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La Ley, 16/5/2006, p.

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COMPRAVENTA INTERNACIONAL DE MERCADERIAS. Venta FOB.
Obligaciones en moneda extranjera. Improcedencia de su conversión a pesos.
Decreto 410/2002. Derecho extranjero en el proceso.
CAUSA 116725/00 - "Penguin Books LTD. c/ Librería Rodríguez SACIF s/
ordinario" - CNCOM - SALA E - 03/11/2005

“En una compraventa internacional de libros editados en Inglaterra,


embarcados en el país de origen bajo la cláusula "franco a bordo" -F.O.B.-
con destino a la República Argentina, resulta aplicable el Derecho del país
en donde fue efectuada la entrega deviene aplicable la ley del lugar de
cumplimiento arts. 1205 , 1209 , 1210 y 1212 del cód. civil)”.

“Por ley del lugar de cumplimiento debe entenderse aquélla donde se


consuma la prestación más característica del contrato”.

“En los contratos sinalagmáticos, la prestación característica es la entrega de


la cosa; esto es la prestación no dineraria a cargo del vendedor”

“En tanto la entrega de las mercaderías resultó satisfecha al ser colocada a


bordo del transporte en el lugar de embarque convenido, cabe concluir que
la compraventa celebrada entre las partes se haya sujeta a las leyes y usos
del Reino Unido de Gran Bretaña”.

“Siendo aplicable a la obligación de pago el derecho extranjero, se opera una


excepción al régimen de conversión monetaria operado en virtud de la
legislación de emergencia (art. 1, inc. e. del decreto 410/02.).

"A falta de convención en materia de intereses, corresponde la aplicación de


la tasa internacional razonablemente adecuada al objeto de la prestación
principal”.

“La parte que invoca en apoyo de su pretensión Derecho extranjero está


obligada a probarlo”.
Buenos Aires, a los 3 días del mes de noviembre del año dos mil cinco
reunidos los Señores Jueces de Cámara en la Sala de Acuerdos, fueron
traídos para conocer los autos seguidos por "PENGUIN BOOKS LTD. C/
LIBRERÍA RODRÍGUEZ SACIF S/ ORDINARIO", en los que según el sorteo
practicado votan sucesivamente los doctores Rodolfo A. Ramírez, Martín
Arecha y Ángel O. Sala.//-
Estudiados los autos, la Cámara plantea la siguiente cuestión a resolver:

¿Es arreglada a derecho la sentencia apelada de fs. 567/572?

El Señor Juez de Cámara doctor Ramírez dice:

I. La sociedad Penguin Books Ltd., domiciliada en Inglaterra, demandó a la


sociedad local Librería Rodríguez SA la suma de u$s 38.000, en concepto de
saldo de capital pretendidamente adeudado con motivo de la provisión de
material bibliográfico editado por aquélla, en el marco de la relación comercial
habida entre las partes. El reclamo comprendió además el pago de intereses
a tasa activa para operaciones en dólares.- El importe antedicho es
equivalente a la suma de las cantidades de dos de los cinco cheques librados
por la demandada entre los meses de abril y agosto de 1999 (v. Copias de fs.
4 y 6)) , los que por distintas razones no pudieron ser efectivizados.- La
demandada admitió en su responde el libramiento de los cheques en cuestión.
Pero negó que las circunstancias relacionadas con la falta de pago de los
mismos fueran atribuibles a su parte. Aseveró, por el contrario, haber cumplido
con todas las obligaciones asumidas en el contrato de compraventa
internacional de mercaderías celebrado con la actora. Y solicitó, en
consecuencia, el rechazo de la demanda. La sentencia definitiva de primera
instancia hizo lugar parcialmente a la demanda, condenando a la accionada a
pagar la suma de $ 38.000 en los términos dispuestos en los considerandos,
con más intereses según la tasa activa que percibe el Banco de la Nación
Argentina en sus operaciones a 30 días, desde la fecha de interposición de la
demanda hasta la fecha de presentación de la deudora en concurso
preventivo. Las costas fueron impuestas por su orden.-

II. Apelaron ambas partes. La actora mantuvo su recurso mediante la


incontestada presentación de f s . 584/591, cuestionando: a) la pesificación de
la deuda;; b) el dies a quo de los intereses, y c) el régimen de costas.
Mientras que los agravios de la demandada, limitados a la tasa aplicada y al
capitulo de costas, obran a fs. 593/vta. y han sido respondidos por su
contendiente a fs. 598/601.-

