ADVERTENCIA: los siguientes resúmenes están ordenados según cronograma.
ROGERS: El proceso de convertirse en Persona
Ser la Persona que uno realmente es (Introducción) Dos tesis: - Confianza en el organismo humano en tanto funciona libremente. - Calidad existencial de vida satisfactoria. Menciona lo natural y común de las preguntas existenciales (del tipo “¿para qué estoy aquí?”), que todo sujeto debe hacerse alguna vez en la vida. En este sentido, es necesario analizar aquello que los seres humanos parecen esforzarse por alcanzar cuando están en condición de elegir libremente. Para ello, el autor ha de basarse en su propia experiencia como terapeuta, en donde ha oído de todas las metas humanas posibles. Las orientaciones vitales cambian de sujeto a sujeto. A continuación, cita un estudio de Morris, quien tipifica 5 dimensiones en torno a la pregunta por el propósito de la vida. Rogers no está de acuerdo con Morris, y más bien se inclina por la posición de Kierkegaard para enunciar la meta vital de todo ser: “ser la persona que uno realmente es”. Las Orientaciones que adoptan los Clientes Rogers habla desde las tendencias expresadas por los clientes mismos, y no desde él como terapeuta. ¿Qué hacen sus clientes? Dejan de utilizar máscaras: al inicio, el cliente se aleja de sí mismo que él no es, y lo expresa como miedo; en lugar de ser máscara, se acerca a la posibilidad de ser él (un atemorizado tras una fechada). Dejan de sentir los “debería”: el cliente se aleja de la compulsión al “debería ser”, y corporalmente da a conocer que se aleja de esa imagen por deber. Dejan de satisfacer expectativas impuestas: se alejan de pautas de conductas que la cultura impone (subordinar al grupo la propia individualidad), en pos del conformismo. Dejan de esforzarse por agradar a los demás: cuando se sienten libres, abandonan la actitud de caerles bien a todos (es un movimiento a la inversa). Comienzan a autoorientarse: avanza a la autonomía (elige metas que él decide), se hace responsable (lo cual atemoriza, porque la libertad da miedo), y luego aprende de las consecuencias. Comienzan a ser un proceso: se convierten en un proceso de constante cambio con mayor fluidez; ya no les perturba sentir el cambio día a día. Comienzan a ser toda la complejidad de su sí mismo: implica convertirse en un proceso rico y complejo; es la difícil tarea de ser todas las facetas que somos, hasta contradictorias, no unidimensionales. Comienzan a abrirse a la experiencia: sujeto comienza a vivir de forma franca e íntima consigo mismo; tras experimentarse a sí mismo comienza a acercarse y se da cuenta que la vivencia es un recurso y que debe oírse a sí mismos sin temerle a lo que pueda hallarse; apertura al interior. Comienzan a aceptar a los demás: la apertura a la interna posibilita la apertura a la externa, aceptando a los Otros; mira hacia afuera sin crítica. Comienzan a confiar en sí mismos: valora el proceso que él es y confía en sí mismo, confía en las vivencias. Resumen. La orientación general: el individuo logra paulatinamente ser el proceso que realmente es, de modo consciente y aceptándolo; deja de ser lo que no es y abandona las máscaras; descubre su deseo de ser él mismo, y no es de valor intelectual. Algunos Errores Para algunos, la orientación vital es poco satisfactoria; esto se debe a interpretaciones erróneas. ¿Cuáles? ¿Está orientación implica inmovilidad?: no, no es fijeza ni estar estático; significa estar en proceso y constante cambio. ¿Implica ser malvado?: no, no es ser incontrolado, perverso o destructivo (como dejar libre a un monstruo); pues, mientras más capaz sea de permitir que los sentimientos fluyan, más apropiado el lugar que ellos ocupen en armonía (y descubre aspectos nuevos); ser uno mismo no es algo malo. Implicaciones Sociales Rogers plantea que todo lo revisado bien podría aplicarse a grupos o comunidades, sean organizaciones, sindicatos, empresas, universidades, y naciones completas. Así, los grupos sociales también pueden ser satisfacción siendo realmente lo que son.
