cuello.
-Lo tenías todo preparado, ¿eh? –observó Esther enarcando una ceja.
-Ya sabes que yo lo tengo todo siempre bajo control… -repuso la médico.
-Sólo una condición: que me prestes una mano con la ducha que
pretendo darme, ya sabes que no puedo llegar muy bien a mi espalda…
Algo después de las diez, una vez arregladas y tras haberse tenido que
dar prisa porque al final se habían entretenido más de la cuenta, salían
del garaje montadas en la moto de la médico dirección al famoso
restaurante. Al llegar, Esther la miró con el ceño fruncido esperando una
explicación al local que se encontraba enfrente de ellas.
407
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-No tan bien como tú, señora directora y cirujana de prestigio –repuso la
chica mirándola con una amplia sonrisa-. Te veo bien, ¿eh?
-Ya ves, una que no pierde su encanto –soltó con chulería a la vez que
abría los brazos como mostrándose en su esplendor-. Pero tú tampoco
estás nada mal.
408
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Encantada –la saludó la abogada levantándose para darle los dos besos
de rigor.
-Vaya, perece que al fin has sentado cabeza –observó Silvia dándole un
leve codazo a su amiga en las costillas-. ¿Hace mucho que estáis juntas?
–quiso saber provocando un ligero malestar en Esther, que se movió
intranquila.
-Pues desde que su madre y mi padre se casaron hará casi medio año…
-contestó Maca con una sonrisa cómica, percatándose del gesto de la
abogada.
-Claro, no te preocupes.
409
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
que le tenía al calor del verano, algo que la agobiaba sobremanera. Por
suerte, en el programa del tiempo habían asegurado que a partir de la
semana siguiente, el tiempo se estabilizaría, y que las temperaturas
empezarían a bajar conforme a la época del año en la que se
encontraban. Sin embargo, desde el chasco que se había llevado desde
aquel fatídico día en el que tuvo que regresar a casa completamente
empapada para encontrarse a Cristina y Esther esperándola muertas de
la risa, había decidido que nunca más volvería a confiar en ellos.
Por suerte, aquel día era sábado, por lo que hasta la noche no tenía que
moverse de casa, y probablemente no tendría que hacer ni eso puesto
que, en aquella ocasión, la cena que había organizado con sus amigos,
se haría en su casa y probablemente se quedarían allí si nadie se
empeñaba en querer salir. Hacía ya tiempo que Laura, Eva, Esther y Cris
estaban totalmente integradas en su grupo, aunque la primera era la
que menos salía con ellos, ya que prefería quedar con sus ligues y así
evitaba ponerse nerviosa con la actitud de su compañera de piso y
Maca, que no dejaban de soltarse indirectas que solían pasar
desapercibidas para el resto.
Como siempre, algo antes de la hora acordada, llegaron Anna y Jero con
la intención de ayudar a las dos anfitrionas. Sin embargo, poco más
tarde, se unieron a ellos Laura y Esther, por lo que acabaron los cuatro
sentados cómodamente en el sofá, mientras Cris acababa de poner la
mesa y Maca ultimaba los detalles de la comida. Ésta última no obvió el
comportamiento de sus invitados, por lo que no tardó en salir de la
cocina reprochándoles lo poco que la habían ayudado.
-En serio, es que no sé por qué os molestáis viniendo antes que el resto
–les espetó antes de darle un trago a la cerveza de Esther.
Como era habitual, el resto llegó más tarde de la hora acordada, por lo
que se llevaron la habitual reprimenda por parte de los que ya se
encontraban allí, aunque pareció que no surtía ningún efecto en los que
la recibieron. No tardaron mucho en estar todos sentados en la mesa
410
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Quieres algo? –le ofreció Maca a Anna cuando sacó varias botellas de
alcohol del armario.
-¿Te ocurre algo? Porque tampoco has bebido vino en la cena –se
preocupó la médico-. A no ser que… Espera, ¿estás…? ¿En serio? –
preguntó atropelladamente cada vez más emocionada.
-¿De cuánto? –quiso saber Claudia alzando la voz por encima del resto
de felicitaciones a los futuros padres.
-Así que en mayo tendré una sobrina, ¿no? –soltó Maca todavía abrazada
a su hermano, haciendo las cuentas.
-¿Os imagináis que es una niña y acaba con Santi? –comentó Claudia,
como siempre adelantando acontecimientos.
-Lo mismo digo respecto a mi niño –replicó ésta-. Que seguro que el
pobre acaba con el corazón destrozado…
-Si sale como la familia paterna seguro –intervino Esther provocando las
risas de todos menos de los aludidos.
411
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Pues eso, que la cosa va de que por turnos se hagan preguntas a las
que todos tendremos que responder, incluso el que pregunte –explicó
Claudia-. Por ejemplo, decidme el lugar más extraño en el que habéis
hecho el amor, cada uno tiene que contarlo…
Aunque algunos seguían sin estar muy de acuerdo con la idea, al final
acabaron accediendo a regañadientes. Así que empezó el juego y, los
temas que empezaron siendo más relajados fueron subiendo de tono
según la cantidad de alcohol que hubiese bebido el que hacía la
pregunta.
-A ver, ¿qué es lo más sensual que habéis visto en el último medio año?
–preguntó Cristina, mirando de reojo a su prima-. En mi caso es el
cuerpazo de un americano que se machacaba en el gimnasio. El pobre
era tonto a matar, pero estaba buenísimo.
412
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
novio piloto de Laura… No, en serio, creo que yo me decanto por alguien
vestido sólo con una camisa…
-¿Blanca, que le iba grande y le llegaba por los muslos dejando ver sus
piernas morenas en todo su esplendor? –especificó Cris con maldad ante
la mirada sorprendida del resto y una sonrisa triunfal por parte de Maca
que ésta escondió tras su copa-. Bueno, es que vi a esa persona de esta
guisa –aclaró para no crear confusiones.
-Mi mujer con el test de embarazo en la mano –dijo Jero provocando las
risas de todos y algunos comentarios que se referían a lo asqueroso de
la situación-. ¿Maca?
-Mirar a la cara de alguien a quien le hago el amor –soltó ésta con toda
tranquilidad, mirando de reojo a la abogada que enrojeció al instante al
notar los ojos inquisitivos de Laura y Cris clavados en ella.
Un par de horas más tarde, los que estaban más sobrios empezaron a
recoger el salón mientras los otros permanecían sentados siguiendo con
sus conversaciones profundas y de alto contenido intelectual. Con pasos
lentos, intentando controlar la bandeja llena de copas que llevaba en sus
manos, la veterinaria entró en la cocina encontrándose a Esther y a
Maca discutiendo acerca de la disposición del contenido del lavavajillas.
-Que te digo que si pones esos vasos ahí, cabrán tres más –insistió la
abogada ante la mirada enfurruñada de la otra.
-¿Pero es que no ves que no caben aunque les haga hacer el pino-
puente? –replicó la médico con paciencia.
-Me voy a acabar de recoger lo que queda –dijo Esther de forma más
seca de lo que realmente pretendía, escabulléndose de ahí.
413
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-No pienso hacer eso –se negó la directora tomando asiento junto a
Vilches, que permanecía igual de sereno que ella por desgracia para su
mujer-. Si lo hiciera, además de seguirle el juego al imbécil ese, sólo
conseguiría dividir la Clínica en dos bandos, y lo último que quiero es
una confrontación.
-¿Y piensas quedarte con los brazos cruzados? –se desesperó Cruz.
414
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Y qué piensas hacer respecto a esa reunión que ahora mismo se está
celebrando en la sala de juntas que tu propio padre construyó? –quiso
saber Cruz antes de que la directora abriese la puerta, sorprendiéndose
cuando ésta empezó a reírse.
-Eres retorcida –observó Vilches con una sonrisa-. Por eso me gustas
tanto…
A pesar de las ganas que tenía de que llegara Teresa y le describiera con
todo tipo de detalle la cara que había puesto Javier ante la aparición de
las bandejas con comida, decidió encerrarse en su despacho y llamar al
miembro de contabilidad al que más confianza le tenía para encargarle
un pequeño trabajo. Después de estar un buen rato hablando con él, se
puso en contacto con el jefe de seguridad que, desde los tiempos de su
padre, era el encargado de controlar las entradas y las salidas de los
empleados; y con el departamento de recursos humanos con los que
concertó una reunión urgente para aquel mismo día.
-¿Tan espectacular ha sido? –quiso saber ella con los ojos brillantes.
415
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
La noticia del embarazo de Anna había sido como una bomba para
todos, sobre todo para su padre quien, al enterarse, lo primero que hizo
fue ir a comprar el mejor carrito para bebés que encontró. A Maca
aquella reacción no le había sorprendido lo más mínimo, puesto que era
consciente de las ganas que tenía de ser abuelo y poder colmar a sus
nietos con los regalos más variopintos. Siempre había pensado que
aquel deseo no era más que un intento de redimirse por las pocas
atenciones que les había prestado a su hermano y a ella,
compensándolo con creces con sus nietos. Y también era consciente de
que su mala reacción al conocer con certeza su orientación sexual, se
debía en parte a aquel deseo de llenar su casa de niños pequeños. Por
esa razón, el domingo anterior no había podido escabullirse de una
comida familiar organizada para celebrar la comida; del mismo modo
que sabía que tampoco podría hacerlo en la cena que habían
programado sus amigos para aquel mismo viernes.
-Entonces vamos al Chill Out ese del amigo de Guille, ¿te parece? –dijo
Maca.
416
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Me encanta este lugar –opinó Anna dejándose caer en uno de los sofás,
mientras el resto se apoderaban de los enormes cojines que se
encontraban desperdigados por el local.
-¿A quién no? –dijo Maca sentándose a su lado, a la vez que le daba un
par de palmadas en el muslo-. ¿Cómo te encuentras?
-Por favor, tú no… -se quejó su cuñada-. No seas Jero, por favor. Lleva
semanas tratándome como a una inválida.
417
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-No, su novia –soltó provocando que los dos la miraran con los ojos
completamente abiertos.
-¿A qué coño ha venido eso? –le espetó Esther cuando él se hubo
marchado no sin antes dedicarles una mirada a ambas cargada de todo
menos de cariño.
-¡Por Dios, Maca! Soy lesbiana, no tenía ninguna intención de hacer nada
con ese tío…
-Y mira, ¿sabes qué? Que de todos modos, no tengo porque darte ningún
tipo de explicación al respecto.
-¿Qué pasa? ¿No quieres que la gente se entere de que estás liada
conmigo, o qué?
418
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Mira, Maca, no sé qué te has pensado que estaba haciendo con aquel
tipo, pero no tienes ningún derecho a hacer lo que has hecho.
-Ya…
-Creo que esto se nos está yendo de las manos, Maca. Tú sabías desde el
principio lo que era tener una relación conmigo, nunca te he engañado
en ese aspecto.
-No se puede dejar a alguien que no es tu novia, ¿no? –repuso ésta con
frialdad-. Y te has encargado de dejarme muy claro que tú y yo no lo
somos.
419
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
había sentado del todo bien, y prefería irse a casa. Tampoco les dio
importancia a aquellos rostros preocupados que dejó atrás. Aunque no
quería hacerlo, sus ojos volaron autónomos por el establecimiento en
busca de Esther, pero parecía que la abogada de había evaporado como
por arte de magia. Así que sin pensarlo más, salió con paso rápido de
allí, y se adentró en aquellos estrechos callejones que la llevarían hasta
donde había dejado la moto. En ningún momento miró atrás, de hecho,
parecía un caballo al que le hubieran puesto anteojeras que sólo podía
mirar al frente; quizás fuese esa la razón por la que le pasó
desapercibida la figura de una Esther derrotada, que la observaba
alejarse de ella a la vez que una sola lágrima se deslizaba lentamente
por su mejilla.
-Bueno, como estas cosas siempre acaban siendo los mismos días,
420
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Me voy a la cama. Estoy molida –la interrumpió levantándose con sus
platos.
-¿Te encuentras bien? –se preocupó Cristina alzando la voz para que
pudiera oírla desde la cocina.
-Oye, que si esta noche no puedes venir, no pasa nada, ¿eh? –le
comentó, presintiendo que ver a su prima quizás no fuera la mejor
medicina.
421
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Sin decir una palabra más, se acabó el café y volvió a su habitación para
lavarse los dientes e intentar cubrir sus ojeras con alguno de aquellos
productos que ocupaban las estanterías del baño y que casi nunca
usaba. Cristina la vio pasar por delante de la puerta abierta de la cocina
con su traje oscuro impecable y el abrigo colgando del brazo. “Adiós, que
tengas un buen día” escuchó como le decía ya en el ascensor.
-¿Qué…? ¿Qué haces aquí? –preguntó con voz entrecortada al ver como
aquella imponente figura se alzaba enfrente de ella, cuando las puertas
se abrieron.
422
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
con dos zancadas seguras, tanto como ella, o como lo había sido la
médico una vez.
-No creo que sea una buena idea. ¿Quieres tomar algo?
-Sigues igual, ¿eh? Siempre la educación por delante –observó Bea con
una sonrisa-. Pero un Martini no me iría nada mal.
-Quité todas aquellas en las que salías tú –contestó Maca esbozando una
sonrisa triste. Al fin y al cabo, parecía que no habían perdido la habilidad
de entenderse mutuamente a pesar de que las preguntas fuesen de lo
más vagas e imprecisas.
423
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-No seas cínica. Ya sabes que tú eres mucho más que eso para mí.
-Y esta frasecita será lo que me repetirás cada vez que vengas aquí a
acostarte conmigo, hasta que te quedes embarazada y me digas que no
puedes seguir con esto. ¡Venga ya, Bea! Mira, no me gusta presumir de
ello, pero he estado con muchas mujeres casadas, y puedo decir que
conozco las reglas del juego bastante bien…
-No –contestó con sinceridad-. Ahora puedo decir que no, y dudo que
alguna vez lo estuviera realmente.
424
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Por qué? –quiso saber de forma ausente, dando pie por primera vez a
que hablaran de la médico.
-Ve con ella –dijo Laura de repente-. Tienes que ir con ella.
-Ten, coge mis llaves y sal pitando –le ordenó Cris al ver que se le veía
más convencida.
Cuando los labios de Bea estaban ya rozando los suyos propios, un rayo
pareció cruzar la mente de Maca. De repente, vio la imagen de Esther
justo enfrente de ella, sonriéndole, y fue entonces cuando pudo hacer
algo que sus músculos rígidos no le habían permitido hasta el momento:
moverse.
425
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Estás con alguien? ¿Tienes novia? –preguntó sin saber que aquellas
palabras se habían clavado como cuchillos afilados en el cuerpo de
Maca. “Sólo… Sólo contéstame a una cosa: ¿qué te ha molestado más,
que viniese o que haya dicho que era tu novia?” “Lo segundo –contestó
la abogada con sinceridad, aunque no pudo evitar bajar la cabeza.”
-No.
-¿Te corresponde?
-No –contestó con sorprendente frialdad. “Creo que esto se nos está
yendo de las manos, Maca. Tú sabías desde el principio lo que era tener
una relación conmigo, nunca te he engañado en ese aspecto.” Aquella
había sido su interpretación de aquellas palabras que habían salido de la
boca de Esther hacía una semana.
-Genial, Maca. Eres la ostia, de verdad –dijo una voz detrás de ella con
desprecio, haciendo que todos los músculos de su cuerpo se congelaran.
426
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
única forma posible de detenerla era alcanzarla, corrió tras aquel cuerpo
que se alejaba a toda prisa por el pasillo. No aminoró su marcha hasta
que la encontró frente al ascensor intentando meter su llave en la
cerradura del aparato para que éste respondiese y le permitiese salir de
aquel lugar.
-No me toques –le espetó con furia moviendo su brazo para que la
soltara.
-Creí que esto era lo que querías de mí. ¿Acaso no era sólo por mi
cuerpo por lo que venías a mí? Disfrútalo ahora.
-Vete a la mierda, Maca. Vete a la mierda –le espetó con algo muy
parecido al odio.
-Ahí es donde estoy gracias a ti. Pero contéstame a una pregunta, ¿a qué
has venido?
-Yo… Bueno, creo que lo mejor será que… -musitó de forma casi
inaudible.
-No, mujer, quédate. No tiene ningún sentido que te vayas ahora sin
haber terminado la faena, ¿verdad? Además, al fin y al cabo, eres el
amor de su vida, ¿no? –la cortó Esther.
-Vete –le ordenó Maca sin mirarla-. Esto es entre nosotras dos.
-Que te quedes, joder. ¿Por qué no vas a calentarle la cama para que a
su vuelta no la encuentre fría?
427
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿De verdad piensas eso de mí? –quiso saber Esther mirándola con el
ceño fruncido, como si acabara de descubrir la identidad de la persona
con la que hablaba.
-Pues te equivocas.
-Que te jodan.
428
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Aquí se acaba todo, ¿no? –comentó al final Esther, dándose por vencida,
admitiendo que había perdido.
-Sí –se limitó a decir la médico de forma seca, aunque ya no había rastro
de rencor en su voz.
-Ya nos veremos –se despidió Esther entrando, ahora sí, en el ascensor.
-Al fin y al cabo, no nos queda otro remedio –repuso la cirujana antes de
que las puertas se cerraran, sin querer evitar la última oportunidad de
herirla, y hacerla sentir tan mal como ella misma se sentía, a pesar de
que aquello le doliera en lo más profundo de su corazón.
-Maca, yo… -empezó Bea, al cabo de unos segundos, con voz apenas
inaudible. Había esperado pacientemente a oír que las puertas del
ascensor se cerraban, y las voces cesaban.
-Vete. Sé que es imposible que no vuelva a verte jamás, pero cuando nos
encontremos, finge por favor que no me conoces, que no sabes mi
nombre, y olvida todo lo que una vez pudo unirnos. Y hazlo porque esto
simplemente ya no existe, ni volverá a hacerlo jamás.
Sólo pudo levantar la mirada cuando supo a ciencia cierta que Bea
429
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Nunca había creído en el destino, nunca. Como tampoco lo hacía con los
hechos paranormales o demás teorías que tenían que ver con una fuerza
superior no probada. Siempre había considerado que todo aquello no
eran más que tonterías y una sarta de mentiras que la gente se
inventaba para ganar dinero y quitárselo a quienes verdaderamente
creían en ello. En lo que sí creía, sin embargo, era en la suerte, algo que
parecía estar evitándola a toda costa últimamente. No obstante,
agradeció a aquel pedacito de coincidencia que hizo que aquella
semana, precisamente aquella en la que pensaba que no podría quitarse
a Esther de la cabeza, tuviera que volar a Berlín para asistir a una
convención. Desde que había sucedido a su padre en el negocio familiar,
su presencia en aquel tipo de actos se había acrecentado drásticamente.
