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Derecho Procesal
Concepto: El derecho procesal puede ser
definido como el conjunto de principios y
normas jurídicas que regulan la actividad
judicial del estado y de los particulares en
la realización indirecta del derecho.
Su objeto de estudio se compone del
análisis de principios que hacen a los
sistemas procesales: bilateralidad,
inmediación, lealtad y buena fe procesal,
como así también del derecho positivo
contenido en las leyes: Constitución
Nacional y Provincial, Códigos de fondo y
forma. El estudio de esta disciplina se puede
realizar desde un punto de vista estático y
dinámico. El 1ro compuesto por el análisis
de las reglas contenidas en las
Constituciones (Nac. y Prov.), leyes
orgánicas del PJ y acordadas de los
Tribunales Superiores. La faz dinámica se
ocupa de la actividad que desarrollan los
sujetos procesales en el trámite judicial y
que vería según la materia y el sistema.
Está Ciencia tiene 2 aspectos:
Subjetivo. Analiza la actuación de los
sujetos según su posición en la litis.
Precisando sus deberes, facultades y
cargas.
Objetivo: atiende a cuestiones formales
(circunstancias de lugar, tiempo y
modo).
Al delimitar el contenido del derecho
procesal, se ve que existe acuerdo
doctrinario en asignarle el siguiente
estudio de las reglas de organización y
atribución de competencia del poder
judicial.
análisis del régimen jurídico aplicable a
los sujetos procesales
Estudio de los requisitos y formalidades
que deben reunir los actos procesales.
Caracteres, los más distintivos son:
Público, en virtud de la regla de la
oficialidad. Es ejercido por el PJ y persigue
fines públicos. Resulta inmutable, aunque
se esté resolviendo sobre derechos
disponibles de interés de las partes.
Realizador, porque está dirigido a la
efectiva realización del derecho de fondo.
Por regla general, el derecho procesal
positivo se encuentra en los códigos
procesales, pero en algunos casos está
contenido en la ley sustancial.
Secundario, por cuanto el derecho
sustancial o de fondo preexiste
cronológicamente al procesal, ambos son
recíprocos y no pueden existir sin el otro.
Autónomo, porque vive con
independencia del derecho sustantivo y
se rige por sus propias reglas
fundamentales. Son normas medio ya que
sirven para la realización o aplicación de
las normas objetivas materiales; también
son normas instrumentales porque
mediante ellas se realiza el derecho
objetivo.
DERECHO PROCESAL CIVIL, PENAL,
LABORAL Y DE FAMILIA. OBJETO DE
CONOCIMIENTO Y DIFERENCIA.
El Estado, en virtud de los artículos 75 inc.
12 y 121 de la C.N. se arroga para sí la
facultad de dictar las normas de
procedimiento y de esta forma conocer y
resolver conflictos de naturaleza civil, penal
y laboral, entre otros.
Bajo esto, se individualizan principios y
reglas comunes a cualquier rama del
derecho y que son válidas a la hora de dictar
y aplicar las leyes procesales. Así por ej., el
principio de bilateralidad, inmediación,
celeridad, economía, concentración, buena
fe y lealtad procesal. En cada fuero incide la
vigencia de ciertos principios esenciales. En
el proceso civil se impone el principio de
colaboración o solidaridad para con el juez
o con el trámite, de claridad en la
formulación de las pretensiones, veracidad
y el de información patrimonial. En el
procesal penal está el principio de legalidad,
de inocencia, de juicio previo, libertad
ambulatoria, etc.
El objeto de estudio del derecho procesal
penal es el proceso originado a partir de la
hipótesis de violación o infracción del
derecho penal. El trámite se inicia con la
investigación penal preparatoria a cargo del
fiscal o excepcionalmente del juez quienes
cuentan con amplias facultades en orden de
consecución de pruebas para fundar la
acusación. Esta 1ra etapa es inquisitiva. La
2da etapa es de trámite oral y tiene lugar
ante un tribunal de juicio, es quien dictará
sentencia definitiva. El carácter inquisitivo
de la 1ra etapa muta radicalmente en la
etapa de juicio, donde rigen los principios
acusatorios del sistema penal, que
determinan la limitación de las facultades
del tribunal, quien carece de iniciativa
probatoria, con excepción de la prueba de
inspección judicial.
El derecho procesal civil sirve como
instrumento para restablecer el orden
jurídico alterado. Generalmente se
resuelven conflictos de carácter patrimonial
entre personas de derecho privado. El
derecho civil se realiza en case a sistemas
prevalentemente dispositivos, escritos,
formales y de doble instancia. Es dispositivo
porque el impulso del trámite, la fijación de
la plataforma fáctica y la aportación de
pruebas está reservada a las partes, el
órgano jurisdiccional provee al trámite y su
función principal es la de resolver
respetando la regla de congruencia. Al
tratarse de derechos de naturaleza
patrimonial, las partes tienen amplias
facultades de disposición sobre el
contenido sustancial y procesal de la
relación. El juez es un sujeto pasivo y
espectador. Estas características hacen que
los trámites sean largos y tediosos.
El proceso civil presenta grandes
diferencias con el penal; la orientación del
primero está dada por la búsqueda de la
verdad formal, mientras que la verdad real
o histórica es el norte del proceso penal. La
diferencia sustancial radica en que el
derecho penal haca un derecho subjetivo
del estado para imponer penas y medidas
de seguridad con compromiso del orden
público; en el proceso civil se usa con el fin
de restablecer los derechos subjetivos
conculcados y procura generalmente un
resarcimiento económico entre otras cosas.
El proceso de familia presenta reglas
específicas, atento a los sujetos
involucrados, tales como la de reserva,
secreto o confidencialidad de las
actuaciones. También se impone la regla de
la inmediación y el principio de
personalidad (permite la función
conciliadora de los jueces y funcionarios). Se
otorga competencia exclusiva a los
tribunales de familia con una ley propia de
organización y funcionamiento. El trámite
establecido es el de proceso oral con
instancia única, se otorga protagonismo a
los magistrados. Como característica
particular se impone el impulso procesal de
oficio, se presentan instancias
conciliatorias, se busca la verdad objetiva
acentuada por el principio sustancial de la
verdad biológica amparada por el Código
Civil. Las decisiones del juez no están
limitadas por las reglas de la congruencia.
El proceso laboral tiene como regla propia
además de las que corresponden a un
procedimiento oral, las del in dubio pro
operario, inversión de la carga de la prueba
y la fijación de las reglas de la competencia
a partir del domicilio del trabajador
requirente. El juez actúa como director del
procedimiento y se le reconocen amplias
facultades. Rige la regla de la gratuidad ya
que es el estado quien anticipa los gastos
para el trabajador y se provee asistencia
técnica gratuita.
La norma procesal
Concepto: Las procesales integran, junto
con las sustanciales, lo que se denomina
“normas jurídicas generales”, éstas son
aquellas que imponen pautas de conductas
en forma de hipótesis generales y
abstractas que deben cumplir las
particulares y a las que adecuan su actuar
en la vida cotidiana. También establecen
sanciones para el caso de su
incumplimiento.
Las sustanciales son aquellas contenidas en
los códigos de fondo que establecen reglas
de conducta y tienden a la recomposición
del orden jurídico, ordenando la
reparación o estableciendo conminaciones
de responsabilidad y punibilidad.
Las procesales son las que señalan los
caminos para la realización jurisdiccional
indirecta del orden jurídico lesionado.
Organiza al Poder Judicial. Asimismo, se
ocupa de los requisitos y efectos de los
actos procesales y el orden en que deben
ser cumplidos.
Caracteres:
1- Pública: regula la actividad que
realizan los órganos públicos.
2- Secundaria: en relación de la norma
sustancial.
3- Realizadora: no dice qué resolver
sino cómo resolverlo.
4- General y abstracta: se dirige a todos
los ciudadanos y regula situaciones
jurídicas, no casos particulares.
5- Vinculante: su vigencia es
imperativa para los sujetos procesales.
6- Autárquica y coactiva: su aceptación
y cumplimiento refleja la voluntad
general, no depende de la anuencia de
las partes.
Fuentes:
1- Directas: son las que tienen valor
vinculante y obligatorio para los sujetos
procesales: C.N. (arts. 31, 75 inc. 12, art.
5), C.P., los tratados internaciones (art.
125 C.N.), leyes nacionales y
provinciales, Reglamentos del Poder
Ejecutivo y Acordadas del Tribunas
Superior de Justicia.
2- Indirectas: aquellas que sólo sirven
para la aplicación e interpretación del
derecho mas su uso no es obligatorio. Ej.
Jurisprudencia, la doctrina o la
costumbre.
3- De producción o históricas: se
utilizan para la investigación y para
identificar momentos en la vida de los
pueblos o concepciones jurídico
políticas existentes a lo largo de la
historia.
Eficacia en el tiempo y en el espacio
Con relación a la aplicación de la ley
procesal en el espacio, rige la regla de la ley
del lugar y el principio de territorialidad.
Este último determina que las leyes
procesales son de competencia exclusiva de
las provincias. No obstante a lo expuesto,
existe un fuero federal con alcance nacional
y asiento y vigencia en todo el país. Tiene
competencia en cuestiones que le han sido
asignadas por la Constitución.
La vigencia temporal de la norma procesal
no ofrece inconvenientes en relación con
procesos futuros, ellos se resuelven con la
nueva ley. El problema se suscita cuando el
pleito está pendiente de solución y se dicta
una ley nueva. La solución era dada por la
aplicación inmediata de la nueva normativa,
pero solo para actos futuros ya que para los
anteriores a su entrada en vigencia no se
puede aplicar como consecuencia del
principio de la irretroactividad. Deben
tenerse en cuenta los artículos 2 y 3 del C.
C.
Es común que las nuevas leyes establezcan
“periodos de vacancia” (espacios de tiempo
de no vigencia de la nueva ley), con el objeto
de realizar los ajustes necesarios. En caso de
procedimientos en trámite debe observarse
en que etapa se encuentra el proceso. Los
actos que han concluido lo serán bajo el
imperio de la primera ley, y lo pendientes de
cumplimiento lo serán por la nueva norma.
Por último, hay supuestos en que la ley
antigua se aplica a procesos en trámite, ello
se denomina ultractividad de la ley
derogada, sucede cuando existen
actividades procesales que han comenzado
a cumplirse y sobreviene el dictado de una
nueva ley que la regula diferente. Hace que
la norma pese a estar derogada, se aplique
en respeto a los derechos adquiridos y por
efecto del principio de comienzo de
ejecución.