PERLS: Y aquí viene el neurótico
El paciente acude porque siente una “crisis existencial”, es decir, siente que las necesidades psicológicas que le son vitales no están siendo atendidas en su actual modo de vida; y consulta al terapeuta porque espera allí encontrar un apoyo. Piensa que con ayuda del terapeuta sus necesidades estarán satisfechas. No es tarea del terapeuta hacer juicios de valor; no es tarea del terapeuta reducir a sus pacientes a la uniformidad; su labor es facilitar para cada quien el desarrollo que posibilitará metas significativas. Su homeostasis no funciona adecuadamente, pero al menos posee la “catexis positiva” (tendencias que se inclinan hacia elementos que sustentan la vida). Como sea, parece ser que el paciente no puede conseguir algo por sí mismo ni del ambiente; ergo, recurre al terapeuta. Llegado el paciente, empero, no acude con las “manos vacías”; trae “Medios de Manipulación” (modos de movilizar y usar el ambiente); ingeniosos métodos útiles para el paciente. Estas formas de manipular, que son dirigidas en miras a preservar sus impedimentos, son sus mayores logros; sus puntos más débiles refieren a su escasa capacidad para enfrentar su crisis existencial (de ello se debe partir). La idea es hacerle ver sus medios de manipulación. Usa disociaciones y preguntas, pues existe una variada gama de manipular. A esto se relaciona la “resistencia”, formas aunadas a la “catexis negativa” (tendencias inclinadas hacia el peligro del paciente); por lo tanto, la resistencia también debe utilizarse como herramienta para acceder al paciente (voltearlas). Pensemos que el paciente ha construido un “Autoconcepto” fiel a los estímulos ambientales, y por ello busca legitimación externa a su forma de ser. Pero es sólo una construcción; el humano se trasciende a sí únicamente por vía de su verdadera naturaleza, jamás mediante la ambición o metas artificiales. ¿Y cuál es la naturaleza?, pues la Integridad, la Espontaneidad. Ideal sería brindarle relevancia, en terapia, a ese espacio de confusión existente entre el Sí Mismo y el Autoconcepto de Sí Mismo; esto es síntoma de la neurosis. Importante es trabajar con esta “Confusión”, pues da cuenta de nuestras ambivalencias, nuestras dudas, y de que no poseemos conceptos estáticos (somos móviles). De este modo, la terapia comienza con una ambivalencia entre frustración y satisfacción. Acto seguido, el autor critica a las terapias convencionales (por ejemplo, Freud, Reich, Adler, etc.), ya que éstas no ven la terapia sino como un mero proceso reduccionista que intenta buscar una respuesta (“¿por qué sucede esto?”); en realidad, de lo que se trata es de ver el fenómeno como un proceso total y complejo (individuo/ambiente). De esta forma, se postula que la neurosis es un estado de “desbalance entre individuo y grupo”. No hay causas únicas; esas terapias convencionales hacen creen que “recordando” se curará, hacen creen que hay “soluciones unívocas”, discriminando entre “esto o aquello”. Además, estas se enfocan en el “pasado” respondiendo a un “por qué”, y a partir de lo que “ha sido” en tanto “substancia”. El enfoque unitario gestáltico amplía la orientación, mejora las maniobras terapéuticas; posibilita visualizar muchas causas, tampoco divide “cuerpo/mente” (es un todo); se enfoca en el aquí y el ahora, en los “cómo”, y en lo que “no ha sido” (la falta de ser). Objetivo: el darse cuenta aquí y ahora: Awareness, más allá del Inconsciente y más allá de lo mental (es decir, también el cuerpo). Sí, los signos psicosomáticos son reales, pero no puramente mentales ni causales; sí, la transferencia también es real, pero no unidireccional a la manera freudiana. Este enfoque busca “Proceso” (no “substancia”); sí, el significado de sueños es real, pero no se le pide interpretación sino una vivencia más intensa de dicho sueño (se le solicita al paciente que lo reviva e identifique la “paradoja”; no hay una sola interpretación).