Algo que ella siempre había aprovechado para prolongar unos días más
su estancia y así poder visitar la ciudad en cuestión. Sin embargo, en
aquella ocasión, solamente le serviría como la excusa perfecta para
saltarse un par de comidas familiares, y así poder distraerse un poco,
tanto del tema relacionado con la abogada, como del ambiente tenso
que se respiraba en la Clínica.
430
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Tres horas y media más tarde, tras una de retraso por parte de su
compañía (algo que por otra parte no le había extrañado demasiado),
recogía su maleta de aquella cinta oscura que se deslizaba a base de
rechinamientos por la estructura de metal. Al salir de aquella enorme
sala, demasiado para su gusto, exhaló un profundo suspiro al
encontrarse a decenas de personas mirándola fijamente, mientras
esperaban a que alguien conocido apareciese por aquellas puertas. Por
suerte, la organización que se encargaba de la convención le mandase a
alguien para que fuera a buscarla y la llevara al hotel. Apenas recordaba
algunas palabras de alemán que había aprendido en el colegio, puesto
que lo suyo siempre había sido el inglés o, como mucho, el francés. En
aquel momento, notó un leve pinchazo en la boca del estómago
provocado al acordarse de que Esther sí hablaba perfectamente aquel
idioma, y de las veces que habían bromeado al respecto.
431
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Lo primero que vio al día siguiente cuando descorrió las cortinas, no fue
más que un cielo nublado de un tono gris oscuro nada esperanzador. Sin
demasiada prisa, se fue a la ducha y tras ésta, se vistió con uno de los
trajes oscuros que había llevado para la ocasión. Al mirarse en el espejo,
se dio cuenta que más que médico su imagen se correspondía más a la
de una empresaria que se encontraba a punto de cerrar un importante
trato. Fue entonces cuando se dio cuenta de que aquello no le gustaba
demasiado, y que añoraba aquella época en Nueva Jersey en la que
podía ir vestida de manera bastante más informal y, porque no decirlo,
mucho más cómoda. Aquel pensamiento apareció algunas veces más
durante su estancia, aunque lo hizo de forma menos dramática cuando
se vio rodeada de compañeros de profesión cuyos atuendos eran
realmente parecidos al suyo, tanto que casi parecían que fuesen de
uniforme.
-Eso te pasa por gastarte todo tu sueldo en zapatos –se rió ella.
-Es lo mismo que me dice Greg –contestó Lisa con un fuerte acento
anglosajón-. Justo antes de decirme que tendría que invertirlo en un
aumento de pecho.
432
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Desde que te fuiste y le dejaste sin poder hacer chistes guarros sobre
lesbianas, he pasado a ser el centro de sus comentarios.
-Sabes que siempre habrá un hueco para ti. Además, Greg ha contratado
a una chica bisexual como ayudante, muy mona y muy de tu tipo.
-Ya… ¿Y Allison?
-Me alegro por ella… -comentó Maca con una sonrisa al recordar a
aquella chica con la que había hecho tan buenas migas.
433
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
434
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Por suerte, el avión que tenía que coger salía en poco tiempo,
demasiado poco para su gusto, por lo que tuvo que pelearse con un par
de azafatas sentadas cómodamente detrás del mostrador del check-in,
para que accedieran a validarle el billete y a aceptarle la maleta. Esto
último obviamente no pudo ser posible debido a lo tarde que era, por lo
que tuvo que ir acompañada de un trabajador del aeropuerto con pinta
de armario empotrado con el pelo rubio y la piel rojiza, el cual se dedicó
a seguirla mientras arrastraba su maleta de forma no demasiado
cuidadosa.
435
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Me vas a decir qué coño ha pasado? –le preguntó alzando la voz
cuando fue consciente del lugar al que se dirigían.
-No lo sé, Maca. A mí sólo me ha llamado Jero para que fuera a buscarte
al aeropuerto –se limitó a contestar él cuando ya estaban entrando en el
parking subterráneo de aquel hospital.
No esperó a su amigo, sino que salió del coche cuando éste estuvo
aparcado. Ya casi se encontraba en la puerta de salida directa al interior
del edificio, cuando escuchó como Guille le decía en un grito que tenía
que ir a la cuarta planta. Corrió hasta los ascensores sin ni siquiera
esperar a una pareja que la miraron de forma reprobadora cuando las
puertas se cerraron justo enfrente de ellos. Ni siquiera le importó lo más
mínimo, siempre había considerado que la educación era lo último que
se debía perder en una situación, cualquiera que fuese; pero en aquellos
momentos, lo único que le importaba era saber qué era lo que estaba
ocurriendo, y sólo sabía que la respuesta se encontraba en la cuarta
planta.
-Al final de pasillo a la derecha –le contestó una de las enfermeras que
se encontraban detrás del mueble, con algo pintado en los ojos que a
ella le recordó lo que veía ella cuando le comunicaban a un familiar de
un paciente que algo no había ido bien.
-Dime que no es verdad, que no le ha pasado nada –le imploró con una
436
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Y con aquellas palabras supo, al fin, que sus peores sospechas se habían
confirmado. Ya no quedaba nada por lo que luchar.
-Lo siento mucho –le dijo abrazándose también a ella, notando como su
camisa empezaba a humedecerse a la altura de su hombro.
Tuvo que admitir que el hospital se portó realmente bien con ellos,
facilitando en todo momento el traslado del cuerpo al tanatorio, y
ayudándoles con todos los trámites necesarios. De aquella manera, a las
doce de la noche ya se encontraban todos en una pequeña sala, provista
de sillones y sofás, con otra pequeña habitación adyacente en la que se
encontraba su padre. La puerta que unía ambas estancias permanecía
entornada, y nadie parecía tener la más mínima intención de abrirla.
Ella, al menos, no pensaba hacerlo. Siempre había evitado aquel tipo de
escenarios, puesto que creía firmemente que sería aquella, la imagen
que se le quedaría clavada en la memoria. No quería recordar a su padre
como un ser inerte metido en una caja, la más cara, entre telas de satén
blancas y, cubierto por un cristal. Quería hacerlo como la persona
enérgica que una vez fue, a veces de mal humor, otras tantas alegre. Su
intención era no olvidar sus malas contestaciones, aquel cinismo y
sarcasmo que ella misma había heredado aunque a un nivel más
moderado.
437
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
El funeral fue programado para dos días más tarde por la tarde, para que
los que tuvieran intención de darle el pésame a la familia y rendir un
último homenaje al fallecido, pudieran hacerlo. Y de aquella manera
pasaron las siguiente treinta y pico horas: abrazando a gente que
apenas conocían, aceptando pañuelos de manos que no habían visto
antes, consolando a personas y dejándose consolar. La mayor parte de
los médicos de la Clínica se pasaron por el tanatorio, entre los que no
fallaron Cruz y Vilches. También tuvieron el placer de disfrutar de la
presencia de la familia Sotomayor, y de ser espectadores en primera fila
de las abundantes lágrimas que caían por el rostro de María Fernández.
Como siempre que su tía montaba algún numerito como aquél, Maca
sintió como las arcadas amenazaban con hacerla ir a los servicios más
próximos. Parecía que, al fin y al cabo, aquella mujer no había perdido la
habilidad de hacerse notar cualquiera que fuese la situación.
Su padre había muerto, una persona que ella siempre había visto como
un ser casi superior, inmortal, la dejaba sola. Como habían hecho otras
438
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Lo que ninguna de las dos sabía era que en la puerta alguien más era un
testigo silencioso de aquella escena. Y que a esa persona se le había
encogido el corazón al presenciar aquel momento de debilidad de la
médico que se dejaba mecer por quien finalmente había acabado
ejerciendo el papel materno en su vida, como también el paterno.
Aquella que cada mañana se levantaba temprano para hacerle la
comida, y que compartía con ella al mediodía, la que la regañaba
cuando hacía algo mal, la miraba con gesto reprobador cuando lo
merecía, pero que la hacía partícipe de su orgullo por ella cuando se
sentía así. Supo que ella nunca podría hacer aquellas cosas por Maca, no
se veía capaz; jamás sería tan importante para la médico como lo había
sido Teresa. Así que se alejó de allí sin hacer ruido, tal y como había
llegado.
439
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Ya… Tú tampoco estás nada mal con este traje –repuso ampliando su
sonrisa.
440
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Incestuoso? –le cortó Maca arqueando una ceja por encima de las
gafas.
-Siento interrumpir, pero tengo que hablar con vosotros –dijo Esther
acercándose a ellos-. Como me pediste, ya he mandado la partida de
defunción al Registro general de actos de última voluntad, así que en un
par de semanas podréis acceder al testamento de vuestro padre –
explicó dirigiéndose sobre todo a Jero.
-Eres gilipollas –le espetó ante la atenta mirada de Jero y de Anna, que
las observaban como si de un partido de tenis se tratara.
-Ya, eso me quedó muy claro hace una semana, ¿lo recuerdas? –contestó
con una actitud un tanto altanera.
441
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Yo pienso irme a Vaqueira, así que… -soltó Maca en un tono muy
diferente al empleado por su cuñada.
-Pues que te vaya bien –le deseó Esther con sorna-. Ya nos veremos –les
dijo a los otros dos cuando ya se daba la vuelta para unirse a su madre y
a sus tíos.
La llegada del lunes fue como agua de mayo para ella. En su vida
hubiese pensado que algo así ocurriría, pero convivir con Cris en aquella
situación se le hacía de lo más difícil. Si bien era cierto que la interiorista
no había dicho nada al respecto de su ruptura con Esther, y ni siquiera
había hecho el intento para hablar del tema, no dejaba de ser su prima
por lo que el ambiente era ciertamente violento. Tuvo suerte de que
Cristina hubiese ido a comer en su casa, donde Encarna pasaría algunos
días para recuperarse del disgusto. Aquel hecho, hizo que pasara toda la
tarde fuera, y que no volviera hasta la hora de cenar, momento en el
que ella se encerró en el despacho argumentando que tenía mucho
trabajo.
442
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Suponía que sería tranquila, puesto que hacía ya bastante tiempo que su
padre no aparecía en la junta y que era ella misma la que tomaba las
decisiones vinculadas a la Clínica. Además, fuera lo que fuera que Javier
tuviese en mente, no creía que lo expusiese cinco días después de la
muerte de Pedro Wilson, sino que esperaría un tiempo prudencial para
que ella metiese la pata en algún aspecto. Sin embargo, a pesar de estar
muy tranquila, no pasó una buena noche, puesto que acabó tumbada en
el sofá mirando películas antiguas que daban en los canales de cable.
Aquel martes amaneció nublado, y un cielo de color gris oscuro nada
esperanzador la saludó cuando subió la persiana.
-Hoy supongo que llegaré tarde –le dijo a Cris cuando ya acaban de
desayunar.
-¿Y eso?
-Eres un cielo –le dijo Maca esbozando la primera sonrisa amplia que le
había visto en las dos últimas semanas.
443
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Qué pasa? ¿Te piensas que anoche me tiré a alguien, o qué? –le
preguntó con sorna al percatarse de su mirada suspicaz.
-¿Yo? ¡No! –se apresuró a contestar con vehemencia.- ¿Es por eso? –
quiso saber a continuación provocando una carcajada de Maca, que
negó con la cabeza, divertida por su salida.
-Pues sí, porque me porté como una buena niña y mis manos se
estuvieron quietas en todo momento –contestó ella con orgullo.
-¿Quieres que le pida a Cruz que te haga un chequeo? Porque esto sólo
puede deberse a algún tipo de enfermedad de esas exóticas o
tropicales…
-¿Pero cómo voy a tener algo de eso si lo más lejos que he estado
últimamente ha sido Berlín? –repuso Maca completamente sorprendida
por la salida de la secretaria-. Además, ¿a ti te parece normal insinuar
algo así? ¡Ni que fuese una ninfómana pervertida!
-Mujer, eso no pero tienes que reconocer que siempre has sido un
poquito… abierta de miras –se justificó Teresa sabiendo que poco a poco
iba metiendo todavía más la pata.
-Y de piernas también, ¿no? –soltó ella con una sonrisa alucinada, sin
saber si reír o llorar.
444
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Bueno, ahora soy un accionista, así que Teresa me llamó ayer –contestó
él sin mucho entusiasmo-. De todas maneras, quería hablar contigo
acerca de los poderes.
-¿Qué poderes?
-Pero es que yo, para estar al frente, gano un sueldo nada despreciable.
De todos modos, si te parece que estás ganando dinero que no te
mereces, piensa que es un regalo para mi sobrina. Además, con la crisis
del sector inmobiliario y los gastos que va a suponer la niña, no estás
como para ir rechazando ingresos.
-Que os sea leve –les deseó ésta, recibiendo como respuesta un gesto de
escepticismo por parte de ambos hermanos.
445
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Ya que estamos todos –empezó Maca con un cierto deje de ironía en su
voz-, empecemos la reunión. Como todos saben, mi padre falleció el
pasado jueves. Debido a ello, Jerónimo y yo misma, sus únicos
herederos, pasamos a ocupar su puesto en esta junta, teniendo un
26,5% del total de las acciones cada uno. Sin embargo, a partir de
ahora, seré yo quien actúe en nombre de ambos.
446
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Todos estos gastos son ciertos, pero no creo que precisamente esto sea
un ejemplo de mi mala gestión, Javier. Quiero que se sepa que antes de
poner en marcha este servicio para pacientes y empleados, se hizo un
estudio exhaustivo de sus posibles repercusiones. En primer lugar, un
elevado porcentaje de nuestros pacientes son mujeres de mediana edad
casadas y con hijos, de los que ellas mismas se hacen cargo. Y en
segundo lugar, se ha comprobado que los trabajadores que hacen uso
de este servicio prácticamente gratuito, y recalco el prácticamente para
que quede claro, rinden más en su horario laboral y están más
satisfechos, algo que es importante si queremos tener a la élite. En
cuanto a la ampliación de la Fundación, ni me molestaré a nombrarla
debido a las numerosas memeces que han salido de tu boca respecto al
tema.
447
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
salen en este dossier tan completo que nos has dado, fueron aprobados
por esta misma junta. Por lo que no veo la razón de sacarlos a relucir en
estos momentos. ¿O es que ahora que mi padre se ha muerto por fin te
has atrevido a plantarme cara?
448
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
clínica.
-No te preocupes Jorge –lo tranquilizó ella con una sonrisa-. Hasta el
viernes voy a estar en la Clínica, me encargaré de informar a todo el
personal de mi dimisión de la forma que yo crea pertinente y de dejar
arreglados una serie de asuntos. Y el lunes, mi despacho estará libre
para el que me suceda al cargo que, francamente, me importa una
mierda quien sea.
Sin decir nada más, recogió sus cosas, le dedicó una mirada nada
amistosa a su primo y a un par de accionistas más, y se marchó de allí
con paso rápido y seguro, seguida de su hermano que no conseguía
entender qué era lo que acababa de ocurrir allí dentro. “Espero que esto
no sea siempre así” pensó él mientras intentaba darle alcance a Maca.
-A Teresa sólo le queda un año y medio para jubilarse, así que no pienso
dejar que tenga que soportar esta mierda ni un segundo más. He hecho
mucho por esta empresa, por lo que no creo que pagar una
indemnización por despido suponga un gran golpe a su economía. ¿No
querían favoritismos y amiguismos? Pues aquí los tienen.
449
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Me da igual lo que sea. Llevo muchos años pagando mis impuestos, que
no son pocos, religiosamente. Al contrario de otras personas, no he
cambiado mi residencia a Andorra o Mónaco para evitarlo, porque no me
parecía justo. Así que me importa una mierda si la Administración o
quien sea tiene que pagarle a Teresa dos años del paro.
-Ni peros ni nada –le cortó mientras firmaba los papeles que la secretaria
le había dado, sin molestarse siquiera a leerlos-. Mira, te seré franca. A
mí el Estado no me ha dado nada a pesar de que haya ayudado a que la
economía se mantuviese activa, y a penas haya ocultado nada a
Hacienda. Cada vez que cojo el coche y tengo que salir de Barcelona,
tengo que pagar un pastón de autopista vaya por donde vaya; el
transporte público hace años que no lo utilizo porque es una mierda;
tengo que pagar una mutua médica porque la seguridad social da asco;
cada cuatro años, cuando hay elecciones de lo que sea, tengo que hacer
cuantiosas donaciones a todos los partidos políticos porque sino hay
malas caras y, cuando yo les pido un favor, resulta que nadie sabe nada.
Así que sí, me dispongo a hacer un acto en fraude al Estado, y no tengo
ningún tipo de remordimiento por ello.
Sin decir nada más al respecto, dio la vuelta sobre sus tacones y, tras
despedirse sin más de Teresa, emprendió su camino, ahora sí, hasta la
salida. A pesar de lo que le dijera a Javier, sólo tenía intención de volver
al días siguiente para reunirse con los encargados de cada
departamento para comunicarles su dimisión, despedirse de aquellos
por los que sentía más aprecio, y recoger sus escasas pertinencias
personales. Ni siquiera pensaba cerrar con llave la puerta de su
despacho para hacerle cambiar la cerradura. De hecho, suponía que
Javier se instalaría en el de su padre, para hacer sustituirla a lo grande. Y
lo único que pensaba sacar de allí era la foto que adornaba su escritorio
en la que salían ellos tres y su madre, los diversos diplomas y títulos que
decoraban la pared y un par de libros.
450
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-No sé –se limitó a contestar Maca mirándola con una ceja arqueada-.
Quizás si me lo cuentas puedo ayudarte.
-No te hagas la tonta, Macarena –le espetó todavía más nerviosa-. Dime
que no es verdad.
-Si lo que te han dicho era que eres fea, no, no es verdad. Tampoco
tienes ojeras y tu pelo está espléndido, así que no entiendo qué es lo
que tan mal puede haberte sentado.
-No quiero que Javier sea mi jefe. Ni el de nadie, vamos, que no soy tan
cruel como para desearle eso a ninguna persona que conozca –soltó
Cruz cansada de tanta bromita.
451
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
452
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Pizza Hut, wait a second –dijo un hombre con voz grave que a ella le
resultó vagamente familiar y le hizo esbozar una sonrisa.
-¿Greg?
-I’m sorry to say that the hormones are not really working –bromeó ella
siguiéndole el juego.
