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La Democracia Del Siglo XXI - Rosanvallon
La Democracia Del Siglo XXI - Rosanvallon
Pierre Rosanvallon
los candidatos; adopción de reglas que de una diversidad. Pero hoy en día es
prohíben la acumulación de mandatos la elección del Poder Ejecutivo la que
o restringen el número consecutivo de se encuentra en el centro de la vida
estos para limitar la tendencia a la pro- democrática (sea esta elección directa,
fesionalización de la política; mecanis- como en Francia, o indirecta, derivada
mos de revocación (recall) o de juicio de una mayoría parlamentaria, como
político (impeachment) para controlar en Alemania o Gran Bretaña). Es lo
a los representantes elegidos, lo que da que se ha denominado «presidenciali-
lugar a la interrupción del mandato y zación de las democracias». El proble-
al llamado a nuevas elecciones; insta- ma es que una sola persona, el jefe del
lación de comisiones independientes Ejecutivo, no puede tener un carácter
para garantizar el buen funcionamien- representativo propiamente dicho, en
to del proceso electoral y hacer más tanto la representación implica, por
transparentes las elecciones; limitación definición, la manifestación de una
de los gastos electorales para reducir pluralidad. Con la excepción de los re-
el papel del dinero; organización de gímenes cesaristas/populistas/totali-
campañas oficiales para poner en pie tarios (equivalentes desde este punto
de igualdad a los candidatos. Los pro- de vista), que pretenden fundarse en
yectos en este campo son numerosos y el principio de encarnación: Napoleón
todavía queda mucho por hacer para afirmaba de forma pionera en este do-
mejorar la calidad del proceso electo- minio ser un «hombre-pueblo» (en
ral. Pero no podemos permanecer en correspondencia con un retorno secu-
esta visión del progreso democrático larizado a la noción del rey-soberano
para lograrlo. Por varias razones: que incorpora a la sociedad, tal como
lo había formulado Thomas Hobbes).
1. En primer lugar, las elecciones tie-
nen hoy menor capacidad de repre- Desde un punto de vista sociológico,
sentación por razones institucionales la noción de representación se susten-
y sociológicas. Desde una perspectiva taba implícitamente en la idea de que
institucional, la creciente centralidad la sociedad se compone de órdenes,
del Poder Ejecutivo ha modificado la de cuerpos, de clases (lo que llevó a
noción de representación. El proyecto Jean-Jacques Rousseau a afirmar que
de representar a la sociedad había sido el concepto de representación tenía un
concebido en el nivel de asambleas carácter medieval). Esta dimensión si-
parlamentarias. Se trataba, según la fa- gue imponiéndose, pero la socie-
mosa fórmula de Mirabeau de 1789, de dad no puede ser aprehendida solo de
concebirlas como la composición ideal este modo. Hemos ingresado también
de una imagen de la sociedad a una es- en una nueva era de la identidad, li-
cala reducida. La noción de represen- gada al desarrollo de un individualis-
tación era inseparable de la expresión mo de singularidad. Esto modifica las
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La democracia del siglo xxi
chivos expiatorios para explicar todos que tengan como objetivo «narrar la
sus males. La democracia no puede vi- sociedad». Esto concierne tanto a las
vir si los hombres y las mujeres no se ciencias sociales como a la literatura,
reconocen tal como son para formar la fotografía o el cine. En eeuu, duran-
un mundo común. Esto requiere que te la Gran Depresión de la década de
exista una forma de comprensión recí- 1930, se hizo un intento en esta direc-
proca entre sus miembros. El costo de ción con el lanzamiento del Proyecto
la mala representación es por eso tan- Federal de Escritores. Recientemente
to social y moral como individual. «Vi- he intentado, por mi lado, constituir en
vimos en una terrible ignorancia los Francia el embrión de un Parlamento de
unos de los otros», se lamentaba Jules los Invisibles. Hay allí un campo de tra-
Michelet cuando buscaba explicar la bajo democrático esencial.
dificultad de los individuos para for-
mar un pueblo fraternal en la nueva Las nuevas vías de la legitimidad demo-
república democrática de 1848. Cuan- crática. Estos nuevos canales corres-
do se ocultan las realidades, se dejan ponden a enfoques de la generalidad
las vidas en la oscuridad, los prejuicios democrática que atenúan la consuma-
y los fantasmas gobiernan la imagina- ción de su expresión electoral-mayori-
ción. Esto también es lo que alimenta taria tradicional, que busca encontrar
la desconfianza y los temores. Cuando el sentido de una voluntad general en-
los individuos se ignoran, los mecanis- tendida como expresión unánime de
mos de repliegue y de «guetización» la sociedad. Dos nociones pueden ayu-
se multiplican. Una sociedad no pue- darnos a avanzar en esta dirección: la
de desarrollar mecanismos de solida- de imparcialidad y la de pueblo-principio.
ridad y de reciprocidad si no hay un La imparcialidad refiere a una defini-
cierto grado de confianza en su seno. ción negativa de la voluntad general.