FROMM: El miedo a la Libertad
Mecanismos de Evasión El objetivo de autor es utilizar el psicoanálisis para explicar los métodos operativos psicológicos de fenómenos como el fascismos y regímenes autoritarios. Así, procesos que se dan en el individuo bien podrían dar a nivel grupal y/o comunitario. El autor establece diferencias entre un “sano” y un “neurótico”; así, una persona considerada normal (o sana) por su alta adaptación a un orden social bien podría ser menos sana que un neurótico (no son sinónimos); hace sentido la frase: “nunca es saludable estar adaptado a una sociedad profundamente enferma”. De esta forma, mejor es hablar de sociedad que favorecen o no la “felicidad humana” y la “autorrealización” de la personalidad. En este apartado se discuten “mecanismos de evasión” que son productos de la inseguridad del individuo aislado; enfrentado al mundo exterior, el sujeto posee dos vías: la “libertad positiva” de total conexión, o bien retroceder y “abandonar la libertad”. Este último camino se caracteriza por superar la soledad eliminando la brecha entre él y el mundo, es compulsivo, se rinde a la propia individualidad. El Autoritarismo Refiere a evadir la libertad y la propia independencia, para fundirse con algo – o alguien – exterior; reemplaza vínculos primarios por vínculos secundarios, hacia la sumisión o la dominación. Así, surgen dos posibles impulsos: Masoquistas y Sádicos, los cuales hay de distintas formas, racionales e irracionales. Al respecto, el autor da varios ejemplos, ya sea en la vida social (regímenes autoritarios) o en la familia (con el conyugue o con los hijos). Estos impulsos tienen por objetivo evadir la insoportable soledad e impotencia. Ambos impulsos están constituidos por un fin que constituye la base de ambos, se denomina “Simbiosis”. Estos impulsos, frecuentemente, se confunden con el “amor” o con el “poder”. Surgen, así, figuras como el “líder” o la “autoridad anónima”, o bien el “sentido común” (impulso disfrazado de la opinión natural de una mayoría). Aquí aparece la imagen del “Auxiliador Mágico”: un ente de poder o persona que representa la función de proteger, ayudar y desarrollar al individuo, del cual el individuo depende totalmente, y hasta le atribuye facultades “fantásticas” (un líder, un Dios, una idea, etc.). La Destructividad Distinto del sadomasoquismo, la “destructividad” no respecta a la “simbiosis”, sino a la eliminación del objeto. Es una tendencia que está en constante potencia dentro del individuo, acechando a exteriorizarse apenas pueda. Es clásica la “destructividad” en individuos que carecen de seguridad y espontaneidad (no están autorrealizados); “viven” una vida “no vivida. Conformidad Automática El individuo, aquí, deja de ser él mismo, adopta totalmente un tipo de personalidad que le proporcionan las pautas culturales, convirtiéndolo en un ser completamente igual a todo el mundo, tal como el resto espera de él; no hay diferencia entre el Yo y el Mundo. Es una suerte de mimetismo. Pierde su personalidad. Esto se puede ejemplificar en la pérdida de pensamiento crítico y en la duplicación o copia de opiniones ajenas. Esto sucede a nivel del intelecto, pero también a nivel de las emociones. Hay una ilusión de libertad. Apéndice Estas ideas refieren a factores socio-económicos, psicológicos, ideológicos e históricos; tributan a un “carácter social”, lo que determina prácticamente todo el ser de un individuo. De esta forma, se entiende que ideas y emociones, usualmente separadas, están íntimamente ligadas. En una persona normal, la función subjetiva de carácter le conduce a obrar en conformidad con lo necesario desde un punto de vista práctico, experimentando satisfacción (esto refiere a un individuo, muy por el contrario al caso del “carácter social”, que tributa a un orden social determinante y determinado). Todo esto vale para el status quo de una sociedad, para el sistema educativo y hasta para una familia. El autor finaliza la obra argumentando haber superado explicaciones ideológicas, economicistas y netamente culturales; en este sentido, Fromm da mayor peso al factor individual del sujeto. Las condiciones sociales influyen a través del carácter; éste no es el resultado de una adaptación pasiva, sino de una adaptación dinámica que se realiza sobre la base de elementos biológicamente inherentes a la naturaleza humana o adquiridos.