Estuvo algunos minutos más hablando con aquel hombre que siempre
conseguía arrancarle una sonrisa, a pesar de que en muchas ocasiones
hubiese estado tentada de quitarle su inseparable bastón antes de
hacerle la zancadilla. Soportó con paciencia la retahíla de comentarios
subidos de tono respecto a su sexualidad, y las descripciones detalladas
del espectáculo erótico con el que esperaba que le deleitase ahora que
él había contratado a una médico bisexual. No pudo más que reír cuando
le dijo que la chica era igual de promiscua que ella, por lo que no
tendrían problemas de compromiso. Finalmente, tras una no breve
discusión con Lisa por conseguir el teléfono, la directora se puso al
aparato. Como esperaba, le dijo que no había ningún problema con su
incorporación, y que lo tendría todo preparado para su llegada. Maca
rehusó el ofrecimiento de quedarse en su casa hasta que encontrara
algún lugar donde dormir, puesto que no tenía ningunas ganas de
aguantar los habituales ataques de histeria que le daban a la directora
cuando Greg se presentaba allí a horas intempestivas para hablarle
sobre el caso médico que llevaba en aquellos momentos, o
simplemente, para desvalijar su nevera y sentarse cómodamente en el
sofá.
453
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-No es mérito mío –dijo Laura que había sido quien le había
recomendado el restaurante a Anna-. Me dijeron que estaba bien y yo
sólo pasé el parte.
-Pues dile a quien sea que tiene muy buen gusto –opinó Maca.
-¿Nos vas a decir a qué vienen tantas prisas por hablar con nosotros, o lo
tendremos que adivinar? –quiso saber, provocando que toda la mesa
454
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
enmudeciera.
-Maca, que nos conocemos, ¿eh? –intervino Anna sin ninguna intención
de dejar que su cuñada se fuera por las ramas como siempre hacía
cuando no tenía ganas de hablar acerca de algo.
-Pues muy bien que haces –opinó Marta interpretando erróneamente las
palabras de su amiga-. Te mereces unas buenas vacaciones.
-No me has entendido. Me voy a trabajar allí. Vuelvo a Nueva Jersey –le
explicó Maca.
-¿Huyes otra vez? –preguntó Anna, aunque sonó más como un reproche.
-Sí. Ahora mismo no tengo nada que me ate realmente aquí –contestó
encogiéndose de hombros-. No me malinterpretéis. Ya sabéis que sois
todos muy importantes para mí, pero lo seguiréis siendo aunque me
vaya a Australia. Creo que ya es hora de que tome las riendas de mi
vida, y francamente, estoy cansada de dejarme llevar por las
circunstancias.
-¿Qué tiene que ver ella ahora? –quiso saber Eva sin comprender a lo
que se refería.
-Que está en esa mesa de ahí, y que se acerca hacia aquí –contestó su
socia sabiendo que la situación que se avecinaba sería de todo menos
cómoda. De hecho, de lo único que estaba totalmente segura, era de
que a su compañera de piso, no le haría ninguna gracia saber que Maca
se iba.
455
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Vaya, que casualidad –comentó Esther tras los saludos, una vez todos
se hubieron sentado de nuevo.
-No tanta, de hecho –contestó Anna rogando a no sabía quién para que
la abogada volviera a unirse con sus amigas-. Al fin y al cabo, estamos
aquí porque tú le recomendaste el restaurante a Laura.
-¿Y os gusta? –quiso saber ella sin borrar aquella sonrisa que no la había
abandonado en ningún momento.
-Mucho, pero seguramente nos quedará un mal sabor de boca tras las
noticias recibidas –soltó Eva sin más.
456
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Vaya… -se limitó a decir girando su cabeza hacia la médico que seguía
tranquila, como si fuera una mera espectadora silenciosa-. ¿Y la Clínica?
-¿Cómo que no? Estamos todos nosotros y en pocos meses serás tía –
intervino Marta quien, como Eva, parecía no enterarse del doble
significado que transmitían aquellas palabras.
-Eso seguro –dijo Maca soltando una carcajada que, a sus oídos resultó
espantosamente falsa-. Ahora que lo dices quizás debería haber elegido
otro destino para ampliar mis amistades y recuperar el tiempo perdido.
-No digas tonterías, anda –le espetó Anna asustada por el cariz que
estaba tomando la conversación-. Tú no has estado perdiendo en
tiempo.
-¿En serio? Pues ésta es la sensación que me da desde este verano –se
justificó con una sonrisa que ocultaba lo incómodo que estaba
resultando todo aquello para ella. Sabía que su cuñada le estaba
recriminando su actitud con la mirada, por ello la rehuyó y se escudó
detrás de su copa de vino.
-Bueno, yo me voy ya, que esas deben estar pensando que les he dado
plantón –consiguió decir Esther sonriendo de forma forzada, mientras se
despedía de ellos con un gesto de su mano-. Que te vaya muy bien a
donde sea que vayas al final –le dijo a Maca con frialdad cuando pasó
por su lado.
457
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Y pensabas decirlo antes de irte o después? –quiso saber Anna con
tono molesto.
458
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Espero que al menos su salida le sirviera para liarse con alguien y así
reivindicar su libertad, aquella de la que tanto presume –murmuró con
sorna.
-No estábamos juntas –se limitó a contestar Maca-. Al menos eso resultó
al final.
459
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
460
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Se ha ido…
-Se ha ido…
461
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
aquel pelo rizado y rebelde del que tantas veces se había quejado su
amiga.
-Lo sé.
-Se lo iba a decir aquella noche. Pero cuando la vi con ella yo no…
-Cuando la vi con ella sentí que no tenía derecho a decirle aquello, que
no la merecía y que había sido por mi culpa que hubiese vuelto a caer
en sus brazos. Aquella noche… Aquella noche iba a decirle que quería
luchar por lo nuestro, que no me importaba lo que pudiera pensar mi
madre…
-Cariño…
-Y… Y cuando supe que se iba, cuando dijo que todos estos meses
habían sido una pérdida de tiempo… Fui consciente de que había hecho
lo correcto y que no tenía, ni tendré nunca el derecho de decirle que se
quedara a mi lado…
462
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
463
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
más feo” se quejó la veterinaria mientras ella no podía más que reírse.
Su sonrisa se convirtió en una mueca de amargura al percatarse de que
por primera vez en su vida, pasaría aquellas fechas sola y sin ningún
plan interesante a la vista. Finalmente, Lisa había decidido aceptar la
invitación de su hermano e ir a pasar aquellos dos días a algún pueblo
perdido de Connecticut, donde había crecido. Así que lo único que le
quedaba era pasarse la noche tumbada en el sofá, mirando la tele y
tratando de evitar cualquier programa que hiciera la más mínima
referencia a aquellas fechas. Objetivo realmente difícil teniendo en
cuenta que todo lo que se daba en las últimas semanas eran películas
que tenían a Santa Claus como protagonista. Lo más probable era que al
final acabara emborrachándose mientras sucumbía a alguna de aquellas
interesantes películas destinadas a un público infantil.
464
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Pase, creo que está acabando de hacer la maleta –fue lo único que se le
ocurrió decirle a la mujer-. Iré a avisarla de que ha llegado.
-No, iré yo –la contradijo Encarna agarrándola del brazo para impedirle
que saliera corriendo hasta la habitación de Esther.
“No creo que eso sea una buena idea” le hubiese gustado decir, aunque
finalmente se limitó a hacerse a un lado y dejarle vía libre para entrar en
lo que seguramente sería una leonera repleta de objetos rotos.
-Supongo que al final sabré porque lleva tantos días sin querer contestar
a ninguna de mis llamadas –dijo la mujer antes de abrir la puerta sin
molestarse a llamar-. Al fin y al cabo, no creo que fuese por el gran golpe
que supuso para ella la muerte de Pedro.
-No creo que mezclar eso con los chutes de Vicodina que te das sea muy
bueno –comentó volviendo a cerrar los ojos, oyendo su voz como algo
muy lejano.
465
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Tú te has puesto hasta el culo de tequila, así que no me des lecciones
de moralidad Wilson –repuso él mientras cojeaba hasta el aparato de
DVD donde puso un disco.
-¿Santa gets horny? –preguntó ella cuando al fin pudo leer el título cuyas
letras parecían reírse de ellas mientras se movían enfrente suyo-. No
pienso ver una peli porno el día de Nochebuena.
-Yo yo que siempre había pensado que las embarazadas llevaban una
sonrisa pintada en la cara e irradiaban dulzura –dijo él una vez
466
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
467
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Aquel día de finales de mayo, sin embargo, parecía que las cosas no se
desarrollarían como de costumbre, o al menos, eso le pareció cuando la
secretaria de Lisa le hizo saber que la directora la esperaba en su
despacho a las doce. Debido a las explicaciones detalladas que tuvo que
darle al familiar de un paciente deseoso de conocer todos los
pormenores de la operación de éste, se retrasó unos quince minutos. Por
ello, cuando cruzó la puerta de aquel despacho, la mirada de la directora
no fue demasiado amigable.
-No me vengas con esas, Maca. Hace tres semanas que no voy a la
peluquería por los quebraderos de cabeza que me dais tu amiguito y tú.
-¿Para qué querías verme? –se apresuró a preguntar al ver que la cosa
no tomaba el camino deseado.
-No –la cortó la cirujana-. Te pedí una semana libre esos días para poder
irme a Barcelona. Es la fecha planeada para el bautizo de mi sobrino, he
tenido que jurar decenas de veces que iría, y como no vaya sus padres
me van a matar.
-¿Y? Que digan que ha sido un error de quien sea y que las vuelvan a
mandar.
468
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Joder… Por favor, hace dos semanas que nació mi sobrino y sólo lo he
visto mediante fotos y vídeos estúpidos que Jero se encarga de
mandarme cada dos días –le suplicó en un último intento-. Y puedo ir a
la próxima convención. No me jodas, no viene de una.
-El problema, Maca, es que no tengo muy claro que tú vayas a estar aquí
hasta la próxima… Digas lo que digas, eres la dueña de una próspera
Clínica y, por lo tanto, su directora legítima. Además, tendrías que
agradecérmelo, así no tendrás que ver a una Esther radiante después de
vuestra ruptura.
-Quiero un hotel de cinco estrellas como mínimo donde quiera que sea la
puñetera convención –la cortó Maca mientras salía del despacho-. Y
todos mis Martinis correrán a cargo del hospital –añadió desde el pasillo.
469
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
470
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-No, no, claro –accedió ella, todavía atontada, dejando a un lado las
numerosas bolsas que hasta el momento habían descansado en las
sillas-. Las modelos están haciendo cola en las puertas de mi hotel…
Lo cierto era que la relación que había adquirido con aquella mujer
durante el corto período que había pasado en la Clínica, se podía
considerar de todo menos habitual. En un primer momento, le había
sorprendido muchísimo que Teresa le dijera de forma confidencial que
había llamado el agente y representante de la actriz, cuyo rostro
ocupaba innumerables carteles de los cines y calles en aquellos
momentos, para saber si sería posible que la directora le realizara a su
representada una intervención de abdominoplastia. Hacía muy poco que
Kate había dado a luz su segundo hijo y su próximo papel incluía un
desnudo de su torso, escena que ella se negaba a rodar con una doble.
Así que aceleraron el proceso de pruebas necesarias y, una semana más
tarde, la actriz inglesa entraba por una de las puertas de servicio
dirección a la enorme habitación que ocuparía durante los siguientes
días. A pesar de haberse visto obligada a firmar decenas de documentos
que le impedían hablar con nadie de la identidad de su paciente y de la
operación a la que se sometía, en más de una ocasión se vio realmente
tentada de decirle a Guille que había tenido el placer de tener en sus
manos el abdomen de su actriz favorita. Y allí se encontraba de nuevo,
con una sonrisa amable en la cara, acompañada de otra compañera de
profesión no menos famosa que la miraba con gesto divertido. A juzgar
por su rostro, el rebelarle que era una fiel admiradora de su trabajo y
que, se había planteado seriamente decorar su habitación con una
fotografía a tamaño real suya, no parecía ser una buena idea.
Seguramente, si le hubiera dicho aquello, la mujer se hubiese echado a
reír o su mueca divertida se hubiese acentuado todavía más.
Definitivamente, no quería aparentar ser más imbécil de lo que ya debía
suponer.
-Profesional, sí. Con dos Wimbledon y un Roland Garros –se rió la actriz
siguiéndole el juego, mientras encajaba la mano que ella le tendía por
encima de la mesa.
471
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Oh, sí… Como más cutre sea el lugar de mayor calidad son sus obras –
añadió Kate con el mismo tono burlón que había utilizado la médico.
-Hay que ver lo profundas que sois –soltó con un suspiro de frustración,
la americana.
-¿Hacia dónde vamos? –quiso saber Jen, una vez salieron del restaurante
y la inglesa se hubo separado de ellas en un descuido de ambas.
472
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Espero que así consiga que me hablen. Tendría que haberlos llamado
más a menudo, haber estado más días en vacaciones y no sé cuantas
cosas más que ahora me echan en cara. Y no sé por qué te estoy
contado todo esto, la verdad… -añadió a la vez que entraba ya en el hall
de su hotel.
-¿Nos vamos? –propuso Maca, cediéndole paso para que saliera antes
que ella por la puerta que el conserje les había abierto amablemente.
-Un regalo para un amigo galerista que sí está loco por todo lo que sea
cuadrado y tenga algo pintado en su interior… Y a ver, no es que no me
guste, pero no sé apreciarlo cuando lo veo. Delante de un cuadro sólo
puedo decir si es bonito o feo, o si lo colgaría en el salón de mi casa o
no. Tengo poca sensibilidad para esas cosas…
-No, en serio. ¿Sabes que debes ser la mujer que más sueños de
lesbianas ha protagonizado?
-Yo soy claramente una de ellas, ¿eh? –soltó socarrona a la vez que
giraban hacia una calle más estrecha.
473
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Parece que han cambiado muchas cosas en muy poco tiempo –murmuró
ella, pensativa, a la vez que abría la puerta de la galería y le cedía el
paso.
-Sí… -repuso ella sin poder apartar la mirada de aquel papel que la había
cautivado-. Perdone, ¿cuánto vale? –le preguntó a un chico que se
encontraba cerca de ellas atento a poder ayudarles con alguna
explicación.
-Lo que viene a ser medio millón de las antiguas pesetas –murmuró una
Maca boquiabierta tras haber hecho el cálculo-. Tiene que ser una
broma, ¿no? Es una puñetera foto, joder –le susurró a la actriz, que se
vio obligada a ahogar una carcajada.
474
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
amable de guiarme y…
Tenía que reconocer que el latazo que le había dado Guille con ese
fotógrafo había acabado mereciendo la pena, puesto que sus obras eran
cuanto menos impresionantes. Al contrario de lo que ocurría con aquella
española de renombre mundial de la que ella jamás había oído hablar, el
precio de aquellas imágenes era sustancialmente inferior, supuso que
porque el chico no era más que una promesa y su cotización era
también inferior. Compró un par de fotografías para Guille, otra para Cris
y dos más para ella que pensaba colgar en las todavía vacías paredes
del piso de Nueva Jersey. Al salir, volvieron a pasar por delante de
aquella imagen que tanto le había impactado al principio y se sintió
obligada a detenerse algunos instantes enfrente de ella.
-¿Un regalo o es para ti? –se atrevió a preguntarle Jennifer cuando salían
de la joyería.
475
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Cómo se llama?
-¿Sabes? Desde que Encarna me llamó hará unas tres semanas, estoy
completamente histérica –se quejó mientras le daba un pequeño sorbo a
su copa de vino tinto.
476
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
derechos para hacer una película sobre mi vida, la única condición será
que tú salgas en ella. De hecho, el papel de Teresa realmente te pega…
-No menos que el hecho de que me compararas con una mujer que se
acaba de jubilar…
-Creo que ha sido como un acto reflejo. No sé, lo he visto ahí y era como
si llevara si nombre… Además, si tenemos que pasar el día de Navidad
juntas y he comprado regalos para el resto, no sería de muy buena
educación no llevar nada para ella, ¿no?
477
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Cuántas veces tendré que decirte que lo siento? –quiso saber Maca
algo cansada del tema-. Te he dicho miles de veces que no puedo hacer
nada. Y si tantas ganas tenías que fuera, haber cambiado el día.
478
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Tiene tres meses y medio, lo único que hace es dormir y comer. Así que
tendría la misma actitud aunque lo hubieseis llamado Cerdo –le dijo su
hermana, mirándolo con una ceja arqueada.
-Que os jodan a todos –les espetó la aludida-. Y a ti sobre todo. Mira que
no ir al bautizo de tu ahijado.
-Guille hará las funciones de ambos padrinos, así que no pasa nada…
479
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
480
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Me encantará ir –la cortó Maca con una sonrisa causada por la
verborrea imparable de la mujer-. Y me encantará pasar estas fechas en
familia.
A decir verdad, Encarna siempre le había caído bien y le había sido muy
fácil encariñarse con aquella mujer. Era una persona con la que era
asombrosamente sencillo hablar, por lo que las charlas que había
mantenido con ella durante los preparativos de la boda habían resultado
distendidas y cómodas. Esbozó una sonrisa sardónica al pensar que
parecía que las mujeres de aquella familia siempre acababan
cautivándola de una manera u otra.
Durante el trayecto del viaje, tuvo tiempo de recordar los episodios más
importantes de sus dos visitas a Barcelona. Aquellas que podían
definirse como efímeras y demasiado cortas para todos. El hecho de que
fuese nueva en el hospital, había provocado que no pudiese disfrutar de
sus vacaciones de verano hasta finales de agosto, por lo que apenas
pudo disfrutar un par de días de la casa de la playa. Sin embargo, sus
fugaces estancias en la ciudad condal fueron productivas, puesto que se
volcó en ayudar a Anna con los últimos detalles del bautizo y estuvo
dispuesta a hacer todo lo que sus amigos le pedían.
-¿O qué? ¿No dejarás que vaya al bautizo de Luis? –quiso saber Maca
riéndose, aun sabiendo que aquel comentario podía acarrearle muchas
represalias en un futuro.
481
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Por un momento había olvidado que estaba hablando con Maca “la
experta en criar hijos” –comentó Jero con sorna.
Al fin, tras ocho horas y media de vuelo, las ruedas del avión entraron en
contacto de forma brusca con el asfalto de la pista de aterrizaje. De
482
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Cómo no iba a venir a ver a mi niña cuando hace más de medio año
que no la veía? –repuso ella, ofendida por aquellas palabras.
-Si es que irte de viaje justo cuando yo estoy aquí –bromeó Maca cuando
sus mejillas eran cubiertas por sonoros besos-. Me acabas de dejar
sorda…
-Pues nada, ahora mismo nos vamos a tu piso que he dejado la comida a
manos de Cristina y a saber lo que habrá hecho con la carne –dijo a la
vez que tiraba de ella para guiarla al exterior del edificio.
