Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
PÁGINA 2
Moderadora
DANIELA HERONDALE
Traducción
LVIC15
SARITA
NEERA
REBECATRR
Corrección
IN POETESS
PÁGINA 3
Recopilación, Revisión y diseño
DANIELA HERONDALE
SINOPSIS........................................ 5 CAPÍTULO 22 ............................ 151
PRÓLOGO .................................... 6 CAPÍTULO 23 ............................ 159
CAPÍTULO 1 .................................. 8 CAPÍTULO 24 ............................ 163
CAPÍTULO 2 ................................ 12 CAPÍTULO 25 ............................ 171
CAPÍTULO 3 ................................ 20 CAPÍTULO 26 ............................ 176
CAPÍTULO 4 ................................ 26 CAPÍTULO 27 ............................ 181
CAPÍTULO 5 ................................ 32 CAPÍTULO 28 ............................ 186
CAPÍTULO 6 ................................ 37 CAPÍTULO 29 ............................ 199
CAPÍTULO 7 ................................ 42 CAPÍTULO 30 ............................ 206
CAPÍTULO 8 ................................ 46 CAPÍTULO 31 ............................ 209
CAPÍTULO 9 ................................ 48 CAPÍTULO 32 ............................ 217
CAPÍTULO 10 .............................. 56 CAPÍTULO 33 ............................ 221
CAPÍTULO 11 .............................. 64 CAPÍTULO 34 ............................ 225
CAPÍTULO 12 .............................. 68 CAPÍTULO 35 ............................ 233
PÁGINA 4
CAPÍTULO 13 .............................. 77 CAPÍTULO 36 ............................ 236
CAPÍTULO 14 .............................. 81 CAPÍTULO 37 ............................ 240
CAPÍTULO 15 .............................. 91 CAPÍTULO 38 ............................ 242
CAPÍTULO 16 .............................. 98 CAPÍTULO 39 ............................ 244
CAPÍTULO 17 ............................ 106 CAPÍTULO 40 ............................ 248
CAPÍTULO 18 ............................ 112 CAPITULO 41 ............................ 256
CAPÍTULO 19 ............................ 122 CAPÍTULO 42 ............................ 265
CAPÍTULO 20 ............................ 129 EPÍLOGO ................................... 270
CAPÍTULO 21 ............................ 142 SOBRE LA AUTORA .................. 272
En un país devastado por años de guerra, plagas, y muerte, las
brujas y los magos son culpados por el estado del mundo y cazados
por el gobierno de Estados Unidos. Kenadee Coria era sólo una niña
cuando su hermano fue apresado por tener poderes mágicos.
Ahora con dieciséis, Kenadee descubre que también tiene
poderes mágicos y debe enfrentarse a los hechos: el gobierno está
vigilándola y tiene planes para ella. Le asignan una misión mortal y un
ultimatum imposible: las vidas de un grupo oculto de magos y brujas
refugiados o el retorno a salvo de su hermano perdido desde hace
tiempo.
PÁGINA 5
CUANDO ELLOS VINIERON, FUE en medio de la noche oscura
mientras el mundo a nuestro alrededor dormía.
Estaba por gritar cuando escuché los gritos, pero mi padre pensó
diferente. Apretó sus grandes y callosas manos sobre mi boca mientras
me tomaba en sus brazos, un refugio en la furiosa tormenta a punto de
establecerse.
Siempre había un lugar en el que me escondía cuando Eli y yo
jugábamos a las escondidas. Nuestro padre construyó un almacén de
alimentos en nuestra pequeña casa, preparándonos para largos
meses de invierno sin comida. Era profundo y oscuro, ubicado detrás
de una imagen en la pared.
Ahí es donde me escondió esa noche. Recuerdo haber llorado
por él, agarrando firmemente su camisa de franela con mis gordos
dedos infantiles mientras él me ponía en pie frenéticamente.
—Vuelvo pronto, Mija —susurró en su dulce cadencia española.
Sus ojos dijeron otra cosa. Estaban enloquecidos de miedo, y eso es lo
que más me asustaba. La habitación negra como la brea me tragó
mientras me encerraba; la pintura de dos niños, tomados de la mano
PÁGINA 6
en un prado, era lo único que ocultaba mi presencia en nuestro hogar.
Los sonidos fueron lo peor. Identifiqué a los soldados por su tono
enojado, cruel, como un perro con rabia, loco, listo para matar. Luego
la voz de mi padre, por lo general tan tranquila, tan confiada, ahora
suplicante.
El trueno de las balas retumbando en nuestra casa.
El grito de mi madre.
No pude evitarlo. Tenía curiosidad, miedo. Salí de mi escondite,
empujando la parte posterior del marco hasta que cayó, rompiéndose
en el suelo.
Mi mundo se convirtió en un embudo; todo borroso en los bordes.
Brumoso, como si estuviera en un sueño.
Mi padre estaba boca abajo en un charco de sangre, plagado
de balas. No escuché el grito que provenía de mí, solo sentí el peso
agobiante de la pena.
Risas de los soldados, arrogantes, crueles. Hombres viles, actos
viles.
Mi madre llora. Ella todavía estaba suplicando.
Estaba tan perdida en el momento que no me había dado
cuenta de la verdadera razón de su ataque. Esposado, sin fuerzas en
sus manos, estaba Eli.
Mi único hermano, su cabeza golpeada, chorreando sangre. Sus
largos brazos esposados detrás de él mientras se desplomaba, su
cabeza cayendo mientras lo arrastraban.
Traté de luchar por ellos. Traté de patear y gritar, lanzar el ataque
más grande que pude reunir. No podían alejarlo de mí. Tendrían que
llevarme también.
Salté hacia adelante como una serpiente venenosa, golpeando,
tratando de encontrar debilidad. No iba a dejar que se lo llevaran. No
pude. Inmediatamente, mi frente se encontró con la culata de un
arma golpeándome con una fuerza brutal. Mi mundo se derrumbó a
mí alrededor. Lo último que vi fue el cuerpo sin vida de mi padre y un
charco de sangre.
Creo que se fueron justo después de eso. Ya no estoy segura de
PÁGINA 7
nada.
RECUERDO UN TIEMPO CUANDO la vida realmente valía algo. O
al menos eso pensaba. Ahora, mientras estoy con el cadáver de
Joshua Rivers a mis pies, me doy cuenta de lo ingenua que era
realmente.
Conozco a la familia Rivers desde que era una niña. Eli y yo
jugábamos durante horas con Joshua, moviéndonos entre los árboles,
perdidos en medio de un juego caprichoso. Después de que se
llevaran a Eli, me refugié en Joshua, uno de mis únicos amigos cuando
el mundo me dio la espalda.
El aguijón de las lágrimas quema en las esquinas de mis ojos,
bajando por mis mejillas y aterrizando en mis labios con un beso
salado. La Guerra de las Brujas no sólo se ha llevado vidas, se ha
llevado nuestra humanidad, y no hemos hecho nada al respecto.
Todo comenzó por el presidente Malen. Él no era sólo magia. Era
un monstruo. Quería una cosa, y sólo una cosa: poder.
La nación lo observó, conteniendo una respiración colectiva. No
PÁGINA 8
sé si estaban demasiado aterrados, o si eran simplemente demasiado
insensibles como para hacer cualquier cosa. Todo lo que sé es que
permitieron que lo hiciera.
Evolucionó de Presidente a otra cosa mientras disolvía el
congreso, robaba la constitución de los EE.UU., la Declaración de
Derechos. Escuchamos sobre gente así antes. Gobernantes, asesinos.
Sin embargo, cuando la historia reapareció... dejamos que pasara.
Se produjo la guerra. Nuestro país fue devastado. La gente perdió
sus casas, sus seres queridos, sus vidas. Nos barrió hasta condiciones
medievales y una falta de atención médica adecuada. Esto llevó a
una plaga.
Cuando Malen fue asesinado, la mayor parte del país habían sido
eliminado.
Entonces, entró el vicepresidente Thomas Reed.
Si Malen fue el fuego, entonces, Reed fue el incendiario. Malen
era explosivo, descuidado, y esa fue su caída. Pero Reed, Reed era
inteligente. Reavivó las llamas, controló la quemadura. Sabía que la
nación estaba enfadada y cansada de la guerra. Tomó unas pocas
chispas del incendiario para ganar su lealtad.
Durante años, han tenido como objetivo la población mágica de
los Estados Unidos.
Los afortunados, tales como la familia Rivers, terminaron
sacrificados. Otros, como mi hermano, fueron llevados a prisiones y
campos de concentración, para que nunca se volviera a hablar de
ellos.
He pensado sin fin sobre donde podría estar Eli —si todavía está
vivo. Eli era todo lo que yo nunca podría ser. Tenía el carisma de mi
padre y su sonrisa fácil. Mostraba esa sonrisa con hoyuelos y arrugaba
su nariz pecosa y todas sus maldades eran perdonadas. Siempre he
sido todo lo contrario: tímida y seria, siempre preocupándome.