Interpretación e integración
Interpretar es aclarar dudas acerca de la
voluntad manifiesta de las normas,
desentrañándolas del texto legal conforme
a un proceso lógico de significación jurídica.
En materia procesal civil, los jueces pueden
efectuar interpretaciones cuando la ley así
lo requiera (art. 15 C.N.). En materia penal,
no existe delito sin que haya una ley que así
lo disponga, por ellos los principios de
interpretación son más estrictos y no cabe
la integración del sistema normativo penal
sustancial.
La interpretación se diferencia de la
integración, porque la primera se lleva a
cabo ante la oscuridad, contradicciones o
deficiencias de la propia ley, mientras que
cuando ésta contiene omisiones o se dan
situaciones no previstas o reguladas
expresamente (lagunas), se recurre a la
integración judicial. Se utilizan a estos fines:
A) La analogía, que permite construir
una norma que tenga consecuencias
idénticas a la de otra u otras con fines
semejantes.
B) La diferencia, que integra
constituyendo una norma que tenga
consecuencias opuestas a la de otra y
otra con fines semejantes.
El proceso judicial
Concepto
El proceso judicial es una serie gradual,
progresiva y concatenada de actos
jurídicos procesales cumplidos por órganos
predispuestos por el Estado y por lo
particulares que intervienen en él, en
forma voluntaria o coactiva, en ejercicio de
las facultades y cumplimientos de las
cargas dispuestas por la ley para la
actuación del derecho sustantivo, el
restablecimiento del orden jurídico
alterado y la realización del valor justicia.
Caracteres:
Público, ya que sus fines responden a un
interés que excede del privado y su
trámite debe llevarse a cabo conforme a
los mandatos de la ley adjetiva de
naturaleza pública y ante órganos
jurisdiccionales del Estado.
Complejo, porque en su desarrollo
actúan diferentes sujetos procesales
con diversas atribuciones.
Autónomo, en relación con el derecho
sustantivo.
Teleológico, por cuanto se dirige al
cumplimiento de fines individuales o
sociales.
Elementos:
El elemento objetivo hace a la “…serie
gradual, progresiva y concatenada de
actos…”
o Gradual porque los actos se realizan
conforme a un orden determinado
previamente por la ley.
o Progresiva ya que se van
cumpliendo en forma paulatina y
tienden a un fin.
o La culminación de un acto supone el
inicio de otro y además estos están
estructurados en etapas cuyo
comienzo y fin, están concatenados.
El elemento subjetivo está
representado por las personas que
interviene en el trámite procesal.
Pueden ser sujetos necesarios o
eventuales. En el proceso civil son
protagonistas el actor, el demandado y
el juez. En el penal debe existir un
órgano requirente (Ministerio Público
Fiscal), un órgano judicial y el imputado.
Por último, los sujetos eventuales
comprenden auxiliares del tribunal y el
personal subalterno que colabora con el
oficio judicial (secretarios letrados,
prosecretarios, jefes de despacho, etc.)
El elemento teleológico atiende a las
expectativas colectivas de la sociedad y
a los intereses individuales de las partes.
Naturaleza jurídica
Para dilucidar cuál es la esencia de proceso
judicial habrá que atender a la naturaleza
jurídica del mismo. En tal sentido se ha
desarrollado una escuela privatista y otra
científica pública con diferentes teorías.
A) Privatista – Teoría contractualista: es
la mas antigua, la esencia del proceso
está en un convenio que celebraban
actor y demandado y que luego
plasmaban en una fórmula que
presentaban al magistrado.
Posteriormente el magistrado se
pronunciaba sobre el contenido de la
fórmula y no sobre los derechos
primitivamente alegados por las partes.
B) Privatista – Teoría
cuasicontractualista: intente mejorar la
teoría precedente. Justifica como el
proceso tiene efectiva vigencia incluso
en ausencia o sin el consentimiento de
ambas partes a partir de una operación
de descarte. La fuente de las
obligaciones eran el contrato, el
cuasicontrato, el delito y el cuasidelito.
No tenia naturaleza de lo anterior y solo
quedaba la chance de entenderlo como
cuasicontrato.
C) E.C. Pública – Teoría de la relación
jurídica: Principal exponente Von
Bullow. Sostiene que la fuente de los
derechos y obligaciones de las partes
deriva de la propia ley. La relación entre
los sujetos es netamente procesal y
autónoma con respecto a la relación
sustancial que puede no existir sin que
por ellos la procesal pierda su objeto. La
vinculación procesal nace y muere con
el proceso, es pública, compleja,
autónoma y teleológica.
D) E.C. Pública – Teoría de la situación
jurídica: tesis elaborada por James
Goldschmitdt, quien parte de negar la
existencia de una relación jurídica. En el
proceso no hay relación sino una
situación jurídica que se define como un
complejo de meras posibilidades de
obrar, expectativas y cargas. Esta teoría
aportó la distinción entre derecho,
carga y deber, pero hacer perder la
noción de la unidad del proceso.
E) E.C. Pública – Teoría de la institución
jurídica procesal: enunciada por Guasp,
quien define al proceso como una
organización jurídica que está como tal,
al servicio de una institución o idea
común objetiva representada por la paz
social y la justicia a la que adhieren los
distintos sujetos. Hay en esta tesis 2
ideas centrales, la idea objetiva común y
la voluntad de los particulares que
adhieren. Se le critica haber colocado a
los sujetos en una relación de
subordinación cuando en realidad
ambas partes tienen igualdad.
Objeto
Objeto del proceso es la actividad del juez
por la cual ante la pretensión del actor y la
contra pretensión del demandado,
aplicando las reglas de la sana crítica
racional y de la lógica formal mas todo lo
inherente al proceso, llega a una sentencia
definitiva.
Contenido
El contenido del proceso está dado por las
pretensiones o declaraciones de voluntad
cuto acogimiento se intenta obtener. El
actor al ejercer la acción, y el demandado
al contestar o interponer excepciones,
formulan una declaración de voluntad de
tipo imperativo amparada por la ley y
exigiendo al juez que se pronuncie sobre la
existencia o inexistencia de una obligación
determinada.
El Dr. Claria Olmedo distingue en el
desarrollo del contenido del proceso,
diferentes categorías y situaciones jurídicas.
A) Atribución facultativa: facultad que
compete al actor para accionar en el
campo del proceso civil y obtener una
satisfacción.
B) Atribución impuesta: exigencia legal
que tiene el juez frente al proceso, ya
que dicho funcionario tiene la
obligación de pronunciarse ante el
simple requerimiento de la parte.
C) Sujeción impuesta: situación que
requiere la actuación del sujeto por
razones que atienden al interés público
(posición de testigo).
D) Sujeción facultativa: tiene como
significación satisfacerse a sí mismo
para prevenir un perjuicio futuro. En ella
se encuentra la carga procesal, que es
un imperativo del propio interés. Es una
situación jurídica instituida en la ley,
consistente en el requerimiento de una
conducta de realización facultativa
normalmente establecida en interés del
propio sujeto y cuya omisión trae
aparejada una consecuencia
desfavorable para él.
Presupuestos procesales.
Son presupuestos procesales aquellos que
determinan el nacimiento válido del
proceso, su desenvolvimiento y normal
culminación con la sentencia. Son
requisitos previos al proceso sin los cuales
no poder ser iniciado válidamente.
Se distinguen de los presupuestos
sustanciales porque éstos hacen a las
pretensiones de las partes. Para demandar
no es necesaria la existencia de un derecho
sustantivo real, basta con la creencia que se
tiene ese derecho. Estos presupuestos
deben ser examinados antes de resolverse
sobre el fondo dado que la falta de
cualquiera de ellos invalida el
pronunciamiento.
Entre los presupuestos procesales, la
doctrina acepta esta clasificación:
a) Competencia del Tribunal: se funda
en los límites territoriales, materiales y
funcionales establecidos por la ley para
que el juez ejerza su jurisdicción.
b) Capacidad procesal de las partes: es
el requisito en virtud del cual debe
mediar una coincidencia entre las
personas que efectivamente actúan en
el proceso y las personas a las cuales la
ley habilita para requerir (actor) y
contradecir (demandado) respecto de la
materia sobre la cual versa el proceso.
No debes olvidarse de que en la materia
rige la máxima por la cual la capacidad
es la regla y la incapacidad la excepción.
c)Observancia de los requisitos de forma:
todo planteo debe efectuarse
respetando las formalidades
establecidas por la ley a tal efecto (art.
175 y 176 C.P.C; art. 315 y 316 C.P.P.)
Presupuestos senténciales.
Son las condiciones que hacen que el juez
pueda dictar válidamente sentencia. Se
requiere la realización de un
procedimiento previo y completo, por su
forma y grado, para lograr el
pronunciamiento de la resolución final.
El trámite debe haberse desarrollado con
sujeción a las formas esenciales
establecidas en la ley (idioma y
documentación) y hallarse en un estado tal
que permita el pronunciamiento de una
sentencia válida por haberse cumplido las
etapas que son inevitablemente previas y
necesarias.
Desde otro punto de vista se identifican con
las pretensiones sustanciales del actor y el
demandado en el proceso civil y del
imputado en el proceso penal. Son los
requisitos necesarios para que el juez pueda
proveer al fondo de la cuestión.
Los presupuestos senténciales en una
resolución favorable al actor son:
a) Existencia real de la relación jurídica
sustancial pretendida.
b) Prueba en legal forma de la situación
de hecho relevante que sirvió de causa.
c)Exigibilidad del derecho que no se
encuentra sometido a plazo o condición
suspensiva.
d) Petición adecuada al derecho que
tenga, puede tenerse el derecho y
haberse probado, pero si se ha pedido
cosa distinta se obtendrá sentencia
desfavorable.
e) Haber enunciado en la demando los
hechos esenciales que sirven de causa
jurídica a las pretensiones, ya que su
falta ocasiona el fracaso en la sentencia.
El juez debe basar su decisión en tales
hechos.
Constituyen los presupuestos de la
sentencia favorable al demandado: alegar
las excepciones cuando así lo exija la ley y
acreditarlas, también podría esgrimirse la
simple ausencia de alguno de los
presupuestos del éxito de la demanda.
En relación con las sentencias penales, son
presupuestos:
a) Adecuada imputación en la
acusación fiscal al iniciar el
enjuiciamiento.
b) Prueba diligenciada en legal forma y
referida a la existencia de los hechos
delictuosos que se investigan.
c)Que esos hechos sean precisamente los
imputados al tiempo de la promoción de
la acción.
d) Que no haya causa de justificación,
inculpabilidad, inimputabilidad o que
excluyan la responsabilidad penal.