GOLEMAN: Inteligencia Emocional
Las Raíces de la Empatía La “conciencia de uno mismo” es la facultad sobe la que se erige la “empatía” (mientras más abiertos a nosotros mismos, mayor capacidad de comprensión); su incapacidad habla de carencia en la “inteligencia emocional”, además de una falta de capacidad para sintonizar con los Otros. La clave, también, está en captar mensajes “no verbales”. Desarrollo de la Empatía Demuestra el proceso de desarrollo de la empatía desde la infancia; imitaciones motrices revelan empatía entre niños pequeños (un niño llora cuando ve a otro llorando). Dicha “imitación motriz” desaparece, y por lo tanto comienzan a estar más capacitados para consolar, en vez de imitar a quien llora. Así, el “grado de empatía” está en correlación con “educación que ofrecen los padres”. Niño bien sintonizado Cita el caso de dos gemelos, y el de su madre, quien se hallaba más “sintonizada” con uno de ellos, en desmedro del Otro. La “sintonización” constituye un proceso que marca toda “relación”; marca el tono de “interacción”, y va más allá – es más compleja – que la mera “imitación”. El coste de la falta de sintonía Cuando los padres fallan en la “empatía”, el niño dejará de sentir ciertas emociones, y por lo tanto algunas emociones pueden desvanecerse de su “repertorio afectivo”. Así, pasan de ser “activos” a ser “pasivos”, sin sintonizarse ni reconocer emociones de otros. Empero, existen las “relaciones compensatorias” (amigos, profesores, otros). Cita el autor el concepto de “orfandad emocional”, para referirse a aquellos niños que crecen en hogares y se ven torpes emocionalmente. Neurología de la Empatía Sugiere que existen aspectos anatómicos en el cerebro humana que poseen correlación con el grado de “empatía” de un ser humano (lo es, por ejemplo, con la amígdala). Al mismo tiempo, investigaciones con primates sugieren comunicación empática entre ellos; esto prueba la cercanía de especie, y la relevancia de las “respuestas fisiológicas” ante un Otro que reacciona. La Empatía y la Ética: raíces del altruismo Existen vínculos entre “empatía” y “afecto”, lo cual se liga a “juicios morales”. Los dilemas éticos están a la base de la moral. Esto se desarrolla mediante un proceso en 3 tiempos: los niños imitan motrizmente a otro niño, luego los niños son capaces de consolar a otro, y luego los niños perciben el problema más allá de lo inmediato. Una vida carente de Empatía: mentalidad del agresor Quienes son considerados sociópatas suelen carecer de “empatía”. Caen en la crueldad: es un círculo que funciona como la droga (el sociópata requiere “ir más allá” para tranquilizar los impulsos). El agresor no sólo desconoce las emociones de su víctima, sino que también ignora su propio sentir. El caso de los psicópatas es similar: carecen de remordimiento y no es empático. En todo caso, reconoce el autor que en ciertos contextos agresivos, la falta de empatía es una “virtud” (por ejemplo, un escenario de sobrevivencia). Las Artes Sociales Cita el autor el caso de un niño que usa las emociones para influir sobre Otro. Ya de infantes, los niños poseen tácticas para utilizar; para esto, los humanos deben aprender primero a manejar sus propias emociones; en otras palabras, para desarrollar el manejo externo de emociones, es necesario un manejo interno. Ergo, existen 2 movimientos: Autocontrol y Empatía. La Expresión de las Emociones Expresar emociones es una capacidad fundamental, pues éstas son el medio y el mensaje. Existen 3 formas de “desplegar roles” mediante las emociones: minimizar emociones, exagerar emociones, o sustituir emociones por otras. Expresividad y el Contagio Emocional Sí, las emociones son contagiosas; en cada intercambio relacional subyacen estados de ánimo que determinan encuentros sociales “tóxicos” o “nutritivos”. Emitimos señales emocionales, per se. La imitación cotidiana es algo muy útil, y la transferencia de estados de ánimo es real (va desde lo más activo y expresivo hasta lo más sutil y pasivo). El grado de “armonía