Mientras que Eli tomaba el centro del escenario, yo me escondía en el
fondo.
Cuando se produjo la detención, sorprendió a nuestra
comunidad. Amigos y vecinos lo llamaron una tragedia, una
maldición. De repente, las conversaciones cambiaron y Eli se convirtió
en ese niño enfermo. A sus ojos, se convirtió en un criminal. La gente
PÁGINA 9
empatizó con mi madre. Murmuraban acerca de lo difícil que debía
ser para ella. Con el tiempo, dejaron de hablarnos. Todavía hay
miradas indiscretas cada vez que vamos a la ciudad. Chismean y se
ríen, mirándonos como si fuéramos una especie diferente. Somos la
familia Coria, en desgracia por ese niño y el padre que murió
defendiéndolo. Los soldados ahora nos visitan mensualmente.
Verificándonos por “la enfermedad”, como si la magia fuera una
bacteria que fácilmente puede propagarse a través de la tos o un
estornudo descubierto. Han pasado nueve años desde ese día. Nueve
años de ojos entrecerrados y palabras crueles, pesadillas y una familia
rota.
Sólo había una familia en toda la ciudad de Denver que parecía
preocuparse. Los Rivers se quedaron con nosotros, incluso después de
la desaparición de mi familia. Nos ayudaron cuando las cosas se
pusieron difíciles. La vida siguió adelante lenta y dolorosamente, pero
su amistad siempre se mantuvo fiel.
Joshua se convirtió en mi amigo más cercano, tan cercano, de
hecho, que los adultos siempre se burlaban sobre nuestro futuro
matrimonio. Secretamente queríamos lo mismo. Recuerdo una noche
en la que subimos a un árbol juntos y nos quedamos allí sentados en
silencio, nuestros dedos entrelazados mientras mirábamos las luces
parpadeantes de la ciudad. Tomó sólo un segundo para que llegaran
los aviones del gobierno, viniendo y dejando caer sus bombas con un
grito ensordecedor. Miramos durante horas mientras la ciudad
resplandeciente se quemaba y parpadeaba. El humo y la ceniza se
desviaron hacia el cielo y besaron las constelaciones mientras mis
lágrimas borrosas juntaban los colores de un mundo derrumbándose.
Me arrodillo junto al cuerpo de Joshua, que está roto y flácido
como una muñeca de trapo. Se ve tan tranquilo, sus ojos rojizos
enmarcados por largas pestañas negras, mirando hacia el cielo
pintado encima. Un sollozo tembloroso se me escapa mientras mis
dedos trazan la piel de cobre de su mejilla, llegando a sus párpados y
cerrándolos. Me inclino ligeramente, plantando un suave beso en su
frente.
—¿Kenadee? —los pasos de mi madre son ligeros, haciendo crujir
los escombros caídos de otoño.
PÁGINA 10
No me giro hacia ella. No quiero que vea mi dolor
—Ya voy.
Se detiene un momento y luego responde, su voz con su habitual
tono plano.
—No te puedes quedar —los soldados vendrán pronto a recoger
los cuerpos.
Cuando no digo nada, sus pies se mueven a mi lado mientras se
arrodilla, sus ojos color avellana —los ojos de Eli— calmados mientras
estudian los restos rotos de una familia que amábamos.
—Se han ido, Kennie. No hay nada que podamos hacer. Conoces
los peligros de amarles —sólo acabarás muerta.
—N-nunca lo supe —tragué, mis palabras traicionándome.
—Yo tampoco, pero sabes que lo mejor para nosotras es
alejarnos. Te guste o no, Joshua te mintió. Él tenía magia… era un
criminal, y es por eso por lo que está muerto.
Me muerdo el labio, una súbita ira brotando dentro de mí. Quiero
gritar, tirar cosas, llorar como una niña, pero sé que no sirve de nada.
Los Rivers están todos muertos. Como Eli, como mi padre, y no hay
nada que pueda hacer al respecto.
Asiento, sin palabras, mientras mi madre me da palmaditas en la
espalda y se va andando por la calle. Me levanto mientras el viento
empieza a soplar, jugando con mi pelo. Hay un sonido de aleteo, el
golpeteo de papel, débil entre los árboles susurrantes. Me vuelvo
hacia la casa, el cuerpo de Heather Rivers tirado sobre los pasos
manchados de sangre, un documento agarrado en su puño.
Me encuentro cada vez más cerca, dejándome caer en cuclillas
al lado de su cuerpo sin vida. Mis dedos sacan el papel de sus manos
mientras dejo escapar un suspiro tembloroso. Desdoblo la página
manchada de sangre y dejo que mis ojos se muevan sobre el
garabato desordenado de un escritor a toda prisa.
Cazar o ser cazada, señorita Coria. Es la supervivencia del más
apto.
PÁGINA 11
No puedo evitarlo. La bilis se eleva en mi garganta y vomito en el
jardín frontal de los Rivers. Tengo que alejarme de aquí. La piel de
gallina acelera por mis brazos mientras me pongo de pie y corro por
la acera, jadeando desesperadamente por aire.
PÁGINA 12
—Alguien me dejó un mensaje —susurro, tratando de controlar mis
manos temblorosas.
***
PÁGINA 13
Sueño con mi hermano otra vez esta noche. Es tan real que me
despierto con el sabor de las lágrimas saladas que corren por mis labios
agrietados.
No esta vez.
Solo cuando comenzó a gritar me di cuenta de que no era una
broma y que realmente necesitaba mi ayuda. Me volví para correr,
pero mis pies pesaban como piedras. Era como si mi cuerpo fuera una
estatua, de repente no pude hacer nada más que pararme
completamente quieta.
Solo podía mirar, congelada por cualquier cruel giro del destino
que me mantenía a raya, mientras él se desvanecía, con los brazos
extendidos, alcanzándome mientras las sombras lo tragaban entero.
No podía gritar, no podía moverme. Una vez más, me lo quitaron, y
luego, en un instante, se fue. Nunca podría rescatarlo.
PÁGINA 14
una fuerza inexplicable en el medio del aire. Flotante.
Él me había atrapado.
PÁGINA 15
que puedo en la oscuridad, cepillándome los dientes y retorciendo mi
oscuro cabello en una pequeña coleta en la nuca. Se pega en un
millón de direcciones diferentes, demasiado corto para cooperar de
la manera que quiera. Cuidadosamente, sujeto los pelos del bebé
enmarcando mi cara, lo que siempre me hace parecer un poco
salvaje. Definitivamente no necesito eso ahora. Todavía tengo la cara
enrojecida por las lágrimas, los ojos hinchados y la cabeza palpitante.
Me veo lo suficientemente salvaje.
Alguna broma.
PÁGINA 16
Además de Joshua, Beth es mi única otra amiga. La conocí en el
jardín de infantes cuando anunció en voz alta que iba a ser su mejor
amiga. Desde entonces, nuestra amistad se ha establecido. Somos
dos opuestos: Beth, salvaje y extrovertida, yo, tranquila y castigada.
—Está bien. Ya está hecho —lo borro con prisa, desesperada por
cambiar de tema—. Entonces, ¿estás lista para esa prueba hoy?
PÁGINA 17
entre los ricos. Los pobres solo mueren.
PÁGINA 18
¿Qué me pasará ahora?
—Está en camino.
PÁGINA 19
La secretaria, la Sra. Haines, me da una sonrisa forzada y redonda
cuando entro en la gran oficina.
―¡Hola, querida! ―dice brevemente, parándose lentamente y
golpeando con el puño la puerta del director Geartan tres veces.
Desde detrás de las persianas, puedo ver un grupo de personas
rodeando su mesa; hombres vestidos con trajes. Mientras la Sra. Haines
me conduce adentro, se vuelven y miran, mirándome como
depredadores mirando a su presa.
Cuando me ve, el director Geartan se para rápidamente,
extendiendo una mano para llevarme hacia adelante. Sus ojos
marrones se encuentran con los míos, pareciendo tan curioso —y tan
preocupado— como yo.
―Aquí esta ella. Caballeros, señor Presidente, señores, me gustaría
presentarles a la señorita Kenadee Coria.
Me estremezco. ¿Presidente?
Mis ojos se encuentran con los suyos y doy un paso atrás,
chocando con el brazo del director Geartan. El director no parece
PÁGINA 20
notarlo. Él mira al presidente nerviosamente, como un ratón delante
de un gato.
El presidente Reed es mucho más pequeño, más frágil en persona.
Observo cómo su sonrisa petulante crece mientras ve mi viejo jersey
maltratado y mis jeans llenos de agujeros. Mi boca se seca con
vergüenza. Con los dedos entrelazados en el escritorio, se inclina.
—Señorita Coria, el placer es todo mío. Tome asiento.
Hago lo que dice, manteniendo mi cabeza baja mientras tomo la
silla más cercana a la puerta. El presidente viene al frente del escritorio
y se recuesta contra él, doblando una pierna sobre la otra.
