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n ENSAYO Este artículo es copia fiel del publicado en la revista Nueva Sociedad

No 269, mayo-junio de 2017, ISSN: 0251-3552, <www.nuso.org>.

La democracia del siglo xxi

Pierre Rosanvallon

La actual crisis de la democracia no se limita a la «crisis de


representación». Las elecciones tienen hoy menor capacidad
de representación por razones institucionales y sociológicas y
existe malestar y desasosiego ciudadano. El «pueblo» ya no
es aprehendido como una masa homogénea sino más bien
como una sucesión de historias singulares. Y para dar cuenta
de ello, resulta urgente ampliar la democracia de autorización a
una democracia de ejercicio, lo cual requiere de una democracia
narrativa, con ciudadanos iguales en dignidad y reconocimiento.
De lo contrario, el déficit de representación seguirá provocando
oscilaciones entre la pasividad y el miedo, que a menudo
favorecen a los llamados populismos de derecha.

E l desencanto democrático contem-


poráneo es un hecho establecido.
Se inscribe con evidencia en una his-
en sus carreras y a veces incluso co-
rruptos. Pero este proceso de la cla-
se política, sobre el que prosperan los
toria hecha de promesas incumplidas partidos populistas, está lejos de ex-
e ideales traicionados. Pero ¿de dónde plicarlo todo. De hecho, existen causas
proviene precisamente y cómo supe- estructurales y profundas que subya-
rarlo? Necesitamos un diagnóstico y cen al fenómeno contemporáneo de
debemos rastrear soluciones. Una par- la desafección democrática. Me gus-
te del problema involucra, sin duda, taría hacer hincapié aquí en una de
los defectos y faltas de los hombres y ellas, en el centro del problema: el de-
las mujeres políticos, a menudo aisla- clive del desempeño democrático de
dos de la sociedad, muy concentrados las elecciones.

Pierre Rosanvallon: es catedrático de Historia Moderna y Contemporánea de la Política en el Co-


llège de France. Sus investigaciones se centran principalmente en la historia de la democracia, el
papel del Estado y la justicia social en las sociedades contemporáneas. Es el director de estudios
de la prestigiosa Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de Francia.
Palabras claves: democracia, desconfianza, elecciones, opinión pública, pueblo, representación.
Nota: traducción del francés de Lucas Bidon-Chanal.
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■■ El declive del desempeño condición de igualdad para todos en


democrático de las elecciones tanto cumplen una función);
- una función de animación de la deli-
Para poder medir la naturaleza y el beración pública, históricamente expre-
alcance de este fenómeno, debemos sada por el modo de organización de
recordar primero lo que era la teoría las elecciones que reposaba sobre la
clásica de la elección, que reconstituyo participación en asambleas electorales
aquí pues se mantuvo implícita y frag- en las que se podía intercambiar argu-
mentada en los hechos. Si tomamos el mentos. (Durante la Revolución Fran-
conjunto de las justificaciones históri- cesa, el ciudadano era definido como
cas de las elecciones, podemos consta- «miembro de una asamblea primaria»).
tar que se espera de ellas que cumplan Aquí hay que recordar que el voto in-
con las cinco funciones democráticas dividual, expresado por el paso por un
esenciales: cuarto oscuro (llamado Australian ba-
llot), no se difundió sino hasta princi-
- una función de representación, al desig- pios del siglo xx.
nar representantes que expresen los
intereses y los problemas de los dife- Si cumplían estas funciones, las elec-
rentes grupos sociales; ciones de hecho podían ser conside-
- una función de legitimación de las insti- radas como el instrumento democrático
tuciones políticas y los gobiernos; por excelencia. Sin embargo, pronto se
- una función de control sobre los represen- hizo evidente, desde las primeras ex-
tantes, que involucra la perspectiva de periencias del sufragio universal, que
una reelección que ejerce presión sobre estas cinco funciones estaban lejos de
ellos para que cumplan sus compromi- cumplirse de forma automática. De
sos y lleven a cabo sus programas. (Las ahí la larga historia, desde comienzos
nociones de voto retrospectivo y de ree- del siglo xix, de los proyectos de refor-
lección siempre han sido fundamen- ma y los cambios institucionales para
tales para la aprehensión del carácter mejorar el desempeño democrático de
democrático de la elección); las elecciones. Implementación de las
- una función de producción de ciudada- elecciones proporcionales, formación
nía, al dar consistencia al principio de de partidos de clase que sucedieron a
«una persona/un voto» que define el agrupaciones de notables, o inclusive
sufragio universal (y que contribuye la adopción del principio de paridad
así en primer lugar a la producción de para mejorar la calidad representativa
una «sociedad de iguales», retomando de los representantes surgidos de elec-
la fórmula de Alexis de Tocqueville, ciones; establecimiento de comités
fundada en la condición de igualdad electorales y de primarias para reducir
compartida por todos; el ejercicio del el peso de los aparatos políticos y aso-
derecho de voto expresa en efecto una ciar a los ciudadanos a la selección de
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los candidatos; adopción de reglas que de una diversidad. Pero hoy en día es
prohíben la acumulación de mandatos la elección del Poder Ejecutivo la que
o restringen el número consecutivo de se encuentra en el centro de la vida
estos para limitar la tendencia a la pro- democrática (sea esta elección directa,
fesionalización de la política; mecanis- como en Francia, o indirecta, derivada
mos de revocación (recall) o de juicio de una mayoría parlamentaria, como
político (impeachment) para controlar en Alemania o Gran Bretaña). Es lo
a los representantes elegidos, lo que da que se ha denominado «presidenciali-
lugar a la interrupción del mandato y zación de las democracias». El proble-
al llamado a nuevas elecciones; insta- ma es que una sola persona, el jefe del
lación de comisiones independientes Ejecutivo, no puede tener un carácter
para garantizar el buen funcionamien- representativo propiamente dicho, en
to del proceso electoral y hacer más tanto la representación implica, por
transparentes las elecciones; limitación definición, la manifestación de una
de los gastos electorales para reducir pluralidad. Con la excepción de los re-
el papel del dinero; organización de gímenes cesaristas/populistas/totali-
campañas oficiales para poner en pie tarios (equivalentes desde este punto
de igualdad a los candidatos. Los pro- de vista), que pretenden fundarse en
yectos en este campo son numerosos y el principio de encarnación: Napoleón
todavía queda mucho por hacer para afirmaba de forma pionera en este do-
mejorar la calidad del proceso electo- minio ser un «hombre-pueblo» (en
ral. Pero no podemos permanecer en correspondencia con un retorno secu-
esta visión del progreso democrático larizado a la noción del rey-soberano
para lograrlo. Por varias razones: que incorpora a la sociedad, tal como
lo había formulado Thomas Hobbes).
1. En primer lugar, las elecciones tie-
nen hoy menor capacidad de repre- Desde un punto de vista sociológico,
sentación por razones institucionales la noción de representación se susten-
y sociológicas. Desde una perspectiva taba implícitamente en la idea de que
institucional, la creciente centralidad la sociedad se compone de órdenes,
del Poder Ejecutivo ha modificado la de cuerpos, de clases (lo que llevó a
noción de representación. El proyecto Jean-Jacques Rousseau a afirmar que
de representar a la sociedad había sido el concepto de representación tenía un
concebido en el nivel de asambleas carácter medieval). Esta dimensión si-
parlamentarias. Se trataba, según la fa- gue imponiéndose, pero la socie-
mosa fórmula de Mirabeau de 1789, de dad no puede ser aprehendida solo de
concebirlas como la composición ideal este modo. Hemos ingresado también
de una imagen de la sociedad a una es- en una nueva era de la identidad, li-
cala reducida. La noción de represen- gada al desarrollo de un individualis-
tación era inseparable de la expresión mo de singularidad. Esto modifica las
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percepciones de la sociedad y las sociales se vuelve entonces necesario,