III. Dado que la accionada ha consentido la sentencia en lo principal,


comenzaré por expedirme sobre la procedencia del agravio expresado por la
accionante en torno de la moneda de condena.- Destaca Penguin Books que la
deuda de autos tiene su origen en la compraventa de mercaderías adquiridas
por la demandada en el extranjero. Sobre tal base y con arreglo a otros
fundamentos que no () me parece necesario resumir, cuestiona la aplicación al
caso de la legislación de emergencia realizada por el a quo. Y a todo evento
plantea la inconstitucionalidad de ese régimen normativo.- Ahora bien, el art. 1
inc. e decreto 410/2002 excluyó de la conversión a pesos establecida por el
decreto 214/2002 a "las obligaciones del sector público y privado de dar
sumas de dinero en moneda extranjera para cuyo cumplimiento resulte
aplicable la ley extranjera".- Entonces, a efectos de dirimir la suerte de la
pretensión recursiva corresponde establecer el derecho aplicable al vinculo
jurídico generador del crédito.- La relación sustancial que dio origen a la
controversia es una compraventa internacional de libros editados en Inglaterra,
los que fueron embarcados en el país de origen bajo la cláusula "franco a
bordo" -F.O.B.- (v. traducciones de fs. 286, 315, 380, 385 vta., 416 vta.,440
vta. y 446) En aquellos contratos cuyo lugar de celebración no puede
precisarse -tal lo que ocurre en la especie-, pero en los que existe certeza
respecto del lugar de ejecución, las normas de conflicto de derecho
internacional privado argentino -arts. 1205 , 1209 , 1210 y 1212 del cód. civil-
determinan la aplicación de la ley vigente en este último (conf. Goldschmidt,
Werner, "Derecho Internacional Privado", 1997, Ed. Depalma, p. 394, y
Boggiano, Antonio, "Derecho Internacional Privado" Ed. Abeledo-Perrot, t. II,
1991, p. 283).- En los contratos sinalagmáticos, la prestación característica es
la que localiza el contrato con un sistema jurídico. Y tratándose de una
compraventa internacional, la prestación funcional del contrato es la entrega
de la cosa; esto es la prestación no dineraria a cargo del vendedor (cfr. esta
sala in re "Espósito e Hijos SRL c/ Jocqueviel de Vieu" 10.10.85 y doctrina allí
citada, LL t. 1986-D, 49; id. Causa "Mayer, Alejandro v. Onda Hofferle GMBH
& Co . s/ordinario", 24.4.2000; ED t. 194-495).- De tal modo y en tanto la
entrega de las mercaderías resultó satisfecha al ser colocada a bordo del
transporte en el lugar de embarque convenido (conf . Marzorati, Osvaldo,
"Derecho de los negocios internacionales", 2003, Ed. Astrea, p. 297 y fallo
antes referido); cabe concluir que la compraventa celebrada entre las partes
se haya sujeta a las leyes y usos del Reino Unido de Gran Bretaña. Por lo que
se verifica aquí la excepción al régimen de conversión monetaria contemplada
en el citado art. 1, inc. e. del decreto 410/02.-
Por ello y de conformidad con el criterio seguido por esta sala en casos
análogos ("Fábrica Argentina de Conductores Bimetálicos s/conc. prev. s/inc.
de revisión por Maxxweld", del 21. 9. 04; id. "Guimu SA", 6.10.04, JA 2005-1-
67 ), corresponde admitir el agravio y modificar la moneda de condena.-

IV. Agravia, en segundo lugar, a la actora el punto de partida de los intereses


fijado por el sentenciante. Sostiene, con apoyo en lo dispuesto en el art. 509
del cód. civil, que la mora de la deudora operó de manera automática. Y
solicita que el cálculo de los accesorios se retrotraiga "a la fecha de
vencimiento del cheque".-
Las consideraciones desarrolladas al propiciar el acogimiento de la principal
impugnación de la actora impiden, en cambio, hacer lugar a este segundo
planteo. Es que, tratándose de una obligación en dólares sometida a la ley
extranjera, no es posible aplicar el derecho patrio.- En tales condiciones y no
habiendo la actora probado cuál es la preceptiva jurídica emanada del derecho
inglés relativa a la materia de que se trata (art. 377 del cód. procesal), pienso
que el agravio debe ser desestimado.-