emocional” que experimenta una persona en un determinado encuentro se refleja en su lenguaje no-verbal (por ejemplo, ambos pueden moverse de la misma forma, y estarán sintonizados). Esta sincronía facilita la emisión y recepción de estados de ánimo, positivos o negativos; su alto grado refleja una interacción con mayor grado de implicancia. Quienes son más hábiles en sintonizar con los demás podrán emocionalmente ser más amables. Así mismo, ajustar el “tono emocional” de una interacción constituye un signo de profundo control; de esta forma, no sólo podrá “controlar” la interacción, sino que también creará una “movilización emocional”. Rudimentos de la Inteligencia Emocional 4 son las habilidades que componen la Inteligencia Emocional: Organización de grupos (un líder), Negociar Soluciones (un mediador), Conexiones Personales (favorece contacto), Análisis Social (detectar ambiente). Lo anterior es la materia prima de la Inteligencia Interpersonal; sin embargo, si estos rasgos no poseen contrapeso, darán a luz a un “camaleón social” (quien es capaz de usar dichas habilidades para fundirse con los demás y quedarse siempre bien). La Génesis de la Incompetencia Social Analiza el autor el caso de “incompetencia social”. Es llamada “Disemia”, dificultad para captar mensajes no-verbales, algo que sucede con escasa frecuencia. Esto radica en la dificultad para interpretar o utilizar el lenguaje corporal. Por ejemplo, algunos niños no han llegado a dominar el lenguaje silencioso de las emociones, e inconscientemente emiten mensajes incómodos (crecen con la idea de falta de control sobre las emociones). “Te odiamos”: el Momento crítico Los niños pequeños son cruelmente sinceros respecto a los juicios emocionales implícitos. Es crítico cuando un niño pretende acercarse e integrarse a un nuevo grupo ya formado. Lo normal es que los recién llegados observen lo que sucede dentro del grupo, para luego poner en marcha tácticas de aproximación; los dos errores pueden ser: asumir el mando muy pronto o no sintonizar con el marco. Esto es lo que hacen los niños impopulares. Los populares, en cambio, observan muy bien y luego se integran. El Resplandor Emocional: informe de un caso Cita un caso excepcional, de maestría emocional. Un niño que no sólo tranquiliza la inquietud de los Otros, sino que además lo hace en pleno ataque de rabia. Aquí, una gran destreza ha sido distraer a la persona airada, empatizar con él y luego dirigir la atención a un foco alternativo (algo más positivo). Así, el mejor de los casos posibles de empatía y control emocional es denominado “resplandor emocional”. WATZLAWICK: El Arte de amargarse la Vida A través de pequeñas historias y cuentos, el autor construye el procedimiento de cómo una persona se construye una vida desdichada. Al contrario de un libro de autoayuda, el autor recomienda un puñado de claves para amargarse la existencia. El secreto para ser desgraciado: - Convéncete que sólo tu opinión es la correcta; comprueba que todo el mundo está errado. - Aférrate al pasado, para no ocuparte del presente. - Convéncete de ser víctima siempre. Además, convéncete de que el daño que te causaron es tan grave que no tiene solución (hallar un remedio sería una ofensa). - Asegúrate que, por mucho que cambien las circunstancias, conviene preferir las soluciones que antes fueron suficientes. - Rechaza una situación peligrosa aunque te hagan ver que el peligro ya ha desaparecido. - Haz un pronóstico y profetiza un hecho al cual temes, considéralo con consistencia e independiente de ti, y así podrás llegar a donde justamente no querías. - En las relaciones interpersonales es recomendable leer los pensamientos del Otro y actuar en consecuencia. Si se puede, acompáñalo con reproches, violencia y ambigüedad. - Siéntete frustrado al recibir un regalo sólo por haber expresado antes el deseo de recibirlo. - En la relación con otra persona admite tan sólo la alternativa de ganar o perder para poder garantizar no sólo esa relación sino incluso otras futuras.