-Oh, de eso nada. El resto está allí esperándote. ¡Mierda! Eso en teoría
era una sorpresa, así que haz el favor de hacerte la sorprendida. Manolo,
ve a pagar el ticket del parking mientras nosotros vamos tirando para el
coche.
483
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Y quiénes están arriba? –quiso saber Maca ya una vez dentro del
ascensor.
-No demasiado mal. De hecho, se podría decir que sus ojeras son
bastante menos exageradas que las tuyas.
-¿En serio?
-Cualquiera diría que estarás por aquí sólo un par de semanas –observó
Guille refiriéndose a las dos enormes maletas que se habían quedado
abandonadas en el recibidor.
484
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Quince días dan para mucho, ¿no lo sabías? –replicó ella con tono
travieso, haciendo que todos se temieran lo peor-. Tranquilos, que me
refería a que tenía que llevar mucha ropa por lo de las fiestas y eso…
-Sí, será eso –soltó Claudia con escepticismo-. Por cierto, ¿a qué hora os
vais mañana?
-Supongo que hacia las seis de la tarde para estar en Vic a las siete, más
o menos –contestó Jero, a la vez que se llevaba una aceituna a la boca.
-Con mis padres. Pero tranquila que mañana lo verás –le explicó Anna.
-Por las fotos que me mandó Jero, tiene que estar enorme –comentó la
médico-. Hablando de esto, todavía no tengo todos vuestros regalos, se
supone que tienen que llegar mañana por la mañana. ¿Os los doy ahora
o me espero?
-En teoría este era el momento ideal para hacer gala de tu fuerza de
voluntad y solidaridad, y decir que teníamos que esperarnos a tenerlos
todos… -le espetó Guille.
-El de Marta, el de Guille, los del niño y el tuyo –contestó Maca con una
sonrisa cruel.
485
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Que va, si es de hace dos años –contestó ésta, acercándose a ella para
quedar a su lado-. Este verano no pisó la playa ni siquiera un día, así que
está más blanca que un fantasma. Aprovechó sus vacaciones para irse a
Londres a visitar a su hermano.
-¿Y eso?
-Que madurez la nuestra, ¿eh? –soltó Maca con ironía-. ¿Cómo está?
486
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Bien, ahora bien. Pero mañana ya lo podrás ver por tú misma… A no ser
que una de las dos se escaquee a última hora, claro.
-Claro.
-¿A qué viene preguntar por ella ahora? Llevas más de un año evitando
el tema a toda costa, saliendo de la habitación sólo con que se la
nombrara…
-¿De qué?
-Sé que sonará egoísta, pero creo que de saber que ella estaba como
una rosa mientras yo me daba cabezazos contra la pared, a pesar de
haber puesto más de seis mil kilómetros de distancia.
-¿En serio hacías eso? –preguntó Cris con tono divertido, haciendo que
Maca la mirara con una ceja alzada-. Suerte, porque estaba a punto de
darte la tarjeta de un psiquiatra amigo mío.
-La autolesión no acaba de ser lo mío. Yo soy más de tirar las cosas al
suelo… Es más caro pero menos doloroso.
-No, no… Que eso es mucho mejor. ¡Dónde va a parar! –se apresuró a
contestar Cristina-. ¿Nos vamos a la cama o tú estás con el jet lag?
487
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-No es tan espesa como para que no se nos vea con las luces normales –
contestó él, mientras conducía tranquilamente.
488
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
489
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
suelo, apareció Jaume, el marido de Sole, acompañado por sus dos hijos,
Jordi y Miquel. Los dos chicos se ofrecieron para ayudarles con el
equipaje, mientras su padre acompañaba a Jero a dejar el coche en el
garaje. Como había supuesto, la entrada del edificio no era menos
espectacular que la fachada; frente a ella se alzaba una amplia e
impresionante escalinata que llevaba hasta el primer piso y que, como
ocurría en aquel tipo de casas, se estrechaba y simplificada a partir de
los siguientes. Subió a pie junto con uno de los primos de Esther,
mientras el otro y Anna lo hacían en ascensor. Se quedó ensimismada en
un vitral típicamente modernista cuyos colores vivos formaban figuras
florales.
-Es bonito, ¿verdad? –dijo Jordi-. Hará un par de años mi madre lo mandó
restaurar, y no veas el follón que se armó cuando resultó que las juntas
estaban hechas de plomo y que se tenía que sustituir por no sé qué
material.
-Es precioso…
-Lo tendré en cuenta, entonces –contestó con una sonrisa, a pesar de los
nervios que habían vuelto a florecer y ahora parecían estar en su punto
álgido.
-Jero y tú dormiréis aquí –les informó Miquel-. Antes eran las estancias
reservadas al servicio, pero lo remodelamos y ahora es un pequeño
apartamento –añadió empezando a bajar con una de las maletas.
490
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Que honor el mío –soltó esbozando una sonrisa. Lo cierto era que aquel
chico le caía bien, y se sentía cómoda con él.
-Pasan los años, pero esta hija mía siempre conserva la pachorra –se
quejó Encarna-. A ella y a Cris no se les ha ocurrido nada más que
subirse un momento a la terraza de arriba a hacer vete tú a saber qué…
Cuando se disponía a abrir de nuevo la boca para decir algo más y así no
491
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Era consciente de que debía decir algo, cualquier cosa, para no quedar
como una completa estúpida. Notaba su corazón palpitar con fuerza en
su pecho, y durante unas milésimas de segundo temió que saliera
disparado a las manos de Esther. «Tampoco estaría tan mal» pensó para
sus adentros con cierto sarcasmo. «Quizás si tuviera los reflejos
suficientes como para cogerlo, podría soltarle una cursilada del tipo
“Tómalo, porque es tuyo”. Claro que después moriría, así que no me
serviría de mucho». Como solía ocurrirle, aquel tipo de pensamientos
provocaron que se dibujara una sonrisa inconsciente en su rostro.
Obviamente, ella no se percató de aquella mueca que había aparecido
en el peor de los momentos, hasta que vio el gesto extrañado de
Cristina.
492
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
ridícula del mundo. «Muy bien, ahora es cuando te pones a hablar del
tiempo y ya te ganas el título a la más imbécil».
-¿Quiere que la ayudemos? –se ofreció ella, deseando salir del campo de
visión de Esther con la esperanza de poder darse cabezazos contra la
pared más dura.
-No hace falta, pero gracias. De todos modos, odiaría ser la causa de la
interrupción de esta conversación tan amena… -soltó la mujer con un
más que evidente sarcasmo.
-Hay que ver lo rápido que ha bajado la niebla, ¿eh? –soltó de carrerilla,
cuando sus ojos volvieron a encontrarse con los de la abogada.
493
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
494
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Y qué hiciste? –quiso saber Jordi que se encontraba sentado enfrente
de ella.
-Hablando de esto, ¿no has encontrado ninguna novia por allí? –se
interesó Encarna, haciendo que toda la mesa enmudeciera, a excepción
de los tíos de Esther que seguían conversando entre ellos.
-Eh… Pues no… -contestó ella con apuro-. La verdad es que no.
495
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Bueno, quizás sea mejor. Así puedes sacar a Esther algún día por ahí,
que hace muchísimo que no sale. Además, tú seguro que conoces un
montón de bares de esos… Ya que ahora resulta que lo de los novios ha
pasado de moda, al menos podría encontrar una novia decente…
-No creo que este sea ni el momento, ni el lugar adecuados para hablar
de este tema. Ya lo discutiremos cuando lleguemos a Barcelona, ¿vale?
Una vez más, claro…
-¿Es eso verdad? ¿Os estoy estropeando la noche? –quiso saber la mujer,
dirigiéndose al resto.
-No, pero mejor cambiemos de tema –se atrevió a decir Sole, en vista de
que nadie más abría la boca.
496
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
497
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Parecía que tanto Maca como Esther habían decidido de muto acuerdo y
de forma tácita que no debían acercarse demasiado la una a la otra. No
es que se evitaran de manera evidente, pero si podían impedirlo, no
estaban en la misma conversación. Sin embargo, su fuerza de voluntad
demostró no ser tan fuerte como creían, puesto que sus ojos volaban
frecuentemente al cuerpo de la otra cuando se encontraba distraída. A
pesar de ello, sus miradas se cruzaron en más de una ocasión, haciendo
que las mejillas de ambas enrojecieran levemente y giraran sus caras al
instante en un intento fallido de disimulo. De esta manera, apenas
intercambiaron un par de frases, todas ellas promovidas por Cris o Anna
que, compinchadas, parecían pasárselo realmente bien.
498
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
de calefacción alguna. Por ello, el frío subía hacia arriba y provocaba que
fuera necesaria la ayuda de un calefactor extra que, a juzgar por su
tamaño, sólo llegaba a calentar hasta dos metros a la redonda.
499
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
pasillo acababa en un nuevo salón, éste algo más pequeño que los
anteriores. Sin embargo, a pesar de lo que había creído, allí no había
nadie tocando el piano e, incluso, parecía que la melodía se encontraba
más lejana. Giró sobre sus talones y volvió sobre sus pasos
retrocediendo el camino hecho.
-Creo que eres la hija que mi padre hubiese deseado tener. Se pasó años
intentando que aprendiera a tocar el piano, pero sólo consiguió que
como acto de rebeldía me apuntara a clases de guitarra.
-¿En serio?
500
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-No, que va; a penas se oía. No podía dormir a causa del frío… Estaba
buscando mantas.
-No creo que sea eso, supongo que no te fijaste. La verdad es que esa
habitación es bastante fría.
-Y la cama demasiado grande para una sola persona –añadió Maca con
una sonrisa, en un intento de romper el ambiente tenso.
-No tengo a nadie que pueda hacerlo –replicó ella enarcando una ceja
ante el comentario de la abogada.
-Lo siento, lo siento. No tengo ningún derecho a decirte esto. Pero es que
la situación me tiene desbordada: mi madre, mi familia, tú…
501
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
«-¿Puedes contarme qué se supone que está pasando? –soltó nada más
abrir la puerta y encontrarse el suelo cubierto de ropa, cristales rotos del
marco y demás objetos de su hija.
502
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Qué?
-Yo… No…
-¿Eres lesbiana?
-Sí.
-Sí.
-Sí.»
503
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Mi madre vio la foto esa que me regalaste hace dos navidades en el
suelo. El cristal se había roto cuando se cayó al suelo. Todavía no
entiendo cómo empezó a atar cabos; la cuestión es que lo hizo. Fue ella
la que dedujo lo que ocurría: que habíamos estado juntas y que yo soy
lesbiana.
-Pero en estos momentos me odia, así que creo que parte de esa estima
se ha esfumado un poco…
-No es que te odie, pero creo que te hace responsable de algo aunque
en el fondo sepa que no es así. No sé si es que sigue creyendo que me
sedujiste hasta llevarme al lado oscuro, o que considera que me
abandonaste…
504
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
que no sabía nada de ti y creo que se pensaba que te pasaba algo con
ella… De todos modos, no le tengas en cuenta lo de esta noche; la cosa
se le ha ido de las manos.
-¿Todos?
-Sí.
-¿Tú también?
-Ya…
-Por cierto, me han contado que ahora te codeas con actrices famosas y
que para más inri te vas de compras con ellas… Ha sido lo primero que
me ha dicho Cris nada más llegar esta tarde. Según ella os habéis hecho
íntimas.
-¿De una mujer cuya cuenta corriente es quince veces la mía y que ha
sido la protagonista de tus sueños más inconfesables? Apenas.
-No, ya sabes que nunca ha sido una de mis actrices favoritas –contestó
la abogada con tranquilidad, aunque consciente de que había quedado
en evidencia.
-Así que estás celosa de ella, ¿eh? –se burló la cirujana entre risas-.
Tranquila porque está felizmente casada, así que no supondrá una
competencia demasiado dura para ti…
505
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Ya, lo que tú digas. Pero negarlo no tiene ningún sentido cuando es más
que evidente que estás loca por mí –siguió burlándose Maca con una
amplia sonrisa que denotaba lo bien que se lo estaba pasando.
-Vale, me has pillado. Desde que supe que venías no he podido pegar
ojo. De hecho, ahora mismo estaba intentando componer una canción
romántica para ti –le espetó con sarcasmo-. Y hablando de esto… Me
han comentado que esta anoche no dormiste demasiado, ¿no?
-Será cabrona…
-¿Quieres parar ya con la bromita? –le pidió Esther, aunque más bien
sonó como una orden.
506
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
a qué es lo que hizo que estuvieras tan enfadada como para tirar tus
cosas al suelo, incluida mi foto –preguntó al fin, mucho más seria de lo
que había estado en toda la conversación.
-No hace falta que me contestes si no quieres –dijo Maca al ver que no
decía nada. Malinterpretando aquel silencio; confundiéndolo con el de
una persona que no se atreve a contestar.
507
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Qué?
-Pues te equivocaste.
-Pues te equivocaste.
-No, Maca; fuiste tú la que dejaste claro que todo había sido un error.
“Una pérdida de tiempo” creo que fueron tus palabras literales. ¿En serio
crees que después de eso podía pedirte que te quedaras?
-No tienes ni puta idea de lo que pasó. Y lo peor de todo es que después
de todos, ni te molestaste en saber como soy. ¿Por qué coño te crees
que no te pedí que te quedaras? Porque sabía que no tenía ningún
derecho a hacerlo, después de como te había tratado.
-¿Y por qué crees que es eso? ¿Acaso no se te ha ocurrido pensar que es
por tus malditas corazas y por esa manía tuya de ser más impenetrable
que una puta muralla? Cuéntame como es la verdadera Esther García,
porque me estoy muriendo de ganas de saberlo –le espetó ya alzando la
508
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Perdona?
-¿Acaso me dijiste alguna vez que me querías o que querías más de mí?
No que yo recuerde.
-Contéstame.
-Maca… No…
-Sabes que dicen que quien calla otorga, ¿no? –soltó esbozando una leve
sonrisa burlona, a la vez que seguía con su acercamiento.
509
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Dímelo.
-Te quería… -murmuró con voz casi inaudible, dando la sensación de que
pretendía seguir pero no se atrevía, o no sabía cómo hacerlo.
-Y…
-Y todavía lo hago.
Una parte de su mente le decía que debía parar aquello cuanto antes,
cortar por lo sano. Pero su fuerza de voluntad parecía haberse ido muy
lejos, tanto que ya ni sabía dónde estaba; quizás en paradero
desconocido. Desde que aquellos labios habían entrado en contacto con
los suyos, en el preciso momento en el que un escalofrío la recorrió a
causa de un leve roce, su razón se había evaporado como por arte de
magia. El papel de la pared ya no le torturaba la espalda, seguramente
por el propio calor de su cuerpo que iba en aumento, aunque seguía
percibiendo el frío que desprendía la piedra que se escondía detrás de
aquellas flores asalmonadas.
510
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Maca… -consiguió decir Esther entre besos, cuando las manos de la otra
habían alcanzado ya sus pechos-. No…
-Para, en serio –le pidió de nuevo, aunque en esta ocasión con algo más
de vehemencia.
-Pues que no quiero estar diez días, o los que sean, follando
esporádicamente para que después tú te vayas pasado ese tiempo. Me
ha costado muchos meses estar bien de nuevo, y francamente, no me
hace mucha ilusión pasarme otros tantos llorando por los rincones
porque tú has vuelto a marcharte.
-¿Y qué pretendes que hagamos? Porque está claro que no podemos
estar asolas en una misma habitación durante mucho rato…
511
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Que te quedarás sin piruleta y sin regalos. Por favor, que pareces una
niña…
-No en el último año –contestó con una sonrisa provocadora-. Pero creía
que era el amor de tu vida, o eso me ha parecido oír hace pocos
minutos.
-No sé tú, pero yo no suelo hacer con mi hermano lo que hago contigo…
512
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Me lo estás poniendo difícil, ¿sabes? –le dijo algo incómoda a causa del
cosquilleo que le provocaba el aire que Maca expulsaba al respirar.
-Sí, lo sé. Nos vemos mañana… -dijo separándose al fin de ella, sin
muchas ganas. Quizás por esa falta de ganas no consiguió alcanzar el
objetivo que se había marcado inicialmente y se quedó a escasos
palmos de su cara.
-Bien.
-Bien –repitió dejando que sus ojos se clavaran en sus labios-. Buenas
noches –añadió dejando un breve beso en ellos.
513
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Tienes un morro que te lo pisas –le espetó con voz ronca debido a su
estado adormilado, aunque con un simple movimiento de su brazo
levantó las sábanas a modo de invitación-. Pero las manos quietas, ¿eh?
-Te doy mi palabra –contestó de forma solemne-. Qué bien se está aquí –
comentó con un suspiro al notar el calor que invadió su cuerpo.
514
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Si quieres darte una ducha, en el armario del baño que está al lado de
tu habitación puedes encontrar toallas. Coge las que quieras –le dijo Sole
con una sonrisa amable.
515
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Claro que no, hija. Si ya está casi todo preparado –contestó Carmen.
-Creo que podré ducharme sola, ¿eh? –les espetó Maca cuando
estuvieron lo suficientemente lejos como para que no las oyeran.
-Así que anoche te costó dormir, ¿eh? –comentó Cris una vez en la
habitación que ocupaba la médico mientras ésta buscaba en el armario
la ropa que tenía que ponerse-. Ahora entiendo a qué venía tanta
entrada y salida de tu habitación…
-Antes que nada, decirte que has estado muy aguda con lo del móvil. Yo
casi me lo creo –se burló la interiorista-. Pero no creo que mi tía lo haya
hecho…
-¿Me vais a decir qué se supone que está pasando o tendré que esperar
a que me lo suelte Encarna?
516
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
evitó tener que usar las mantas, ¿no? –observó Cris con sorna.
-Joder…
-Joder, que susto me has dado, cabrona. Pensaba que eras tu madre –se
quejó Cris con la mano en el pecho.
-Eso os pasa por cotillas. Tendríais que haberos visto las caras –dijo la
abogada entre risas.
517
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Pero mujer, no te vayas así que estoy segura que a Esther le encantaría
frotarte la espalda –dijo Cris alzando la voz para que pudiera oírla, algo
que consiguió a juzgar por la contestación que obtuvo de la médico-.
Hay que ver la facilidad que tienen algunas para escaquearse.
-Y ya que todavía te tenemos a ti, y dado que tu única opción es irte con
tu madre…
-A ver –accedió al fin, dándose por vencida-. Maca apareció por allí
porque estaba en búsqueda y captura de mantas. Yo no podía dormir por
lo que me puse a tocar el piano…
-Seguro que una canción de amor con la que pensabas deleitarla –la
cortó Cris sin poder resistirse-. Algo así como el Para Elisa pero dedicada
a ella. Vale, vale, me callo –añadió al ver la ceja arqueada de la
abogada.