expectativas de los ciudadanos. Se mientras que antes solo se trataba de
abre con ello una nueva etapa de la representar condiciones sociales. No es
emancipación humana, una etapa ca- tanto la designación de un represen-
racterizada por el deseo de acceder a tante lo que se vuelve necesario en este
una existencia plenamente personal. caso, sino la consideración de las expe-
Su advenimiento está relacionado con riencias y las situaciones vividas.
la complejización y heterogeneización
del mundo social, así como también 2. Las elecciones también se han vuel-
con las mutaciones del capitalismo. to menos efectivas para legitimar los
Pero, más profundamente aún, se poderes, aunque siga siendo evidente
vincula con el hecho de que los indivi- que la característica mínima de un sis-
duos se hallan determinados tanto por tema democrático reside en la elección
su historia personal como por su con- de los gobiernos por parte de los go-
dición social. Son la confrontación bernados. Esta afirmación fundacional
con los acontecimientos, los trances ha cubierto desde el primer momento
sufridos y las oportunidades encon- una importante aproximación: la asi-
tradas los elementos que hoy dan for- milación práctica de la voluntad gene-
ma a la existencia, marcan puntos de ral a la expresión mayoritaria. Pero no
estancamiento, condenan a regresio- se la ha discutido. El hecho de que el
nes o implican mejoras de posición. El voto de la mayoría establezca la legi-
transcurso de la vida de dos personas timidad de un poder ha sido, en efec-
provenientes del mismo entorno o que to, universalmente admitido como
han tenido la misma formación podrá un procedimiento identificado con la
divergir fuertemente dependiendo de esencia misma del hecho democrático.
si han pasado por la experiencia de si- La legitimidad definida en estos tér-
tuaciones de desempleo o de un divor- minos se impuso naturalmente como
cio. Los trabajos de los psicólogos ya ruptura con el mundo antiguo, en el
han puesto de relieve el hecho de que que las minorías dictaban su ley. La
los individuos no son hoy tan sensibles evocación de la «gran mayoría» o de la
a aquello que poseían en un momento «inmensa mayoría» bastaba entonces
dado como a aquello que temen perder para dar cuerpo a la afirmación de los
o que esperan ganar. Consideran su derechos de muchos frente a la volun-
existencia cada vez más de forma di- tad claramente particular de regíme-
námica. El individuo-historia, necesaria- nes despóticos o aristocráticos. Pero
mente singular, se ha superpuesto así el hecho es que así se han entremez-
al individuo-condición, más bien identi- clado en la elección democrática un
ficado de manera estable con un grupo, principio de justificación y una técnica de
constituido en torno de una caracte- decisión. Su asimilación rutinaria ter-
rística central. Representar situaciones minó enmascarando la contradicción
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latente que los sustentaba. Los dos no contemporáneas se comprenden cada