―¿Espero que hayas recibido el obsequio que te dejaron ayer en
la casa de tu amigo?
Mi sangre se enfría. Sabía que sus hombres fueron los que
atacaron, pero ¿El Presidente Reed estaba detrás de la nota dejada
en la mano de la Sra. Rivers? ¿Por qué?
―¿Y bien? ―golpea sus dedos impacientemente contra el
escritorio, ladeando la cabeza para tratar de ver mi cara agachada―.
¿Acaso tu asquerosa madre no te enseñó ningún tipo de modales?
Por lo general, cuando te dan un regalo, dices gracias ―escupe la
palabra asquerosa como si fuera una palabra ofensiva. Supongo que
eso solo significa las asquerosas cucarachas que mi familia debe ser
para él.
―Gra… gracias ―le susurro, perdida para cualquier otra palabra.
Para mi sorpresa, el presidente solo se ríe. Es un hombre delgado,
de mediana edad con espeso pelo gris y una barba blanca y negra.
Sus ojos son lo que más me asusta: un oscuro, casi sin pupila marrón y
llenos de odio.
―Kenadee ¿Puedo llamarte así? ―asiento, dudando que
realmente tenga una opción en el asunto―. Bueno. Bien, Kenadee, nos
gustaría que esta reunión sea lo más breve posible, así que
comencemos. Estamos aquí para hablar con usted sobre un proyecto
nuestro muy especial y confidencial ―la voz de Reed es ronca y
tranquila con la edad, falsas sutilezas persisten en su tono.
―¿Qué tipo de proyecto? ―pregunto, confundida. ¿Cómo podría
ser de ayuda para él? No soy más que una chica de dieciséis años.
PÁGINA 21
Frunzo el ceño, miro hacia él―. Espera, entonces, ¿no estoy en
problemas?
El presidente y sus hombres comienzan a reírse en silencio,
intercambiando miradas condescendientes como si fuera una broma
interna y soy una niña ignorante que no comprende.
―No, claro que no. A menos que tengas razón para estarlo ―juega
con el globo en el borde del escritorio del director Geartan, girándolo
con sus largos dedos. Después de un momento dice―. Sabes, conocí
a ese hermano tuyo en mi prisión. Buen chico... para un mago de todos
modos. Aprendió rápidamente cómo comportarse después de unos
pocos golpes desafortunados ―detiene el globo con su palma y fija su
mirada calculadora en mí―. Probablemente no entiendas el motivo
de su arresto, ¿Verdad?
Rabia late por mis venas ante la sonrisa burlona en los labios del
presidente mientras menciona a Eli. ¿Cómo se atreve?
Le frunzo el ceño al hombre cuya sonrisa solo se agranda ante mi
incomodidad.
―¿Bien? ¿Sabes por qué se llevaron a tu hermano?
―Debido a que es mágico ―no puedo ocultar el temblor de mis
palabras.
Los ojos oscuros del presidente brillan.
―Muy bien. Sí, esa es la razón ―su mano se inclina sobre mi hombro
y me alejo. Él solo se ríe―. Dulce, joven Kenadee, temo que es posible
que no te parezca una tarea muy tentadora. Mi temor es que no
actúes a mi gusto. Hoy en día, es difícil saber en quién puedes y no
puedes confiar.
Aprieto mi mandíbula mientras se detiene frente a mí, alcanzando
una lupa en el escritorio de Geartan y volteándose hacia mí. La
sostiene en su ojo y me observa a través de ella. Después de un breve
segundo, la limpia en su camisa y la vuelve a colocar
cuidadosamente.
―La guerra no ha terminado. No sé si alguna vez realmente
terminará... Como líder de la nación, eso me deja en un aprieto.
¿Alguna vez has oído hablar del famoso dilema, el problema del
tranvía, Kenadee?
PÁGINA 22
Asiento con la cabeza lentamente.
―Hay un tranvía fuera de control, se dirige directamente hacia
cinco personas que están atadas e incapaces de moverse...
―¡Exactamente! ―Reed da un destello de esa sonrisa de gato―.
Pero, en el otro carril, hay una persona. Ahora, eres la que está al lado
de la palanca. Tienes el poder de elegir: salvar una vida, o cinco.
―Estoy confundida. ¿Qué tiene esto que ver conmigo?
Su expresión se vuelve seria.
―Estoy hablando de que nos ayudaras a ganar esta guerra. La
magia ha plagado a nuestra nación por demasiado tiempo. ¿Tú tienes
qué? ¿Catorce?
―Dieciséis ―digo bruscamente.
―De todos modos, eso es todo lo que has conocido, ¿no? Guerra,
bombas, enfermedad y muerte... ¿Nunca te preguntas cómo era la
vida antes que la magia nos quitara todo?
―Yo-yo ―la verdad es que sí. Siempre soñé con una vida en la que
Eli y mi padre formaban parte. Una vida donde podría hacer amigos,
tener novio y no tener que preocuparme de que terminen muertos.
Reed ve mi vacilación y sonríe.
―¿Y si te dijera que podrías tenerlo de regreso?
Inhalo bruscamente. ¿Él? Como en…
No, no podría ser.
Denso silencio llena la habitación y por el rabillo del ojo, puedo
ver al director Geartan voltearse y mirar. Él tampoco esperaba esto.
Me pregunto cuánto sabe realmente sobre lo que está sucediendo.
¿Estaba enlazado en este último minuto como yo?
El presidente Reed rompe la quietud con una risa áspera.
—Sé lo que estás pensando, y sí, estoy hablando de tu querido
hermano, Eli. Él está muy vivo. Incluso te lo devolveré, si haces algo por
mí primero.
Paso una mano sobre mi frente con incredulidad, abriendo mi
PÁGINA 23
boca y cerrándola de nuevo. Lágrimas arden en mis ojos,
amenazando con derramarse.
―Está bien, asimila todo. Solo escucha mientras explico ―Reed
dice en voz baja―. Tu hermano está vivo. Tu madre fue secuestrada
esta mañana. Queríamos plena seguridad que cooperarías. No se
verán perjudicados, siempre que hagas lo que digo.
Trago saliva, mirándolo con ojos llorosos.
―¿Cómo sé que lo que dice es verdad? Podría estar inventando
todo esto.
―¡Srta. Coria, muerde tu lengua! ―grita el director Geartan, pero
el Comandante en Jefe solo agita una mano en desprecio.
―Chica inteligente. La desconfianza es algo sabio de tener en
estos tiempos. Es por eso por lo que trajimos pruebas ―se recoloca en
el escritorio y asiente a sus hombres, de pie detrás del director Geartan
con expresiones graves. Un hombre con cabeza calva brillante y líneas
permanentes de ceño cruje sus nudillos y sin palabras extiende sus
manos. Geartan y yo jadeamos cuando una escena emerge frente a
nosotros. Nebulosa al principio, estrecho mis ojos para intentar ver
mejor.
―Esto fue temprano esta mañana ―explica Reed mientras la
imagen se aclara. Pongo una mano sobre mi boca cuando mi madre
aparece. Ella está de pie en nuestra pequeña cocina, cabello amarillo
aureolado por la corriente de luz de la mañana en la ventana de la
cocina. Puedo escuchar el zumbido de la radio mientras escucha, una
vieja canción que ella tararea. Hace una pausa por un momento, su
cara gira hacia la ventana. Un parche de luz ilumina su rostro, lleno de
preocupación.
―¿Mamá? ―respiro, luego más fuerte― ¡Mamá!
Ella se ve tan real, como si pudiera extender mi mano y tocarla.
No debe ver nada, mientras deja escapar una risa silenciosa y
murmura algo para sí misma. El cabello cae en cascada sobre sus
hombros mientras coloca un dedo en su cuenco y lo presiona contra
sus delgados labios para probar. Satisfecha, alcanza el cuenco, abre
el horno y…
La vieja puerta de pantalla que lleva a la cocina se abre por la
patada de una bota. El cuenco sale volando mientras ella suelta un
PÁGINA 24
grito. Los soldados tardan unos segundos en empujarla contra la pared
y presionar las esposas en sus muñecas.
La imagen se desvanece a medida que golpeo una lágrima
perdida. Puedo sentir los ojos de todos en mí, pero me niego a apartar
la mirada mientras la imagen se vuelve a enfocar. Esta vez, estoy en
una habitación oscura y acerada. Hay cadenas colgando del techo,
una figura inerte dentro de su confinamiento. Tomo una respiración
temblorosa, esta vez, sin luchar contra las lágrimas mientras caen en
cascada por mis mejillas.
―Señor Coria ―dice la voz de Reed mientras la imagen comienza
a enfocarse. Ahora está a la vista, un bate rebota contra su palma
mientras rodea al prisionero―. No has hecho nada malo esta vez.
Piensa en esto como un momento de... motivación.
Él clava el bate en su espalda con un ruido sordo mientras el
prisionero, Eli, grita. Siento que lloro, a pesar de que no pueden oírme.