V. De su lado, la demandada observa la tasa de interés materia de


condenación y aduce que los accesorios devengados durante el periodo
indicado en el fallo deben ajustarse de acuerdo a parámetros propios de las
operaciones en dólares, no pudiendo superar el 6% anual.- A estar a la
documentación de autos (v. traducciones acompañadas a la presentación de
fs. 470), no existen intereses convenidos. Y no procede suplir esa falta de
previsión mediante la mecánica aplicación de las tasas vigentes en el mercado
argentino, por tratarse -ya se ha dicho- de una obligación sometida al derecho
inglés.- En tales circunstancias, pienso que los intereses a que ha derecho la
acreedora deben liquidarse con arreglo a una tasa internacional
razonablemente adecuada al objeto de la prestación principal. A cuyo fin,
propongo reconocer un interés equivalente a una vez y media la tasa Libor a
treinta días vigente durante el periodo a liquidar, acogiendo con tal alcance el
agravio examinado.-

VI. Resta dilucidar lo atinente al pronunciamiento sobre costas; cuestión que


ha suscitado la apelación de ambas partes. Es así que la actora sostiene la
aplicación de la regla general contenida en el art. 68 del cód. procesal.
Mientras que la demandada enmarca el decisorio dentro de lo dispuesto por el
art. 71 de la ley adjetiva.-

A mi juicio, lleva razón la pretensora, toda vez que: (i) la demanda por capital
habrá de prosperar en la moneda de origen; (ii) aunque a una tasa distinta a la
reclamada, la deuda incluye intereses; (iv) la defensa central ensayada en el
responde ha sido desestimada mediante pronunciamiento firme, y (v) fue
necesaria la promoción y tramitación de este pleito para que la actora
obtuviera el reconocimiento de su derecho.- Finalmente, si la solución arribada
a lo largo de esta ponencia fuese compartida por el acuerdo, cabrá imponer a
la demandada, sustancialmente vencida, las costas derivadas del recurso de
la actora. Y habrán de declararse por su orden, las relativas al recurso de
aquella parte, en atención al resultado obtenido.-

VII. Como corolario de todo lo expuesto, propongo al acuerdo: 1) admitir, en lo


principal, el recurso de la actora, estableciendo el capital de condena en la
suma de u$s 38.000; 2) modificar la alícuota de los intereses, con el efecto de
reducirlos a una vez-- y media la tasa Libor devengada durante el periodo de
cálculo fijado en el fallo de grado; 3) revocar el régimen de costas de primera
instancia, imponiendo las mismas a la parte demandada; 4) imponer,
asimismo, a la accionada las costas derivadas del recurso de la actora, y 5)
declarar en el orden causado las costas generadas por la apelación de la
deudora.-

El Señor Juez de Cámara doctor Arecha dice:


Comparto los fundamentos vertidos por el Señor Juez preopinante por lo que
adhiero a la solución por él propiciada. Voto, en consecuencia, en igual
sentido.-

Por análogas razones, el Señor Juez de Cámara doctor Sala adhiere a los
votos anteriores.-

Buenos Aires, noviembre 3 de 2005

Y VISTOS:

Por los fundamentos del acuerdo precedente:1) se admite, en lo principal, el


recurso de la actora, estableciendo el capital de condena en la suma de u$s
38.000; 2)se modifica la alícuota de los intereses, con el efecto de reducirlos
a una vez y media la tasa Libor devengada durante el período de cálculo fijado
en el fallo de grado; 3) se revoca el régimen de costas de primera instancia,
imponiendo las mismas a la parte demandada;; 4) se impone, asimismo, a la
accionada las costas derivadas del recurso de la actora, y 5) se declaran en el
orden causado las costas generadas por la apelación de la deudora.//-

Fdo.: Ángel O. Sala - Martín Arecha y Rodolfo A. Ramírez


Ante mí: Sebastián I. Sánchez Cannavó

COMPRAVENTA INTERNACIONAL DE MERCADERÍAS Y DERECHO


APLICABLE AL PAGO DEL PRECIO

Alejandro Aldo Menicocci*


El caso

1. Penguin Books Ltd. demandó a Librería Rodríguez SACIF el saldo de


precio de ciertos libros vendidos a esta última. La accionada pretendió saldar
el pago en pesos, de conformidad a la legislación de emergencia (ley 25.561 y
dec. 214/02), mientras que la vendedora, no conforme, persiguió su pago en
dólares. El juez a-quo condenó al pago en pesos y otorgó la tasa de interés
local. Ambas partes apelaron, ordenando la alzada la satisfacción del pago en
la moneda convenida (dólares estadounidenses) más la tasa de interés Libor
en una vez y media. No hizo lugar a la pretensión de la fecha de cómputo a
partir de la cual solicitaba la actora la aplicación del interés, al estimar no
probado tal tratamiento conforme al Derecho inglés.