son de hecho de la misma naturaleza. vez más a partir de la noción de mi-
En tanto procedimiento, la noción de noría. La minoría ya no es la «peque-
mayoría puede imponerse al espíritu, ña parte» (que debe someterse a una
pero no es lo mismo si se la entiende «gran parte»): se ha convertido en una
sociológicamente. En este último caso, de las múltiples expresiones difrac-
adquiere una dimensión inevitable- tadas de la totalidad social. La socie-
mente aritmética: designa lo que si- dad actualmente se manifiesta bajo la
gue siendo una fracción, aun si es apariencia de una amplia presenta-
dominante, del pueblo. Ahora bien, ción de las condiciones minoritarias.
la justificación del poder a través de «Pueblo» es ahora también el plural
las urnas siempre se ha referido implí- de «minoría».
citamente a la idea de una voluntad ge-
neral y, por lo tanto, a un pueblo como 3. La temporalidad de la vida políti-
figura del conjunto de la sociedad. Se ca, por su parte, se ha transformado
ha hecho como si el número más gran- de diferentes maneras. El concepto de
de valiera para la totalidad y como si programa, en primer lugar, ha perdido
la elección mayoritaria fuera por tan- su consistencia en un mundo domina-
to suficiente para justificar la acción de do por la incertidumbre, en el que coti-
los gobernantes. Esta aproximación ha dianamente es preciso lidiar con crisis
hecho olvidar que la democracia elec- locales y acontecimientos internacio-
toral se basaba en algo que pertenece nales. Los programas partidarios,
al orden de una ficción, en el sentido ju- que alguna vez fueron el centro de las
rídico del término. El problema es que campañas electorales y delineaban los
esta ficción se ha vuelto cada vez más grandes contrastes entre los partidos,
problemática por una razón importan- se suponía que debían ser puestos
te: el término mismo de «mayoría» ya luego en práctica. Establecían de esta
no tiene el valor simbólico y práctico manera un vínculo entre el momento
que antes poseía. Aunque quede per- de la elección y el tiempo de la acción
fectamente definido en términos arit- gubernamental. Pero la nueva relación
méticos y jurídicos, muy difícilmente con la urgencia, ligada a una mayor
pueda serlo en términos sociológicos. personalización de las confrontacio-
El interés del número más grande no nes, ha modificado esta capacidad de
se puede asimilar tan fácilmente como «proyección democrática» de la elec-
en el pasado al de una mayoría. El ción. Al mismo tiempo, esta última
«pueblo» ya no es aprehendido como se ha reducido a un simple proceso de
una masa homogénea, sino más bien nominación y se encuentra ya ligada
como una sucesión de historias singu- solo débilmente a una forma de va-
lares, una suma de situaciones espe- lidación de las decisiones de los go-
cíficas. Es por esto que las sociedades bernantes. Cabe agregar que, en este
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contexto, el voto retrospectivo (retros- una sociedad de iguales ha dado paso


pective voting) ya no desempeña su rol a la celebración de un pueblo abstrac-
más que como una democracia de re- to cuyo rostro está dibujado negativa-
chazo, como una democracia negativa. mente en el rechazo de unas elites de
No cumple ya una función reguladora. contornos escurridizos.
No contribuye al control de los gober-
nantes una vez elegidos, sino a una de- Por estas razones ha declinado el desem-
mocracia de ejercicio que prolonga la peño democrático de las elecciones.
democracia de autorización. Sin duda, siguen jugando un papel
esencial. Tienen una función regu-
4. El proyecto de construir una socie- ladora imprescindible y necesaria al
dad de iguales estaba en el corazón constituir un poder de última pala-
de las revoluciones fundacionales del bra. La virtud de su definición míni-
siglo xviii, tanto en Estados Unidos ma, tal como lo ha formulado Joseph
como en Francia, y el derecho de voto Schumpeter, sigue siendo la de poner
había sido considerado uno de sus fin a los conflictos de forma pacífica,
símbolos más evidentes. Se hablaba dado que todo el mundo puede al me-
con frecuencia de las elecciones como nos acordar sobre el hecho aritmético
«fiestas de la democracia», dimensión de que 51 es mayor que 49. Pero esto no
que era validada por su conexión con es suficiente para colmar las expectati-
las mencionadas asambleas deliberati- vas democráticas insatisfechas. Es por
vas. Esta dimensión se reavivó a princi- eso que hoy estamos en busca de una
pios del siglo xx, de un modo perverso democracia poselectoral (término que
y degradado, con la noción schmittiana considero más adecuado que el de pos-
de «democracia de aclamación». Tam- democracia). Quisiera esbozar en segui-
bién reapareció más recientemente con da algunos de sus rasgos tomando la
la ideología populista del referéndum idea de que una complejización de las
concebido como manifestación inme- formas y los resortes de la democracia
diata y sensible del pueblo. Pero el he- permite encarar su desarrollo.
cho es que la dimensión deliberativa y
comunitaria de la elección se ha desva- ■■ Complejizar la democracia para
necido, como lo demuestran los por- realizarla
centajes de abstención por un lado y
la reducción del debate de ideas a esló- Al describir el advenimiento del mun-
ganes simplistas por otro. Las eleccio- do democrático del que era testigo,
nes se convirtieron, al mismo tiempo, Alexis de Tocqueville observaba: «La
en el momento privilegiado de expre- noción de gobierno se simplifica: el
sión de frustraciones democráticas, y número solo hace la ley y el derecho.
esto se materializa en el ascenso de los Toda la política se reduce a una cues-
partidos populistas. La producción de tión de aritmética». Se debería decir
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exactamente lo contrario en la actua- es, en efecto, ser un invisible en la es-