Los presupuestos senténciales en cualquier
materia se dirigen al fondo de la cuestión y
obstan al dictado de una sentencia
favorable a las pretensiones de los sujetos.
Mientras la ausencia de presupuestos
procesales impide que el juicio pueda
tramitarse válidamente, los requisitos
senténciales atacan a la pretensión e
impiden que las partes obtengan una
resolución favorable a sus pretensiones.
Juicio Previo
Reza el art. 18 de la C.N. en su primera
parte: “ningún habitante de la Nación
puede ser penado sin juicio previo fundado
en ley anterior al hecho del proceso”.
Desglosando la anterior concepción se
puede comenzar estableciendo que cuando
se hace referencia a penado, significa
condena. El termino juicio previo alude al
proceso o a la sentencia, como resultado
final de un proceso. No es equivalente al
proceso, sino que comprende un juicio
lógico integrado por 3 elementos: tesis,
demanda de acusador o actor, antítesis,
contestación del imputado o demandado y
síntesis, la resolución contenida en la
sentencia del juzgador, que debe referirse al
hecho del proceso y fundarse en el derecho.
La mención a ley anterior al hecho del
proceso implica que el juicio deber ser
previo a la sanción. El desarrollo lógico y
cronológico es el siguiente:
1) Ley que prevé y sanciona el hecho
2) El hecho captado por la ley y que
provoca el proceso
3) El proceso que contenga la
imputación o atribución responsable de
ese hecho y la audiencia del perseguido
4) La sentencia condenatoria
conclusiva del proceso
5) La ejecución de la pena impuesta en
esa sentencia, si es firme.
El principio constitucional de juicio previo
tiene repercusión en el proceso penal por
vigencia del aforismo nulla poena, nullum
crimen sine legia praevia (ningún delito,
ningún crimen sin ley previa), que exige
para condenar la adecuación del hecho
criminal con el tipo legal. Encierra 3
subprincipios, el de reserva penal, el de
indispensabilidad del proceso previo y el del
estado de inocencia.
Juez natural
El art. 18 referido también contiene el
principio de juez natural al establecer que
ningún habitante de la Nación puede: “… ser
juzgado por comisiones especiales o sacado
de los jueces designados por la ley antes del
hecho causa…”
Juez natural es el juez u órgano
jurisdiccional designado por la ley
anteriormente al hecho que provoca el
proceso. No son jueces naturales y por lo
tanto están prohibidos los siguientes:
Jueces ex post facto (ley posterior al
hecho), creados con posterioridad al
hecho. Para cada perseguido
judicialmente sólo deber haber un
tribunal con competencia determinada
de antemano, objetiva e
imparcialmente.
Jueces ad hoc (para esto), creados para
juzgar determinados hechos o casos.
Comisiones especiales: tribunales
extraordinarios que, sin ser
competentes por no formar parte del
poder judicial del Estado, intervienen o
deciden en un proceso dado. Son
creados de manera inconstitucional.
Lo que se impone es un tribunal
permanente, en el que, aunque se
sustituyen los jueces que los personifican,
sigue siendo juez natural (ej. Jubilación del
juez), y un tribunal competente que, al
contrario de la comisión especial, aplique el
principio de generalidad. La función
jurisdiccional debe ser ejercida por
magistrados instituidos previamente por la
ley para juzgar una clase de asuntos o una
categoría de persona.
Inviolabilidad del derecho de defensa en
juicio
Idéntica norma constitucional establece
que es inviolable la defensa en juicio de la
persona y de los derechos, entendida como
la potestad que tienen el demandante y el
demandado de defender sus derechos en el
proceso, en cualquier momento del
desarrollo de este.
El vocablo juicio tiene una significación
objetiva referida al camino o trámite para la
realización de la justicia y no capta
solamente lo que es el juicio en sentido
estricto, sino que se refiere a todo el
proceso.
La Corte Suprema de Justicia ha sentado
que “la garantía de la defensa en juicio
requiere, por sobre todas las cosas, no que
se prive a nadie, arbitrariamente, de la
adecuada y oportuna tutela de los derechos
que pudieren asistirle” (fallos, 267:228).
La defensa en juicio comprende la defensa
técnica y la material. La ultima supone
reconocerle al justiciable el derecho de
participar en la invocación o defensa de sus
intereses, mientras que la técnica importa
establecer la exigencia legal de un
patrocinio letrado obligatorio y asegurarlo
para el caso de carencia de recursos.
Esta garantía se encuentra presenta en
cualquier tipo de proceso y comprende
diferentes subprincipios:
De la intervención en juicio importa lo
irrestrictible oportunidad de todo sujeto
de derecho para comparecer ante el
tribunal y hacer valer sus derechos
como pretendiente activo o pasivo,
directamente o por representación
legítima, ya se como actor, acusador,
demandado o perseguido.
La audiencia ante el tribunal funciona
como impedimento para ser condenado
sin ser oído previamente.
La prueba de las cuestiones planteadas
hace la posibilidad de las partes de
acreditar los extremos fácticos que el
tribunal habrá de asumir en el proceso
para la aplicación del derecho y fijación
de los hechos.
La asistencia técnica implica la facultad
de las partes para hacerse asesorar
durante el juicio por abogados y para el
caso de pruebas específicamente
reguladas, por peritos controladores. En
el proceso penal la asistencia técnica es
obligatoria y en el caso que el imputado
no eligiere un abogado de su confianza,
el Estado le nombrará un defensor
oficial.
El subprincipio de igualdad de
oportunidades se refiere al equilibrio con
respecto a las oportunidades que deben
tener las partes para hacer valer sus
derechos y garantías.
La garantía de igualdad está contemplada
en el art. 16 de la C.N. La ley predica que
todos los hombres son iguales ante la ley,
no se desconoce que existen diferencias de
persona a persona, ya sea de orden físico o
moral. Se trata de la igualdad de los iguales
en iguales circunstancias. Procesalmente
implica que debe atribuirse a cada una de
las partes idénticas posibilidades de
actuación en el proceso.
Tipo inquisitivo
Está involucrado el orden público.
El juez es protagonista desde el
principio.
El juez tiene los poderes de actuar por si
es investigar. Una vez que nació el
proceso, el tribunal debe seguirlo de
oficio.
Los hechos son todos aquellos que el
juez considere útiles.
El juez puede ordenar de oficio la
producción e investigación de las
pruebas.
Ningún sistema se manifiesta de manera
pura, sino que se presentan combinaciones
con una mayor o menor tendencia hacia lo
dispositivo o inquisitivo.
Sistema acusatorio
Separa las funciones del Estado en
materia penal e instituye junto al juez al
ministerio público.
El juez deja de ser el protagonista de la
búsqueda de la verdad y deriva esa
responsabilidad al ministerio público.
Las partes se posicionan en un plano de
igualdad y se diferencian del juez, quien
debe ser imparcial e independiente.
El debate se realiza en forma pública y
oral, regido por pautas éticas y
comprende las etapas de afirmación,
reacción, confirmación y alegación.
El órgano jurisdiccional no puede
impulsar la acción, sólo la proyecta y le
está vedado suplir la inactividad de los
contendientes, ni siquiera en el aspecto
probatorio.
La separación entre el juez (imparcial) y
el acusador (investigador) es el
elemento más importante.
Autoridad
Es un principio que podría definirse como
“nuevo” en la evolución del
derecho procesal. El mismo refleja la
incidencia que tiene el juez en el
proceso, considerado como poder del
Estado político. El juez tiene un
complejo de poderes-deberes limitados por
la ley para administrar justicia
y es entendido como director y conductor
del proceso con incidencia en la
formación del material de cognición y en la
vigilancia de la conducta de los
justiciables.
Esta figura de juez director deriva del
principio de publicidad del proceso en
el que el Estado es también un sujeto
interesado en su resolución.
No obstante lo expuesto, la mayoría de los
códigos procesales civiles del
país aún sostienen la figura del juez neutral
derivada de una concepción
liberal-individualista. El juez es un mero
espectador de la contienda judicial
y no interviene en el proceso en forma
activa, cuya iniciativa, impulso,
conducción y disposición es un atributo del
justiciable. El juez no actúa de
oficio sino a petición de parte (principio de
rogación).
Bilateralidad o contradicción
Es un principio que encuentra raigambre
constitucional en el legítimo
derecho de defensa en juicio. La
bilateralidad o contradicción hace alusión
a la idea de que toda decisión judicial debe
ser tomada, previo a que se
haya dado igual oportunidad a todas las
partes de ser oídas. Implica la
posibilidad de alegar y probar, aunque no
interesa al derecho que la parte
efectivamente se pronuncie, basta con que
se le haya otorgado una
razonable oportunidad de defenderse o de
cumplir con la carga procesal de
expresarse, de ofrecer, producir y controlar
la prueba (art. 210 C.P.C.).
Los actos de comunicación procesal van
desde la simple notificación, hasta
el traslado o vista para contestar la
demanda.
En nuestra legislación se advierten
numerosas disposiciones que imponen
la noticia de las partes, como el art. 142
C.P.C.: “las providencias y
resoluciones judiciales no obligan si no son
notificadas con arreglo a la ley”
y otras normas que prevén sanciones por la
violación del principio (teoría
de las nulidades procesales -art. 76 a 78),
(recursos de apelación o casación
por violación de las formas o solemnidades
-arts. 362 y 383, inc.1).
También existen excepciones a la obligación
de comunicación, como por
ejemplo, las medidas cautelares, que
pueden ordenarse sin ser notificadas
aunque ello no implica derogación del
principio, sino que tan solo que se
difiere el contradictorio por la especial
naturaleza del acto.
Formalismo
Formas son las exteriorizaciones que deben
presentar ciertos actos
procesales, tanto del tribunal como de las
partes. Son la manera como se
exterioriza un determinado acto.
Este principio postula que la actividad que
se cumple en el proceso debe
llevarse a cabo de acuerdo a ciertas
condiciones de lugar, tiempo y modo.
Tradicionalmente el principio ha
presentado dos formulaciones opuestas:
el de libertad de formas y el de legalidad.
El de libertad de formas postula que el
proceso debe desarrollarse sin
formas preordenadas o predeterminadas,
pudiendo las partes cumplir la
actividad según sea lo más adecuado para
ellas.