Ahora bien, esta «institución invisi- Una institución imparcial es una ins-
ble» que es la confianza tiene una di- titución de la que nadie (ningún grupo
mensión directamente cognitiva, tal de interés, partido político o individuo
como observara enfáticamente Niklas en particular) puede apropiarse. El po-
Luhmann. No se puede de hecho con- der democrático de todos se presenta
fiar en quien es un extraño total, en en este caso bajo las formas del poder de
alguien de quien nada se sabe. No se nadie. Las autoridades independientes
puede construir con aquellos de quie- de vigilancia y regulación se apoyan
nes se ignora casi todo. en este principio. Algunas fueron crea-
das por asambleas legislativas para
La puesta en práctica de una demo- controlar y equilibrar un Poder Ejecu-
cracia narrativa depende menos de tivo sospechado de partidista; otras,
dispositivos institucionales que del por el propio Ejecutivo para restaurar
desarrollo multiforme de empresas su credibilidad debilitada o conceder
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Para los ciudadanos, la falta de demo- se limita a la elección del jefe del Eje-
cracia significa no ser escuchados, ver cutivo. Pero solo se ha puesto en mar-
que las decisiones se toman sin consul- cha una democracia de autorización, el
ta, que los ministros no cumplen con acuerdo de un permiso para gobernar.
sus responsabilidades, que los dirigen- Ni más ni menos. Esto claramente no
tes mienten con impunidad, o consta- es suficiente, como podemos ver en el
tar que la corrupción abunda, que la mundo de los funcionarios elegidos,
clase política vive aislada y no rinde que están lejos de comportarse como
cuentas y que el funcionamiento admi- demócratas.
nistrativo permanece opaco. El proble-
ma es que esta dimensión de la política Si bien se puede considerar que, en cier-
nunca fue pensada como tal. La demo- tas condiciones, la elección es capaz de
cracia siempre ha sido considerada determinar adecuadamente la relación
como régimen, pero apenas como una entre representantes y representados,
forma de gobierno; evidencia de esto no ocurre lo mismo con la relación entre
es que los términos «régimen» y «go- los gobernados y los gobernantes. Este
bierno» a menudo se han confundi- punto es esencial. La designación de
do1. La cuestión pudo haber parecido un representante ha consistido históri-
secundaria en la primera forma his- camente en el principio para expresar
tórica del régimen democrático, la del una identidad o transmitir un manda-
modelo parlamentario-representativo, en to, todas cuestiones que idealmente po-
la que el Poder Legislativo domina- dían lograrse por el hecho electoral. En
ba a los demás. Pero hoy el Ejecutivo efecto, se la consideraba capaz de esta-
se convirtió en el eje, lo que implica blecer el representante en su calidad y
el giro hacia un modelo presidencial- su funcionalidad intrínsecas, con la no-
gobernante de las democracias. Mien- ción de permanencia que este término
tras que antes era el sentimiento de implica, mientras que la elección de un
mala representación el que concen- gobernante solo legitima su posición
traba todas las críticas, hoy también institucional y no le confiere ninguna
se debe dar una respuesta al de mal cualidad. El desempeño democrático
gobierno. de tal elección –vuelvo sobre esto– es,
en este sentido, inferior al de un re-
En la época del predominio del Poder presentante.
Ejecutivo, la clave de la democracia re-
side en las condiciones de control de 1. Ese fue claramente el caso en los siglos xviii
este último por parte de la sociedad. La y xix, cuando el término «gobierno» se tomaba
como sinónimo de régimen y abarcaba por lo
relación gobernados-gobernantes se tanto a los poderes Legislativo y Ejecutivo. La
ha convertido en la cuestión principal. expresión común «gobierno representativo»
designaba de esta manera lo que llamo aquí la
El problema es que la única respuesta forma parlamentaria representativa del régi-
que se viene dando a este imperativo men democrático.
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La democracia del siglo xxi
De ahí, en este caso, la necesidad ur- esta atrofia. Cabe señalar que esta no-
gente de ampliar la democracia de au- ción de democracia de ejercicio es más
torización a una democracia de ejercicio. fuerte y más amplia que la referencia
El objetivo es determinar las cualida- que a menudo se hace en ciencias polí-
des que se esperan de los gobernantes ticas a la necesidad de tener en cuenta
y las reglas positivas que organizan la idea de calidad democrática. Esta últi-
sus relaciones con los gobernados. Es ma, que tiene un acento en la gestión,
en el establecimiento de tal democra- no está incluida de hecho en una rede-
cia donde se juega lo esencial de aquí finición global de la noción misma de
en más. De hecho, son sus carencias democracia.