La figura de Eli se enfoca. Apenas reconozco a mi hermano. Nueve
años lo han convertido de un chico a hombre. Su cabello se ha
oscurecido, su estructura ósea se ha vuelto aguda y áspera. Diminutas
cicatrices parecen tan comunes en su rostro como las pecas que una
vez cubrieron ligeramente su nariz. Sus ojos color avellana parpadean
hacia su torturador y sus labios agrietados se separan, como si
estuviera a punto de hablar. Él no tiene ninguna posibilidad, ya que el
bate vuela hacia su estómago.
―¡Detente! ―me alejo, sintiéndome enferma. La imagen se
detiene y la figura de Reed se congela a medio golpe. Miro al
verdadero Reed frente a mí y lloro―. Lo haré. Pero debes jurar que los
mantendrás a ambos a salvo. ¡No más tortura!
Reed asiente una vez a su soldado, quien apaga su magia. La
imagen se disuelve en el aire y la oficina vuelve a la normalidad.
―Me alegra que veas las cosas a mi manera. No te preocupes.
Soy un hombre de palabra. Mientras hagas lo que te pida, prometo
dejarlos en libertad. Sin embargo, tu incumplimiento a mis demandas
dará lugar a sus muertes prematuras, ¿Lo entiendes?
Respiro hondo, preguntándome cuánto lamentaré mis próximas
palabras.
―Dime lo que quieres que haga.
PÁGINA 25
La malicia brilla en los ojos del presidente.
―Ven conmigo.
Antes de que pueda parpadear, los soldados de Reed están a mi
lado, sus esposas deslizándose sobre mis muñecas.
PÁGINA 26
¿Qué sabes del mundo mágico, Kenadee?
Está vivo, lo que significa que haré lo que sea para recuperarlo.
PÁGINA 27
resultados de tus pruebas fueron positivos, simplemente ocultamos ese
hecho.
—Si supieras que eres mágica, podrías intentar usar tus poderes.
Queríamos mantenerte alejada tanto como pudiéramos, dejarte
madurar y avanzar en nuestros estudios. Siempre estuvimos mirando:
había cámaras instaladas en tu casa, espías y maestros evaluando tu
comportamiento. Sabíamos los riesgos de tener a alguien en
funcionamiento libre de magia, pero pensamos que tal vez, cuando
fuera el momento adecuado, podríamos utilizarte.
—Este era tu plan desde el principio: llevar a mi madre, torturar a
Eli, matar a los Rivers... todo para convencerme de hacer tu trabajo
sucio —respiro, recordando el cadáver esparcido de Joshua y el
mensaje en la mano de su madre.
PÁGINA 28
sea qué esperas que haga, ¿y mi familia está libre? ¿Cómo puedo
saber que puedo confiar en ti?
Él se ríe.
—Oh, sí. Crees que puedo estar mintiendo. Admito que también
sería cauteloso si estuviera en tu situación. Pero puedo asegurarte que
soy completamente serio acerca de esta transacción. Eli y tu madre
no se verán perjudicados mientras hagas exactamente lo que yo digo.
No tomo amablemente a los que intentan engañarme. Intenta huir,
traicióname y personalmente te llevaré al juicio, donde tu mami y tu
hermano mayor tendrán horribles y lentas muertes. Los mataré sin
dudarlo.
Desafortunadamente, le creo puedo ver la verdad de sus
palabras escritas en sus características presumidas. Él lo dice en serio.
Suspiro, mi cuerpo descoordinado con mis manos detrás de mi
espalda, meciéndose cuando el auto golpea un gran bache.
PÁGINA 29
poderes excepcionales que felizmente se dedican a librar a la nación
de estos grupos radicales, no hay forma de que podamos entrar en sus
fronteras. Sus líderes son bastante despiadados, ¿sabes? Han
aprendido a proteger su pequeño escondite con la ayuda de su
gente, prohibiéndonos desde adentro hacia afuera.
—¿Y crees que puedo entrar? —Casi me río ante la idea—. ¡No sé
nada de magia! ¡Acabo de enterarme de que tengo poderes! ¿Qué
te hace estar tan seguro de que puedo ser yo quien haga esto?
—Tus poderes son de élite —dice en voz baja—. Son más fuertes
que cualquier otro. Este grupo no puede mantener a todos afuera.
Han creado este tipo de barrera mágica. Con eso, lograron hacer
barricadas entre ellos y todos los demás. Es mi culpa, de verdad. Envié
a algunos de mis soldados mágicos hace unos meses, y no terminó
bien. Por eso, este grupo sospechará cuando llegues. Es por eso que
debes alimentarlos con una mentira convincente, ganarte su
confianza para que ellos confíen en ti, te entrenen. Puedes aprender
tu oficio, podrías ser mi soldado más poderoso. Nadie se interpondría
en tu camino.
PÁGINA 30
No importa lo que pienses de las personas con las que te encuentres
en tu misión, son terroristas, plagan nuestras tierras. Al entregarlos, al
trabajar para mí, le estás haciendo un gran servicio a tu país. Sé que
es mucho para asimilar, pero Kenadee, tienes todo este poder
increíble. Necesitamos que lo uses y nos ayudes a encontrar una
manera de destruirlos.
PÁGINA 31
—Sí, supongo que sí.
El coche cruza sobre la grava mientras se detiene en un largo
camino de entrada. A donde sea que vayamos, está enclavado en lo
profundo de una ensenada de árboles. Me incorporo un poco más
derecha, las esposas clavándose en mis muñecas mientras trato de
ver hacia dónde nos dirigimos. Nadie dice nada cuando nos
detenemos frente a un gran edificio rectangular, un gris liso y acerado
con una sola ventana junto a la pesada puerta de metal.
—¿Qué es este lugar? —no lucho cuando me sacan del auto.
Reed nos recibe en la puerta de entrada.
—Bienvenida al centro de entrenamiento. Los tengo esparcidos
por todo el país para el uso de mi gente. Aquí te prepararás para tu
misión.
Los sigo, mirando a mí alrededor con el corazón acelerado. Las
paredes interiores son tan claras como fuera, un gris metálico con
nada más que mapas para la decoración. Con los brazos cruzados
sobre mi pecho, camino alrededor de la gran mesa de conferencias,
sintiendo sus ojos siguiéndome mientras miro más de cerca a uno de
PÁGINA 32
los mapas. Cuenta con todo EE. UU., diminutas banderas rojas en
grupos alrededor de Colorado, Oregón, Montana y Wyoming.
No escucho a Reed acercarse a mi lado. Su voz me hace saltar.
—Esas son las pocas ubicaciones conocidas de brujas y magos
escondidos. Conquistamos las regiones del este y sur del país.
—¿Por qué no huyen a Canadá o México si saben que los estás
buscando? ¿Eso no los mantendría a salvo? —pregunto, y luego de
inmediato lamento mi pregunta.
Él muestra una sonrisa malvada.
—Ellos estaban tan destrozados por la guerra de Malen como
nosotros. ¿De verdad crees que tomarán nuestra magia? —no
respondo, y él continúa—. Si podemos acabar con los últimos aquí,
estaremos mucho más cerca de librarnos de la magia para siempre.
Estás ayudando con este campamento —su dedo toca un lugar en el
mapa cerca de la frontera de Colorado y Wyoming, marcado con
una pequeña bandera roja—. La ciudad anteriormente conocida
como Steamboat Springs. Ahora es el hogar del grupo que mencioné
antes.
Frunzo el ceño ante la pequeña bandera roja, un recuerdo
borroso de la ciudad en mi mente. Alguna vez fue una estación de
esquí, un destino turístico. Cometieron el error de tratar de esconder a
las brujas en un edificio público en lugar de entregarlas al gobierno
cuando las redadas estaban en marcha. El tío Sam se enteró y trajo
las bombas unas horas más tarde. No hubo sobrevivientes.
Miro hacia Reed.
—No debería quedar nada de Steamboat... Pensé que la ciudad
entera estaba prácticamente borrada del mapa. Además... si están
tan bien protegidos, ¿cómo se supone que debo subir?
—No será fácil —admite Reed—. Este no es un grupo ordinario.
Ellos saben muy bien cuáles son mis planes para ellos, y tienen la
intención de usar todo lo que esté a su alcance para garantizar que
no suceda —se quita la chaqueta de los hombros y la coloca en el
respaldo de una silla—. Saben de mis agentes, tanto mágicos como
no mágicos. Si creen que trabajas para mí, estarás en un gran
problema y no habrá forma de que yo pueda salvarte. Pisa con
cuidado, aprende sobre su campamento y estudia esa barrera.
PÁGINA 33
—¿Y entonces qué? ¿Quieres que la destruya?
—Eventualmente, sí. Pero primero, solo quiero que observes y
aprendas tu magia. Edifícalo, Srta. Coria, porque la barrera requerirá
la destrucción de todo un ejército de magos. Si puedes establecer sus
puntos débiles y entrenarte en tu oficio, podemos encontrar una forma
de destruirlos.