-Si quieres te dejo seguir, ¿eh? Ya que parece que lo conoces de primera
mano –repuso ésta.
-¿Cómo que nada? Soy tu prima mayor, te conozco desde que naciste y
por tu cara sé que algo pasó –se indignó Cristina.
518
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
toalla que resultó ser más pequeña de lo que ella había pensado, y con
el pelo todavía húmedo-. De forma apasionada, y luego hicimos el amor
como posesas hasta que los vecinos de arriba nos gritaron que
paráramos porque no podían dormir. ¿Contentas?
-Lo estaría si fuera cierto –dijo Anna-. Pero teniendo en cuenta que nos
has dicho eso, debió pasar algo todavía más importante.
-Mierda, nos han pillado Esther. Tendremos que contarles que nos
declaramos, que nos dijimos que nos amábamos como nunca habíamos
hecho hasta el momento, y que el sol sin la presencia de la otra no brilla.
Y todo eso obviamente con música de violines sonando de fondo –dijo
con un sarcasmo más que evidente.
-Y no lo está, lo que significa que te has dado una ducha fría, o por lo
menos, con el agua a una temperatura más baja de lo habitual –
prosiguió Cristina.
-¿Por qué? Todas las presentes ya te hemos visto desnuda. Algunas más
que otras pero…
519
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Esto… Creo que os habéis olvidado, pero sigo aquí –dijo la aludida, algo
molesta por la actitud de las dos mujeres.
-Sí, y yo tengo que ir a ver qué tal está el niño –la secundó Anna
mientras ambas salían de la habitación.
-No está tan mal cuando sólo los aguantas un par de veces al año.
520
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Ni te lo imaginas.
Debido a que había sido poca la ropa que se había llevado y que ya
sabía lo que iba a ponerse en aquel día de Navidad, no tardó demasiado
en vestirse. Así que salió de la habitación tras arreglarse lo
estrictamente necesario y secarse el pelo todo lo que la ya humedecida
toalla le permitió. Nada más entrar en el comedor se encontró a Cristina
siendo regañada por su madre debido a que había colocado las copas de
cava a la derecha del agua en vez de a la izquierda. Al principio tuvo la
tentación de ir a rescatar a su okupa, como solía llamar; pero finalmente
su lado malvado venció y fue a saludar a los hombres de la casa que, en
aquellos momentos, discutían acerca de algún tema político. Sin
embargo, no tardó mucho en sentirse culpable a causa de la poca
colaboración en la preparación de la comida; por lo que volvió al
comedor y esperó pacientemente a que Carmen acabara de quejarse de
la inútil de su hija para preguntar si necesitaban su ayuda para algo.
-Podrías traer las copas de vino, ¿por favor? Y Cris, por Dios, pon las
servilletas con un poco más de gracia. Mira, para hacer las cosas así
mejor que no me ayudes.
-¡Será posible! Como vuelvas a soltar un taco como ese delante de mí,
te lavo la boca con jabón –le gritó con indignación-. Tanto colegio de
pago y tantos sacrificios para que sea una mal educada.
Sin saber atreverse a moverse lo más mínimo por si acaso alguno de los
reproches acababa dirigiéndose a ella, la médico permaneció algunos
segundos más en el comedor. Finalmente, se dirigió hacia la cocina,
temerosa de encontrarse alguna escena semejante a la que acababa de
521
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
vivir. No cabía duda que si algo les faltaba a las mujeres de la familia
Ruiz no era precisamente un carácter fuerte. Y lo que más miedo le daba
era que Encarna no parecía ser una excepción. No dudaba de que lo que
le había dicho Esther respecto a que su madre no la odiaba, no fuera
cierto; pero al fin y al cabo, en aquellos momentos para la mujer ella no
era más que la degenerada que se acostaba con su hija. «Y lo más triste
de todo es que ni siquiera nos acostamos» pensó a la vez que esbozaba
una sonrisa irónica. Al entrar en la cocina se encontró a una atareada
Encarna que se estaba peleando con lo que fuera que se cocía en el
horno, mientras que Sole ultimaba los detalles de los entrantes con la
ayuda de una más que perdida Esther.
-¿Pero qué más da que los quesos estén de una manera o de otra?
-Es importante ponerlos de los más suaves a los más fuertes. Sino los
primeros perderían parte del gusto.
-Desde aquí puedes coger las copas perfectamente, así que déjame
seguir con lo mío –le espetó la otra.
522
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Lo siento, ¿te he hecho daño? –se interesó con fingida preocupación.
-No pasa nada, cariño –contestó Maca con una sonrisa pícara,
enfatizando aquella última palabra-. De todos modos, ya estoy. Voy a
ayudar a Carmen –añadió saliendo de la cocina a toda prisa, notando la
mirada malhumorada de Esther clavada en su nuca.
-Tú y yo tenemos que hablar seriamente –le dijo ésta a su hija con un
cuchillo de dimensiones considerables en su mano, que hizo que la
abogada tragara saliva temiéndose un sermón interminable.
Hacía ya algo más de media hora que habían salido de Vic dirección
Barcelona, y a lo lejos ya se podían divisar los edificios de la ciudad de
Granollers. Maca miró hacia la carretera cerciorándose de que seguía sin
haber mucho tráfico, lo que le garantizaba que en menos de tres cuartos
de hora estaría disfrutando del sofá de su casa. Su hermano no había
dejado de quejarse en todo el trayecto de los absurdos límites de
velocidad que se reducían a 100 kilómetros por hora, argumentando que
era una vergüenza que una carretera de aquellas características no
fuese una autopista. A aquellas quejas se sumaron las causadas por los
523
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-En este país todo funciona igual de mal –repitió Jero por enésima vez en
aquella media hora.
Tanto Anna como ella se limitaron a poner los ojos en blanco y a ignorar
aquel comentario para no darle más pie a que siguiera con su retahíla de
quejas y críticas hacia la gestión del gobierno y la administración en
general. Por suerte, Luis no se había dormido, por lo que pudo
entretenerse jugando con él durante casi todo el trayecto.
-Es una suerte que no haya heredado eso de vosotros –soltó Anna-. Que
por cierto, te lo has pasado bien, ¿eh?
-Pues yo creo que Esther no olvidará tan fácilmente lo mal que se lo has
hecho pasar. ¿A quién se le ocurre pasarse dos días llamándola cielo y
cariño enfrente de su madre?
-Pues claro, la pobre mujer no quería darte otra excusa para meterte en
la cama de su hija –la defendió Anna.
-La verdad es que tengo que reconocer que es cierto. Será que al final
has madurado un poquito…
524
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Quién durmió con quién? –quiso saber Jero mirando a su mujer con
gesto contrariado.
-Tu hermana y Esther, que no te enteras de nada –le espetó Anna con
frustración.
-¡Ah! Por eso las vi discutir ayer antes de comer –repuso él sin darle
demasiada importancia-. Encarna decía algo así como que le parecía una
falta de respeto hacia el resto de la familia, y Esther le contestó que no
había hecho nada.
525
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Pues que… Que lo que a ella le preocupaba era saber qué pasaría
cuando tú te cansaras de Esther, algo que seguro que ocurriría teniendo
en cuenta tu historial. Y que te quería mucho, pero que ella seguía
siendo su hija y no pensaba permitir que Esther se pasara otras tantas
semanas llorando por alguien que no la merece. Pero tranquila, que tu
chica te defendió como una leona y le dijo que ella no te conocía para
nada y que dejara de decir estupideces.
-Ya… Así que era eso. Supongo que tengo merecido que Encarna no se
fíe ni un pelo de mí –comentó la médico con entereza, aunque se la
notaba algo tocada por aquellas palabras.
-Mira, nadie piensa que seas eso. Encarna sabe que eres una buena
persona, sólo que ahora mismo está protegiendo a su hija, algo que tú
también harías en su misma situación. Y en cuanto a Esther, no te
preocupes porque no creo que a estas alturas se deje llevar por lo que
su madre opine al respecto.
526
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Sí, y no veas lo que nos costó que nadie sospechara –contestó Jero con
preocupación-. ¿Qué estás tramando?
-Hija, hay veces que eres de un soso que da asco –le espetó, dejándose
caer en una butaca.
-Perdona, es que había entendido otra cosa –se disculpó ella de forma
considerablemente convincente-. ¿Y qué quieres hacer?
527
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Pues mira, sí. Que aparte de estar todo el día tirada en el sofá, algo
podrás hacer, digo yo.
-Hay que ver como estás hoy, ¿eh? ¿Acaso ha pasado algo durante el
trayecto de vuelta?
-Ya… Voy a hacer como que me lo creo, ¿vale? –soltó mirándola con
escepticismo-. De todas maneras, ni necesitas hablar con alguien ya
sabes. Y prometo no decirle nada a ella.
-No hay nada de lo que hablar –contestó Maca de forma más seca de lo
que realmente pretendía.
-No es por Encarna –la interrumpió de mal humor, confirmando así sus
sospechas.
-Eso es que sí es por ella –resolvió la interiorista con una sonrisa triunfal.
-¿Qué pasa, Maca? Porque cuando os habéis ido no tenías pinta de estar
muy preocupada por este tema.
528
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
»Pero por otra parte –prosiguió con el mismo tono que evidenciaba la
frustración que sentía-. Por otra parte, nunca, jamás, había sentido algo
así por nadie. Lo que supongo que significa que Esther es diferente. Y
claro, en su caso no la tengo idealizada, porque si algo conozco de ella
son sus defectos…
-No es que tenga miedo, es que estoy aterrorizada. Y esa es otra, ¿qué
pasa si es ella la que me ha idealizado y a los dos días de haber vuelto
me da una patada?
-Lo que yo no entiendo, es a qué vienen ahora todas estas películas. ¡Por
Dios, Maca! Has tenido un largo año para pensar en todo eso…
-Ya, pero resulta que durante todo ese tiempo yo creí que Esther seguía
con la puerta del armario cerrada a cal y a canto. Así que ni siquiera me
planteé la posibilidad de volver con ella.
-Yo sólo te voy a decir una cosa: te quiero mucho, eres mi amiga, y no te
voy a culpar si al final os decidís y resulta que lo vuestro no funciona.
Pero en ese caso, jamás te perdonaría que la engañaras con otra o…
529
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-No, no. Pero no me parece justo que yo me quede con toda la casa –
repuso él.
530
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Pero…
-¿Y tú?
-¿Yo qué?
-Oye… ¿Has hablado de ello con Esther? –le preguntó socarrón-. Porque
quizás a ella sí le gustaría vivir en una chalet a las afueras.
531
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Cristina le había dicho que llegarían hacia las nueve, incluida ella,
puesto que antes tenía que pasarse por el piso de Esther para recoger
unas cosas que tenía allí. No supo por qué, pero aquella excusa no le
sonó del todo creíble. Siempre le quedaba la esperanza de que la
abogada estuviera tan nerviosa que necesitaba del consejo de su prima
para elegir la ropa. Aunque seguramente todo eso no era sino una mala
jugada de su excesiva imaginación. Como suponía, hasta las nueve y
cuarto no oyó aquel ruido mecánico tan característico de las puertas del
ascensor cuando se abrían.
-Eva iba a cenar al piso de éstas, pero como le han dicho que venías
aquí, al final nos hemos apuntado nosotros también.
-Bueno, sólo somos tres más… ¿No tienes nada en la nevera que nos
pueda servir?
-Creo que voy a ayudar a Guille con la cena –anunció Claudia huyendo
532
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Te ayudo con algo? –se ofreció Laura, mientras se acercaba a ella de
forma cautelosa.
-Si traes tres platos más me harías un favor –contestó ella algo más
calmada-. ¡Y tres vasos! –añadió alzando la voz para que pudiera oírla
desde la cocina.
-Es que me toca la moral que las cosas se hagan así –se quejó dejándose
caer a su lado.
-Sabes que lo han hecho con la mejor de las intenciones –los defendió
Esther, girándose levemente para quedar frente a ella, con una pierna
doblada encima del sofá.
-Ya… Pero digo yo que tampoco debe costar mucho llamar antes de
presentarse a una casa ajena, ¿no? O a mí por lo menos no me parece
533
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Te han dicho alguna vez que eres de un borde que da asco?
-En alguna ocasión que otra –contestó Maca esbozando una sonrisa, que
aumentó en tamaño en cuanto notó la mano de la abogada posarse
distraídamente en su muslo.
-¿Y esa sonrisita tonta? –se interesó Guille, recibiendo una mirada
fulminante por parte de la médico-. Vale, vale. Lo he entendido: mejor
me quedo calladito en la cocina.
-Sí, mejor –le espetó Maca volviendo a su tono enfadado-. Sí, lo sé, soy
muy borde –dijo cuando el chico hubo salido del salón.
-Eso mismo pienso yo… Por cierto, me gustaría pedirte consejo sobre un
par de cosas.
-¿Consejo profesional?
-No me refería a eso, Maca –la cortó visiblemente incómoda, puesto que
había dado la impresión de que estaba a la defensiva en todo momento,
y que tener cerca a la médico la privaba de todo autocontrol.
-¿En serio? Pues tenía toda la pinta –opinó mirándola con el ceño
fruncido.
534
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Cómo?
-¿Estás segura de que quieres hacerlo? –le preguntó por tercera vez en
aquella comida.
-¿Te has fijado en que parecen todos iguales? –le comentó a Esther,
señalándolos con la cabeza-. El mismo estilo de gafas, de pantalones…
Desde aquí son como clones los unos de los otros.
535
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Qué es eso? –bromeó haciendo que Esther pusiera los ojos en blanco-.
Esto… ¿Te apuntas al plan de Nochevieja? –quiso saber con algo menos
de seguridad de la que acostumbrada, formulando la pregunta que se le
había estado atragantando durante toda la comida.
-Pues espero que te vaya muy bien –le deseó Maca con fingida
indiferencia, aunque no pudo evitar que sus palabras se formularan con
un deje de molestia.
-¿Yo? –dijo con fingida indignación-. Sí, claro. Pero déjame decirte que
estás perdiendo facultades, y que te pones muy mona cuando estás
celosa.
536
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-En ese caso, no te voy a hacer sufrir más. Odiaría hacerlo –contestó el
arquitecto con una ironía evidente que hizo que algunos dibujaran una
discreta sonrisa, mientras que el aludido contrajo los músculos de su
barbilla-. En primer lugar, quiero agradecerles a todos su presencia, a
pesar del carácter excepcional de este acontecimiento –empezó a decir
con la intención de ganar tiempo, a la vez que se congratulaba a sí
mismo por su gran habilidad recién descubierta para improvisar
discursos absurdos-. Creo que hoy es un buen momento para recordar la
memoria de mi padre, que hace un año y quince días nos dejó y que
tanto hizo por esta empresa. Además, me gustaría rendirle un pequeño
homenaje a mi querido primo, el doctor Javier Sotomayor, quien ha
demostrado tener una gran habilidad como director de esta Clínica tan
querida por todos. Así que creo que deberíamos agradecerle su gestión
con un merecido aplauso –propuso ante la mirada atónita del resto.
537
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Has oído hablar alguna vez del chantaje? –quiso saber siguiendo con
su postura prepotentemente cínica-. De hecho, esto me recuerda que he
preparado unos dossiers en los que se explica detalladamente todos los
cambios que a partir del 1 de enero de este próximo año va a sufrir la
Clínica Wilson. Como pueden ver, esta vez sí están a la altura de los de
Javier. ¿Han visto? El encuadernado es el más caro de la imprenta. En
primer lugar, si van a la página cuatro encontrarán una lección de
cultura general bastante interesante –dijo mientras pasaba unas cuantas
páginas hasta dar con lo que buscaba-. Gracias a mi abogada, he sabido
que la estafa es un delito; pero como no creo que ustedes lo hayan
consultado con los suyos, lo mejor será que leamos el precepto
pertinente a este delito en el Código Penal.
538
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
»De esta manera, el artículo 248 apartado uno reza que “cometen estafa
los que, con ánimo de lucro, utilizaren engaño bastante para producir
error en otro, induciéndolo a realizar un acto de disposición en perjuicio
propio o ajeno.” Creo que a algunos de ustedes les sonará, ¿verdad?
539
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Macarena –la llamó Javier cuando los accionistas ya salían por la puerta,
algunos con una sonrisa y otros con muecas ofendidas-. Sabes que yo no
estaba al corriente de estos trapicheos, por lo que no veo justa mi
destitución.
-Mira, Javier. Durante un año no has hecho más que demostrar que eres
un inútil como director. Dejando de lado las modificaciones que se hayan
podido hacer, los ingresos han bajado considerablemente, y no sé cómo
te lo has hecho, pero los gastos han aumentado. Sé que estamos en
tiempos de crisis económica y que no entran tantos casos, pero este
cambio no es justificable. Por ello creo mucho más conveniente que se
nombre a un gerente con los estudios y preparación necesarios para
gestionar esta empresa de forma correcta.
Sabiendo que en aquel momento era Maca la que tenía la sartén por el
mango, se dio la vuelta y salió de la sala no sin antes dedicarles una
mirada nada amistosa a las cuatro personas que quedaban allí. Cuando
su primo desapareció de su vista, Jero se recostó en el sillón y empezó a
reírse de manera bastante escandalosa, haciendo que los otros tres lo
mirasen de forma interrogante.
-Lo siento, pero es que me acabo de acordar de sus caras cuando les he
soltado mi monólogo.
-Realista más bien –apuntó Esther con tono burlón, ganándose una
mueca reprobatoria de Maca.
540
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Yo tampoco, nos ha sido imposible encontrar una canguro para Luis –
añadió Jero encogiéndose de hombros.
-Dice que eres una impaciente y que no te quejes porque has llegado
cinco minutos antes de lo acordado –recitó Laura con paciencia-. Y ahora
que no me oye, te diré que la tienes dando tumbos por el piso
completamente histérica. ¡Joder! ¿Cuántas veces te he dicho que los
cojines no se tiran?
-Pues dile que va tres minutos tarde –contestó ella, sintiéndose estúpida
al estar hablándole a una pared.
541
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Hay veces que se parece más a la bruja –soltó Maca entre risas.
-¿No te había dicho que era a ella a quien esperaba? ¡Qué fallo el mío! –
dijo la médico con sorna-. Pero ya que te has puesto tan guapa no pienso
hacerte el feo…
-Vámonos –se limitó a decir Esther poniendo los ojos en blanco, a la vez
que tiraba de su mano para dirigirse hacia el coche.
-Así que te has quedado con el coche de tu padre, ¿eh? –comentó Esther
una vez ya sentadas en su mesa, con la intención de romper el hielo.