El caso que comentamos aborda significativos problemas para el derecho del


comercio internacional, entre los que abordaremos la determinación del
derecho aplicable en función de las reglas de conflicto del foro a la obligación
de pago en el contrato, sus accesorias y, en el orden procesal, el tratamiento
del derecho extranjero en el proceso.

Internacionalidad
2. Al abordar el tratamiento de un caso mixto, la aproximación intuitiva de su
extranjería debe ser confrontada con los criterios que, el Derecho positivo del
juez o árbitro con jurisdicción internacional, establecen a los fines de someterlo
a un derecho foráneo. En otras palabras, hay que determinar cuando un
contrato es internacional en función de lo que cada Derecho positivo estima
decisivo a la hora de separarlo de los contratos domésticos. En el DIPr.
argentino, un contrato es internacional cuando su cumplimiento, su celebración
o el domicilio de las partes o el de una de ellas en el momento de su
celebración se halla en el extranjero. En presencia de alguna de tales
circunstancias, las partes se encuentran, en distinta medida, facultadas para
elegir el Derecho aplicable (autonomía de la voluntad). No ejercida la
autonomía o siendo ésta inválida, el contrato se someterá al régimen jurídico
establecido por las normas de conflicto del foro.

Jurisdicción y derecho aplicable al contrato de compraventa internacional


2. Asumida la jurisdicción internacional argentina por encontrarse en la
República un factor atributivo de aquélla (v.g., prórroga, domicilio del
demandado, algún lugar de cumplimiento del contrato), el segundo paso es
confrontar la eventual subsunción del problema en alguna norma específica,
habida cuenta que contamos, en esta materia, con la Convención de las
Naciones Unidas sobre los Contratos de Compraventa Internacional de
Mercaderías (Viena, 1980). Tal mecanismo de subsidiariedad de las normas
de DIPr. no lo impone, ciertamente, la propia Convención, pero se infiere de la
existencia de una norma de conflicto propia en su texto (art. 1). En efecto, la
Convención se aplica a los contratos de compraventa celebrados entre partes
con establecimientos en: a) Estados Contratantes o b) cuando las normas de
derecho internacional privado prevean la aplicación de la ley de un Estado
Contratante. La norma contenida en el artículo 1 es, técnicamente, una norma
de conflicto unilateral que determina el ámbito de aplicación de la Convención,
excluyendo de tal suerte las normas de derecho internacional privado de un
determinado sistema jurídico aplicables, en defecto, a los contratos
internacionales. Esto significa que, al incluir la Convención las propias reglas
de su ámbito espacial y temporal activo y pasivo, contiene un Derecho
internacional privado propio que descarta la aplicación de cualquier otra fuente
formal (sea interna, sea internacional) o consuetudinaria para determinar su
propio ámbito de aplicación.

4. El Reino Unido no ratificó la Convención, de resultas de lo cual se descarta


su aplicación de conformidad al art. 1.1.a) de la fuente. Luego, es menester
acudir a las normas de DIPr (art. 1.1.b). Ningún elemento parecía vincular el
problema al régimen montevideano (primer sistema de DIPr. a ponderar –art.
31 CN-), de resultas de lo cual seguía su sometimiento a las reglas de
conflicto de fuente interna. El DIPr. argentino en materia contractual, tanto en
su tratamiento convencional (Tratados de Derecho Civil de Montevideo de
1889 y 1940) como en el de fuente interna (Código Civil), utiliza conexiones de
carácter rígido (lugar de celebración o cumplimiento del contrato, o domicilio
de las partes), esto es, localizaciones excluyentes y precisas del Derecho
aplicable. En otros sistemas, v.g., la Convención de Roma de 1980 sobre las
Obligaciones Contractuales y la, aún no vigente, Convención Interamericana
sobre Derecho Aplicable a los Contratos Internacionales (CIDIP V, México
1994), se acude a la aplicación del Derecho del lugar con el cual el contrato
tenga las conexiones más estrechas: el lugar de cumplimiento, celebración o
domicilio de las partes funcionan como meras presunciones del Derecho con el
cual el contrato posee vínculos.