lidad. El progreso democrático im- fera pública, que los problemas de su
plica hoy complejizar la democracia vida no sean tenidos en cuenta y dis-
mediante la multiplicación de los re- cutidos. La representación posee, en
gistros de expresión de la voluntad este caso, una dimensión cognitiva y
general, la ampliación de los términos expresiva. Esto va más allá de la noción
de representación y el establecimien- de representación-figuración tal como
to de formas plurales de soberanía. La clásicamente se la contrapone a las con-
simplificación de la democracia hoy cepciones procedimentales. En efecto,
va a la par de su traición, bajo la for- existe una dimensión activa y multi-
ma de regímenes «autoritarios-libe- forme en la representación-narración,
rales» y de movimientos populistas mientras que la representación-figura-
que la hacen posible. ción presupone una atención a las con-
diciones sociales concebidas de manera
Hacia una representación narrativa . En muy global.
1789, la Declaración de los Derechos
del Hombre y del Ciudadano señala- Este proyecto de una democracia na-
ba enfáticamente que «la ignorancia, rrativa es también un medio para
el olvido o el desprecio de los derechos construir una sociedad de individuos
humanos son las únicas causas de las plenamente iguales en dignidad, igual-
calamidades públicas y de la corrup- mente reconocidos y considerados, que
ción de los gobiernos». La precisión es puedan hacer sociedad común. Una
esencial: la calidad de la democracia mayor visibilidad y una mayor legi-
depende de la presencia permanente en bilidad conducen además a mejorar
la vida pública de las realidades que la gobernabilidad de la sociedad y las
viven los ciudadanos y del recuerdo de posibilidades de reforma. Una socie-
sus derechos. Democracia no significa dad con un déficit de representación
solo soberanía popular, deliberación de sí misma oscila, en efecto, entre la
pública, designación de representan- pasividad y el miedo. Tiende a estar
tes; democracia también significa aten- dominada por el resentimiento, que
ción a todos, consideración explícita de combina la cólera y la impotencia, y
todas las condiciones. Esto implica, no puede pensar concretamente en la
por tanto, desarrollar una representa- acción sobre sí misma. Debe constan-
ción narrativa junto con la clásica re- temente simplificar y caricaturizar lo
presentación-delegación (que funciona real para esperar volverlo maleable. La
muy mal, en vista de cómo la función mala representación conduce de este
representativa de los partidos políti- modo a esfumar la realidad, a hacer-
cos se fue erosionando a medida que la indecible. Entonces, la sociedad ter-
estos se iban integrando al mundo de mina siendo marcada por una visión
los gobernantes). No ser representado fantasmática de sí misma, erigiendo
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La democracia del siglo xxi

chivos expiatorios para explicar todos que tengan como objetivo «narrar la
sus males. La democracia no puede vi- sociedad». Esto concierne tanto a las
vir si los hombres y las mujeres no se ciencias sociales como a la literatura,
reconocen tal como son para formar la fotografía o el cine. En eeuu, duran-
un mundo común. Esto requiere que te la Gran Depresión de la década de
exista una forma de comprensión recí- 1930, se hizo un intento en esta direc-
proca entre sus miembros. El costo de ción con el lanzamiento del Proyecto
la mala representación es por eso tan- Federal de Escritores. Recientemente
to social y moral como individual. «Vi- he intentado, por mi lado, constituir en
vimos en una terrible ignorancia los Francia el embrión de un Parlamento de
unos de los otros», se lamentaba Jules los Invisibles. Hay allí un campo de tra-
Michelet cuando buscaba explicar la bajo democrático esencial.
dificultad de los individuos para for-
mar un pueblo fraternal en la nueva Las nuevas vías de la legitimidad demo-
república democrática de 1848. Cuan- crática. Estos nuevos canales corres-
do se ocultan las realidades, se dejan ponden a enfoques de la generalidad
las vidas en la oscuridad, los prejuicios democrática que atenúan la consuma-
y los fantasmas gobiernan la imagina- ción de su expresión electoral-mayori-
ción. Esto también es lo que alimenta taria tradicional, que busca encontrar
la desconfianza y los temores. Cuando el sentido de una voluntad general en-
los individuos se ignoran, los mecanis- tendida como expresión unánime de
mos de repliegue y de «guetización» la sociedad. Dos nociones pueden ayu-
se multiplican. Una sociedad no pue- darnos a avanzar en esta dirección: la
de desarrollar mecanismos de solida- de imparcialidad y la de pueblo-principio.
ridad y de reciprocidad si no hay un La imparcialidad refiere a una defini-
cierto grado de confianza en su seno. ción negativa de la voluntad general.
Ahora bien, esta «institución invisi- Una institución imparcial es una ins-
ble» que es la confianza tiene una di- titución de la que nadie (ningún grupo
mensión directamente cognitiva, tal de interés, partido político o individuo
como observara enfáticamente Niklas en particular) puede apropiarse. El po-
Luhmann. No se puede de hecho con- der democrático de todos se presenta
fiar en quien es un extraño total, en en este caso bajo las formas del poder de
alguien de quien nada se sabe. No se nadie. Las autoridades independientes
puede construir con aquellos de quie- de vigilancia y regulación se apoyan
nes se ignora casi todo. en este principio. Algunas fueron crea-
das por asambleas legislativas para
La puesta en práctica de una demo- controlar y equilibrar un Poder Ejecu-
cracia narrativa depende menos de tivo sospechado de partidista; otras,
dispositivos institucionales que del por el propio Ejecutivo para restaurar
desarrollo multiforme de empresas su credibilidad debilitada o conceder
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algunos de sus poderes en esferas en alcance de los poderes Legislativo y