—¿Qué pasa después de eso? —trago saliva, tratando de
contener mi mente en movimiento—. ¿Qué vas a hacer con ellos una
vez que estén abajo?
Los ojos de Reed brillan oscuramente.
—Tendrás respaldo, por supuesto, cuando derribes la pared.
Encontraremos una forma de desactivarlos. Entonces, los militares
intervendrán. Si no cooperan, los mataremos.
Me apoyo contra la mesa, a punto de responder cuando una
puerta se abre y un chico de aspecto áspero con un zumbido muy
corto sale corriendo. Él no mira hacia mí mientras saluda a Reed, quien
lo despide con desdén.
—Ah, ahí estás, finalmente. Markus, conoce a la Srta. Coria.
Kenadee, Markus será quien te prepare para tu misión.
Markus me mira con frialdad y extiende una mano rígida.
—Encantado de conocerte.
—Ahora —Reed da vueltas alrededor de la mesa para darle la
espalda. Los dos miramos mientras él escribe una plétora de números
y la puerta de hierro se abre con un clic—. Déjame mostrarte a qué
más te enfrentas. Un factor más molesto.
Lo seguimos, bajamos dentro de una habitación parecida a un
búnker, cargada con armas de todos los tamaños y habilidades. Un
jadeo se me escapa cuando Reed se planta frente a una pantalla
grande.
—Cuando te conté sobre los peligros de estas personas, no estaba
bromeando. De hecho, hay uno en particular en el que me gustaría
que siempre tengas ojos. Ella es un miembro influyente de sus filas, uno
responsable de varios ataques contra nuestra gente. Markus, por
favor.
PÁGINA 34
Markus chasquea los dedos y la pantalla parpadea. Reed lo mira
con un odio que nunca había visto antes en mi vida. Una foto policial
de una chica unos años mayor que yo.
—Harlow Creston, de veintiún años. Un prisionero mío que se
escapó —gruñó el presidente—. Me da vergüenza admitir que la
señorita Creston me ganó la vida. En ese momento, la juzgué mal y
ella usó eso para su ventaja. Ahora se me ha escapado dos veces, y
aunque la han recibido, bueno... —intercambia una mirada petulante
con Markus—. Ha sido castigada. Eso la hace aún más empeñada en
mi destrucción.
Los escalofríos enredan mi espina dorsal, pero no digo nada. Reed
se planta a mi lado, todavía mirando venenosamente la foto de
Harlow Creston.
—La observarás cuidadosamente; ella es inteligente como un
zorro, uno de los mayores terroristas de nuestra nación; su fallecimiento
significaría grandes cosas para nuestro país. Quiero que intentes
acercarte a ella. Tómala con grandes medidas, mantente en su lado
bueno. Sobre todo: ten cuidado con su engaño.
Estudio su cara, decidida a memorizar cada característica. Su
imagen me devuelve la mirada, con los ojos de un azul intenso. En la
foto, luce un ojo morado y un labio cortado como si hubiera estado
en una pelea.
Harlow Creston, de veintiún años. Altamente peligrosa.
—Ahora, con los negocios —dice Reed, abriendo un cajón y
hurgando en él mientras Markus apaga la pantalla—. La Srta. Creston
no es el único peligro allí. Ella es la única que conocemos. Si aparece
algún daño, esperamos que uses esto.
Él me da un pequeño dispositivo que se ilumina con el
movimiento. Es extremadamente liviano en mi palma, y lo
suficientemente pequeño como para poder rodearlo con mis dedos.
—Es un comunicador. Tómalo, guárdalo con tu vida. La
tecnología funcionará dentro de los confines de las barreras, siempre
y cuando no te atrapen con ella. Markus, llama a Kenadee.
Markus hace lo que le ordenó con el ceño fruncido. Jadeo
PÁGINA 35
cuando aparece una pantalla en el aire, la cara de Markus es blanca
electrónica.
—Lo usaremos para informarnos el uno al otro. En caso de
emergencia, puedes hacer clic aquí —Reed toca un botón en la
esquina inferior e inmediatamente comienza a parpadear. Todo el
dispositivo se pone rojo, zumbando maniáticamente contra la
superficie dura de la mesa—. Lo llevamos con nosotros siempre, por lo
que siempre habrá alguien cerca si lo necesitas. Cuando estés allí,
esperaré que respondas las llamadas todas las noches a las nueve en
punto desde la seguridad de tu propia habitación. Quiero que seas
una mosca en la pared. Tomes notas, informes cualquier cosa y todo
lo que planeen. Mantenlo en un lugar seguro.
Asiento, sintiendo un peso en la boca del estómago mientras
meto el dispositivo en las profundidades de mi bolsillo. Todo lo que
tengo que hacer es esta única cosa. Una cosa para ganar la libertad
de mi familia. Una cosa es ganar mi propia libertad.
Puedo hacer esto.
Tengo que hacer esto.
Mis manos tiemblan cuando mi mente corre por todo lo que he
aprendido hasta ahora. Todavía quedan muchas preguntas sin
respuesta. ¿Por qué siento que esta misión podría ser mi muerte?
Me muerdo el labio cuando Reed se pone la chaqueta que había
dejado colgada en el respaldo de una silla, se enderezó el cuello de
la camisa y saludó con la cabeza a uno de sus hombres, que se deslizó
por la puerta y se subió para arrancar el automóvil.
—Ahora tengo negocios a los que atender. Aquí es donde te dejo,
Srta. Coria. Markus trabajará contigo para asegurarse de que estés
preparada para este puesto. Mis hombres volverán a recogerte dentro
de dos días, así que te sugiero que aproveches al máximo tu tiempo
aquí.
Antes de que pueda detenerlo, lo llamo, la pregunta sale de mis
labios con una sacudida embarazosa.
—¿Qué pasa si no puedo hacerlo?
—Mataremos a tu familia y te arrestaremos. Te puedo prometer
una vida de tortura y podredumbre en prisión. Dulce cosita... —la
sonrisa regresa, torcida y malvada—. No quieres ponerte en mi
PÁGINA 36
camino. Te estoy haciendo un favor aquí. Sería sabio no olvidar eso.
—Entendido —le susurro. Mi rodilla rebota nerviosamente mientras
trato de recordar toda la información que me acaban de dar.
Campamento en el bosque. Harlow Creston. Magia. Soy mágica.
—Me alegro de nos entendamos. Adiós, Kenadee Coria. Estoy
seguro de que no pasará mucho tiempo hasta que nos volvamos a ver
—se desliza por la puerta, tan silencioso como un gato de montaña.
Veo el auto rebotar por el camino de grava, escupiendo tierra y una
nube de polvo cuando desaparece a la vuelta de la esquina. Me
vuelvo hacia Markus y sus armas, lista para comenzar.
―¡De nuevo!
A las palabras de Markus, dejo escapar un bufido molesto
mientras rebobina el video y apaga los subtítulos.
―Esta es la milésima vez que veo esto. ¿Es realmente necesario,
Markus?
No responde, jugando con el control remoto. Aprovecho la
oportunidad para quejarme más fuerte, aunque él ni siquiera parece
estar escuchando.
―Te das cuenta de que hemos estado en esto todo el día,
¿Verdad? ¿De qué sirve aprender a leer los labios de todos modos?
Acabo de averiguar que tengo todos estos poderes geniales.
¡Probablemente podría encontrar algún truco que me diga todo lo
que están diciendo!
Se levanta del escritorio.
―¿Quieres un violín pequeño? Porque creo que hay una tienda
de música a pocos kilómetros de distancia.
PÁGINA 37
―Quiero aprender a pelear y disparar. Si son tan peligrosos como
dice Reed...
―Entonces un arma no te ayudará hasta que tengas todo un
ejército detrás de ti. Ellos tienen poderes, Coria, peligrosos. ¿Por qué
crees que Reed sigue trayendo brujas a sus filas? Con nuestras armas,
no tenemos ninguna posibilidad contra ellos.
Pienso en esto por un momento, mirando a Markus por el rabillo
del ojo. Hay algo en la forma que su expresión se oscureció cuando
dijo esas últimas palabras, como si se diera cuenta de lo que soy. Una
bruja, una corrupta...
Un monstruo.
Mis dedos golpean nerviosamente contra mi pierna cuando
Markus pasa rozando, evitando mi mirada. Me giro un poco en mi silla,
poniendo una pierna doblada sobre el almohadón y cubriendo con
mi brazo el respaldo de la silla cuando una repentina desesperación
por probarme a mí misma me baña.
―¿Podemos al menos cambiar el video para poder practicar?
Casi he memorizado todo lo que han dicho, así que no tiene sentido
leer sus labios.
Él ya está en la puerta, presionando su hombro contra ella
mientras un pequeño rayo de la luz del día brilla a través.
―Si regreso de hacernos el almuerzo y puedes leer mis labios,
entonces seguiremos adelante.