-Pues cuando quieras puedes hacerlo. Sólo tienes que pedirle las llaves
542
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Puede ser…
-¿Blanco?
-Sí, por favor –dijo Maca con una sonrisa-. Poniéndote a tono, por lo que
veo –añadió cuando el chico se hubo ido.
-Igual que tú –la desafió la abogada, mirándola con una ceja arqueada.
-Ya sabes que a ti se te sube más fácilmente –contestó con una sonrisa
burlona.
Por muy extraño que fuera, aquel simple comentario hizo que las dos
mujeres se relajasen y los temas de conversación se fueran
encadenando sucesivamente. Parecía que ese breve pique entre ambas
hubiese hecho que se olvidaran de su alrededor lujoso, los platos
rigurosamente elaborados hasta el último detalle y demás detalles sin
importancia; para volver a retomar aquel ambiente cómodo que una vez
existió entre ellas. De hecho, desde la vuelta de la cirujana ambas se
habían sentido tensas cuando la otra estaba presente, como si
estuvieran en un escenario representando una obra cuyo guión no
podían olvidar, y temiendo en todo momento decir algo inapropiado.
Aunque quizás nunca, ni en los tiempos en los que su relación estaba en
su etapa más álgida, habían mantenido una conversación tan
intrascendental pero a la vez significativa como aquella.
-Así que ahí estábamos todos –contaba la médico entre risas al recordar
aquel suceso-. Llevaba tres días lloviendo sin parar, así que nos
quedamos en mi casa asqueados viendo una película que Guille había
alquilado.
543
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Que era…?
-Pero es que lo mejor fue que tenía razón… Es la única persona que
conozco capaz de que le pasen cosas semejantes.
-Bueno, nos dijo que Claudia, Marta y yo éramos como las Brujas de
Eastwick… -murmuró sabiendo que aquello provocaría una carcajada
conforme a la decisión de su cuñada-. Y añadió que individualmente me
veía más como El Diablo se viste de Prada…
544
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Me lo he pasado muy bien. Gracias por la cena –le agradeció Esther,
girándose para quedar de cara a ella.
-Creo que sí. Pero por mucho que lo repitas no voy a invitarte a subir.
-Ya… Aunque siempre nos queda la opción del coche, ¿no? –repuso de
forma pícara.
-Es posible que sea por el alcohol, ¿sabes? Que gracias a ti, mañana no
podré ni levantarme de la cama.
545
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Y piensas hacer algo al respecto? –quiso saber la cirujana tan cerca de
su rostro que pudo notar como sus labios casi se rozaban.
-Lo único que se me pasa ahora mismo por la cabeza sería un error.
Enorme, además.
-¿Y después?
-Cerramos el paréntesis.
546
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Me parece buena idea –asintió sin borrar la sonrisa-. Por cierto, tengo
que decirte que entro mucho mejor el coche yo que tú, y eso que no
tengo las medida cogidas a la plaza.
-Ven aquí –le ordenó tirando de su nuca hacia ella con vehemencia para
547
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Es que eres de fácil provocar, cariño –le espetó justo antes de esbozar
una sonrisa al ver el brillo de los ojos de la cirujana.
-Me encantas cuando te pones así –le dijo perdiéndose en su cuello, que
ella misma se encargó de dejar a plena disposición echando la cabeza
hacia atrás.
-Dios, no sabes como odio estas medias ahora mismo –se quejó mientras
acariciaba sus muslos por debajo del vestido.
548
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Lo sé –contestó ella sin variar lo más mínimo su expresión-. Pero no más
que tú. Así que tengo la tranquilidad de que nuestras niñas también lo
serán.
549
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
550
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Por favor –le imploró con voz entrecortada-. Haz lo que tengas que
hacer de una vez.
551
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Quieres que pare? –quiso saber la cirujana con voz malévola, a la vez
que detenía sus movimientos.
-Hola –la saludó Maca con una sonrisa divertida, al llegar a la altura de
su rostro.
-Tonta –le espetó robándole un beso que hizo que sus papilas percibieran
su propio sabor que parecía haberse quedado impregnado en los labios
de la cirujana.
-Sí, pero al fin y al cabo, soy la petarda que te hará gemir hasta que te
quedes afónica –contestó a la vez que hacía que sus cuerpos giraran por
el colchón.
552
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
cosa. Aunque quizás eran sus labios los que se lo pedían. Desde que
había vuelto a besar a la abogada, aquella noche fría en casa de su tía,
había tenido que hacer verdaderos esfuerzos para no saltar sobre su
boca a la primera de cambio. Su cuerpo le pedía sentir esos labios sobre
los suyos hasta acabar con ambos hinchados y doloridos.
Una leve punzada de deseo hizo que abriera los párpados que parecían
pesarle toneladas. Confundida por aquella sensación que la había
sacudido haciéndola despertarse, repasó la habitación en la que se
encontraba. Notó la parte derecha de su cuerpo notablemente
entumecida, seguramente por el peso que había soportado durante
aquellas escasas horas. En aquel preciso instante, otra señal
proveniente de su sexo la obligó a apretar los puños con fuerza,
atrapando entre ellos las sábanas, y a morderse el labio inferior para
contener el gemido que luchaba por salir. Su cuerpo le estaba pasando
factura. Anoche había preferido pasarse más de una hora con los labios
de la abogada pegados a los suyos, disfrutando del baile silencioso de
sus lenguas, pero en aquel momento le pedía algo muy diferente. Lo
peor era que, al parecer, Esther seguía dormida y, a juzgar por la
cantidad de alcohol que había ingerido la noche anterior, no sabía en
qué estado se despertaría.
553
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¡Joder, Esther! Ayer debiste llegar como una cuba, porque dejaste el
pasillo hecho un asco –oyeron como la reprendía Laura justo enfrente de
la habitación.
554
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿A qué hora tienes la primera reunión? –quiso saber la cirujana con voz
entrecortada, mientras la mano de Esther descendía de nuevo por aquel
cuerpo.
Por suerte, el día 31 Cristina había podido tomarse la tarde libre. Aquello
les había permitido que no tuviera que ser Maca la que se encargara de
todos los preparativos de la fiesta. La verdad era que tampoco había
tanta cosa por hacer, puesto que gran parte de la comida se basaba en
entrantes fríos que habían comprado ya hechos. Sin embargo, sí había
unos cuantos platos que se tenían que cocinar, y la interiorista se había
empeñado en que tenían que decorar el piso para la ocasión. De hecho,
desde que habían decidido que la celebración se haría allí, se había
pasado los cuatro días haciendo bocetos varios y desplegando toda su
profesionalidad. La primera vez que la vio completamente enfrascada en
sus dibujitos, como los llamaba Maca, la médico no había podido evitar
burlarse de ella con ganas, a pesar de los argumentos que Cris le daba
diciendo que aquella noche era una de las más importantes del año y
555
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Qué pasa? No veo por qué la Preysler puede y nosotras no… Estoy de
acuerdo en que puede quedar un poquito cutre dar sólo eso, pero si ella
lo hace y además se congratula de ello en la tele…
-¿Ahora? Cris, son las cuatro. A estas horas no habrá ninguna tienda
abierta.
-¿Te pasas cinco días dándome la brasa con tus dibujitos para después ir
a comprarlo a los chinos? Me parece increíble.
556
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Anda, no te enfades, petarda –le soltó con una sonrisa conciliadora, sin
poder evitar darle un pequeño empujoncito haciendo que se cayera al
suelo debido a que se encontraba arrodillada.
-Esto está lleno de utensilios peligrosos, así que piénsate dos veces lo
que vas a hacer. De hecho, justo enfrente de mí hay un cuchillo
jamonero… -intentó disuadirla, aunque ambas sabían que jamás sería
capaz de utilizar aquel instrumento.
557
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Si no fuesen cosas del chino seguro que se me daría mucho mejor –se
justificó Maca, desafiando con el ceño fruncido un trozo de plástico que
no conseguía encajar donde debía.
Hacia las nueve, quizás algo después, llegaron Anna y Jero, como
siempre los primeros, para ofrecerse a ayudar en lo que pudieran. La
médico aprovechó la presencia de su cuñada para dejarla a cargo de la
cocina, puesto que si ella era una decoradora nefasta, Cris era todavía
peor en lo que a la comida se refería. Como era habitual en ella, hacía ya
varios días que había decidido cual sería su atuendo de aquella noche,
por lo que apenas le tomaría media hora darse una ducha rápida,
vestirse y maquillarse. Cuando salió, Jero ya se había encargado de
alargar la mesa, que ya se encontraba cubierta por el mantel que solía
reservar para las fiestas y un par de columnas de platos
estratégicamente puestos en medio para que no pudieran caerse al
suelo –algo bastante probable rondando Guille por allí-.
558
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Debido a las prisas con las que habían salido del piso y se habían
despedido, ninguna hizo mención alguna de lo que suponía lo que había
pasado aquella noche. Aunque posiblemente, la razón recayese en que
no habían tenido el valor suficiente como para sacar el tema a relucir.
Así que en aquel preciso instante no tenía ni idea de lo que era ella para
Esther y de lo que se suponía que tenía que hacer a continuación. Sus
dudas se acrecentaron todavía más cuando un cambio en la escena la
despertó de su ensimismamiento: los ojos de la abogada se
empequeñecieron de repente, a causa de la sonrisa que se dibujó en su
rostro. No sabía qué era lo que divertía tanto a Esther, pero sospechaba
que su embobamiento tenía algo que ver. Aunque quizás fuese aquel
atuendo nada acertado.
Una sonrisa igual de amplia se formó en sus labios cuando uno de los
ojos de la abogada se cerró durante una fracción de segundo en un
guiño que hizo las funciones de saludo. Al percatarse de que las otras
dos personas que se encontraban con ellas en el recibidor la miraba
extrañadas por su falta de reacción, acabó de salir de la cocina y se
acercó a ellas con paso decidido.
-No exageres que, como mucho, mides unos cuantos centímetros más
559
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
que yo.
-Sí, unos trece… Pero no te preocupes cielo, que aunque seas bajita aquí
se te aprecia igual… Así que cuando los demás niños te digan que
pareces una ciudadana de Lilliput, tú les contestas que ahí eran todavía
más bajos, aunque eso resulte difícil de creer.
-Ja, ja, ja. Tu humor siempre consigue sorprenderme. Hay que ver lo
graciosa que eres, ¿eh? –repuso Esther con evidente ironía.
-¿Puedo saber para que me necesitas? –se interesó mirándola con la ceja
alzada.
Aquel brazo que, sin haberse dado cuenta había rodeado su cintura, se
ciñó todavía más alrededor de aquella parte de su cuerpo. Sus torsos
chocaron debido al impulso y a la fuerza utilizados por la cirujana;
exactamente de la misma manera como lo hicieron sus labios. Mientras
sus lenguas se unían en un baile tranquilo, Maca esbozó una sonrisa de
560
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Para quién te has puesto tan guapa? –le preguntó con fingida inocencia
una vez se separaron.
-Bueno, me han dicho que por aquí hay un muy buen partido que tengo
que cazar, así que…
-Has decidido sacar toda la artillería pesada, ¿no? –prosiguió Maca por
ella.
-Exacto.
-¡Oh, miradlas! Son una monada –oyeron que decía una voz desde el
quicio de la puerta.
-Pero es que poner la mesa no es tan emocionante como ver esta escena
pastelona –replicó Anna.
-En ese caso, tendréis que pagar 5 euros –soltó la médico-. Mujer, ya que
les alegramos el día tendremos que obtener algo a cambio, ¿no? –añadió
al recibir una mirada contrariada de la abogada.
561
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Bueno, yo voy a seguir con mis adornos –anunció Cristina-. Pero ninguna
de las dos se ha librado de una larga charla acerca de la confianza y la
no revelación de información importante.
-Pues eso. Que hacia las nueve y media de la mañana nos ha mandado
un mail, contando que os había pillado en la cama. Obviamente la cosa
se ha trasladado a un tema de conversación de esos en el Facebook, y
ha durado hasta que nos hemos ido a comer.
-¿Qué?
-No te puedo decir con todo detalle lo que se ha dicho porque he tenido
una reunión a media mañana, pero supongo que estarían discutiendo las
diferentes hipótesis que se les han ocurrido sobre vosotras. Ya sabes:
cómo os comportaríais esta noche, si se supone que estáis juntas formal
y oficialmente, etcétera.
562
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Sois todos unos cabrones –les espetó Maca fingiendo estar ofendida,
aunque su sonrisa la delató rápidamente.
-Y tú estás tonta perdida –replicó su cuñada con tono burlón-. Sólo falta
un hilillo de baba cayendo por tu boca para que seas la imagen perfecta
del atolondramiento.
-¿De qué habláis? –quiso saber Esther, apareciendo de pronto por allí
con la intención de llevar algunas bandejas al salón.
-De ti, ¿de quién va a ser sino? Y de lo embobada que tienes a Maquita –
contestó la veterinaria.
-Joder, hay que ver lo sosas que sois. Realmente hacéis buena pareja –se
quejó Cristina cogiendo varias copas, y saliendo con paso rápido de allí.
563
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Ya pero…
-Además, tampoco creo que te diese tiempo a ver mucho –la ayudó
Maca.
-Oye, Eva. Antes me has dicho que querías comentarme algo, ¿no? –
soltó de forma enérgica, dándose la vuelta y escabulléndose de ahí a
toda velocidad.
564
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Puedes recordarme por qué tenemos unos amigos así? –le preguntó la
abogada a Maca en un susurro.
-Pues ese golpe en la cabeza debió de ser muy fuerte –repuso Esther en
un profundo suspiro de resignación.
-Venga, no seas así, que sabes que en el fondo no puedes vivir sin
nosotros –soltó Anna con una sonrisa radiante que intentaba aparentar
inocencia.
565
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿No has pelado las uvas? –se escandalizó Anna cuando le dieron la copa
en la que las habían depositado.
-Pues no. Me he pasado la tarde en la cocina, así que sólo me faltaba eso
–contestó sin más la médico.
-Eso tiene una solución muy sencilla: no te las comas. O haberlas pelado
tú misma.
566
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-No las animéis, que la que tendrá que aguantar sus fiestas seré yo –se
quejó la voz de Laura entre tanto barullo.
-Ahora no te quejes cuando nos digan que somos unas obsesas, ¿mmh?
567
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
–le dijo Maca con una sonrisa mientras una Esther algo sonrojada se
escondía en su cuello.
568
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-La edad que no perdona, primita –le espetó Esther con una sonrisa
maliciosa cuando la vio pasar por el salón con paso cansado, mientras
bostezaba escandalosamente.
-Iros a tomar viento, anda –soltó la interiorista con una voz más pastosa
de lo que ella hubiese deseado.
-Tú tampoco puedes dar muchas lecciones al respecto, ¿eh? –le dijo la
médico con una ceja arqueada, mirándola divertida-. Porque
últimamente estás que te sales…
569
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-No quiero que mi conciencia cargue con haber abusado de una pobre
borracha. Y teniendo en cuenta tu estado de embriaguez, no creo que
me aguantases ni un asalto.
-¿Me has llamado nena? Anda, tira, Danny Zuko, que me tienes contenta
–le ordenó tirando de ella para que se levantara del sofá.
-¿Por qué yo tengo que estar desnuda y tú llevas pijama? –le preguntó
con voz repelente cuando Maca se metió entre las sábanas.
-Pues porque me has dejado sin la celebración del nuevo año que tenía
en mente –contestó con resignación.
570
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Dime.
571
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
regalos, sus ojos, más inteligentes que ella, se desviaron hacia su propia
mano, encontrándose con un anillo del mismo estilo que el que
descansaba en aquella cajita.
-Sí tú lo dices… -murmuró poniendo los ojos en blanco-. Por cierto, ¿qué
tal tú resaca?
572
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Y también por eso te levantas cada mañana con ganas de marcha? –
quiso saber arqueando una ceja cuando una de las manos de la abogada
se apoderó de uno de sus pechos.
-No, eso es porque como no me sigues el ritmo, me quedo con ganas por
la noche…
-Te recuerdo que la mayoría son más amigos tuyos que míos –replicó
besándole el cuello, notando como Maca suspiraba en su oído-. Y tienes
que reconocer que tienen razón, estás tan loca por mí que no puedes
mantener las manos quietas.
-Si quieres paro, ¿eh? –le dijo Esther apartándose para ver su ya
acalorado rostro, y esbozar una sonrisa maliciosa al constatar sus
ansias.
573
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
la respiración estaba muy cerca. Tal y como había entrado, ese aire salió
despedido acompañado por un gemido que impactó contra el oído de la
abogada. Los brazos de ésta rodearon con firmeza su cintura,
manteniéndola de pie con la ayuda de la pared.
-¿Quién es ahora doña gemiditos? –le preguntó con una sonrisa divertida
mientras la médico recuperaba el ritmo normal de la respiración.
Media hora más tarde, Esther salía de la habitación vestida con una
camiseta y unos vaqueros de la cirujana que le quedaban demasiado
largos, tanto por la diferencia de altura entre ambas como porque al irle
también grandes, los llevaba más debajo de lo debido. Entró en el salón
mientras se secaba el pelo con una toalla pequeña, por lo que su campo
de visión se veía parcialmente limitado. Quizás por eso no vio que
Cristina estaba acompañada por otra persona, que se encontraba
sentada en uno de los sofás quedando de espaldas a ella.
-Mal, muy mal. Por eso he venido yo… Que sino ya os veía comiendo las
sobras de ayer –contestó una voz que no esperaba para nada.
-¿Y Laura?
-Por tu culpa no podré mirar esa ducha con los mismos ojos –dijo Maca
desde el pasillo-. ¡Encarna! ¡Qué sorpresa! –exclamó con una mueca
aterrorizada, moviendo la mirada de la mujer a la abogada, quien se
había tapado los ojos con una mano.
574
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Seguro que tú le has echado una mano rápidamente –dijo por lo bajo sin
poder morderse la lengua por más tiempo.
-Espero que se quede a comer –se apresuró a decir Maca cuando vio que
la abogada se disponía a abrir la boca con la intención de responder a
esa provocación de su madre. Lo último que le apetecía ese día era
aguantar una pelea madre-hija, y si dejaba que Esther hablase, aquello
ocurriría con toda seguridad.
575
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Haced lo que queráis, pero dejad de pasar esta botella por delante de
mi cara, que me viene todo el olor –soltó Esther con una mueca de asco.
-Si es que llevo años diciéndote que tienes que beber una copita de vino
al día, que va bien para la tensión y luego, como no estás acostumbrada,
pasa lo que pasa.
576
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
había pasado que dentro de una hora tengo que estar en casa de Teresa.