MONTERO: Relaciones entre Psicología Social Comunitaria, Crítica y de la Liberación
Objetivo: las 3 psicologías (social comunitaria, social crítica, y social de la liberación) configuraron una forma neoparadigmática en función de las necesidades de las sociedades latinoamericanas, mutuamente influidas. Del “por qué” de este Estudio Estas 3 psicologías surgen entre el último cuarto del s. XX y lo que va del s. XXI. Existen elementos en común a las 3: surgen en nuestro continente a raíz de la crisis de la Psicología Social. Las tres están marcadas por su origen geográfico y sociocultural. La idea aquí es explicitar: relaciones, semejanzas, y diferencias. De la Psicología Social Comunitaria a la Psicología Social de la Liberación, a través de la Crítica La ola neoparadigmática influyó en todas las disciplinas. La Psicología Social respondió dando lugar a la Psicología Social Comunitaria (constituida después como Psicología Comunitaria); se definió en estudio de factores psicosociales. Esta nueva psicología poseía tres elementos: elemento del poder y relaciones de desigualdad, acción transformadora sobre el entorno, y las personas que constituyen una comunidad. De la Crítica en Psicología La corriente crítica en psicología tiene dos orígenes: uno generado “en la práctica”, y otro generado en la “psicología radical”. Los movimientos mutan y adquieren el adjetivo “crítica” a su nombre. Daban cuenta de los cambios en la concepción de individuo, de los cambios en las estrategias para producir dichos cambios, de la crítica a las relaciones duales de individuo-sociedad, y de la crítica a las prácticas de regulación y administración social perpetuadoras del status quo. Del Ser y Ámbito de la Crítica ¿Qué es lo crítico? Crítica: es un sustantivo que indica la disyuntiva de elegir entre un camino u otro (posibilidades, rupturas), es someter a análisis hasta lo más obvio, es reconocer y someter a juicio todo (incluso la crítica misma), es su inevitabilidad (siempre habrá crítica), es lo siempre cambiante (todo muta y fluye), es algo ni bueno ni malo (es necesaria), y es monista en el sentido en que el conocimiento no es objetivo. En conclusión, ella desencaja, abre nuevas miradas, es liberadora, no se liga a modelos, no pertenece a un continente sustantivo determinado, y es crítica per se. Crítica, Ética, Psicología Social Comunitaria y Liberación Crea alternativas y trae siempre la Diversidad, indica el contexto y es holista, es una “actitud” y una “conciencia” al mismo tiempo, adopta el “compromiso crítico” y la “reflexividad”, acuña la responsabilización y la duda metódica, abraza la transformación social y el respeto por el Otro. Se orienta por 5 preguntas dirigidas: - ¿se está promoviendo el status quo de la sociedad durante la intervención? - ¿se promueve la justicia o la injusticia social? - ¿hay conciencia de las repercusiones sociales de las prácticas y teorías del campo, o se desentiende ese campo de sus efectos negativos potenciales? - ¿hay declaración explícita de los valores que se asumen al realizar una intervención, o asumen que lo hecho está libre de valores? - ¿cuáles son los compromisos culturales, morales o axiológicos, y cómo afectan las críticas que hacen? De la Liberación en Psicología Al respecto, Martín-Baró analizaba el contexto sociopolítico y económico, formulando tres aspectos: (a) propiciar una forma de buscar la verdad desde las masas populares, (b) crear una praxis psicológica para transformar a las personas y a la sociedad, y (c) descentrar la atención del status científico de la psicología. Estas ideas se amplían, y luego la Psicología Social de la Liberación complementa; sus objetivos más relevantes son: (a) cambios sociales surgidos desde la base de la sociedad, (b) crear una psicología popular recuperando el carácter histórico, (c) carácter democrático y participativo de las relaciones, (d) concientización de la población, (e) fortalecimiento de la sociedad civil, (f) solidaridad social. Un Haz con 3 ramas: Tres modos de hacer Psicología Socialmente Sensible Las 3 psicologías se caracterizan por generar una práctica transformadora, más allá de lo intelectual, creando una praxis (y así, a la teoría nuevamente, retroalimentando). En estas tres vertientes, aparentemente separadas, en realidad existen redes comunicacionales con similitudes. De aquí que se pueda pensar una “psicología autóctona”.
