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porque es muy largo y difícil discutir sobre lo que alimenta un sentido común. Cuando Mindhunter
RESTAURANTES
un problema parece insoluble, el sentido común dispara una solución sencilla.
Faraday: llegar a buen puerto
Agazapado detrás de los valores que sostenemos conscientemente, nos empuja a
CINE
pensar lo contrario de lo que sostendríamos en situaciones más propicias al
Melanie, apocalipsis zombi
razonamiento. CINE
Al sentido común no vale recordarle que miles se van de vacaciones a ciudades mucho Loving Vincent
más peligrosas que las argentinas, es decir que eligen lugares con tasas más altas de CINE
El seductor
criminalidad y de muertes violentas. Es difícil discutir con el sentido común. Lo fácil es
CINE
despreciarlo, como solía hacer Aníbal Fernández con gesto soberbio. El sentido común
Thor 3: Ragnarok
es una mezcla de realidades, fantasías y prejuicios (el racismo, por ejemplo), de
RESTAURANTES
experiencias objetivas y obsesiones provocadas por esas experiencias. Paesano: Bellissima City Bell
El domingo pasado, en la ciudad de Córdoba, un taxista reaccionó cuando dos CINE
motoqueros le robaron la cartera a una mujer. Vale la pena citar sus dichos a Cadena 3: Amityville: el despertar
CINE
“Yo iba con un pasajero, cuando doblé veo a estos dos pibitos y me dieron ganas de
Un papá singular
zapatearles en la cabeza… Los choco sin querer. Ahí me bajé, el pasajero también y
CINE
empezamos a pegarles con otros vecinos… No estoy arrepentido. Mañana lo vuelvo a
Más allá de la montaña
hacer de nuevo… Ojalá mañana esté arriba de un camión así los paso por encima”. En
los códigos de una extinta cultura popular, el taxista y el pasajero fueron cobardes: se
juntaron con otros para darles una pateadura a dos pibitos. Probablemente, en su vida
cotidiana juzguen despreciable que un grupo de hombres golpee a alguien indefenso,
+LEÍDAS EN PERFIL.COM
pero frente a ese indefenso en particular perdieron el juicio. Quizás esto represente el
endurecimiento de la pena como fantasía del sentido común.
http://noticias.perfil.com/2016/09/29/haga-patria-mate-un-ladron-2/ 1/9
5/11/2017 Haga patria: mate un ladrón | Revista Noticias
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5/11/2017 Haga patria: mate un ladrón | Revista Noticias
sociedad francesa, no se perciben como parte de ella ni creen que la cultura de donde
vienen sus familias sea respetada. Dejemos de lado la cuestión en debate de la verdad
de estas percepciones. Lo que es verdad es el sentimiento de segregación e
inferioridad. En ese barrio, casi a la salida de la estación de subterráneo, se ven unos
grandes monobloques de viviendas públicas cuyos habitantes pagan alquileres
protegidos, mucho más bajos que los habituales. Los monobloques lucían recién
pintados, posiblemente a causa de que, durante los disturbios, hubieran sufrido daños.
Sobre el cerco de uno de ellos, un enorme grafiti comunicaba el siguiente desafío:
“Pinten, pinten, nosotros volveremos a ensuciar”. Los muchachos de origen árabe
reafirmaban su convicción de que no pertenecían a la sociedad donde vivían. No se
trataba de un acto de terquedad sino de la síntesis de un largo tiempo de
diferenciaciones humillantes. Cuando alguien se siente separado de la sociedad, las
reacciones pueden ser las que se experimentaron en París.
Un familiar de uno de los recientes muertos a manos del delito (renuncio a nombrarlo
porque sería dejar caer sobre él un estigma) dijo de los asesinos: “No son seres
humanos”. La frase seguramente no pretende ser una caracterización filosófica ni
antropológica. Trasmite sencillamente que el sentido común es más fuerte de lo que
ese mismo hombre sabe. La frase es un ladrillo de ideología que destruye incluso lo
que ese hombre admitiría en otras circunstancias. Las víctimas pueden no
proporcionar buenos modelos de ética ciudadana. Son víctimas y, a veces, ellos
mismos reaccionan con la ausencia de humanidad que señalan en sus agresores.
Lo cruel de esta encrucijada es el borramiento de los valores. Los vecinos que van a
quemar la casa de un delincuente actúan con la lógica de la venganza y el
escarmiento. Si pudieran ponerlo en palabras, dirían: “Defendemos nuestra vida,
nuestra propiedad, nuestra familia con una ferocidad como la que percibimos en
quienes las amenazan”. Reemplazan al Estado, porque sienten que el Estado los ha
abandonado. Y de ese modo el sentido común cierra su círculo.
Hace muy pocos días, el colectivo 132 donde yo viajaba se detuvo en la parada anterior
a Plaza Once. Un hombre joven se subió de un salto y le arrancó el celular a un
pasajero sentado en la primera fila. Con otro salto, bajó. El colectivero cerró la puerta y
de inmediato una mujer le gritó: “Usted debería llevar un revólver para matar ladrones.