las que no se sentía técnicamente equi- Ejecutivo tal como habían sido concebi-
pado. Su número crece actualmente en dos por la teoría liberal y democrática
todas partes, también bajo la presión clásica. Después de haber acrecentado
de los ciudadanos que temen el abu- su rol, las autoridades independientes
so del poder partidista por ser simple- de regulación y vigilancia, como los
mente mayoritario. tribunales constitucionales, han cam-
biado los términos en que se podía en-
El pueblo-principio refiere al hecho de tender la democracia. Pero solo se trata
que «el pueblo» no es solo una pobla- de un cambio de hecho, y estas institu-
ción, sino que también tiene una di- ciones aún no han sido conceptualiza-
mensión histórica. El pueblo no posee das como nuevas formas políticas con
solo una consistencia inmediata, está- un rol específico en el orden democrá-
tica; se aprehende también dinámica- tico. Al mismo tiempo, estas pueden
mente como una comunidad fundada también conducir a una profundiza-
sobre valores compartidos. ¿Y cómo ción inédita de las democracias y no
esta dimensión colectiva puede ser cali- simplemente al refuerzo de un libera-
ficada si no es a partir de los principios lismo tímido. El papel de los tribunales
que la constituyen? Dar políticamente constitucionales, por ejemplo, puede
su lugar al pueblo-principio implica en- inscribirse en la perspectiva tradicio-
tonces representar al pueblo «legal» en nal de un crecimiento del poder del de-
su figura constitucional, lo que justifi- recho destinado a limitar y encuadrar
ca la superioridad normativa del orden la expresión de la soberanía popular.
constitucional. Los tribunales constitu- La oposición subyacente entre govern-
cionales tienen la función de represen- ment by will y government by constitution
tar a este pueblo permanente en el que no hace sino reproducir un viejo topos
cada individuo cuenta, ya que sus dere- liberal. La cuestión de la corrección de
chos están garantizados, mientras que los límites del poder mayoritario en
el orden mayoritario a menudo toma este caso sigue inscribiéndose implí-
decisiones influidas por los aconteci- citamente en la vieja perspectiva de la
mientos o por la preocupación de pri- denuncia de los riesgos de la «tiranía
vilegiar intereses específicos. El poder de la mayoría» a la que se entregaban
de todos se define aquí como el poder de en el siglo xix quienes tenían miedo de
cualquier persona (es decir, de todos los ser aplastados por el advenimiento del
individuos que tienen el derecho a te- sufragio universal. Pero el desarrollo
ner protegidos sus derechos). de estos tribunales también se puede
ver como un instrumento para reducir
La creciente influencia de estos dos ti- el margen de maniobra de los gober-
pos de instituciones ha modifica- nantes y, por lo tanto, como una forma
do progresivamente la naturaleza y el de aumentar el control social sobre los
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La democracia del siglo xxi

