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Coleccion: Gaceta Civil - Tomo 35 - Numero 11 - Mes-Ano: 5_2016

Es posible usucapir pese a la preexistencia de un proceso de


desalojo por ocupación precaria

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CONSULTA:

A los hermanos Tovar se les notificó hace cinco meses una sentencia consentida en la
cual se desestimaba una pretensión de desalojo por ocupación precaria en su contra,
dándoles la razón en el sentido de que podían permanecer en el bien inmueble en
contra de la pretensión jurídica de la actora, quien había demandado hace dos años.
En ese sentido, y teniendo en cuenta que han detentado por once años el predio
materia de la controversia, su defensa técnica les ha propuesto, a fin de consolidar su
derecho de propiedad sobre el bien, deducir en sede judicial la prescripción adquisitiva
de dominio larga. No obstante, ante el hecho de la demanda antes señalada, los
abogados nos consultan si, pese a que sus patrocinados han soportado una demanda
de desalojo por ocupación precaria en el pasado, se podría acreditar uno de los
requisitos de la usucapión larga como es la posesión pacífica del bien, a efectos de ver
reconocido su derecho de propiedad en una sentencia por parte de la jurisdicción civil.

RESPUESTA:

Es posible plantear una demanda de prescripción adquisitiva de dominio, desde que no


se encuentra desacreditado el requisito de la posesión pacífica por el simple hecho de
haber sido parte demandada en un anterior proceso de desalojo por ocupación
precaria, siempre y cuando se puedan acreditar los demás requisitos concomitantes
como son la publicidad y continuidad.

FUNDAMENTACIÓN:

La prescripción adquisitiva de domino es un modo originario de adquirir la propiedad


de un bien. Para que pueda operar dicho mecanismo y ser reconocido en vía judicial,
es necesario acreditar una posesión pública, pacífica y continua del bien, además del
requisito temporal, que para el caso materia de consulta será el de 10 años. Esto
último conforme al primer párrafo del artículo 950 del Código Civil, que regula la
prescripción adquisitiva de dominio extraordinaria.

El requisito de la posesión pacífica en la usucapión, conforme lo ha indicado un sector


importante de la doctrina nacional1, no significa que esta sea “incontrovertida”. En ese
sentido, se deberán constatar actos de violencia material a efectos de desestimarse el
requisito en cuestión.

Así, el requisito de una posesión pacífica del bien comprende que no haya mediado
violencia para adquirirlo y/o en la ausencia de esta para mantenerlo o, que habiendo
mediado violencia en el momento de la adquisición, esta cese durante el periodo
deducible a efectos de usucapir el bien.
El único modo de verse desacreditado el requisito de la posesión pacífica sería ante
una constatación material de la perturbación de esta, lo cual podría consistir, por
ejemplo, en los intentos de toma de posesión del predio en controversia por parte de
quien demandó reivindicación o el desalojo por ocupación precaria. De las hipótesis
antes mencionadas, aún no se puede identificar actos definitivos de la toma de
posesión del bien, por parte de quien pretende usucapirlo, pues materialmente su
posesión adolece de un vicio: el de violencia.

En el presente caso, si bien la posesión fue cuestionada por un tercero a través de un


juicio de desalojo por ocupación precaria, esto no se asemeja a los actos de violencia
material necesarios para poder argumentar la falta de este requisito en la posesión.

En ese sentido, la demanda de desalojo por ocupación precaria, dirigida contra los
hermanos Tovar, no puede significar una desacreditación de su posesión pacífica
respecto al predio, máxime si se ha verificado que la pretensión de desalojo no tenía
fundamento alguno.

Siguiendo un mismo criterio analógico valorativo, no deberían tenerse en cuenta


pretensiones como la reivindicatoria u otras tuitivas de la propiedad, que en el pasado
hayan sido deducidas en juicio, cuando de por medio el juzgador debe evaluar el
requisito de la posesión pacífica para la usucapión.

La diferencia radica aquí, en que la violencia material implica el hecho de no permitir


un goce efectivo de la cosa como propietario, sería absurdo admitir que, siendo la
usucapión la mejor prueba de la propiedad, esta pueda viabilizar la adquisición del
dominio de la cosa cuando de por medio la posesión del bien no sea pacífica, en tanto
la deducción judicial de pretensiones destinadas a cuestionar la posesión del bien
(inmueble), las cuales son desestimadas, no importan frente a la posesión de la cosa
prolongada en el tiempo, pues una controversialidad en torno a la posesión en la vía
judicial queda al pendiente de un pronunciamiento del operador jurídico, y no es una
cuestión efectiva desde un inicio, como lo sería cualquier acto material violento que
desvirtúe la posesión pacífica.

Base legal:

Código Civil: art. 950.

NOTAS:

1 Al respecto vid. GONZALES BARRÓN, Gunther. Derechos Reales. Jurista Editores,


Lima, 2005, pp. 672 a 673.

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