NARANJO: Las Perturbaciones del Amor
Refiere el autor a la complejidad de denominar y definir el Amor. En todo caso, afirma la existencia de 3: la erótica (amor-deseo) o del hijo, la benevolencia (amor-dar) o de la madre, y la admiración (amor-admirativo) o del padre. Estas tres formas de amor pueden convivir sanamente, o bien pueden degenerar. En todo caso, el trío reúne una triada armónica. A cada neurosis, a cada personalidad, encontrará un obstáculo el amor. Dichas personalidad y neurosis las vemos a continuación. Eneatipo II. Amor-Pasión - El más “amoroso” de los caracteres, más seductor. - Personalidad histriónica; inestabilidad y superficialidad. - Ofrece amor maravilloso, pero también demanda exigencias extraordinarias. - Sus necesidades no se sacian. Van de relación en relación. - Aparente vocación amorosa que se disfraza. - Autoimagen de dador. Asimila todo a lo erótico. - Orientación es más interpersonal que transpersonal - Devora su interés. Eneatipo VII. Amor-Placer - Carácter seductor y cariñoso; amable y jovial; es cómodo. - Es autoindulgente; espera que no se le exija, y a la vez es muy permisivo. - Confundo amor con placer. - Es inestable y siempre exploratorio, curioso. - Dificultad de satisfacerse aquí y ahora. Empujado hacia lo ideal y lo imaginario; optimista. - Busca relaciones sin roce, más allá del encantamiento. - Actitud amistosa general. Poca dificultad en hacerse de amistades. - Se siente con derechos, y espera ser escuchado y reconocido. - Talento persuasivo y encantador. Disponibilidad estratégica. - La religiosidad y los afanes espirituales como escape. - Es como un padre cómo permisivo. Eneatipo V. Desamor - Parece mucho menos amoroso; es un esquizoide. - Puede sufrir por su incapacidad de relacionarse. - Autoculpabilización. Alberga pasión por evitar vínculos; no se interesa. - Resulta muy fría. Su deseo de recibir está amortiguado. - No cree tanto en el amor, o cree que no es digno. - Posee una no-entrega de amor, un sobrecontrol - Poco amor al Otro y a la comunidad. Sobreprotección y apego infantil. - Egoísta y avaro consigo mismo. - Escasa disponibilidad, aislamiento y escasa empatía. Eneatipo IV. Amor-Enfermedad - Pasión amorosa atormentada, fortuita, dolorosa. Apasionado. - No cree en sí mismo, más bien lo sufre; adicto al amor. - Sentimiento carencial, una voracidad del Otro, canibalismo. Le frustra. - Exigencia excesiva le lleva a exigir más; es mordedor. - No se siente digno y anticipa el rechazo. - Incapacidad de valorarse; no se sabe en desconexión con el Otro. - No puede concebirse querido y el amor no es suficiente. - Es servicial y muy disponible, ayudante y sacrificado; pero al mismo tiempo se cobra y compensa. - Interpretación pesimista; se pone enfermo y pide. Actitud romántica. - Intensificación de experiencia: chantaje emocional. - Se rechaza, se odia; y al mismo tiempo busca compasión. - Coloca el amor en el lugar de la belleza. Persigue lo erótico. Eneatipo VIII. Amor Avasallador - Perturbación del amor lujurioso. - Impulso a la unión sexual reemplaza la unión íntima. - Considera al sexo opuesto como enemigo y así busca siempre tener victorias sobre ello. - Antepone deseo del