representantes. Una Constitución, ex- gobernados democráticamente. Este


plicaba en ese sentido Édouard Labou- es el gran hiato que alimenta el desen-
laye, un importante jurista del siglo xix, canto y el desconcierto contemporá-
se puede entender como «la garantía neos. Precisemos: nuestros regímenes
de que dispone el pueblo contra aque- son considerados democráticos en el
llos que hacen sus negocios, a fin de sentido de que el poder surge de las ur-
que no abusen en su contra del man- nas luego de una competencia abierta y
dato que este les ha confiado». Las de que vivimos en un Estado de dere-
autoridades independientes de vigi- cho que reconoce y protege las liberta-
lancia y regulación son también sus- des individuales. Se trata ciertamente
ceptibles de ser pensadas en los dos de democracias en gran medida inaca-
puntos de vista opuestos. badas. Los representados se sienten con
frecuencia abandonados por sus repre-
Cabe observar que las «democracias sentantes estatutarios, y el pueblo, pa-
autoritarias» (como las de Rusia, Tur- sado el momento electoral, se percibe
quía e incluso Polonia y Hungría), que muy poco soberano. Pero este hecho no
también podríamos llamar populistas, debe enmascarar otro, erróneamente
a menudo se oponen violentamente al identificado en su especificidad: el del
papel de estos dos tipos de institucio- mal gobierno, que también corroe pro-
nes. De hecho, son defensoras de una fundamente nuestras sociedades. Aun-
democracia puramente electoral-ma- que la vida política se organice en torno
yoritaria. Por lo tanto, no solo debe- de instituciones que definen un tipo de
mos criticarlas por su iliberalismo, sino régimen, es también resultado de la ac-
también por su incumplimiento de- ción gubernamental, es decir, de la ges-
mocrático; el problema es que muchos tión cotidiana de los asuntos públicos,
demócratas no tienen hoy esta inteli- instancia de toma de decisiones y de
gencia en su crítica instintiva. mando. Es el lugar de un ejercicio del
poder, que en términos constituciona-
Por último, podemos señalar que la no- les se denomina «Poder Ejecutivo». Con
ción de democracia indirecta, tal como la él tienen que lidiar los ciudadanos in-
he definido, que conduce a refundar mediata y cotidianamente. A la vez, el
sobre nuevas bases aquella de régimen centro de gravedad de la exigencia de-
mixto, es más operativa que la distin- mocrática se ha desplazado impercep-
ción clásicamente utilizada en ciencias tiblemente. Aunque durante mucho
políticas entre input y output democracy. tiempo esta última se relacionó princi-
palmente con la determinación de un
La democracia de ejercicio, más allá de vínculo positivo entre representantes
la democracia de autorización. Nues- y representados, ahora es la relación de
tros regímenes pueden llamarse de- los gobernantes hacia los gobernados la
mocráticos, pero aun así no somos que también debe ser considerada.
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Para los ciudadanos, la falta de demo- se limita a la elección del jefe del Eje-
cracia significa no ser escuchados, ver cutivo. Pero solo se ha puesto en mar-
que las decisiones se toman sin consul- cha una democracia de autorización, el
ta, que los ministros no cumplen con acuerdo de un permiso para gobernar.
sus responsabilidades, que los dirigen- Ni más ni menos. Esto claramente no
tes mienten con impunidad, o consta- es suficiente, como podemos ver en el
tar que la corrupción abunda, que la mundo de los funcionarios elegidos,
clase política vive aislada y no rinde que están lejos de comportarse como
cuentas y que el funcionamiento admi- demócratas.
nistrativo permanece opaco. El proble-
ma es que esta dimensión de la política Si bien se puede considerar que, en cier-
nunca fue pensada como tal. La demo- tas condiciones, la elección es capaz de
cracia siempre ha sido considerada determinar adecuadamente la relación
como régimen, pero apenas como una entre representantes y representados,
forma de gobierno; evidencia de esto no ocurre lo mismo con la relación entre
es que los términos «régimen» y «go- los gobernados y los gobernantes. Este
bierno» a menudo se han confundi- punto es esencial. La designación de
do1. La cuestión pudo haber parecido un representante ha consistido históri-
secundaria en la primera forma his- camente en el principio para expresar
tórica del régimen democrático, la del una identidad o transmitir un manda-
modelo parlamentario-representativo, en to, todas cuestiones que idealmente po-
la que el Poder Legislativo domina- dían lograrse por el hecho electoral. En
ba a los demás. Pero hoy el Ejecutivo efecto, se la consideraba capaz de esta-
se convirtió en el eje, lo que implica blecer el representante en su calidad y
el giro hacia un modelo presidencial- su funcionalidad intrínsecas, con la no-
gobernante de las democracias. Mien- ción de permanencia que este término
tras que antes era el sentimiento de implica, mientras que la elección de un
mala representación el que concen- gobernante solo legitima su posición
traba todas las críticas, hoy también institucional y no le confiere ninguna
se debe dar una respuesta al de mal cualidad. El desempeño democrático
gobierno. de tal elección –vuelvo sobre esto– es,
en este sentido, inferior al de un re-
En la época del predominio del Poder presentante.
Ejecutivo, la clave de la democracia re-
side en las condiciones de control de 1. Ese fue claramente el caso en los siglos xviii
este último por parte de la sociedad. La y xix, cuando el término «gobierno» se tomaba
como sinónimo de régimen y abarcaba por lo
relación gobernados-gobernantes se tanto a los poderes Legislativo y Ejecutivo. La
ha convertido en la cuestión principal. expresión común «gobierno representativo»
designaba de esta manera lo que llamo aquí la
El problema es que la única respuesta forma parlamentaria representativa del régi-
que se viene dando a este imperativo men democrático.
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La democracia del siglo xxi