5. En el Derecho de fuente interna, una regla de carácter consuetudinario y


avalada por los artículos 1209, 1210 y 1212 del Código Civil y 1 del Código
Procesal en Materia Civil y Comercial de la Nación, declaran aplicable al
contrato la ley escogida por las partes. En ausencia de elección (expresa o
tácita), el Código Civil enuncia una serie de disposiciones que, a pesar de
haber sido calificadas por Rabel como un laberinto de misteriosas
prescripciones, son susceptibles de la siguiente clasificación. En primer
término, se distingue entre contratos con lugares de celebración –entre
presentes- y cumplimiento determinados. Allí distinguió el codificador entre
contratos con contacto argentino (aquellos que se celebran o deben cumplirse
en nuestro país) y sin contacto argentino. A los primeros aplica la ley de
cumplimiento (arts. 1.209 y 1.210) , mientras que a los últimos los somete a la
ley del lugar de su celebración (art. 1.205). No significa ello que los contratos
con contacto argentino se rigen por el Derecho de la República y aquellos que
adolecen de contacto con nuestro país por otro Derecho, sino que el contacto
argentino indicará la aplicación de la ley del lugar de cumplimiento, sea ésta
argentina o de otro país. En otras palabras: 1) Un contrato celebrado en
Buenos Aires con cumplimiento en San Pablo se regirá por el Derecho
brasileño; 2) Un contrato celebrado en San Pablo con cumplimiento en Buenos
Aires se regirá por el Derecho argentino; 3) Un contrato celebrado en Santiago
con cumplimiento en San Pablo se regirá por el Derecho chileno. Ello implica
que, advertido que fuere el contacto argentino, poco importa el lugar de
celebración del contrato (con excepción del problema de la forma –arts., 12,
950, 1180 CC)- ya que se aplicará, a la validez y efectos, el derecho del lugar
de cumplimiento.

6. Las restantes hipótesis contemplan: a) contratos con lugar determinado de


celebración (entre presentes) aunque sin lugar determinado de cumplimiento
(v.g., contrato de transporte o capitulaciones matrimoniales), a los que se
aplica la ley conocida, esto es, la del lugar de celebración (art. 1.205). b)
contratos con lugar determinado de cumplimiento aunque sin lugar
determinado de celebración (contratos entre ausentes), a los que se aplica
también la ley conocida, esto es, la de su cumplimiento (art. 1214) y c)
contratos que carecen de lugar determinado de celebración como de
cumplimiento (v.g., contrato de transporte cerrado entre ausentes, ciertos
contratos turísticos) a los que el código aplica la petite coupure rigiéndose las
obligaciones de cada una de las partes según el Derecho de su domicilio (art.
1214).

7. En “Pengüin Books” hay contacto argentino, por lo que se impone la


aplicación de la ley del lugar de cumplimiento. Sin embargo, tan poco se
repare que se trata de un contrato internacional sinalagmático, habrá, en
abstracto, varios lugares de cumplimiento (v.g., para el comprador, el lugar
de pago; para el vendedor, el lugar de entrega de la cosa). Tal multivocidad
de la conexión ha llevado a la doctrina y a la jurisprudencia a echar mano de la
teoría de la prestación característica, entendida aquélla como la prestación
que permite distinguir un contrato de otro en base a la distinción entre
elementos comunes y elementos específicos. V.g., el pago del precio es un
elemento común tanto a la compraventa como a la locación, mientras que la
entrega de la cosa en propiedad es un elemento específico de la
compraventa. El Derecho del lugar donde se cumple la prestación más
característica gobernará todo el contrato, aún en el supuesto en que sea ésta
la prestación adeudada frente a la parte cumplidora de la obligación dineraria.
Por ello, y entregándose la mercadería condición FOB, tanto la doctrina como
la jurisprudencia internacionales vienen aplicando inclaudicablemente el
Derecho del lugar en el que se efectuó la entrega. Siendo ello así, la
Convención de Viena tampoco resulta aplicable por el recurso al art. 1.1.b) de
la Convención, obligando a los jueces a la subsunción del caso en el Derecho
inglés.
La legislación de emergencia y el tratamiento de los contratos internacionales
8. El fallo en comentario sigue la línea de que se afianzó en la jurisprudencia
en nacional ante los contratos internacionales frente a la legislación de
emergencia y acude, como aquéllos, a excluir del régimen de pesificación la
obligación de pago en razón de encontrarse ella sometida a la ley extranjera
(dec. 410/02). El mecanismo argumentativo es incuestionable. Sin embargo,
nos animamos a decir que, aún en ausencia de este decreto de excepción al
régimen general establecido en la ley 25.561 y el dec. 214/02, la solución
hubiere sido la misma. Antonio BOGGIANO ha puesto de relieve el carácter
meramente territorial de las normas relativas a la materia monetaria, solución
que comparte el Derecho inglés: “Si un contrato sujeto al derecho inglés
contiene una obligación de pagar dinero en Inglaterra, y el deudor reside o
se domicilia en un país que impone el control de cambios y, por
consiguiente, hace imposible al deudor cumplir su obligación, tales
restricciones son inaplicables a un contrato sujeto al derecho inglés cuya
obligación a pagar debe hacerse también a Inglaterra” (Kleinworth Sons &
Co. v. Ungarische Baumwolle Industrie A.G., 1939, 2, KB, 678)”.