El sistema de legalidad establece que la ley
señala rígidamente las
condiciones que debe reunir un acto
procesal. Las partes no pueden
convenir los requisitos y el juez no tiene
facultades para arbitrar otras
modalidades que las fijadas por la ley.
Las formas procesales son establecidas
como garantía del justiciable y se
basan en el principio de seguridad jurídica.
El apego riguroso al sistema de legalidad
degeneró antiguamente en lo que
se denomina “formalismo”, que eleva la
forma en un ritual excesivo y que
trata principalmente de fórmulas
abstractas.
En la actualidad, vinculado al tema del juez
director, se postula un sistema
de adecuación de las formas, de
adaptabilidad y de elasticidad o
flexibilidad. El juez cuenta con un margen de
discrecionalidad que debe
ejercer prudentemente a fin de procurar la
seguridad jurídica.
Economía procesal
Este principio comprende dos aspectos
fundamentales: la reducción de
gastos y la reducción de esfuerzos o de
actividad.
Su adopción supone procedimientos que no
resulten altamente costosos y
que no se extiendan excesivamente en el
tiempo.
La economía de gastos pone su acento en el
aspecto financiero del proceso.
Ello implica que el costo del juicio no sea un
obstáculo que impida a las
partes su inicio. Los procedimientos
generan gastos y ellos no pueden
evitarse, pero sí pueden ser postergados
atendiendo a ciertas
circunstancias o aun, por razones de política
procesal, resolverse su
eximición por el contenido social de la
cuestión que se presenta. Los gastos
de un juicio no pueden ser un obstáculo
para el acceso a la justicia de las
personas menos pudientes.
Existen dos reglas que colaboran con la
economía procesal, ellas son la
regla de la eventualidad y la de la
concentración.
La eventualidad es un principio derivado de
la economía y que se refiere al
ejercicio de ciertas facultades de las partes,
concretamente, supone la
simultaneidad en el ejercicio de una
facultad, que puede ser de alegación o
de impugnación.
Se aprovecha la oportunidad que la ley
acuerda para la acumulación
eventual de las actividades de ataque y de
defensa. Por ejemplo, el art. 183
del C.P.C. prevé que la oposición de
excepciones dilatorias, deben
deducirse simultáneamente.
La concentración, por su parte, procura
reunir la mayor cantidad posible de
actividad procesal en el menor número de
actos procesales. Importa
reducir la cantidad de actos procesales con
un criterio de razonabilidad (el
proceso oral favorece la concentración).
Apunta a evitar la prolongación de los
procesos en el tiempo (duración
razonable del mismo).
Son ejemplos de concentración los art. 507
y 508 del C.P.C. El primero de
ellos establece que la prueba deberá
ofrecerse con la demanda bajo pena
de caducidad. El art. 508 regula la
contestación de la demanda en el juicio
abreviado y establece que el demandado
deberá en el lapso de seis días
comparecer, contestar la demanda y, en su
caso, oponer excepciones o
deducir reconvención, como así también
deberá ofrecer toda la prueba de
que haya de valerse.
Adquisición procesal
Este principio predica que los resultados de
la actividad procesal cumplida
por las partes en el proceso se incorporan a
él de manera que los actos
cumplidos benefician o perjudican a
cualquiera, pudiendo el juzgador
valorarlo independientemente del sujeto
que lo haya aportado.
Los actos incorporados al proceso son
adquiridos por éste, se
despersonalizan y desde entonces, las
partes no tienen disposición libre
sobre ellos.
Moralidad
El principio de moralidad se encuentra
presente y debe regir todas las
etapas del proceso. A través del mismo no
se trata de dar contenido
jurídico a deberes morales, sino que se
busca asumir un imperativo ético
en las distintas figuras procesales.
Este principio puede conceptualizarse como
el conjunto de reglas de
conducta, presididas por el imperativo
ético, a que deben ajustar su
comportamiento procesal todos los sujetos
procesales (el juez, las partes y
demás participantes).
Es comprensivo de otros subprincipios que
lo enriquecen, a saber: la
lealtad, la probidad y la buena fe procesal.
Sin embargo, estas reglas que
gobiernan el proceso deben conjugarse con
el legítimo derecho de defensa
en juicio. Es decir, existen actitudes como la
reticencia, la intemperancia, la
agresividad, la obstrucción o la ambigüedad
que hacen a la inmoralidad y
poca lealtad, no obstante, el juzgador
deberá precisar los límites de estas
conductas para no afectar tampoco la
inviolabilidad de la defensa en juicio.
En los códigos de forma no se encuentran
previstos estos principios sino
que se establecen expresamente las
sanciones por los desvíos.
El art. 45 del C.P.C. de la Nación impone a la
parte o a su letrado una multa,
cuando la conducta sea declarada maliciosa
o temeraria. En igual sentido
se expresa el C.P.C. de la provincia de
Córdoba en sus artículos 83 y 84
cuando las partes no actúen en el proceso
con probidad y buena fe.
El acceso a la justicia
En virtud del art. 49 de la Constitución de la
Provincia de Córdoba, el
estado debe prestar el servicio público de
justicia a los interesados que la
requieran para la satisfacción de sus
pretensiones.
No obstante ello, existen restricciones de
carácter patrimonial que a veces
condicionan la actuación en el proceso por
lo que tanto la Constitución
como el C.P.C. de la Provincia, para evitar
esta desigualdad, han creado el
instituto del beneficio de litigar sin gastos,
como una forma de permitir a
las personas carentes de recursos el acceso
a la justicia (art. 101 C.P.C.).
En igual sentido, también se ha
reglamentado el servicio de asistencia
jurídica gratuita a cargo de asesores
letrados de los distintos fueros.
El derecho a la jurisdicción presenta un
doble enfoque, por un lado significa
que el Estado debe brindar el servicio
público de justicia a los particulares
que lo requieran, para obtener la
satisfacción de sus pretensiones. Por el
otro, su vigencia importa que todo sujeto al
que se le imponga una
modificación de su situación jurídica
existente o una atribución de
responsabilidad, tiene el derecho de
acceder al proceso judicial.
La Constitución de Córdoba incorpora de
modo explícito garantías de
acceso a la justicia como son la acción de
amparo (art. 48 y 52), el acceso a
la justicia propiamente dicho (art. 49) y el
derecho de protección de
intereses difusos o comunes (arts. 53).
En la Carta Magna Nacional también se
encuentra expresamente prevista la
acción de amparo (art. 43). Por su parte, el
artículo 42 consagra garantías
para los usuarios y consumidores de bienes
y servicios, estableciendo la
El acceso a la justicia y el abuso del proceso.
La
duración razonable del proceso.
obligación de las autoridades de proveer a
su protección y a la educación
de los habitantes.
El acceso a la justicia implica que el
individuo pueda requerir la realización
del derecho y la solución de los conflictos a
través de una administración
específica. Sin embargo, el acceso a veces se
ve impedido por la existencia
de obstáculos como la desigualdad, la
prolongada duración de los juicios en
el tiempo o el alto costo de los
procedimientos.
La desigualdad, por lo general, toca a
personas de clases sociales más
desvalidas, quienes tienen una sensación
generalizada de desamparo y
desconfianza en el sistema de justicia, ello
no hace más que promover la
solución de los conflictos acudiendo a vías
de hecho.
Por su parte, cuando un proceso excede los
límites razonables de duración,
se convierte en un serio obstáculo para el
acceso a la justicia porque se
plasma en una sentencia tardía, dejando
paso al aforismo: “cuando la
justicia llega tarde deja de ser justa”. El
trámite excesivo, el aumento de la
litigiosidad en todos los fueros, el
congestionamiento, la mora y la demora
no hacen más que obstaculizar
irremediablemente el acceso a la justicia
por razones temporales.
Por último, el inicio y desarrollo del pleito
tiene un alto costo de
tramitación. Así, gastos y honorarios
profesionales se transforman en un
impedimento cuando el costo supera los
límites de lo razonable en orden al
valor del asunto que se ventila.
Litigar supone solvencia económica porque
el Estado grava las actuaciones
judiciales con tasas y aportes, a los que se
debe sumar el costo de envío de
cartas documentos, confección de actas
notariales, despacho de cédulas,
etc., por lo que en causas de poco monto,
litigar es antieconómico.
El abuso del proceso
El artículo 1071 del Código Civil regula el
instituto del abuso del derecho,
que también encuentra recepción en los
cuerpos normativos procesales a
partir del principio de moralidad y sus
derivados, el de lealtad y el de buena
fe procesal.
Las normas de derecho procesal delimitan y
asignan los poderes de
actuación de los sujetos procesales con el
objeto de realizar el derecho
sustancial y hacer justicia. Los sujetos del
proceso deberían intervenir en el
trámite observando la finalidad última del
proceso, sin embargo, en
muchas ocasiones las estructuras
procesales se utilizan para obtener
ilegalmente más de lo que la ley concede o
de lo que la ley no concede,
dando lugar al abuso procesal.
Para que éste se configure deben reunirse
ciertas condiciones, a saber:
a) que se ejercite una prerrogativa-facultad
o potestad procesal;
b) que se observe una desviación del fin con
que esa facultad, prerrogativa
o potestad que fue conferida por la ley;
c) que dicha conducta no se encuentre
prohibida por ninguna norma
procesal.
El acto abusivo puede provenir de
cualquiera de las partes, incluso del
propio juez, quien podría incurrir en un
exceso de formas que impidiera el
acceso a la justicia. Asimismo, el acto
además debe generar un daño,
graficado como una dilación o un retardo
injustificado que produce el acto,
durante el curso del proceso o cuando se
exige la aplicación a ultranza de
una norma procesal en desmedro del
derecho de defensa incurriendo de
este modo en un exceso ritual manifiesto.
Duración razonable del proceso
Para hablar de la duración razonable del
proceso es útil tomar como base el
Código Procesal Penal que expresamente
establece en su artículo 1, bajo el
título “garantías constitucionales”, que el
proceso no podrá durar más de
dos años, salvo las excepciones previstas en
el art. 337 de idéntico cuerpo
normativo.
En igual sentido se expresa la Constitución
de la Provincia de Córdoba en su
artículo 39, cuando reza: “...todo proceso
debe concluir en un término
razonable...”
El Código Procesal Civil y Comercial de la
Provincia no establece
expresamente un plazo de duración del
proceso, aunque si comprende
ciertos plazos fatales como los del juicio
abreviado, los plazos para oponer
excepciones en el juicio ejecutivo, los plazos
para recusar o interponer
recursos o el artículo 121 que establece los
plazos para el dictado de las
resoluciones judiciales, junto con el artículo
siguiente que permite recusar
con causa al juez que no hubiera resuelto en
ese plazo.