-¿Y eso? –quiso saber Encarna sin poder acallar la curiosidad que aquel
hecho le producía.
-Pues me parece un detalle muy bonito, seguro que a ella le hace mucha
ilusión.
-Hay veces que creo que estorbamos bastante, pero bueno –contestó
Maca entre risas-. ¿Se espera a que acabe y así la acompaño a casa? Me
queda de paso.
-Claro.
Algo después de media hora más tarde, Encarna bajaba del coche y se
despedía de ambas con sendos besos efusivos en la mejilla y una
sonrisa. Maca la observó con una mueca divertida mientras la mujer
entraba en el portal, y la abogada pasaba al asiento de delante.
Mordiéndose el labio inferior para no decir lo que se le pasaba por la
cabeza en aquellos momentos, salió del espacio de carga y descarga en
el que había estacionado y se incorporó a la carretera.
577
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
por la ventanilla.
578
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿A eso se ha debido tu arrebato? –la cortó a la vez que giraba la llave en
el contacto para apagar el motor.
-No, eso ha sido porque te he visto desnuda. Es lo que me pasa cada vez
que te veo así.
-Ya… ¿Te ha gustado? –se atrevió a preguntar sin apartar su mirada del
volante.
-Anda, ven aquí –la invitó Maca abriendo los brazos para demostrarle sus
intenciones.
579
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Quizás fuese el radiante sol con el que había empezado ese nuevo año,
o quizás fuese por lo que había ocurrido en aquel coche apenas unos
minutos antes, pero lo cierto era que Maca no podía borrar la radiante
sonrisa que se había instalado en su cara. Andaba con paso tranquilo por
aquella acera de la calle de Esther, disfrutando del paseo mientras
admiraba aquella calle zigzagueante que acababa en la Ronda de Sant
Antoni, relativamente cerca de Plaza Catalunya, y que siempre le había
recordado a las de San Francisco. «Tampoco exageres, que las de allí
tienen mucha más pendiente» le espetó su conciencia. Los rayos del sol,
que hasta ahora sólo impactaban en las casas del otro lado de la calle, le
dieron en la cara con fuerza al pasar por un edificio más bajo. Buscó a
tientas en su bolso el estuche de las gafas de sol, sin lograr su propósito
hasta que lo abrió totalmente y empleó su mirada. En el preciso instante
en el que elevó la vista ya con las lentes oscuras cubriéndole los ojos,
éstos se toparon con una figura demasiado familiar que se acercaba a
ella. Irremediablemente, su atención se centró en esa barriga abultada
que no dejaba lugar a dudas de que la mujer estaba en estado, algo que
le hizo esbozar una sonrisa ladeada. Sin borrar esa mueca, ni modificarla
ni un ápice, llegó a su altura. El hecho de que la mujer la mirara
fijamente, le indicó que la había visto y reconocido, por lo que su buena
educación le impidió pasar de largo, obligándola a detenerse y comenzar
lo que sería, con toda seguridad, una conversación tensa e incómoda.
-Ya ves. El sol, que sienta muy bien –contestó Maca pensando que, a
pesar de los años, seguía siendo igual de directa que cuando iban al
colegio-. Y yo te veo embarazadísima…
-Al fin tendrás a tu pequeña princesita, ¿eh? Como su madre… Las cosas
te van bien.
-Bien, muy bien. Como siempre, de hecho. Parece que no haya pasado el
tiempo, sólo que todos estamos más viejos y con peor carácter. ¿Y tú,
580
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Bueno, no creo que sepa a quién voy a ver, y apenas nos hemos
encontrado un par de veces en la calle. Hablando de eso, yo…
-No hace falta, ¿vale? –la tranquilizó Maca llevando su mano al brazo de
la mujer-. No fue culpa tuya, sólo mía. Así que no te disculpes por nada.
-Nunca te merecí –dijo Bea bajando la cabeza para toparse con aquella
unión de sus cuerpos.
-Bien, ahora bien. Creo que ambas necesitábamos un tiempo para saber
lo que queríamos. Pero en cinco días me vuelvo a Nueva Jersey, así que
no sé… Tenemos una conversación pendiente.
-Espero que todo os vaya muy bien. ¿No hay ninguna manera de que no
tengas que ir?
-Tengo un contrato para medio año más y tengo unos residentes a los
que no puedo dejar tirados…
-Bueno, estoy enamorada de una abogada, así que lo veo difícil –repuso
con una sonrisa alegre que se borró al ver una mueca extraña de Bea.
-¿De quién estás enamorada tú? –se interesó una voz desde detrás de
ella.
581
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿En serio? Pues espero que no sea Laura, porque no me quedaría otro
remedio que echarla de casa –dijo con una tranquilidad que sorprendió a
Maca, quien empezaba a creer que le habían dado el cambiazo-. Hola,
¿qué tal? –añadió dirigiéndose a Bea que tenía la misma cara de
desconcierto que la médico.
-Creo que te debo una disculpa –soltó de pronto Esther tras un breve
silencio-. Sé que llega más de un año tarde, pero te monté un numerito y
te hice responsable por algo que no era tu culpa.
-Supongo que ninguna de las tres estuvimos muy finas aquella noche,
así que mejor olvidémoslo.
-Bueno, nosotras nos vamos que sino Teresita se enfada y no hay quien
la aguante –intervino Maca deseando escapar de aquella situación
cuanto antes.
-Pues nada, que os vaya muy bien –les deseó Bea con una sonrisa un
tanto forzada.
582
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿A qué te refieres? –quiso saber mirándola con una sonrisa divertida.
-Me gustaría saber qué ha sido de la Esther que le habría sacado los ojos
a Bea, esa que habría soltado una bordería y se habría quedado tan
ancha.
-Vaya, y yo que pensaba que la fiera que llevas dentro se había calmado
gracias a mis bonitas palabras –comentó con fingido fastidio.
583
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Pues mira, es muy fácil, la quiero y ella a mí. Y ahora mismo lo que
menos me apetece es pensar en lo que ocurrirá en una semana.
-¿Y qué hago? Dímelo porque estoy deseando encontrar una solución.
-En primer lugar, lo que deberías haber hecho es no acostarte con ella
nada más volver aquí. Y en segundo lugar, esperaros a empezar algo
hasta haber aclarado las cosas y tenerlo todo claro. Que yo me alegro
mucho de que os hayáis dejado de tonterías, pero las cosas no se hacen
así. ¡Si es que no entiendo cómo puedes tener las hormonas tan
revolucionadas!
-¡Como sigas te atizo con una sartén! –la amenazó alzando la voz-.
Degenerada, que eres una degenerada –añadió escandalizada.
-Bueno, nadie es perfecto –se defendió Maca con una sonrisa socarrona
saliendo a toda prisa de allí para evitar que un trapo volador impactara
contra su cara-. Oh, mierda, aquí viene la otra –se quejó al ver como
Anna se acercaba por el pasillo.
-Te voy a decir un par de cosas. Primero, espero que tengáis una tarifa
especial, porque lo de iros pasando el parte los unos a los otros
realmente os debe salir carísimo. Dos, no es mi suegra y, tres, claro que
la tengo en el bote, no hay mujer que se resista a mis encantos.
-Y como yo soy muy maja, también voy a responder tus cuestiones: sí,
tenemos una tarifa con la que las llamadas nos salen más baratas, lo
sabrías si ni hubieses salido corriendo a Nueva Jersey hace más de un
año. Y bueno, me alegro que sigas viendo a Encarna como tu madrastra,
de verdad que lo encuentro muy tierno, pero tienes que reconocer que
no es muy adecuado teniendo en cuenta que te tiras a su hija.
584
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Así que en la ducha, ¿eh? Debió de ser un polvazo para no poder volver
a mirarla con los mismos ojos… –prosiguió Anna con una mirada pícara
ignorando la interrupción de Teresita.
-Cariño, te lo has ganado a pulso durante años –soltó Esther sin más
dirigiéndose a la cocina, dejando atrás a una Maca totalmente perpleja y
a la veterinaria muerta de risa.
-Así que lleváis dos días follando como leonas, ¿eh? –se burló su cuñada
en un susurro.
Más rápido de lo que les habría gustado, aquellos escasos días que las
separaban de la marcha de Maca fueron pasando. Se sucedieron uno
detrás de otro, en ocasiones lentamente y en otras tan deprisa que
parecía que todo formara parte de un sueño. A pesar de que en el fuero
interno de ambas no dejase de repetirse que tenían que hablar y dejar
las cosas claras, ninguna de las dos fue capaz de sacar el tema, por lo
585
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Ésta, por su parte, tampoco estaba fuera del alcance de ese dilema. De
hecho, todavía estaba más preocupada si cabe. Al fin y al cabo, sería
ella la que se quedaría allí, en aquella ciudad que tanto le recordaba a la
cirujana, con las mismas personas que provocaban ese mismo efecto,
con sus amigos de la infancia que siempre, en un momento u otro,
acababan por sacar a relucir alguna anécdota que Maca había
protagonizado. Y aunque fuese consciente de que para la médico
tampoco sería fácil, no podía evitar pensar que al menos ésta
conseguiría evadirse de aquella realidad en Nueva Jersey. Además de
todas estas cuestiones, en los últimos días una nueva duda se había
asentado en su cabeza: ¿a cuántas mujeres había dejado atrás la
cirujana cuando volvió a Barcelona? ¿Cuántas la estarían esperando con
ansias a su regreso? No es que desconfiase de Maca, la razón no
radicaba en que dudase de que la quería pero, a fin de cuentas, la
médico siempre se había caracterizado por lo mucho que le gustaban las
mujeres en general. Y por lo mucho que les gustaba a ellas. No podía
negarse que parecía que tenía un don para atraerlas como moscas,
haciendo que todas cayeran rendidas a sus pies. Cuando la conoció ya lo
sabía, como también era completamente consciente de ello en el
momento en el que se enamoró de ella. Pero ahora las cosas habían
cambiado, puesto que aquello que siempre había evitado había ocurrido
finalmente: se había vuelto dependiente de Maca, y en su mundo ya no
estaba ella sola. En la actualidad, su felicidad estaba estrechamente
vinculada a otra, a una que no estaba supeditada a sus propias acciones
sino a las de una persona ajena a ella misma.
586
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
El que la médico hubiese elegido aquel día para marcharse, provocó que
la mayoría de sus amigos no pudiera ir a despedirla debido a sus
respectivos compromisos familiares. Algo que por otra parte supuso un
alivio para Maca, puesto que no le apetecía demasiado tener que
soportar las escenitas dramáticas con las que la obsequiarían sus
amigas. Ya lo había sufrido una vez, y las miradas furtivas que les
dedicaron las personas que estaban o pasaban por su lado hicieron que
quisiera desaparecer bajo las brillantes baldosas del suelo. Siempre
había odiado protagonizar aquel tipo de escenas, podía gustarle llevar la
voz cantante en una conversación o ser la causa de las risas en una
cena, pero no soportaba que personas desconocidas clavasen su mirada
en ella por aquella razón.
-No Guille, no quiero más vino –soltó con voz cansada cuando vio al
chico asomarse por la puerta de la cocina con una botella en la mano-.
Hace cinco minutos me lo has preguntado y te he dicho que tenía la
copa medio llena, no suelo bebérmelas en plan chupito, ¿sabes?
-Jamás he visto a nadie con tanto morro como tú –le espetó el galerista
con el ceño fruncido.
-Mira, mejor me callo que sino sólo podría soltar una barbaridad. Y
obviamente, si quieres más vino, te vienes a la cocina y te lo pones tú.
-¿Pero qué le pasa a éste? –preguntó sorprendida una vez Guille hubo
salido del salón con un paso enérgico que evidenciaba su enfado.
-Pues que tiene razón. Cariño, yo te quiero mucho, pero es que tienes un
587
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Vale, seré buena –se apresuró a decir con fingida inocencia mientras
levantaba las palmas de las manos-. ¿Sabes que este traje te sienta
genial? A ver cuando te pones tan guapa para mí…
-Sí, sí, pero ni siquiera un saludo decente me has dado –se acercó con la
intención de besarla.
-¿Contenta? –quiso saber con una sonrisa maliciosa tras darle un beso
en la mejilla.
-Eres una petarda –soltó Maca siguiéndola con la mirada hasta que
desapareció tras la puerta de la cocina-. Mierda, ahora tendré que volver
con Claudia…
588
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Anda, deja que ponga los platos al menos –le imploró con cara de pena-.
Es que si no me toca aguantar el rollo de Claudia.
-El problema en la cocina son los tiempos –intervino Marta que, por una
vez, estaba al tanto del contenido de la conversación-. Cada ingrediente
tiene sus minutos para cocerse y claro, si no eres capaz ni de ser
puntual al cine…
589
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Pues nadie, porque voy a ser tan puntual como un reloj suizo –se
defendió la cardióloga.
-No te ofendas, pero hay cosas que nunca cambian –opinó Anna-. Y
francamente, estás muy mayor para empezar a hacerlo.
590
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Eso… Bueno, las solteronas vamos a tomar una copita por ahí…
-contestó sin sonar todo lo creíble que pretendía-. Ya sabéis, por eso de
ahogar las penas y esas cosas…
-Tú lo que quieres es no tener que recoger todo este estropicio –se rió
Anna.
-Vale, vale. Me habéis pillado –dijo levantando las palmas de las manos-.
Pero igualmente tendrás la ayudita desinteresada de alguna de otra
personita, ¿no? Así que lo único que haría sería interrumpir y molestar
con mi presencia.
-Anda tira, petarda –le espetó su prima empujándola para que entrara de
una vez en el ascensor.
-Claro, cuando vuelva con una de esas caras de resaca que hacen
historia –contestó la interiorista-. ¡Buenas noches!
Con un leve nudo en el estómago vio como las caras de sus amigos,
aquellas personas tan importantes para ella, desaparecían detrás de las
gruesas puertas metálicas del aparato. Aquella sensación se intensificó
al percibir la tristeza que todos ellos intentaban camuflar bajo sus
sonrisas un tanto forzadas, aunque quizás la razón de ello radicase en el
hecho de que ahora sí que no podía postergar por más tiempo aquella
conversación. Con una extraña energía que había salido de no sabía
dónde, la abogada empezó a recoger las cosas. Era plenamente
consciente de que aquel comportamiento se debía única y
exclusivamente a intentar evitar unas palabras que sabía llegarían tarde
o temprano.
591
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Yo… Francamente, no sé muy bien qué se supone que tengo que decir…
-empezó intentando mostrar entereza y seguridad-. De hecho, sólo sé
que tenemos que dejar las cosas claras antes de que me vaya…
-Bueno, está muy claro, ¿no? Ese paréntesis tenía que cerrarse tarde o
temprano –la interrumpió Esther visiblemente molesta por la indiferencia
con la que, a su parecer, actuaba la médico. No entendía como podía
estar tan tranquila mientras ella sentía que se pondría a llorar de un
momento a otro.
-¿Eso ha sido para ti? ¿Lo de estos días se ha reducido sólo a eso? –saltó
la cirujana dolida por el comentario.
-Sí, sí te vengo con esas porque la que se queda aquí soy yo. Otra vez.
Seré yo la que tenga que aguantar con una sonrisa como tus amigos no
dejan de hablar de ti los primeros días, la que tenga que escuchar
decenas de anécdotas del colegio. No serás tú a quien le vayan
recordando una y otra vez que su cama es cada vez más grande y más
fría, y que está perdiendo el tiempo como una gilipollas.
592
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Lo sé, cariño. Y por eso no te lo voy a pedir. Creo que sería injusto que
me empeñara en que te quedaras, aunque sea lo que más quiero en
estos momentos. Ni tú ni yo somos así, ambas tenemos unas
responsabilidades que no podemos ni queremos ignorar, como tampoco
estamos dispuestas a romper la confianza que algunas personas han
depositado en nosotras. Al menos a mí no me parece ético.
-¿Y qué quieres? ¿Nos pasamos otro año sin hablar, sin saber la una de
la otra nada más que por lo que nos cuenten ellos?
-No, claro que no. Ni siquiera se me pasa por la cabeza que pudiera ser
capaz de hacer eso… No quiero que perdamos el contacto, que nos
pasemos estos meses sin hablar, Maca. Podemos llamarnos por teléfono,
mandarnos mails, yo qué sé.
-Claro, porque mandarnos un puto mail cada tres semanas será mucho
mejor, ¿no? –le espetó con ironía, dolida sin saber exactamente por qué.
593
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Y qué hacemos? ¿Nos pasamos el día pegadas al teléfono? Maca, por
favor. Ya te han dado gran parte de tus vacaciones de este año; no sé si
te acuerdas pero llevas dos semanas aquí…
-Una vez, dos a lo sumo. Pero es que no tengo dinero, todos los ahorros
de mi vida están invertidos en el puñetero bufete que ahora
prácticamente sólo cubre gastos. Y como se te ocurra decirme que tú
puedes pagarme el vuelo me corto las venas, porque no llevo casi
quince años trabajando sin parar como para acabar siendo una
mantenida –contestó derrotada mientras se levantaba pasándose la
mano por el pelo.
-¿Puedes abrazarme? Por favor –le pidió, casi imploró a lo que la cirujana
esbozó una sonrisa tintada de tristeza-. Te quiero.
-No hagas promesas que no puedas cumplir, ¿vale? –le dijo entre risas,
aunque notando como las lágrimas empezaban a deslizarse por sus
mejillas.
-Y yo a ti.
594
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
«-Mejor me lo das cuando vuelvas, ¿vale? –le había dicho Esther jugando
con aquel anillo que segundos antes ella misma había depositado en sus
manos.
-Cariño, cuando vuelva voy a traerte un diamante –le contestó con una
sonrisa al ver como se incorporaba rápidamente de su pecho para
mirarla con sorpresa.
-Pero como te tengo en el bote sigue siendo una parte más de mi infinito
encanto…
595
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Supongo que esto te lo habrá revelado tu bola, ¿no? –se burló Maca
poniendo en práctica la dicha de “la mejor defensa es un buen ataque”.
-Pues sí, así que a partir de ahora espero que me llames pitonisa Lola –
contestó tomando asiento en el primer taburete que se encontró-. Joder,
esto será muy bonito, pero es lo más incómodo que me he tirado a la
cara.
-Ya, bueno. Es tu casa al fin y al cabo, por lo que no tienes que darme
explicaciones.
596
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Ahora es tuya más que mía. Y así queda demostrado sólo con entrar en
el despacho y ver la leonera en la que se ha convertido.
-Bueno, visto así supongo que es casi mejor que tener que comprar una
barca para movernos por aquí. Además, supongo que con tanta lágrima
hubiese habido filtraciones y no creo que a los vecinos les hiciera
demasiada gracia.