***
Después del almuerzo y de algún intento fallido de leer los labios
de Markus, avanzamos de todos modos. Mientras cava a través de un
armario, murmurando palabrotas ocasionalmente por frustración,
examino el arsenal de armas brillantes en la pared. Cuando él no está
mirando, tomo una pistola y la peso en mis manos.
―¿Qué estás haciendo? ¿Tienes cinco años? Ponla abajo
―chasquea, dándose vuelta y agarrando el arma de mis manos. Las
sostengo con fingida inocencia, viendo su cara ponerse del color de
un tomate. Después de algunas respiraciones profundas, dice―.
Simplemente no toques nada, ¿de acuerdo?
Hago lo que dice, apoyándome contra la pared mientras se
PÁGINA 38
vuelve hacia el armario y hurga a través él.
―Entonces, ¿cómo terminaste aquí? Solo en el medio de la nada,
entrenando gente como yo...
Su voz queda amortiguada mientras continúa cavando.
―Haré cualquier cosa para ayudar a la causa si saca la magia de
este mundo.
―¿Realmente crees que es malvado? ―pregunto después de un
momento.
Sus hombros se tensan y él aparece, una caja en sus manos. Se
acerca al mostrador y la baja, luego se vuelve hacia mí con una
pequeña voz.
―Si, lo hago. Mi papá era mágico. Intentamos esconderlo
durante años hasta que un día perdió el control, se volvió loco... Mi
madre trató de protegernos y fue asesinada en el proceso. Así que, sí...
estaba contento de ser reclutado. Significaba que podía hacer mi
parte para acabar con la magia. He visto lo que puede hacer.
―Lo siento mucho ―le susurro mientras se limpia los ojos,
agachando la cabeza. Se ve increíblemente joven, incluso para la
nueva edad de reclutamiento. Cuando ocurrió la guerra, muchos de
los hombres de la nación murieron. Cada año desde entonces, la
edad de alistamiento parece reducirse a medida que Reed se vuelve
más desesperado por tener soldados sanos. Markus no puede tener
más de catorce años, y, sin embargo, ya está tan lleno de odio.
De espaldas a mí, se recoge a si mismo lo suficiente como para
soltar un ladrido enojado.
―¿Bueno? ¿Qué estas esperando? Ven aquí ―hago lo que dice,
sintiendo que justo ahora no sería momento de empujar a Markus más
lejos de lo que ya hice. Cierra la caja antes que pueda ver lo que hay
dentro y la deja en el suelo del armario.
―¿Qué estás haciendo? ―pongo las manos en mis caderas
mientras, naturalmente, él me ignora, colocando una llave dentro de
la cerradura y moviéndola de un lado a otro. Satisfecho, se vuelve
hacia mí con una expresión severa.
―Antes que puedas saber qué hay en la caja, debes abrir con
éxito esta cerradura.
PÁGINA 39
***
PÁGINA 40
Reed no significa que lo creerán. Ahora estás en el Registro Nacional
de Magos, así que, si ellos te encuentran, te arrestarán.
―Es bueno saberlo ―susurro en voz baja, evaluando las calles
vacías a mi alrededor. Solía ser una parte concurrida de la ciudad,
pero con la maldición del tiempo y la mano dura de la guerra,
lentamente se convirtió en menos y con menos población.
―¡Oh! ―Markus alcanza debajo del asiento y saca la caja que
había rescatado del armario. Nunca llegué a ver dentro. Cuando abrí
la cerradura, Markus, a cambio, confiscó mi tesoro y me dijo que lo
haría más tarde.
No dudo cuando la pone en mis manos, desgarrando la caja
como un niño el día de Navidad. Saco un objeto diminuto, del tamaño
de una hormiga y lo sostengo en mi palma, mirando a Markus por
algún tipo de explicación.
―Es el micrófono más pequeño del mundo ―dice con una sonrisa
burlona― pero no dejes que su tamaño te engañe. Ha sido refinado a
través del tiempo en una de las mejores piezas de tecnología que
existe. Recogerá el sonido de cualquier habitación,
independientemente del tono de voz o el ruido de fondo. Cuando
llegues al campamento, póntelo. Mantenlo fuera de la vista, no
permitas que nadie vea que lo usas. Debería ser bastante simple de
ocultar. El presidente Reed y su equipo tienen los suyos que se
conectarán con el tuyo para poder escuchar todo lo que tú puedas.
Hablarás con el presidente cada noche durante tus llamadas.
Asiento, manteniendo mi boca en una línea firme mientras
deposito el pequeño dispositivo cuidadosamente en el bolsillo
delantero de mi mochila y lo cierro. Reed estará escuchando, sin
importar lo que diga y haga. El pensamiento cuelga sobre mi cabeza
como una nube siniestra.
―Supongo que eso es todo ―Markus me da una larga mirada final
antes de que la puerta se abra detrás de mí y los hombres de Reed
me agarren de los brazos―. Adiós, Kenadee. Confío en que no
decepcionarás al líder de nuestra nación.
―¡Espera! ―digo, parpadeando a plena luz del día mientras las
puertas del auto se cierran de golpe. De repente, todo se siente tan
abrumador. Estoy haciendo esto, realmente me estoy dirigiendo a un
campo de criminales sin escrúpulos. Soy una espía del gobierno. No
PÁGINA 41
estoy lista. Alcanzo la manija de la puerta mientras el elegante coche
negro comienza a ronronear, ya alejándose.
Me quedo en la carretera desierta, mirando, incluso mucho
después de que el automóvil desaparece al doblar.
Mis botas hacen un ruido metálico desagradable contra el
pavimento mientras camino, sintiendo el ligero aire de la montaña
tomando su peaje en mis pulmones y maldiciendo el cuero nuevo en
estos zapatos a medida que me irritan la piel. Una brisa fresca
atraviesa los álamos, enviando entre ellos una ráfaga susurrante. Me
estremezco, inclinando la cabeza hacia atrás para examinar el cielo
grisáceo. Efectivamente, una sola gota de lluvia aterriza en mi mejilla.
Momentos después, el golpeteo suave de la lluvia comienza a chocar
con el pavimento.
—¡Vamos! —gimo, agachando la cabeza y deslizándome por
debajo de un árbol. Apoyo mi bolsa contra él y remuevo y cavo en su
interior, en busca de mi abrigo. Una vez que lo encuentro, lo deslizo
sobre mis brazos en piel de gallina y busco de nuevo por el mapa. He
estado caminando por lo que parecen horas —¿dónde está el
campamento?
La lluvia cae más duro y el estallido de un trueno ruge,
reverberando a través del bosque. El mapa se arruga ruidosamente en
PÁGINA 42
mis manos, ya húmedo y decolorándose a pesar de mis esfuerzos por
mantenerlo seco. Lo cierro con un suspiro. No sirve para nada. El
bolígrafo rojo que Markus había usado para marcar mi camino ahora
sangra a través del mapa en un borrón de color.
Metiendo el mapa de nuevo en el bolsillo de mi bolsa, me preparo
para escapar. Me guste o no, tengo que seguir moviéndose.
Quedarme y esperar a que pase la tormenta no es una opción; a este
ritmo, todo en mi bolsa se ensuciara. Si Markus estuviera aquí, se reiría
de mis pobres habilidades de supervivencia. Estoy a punto de agarrar
la bolsa y seguir mi camino cuando un destello de plata hace que mi
corazón se caiga en mi pecho.
Un hombre de la patrulla estatal aparece por el lado de la
carretera, justo detrás de los árboles.
—Mierda —siseo, agachándome. Las palabras de Markus se
burlan de mi mente; si me pilla la policía, ninguna de las promesas de
Reed importará. Seré arrestada, enviada a morir. Nunca tendré la
oportunidad de salvar a mi familia.
Miro hacia el bosque, luego de nuevo a la patrulla de carreteras.
Hay una posibilidad de que esté lo suficientemente bien escondida
entre los árboles para que no me vean. Puedo ir más profundo y
esperar a que se vaya, pero…
Otro fuerte trueno cruje entre los árboles.
Si hay una tormenta eléctrica, entonces, rodeada de un montón
de árboles es el último lugar donde quiero estar. ¿Me atrevo a
arriesgarme a entrar más en el bosque?
Me arrodillo junto al tronco del árbol, entrecerrando mis ojos para
tratar de ver al oficial en su interior. Toma un sorbo grande de una taza,
entonces alcanza algo en el asiento tras él. Aguanto la respiración
mientras otro coche patrulla se detiene detrás suyo.
Tengo que moverme. No me puedo quedar aquí.
Me giro y corro hacia el bosque, corriendo tan rápido como
puedo a pesar de la maleza amenazando con hacerme caer. No veo
el tronco hasta que es demasiado tarde, mi tobillo deja escapar un
crujido repugnante y choco con un grito contra el suelo del bosque
fangoso.
PÁGINA 43
—¿Quién está ahí? —viene el grito de un hombre.