En los fueros de familia y laboral, las leyes
organizativas responden a
pautas modernas y sus resultados
demostrados estadísticamente reflejan
que en la tramitación de los pleitos se
observa mayor eficiencia y se
cumplen razonablemente con los plazos.
Reglas procesales. Impulsión y preclusión.
Impulsión
Impulsar es hacer avanzar el proceso a
través de las distintas etapas. Este
principio caracteriza al sistema dispositivo
con el que se encuentra
íntimamente vinculado, ya que implica que
el estímulo de la función
jurisdiccional corresponde a las partes, que
son las encargadas de empujar
el proceso.
La impulsión inicial en el proceso civil
corresponde al actor, toda vez que el
juez no puede actuar de oficio, igual sucede
en los procesos de familia y
laboral. En el proceso penal debe
distinguirse entre delitos de acción
pública, delitos dependientes de instancia
privada y acciones privadas. En
el primer caso la acción será ejercida por el
Ministerio Público de oficio
(art. 5 C.P.P. y art. 71 C.P.). Cuando dependa
de instancia privada solo
podrá iniciarla el ofendido por el delito, sus
representantes legales, tutor o
guardador (art. 6 C.P.P. y 72 C.P.). Por
último, en caso de delitos de acción
privada, la impulsión inicial corresponde a
toda persona con capacidad civil
que se pretenda ofendida y se lleva a cabo
mediante querella (art. 8, 424 y
ss del C.P.P. y 73 C.P.).
La impulsión de mantenimiento en el
proceso civil, también corresponde a
las partes y en el caso que estas no cumplan
actividades para que el
proceso avance, se produce su muerte por
inactividad en lo que se
denomina perención de instancia. En el
fuero penal, también pueden
impulsar el proceso el ministerio público, el
imputado o el mismo órgano
jurisdiccional.
También debe distinguirse el impulso
privado propio del trámite civil del
impulso oficial característico de los
procedimientos que involucran alguna
razón de orden público. En este último, el
impulso se manifiesta como el
poder-deber del juez para realizar, con
independencia de la actuación de
las partes, todos los actos procesales que
integran la trama hasta la
finalización del trámite que culmina con el
dictado de la sentencia.
Preclusión
Regla procesal que parte de considerar al
proceso dividido en etapas que se
desarrollan en forma sucesiva, siendo que el
tránsito de una a otra implica
la superación y conclusión de la anterior,
por lo que la preclusión impide el
retroceso a la fase agotada. También impide
la realización de la actividad
cumplida. Ejemplo: si el proceso se
encuentra en el momento de la
discusión no puede retrotraerse a la etapa
de la prueba (salvo supuestos
excepcionales consagrados en la ley).
Por efecto de la preclusión se genera la
pérdida de un derecho por el
incumplimiento de una carga procesal.
Cada actividad procesal destinada a una
finalidad específica debe ser
cumplida en un momento determinado, de
otro modo, la actividad no sería
susceptible de producir efectos útiles.
La efectiva vigencia de la preclusión se
garantiza a través de las sanciones
procesales de nulidad o de inadmisibilidad.
Se aplica la primera cuando el
acto procesal se cumple en inobservancia a
la preclusión (ej. se formula
una liquidación final apartándose de lo
establecido en la sentencia, por lo
que se vulnera la cosa juzgada). Por su
parte, la sanción procesal de
inadmisibilidad se aplicará cuando se
intente producir un acto procesal una
vez vencido el plazo fijado por la ley para
ello o cuando se hubiere
declarado la pérdida del derecho a petición
de parte.
2do MODULO
La Jurisdicción
Definición
Es la función pública de administrar justicia
emanada de la soberanía del Estado y
ejercida por un órgano especial. Tiene por
fin la declaración o realización del derecho
y la tutela de la libertad individual y del
orden jurídico, mediante la aplicación de la
ley en los casos concretos, para obtener la
armonía y paz social.
Es el poder-deber que tiene el Estado de
aplicar justicia al caso concreto y nace desde
el momento en que la sociedad decide
realizar indirectamente el derecho en su
actuación coactiva, eliminando la actuación
directa de sus componentes. En sentido
amplio, la función jurisdiccional comprende
la creación y constitución de los órganos
encargados de administrar justicia, la
determinación de sus facultades y la fijación
de las reglas para la tramitación de los
juicios. En un sentido restringido, se refiere
al poder o facultad conferida a ciertos
órganos para administrar justicia en los
casos que le son presentados. La
jurisdicción es un poder que puede
asimilarse a los poderes de acción y de
excepción. Estos últimos implican poner en
actividad poderes que exhiben
pretensiones subjetivas de las partes y se
manifiestan como cargas procesales. La
jurisdicción, en cambio, se presenta como el
poder de actuación de un órgano público
con un criterio objetivo de justicia. Es
ejercida por el Estado de manera
monopólica.
El derecho procesal, el proceso y la función
jurisdiccional son instrumentos para la
realización indirecta y coactiva del derecho
sustancial. El ejercicio de la función
jurisdiccional requiere la existencia de un
caso concreto que se presenta a la manera
de un conflicto de interese. La sentencia es
el acto jurisdiccional por excelencia, ya que
pone fin al pleito. La jurisdicción se
manifiesta a lo largo de todo el proceso
mediante el dictado de decretos, autos o
providencia en general. El fin de la función
jurisdiccional es el de proteger el orden
público preestablecido.
Caracteres
Publica. Es una potestad del Estado
cumplida por órganos públicos y en
consecuencia también es pública la
naturaleza del acto jurisdiccional.
Única. Como poder o función del poder
no puede ser dividida, sin embargo,
atendiendo a razones de división del
trabajo, extensión de territorio,
naturaleza de las cuestiones y necesidad
de especialización, existe lo que se
denominan reglas de competencia, que
imponen a determinados tribunales la
obligación de entender en ciertas
cuestiones por razones prácticas
vinculadas al territorio, el grado y la
materia a elucidad.
Exclusiva y excluyente. Exclusiva
porque solamente el Estado está
habilitado para ejercerla legítimamente.
Es excluyente ya que rechaza cualquier
interferencia de particulares y de los
demás poderes respecto del ejercicio de
la función jurisdiccional.
Indelegable. Toda vez que el juez en el
que el Estado ha delegado la facultad de
administrar justicia no puede
despojarse de su ejercicio, para dejar
que otras personas lo asuman en el caso
concreto y ejerzan las funciones del
juez. No obstante, no se impide la
delegación en ciertos casos para la
comisión de medidas específicas por
diferentes razones (art. 291 C.P.C.)
Inderogable. Porque no puede ser
atribuida a otros órganos. En casos
especiales la ley otorga a los particulares
un reducido ámbito para elegir otros
métodos para la resolución de sus
conflictos.
Limites
Limite territorial. Está dado por una
cuestión geográfica ya que la soberanía
del Estado se ejerce dentro de su límite
territorial. Comprende a todas la
personas físicas o jurídicas que habiten
o se hallen instaladas en nuestro
territorio. También comprende todas
las cosas muebles o inmuebles situadas
dentro del país.
Caso concreto: El órgano jurisdiccional
requiere de la existencia de un caso de
la vida real donde se encuentren
relacionadas personas físicas o jurídicas,
con un verdadero conflicto de intereses.
Ese conflicto de intereses implica un
hecho histórico, circunstancias de
modo, tiempo, lugar y personas y un
derecho sustantivo que luego se aplica
al primero, dando lugar a una sentencia
definitiva.
Ley anterior: El conflicto se tiene que
haber generado en situaciones de hecho
contempladas por una norma vigente al
tiempo de sus producciones (conductas
reguladas previamente por el derecho).
En materia penal y virtud del principio
de legalidad, el juez jamás podrá juagar
como delictiva a una conducta no
tipificada en la ley previamente (no se
admite la analogía). En civil, la analogía
si esta permitida u autoriza asimilar una
conducta no regulada con una norma.
Excitación extraña: En materia civil, el
juez no actúa de oficio, se hace
indispensable que el titular del interés
solicite su actuación de acuerdo con las
previsiones del orden jurídico. En penal,
corresponde al Ministerio Público ya no
la facultad, sino la potestad de excitar la
jurisdicción, de promover la acción
penal ante la hipótesis de comisión de
un delito de acción pública. Su actuación
se funda en los principios de oficialidad
y de legalidad. Tiene carácter
imperativo y debe continuar hasta la
decisión que pone fin al conflicto, que
resuelve acerca de las pretensiones
esgrimidas por las partes o acerca de la
existencia o no del delito y de la
participación o no del imputado en él.
Elementos tradicionales
I. Notio: facultad conferida al órgano
jurisdiccional para conocer una
determinada cuestión litigiosa. Se trata de
un poder que habitualmente ejercita el juez
en materia civil, familiar o laboral cuando le
es presentado el caso. Ello no sucede en el
procedimiento penal, ya que
esta facultad de conocimiento puede
ocurrir antes del juicio propiamente dicho,
durante la investigación penal preparatoria.
II. Vocatio: facultad o poder de llamar a las
partes para que comparezcan o prosigan el
juicio. En materia civil y familiar, el juez
convocará al demandado para que dentro
del plazo fijado por el tribunal asuma su
calidad. Ello importa una carga procesal, por
lo que en caso de no hacerlo, la ley le
atribuye al juez la facultad de ordenar la
prosecución del juicio en rebeldía. En el
proceso penal, la rebeldía es un estado de
hecho en que se coloca el imputado en
relación con la causa que se le sigue en su
contra. El prevenido debe intervenir ya que
su participación importa una carga pública.
La declaración de rebeldía trae aparejada la
orden de detención del imputado y el
consiguiente pedido de captura. Sobre el
proceso, la declaración de rebeldía no
suspende el curso de la investigación, pero
si fuere declarada durante el juicio, este se
suspende en relación al rebelde y continua
para los demás imputados presentes.
Cuando el rebelde comparezca, la causa
continuará según su estado (arts. 86 a 90
C.P.P).
III. Coertio: facultad para utilizar la fuerza
pública a fin de hacer cumplir las
resoluciones que se dicten con motivo del
proceso y durante este. En todas las leyes
de forma se prevén medidas para asegurar
los fines del proceso tales como el traslado
por la fuerza pública para los testigos que no
comparecieren voluntariamente, la
posibilidad de ordenar el allanamiento de
un domicilio en búsqueda de medidas
probatorias en el fuero penal o para el
secuestro de bienes o ejecución de alguna
cautelar en materia civil.