-Claro, aunque también podéis llamar vosotros, ¿eh? Porque hasta donde
yo sé, vuestros dedos también sirven para eso…
-Ni es estos momentos puedes ser agradable –le espetó antes de darle
un beso en la mejilla y deshacer el abrazo.
Unas cuantas horas más tarde, en la misma ciudad pero a unas calles
más hacia la montaña, la médico escuchaba atentamente las
explicaciones que Manolo le ofrecía acerca de las reformas que habían
hecho en los baños hacía un par de meses. La verdad era que aquello le
importaba muy poco, pero aun así prestó toda la atención del mundo
intentando no distraerse con la voz algo pastosa del hombre, causada
por la ingesta de vino.
597
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Lo he hecho por mí, no me gustaría que no quisieras volver nunca más
por aquí por culpa del pesado de mi marido.
-Os quiero demasiado a ambos como para hacer eso… -le dijo dándole
un sonoro beso.
-Es lo mejor –se justificó Esther-. Además, no sé por qué tengo que darte
explicaciones.
-Pues porque ya que tú pareces haber perdido el juicio, tiene que haber
alguien que te lo haga recuperar o que actúe como tal.
-Vaya, muchas gracias Pepito Grillo, pero creo que ya soy mayorcita
para…
-Pues poco debió faltarte… ¿No probaste con amenazarla y decirle que si
ella se iba tú te ibas a cortar las venas? Porque no hubiese desentonado
598
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿No es Romeo?
-¡Y yo qué coño sé! Pero no me gusta ni un pelo que me llamen cursi y
melodramática.
-Pues eso seguro que no. ¿Es que no te das cuenta? Le has dado vía libre
para que se tire a todo bicho con vida durante este tiempo.
-¿A no? ¿Y eso por qué? Porque hasta donde yo sé, no tiene ninguna
obligación de guardar celibato cuando has sido tú la que has dicho que
no querías una relación a distancia.
-Yo lo que creo es que no dejasteis nada claro y que tendrías que salir
corriendo de aquí, ir al aeropuerto cagando leches y comprar un bonito
ramo de flores por el camino.
-Y lo del ramo no es cursi, ¿no? –soltó mirándola con una ceja levantada.
599
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
600
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
Cuando por fin la chica hubo terminado todos los trámites necesarios y
dejó de teclear rápidamente en el teclado de un ordenador que ella no
podía ver y, que siempre había creído que era sólo una excusa para
justificar su sueldo, se alejó de allí a paso rápido con su billete en la
mano. Se sentía extraña, tremendamente rara. Una sensación que no
sabía descifrar la había invadido provocándole un escalofrío bastante
desagradable. No supo por qué, sintió la necesidad imperiosa de barrer
con la mirada aquel espacio diáfano lleno de pantallitas y mostradores.
Negando con la cabeza volvió la vista al frente y se dispuso a subir las
escaleras mecánicas que la llevarían hasta el control y, después, a la
sala VIP. Cuando apenas unos metros la separaban de su destino, una
mano en su brazo detuvo sus pasos, impidiéndola seguir con su camino.
Se giró algo asustada por la presión que ejercía aquella persona
desconocida, y se quedó completamente inmóvil, prácticamente
catatónica, al ver quien era su dueña.
-Hola.
601
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Flores? –preguntó esbozando una sonrisa-. ¿De dónde las has sacado?
-¿Y qué te hace pensar que voy a pensar en ti? –preguntó intentando
cortar un poco la tensión y relajar el ambiente.
-Pues eso, y que quiero que olvides todo lo que te dije ayer. Llámame
todas las veces que quieras, mándame los mails que te dé la gana,
porque yo también lo haré… Y bueno, que quiero seguir con esto a pesar
de lo difícil que pueda ser y que ya veremos lo que pasa cuando se
acabe tu contrato.
-¿Que te parece bien? ¿Llevo toda la tarde yendo de culo para poder
estar aquí, corriendo como una loca, y a ti sólo se te ocurre decirme eso?
¿Estás de coña?
602
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Que tu novia es muy celosa y que tiene unos ataques violentos muy
peligrosos.
-¿Novia? –repitió arqueando las cejas, a la vez que sus ojos se abrían de
forma desmesurada.
Esther llevaba una semana quejándose del calor infernal que había
hecho acto de presencia sin avisar en la ciudad condal, haciendo que las
chaquetas y las botas quedaran apartadas repentinamente en un lugar
recóndito del armario. Mientras escuchaba sus quejas y lamentos, la
médico se limitaba a sonreír de forma comprensiva y, cuando se
cansaba del tema, soltaba que en Nueva Jersey hacía una temperatura
603
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Y eso?
-Es que no lo sabía. Han sido planes de última hora. Mi hermano nos hizo
una visita relámpago hará cosa de un mes, pero hace un montón de
tiempo que no vemos a los niños. Ya sabes lo pesadita que se pone mi
madre con el tema “nietos”: que si la van a olvidar, que si ella apenas
los conoce por fotos…
-¿Qué te pasa?
-Vamos, Maca, que nos conocemos –repuso Esther poniendo los ojos en
blanco al otro lado de la línea.
-Poner los ojos en blanco, que yo también te conozco. Y tampoco soy tan
pesada como para que lo hagas.
-Claro, y para ellos sí tienes tiempo, ¿no? No sé, digo yo que el trabajo
habrá desaparecido como por arte de magia.
-¡Por Dios! La última vez que vi a mis sobrinos fue en octubre, y de eso
604
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Problemas en el paraíso?
-Acaba de decirme que sólo estoy con ella por su dinero –contestó
visiblemente ofendida.
-Espero por su bien que llame para disculparse, porque hasta que no lo
haga no tendrá noticias mías –sentenció Esther levantándose del sofá
para irse a la cocina.
605
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-¿Es que en este hospital nadie sabe llamar a la puerta? –se desesperó la
directora.
606
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
607
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Vaya, gracias –soltó mirándola con una ceja alzada, entre ofendida y
divertida. En realidad, no era la primera vez que le decían aquello, y
seguramente tampoco sería la única.
-Vale, o sea que ahora soy algo así como la dama de hielo, ¿no?
-No te ofendas, que si no fuera por ella apenas sabría de ti. Que por
cierto, ya estás tardando en contarme más cosas de esa mujer que te
tiene enloquecida. Porque la última vez que hablé contigo estabas
muerta de miedo y ahora no hay más que ver tu sonrisita tonta…
-Obviamente. ¿Para qué iba a estar con ella sino? –le siguió el juego
aunque esbozó una sonrisa algo triste-. La verdad es que hace un par de
semanas que las cosas no andas como deberían. No sé, supongo que
entre la distancia y que ambas estamos algo estresadas con el trabajo,
contribuye a que todo se haga más cuesta arriba. Lo que más me
preocupa es que ya estamos a abril y todavía no me ha dicho nada de lo
que piensa hacer.
608
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Eso espero, eso espero… -murmuró con un suspiro profundo que le salió
del alma.
609
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Claro que lo hago, pero las cosas sucedieron así, sin más –se justificó
Esther intentando quitarle hierro al asunto.
-¿Tan mal hermano mayor he sido? Porque se supone que tendría que
haberlo sabido yo antes que papá y mamá.
-Seguramente tienes razón… Pero bueno, cuéntame ¿qué tal con esa
macizorra que tienes como novia?
Y esa era precisamente una de las cuestiones que ella misma se hacía
por aquél entonces. Cuando Sergio le preguntó aquello el otoño anterior,
tuvo que responderle que no eran novias; de hecho, hacía casi un año
que no sabía de ella y pensaba que las cosas seguirían así. Pero todo
había cambiado, ahora en teoría sí lo eran o, por lo menos, algo muy
parecido a ello. «Al menos puedes ponerte en la piel de esos amantes de
principios de siglo que sólo podían hablar cuando estaban acompañados
y no se les permitía ni besarse. Aunque nosotras podemos hablar por
teléfono sin ningún testigo…». Cuando por fin llegó a casa, hacía ya
bastante rato que había anochecido. El vuelo había sido por la tarde, ya
que querían aprovechar hasta el último momento su estancia en
Londres. Lo malo, era que ahora apenas tenía un par de horas para
prepararse mentalmente para el fin de las vacaciones de Semana Santa.
-Maca ha llamado hará una media hora –anunció Laura al verla entrar en
el salón, tras deshacer las maletas.
610
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Es para ti, ha llegado esta mañana. Quiero que conste que he tenido
que reprimir mis impulsos para no leer la nota. Que por cierto, la he
dejado ahí encima.
-¡No seas mala! Llevo todo el día luchando contra mí misma… Así que
haz el favor y no alargues todavía más esta agonía.
-Que poco exagerada eres a veces –le espetó con infinita paciencia,
aunque se levantó del sofá y se dirigió a aquella nota cuyo contenido
permanecía oculto tras el sobre.
-Que me quiere y que, aunque el ramo no sea tan bonito como el que yo
le regalé en el aeropuerto, espera que me guste –contestó consciente de
que aquello arrancaría una carcajada de su amiga.
611
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
612
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
La primera posibilidad que pasó por su cabeza fue que había sido Laura
quien había dejado aquel paraguas ahí en un arrebato de buena
voluntad. No hacía mucho su compañera había pasado por su despacho
para notificarle que ella ya se iba a casa y le sonaba vagamente que le
había comentado el gran cambio que había sufrido el tiempo. Entonces
no le había hecho mucho caso, ya que se encontraba enfrascada en la
redacción de un contrato de arrendamiento de un local comercial y no
quería perder el hilo, por lo que se limitó a asentir con la cabeza y a
soltar algún que otro monosílabo como toda respuesta. Con una sonrisa
de alivio al pensar que ya no tendría que mojarse en el trayecto que iba
del despacho al metro y de éste a casa, cogió aquel paraguas por el
mango, que se encontraba colgado del pomo y se dirigió hacia el
ascensor. Una vez dentro, pensó que su amiga hubiese podido dejarle
uno que no fuese de un color tan llamativo, aunque suponía que debía
ser uno de los que tenían de repuesto en el despacho para esos casos y,
cuyo origen, era el despiste de los clientes o de los mismos trabajadores.
Siempre había tenido la tendencia, casi manía, de comprarse paraguas
de tonalidades oscuras, quizás porque eran aquellos colores los que más
ligaban con el tiempo que propiciaba su uso; y la verdad es que ir con
uno de un tono rosa chillón le daba algo de reparo. Más bien le daba
vergüenza, mucha vergüenza. No obstante, intentó pensar
positivamente y con optimismo para convencerse de que lo importante
en aquellos momentos era que aquel objeto cumpliese la función por la
que había sido diseñado: que el que lo llevase no se mojase.
613
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Buenas noches, José –contestó ella a la vez que conseguía esbozar una
sonrisa un tanto forzada.
614
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
momento.
-Sí, me contó Eva que es arquitecto –se explicó él como si tal cosa.
-Eh… Bueno, no hablamos mucho del tema, pero creo que bien –
contestó un tanto cortada por la situación. ¿Es que ninguna de sus
amigas podía mantener la boca cerrada? ¿Era realmente imprescindible
que fueran contando los entresijos de mi vida a todo el mundo?
-Eh… Supongo que sí, o al menos lo espero –repuso Esther cada vez más
alucinada. ¿Acaso ese hombre conocía toda su vida?-. Buenas noches, y
que te sea leve.
Nada más salir del edificio, una leve brisa cálida le dio la bienvenida. No
sabía si eran imaginaciones suyas pero le daba la sensación que había
empezado a llover con más fuerza, por lo menos aquello era lo que le
indicaban las gotas que caían sobre el charco que tenía justo enfrente de
ella. A modo de acto reflejo abrió el paraguas a la vez que lo levantaba
por encima de su cabeza. De pronto y sin avisar, un papelito blanco
quedó colgado de una de las varillas metálicas a la altura de sus ojos. En
un primer momento pensó que era la etiqueta del paraguas, suponiendo
que éste debía ser nuevo; aunque pronto se dio cuenta de que no se
ajustaba a sus características. Malhumorada, bajó el paraguas
manteniéndolo en horizontal para quitar ese papelito impertinente,
encontrándose con que un lateral del paraguas estaba completamente
roto, dejando las varillas al descubierto. Estuvo tentada de tirarlo lo más
lejos posible, aunque en el último minuto desechó la idea, quizás con
miedo a que impactara contra algún coche. No quería ser la responsable
de la muerte prematura de algún conductor, sus remordimientos no la
dejarían vivir sabiendo que toda una familia la odiaría por el resto de sus
días y todo por una mierda de paraguas roto.
No supo por qué, pero sintió la curiosidad de saber qué era realmente
aquel papelito que, de hecho, la había salvado de quedarse
completamente empapada, ya que de no haber sido por él, no hubiese
reparado en que el paraguas estaba roto. Intentó romper el hilo que lo
unía con la varilla con los dedos, pero a pesar de esfuerzo que hizo no lo
615
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
consiguió. Frustrada por la mala suerte que estaba teniendo aquel día,
decidió hacer algo que no le gustaba nada: utilizar los dientes. Siempre
le había dado mucho repelús romper las cosas de aquella forma; de
hecho, se estremecía cada vez que Laura lo hacía con cada nueva
prenda que se compraba. Finalmente, aquel pequeño trozo de cartón
cayó sobre una de sus manos, por lo que no dudó en dejar caer el
inservible paraguas al suelo y acercar esas letras a su rostro para poder
verlo mejor. Se sorprendió al darse cuenta de que en realidad estaba
doblado, lo que le impedía saber si había algo o no. Ni saber la razón del
repentino temblor de sus manos, despegó con nerviosismo uno de los
lados que parecía contener pegamento. “¿Pegamento? ¿Desde cuándo
ponen eso en las etiquetas?” se preguntó aun sabiendo muy bien que lo
que tenía entre manos no era lo que se empeñaba en creer,
seguramente para no desilusionarse ni no acababa siendo lo que ella
creía.
616
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Totalmente.
617
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
ningún lado.
-¿Crees que necesito operarme ya? –bromeó presa de los nervios que
amenazaban con hacer que su corazón saliese disparado a través de su
pecho.
-¿A casa?
-Sí, creo que nos están esperando con una fiesta “sorpresa”… -explicó
haciendo el gesto de las comillas con sus dedos.
618
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
por lo que el trayecto que debería haber durado unos diez minutos se
alargó hasta casi media hora. Al principio se mantuvieron calladas, pues
parecía que la presencia del taxista las había cortado lo suficiente como
para no poder seguir con la conversación que se había quedado a
medias cuando entraron en el vehículo. Sin embargo, al ver que la cosa
iba para largo, más de lo previsto, Esther decidió retomar el tema que le
parecía menos personal.
-Que no, que me he portado muy bien –se defendió con gesto inocente.
Una vez aclarado aquel tema, ambas volvieron al silencio inicial aunque
con una pequeña diferencia: la mano buena de la cirujana había
aprovechado un descuido de Esther y se coló con facilidad por el muslo
de la abogada. Ninguna de las dos fue consciente de ello hasta que
pareció cobrar vida propia y empezó a pasearse por aquella parte de su
cuerpo de forma distraída. De pronto y sin previo aviso, la mano de
Esther detuvo sus movimientos de forma brusca cuando ya se
619
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-No te pases ni un pelo –le advirtió Esther con una voz algo más ronca
de lo habitual.
-No tengo ni idea de lo que hablas –replicó con fingida inocencia como
toda defensa.
-¿De qué?
-Tu brazo…
-Ya… ¿Y qué pasa con esa investigación sobre no sé qué que estabas
haciendo?
620
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Os dije que era una mala idea –soltó Guille por encima del resto-. Pero
claro, como Guille es un salido y sólo piensa en una cosa...
-Es que habíamos olvidado su faceta obsesa -se defendió Anna, sin
percatarse de la mirada reprobatoria de su cuñada.
621
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Si es que ya se comportan como una pareja normal y todo –dijo Claudia
sin querer quedarse atrás, a la vista de que todos habían opinado al
respecto-. ¡Las niñas se nos han hecho mayores!
-Podemos probar. De todos modos, no creo que sean peores que estos –
repuso dejando un corto beso en sus labios, mientras cogía su mano
para entrar en su casa.
-Me ha dicho que iba un momento al baño –contestó ésta con una
sonrisa perspicaz.
-Ya… -repuso sin acabar de estar conforme con la respuesta. Maca debía
haberse perdido porque no era normal que tardase tanto. Aunque quizás
se la había tragado el inodoro.
622
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Vete a la mierda, graciosilla –le espetó ella con una mueca de fastidio,
aunque debía reconocer que en el fondo aquellos comentarios le hacían
cuanto menos gracia.
-Joder, Esther, ya te hubieses podido echar una novia más maja –se
quejó refunfuñando.
-Pero si yo soy lo más majo que ha existido jamás en este mundo –se
defendió Maca con una sonrisa divertida-. Además de modesta,
obviamente.
-No, sólo quería saber si teníamos que llamar a alguien para que
desatascara el inodoro…
623
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Desde que has vuelto te gustan a ti mucho las notitas, ¿eh? –le susurró
mientras Maca se hacía la despistada sirviéndose una copa.
-Y que lo digas –se limitó a contestar ésta con una sonrisa pícara.
624
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Te quedarías sin casa y por ende lo haría mi pobre prima… Y si las cosas
salen como espero, yo también y tu piso me gusta mucho.
-Me parece bien… Pero ya sabes que en mi casa siempre han sido muy
tradicionales, y nos inculcaron valores conservadores tanto a Jero como
a mí, por lo que antes de irnos a vivir juntas tendremos que casarnos…
-Estás de coña, ¿no? Maca, que estamos en un baño, por Dios –soltó
entre sorprendida y divertida, observando con los ojos completamente
abiertos aquel objeto que tenía en su mano.
-No tiene pestillo, y a estas alturas Anna ya estaría aquí en vez de estar
escuchando con la oreja pegada en la puerta. ¿Qué me dices?
625
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Pues que al menos tendremos que tardar un par de semanas para darle
tiempo a Cris a que se busque un piso –contestó con una sonrisa
radiante.
-De todas formas. Pero también quería que al menos algo te hiciera
sentir culpable si decides dejarme en un futuro después de haberme
dicho que pasaríamos el resto de nuestra vida juntas.
-¿Se puede saber qué estáis haciendo bollitos? –soltó Guille desde el
pasillo.
626
Hasta que la muerte nos separe ForBigMist
akes
-Claro, pero me niego a que mis dos hijas de anuncio tengan unos
nombres raros, así que mejor los decido yo, ¿vale?
Era más que evidente que en esa nueva fase no estarían solas, aunque a
decir verdad, ambas sentían que aquél era otro de los regalos que
habían recibido de la vida.
FIN
627