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EL ÉXITO Y LA CULPA
Cuando se trata de enfermedades en el fondo la nueva manera de trabajar es la única porque detrás de las
enfermedades actúa algo mucho más importante de lo que podemos sacar a la luz con las constelaciones
familiares tradicionales.
Pero en relaciones de pareja o en relaciones entre padres e hijos o dentro de una empresa, entonces los
movimientos del principio, las constelaciones familiares tradicionales son los que convienen.
CULPA Y EXPIACIÓN
Las constelaciones familiares de antes siguen dominadas en alguna medida por el tema de culpa y expiación.
Todos están presos en eso. También los coordinadores y sólo una vez que podemos ir más allá de eso
encontramos la solución liberadora para todos.
MEDITACIÓN
La culpa y la forma en que la tratamos es lo que crea los verdaderos problemas; que lleva a enfermedades y a
conflictos y es la base del odio.
Toda la culpa que nos damos a nosotros o que le echamos a otros lleva al odio…
Nosotros nos hacemos daño a nosotros y a otros como consecuencia de la culpa y la pregunta es ¿Cómo
hacemos para crecer más allá de la culpa? O ¿Cómo quedan puros los demás de la culpa que nosotros
desechamos?
Hay una profunda necesidad de deshacerse de la culpa. Ser o estar sin culpa y queremos entonces ser
purificados de la culpa.
Purificados significa que hay algo que se limpia de todas las impurezas... Por ejemplo oro puro. Lo obtenemos
cuando lo original es purificado.
¿Y de qué manera?
Purificado en el fuego.
Es decir purificación significa que algo se limpia porque el fuego lo consume.
El problema de la purificación de la culpa es el problema de nuestra vida.
Es decir que es el verdadero problema de la vida.
Tenemos la profunda necesidad de purificar nuestra culpa.
Entonces hacemos tentativas como para ocuparnos nosotros mismos de la purificación.
Queremos ser purificados a través de la expiación.
Expiación por la culpa.
Tenemos la esperanza de purificarnos de la culpa.
Y de una manera similar tratamos de purificar a otros de su culpa haciendo que ellos expíen por la culpa de ellos.
¿Cuál es entonces el movimiento de base detrás de estos intentos?
Queremos que el pecado y la culpa sean consumidos por el fuego de la expiación.
La expiación es un fuego que consume.
¿Pero qué es lo que consume la expiación?
La expiación consume al amor.
Es un fuego que consume.
Pero es un fuego de odio.
¿Consume entonces la culpa?
¿Profundiza la culpa?
La respuesta es evidente.
Lo que hice hasta ahora fue el intento de deshacernos de la culpa a través de nuestros propios esfuerzos y poder.
¿Cómo se logra la purificación de la culpa?
Es fácil percibirlo en uno.
La purificación se logra asintiendo a la culpa tal como es.
Y a través del asentimiento de las consecuencias de la culpa.
Es decir que al asentir a las consecuencias de nuestra culpa tanto para nosotros como también para otros. Pero
incluso esto todavía es sencillo.
Se logra asintiendo a la culpa de los demás. Y asintiendo a las consecuencias de las culpas de los otros para
nosotros y para ellos y tal vez para muchos otros.
Eso es lo esencial que hay que tener en cuenta y que supera la culpa-
Éste asentimiento es entregarse a la culpa y sus consecuencias.
¿Y eso que significa?
Ahora lo llevo hasta el máximo.
Hasta el máximo máximo.
Esa entrega hacia nuestra culpa y sus consecuencias y la culpa de otros y sus consecuencias es la verdadera
entrega a Dios.
Es adoración.
Todo lo demás, lo que es menos que eso, nos lleva desviando de lo esencial y al camino equivocado.
Esa es la purificación.
La verdadera purificación.
Y no está en nuestras manos.
Nosotros somos guiados hacia ella.
Y allí donde la vivenciamos, la vivenciamos como una gracia.
¿Y cuál es el resultado?
Nos purificamos para lo humano y lo divino.
¿Cómo purificados?
Purificados culpables.
Esto se derivó de lo que vivimos ayer y lleva por supuesto a una increíble liberación y a un amor completamente
diferente.
Cuando incluimos esto en la mirada es fácil encontrar la solución para muchos.
No es importante con qué tipo de problemas empezamos. Todos ellos tienen la misma raíz y la solución exige los
mismo pasos: un movimiento más allá de la culpa.