IV. Iudicium: es el poder-deber de resolver
el litigio. Se exterioriza en la sentencia que
pone fin al pleito y su efecto especial y
trascendente es que adquiere autoridad de
cosa juzgada.
V. Executio: facultad para hacer cumplir la
sentencia. La sentencia puede cumplirse de
manera espontánea, pero si no es así, y
dicha resolución se encontrara firme y
ejecutoriada, puede concederse su
ejecución previo requerimiento de parte, de
acuerdo a los trámites establecidos y aún
con el empleo de la fuerza pública. En el
proceso penal, la ejecución es dispuesta de
oficio por el tribunal.
Elementos Actuales
I. Poder de decisión: se puede dividir en dos
aspectos, uno formal o extrínseco y otro
material o intrínseco. Desde el primer punto
de vista, se tienen en cuenta la forma en
que se expresa el órgano jurisdiccional en su
facultad de juzgar. Ella se manifiesta a
través de diferentes pronunciamientos
como sentencias, autos interlocutorios,
decretos, etc. El aspecto material o
intrínseco se refiere al contenido del poder
de decisión y se resume en el acto de
autoridad dado por el juez y que comprende
un juicio y un mandato. El juez tiene el
deber de emitir el juicio conforme a
derecho, para lo cual debe explicitar los
fundamentos que le han llevado a resolver
en un sentido determinado con
fundamentación lógica y legal. La
motivación es un deber de la jurisdicción
impuesto por la ley como garantía para los
justiciables (art. 155 Const. Cba.).
II. Poder de ejecución: facultad del órgano
jurisdiccional para producir actos coactivos
tendientes a la realización práctica del
interés tutelado sobre el cual ha recaído una
afirmación jurisdiccional de existencia. En
materia civil solamente puede ser ejercido a
instancia de parte porque satisface su
interés (ej. inscripción del pronunciamiento
final en un registro). En materia penal, los
actos de ejecución se realizan de manera
compulsiva (ej. secuestro, requisa personal,
etc.).
III. Poder de coerción: facultad conferida al
juez para imponer sanciones a los sujetos
que con su conducta obstaculicen la tarea
de administrar justicia. También comprende
la facultad de emplear la fuerza para el
cumplimiento de las resoluciones judiciales.
Alcanza facultades
propias de la coertio y executio.
IV. Poder de instrumentación: posibilidad
de dar el carácter de instrumento público a
las actuaciones que se realizan con la
intervención del Tribunal. Comprende la
facultad que tiene el mismo tribunal de
conservar documentos y el deber de
custodia.
Momentos de su ejercicio
a) Momento cognoscitivo: se inicia con la
demanda, continúa con la contestación y
producción de las pruebas y finaliza con los
alegatos de las partes.
b) Momento resolutivo: luego de fijado el
hecho y de la subsunción del mismo en el
derecho, el juez resuelve acerca de las
pretensiones esgrimidas.
c) Momento ejecutivo: tiene carácter
eventual cuando el condenado no acata lo
resuelto de manera voluntaria. En ese caso
el juez ejercita su imperium (poder de
coerción) para hacer cumplir lo resuelto.
COMPENTECIA
Definición
La competencia es la medida de la
jurisdicción, toda vez que si ésta es el
género, la competencia es una especie
dentro de aquella. La jurisdicción por ser
única no puede medirse, cada juez la tiene
íntegramente, pues la jurisdicción es una
potestad relacionada con la soberanía del
Estado. La competencia responde a
exigencias técnico-jurídicas de política
procesal, a cuestiones de orden práctico
tendientes a delimitar la actuación de un
determinado tribunal, que no es más que
el resultante de un fraccionamiento del
órgano jurisdiccional. Es la facultad que
cada juez tiene para ejercer la jurisdicción
en determinados asuntos y dentro de
cierto territorio.
Caracteres
Debe estar fijada previamente por la
ley: el justiciable debe saber de
antemano que existe un órgano
jurisdiccional con competencia
atribuida en la ley para conocer del
asunto que le aquejaba.
Orden público: los particulares no
pueden disponer de la regla de la
competencia ni modificarla en cuanto a
su distribución.
Indelegable: los actos atribuidos al juez
deben ser cumplidos indefectiblemente
por él, salvo excepciones en que puede
encomendarse a otros órganos (art.
291 C.P.C.)
Improrrogable: la distribución
pertenece a la ley y las parte4s no
podrán conferir otras competencias ya
sea por razón de la materia, grado o
valor a otro órgano jurisdiccional. La
competencia es prorrogable solamente
cuando en el caso concreto no prima el
interés público y las partes, mediante
un convenio escrito, hayan elegido otro
juez.
Fundamentos
Hay diferentes factores para fundamentar
el reparto de la competencia:
a) Criterio institucional: existe un doble
orden judicial fijado por la Constitución. Ello
da lugar a la justicia ordinaria de cada
provincia y a la justicia nacional, federal de
excepción distribuida en todo el país. La
primera existe en virtud de la reserva
efectuada por las provincias de organizar su
Poder Judicial (art. 1 y 5 C.N.). La federal de
excepción se fundamenta en los artículos
116, 117 y 75, inciso 12 de la C.N.
b) Especialización y naturaleza de las
causas: las diversas ramas del derecho se
hacen cada día más complejas por la mayor
cantidad de situaciones que el
ordenamiento jurídico tiende a resolver y
por las modificaciones sociales, económicas
o laborales, ello permite concluir que sería
inconcebible que un magistrado tuviera que
conocer todas las ramas
del derecho y resolver con serenidad y
justicia en cada una de ellas. A través de la
competencia, a cada magistrado se facilita
la tarea de comprender cuál es la naturaleza
de la cuestión a resolver, el objeto del litigio,
el estado civil de las personas, el valor
económico de la pretensión. Esto es lo que
se denomina competencia material y
permite dividir la jurisdicción en civil,
comercial, familia, penal, laboral, etc.
c) Territorio: tampoco es posible que un
mismo tribunal atienda los conflictos
suscitados en un extenso ámbito territorial
o densamente poblado. Surge la
competencia territorial por la que se
distribuyen zonalmente las causas de una
misma materia entre diversos tribunales.
Esta distribución persigue la aproximación
del tribunal a la persona, cosa o hecho que
debe considerarse como el centro del
despliegue jurisdiccional en la
correspondiente causa. En razón del
territorio, la competencia puede
distribuirse por el lugar de la cosa, el
domicilio del demandado, el lugar de
cumplimiento del contrato o el lugar del
contrato.
d) Funcional: este criterio se funda en la
conveniencia de establecer la
diversificación del órgano jurisdiccional
para el ejercicio de la función cognoscitiva y
la ejecutiva. En los sistemas que admiten
más de una instancia, el criterio funcional se
manifiesta en la existencia de tribunales de
mérito y tribunales de alzada. Se trata de la
competencia por razón del
grado y en el fuero de familia permite
distinguir entre los jueces de familia y la
Cámara de juicio; en el fuero laboral entre
el juez de conciliación y la Cámara de juicio;
en el fuero civil entre el juez de primera
instancia y la Cámara en lo Civil.
e) Turno: entre jueces de una misma
circunscripción judicial que atienden la
misma materia y dentro del mismo grado,
existe además otra división del trabajo en
virtud de la cual se distribuyen las causas
que ingresan. Existen dos métodos: la
recepción de causas dentro de un período
limitado de tiempo (utilizado en materia
penal, cada fiscalía de instrucción se
encuentra de turno una semana); y la
recepción de un número determinado de
causas (se utiliza en materia civil).
Competencia Provincial
De acuerdo al régimen de Estado Federal
instituido en los Art. 5 y 75 inc. 12 de la C.N.,
nuestro Estado se caracteriza por la
coexistencia de dos órbitas judiciales:
Provincial y Nacional.
El Poder Judicial provincial se encarga de
todas las cuestiones relacionadas con el
derecho común ocurridas dentro de sus
respectivos territorios, a excepción de las
materias expresamente delegadas a la
Nación. La competencia material es el límite
que la ley impone al juez para que pueda
resolver sólo ciertos asuntos relacionados
con la rama del derecho aplicable.
La competencia en Córdoba
Fuero Civil y Comercial: en materia civil en
la Provincia de Córdoba, establece el
artículo 5 del Código ritual que la
competencia se determinará por la
naturaleza de las pretensiones deducidas en
la demanda y no por las defensas opuestas
por el demandado. Se organiza en doble
instancia, la primera corresponde a
juzgados unipersonales que resuelven en
primer grado. Sus resoluciones son
recurribles ante la Cámara de Apelaciones
del mismo fuero, que son órganos
colegiados integrados por tres vocales. La
resolución dictada en segunda instancia
solamente admite recurso extraordinario
(casación, revisión o inconstitucionalidad
ante el Tribunal Superior de Justicia).
Fuero de concursos y Sociedades: entiende
exclusivamente en causas vinculadas al
concurso de acreedores, la quiebra y la
constitución de sociedades comerciales.
Está organizado como el fuero civil y
comercial.
Fuero Penal: entiende en materia de delitos
y es de instancia única. Se estructura en dos
etapas: la primera es la investigación penal
preparatoria a cargo de Fiscales de
Instrucción o jueces de instrucción, cuando
el imputado tuviere algún privilegio
constitucional. Esta etapa
concluye con el archivo de las actuaciones
cuando el Fiscal no pudiere proceder o
cuando el hecho investigado no encuadre
en figura penal alguna (art. 334 C.P.P.); con
el sobreseimiento del imputado (art. 350
C.P.P.), cuando:
1. El hecho investigado no se hubiere
cometido o no lo hubiere sido por el
imputado;
2. Cuando el hecho no encuadre en figura
penal;
3. Cuando medie una causa de justificación,
inimputabilidad,
inculpabilidad o una excusa absolutoria;
4. Cuando la pretensión penal se haya
extinguido;
5. Cuando habiendo vencido todos los
términos de la investigación penal
preparatoria y sus prórrogas, no hubiere
suficiente fundamento para elevar la causa
a juicio y no fuese razonable
objetivamente prever la incorporación de
nuevas pruebas.
