Está en la página 1de 6

FILOSOFÍA, UNA PROPUESTA PARA UNA VIDA MÁS PLENA

Por: Lic. José Antonio Estrella Angeles

Se nos ha enseñado que la filosofía nace propiamente en Grecia, otras culturas ya


concebían una forma de pensar, sin embargo aún no se desprendían totalmente del
pensamiento religioso. He ahí la diferencia de este lugar que acoge en su seno a
quienes quedarán recordados como los precursores del pensamiento filosófico y
científico, aquellos quienes comenzaron a buscar las respuestas a las preguntas
más profundas y esenciales que han acompañado al devenir humano: ¿quiénes
somos? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? ¿Cómo funciona la naturaleza?

La filosofía antigua se divide en diferentes periodos. En uno encontramos la


emblemática figura de un tal Sócrates, considerado por muchos el primero en
sistematizar el pensamiento filosófico. ¿Qué tuvo de especial este señor? Él tuvo la
osadía de hacer pensar a los demás. No vamos a profundizar en su filosofía, mejor
detengámonos un momento a admirar el método que utilizó para hacer reflexionar
a los demás.

El método por el empleado fue la mayéutica, que consiste en ayudar a dar a luz
ideas y pensamientos a las personas a través de preguntas. Este atrevimiento lo
condujo a ser condenado, sentenciado y asesinado. ¿Tan mal está hacer que las
personas piensen por sí mismos? Indudablemente las cuestiones culturales,
sociales y políticas de la época influyeron para tal desenlace.
Un profesor de filosofía intentando contagiar su interés por la materia preguntó a
uno de sus alumnos: ―¿Crees que la filosofía sirve para algo? El alumno respondió:
sí. Continuó la clase exponiendo su molestia, él está harto de la gente que dice que
la filosofía no sirve para nada y que en la actualidad hay más interés por
cuestionarse ¿qué empresa montaremos? o ¿cuánto dinero ganaremos?, que de
reflexionar sobre la vida, el ser humano y dudar de todas las cosas. Continuaba su
clase reclamando la falta de ejercicio del pensamiento y la refutación ante la
propuesta de quitar su materia de las aulas. Concluía afirmando la posibilidad de
quererla desaparecer del programa educativo porque la encuentran peligrosa,
además dio una lista sobre los usos y beneficios que ella tiene: despertar la
conciencia y formar un pensamiento crítico; estar alerta de lo que pasa alrededor,
preparados para asumir las contradicciones y dudas que plantea la vida; para
afrontar las adversidades y sobre todo, que en esta vida, no siempre se gana para
aprender de las derrotas.

—¡Profesor! (con espíritu dudoso levantó la voz otro alumno en otra clase) ¿Todo
el mundo está capacitado para filosofar?
El ambiente es de silencio. Todos miran fijamente y con extrañeza a su profesor. Él
prosigue:
—He estado callado por dos razones: para pensar en la respuesta y para demostrar
que cuando uno piensa la gente lo mira mal. ¿Por qué el pensar está mal visto? ¿No
debería ser al revés? ¿No es más censurable la gente que no reflexiona sobre las
cosas?

No hubo respuesta del profesor, sin embargo, tras un breve espacio, el alumno
expresó su molestia por no haber respondido su pregunta. Invitó el docente a su
alumno a responderse a sí mismo. Él sostuvo lo siguiente: si la filosofía sirve para
poner en duda aquello que sabemos, todo el mundo puede hacerlo, pero se lo
piensa, no todos quieren hacerlo.

Este profesor, sin duda alguna retomó la práctica de aquel a quien asesinaron
injustamente. Invitó a sus alumnos a reflexionar y a responderse a sí mismos. Estos
acogieron con agrado la aventura del pensamiento y se dejaron conquistar por el
espíritu reflexivo y crítico, cuyo resultado fue aprender a ver la realidad desde
diferentes perspectivas, encontrando en la reflexión un amplio panorama de ideas
que les sirvió para afrontar diversas adversidades.

Luego entonces, aquel camino iniciado por Sócrates comienza a resurgir en


personajes como este profesor, y así somos muchos (probablemente no los
suficientes) quienes queremos rescatar a esta primera ciencia, dándole nuevamente
el sentido de práctica o modo de vida, más que solo el cúmulo de conocimientos sin
estar al servicio de los demás (no menosprecio a quienes con mucha entrega y
esmero se dedican a la docencia, pues en cierto sentido, es una práctica de la
filosofía, aunque no en el sentido de hacerla vida). María Zambrano, Matthew
Lipman, Lou Marinoff, Ran Lahav, José Barrientos, Lydia B. Amir, por mencionar
algunos de los que dedicaron y siguen dedicando su vida a practicar la filosofía.

Con ellos, se da continuidad a lo iniciado por Sócrates, seguido de Platón, discípulo


suyo; este, orientando al príncipe de Siracusa e iniciando a Aristóteles en la vida
filosófica. Aristóteles maestro de Alejandro Magno y Séneca el de Nerón. Tiempo
después Hobbes asesorando a Enrique VIII, Descartes orientando a la reina
Elizabeth y así como ellos hay más (Barrientos, Packter & Carvalho, 2014),
podemos concluir que el filósofo ha acompañado la vida de grandes personajes y
posiblemente su influencia para sus decisiones.