Me esfuerzo a sentarme, reprimiendo el grito mientras trato de
mover mi pie. Un dolor rojo sofoca mi visión mientras los gritos son cada
vez más fuertes.
¡No, no, no! Tengo que salir de aquí.
La lluvia choca con mi piel mientras miro a mi alrededor, tratando
de calmar mi acelerado corazón. Una rama de un árbol cuelga a unos
centímetros encima de mí, si puedo alcanzarla, puedo tratar de
levantarme. Deslizando mi mochila de mis hombros, la tiro al aire,
tratando de poner la correa contra la rama. Se engancha en el
extremo, doblándose bajo el peso, y envía la bolsa contra el suelo.
Los pasos se acercan mientras ambos oficiales aparecen tras de
mí, sus pistolas levantadas.
—Las manos en el aire donde podamos verlas! —brama uno.
Esto no puede estar pasando...
Mi cuerpo tiembla, una mezcla de dolor y frío. Alzo mis
temblorosas manos en el aire mientras doy unos pasos hacia adelante.
Un hombre larguirucho con un tupido bigote va hacia mi mochila,
mientras que el otro, el hombre más grande que vi en el primer coche
se arrodilla al lado de mi pie lesionado. Dejé escapar un grito agudo
mientras alcanza mi bota. Hace una mueca y alcanza la radio
sonando en su camisa.
—Necesitamos un 10-52...
Busco entre los árboles desesperadamente por una salida. Tengo
que hacer algo, no voy a quedarme aquí sentada y ser arrestada. De
repente, una extraña sensación me invade; una sensación
abrumadoramente eléctrica, construyéndose, demasiado como para
contenerla. Todo parece moverse a cámara lenta mientras mi cuerpo
toma completamente el control.
Es el encender de una mecha, el resplandor del relámpago
eléctrico en llamas por el cielo.
De repente, no soy una adolescente aterrada. Soy miedo y fuego,
la muerte encarnada.
—¿Qué demon…? —el policía espigado cae sobre sus pies con
un movimiento lento de mi mano, la mochila sale de su agarre y
PÁGINA 44
aterriza en algún lugar lejos. Le deposito junto a la forma encogida del
oficial más grande. El poder sigue atravesándome y espero por un
momento que nunca se detenga. Soy poderosa; soy peligrosa.
Nunca han visto nada como yo.
Suelto una risa maníaca y levanto mis manos hacia arriba. Las
llamas se elevan desde el suelo, pequeñas al principio, luego más
grandes bajo mi mando. La lluvia cae aún, la niebla todavía es una
espesa cortina que nos rodea, pero el fuego sigue bailando. Se enreda
en torno a ellos en un círculo, atrapando a los oficiales en su alcance
mortal.
Miro de la escena a mis manos. Mis manos poderosas,
aterradoras. Tiemblan de alegría, dolor y miedo. Respiro
entrecortadamente, dándome cuenta de lo que acabo de hacer.
Magia.
Hice magia.
¿Pero cómo?
Todo vuelve dentro de una vez. Mi visión se nubla y mi tobillo
duele. La lluvia comienza a disminuir cuando miro a los policías, ahora
rodeados por un muro de fuego.
Hay un ruido de pasos detrás de mí, después, un aplauso lento.
Los dos policías miran arriba con horror, la realización mostrándose en
su rostro.
Una voz femenina baja viene de detrás de mí, enviando
escalofríos por mi columna vertebral.
—Bueno, no dejen de gritar por mí, señores.
PÁGINA 45
—Ahora, ahora, no tan rápido. No muerdo —dice la voz mientras
levanto mis manos, tratando de invocar la magia que había venido
tan fácilmente antes. Ella emerge detrás de mí, caminando
lentamente mientras asimila mi patética forma. Siento que mi
mandíbula se abre. Conozco a esta chica.
Harlow Creston. De la que Reed me advirtió.
Me mira con curiosidad, su rubia cabeza ligeramente inclinada
hacia la derecha, sus ojos pálidos y entusiastas, notando todo. Se ve
como un lobo, calculadora y feroz. Hay algo inquietante en ella, algo
mortal.
Su voz no fluctúa desde su ronroneo silencioso.
—Tienes una oportunidad para decirme lo que estás haciendo en
este bosque, o te romperé el otro pie y te dejaré para morir. Tu
elección.
Trago saliva. Odio que me siento tan pequeña y aterrorizada en
su presencia. Si descubre la verdad, probablemente me mate aquí y
ahora. Las palabras salen de mi boca en un grupo nervioso.
PÁGINA 46
—Hay este campamento, lo estaba buscando. Es para gente
como yo... —hago un gesto de mirar a los policías y bajar la voz—.
Gente mágica.
En un abrir y cerrar de ojos, está a mi lado, con las manos en
equilibrio mientras una fuerza invisible se envuelve alrededor de mi
cuello. Mis pulmones lloran desesperadamente por aire.
—¿Qué sabes sobre el campamento? —sisea. Cuando no
respondo, sus manos se tuercen, la magia me aprieta más fuerte. Mis
manos vuelan hacia mi garganta, tratando de liberarse.
Finalmente logré farfullar una mentira.
—Solo que es para brujas y magos. Soy mágica. Quería
encontrarlo, ¡mi madre me echó!
No dice nada, pero suelta su control y me envían cayendo hacia
atrás. Todo duele cuando el mundo se vuelve momentáneamente
borroso. Lucho por el dolor, viendo como Harlow baja la pared de
fuego y habla con el policía en voz baja. Después de un momento,
solo asienten y se dirigen tranquilamente hacia sus autos, sin mirar
atrás.
—¿Qué hiciste? ¿Qué hiciste con ellos? —mi voz es confusa y
ronca. Me duele el cuerpo…
Harlow se agacha a mi lado, con una cruel sonrisa en los labios.
—Estás de suerte. Tienes que volver conmigo.
Antes de que pueda reaccionar, sus manos se mueven y todo
comienza a disolverse. Ella dice algo que no puedo entender ya que
el mundo a mí alrededor se desvanece.
PÁGINA 47
Mi mente zumba mientras el mundo se precipita hacia mí. Mis
pensamientos y recuerdos son los siguientes. El bosque, la policía, el
fuego. Harlow. Acampar.
PÁGINA 48
―¡Bien, buenos días, sol!
PÁGINA 49
como tú estuviera caminando sola por el bosque. Sin embargo, te ves
mucho mejor. Sin ánimo de ofender, pero cuando Harlow te trajo, no
parecías demasiado caliente.
Actúo atontada.
PÁGINA 50
El comunicador, el micrófono oculto... cualquier forma en que
podría haberme comunicado con Reed. Todos se han ido.
Delia frunce los labios, metiendo sus manos en los bolsillos, pero
PÁGINA 51
obedece.
Harlow espera que Delia se vaya mientras el chico toma una silla
a su lado. Hay algo juvenil y cortés en su aspecto todo americano
mientras me inspecciona con una especie de curiosidad tímida.
―Este es Bryce Coughlin. Somos los líderes que manejan este lugar.
―Encantado de conocerte ―Bryce me muestra una sonrisa
educada, extendiendo una mano bronceada.
PÁGINA 52
―Oh, por favor, corta la mierda ―se burla Harlow―, tomamos
precauciones adicionales para garantizar que este campamento se
mantenga a salvo. Nadie lo sabe a menos que trabajen para una
cierta bolsa de limo, así que ¿por qué no dejas de perder el tiempo
con mentiras y nos dices la verdadera razón por la que estás aquí?
―¡Harlow!
PÁGINA 53
control. Su tono es tranquilo y constante, demasiado bajo para ser
escuchado a través de las paredes.
¿Eso es?
PÁGINA 54
―Esta es tu única advertencia. Un paso fuera de línea, y el castigo
será honrado ―continúa Bryce―, no perdonaremos si pones en peligro
las vidas de nuestra gente.
―Lo que sea que ella haga, Bryce, solo sé que está sobre tus
hombros. No los míos.
PÁGINA 55
Delia vuelve varias horas agonizantes después, haciendo un baile
feliz en la entrada.
PÁGINA 56
Desde allí ella se vuelve hacia mí, buscando a tientas algo.
PÁGINA 57
―Estoy bien ―respiro―, he estado acostada demasiado tiempo,
eso es todo.
PÁGINA 58
una risa afable. Hay algo diferente sobre él, en la cálida luz del verano.
Sus hombros cuadrados están sueltos y relajados, el cabello corto
arrugado por la tarde bochornosa. Cuando me sonríe, es una sonrisa
fácil y genuina.
Él asiente.
―¡Genial! ―susurro, mientras Bryce se ríe y cierra sus ojos. Sus dedos
se tensan alrededor de los míos mientras una niebla repentina
aparece alrededor de mis pies. Lentamente, se arrastra hacia mis
PÁGINA 59
rodillas, luego mis caderas. Presa del pánico, miro a Bryce, que ni
siquiera se mueve.