Por último, la investigación penal
preparatoria también puede concluir con el
requerimiento fiscal de elevación a juicio
siempre que existieren elementos de
convicción suficiente para sostener como
probable la participación punible del
imputado en el hecho intimado (art. 355
C.P.P.). La segunda etapa es la del juicio
propiamente dicho y se lleva a cabo en una
audiencia oral y pública ante la Cámara del
Crimen, colegiada con tres vocales, quienes
tiene a su cargo el juzgamiento en definitiva
y el dictado de la sentencia absolutoria o
condenatoria. Contra dicha sentencia
solamente caben los recursos
extraordinarios ante el Tribunal Superior de
Justicia. Dentro del fuero penal también se
encuentran: los Juzgados Correccionales
que juzgan en única instancia en los delitos
de acción pública dolosos que estuvieren
reprimidos con prisión no mayor de tres
años o pena no privativa de la libertad;
delitos culposos cualquiera sea la pena y
delitos de acción privada (art. 37); los
Juzgados de Menores Corrección que
entienden en causas en las que haya
menores que cometen delitos; los Juzgados
de Ejecución Penal que tienen la
competencia que establece el artículo 35 bis
del C.P.P. Por último, el fuero penal
económico que está destinado a investigar
delitos de los denominados “de cuello
blanco” que tienen trascendencia
económica y son de gran complejidad.
Fuero Laboral: entiende en materia de
contrato de trabajo y está organizado en
instancia única. También se estructura en
dos etapas, la primera ante el juez de
conciliación que no dicta sentencia y la
segunda, ante la Cámara del Trabajo que
lleva adelante el juicio y dicta sentencia solo
recurrible ante el Tribunal Superior de
Justicia mediante recursos extraordinarios.
Fuero de Familia: de instancia única que
entiende en los conflictos de familia y se
integra con asesorías que intervienen en
una etapa prejurisdiccional con el fin de
alcanzar el avenimiento de las partes,
ejercen representación promiscua de los
menores y patrocinan a las partes
carentes de recursos, le siguen los jueces de
familia que tienen función conciliadora y
homologan los acuerdos celebrados sin
dictar sentencia. Finalmente, si se hace
necesario el juicio, este se sustancia ante las
Cámaras de Familia constituidas por tres
vocales, quienes resuelven en definitiva.
Fuero contencioso administrativo: de
instancia única en todas las causas salvo en
aquellas en que la provincia sea parte. En
caso de instancia única se sustancia ante la
Cámara mediante un procedimiento escrito
que concluye en una sentencia recurrible
mediante recursos extraordinarios ante el
Tribunal Superior de Justicia. En caso de
doble instancia, la primera se sustancia ante
la Cámara y la segunda ante el Tribunal
Superior mediante recurso ordinario.
En la provincia de Córdoba, el máximo
órgano del Poder Judicial es el Tribunal
Superior de Justicia cuya competencia y
funciones se encuentran reguladas en la
Constitución. Puede entender por razón del
fuero en todas las causas que lleguen ante
él sin perjuicio de que la labor se reparta en
diversas salas establecidas con un criterio
de especialización. A este
máximo tribunal integrado por siete
miembros se llega por vía de recurso o por
vía originaria. Su competencia está
establecida expresamente en el artículo 165
de la Constitución Provincial que reza:
1) Conoce y resuelve originaria y
exclusivamente, en pleno:
a. De las acciones declarativas de
inconstitucionalidad de las leyes, decretos,
reglamentos, resoluciones, Cartas
Orgánicas y ordenanzas, que estatuyan
sobre materia regida por la Constitución, y
se controviertan en caso concreto por parte
interesada.
b. De las cuestiones de competencia entre
poderes públicos de la Provincia y en las que
se susciten entre los tribunales inferiores,
salvo que estos tengan otro superior
común.
c. De los conflictos internos de las
Municipalidades, de una Municipalidad con
otra, o de estas con autoridades de la
Provincia.
d. De las acciones por responsabilidad civil
promovidas contra magistrados y
funcionarios del Poder Judicial, con motivo
del ejercicio de sus funciones, sin necesidad
de remoción previa.
2) Conoce y resuelve, en pleno, de los
recursos extraordinarios de
inconstitucionalidad.
3) Conoce y resuelve, por intermedio de
sus salas, de los recursos extraordinarios
que las leyes de procedimiento acuerden.
4) Conoce y resuelve de la recusación de
sus Vocales y en las quejas por denegación
o retardo de justicia de acuerdo con las
normas procesales.
Desplazamiento de la competencia: por
regla general, la competencia es de orden
público e improrrogable, sin embargo,
existen supuestos excepcionales que
permiten que el pleito se radique ante un
tribunal distinto al que tenía que intervenir.
PRÓRROGA
Esta forma de desplazamiento trasmite la
competencia a un juez que en principio
resultaba incompetente. Son prorrogables
las cuestiones patrimoniales y en relación al
territorio. La prorroga de competencia se
encuentra expresamente regulada en los
artículos 2, 3 y 4 del C.P.C.
Conexidad
Por razones de economía procesal, cuando
entre dos o mas asuntos haya alguna
conexión, la ley determina que sea un
mismo juez el que intervenga. La conexión
puede existir por razones subjetivas,
objetivas o causales y será competente para
entender el juez que entienda sobre la
materia principal o el que intervino primero
en el tiempo. En materia civil se encuentra
un amplia casuítica en el artículo 7 del
C.P.C., mientras que en el fuero penal, la
Conexidad está regulada en los artículos
47,48 y 49 del C.P.P.
Fuero de atracción
Tiene aplicación en los procesos universales
como los juicios de sucesión y concursos o
quiebras. El desplazamiento de justifica en
la necesidad de trata en forma conjunta y
simultánea todas las pretensiones
deducidas contra el caudal común. De está
forma se otorga certeza al derecho que se
declara en acciones independientes pero se
encuentran vinculadas.
En materia de sucesiones, el fuero de
atracción está contemplado en el art. 3284
del Código Civil, siendo por ello, una norma
procesal en un código de fondo y por tanto,
con alcance nacional, aunque solamente
alcanza a las pretensiones con contenido
patrimonial, toda vez que las acciones
personales deberán tramitarse por ante el
juez de familia. Al imponerse por razones de
orden público por el hecho de que pueden
verse afectadas muchas personas, por lo
general indeterminadas, el fuero de
atracción es prorrogable e irrenunciable y
en deber ser aplicado de oficio por el
tribunal. Una vez concluido el juicio
sucesorio o finiquitada la quiebra o el
concurso, el fuero de atracción finaliza.
Competencia federal
Definición
Facultad reconocida a los órganos que
integran el Poder Judicial de la Nación para
ejercer sus funciones en los casos, respecto
de las personas y en los lugares
especialmente determinados por la
Constitución Nacional. Se establece
especialmente en las provincias respecto de
las materias que éstas delegaron a la
Nación.
Los artículos 116 y 117 de la Constitución
Nacional establecen los asuntos
que incumben a la competencia federal.
Caracteres
a) limitada: la C.N. establece taxativamente
sus límites, no hay ley, interpretación ni
voluntad de parte que pueda extenderlos a
otros casos.
b) privativa: a contrario sensu, en las causas
asignadas a la justicia federal resulta
excluida la justicia provincial que no puede
entender en dichas cuestiones y debe
declarar su incompetencia de oficio en
cualquier estado del proceso. En casos de
competencia concurrente entre Nación y
provincias, la ley nº 927 sustrajo del fuero
federal este tipo de causas (en casos en que
el fuero federal proceda por distinta
vecindad o nacionalidad de las partes,
cuando la cuantía del asunto no exceda de
un determinado monto, así como los juicios
universales). También se admite la prórroga
de competencia cuando el demandado
extranjero o vecino de otra provincia no
opone la excepción pertinente,
entendiéndose por ello que renuncia al
fuero federal.
c) improrrogable: la competencia material
es improrrogable, no así en razón de las
personas.
d) contenciosa: nunca procede de oficio y
solamente se ejerce la judicatura cuando es
solicitado a instancia de parte.
Criterios para su determinación
A fin de elucidar si una causa corresponde
ser resuelta por los tribunales locales de
cada provincia o si corresponde al Poder
Judicial de la Nación se establecen tres
criterios diferenciadores: el territorio, la
materia y las personas.
En razón del territorio, la competencia
nacional corresponde cuando se hayan
afectado derechos federales o intereses
nacionales en aquellos lugares que sean de
propiedad del Estado Nacional, adquiridos a
las provincias o cesión de estas, con el
objeto de instalar allí establecimientos de
utilidad nacional (ej. Universidad Nacional
de Córdoba). El solo hecho
que se trate de un lugar propiedad del
Estado Nacional no le atribuye toda la
potestad legislativa, administrativa y
judicial en forma exclusiva y excluyente,
esta sólo corresponde a la Justicia Nacional
cuando se haya interferido directa o
indirectamente en la satisfacción del
servicio de interés público que requiere el
establecimiento nacional (ej. Municipios y
provincias conservan la facultad de
controlar las normas de tránsito dentro de
la órbita territorial de su competencia sobre
rutas nacionales). En razón de la materia,
está relacionada al conocimiento de los
litigios que impliquen aplicación de la
legislación federal. Dentro del país existen
leyes federales, leyes comunes y leyes
provinciales. La legislación federal se
integra por la Constitución Nacional, los
tratados con las naciones extrajeras o con
los organismos internaciones de carácter
público y las leyes dictadas por el Congreso
que regulan la actividad propia de la Nación
y sus organismos descentralizados (ej.
Convención Americana
sobre Derechos Humanos, decretos del
Ministerio de Economía de la Nación,
resoluciones del Banco Central de la
República). La legislación común es aquella
dictada por el Congreso de la Nación,
haciendo uso de las facultades que las
provincias le delegaron en virtud del
artículo 75, inciso 12 de la C.N. y comprende
materias sustantivas de nuestro
ordenamiento jurídico. Pueden ser
aplicadas por los tribunales federales y por
los tribunales de provincia.
La legislación provincial es dictada por cada
provincia, con validez espacial circunscripta
al ámbito territorial de la provincia que la
dictó. Comprende todas las facultades no
delegadas (ejs. Códigos de procedimiento
civil, penal, laboral, etc.). Por último, en
razón de las personas, la competencia
federal se arroga teniendo en cuenta la
cualidad especial de las personas que son
parte en la controversia (ej. Si en el pleito
intervienen ministros o embajadores
extranjeros) o por la presencia del Estado
Nacional en el juicio, si existiese un interés
federal en disputa.
ORGANIZACIÓN JUDICIAL
En nuestro país, las provincias conservan
todo el poder no delegado al gobierno
federal y, por consiguiente, administran
justicia conformando la denominada
jurisdicción ordinaria, por oposición a la
federal, conocida como de excepción.