Hay que matarlos a todos, especialmente a los negros y a los extranjeros, sobre todo a
los peruanos”. Me paré para bajarme porque no podía comenzar una discusión, ni
podía seguir en esa atmósfera envenenada por el racismo y la violencia verbal.
Después me di cuenta de que me bajaba de ese colectivo porque no soportaba la
vergüenza.
El sentido común, liberado a sus impulsos, tiene algo de tiránico. Igual que el racismo.
Sobre ellos se construyen los movimientos de la extrema derecha europea. Todavía,
por fortuna, no están organizados en Argentina, probablemente porque aquí los
militares del terrorismo de Estado también creyeron que los desaparecidos y los
torturados no tenían derechos ni eran humanos. Y aprendimos la lección del Nunca
Más.
Comparativamente son pocos los que dicen hay que matar a todos. Y son menos los
que toman a su cargo la defensa violenta de sus propiedades, de su familia y de sí
mismos. Y, entre los millones que viven en la exclusión, duermen al lado de arroyos
inmundos, les falta comida, nunca vieron a su padre salir a trabajar regularmente o no
lo conocen, fueron a escuelas ineficientes, salen de madrugada para los hospitales
adonde a veces llegan demasiado tarde, los acosa una cultura de la violencia que
http://noticias.perfil.com/2016/09/29/haga-patria-mate-un-ladron-2/ 3/9
5/11/2017 Haga patria: mate un ladrón | Revista Noticias
genera el narcotráfico, son comparativamente pocos, entre los millones que incluyen al
30 por ciento de los chicos argentinos, son pocos los que salen a matar a puñaladas a
una almacenera, que ya sin resistencia les ha entregado la plata que buscaban.
La pobreza no es una justificación moral. Es simplemente una condición que prepara
para el desprecio a valores que tendrían que defenderse de mejor manera tanto por
otros sectores sociales como por el Estado. Es irónico, además, que muchas veces las
víctimas viven casi en la misma ecología social que sus victimarios, como en los casos
recientes del carnicero agresor y la almacenera apuñalada.
El tráfico de drogas proporciona la primera explicación, la más cinematográficamente
sencilla y, sin duda, la más difícil de encarar con métodos legales. Los medios repiten
una caracterización: roban para drogarse; roban porque están drogados; se matan
porque son todos mulas o soldaditos de los narcos que también se matan entre ellos
en sus disputas por los territorios. Hacen droga barata las abuelas en las villas; las
venden sus nietos; de las villas salen los delivery hacia barrios menos precarios; los
jefes narcos están en el Tigre; se asesinan entre sí junto a autos de alta gama.
Por un camino que ya recorrieron otros países y fracasaron, en un breve documento
reciente, Macri ha declarado la “guerra al narcotráfico”. Bajo ese título de serie
televisiva anterior a Netflix, fracasó México. Para no seguir en ese camino ineficaz y
corruptor de las propias fuerzas que intervienen en la “guerra”, Colombia realiza
experimentos culturales y sociales como los que han hecho descender el nivel de
violencia en Medellín. Sobre todo, Medellín hace pensar que no hay batalla que finalice
la guerra, sencillamente porque limitar la acción del narcotráfico en las sociedades
donde ha penetrado no requiere un escenario de guerra sino un escenario de
transformación económica, laboral, de vida cotidiana, educativa e institucional.
Concebir un escenario de “guerra contra el narco” es pelear contra enemigos mutantes,
encubiertos y hundidos en las tramas de la miseria (para producir la droga o
distribuirla). Cualquier hombre o mujer puede ser consumidor. Sólo los pobres son la
mano de obra que los abastece y sólo los jefes narcos tienen un poder y una riqueza
transnacionales. Muchos países votaron medidas para disminuir el número de
asalariados de esa producción comercial gigantesca, legalizando algunas sustancias
para el consumo. Podemos seguir de cerca la experiencia uruguaya.
Al coro de ciudadanos ofendidos que en ocasiones responden como si fueran tropa
comando de una guerra, los agitan algunas voces que se escuchan en los medios.
Eduardo Feinmann pronunció su frase previsible e impiadosa sobre “un delincuente
menos”. Tinelli, gran timonel del rating, salió a pedir por Twitter el endurecimiento de la
ley penal. Es mérito del ministro de Justicia haberle contestado poniendo las cosas en
su lugar.
También era previsible que Susana Giménez emitiera frases superficiales y
reaccionarias. Los únicos delincuentes homicidas que soporta la Gran Diva son los
muertos. En ese aspecto, piensa como el taxista de Córdoba. A nadie se le puede ocurrir
tomar las opiniones de Susana Giménez por otra cosa que lo que son: expansiones de
la Vedette Suprema. Y Feinmann, si no hubiera dicho lo que dijo, no sería Feinmann: su
identidad está congelada para siempre. No es piedad por las víctimas sino la ley del ojo
por ojo lo que guía a la diva y al periodista. Ambos comparten una escuela de
pensamiento. A Tinelli hay que refrescarle la memoria ya que el ingeniero Blumberg no
consiguió buenos resultados cuando le exigió a Néstor Kirchner el endurecimiento de
las leyes (y lo obtuvo).