10. Más allá de lo expuesto, podría argumentarse que las disposiciones


contenidas en la legislación de emergencia constituyen verdaderas normas de
policía (lois d´application inmédiate, lois de police), que reclaman inexcusable
aplicación aún cuando de la norma de conflicto resultare aplicable el derecho
extranjero. Sin embargo, creemos que ni la ley 25.561 ni el decreto 214/02
contienen tal carácter. No existen estándares universales a los fines de definir
cuándo una norma es imperativa y de inmediata aplicación, pero pueden
señalarse, sin ánimo exhaustivo, los siguientes caracteres, moldeados a través
de lo que la jurisprudencia de la Unión Europea ha acuñado en repetidas
ocasiones. En primer lugar, la norma de policía opera “ex ante” o “a priori”,
esto es, no es menester indagar cuál es el Derecho aplicable puesto que,
directamente, reclama aplicación como derecho propio (v.g., art. 124 ley
19550). En segundo lugar, ignora la internacionalidad del caso. Y cuando
hablamos de ignorar denotamos este verbo no en su acepción de “no saber
algo, o no tener noticia de ello” sino en “no hacer caso de algo o de alguien”,
que en el DIPr. es tener conciencia de la internacionalidad y, pese a ello,
reclamar una solución territorialista. No parece advertirse en las disposiciones
de la ley 25.561 ni en el decreto 214/02 el interés en rechazar las normas de
conflicto que condujeren a la aplicación del derecho extranjero (con la lógica
consecuencia que ello implica en materia de pagos) ni que se hubiera
conjeturado el sometimiento de contratos a la ley extranjera: poco o nada tiene
eso que ver con la fuga de depósitos y la imposibilidad de mantener el régimen
de convertibilidad de equivalencia entre el dólar estadounidense y el peso
nacional.
Tasa de interés
11. Aplicándose al régimen de pago de la obligación internacional el Derecho
inglés, también es razonable que éste último gobierne lo atinente a la mora y
al dies a quo del cómputo de intereses, como, finalmente, la tasa aplicable. El
problema queda, en tales términos, sujeto a la prueba que del Derecho inglés
se produjera en la causa (art. 13 CC y 377 CPMCCN), prueba que, a tenor de
lo relatado en el fallo, no se produjo. Sin ingresar en el problema de la
naturaleza del Derecho extranjero –esto es, si se trata de Derecho (propio o
extranjero o, simplemente, de un hecho que se incorpora al proceso), la
Cámara descartó su aplicación oficiosa y ordenó la aplicación de la tasa
LIBOR llenando la carencia. La solución es plausible, ya que sería
probablemente la misma que hubiera dictado en su caso el juez inglés. La
solución es plausible, y quizá análoga a la alternativa lógica que sucedía de
aplicar a la solución el derecho aplicable al pago. De considerarse puramente
fáctico el problema del derecho extranjero, la solución hubiera sido la no
aplicación de tasa de interés alguna o mantener el decisorio de primera
instancia que aplicó la tasa vigente en nuestro país (lex fori). La solución se
apoya también en elementos de justicia: ser los intereses el una pauta del
daño ocasionado al acreedor por la falta oportuna del pago y, en tal caso, la
magnitud del perjuicio sufrido por el vendedor que se vió privado de reinvertir
el monto de la venta frustrada en el giro de sus negocios. No existe razón, por
otro lado, y he ahí otro mérito del fallo, en aplicar la tasa vigente en el Estado
de la lex fori en tanto ésta auna (en nuestro caso) aspectos resarcitorios
(derivados de la mora), compensatorios (derivados de la depreciación del
valor de la moneda) y de riesgo, todas estas circunstancias en principio ajenas
al Derecho aplicable.

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