Otro: usa, invade, explota. - Prueba al Otro y es avasallador. Carácter duro que anda en guerra. - Violento, castigador, provocador, antisentimental; pertenece al aquí-ahora. - Amor-compasión es negado; el amor a sí mismo es más fuerte. - Comete inversión de valores. - Hambre amoroso mismo. Eneatipo I. Amor Superior - Su pasión es el anti-amor; no odia, sino que profesa el amor. - Está constituido por intenciones y actos a los cuales les falta emoción: poco tierno. - La agresión está negada, y luego compensada en relaciones humanas. - Se coloca como dador y generoso. - Su agresión muta y se transforma. - El otro, beneficiado por sus actos, es más bien privado de calidad moral y estatura espiritual. - Hace inferior al Otro mediante la crítica. - Amor a lo ideal, a la grandeza. Amor a sí mismo es postergado. - Es excesivamente condicional y coloca méritos inalcanzables. Eneatipo IX. Amor Complaciente - Es el amor perezoso, tibio, a “medio fuego”; opuesto al amor-pasión. - Le falta atención a la verdadera necesidad del Otro. - Es un cuidado bien intencionado en el que falta comunicación profunda, empatía. - Puede ser percibido como invasión, sofocado. - Es un amor que no escucha, sino que impone al Otro una compulsión de maternidad. - Papel de persona generosa supone una segunda naturaleza, consciente. - Su amor es abnegación o benevolencia, pero sin experiencia. - Desatención y desinterés; una agresión-pasiva, de negligencia. - Amor al rito, pero sin espíritu. - Se ha resignado a no sentir ese profundo amor. Es cómodo. - Desconoce sus propias necesidades profundas; pierde espontaneidad. Eneatipo III. Amor Narcisista - Amor vano. Es vanidoso, producto de degradación del amor. - Competitivo afán de eficiencia asfixia, y hace irrelevante lo ajeno. - Aparente amor a sí mismo convive con incapacidad para valorarse a sí mismo. - La propia valoración depende de un espectador que apruebe. - Trabaja para la propia imagen. - Le complica la competencia con la pareja; excesivo control. - Dificultad en la entrega; desconfianza, temor al rechazo. - Exige autodominio y dominio de situaciones. - Falso amor; se vuelve acusatorio y adopta rol de víctima agresiva. - Expresa rabia sin escándalo aparente, con palabras cortantes. - No cree en el amor. - La duda alimenta la seducción. Mantiene una ilusión. - Amor al Tú se basa en la propia imagen; espera validación ajena. - Necesita al Otro y su reconocimiento. - Práctico y utilitario. Eneatipo VI. Amor Sumiso y Amor Paternalista - Temeroso; miedo y desconfianza. - Teme porque el temor exige estar en guardia; teme a todo. - Es sometido y engañado, controlado. Respuesta al miedo. - Se autocontrola y se inhibe en necesidad de protección. - Contaminación de lo amoroso con motivaciones autoritarias. Autoritario y suspicaz. - Dependiente e inseguro. Se elevan y esperan subordinación. - Es extremo: manda y exige obediencia. - O es muy huerfanito o es muy paternalista. - Es ambivalente: hay amor y odio, dominio y sumisión. - Autocondenatorio. Siempre funciona desde el control. - Miedo y agresión como continuo intercambio. - Tendencia religiosa a delegar. - Anhelo de poder y de identificarse con el padre poderoso.