Retrocedamos un poco y retomemos la pregunta de aquel joven pupilo, quien tras


haber reflexionado da una respuesta muy segura y concreta: «si la filosofía sirve
para poner en duda aquello que sabemos, todo el mundo puede hacerlo, pero se lo
piensa, no todos quieren hacerlo», también recordemos lo que en aquella primera
clase sentenció el profesor: «despertar la conciencia y formar un pensamiento
crítico». Podemos concluir que, ante un gran beneficio existe una gran mediocridad,
todo por no hacer efectivo el uso de nuestro pensamiento.
Cuántas veces se nos ha inculcado una creencia, una costumbre, una forma de
vida, considero que todas las veces, pero cuándo nos hemos detenido a cuestionar
a estas. ¿Es correcto lo que creemos, lo que hacemos, cómo vivimos? De ser así,
estoy seguro que es una vida plena con el menor número de tropiezos y
padecimientos. Prueba de que no es así, echemos un vistazo a nuestro alrededor,
veamos en qué sociedad estamos, cómo es la dinámica de nuestro entorno, nuestra
familia, calle, vecinos, colonia, municipio, pueblo, ciudad, país. ¿Estos son el reflejo
de personas que piensan bien sus acciones antes de realizarlas? ¿No existe queja
de nadie en ningún sector de los que están escritos más arriba? Respondamos en
silencio. Considero que estamos en una crisis de pensamiento, y ante esta, una
crisis de filosofía. No queremos pensar o quizá no sabemos cómo pensar.

Acerca del pensamiento crítico, precisamente uno de los beneficios que ofrece la
filosofía. Dice un chiste muy famoso entre alumnos y profesores de filosofía:
«cuando llegan a lo alto de la cima, ven en otra cima una oveja negra. El ingeniero
dice: ‘está visto que las ovejas en Escocia son negras’. ‘Mejor sería decir que
algunas ovejas escocesas son negras’, responde el físico experimental. El físico
teórico piensa un momento y exclama: ‘es más correcto decir que al menos una de
las ovejas escocesas es negra’. Por fin, el filósofo responde: ‘al menos por uno de
sus lados’».

Un chiste sencillo, pero excelente referencia para explicar algunos elementos del
pensamiento crítico. Nos dice Barrientos (2010) que «el pensamiento crítico parte
de un modo de pensar y dialogar fundado en argumentos compuestos de razones
válidas que sostienen conclusiones». Es justamente lo que ha hecho nuestro filósofo
del chiste, tras analizar los juicios de sus antecesores, disecciona sus partes para
hacer una conclusión más precisa.

Lo primero que tenemos que hacer para valorar un argumento es, siguiendo a
Barrientos (2010), «distinguirlo de otros tipos de entidades asertivas: las opiniones,
las descripciones y las explicaciones». Solo son válidos los argumentos y por
desgracia la mayoría de los problemas por malentendidos es porque no sabemos
diferenciar entre cada uno de estos. ¿Para qué me serviría pensar críticamente?
Sencillo, ya lo ha respondido el profesor: «para asumir las contradicciones y dudas
que plantea la vida; para afrontar las adversidades y sobre todo, que en esta vida,
no siempre se gana para aprender de las derrotas».

Entonces, la filosofía surge en Grecia como resultado de una forma de pensar


diferente al pensamiento religioso, pues con esta surgen preguntas acerca del
origen, sentido y fin de la naturaleza y la vida. Esta conclusión no exime que la
filosofía prescinda de la religión, puesto que también la cuestiona y hace filosofía
con ella.

Sócrates es un pionero en la práctica filosófica, pues es quien deambulando


comienza a poner a pensar a los demás influyendo en filósofos póstumos como su
discípulo Platón y, de este, Aristóteles. La influencia de los filósofos estuvo al
alcance de grandes personajes de la historia, como príncipes y reyes.

La filosofía sí sirve y dentro de sus grandes beneficios está el pensamiento crítico


que permite afrontar las adversidades positivamente. A este punto, sin duda solo es
el beneficio de manera general, pues si profundizamos al respecto, encontraremos
una lista ambiciosa de los mismos.

Algo muy importante, todos podemos filosofar, solo basta querer, pero, si el detalle
es que no sabemos cómo hacerlo, detengámonos un momento, conservemos la
calma y acudamos al filósofo.
REFERENCIAS

Barrientos Rastrojo, J. (2010). Resolución de conflictos desde la Filosofía Aplicada


y la Mediación. Madrid: Visión.
Barrientos Rastrojo, J., Packter, L., & Carvalho, J. M. (2014). Introducción a la
filosofía aplicada y a la filosofía clínica. Madrid: Visión.
Lozano, H. (Escritor), & Cortés, E. (Dirección). (2015). Merlí [Película].
Reale, G., & Antiseri, D. (1995). Historia del pensamiento filosófico y científico
(Segunda ed., Vol. I). (J. A. Iglesias, Trad.) Barcelona, España: Herder.
Yarza, I. (2010). Historia de la Filosofía Antigua (Sexta ed.). Navarra: EUNSA.

También podría gustarte