No es exagerado afirmar que los medios son parte del problema. La repetición en loop
http://noticias.perfil.com/2016/09/29/haga-patria-mate-un-ladron-2/ 4/9
5/11/2017 Haga patria: mate un ladrón | Revista Noticias
del discurso de las víctimas acentúa lo mejor que tiene su público, la solidaridad; y
también lo peor que tiene, la identificación con el varón exitoso que mandó al infierno a
quienes quisieron robarle. El lugar de la víctima en los medios no se discute; mal que le
pese a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, el carnicero asesino y el médico sólo
fueron víctimas unos minutos. Transcurridos estos minutos, mataron a sus victimarios
y se transformaron moralmente. Todavía escuchamos el grito de guerra del carnicero.
Todavía estamos pensando que el ladrón que pretendió llevarse el auto del médico
murió sentado sobre un arma de la cual no podía salir ni un tiro, ni siquiera uno de los
cuatro con que el médico lo liquidó. El sinfín de repeticiones de estos ciudadanos que
fueron respetables contribuye a la desnaturalización de quienes murieron en sus
manos. Hay algo que se ha desintegrado en la ética colectiva. La información es
indispensable; pero no lo es reiterar las imágenes de una escena negra y fatal. Los
medios en vez de echar más ácido en esa desintegración podrían debatir cómo
restaurar algunos principios.
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LTA
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El título marca lo cansado que está la sociedad por falta de seguridad. Obviamente
que quien debería darla representa a la corrupción en su plenitud, sean políticos o
policías, adoptaron las medidas marginales de quienes perpetran robos, hoy en día es
difícil distinguir el ladrón del Policía o del político. Lo que si tenemos que tener en
cuenta es que la legitima defensa es un derecho que tenemos los ciudadanos al
encontrarnos en situaciones como robos y que si debemos accionar el gatillo contra
el delincuente no debemos dudar en hacerlo ya que nuestra vida o la vida de nuestros
seres queridos depende de ello, nadie honrado quiere matar pero ante situaciones
extremas debe defender su hogar su vida y su familia. No estamos en el viejo oeste de
las películas pero estamos despacio llegando a ser protagonista de ese paisaje.
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http://noticias.perfil.com/2016/09/29/haga-patria-mate-un-ladron-2/ 5/9
5/11/2017 Haga patria: mate un ladrón | Revista Noticias
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Esta Sra ya fue … asi que son cobardes los que defienden a una mujer de 2 pibitos
delincuentes.Espera que te agarren a vos ,Beatriz Sarlo, 2 “pibitos” de esos en la calle
a ver si no empezás a gritar por socorro! Sali de tu burbuja intelectual burguesa y
mezclate con la gente comum para escribir notas de la realidad, muchacha.
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Es difícil de aceptar, pero Beatriz Sarlo tiene razón. La Justicia por Mano propia
conduce a la anarquía. Y eso es peor que la peor de las inseguridades. Coincido con
su diagnóstico y su propuesta de solución, medios de comunicación incluidos. No
“garpa politicamente” decir esta cosas. Pero si pensamos distinto, no podemos mirar
para otro lado.
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http://noticias.perfil.com/2016/09/29/haga-patria-mate-un-ladron-2/ 6/9
5/11/2017 Haga patria: mate un ladrón | Revista Noticias
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escriben estas pelotudeces porque nunca les paso que te tengan atado,
encapuchado y cagandote a culatazos con la 45 como me paso a mi. ahi si van a ver
si es posible no pensar en matarlos a todos. FILOSOFOS DE CUARTA sentados en
mullidos sillones de cuero. si tuvieran que salir a patear la calle para comer no dirian
tantas boludeces
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IGOR dice:
30/09/2016 a las 09:27
Responder
Mariano dice:
30/09/2016 a las 14:33
Responder
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Omar dice:
30/09/2016 a las 06:59
Responder
martin dice:
29/09/2016 a las 23:05
http://noticias.perfil.com/2016/09/29/haga-patria-mate-un-ladron-2/ 7/9
5/11/2017 Haga patria: mate un ladrón | Revista Noticias
fuiste, fantoche
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Monica dice:
30/09/2016 a las 07:11
Impecable. Hace tiempo no leo una editorial tan buena. Te admiro sos una gran
profesional. Soy peronista desde chica y sin embargo pese a tu pensamiento anti
hemos coincidido muchas veces, como esta. Ademas sobresale conocimiento del
derecho y eso es un plus que pocos periodistas-filosofos tienen
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LTA
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0Beatriz Sarlo opina asi porque no le paso a ella. Quiero ver si es la madre de la nena
muerta por dos motochorros a ver que opinaria y si esta en mis pantalones (jubilado
de 82 años) que el sabado y luego el martes me vaciaron mi casa.
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veamos, señora Sarlo ¿ que opina usted de los jueces que dejaron libres a los ladrones
que mataron una niña de tres años ?
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