Toda organización judicial responde a las
siguientes reglas:
a) Normatividad: Sólo es posible concebir
una organización judicial desde el punto de
vista normativo. La organización del Poder
Judicial se halla instrumentada por reglas de
naturaleza procesal que integran el orden
público.
b) Jerarquía: Existe una relación de
subordinación manifestada en un grado de
dependencia del juez inferior al juez
superior, en lo atinente al aspecto funcional
(control de legalidad y de legitimidad), que
resulta delimitado por las normas adjetivas.
c) Sedentariedad: El tribunal tiene su
asiento en un determinado lugar
geográfico. Existen sedes en que funciona el
poder judicial y cada una tiene su ámbito
espacial en que habrá de administrar
justicia.
d) Permanente: Se estructura sobre la base
del criterio funcional, independientemente
del sujeto que tiene a su cargo prestarla, lo
cual resulta contingente. En la provincia de
Córdoba, la organización judicial se
estructura basándose en el siguiente
esquema: Tribunal Superior, Cámaras de
Apelación, Cámaras de juicio, Jueces de
primera instancia, Jueces penales, de
familia y conciliación, Jueces de paz y otros
funcionarios judiciales y auxiliares de la
justicia.
Dirección de Superintendencia, la
Dirección de Administración o la Dirección
de Servicios Judiciales.
Definición
El juez o tribunal es uno de los sujetos
esenciales en el proceso, sin el juez no
puede haber un proceso propiamente
dicho. Cumple la función jurisdiccional del
Estado y se encuentra compuesto por un
juez o un conjunto impar de jueces. El
tribunal tiene a su cargo la administración
de justicia y concurre con los otros órganos
del Estado al cumplimiento integral de la
función judicial. Es un presupuesto procesal
esencial, que tiene la potestad de juzgar y
cumple la función realizadora del derecho.
Los poderes otorgados al juez son los de
dirección formal y material del proceso,
disciplinarios y ordenatorios, de iniciativa
probatoria y de
decisión. Su deber fundamental consiste en
administrar justicia legalmente, no
pudiendo dejar de juzgar bajo pretexto de
silencio, oscuridad o insuficiencia de las
leyes.
Caracteres
a) Público: el tribunal es un órgano
público creado para la administración
de justicia. Su representación física es
un magistrado o funcionario del Estado.
b) Permanente: en virtud del artículo 18
de la C.N. el tribunal reviste el carácter de
permanente, prohibiéndose la constitución
de comisiones especiales designadas para
resolver jurisdiccionalmente un caso
determinado. Los jueces no son
permanentes sino inamovibles en el cargo
salvo renuncia, fallecimiento, jubilación o
remoción.
c) Sedentario: no existen los tribunales
ambulantes. Cada uno desempeña sus
funciones en un ámbito territorial
determinado establecido como sede.
d) Letrado: el juez debe tener título de
abogado, además de otros requisitos que la
Constitución establece. Los jueces de paz no
necesitan ser abogados.
e) Normativo: Solamente la ley puede
crear, modificar o extinguir un
ordenamiento jurisdiccional. Fuera de la ley
no puede haber organización judicial.
Poderes y atribuciones
Los poderes y facultades que se otorgan a
los jueces tienen íntima vinculación con las
facultades, deberes y cargas que se
conceden a las partes en el proceso civil o al
imputado en el proceso penal. El poder
característico de la función judicial es el
estrictamente jurisdiccional. La
exteriorización de ésta, por excelencia, es la
decisoria que se realiza por medio del
dictado de decretos, autos interlocutorios y
sentencias. La sentencia es el acto
jurisdiccional de mayor trascendencia y
condensa la potestad del juez de resolver en
forma definitiva sobre las
pretensiones esgrimidas por las partes.
Además pueden corregir errores
materiales, aclarar conceptos oscuros o
suplir cualquier omisión en que hubieren
incurrido en su sentencia. Tienen facultades
ordenatorias que se ejercen a lo largo del
juicio y que se manifiestan por el
proveimiento que efectúan los tribunales a
las peticiones de las partes o a las
necesidades en el trámite o en casos
excepcionales, oficiosamente. También
tienen facultades instructorias con el fin de
facilitar su tarea tendiente a esclarecer la
verdad y ella solo puede ejercerse en la
medida que no se quiebre la igualdad de las
partes. Por último, tienen facultades
disciplinarias que pueden ejercer a lo largo
del trámite y que, generalmente, se
manifiestan con la imposición de multas u
otras sanciones a los litigantes que
violenten las reglas de la lealtad y buena fe
procesal.
Deberes y garantías:
Es deber fundamental y primario de los
jueces, el de administrar justicia cada vez
que tal actividad les sea requerida en un
caso concreto. Se trata de un poder-deber
propio de la jurisdicción que impone al juez
pronunciarse sobre las pretensiones hechas
valer en juicio.
Por otra parte, entre los deberes formales,
cabe destacar que los magistrados y
funcionarios judiciales tienen el deber de
prestar juramento antes de asumir sus
funciones, están obligados a concurrir a sus
despachos en los horarios de atención al
público y deben resolver las causas dentro
de los plazos fatales que las leyes procesales
establezcan con fundamentación
lógica y legal.
En cuanto a las garantías funcionales, vale
destacar la inamovilidad de sus cargos
mientras dure su buena conducta y la
intangibilidad de sus remuneraciones.
Sistemas de designación:
Estos sistemas son variados y responden a
motivaciones políticas y jurídicas, aunque
todos en mayor o menor medida,
pretenden hacer del sistema elegido el más
seguro para proveer al imperativo de
imparcialidad de la administración de
justicia. Entre ellos su puede distinguir a los
siguientes:
a) Por elección popular: sólo podría
funcionar en sociedades de gran cultura
cívica para evitar riesgos que afecten la
garantía de imparcialidad necesaria.
b) Por designación del máximo tribunal:
conforme a un sistema de promoción y
concursos o designación efectuada por el
tribunal jerárquicamente superior.
c) Por designación efectuada por los
poderes públicos: utilizando métodos que
tengan en cuenta la capacidad, idoneidad,
condiciones morales y antigüedad en la
función judicial o en el
ejercicio profesional.
Inhibición y recusación
La recusación del juez es el medio por el que
se exterioriza la voluntad de parte legítima
del proceso para que un juez determinado
se separe de su conocimiento por
sospecharse, por algún motivo, de su
imparcialidad. Es una garantía de
imparcialidad y un respaldo a la debida
consideración de la magistratura.
La inhibición es el medio que permite que el
juez, al concurrir alguna de las
circunstancias anteriores, se aparte
espontáneamente del conocimiento de la
causa. La recusación puede realizarse con o
sin causa, en este último caso, se admite
como garantía para el litigante, pues le
permite ejercer ese derecho cuando
existiendo una causal legal, le resulta
dificultosa o imposible la prueba de los
hechos, o se pueda afectar la dignidad de la
magistratura.
Atento que este recurso ha sido utilizado de
manera abusiva para entorpecer los
trámites, la jurisprudencia ha limitado el
recurso de la recusación sin causa a casos
excepcionales y de interpretación
restrictiva.
• Recusación sin causa: en el proceso civil,
las partes podrán recusar sin expresión de
causa al juez, al entablar o contestar la
demanda u oponer excepciones dentro de
los tres días de notificado el llamamiento de
autos para definitiva o el decreto de
avocamiento. A uno de los miembros de la
Cámara y del Tribunal Superior de Justicia,
dentro de los tres días de llegados los autos
ante el superior, de notificado el decreto a
estudio o el de integración del tribunal.
Las partes podrán ejercer una sola vez este
derecho y cuando sean varios los actores o
los demandados, únicamente uno de ellos
podrá hacer uso de este derecho. No
procede en las cuestiones incidentales ni en
la ejecución de sentencia (art. 19 C.P.C.).
Tampoco procede en los procesos
concursales (art. 18, inc. 1º), en las
diligencias preparatorias de los juicios, en
las que tienen por objeto asegurar el
resultado del juicio, en la ejecución de
diligencias comisionadas, a menos que
fuesen probatorias y en las diligencias para
la ejecución de la sentencia, a no ser por
causas nacidas con posterioridad a ella (art.
24 C.P.C.).
• Recusación con causa: el fundamento de
este instituto se encuentra en la extensión
de la independencia del poder judicial a la
persona del juez. Por razones de economía
y de seguridad
jurídica, se establecen límites temporales
para deducir incidente de recusación con
causa. Cuando la causa de recusación fuese
anterior a la iniciación del pleito, deberá ser
propuesta en el primer escrito que se
presente. Cuando fuese posterior o anterior
no conocida, se propondrá dentro de los
tres días de haber llegado a conocimiento
de la parte (art. 22 C.P.C.).
El tribunal competente para entender en la
recusación es el superior inmediato al
recusado: del juez de primera instancia y
funcionarios del Ministerio Público, la
Cámara; de los vocales del Tribunal Superior
y de la Cámara, los restantes miembros.
Causales de recusación
Si bien la jurisprudencia analiza las causales
de recusación en sentido restrictivo para
evitar el uso inadecuado del instituto, el
análisis debería realizarse en el sentido
inverso y otorgar a las causas de recusación
un criterio amplio que atienda en principio
al interés particular de contar con un juez
imparcial y que con posterioridad atienda al
abuso en su utilización. Por ello, los listados
contenidos en los códigos adjetivos
deberían interpretarse con carácter
enunciativo y no taxativo. En general, las
causales son similares en todas las ramas
del ordenamiento por lo que sólo
consideraremos algunas de ellas y nos
remitiremos al estudio de las restantes. En
el C.P.C. se encuentran previstas en el
artículo 17; en el C.P.P. están reguladas en
el artículo 60; en la ley procesal del trabajo
en el artículo 12
Son causales de recusación:
1. El parentesco hasta el cuarto grado de
consanguinidad en línea recta y colateral
hasta el segundo grado.
2. Interés del juez en el pleito.
3. Sociedad, salvo el caso de sociedad por
acciones o cooperativas.
4. Pleito pendiente.
5. Crédito o deuda.
6. Denuncia o querella. Haber sido el juez
denunciante o acusador o haber sido
acusado o denunciado por la parte.
7. Prejuzgamiento. Haber anticipado el juez
opinión sobre el litigio en cualquier
carácter.
8. Beneficio de importancia que haya
recibido el juez o sus parientes de alguno de
los litigantes.
9. Amistad o enemistad manifiesta.
10. Haber producido en el procedimiento
nulidad que haya sido declarada
judicialmente. 11. Haber dado lugar a la
queja por retardada justicia.