De ahí, en este caso, la necesidad ur- esta atrofia. Cabe señalar que esta no-
gente de ampliar la democracia de au- ción de democracia de ejercicio es más
torización a una democracia de ejercicio. fuerte y más amplia que la referencia
El objetivo es determinar las cualida- que a menudo se hace en ciencias polí-
des que se esperan de los gobernantes ticas a la necesidad de tener en cuenta
y las reglas positivas que organizan la idea de calidad democrática. Esta últi-
sus relaciones con los gobernados. Es ma, que tiene un acento en la gestión,
en el establecimiento de tal democra- no está incluida de hecho en una rede-
cia donde se juega lo esencial de aquí finición global de la noción misma de
en más. De hecho, son sus carencias democracia.
las que permiten que la elección de la
cabeza del Poder Ejecutivo abra el ca- Tal democracia de ejercicio puede ser
mino para un régimen iliberal, incluso enfocada en dos direcciones. En primer
dictatorial en algunos casos. Nuestro lugar, hacia los principios que deben re-
presente abunda en ejemplos de esta gir a los gobernantes en su relación con
naturaleza, cuya primera ilustración los gobernados. Tres me parecen esen-
fue el cesarismo francés en el siglo xix. ciales: la legibilidad (noción más amplia
y más activa que la de transparencia),
Las patologías sangrientas y destructi- la responsabilidad y la reactividad (acaso
vas de la democracia constituyeron en el término más adecuado para traducir
el siglo xx, junto con el totalitarismo, la noción de responsiveness en inglés).
patologías de la representación. Se Estos principios describen los contor-
trataba entonces de poderes que pre- nos de una democracia de apropiación. Su
tendían haber superado las aporías es- aplicación permitiría a los ciudadanos
tructurales del sistema representativo ejercer de forma más directa funcio-
y sus incompletitudes a través de una nes democráticas que durante mucho
encarnación perfecta de la sociedad, tiempo han sido acaparadas por el po-
constituyendo «poderes-sociedad», jus- der parlamentario. Ellos dan también
tificando su absolutismo por esta ade- pleno sentido al hecho de que el poder
cuación. Estas viejas patologías sin no es una cosa sino una relación, y que
duda siguen siendo una amenaza. Pero son entonces las características de esta
las nuevas patologías del siglo xxi han relación las que definen la diferencia
cambiado de naturaleza. Hoy derivan entre una situación de dominación y
de la restricción de la democracia go- una simple distinción funcional, den-
bernante al simple procedimiento de tro de la cual se puede desarrollar una
autorización o a formas de referéndum forma de apropiación ciudadana del
que constituyen una expresión gene- poder. En segundo lugar, hacia la de-
ralmente empobrecida de la voluntad terminación de las cualidades perso-
general. Si existe una enfermedad del nales requeridas para ser un «buen
presidencialismo, es en el sentido de gobernante». Cualidades que no deben
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Pierre Rosanvallon

postularse para crear un retrato ro- aquella que constituyó la conquista del
bot idealizado, en el que se superpo- sufragio universal. Esta nos hará in-
nen todos los talentos y virtudes, sino gresar en la democracia poselectoral.
para considerar más operativamente He propuesto una descripción de sus
las que sean necesarias para establecer principales direcciones y su institucio-
un vínculo de confianza entre gober- nalización en mi último libro, El buen
nantes y gobernados de modo de gobierno2; me limito entonces a hacer
fundar una democracia de confianza. La referencia a él. Frente a la democracia
confianza, repito, entendida como una intermitente de las elecciones, se tra-
«institución invisible», cuya vitalidad ta de una democracia permanente, que
ha tenido una importancia decisiva en apunta a instaurar los principios que aca-
la época de la personalización de las bo de exponer.
democracias. Se imponen dos princi-
palmente: la integridad y el hablar con De la voz del pueblo al ojo del pueblo.
franqueza (la parresía, cuya importancia La voz del pueblo tradicionalmente ha
en la antigua Grecia ha recordado Mi- sido la de las urnas, aunque puede to-
chel Foucault). mar otras formas de expresión, como
por ejemplo los petitorios o las mani-
Construcción de una democracia festaciones en la calle. Pero en la época
de confianza y de una democracia de de la democracia de ejercicio, es tam-
apropiación son las dos claves del pro- bién el ojo del pueblo el que aparece para
greso democrático en la época presi- jugar un papel significativo. Al lado
dencial-gobernante. Estos principios de del ciudadano-elector, la figura del ciu-
buen gobierno, sin embargo, no deben dadano-controlador tomará entonces
aplicarse solo al Poder Ejecutivo en sus una importancia creciente. Esta figura
diversas instancias. También son lla- tiene una larga historia. Fue en los pri-
mados a regir el conjunto de las ins- meros días de la Revolución Francesa
tituciones no elegidas que tienen una cuando el término «vigilancia» (sur-
función reguladora (las autoridades veillance) se impuso para definir una
independientes), las distintas catego- modalidad específica del ejercicio de
rías de magistraturas y todo el mundo la soberanía del pueblo. «Amigos de la
de la función pública. Se trata de per- libertad, que una vigilancia eterna nos
sonas e instituciones que ejercen de ponga a salvo de los peligros que ten-
una forma u otra una autoridad sobre dríamos que correr si nuestro destino
otros y que participan de este modo de fuera confiado enteramente a nuestros
los órganos de gobierno. ministros», se podía leer en un famo-
so periódico de la época. La vigilan-
Es verdaderamente una segunda re- cia del pueblo era comprendida como
volución democrática la que debe ope-
rarse en esta perspectiva, después de 2. Manantial, Buenos Aires, 2015.
161 Ensayo
La democracia del siglo xxi