las que permiten que la elección de la
cabeza del Poder Ejecutivo abra el ca- Tal democracia de ejercicio puede ser
mino para un régimen iliberal, incluso enfocada en dos direcciones. En primer
dictatorial en algunos casos. Nuestro lugar, hacia los principios que deben re-
presente abunda en ejemplos de esta gir a los gobernantes en su relación con
naturaleza, cuya primera ilustración los gobernados. Tres me parecen esen-
fue el cesarismo francés en el siglo xix. ciales: la legibilidad (noción más amplia
y más activa que la de transparencia),
Las patologías sangrientas y destructi- la responsabilidad y la reactividad (acaso
vas de la democracia constituyeron en el término más adecuado para traducir
el siglo xx, junto con el totalitarismo, la noción de responsiveness en inglés).
patologías de la representación. Se Estos principios describen los contor-
trataba entonces de poderes que pre- nos de una democracia de apropiación. Su
tendían haber superado las aporías es- aplicación permitiría a los ciudadanos
tructurales del sistema representativo ejercer de forma más directa funcio-
y sus incompletitudes a través de una nes democráticas que durante mucho
encarnación perfecta de la sociedad, tiempo han sido acaparadas por el po-
constituyendo «poderes-sociedad», jus- der parlamentario. Ellos dan también
tificando su absolutismo por esta ade- pleno sentido al hecho de que el poder
cuación. Estas viejas patologías sin no es una cosa sino una relación, y que
duda siguen siendo una amenaza. Pero son entonces las características de esta
las nuevas patologías del siglo xxi han relación las que definen la diferencia
cambiado de naturaleza. Hoy derivan entre una situación de dominación y
de la restricción de la democracia go- una simple distinción funcional, den-
bernante al simple procedimiento de tro de la cual se puede desarrollar una
autorización o a formas de referéndum forma de apropiación ciudadana del
que constituyen una expresión gene- poder. En segundo lugar, hacia la de-
ralmente empobrecida de la voluntad terminación de las cualidades perso-
general. Si existe una enfermedad del nales requeridas para ser un «buen
presidencialismo, es en el sentido de gobernante». Cualidades que no deben
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postularse para crear un retrato ro- aquella que constituyó la conquista del
bot idealizado, en el que se superpo- sufragio universal. Esta nos hará in-
nen todos los talentos y virtudes, sino gresar en la democracia poselectoral.
para considerar más operativamente He propuesto una descripción de sus
las que sean necesarias para establecer principales direcciones y su institucio-
un vínculo de confianza entre gober- nalización en mi último libro, El buen
nantes y gobernados de modo de gobierno2; me limito entonces a hacer
fundar una democracia de confianza. La referencia a él. Frente a la democracia
confianza, repito, entendida como una intermitente de las elecciones, se tra-
«institución invisible», cuya vitalidad ta de una democracia permanente, que
ha tenido una importancia decisiva en apunta a instaurar los principios que aca-
la época de la personalización de las bo de exponer.
democracias. Se imponen dos princi-
palmente: la integridad y el hablar con De la voz del pueblo al ojo del pueblo.
franqueza (la parresía, cuya importancia La voz del pueblo tradicionalmente ha
en la antigua Grecia ha recordado Mi- sido la de las urnas, aunque puede to-
chel Foucault). mar otras formas de expresión, como
por ejemplo los petitorios o las mani-
Construcción de una democracia festaciones en la calle. Pero en la época
de confianza y de una democracia de de la democracia de ejercicio, es tam-
apropiación son las dos claves del pro- bién el ojo del pueblo el que aparece para
greso democrático en la época presi- jugar un papel significativo. Al lado
dencial-gobernante. Estos principios de del ciudadano-elector, la figura del ciu-
buen gobierno, sin embargo, no deben dadano-controlador tomará entonces
aplicarse solo al Poder Ejecutivo en sus una importancia creciente. Esta figura
diversas instancias. También son lla- tiene una larga historia. Fue en los pri-
mados a regir el conjunto de las ins- meros días de la Revolución Francesa
tituciones no elegidas que tienen una cuando el término «vigilancia» (sur-
función reguladora (las autoridades veillance) se impuso para definir una
independientes), las distintas catego- modalidad específica del ejercicio de
rías de magistraturas y todo el mundo la soberanía del pueblo. «Amigos de la
de la función pública. Se trata de per- libertad, que una vigilancia eterna nos
sonas e instituciones que ejercen de ponga a salvo de los peligros que ten-
una forma u otra una autoridad sobre dríamos que correr si nuestro destino
otros y que participan de este modo de fuera confiado enteramente a nuestros
los órganos de gobierno. ministros», se podía leer en un famo-
so periódico de la época. La vigilan-
Es verdaderamente una segunda re- cia del pueblo era comprendida como
volución democrática la que debe ope-
rarse en esta perspectiva, después de 2. Manantial, Buenos Aires, 2015.
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La democracia del siglo xxi
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