necesaria para dar vida al ideal de un aritmética al fin, el pueblo no se re-


gobierno guiado por el cuidado del in- duce a la mayoría; duplicada por una
terés general. La vigilancia era un me- ilusión procedimental, la democracia
dio para limitar las disfuncionalidades no se reduce a tomas de decisión ais-
del poder y remediar lo que he llama- ladas, sino que implica la construc-
do «entropía democrática» (definida ción, deliberada en el tiempo, de una
como un proceso de deterioro de las historia común. La noción de demo-
relaciones entre elegidos y electores). cracia de vigilancia, con el carácter de
El ojo de la vigilancia del pueblo se ha permanencia que implica, merece hoy
impuesto por esta razón como uno de por ello ser restablecida. Traté de des-
los temas principales del imaginario cribir sus diferentes figuras en mi li-
revolucionario. Fue una manera de eri- bro La contrademocracia3: allí subrayé la
gir una forma de desconfianza en vir- distinción que convendría hacer entre
tud democrática activa. También fue una desconfianza positiva, forma de ac-
un modo de consagrar a la opinión pú- tividad cívica que marca la exigencia
blica como figura sensible y cotidiana democrática, y una desconfianza pura-
del pueblo. «La palabra pueblo es un mente negativa, crítica sistemática de los
nombre vacío si no significa opinión poderes y rechazo de los gobernantes.
pública», decía un importante jurista Es aún más esencial que veamos hoy
de la época. Sin la manifestación de esa en día esta segunda figura prosperar
opinión, insistía, «el pueblo ya no tiene bajo las formas de la retórica populista.
nombre, se trata de un ser puramente
metafísico». ■■ El desafío contemporáneo

Más tarde, en virtud de su asociación El ideal democrático, tal como lo he


con los excesos del Terror, se abando- abordado, solo puede progresar com-
nó el término «vigilancia». La duali- plejizando la democracia, tanto sus
dad confianza/desconfianza electoral instituciones como sus procedimien-
de los ciudadanos a la que se refe- tos y las modalidades de expresión de
ría fue sustituida finalmente por una la sociedad. Por el contrario, los pode-
distinción mucho menos rica, la de la res de la simplificación son los que tien-
oposición entre democracia directa y den a corromper ese ideal pretendiendo
democracia representativa. Hoy es evi- completarlo. Así tenemos la simplifica-
dente que se trata de una reducción ción de la representación por la preten-
que empobrece el ideal democrático, sión de la encarnación y el culto del
y el culto contemporáneo del referén- líder, la simplificación del ejercicio
dum se ha convertido en expresión em- de la soberanía por la sacralización
blemática de esto, con la ilusión de que
canalice una expresión total y definiti- 3. La contrademocracia. La política en la era de la
vamente cumplida del pueblo. Ilusión desconfianza, Manantial, Buenos Aires, 2007.
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Pierre Rosanvallon

del referéndum, la simplificación de la sus fundamentos teóricos. Esta es una


idea de voluntad general por la omni- de las principales tareas de las ciencias
potencia del hecho mayoritario y el re- sociales de nuestro tiempo. La democra-
chazo de otras figuras de expresión de la cia debe más que nunca definirse como
generalidad. Complejización contra sim- el régimen que no deja de interrogarse
plificación: el gran combate de nuestro sobre sí mismo. Debe seguir siendo una
tiempo. Su resultado dependerá en par- experiencia viva y exigente y no quedar
te de la capacidad de arrojar luz sobre fijada en un modelo.

Septiembre-Diciembre 2016 México, df N 108


o

RELACIONES DE MÉXICO CON ASIA-PACÍFICO:


RETOS Y OPORTUNIDADES

ARTÍCULOS: Carlos de Icaza, México: objetivo Asia-Pacífico. Julián Ventura Valero y


Rodrigo Meléndez Armada, Relaciones económicas México-China: una agenda de oportuni-
dades. Jorge Heine, La locomotora china y la apuesta por Asia en el nuevo siglo. Ulises
Granados, La relación México-Japón: más allá de la coyuntura económica. José Luis Bernal
Rodríguez, La Asociación Estratégica entre México y la República de Corea a diez años de
iniciada. Fernanda Vázquez Vela, India y México: de lo coyuntural al bilateralismo más
sólido. Armando G. Álvarez Reina y Luz Mariana Espinoza Castillo, México y Australia
en el Siglo del Pacífico. José Gerardo Traslosheros Hernández, México y Nueva Zelanda:
un puente entre Latinoamérica y Asia. Rogelio Granguillhome Morfín y Miriam Rubinstein
Derzavich, México y la ansea: en busca de una relación estratégica. Luz María de la Mora
Sánchez, El Tratado de Asociación Transpacífico: ¿una puerta en Asia-Pacífico? Héctor A.
Ortega Nieto y Luis Ángel Castañeda Flores, mikta: ampliar los alcances de la política
exterior mexicana.

Revista Mexicana de Política Exterior es una publicación cuatrimestral del Instituto Matías
Romero, Secretaría de Relaciones Exteriores. República de El Salvador Núm. 47, Col. Centro,
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