PÁGINA 60
aquí, protegimos las fronteras, y enlistamos a todos en la
reconstrucción de este lugar. Se ha convertido en un hogar para
muchos de nosotros. Todos trabajamos juntos para que funcione.
PÁGINA 61
más grande que he visto en mi vida. Miro boquiabierta en la escalera
en espiral que desaparece en el nivel superior. Bryce no duda en
trepar, agarrándose a la barandilla con una mano y señalando
ansiosamente con la otra.
PÁGINA 62
Lo miro emocionada.
PÁGINA 63
Casi respondo, pero él ya está alcanzando mi mano, el frío metal
del dispositivo en su palma. Somos arrastrados por la niebla.
Me encuentro extendida sobre el césped, inmovilizada por los
grimorios en un giro completamente irónico.
—Tengo que aprender a aterrizar sobre mis pies —gruño, trepando
mientras Bryce alcanza los libros caídos. Enterarme de que Harlow
Creston, de todas las personas, va a ser mi instructora de magia me
tomó completamente por sorpresa.
Tal vez sea una buena cosa. Después de todo, Reed dejó muy
claro que él quiere que esté cerca de ella. Pero, por otro lado, es
Harlow. Lo que significa que la vida va a ser muy difícil.
—¿Bien? ¿Qué piensas?
Mis ojos se mueven del césped bien recortado sobre el que
acababa de estar estirada a la pequeña casa azul hacia la que Bryce
señala con sus cejas levantadas.
—Me encanta... ¿de quién es?
—Tuya, por supuesto.
PÁGINA 64
—¿Mía? —repito, siguiéndole por las escaleras de madera hacia
la puerta. Dos sillas de mimbre, una mesa pequeña y una gran planta
en una maceta decoran el porche mientras Bryce se gira hacia mí.
—Ahora, como casi todo en esta ciudad, esta casa está hecha
con magia. Hemos firmado tu nombre en la lista de propietarios esta
mañana, por lo que ahora sólo tú puedes abrirla. Es muy sencillo, no te
preocupes. Todo lo que tiene que hacer es presionar tu mano contra
la puerta.
Asiento, poniendo los libros en una de las sillas de mimbre y
presionando mi palma contra la puerta de madera oscura.
Hay un clic mecánico y la puerta cruje al abrirse.
Suelto una risa excitada, haciéndome a un lado para dejar que
Bryce entre.
La casa está ordenada y brillante por dentro, la luz bañando las
cortinas pálidas. Entramos en la sala de estar donde hay un sofá
marrón de cuero, un televisor en la pared, una mesa de café, y dos
sillas de aspecto cómodo.
Bryce deja los grimorios en la mesa y se gira hacia mí, pasando
una mano por su pelo castaño.
—Así que, hemos provisto la casa para que puedas sobrevivir unos
días, pero si no tienes ganas de hacer la cena esta noche, hay un
comedor justo en el centro. Honestamente, estás a sólo una manzana
de distancia. Estaré allí a las seis, si quieres venir. Me reuniré con
algunos amigos.
Asiento cortésmente, sin saber si realmente me siento social esta
noche. Ahora que Bryce está a punto de salir y estoy a punto de estar
sola, la realidad me llena. Tendré que averiguar qué hacer sobre la
reunión con Reed.
Bryce usa su cabeza para señalar un pasillo.
—La cocina está por allí. Harlow y yo dejamos algo de dinero
antes, en caso de que necesites suministros. También te dejaré un
programa de entrenamiento para que puedas trabajarlo con Harlow
para tu magia. Si necesitas algo, hay un mapa de la ciudad y una lista
de contactos de emergencia en la nevera. Puedes presionar nuestros
nombres en el papel y Harlow y yo sabremos que nos necesitas.
PÁGINA 65
—Entendido —digo, lanzándole una pequeña sonrisa. Se pone de
pie torpemente, frotándose la parte posterior de la cabeza. Alcanzo
su brazo, apretándolo suavemente—. Oye, gracias por todo, de
verdad.
—Por supuesto —se encoge de hombros como si no fuera gran
cosa—. ¡Bienvenida al campamento! Estamos contentos de que estés
aquí.
Mientras cierra la puerta tras él, abandono la pila de libros y voy
por el pasillo. Efectivamente, una pequeña cocina se abre a mi
izquierda. Hay una olla de café al lado de la cocina, un horno, una
pequeña despensa, una nevera y un microondas. Una mesa está
contra la pared del comedor, que está pintada de un amarillo alegre.
Vuelvo por el pasillo hasta que entro al dormitorio. Una cama más
grande que mi vieja cama se encuentra entre dos mesitas de noche.
Me doy cuenta al abrir la puerta del armario y encender la luz, que no
tengo ropa extra. Parece como que los líderes estaban preparados,
sin embargo, dado que una chaqueta, unas pocas camisetas, un par
de tejanos y mis antiguas botas de montaña están en la parte de atrás.
Apago la luz y voy directa al baño.
Es la primera vez que en realidad me he visto en no sé cuánto
tiempo, y estoy aterrada por mi reflejo. Soy un desastre irregular de
pelo rebelde y suciedad apelmazada. Bolsas violetas cuelgan bajo mis
ojos oscuros como si fuera más zombi que niña.
Decido tomar una ducha, viendo la sangre, las hojas y la suciedad
bajar por el desagüe mientras presiono mi cabeza contra el azulejo,
dejando que todo caiga. ¿Qué hará Reed cuando se dé cuenta de
que no respondo al comunicador, o que no llevo el micrófono?
Una imagen aleccionadora de Eli siendo torturada nubla mi
mente.
A toda prisa, apago la ducha, temblando mientras envuelvo una
toalla alrededor de mi cuerpo frío. Me visto con una camiseta y unos
pantalones vaqueros de color púrpura, pasando un peine por mi pelo
enredado, después voy hacia la sala de estar. Me dejo caer en el sofá,
seleccionando un grimorio y abriéndolo en mi regazo.
Seguramente en algún lugar de uno de estos, hay un hechizo de
comunicación que pueda emitir. Tiene que haber una manera de que
pueda enviar un mensaje a Reed.
PÁGINA 66
Trazo cada línea con el dedo, rozando las páginas con la
esperanza de encontrar lo que necesito. Cuando no encuentro nada
en el primer libro, me tiro a un lado con un gemido y alcanzo otro. Dos
golpes fuertes en la puerta me sacan de mi concentración.
—¿Quién está ahí? —salto para ponerme de pie, esperando
encontrarme a Bryce al otro lado de la puerta, pero no hay nadie allí.
Sólo una pequeña caja está sobre la alfombra de bienvenida,
cerrada perfectamente con cinta adhesiva. Confundida, la agarro,
explorando las calles por cualquier signo de la persona que dejó esto.
No hay nadie. Cierro la puerta tras de mí y corro a la cocina,
deslizando un cuchillo a través de la cinta.
Mis dedos alcanzan dentro, temerosa de lo que podría encontrar,
aterrizan sobre algo fresco y elegante mientras saco el comunicador.
Mi comunicador, polvoriento y lleno de suciedad, como si lo hubieran
encontrado en el bosque.
Mi corazón se congela. No respiro.
Una pieza pequeña de papel arrugado se desliza por el
mostrador. Mis manos tiemblan al abrir la nota.
Creo que podrías necesitar esto de vuelta.
PÁGINA 67
Tengo que salir de esta casa.
PÁGINA 68
segura de qué camino tomar. Afortunadamente, una voz detrás de mí
salva el día.
—¡Hola, Bryce! —le doy una tímida sonrisa—. Me alegra que estés
aquí. Creo que estoy perdida.
PÁGINA 69
—Hola chicos, me gustaría que conocieran a nuestro miembro
más nuevo. ¡Esta es Kenadee!
Tess, una pelirroja con pecas que divisa toda su cara, es la única
que sonríe. Ella se desliza sobre el banco y toca el asiento.
PÁGINA 70
indicaron. Se evapora un momento después de mi contacto,
dejándome con asombro en la mesa frente a mí.
Harlow.
Los ojos color hielo de la niña se dirigen hacia mí, su sonrisa vacila
PÁGINA 71
al verla. Su mirada se vuelve cruel y fría, tomándome como si fuera un
pequeño error que está a punto de romper.
Mi plato aparece, pieza por pieza, cayendo ante mis ojos. Está
atestado de comida deliciosa que no he probado en mucho tiempo.
Inmediatamente me sumerjo, prácticamente babeando por el
hambre.
PÁGINA 72
Tengo que contenerme de limpiar todo el plato de comida ante mí.
Estaba mucho más hambrienta de lo que pensaba.
—Entonces, ¡no estás muy lejos de casa! Ese no es el caso para mí.
Soy de Minnesota. Sin embargo, no puedo decir que la extrañe tanto.
Está muy frío.
PÁGINA 73
suficiente como para invitarme a las cosas. Sin mencionar, esta es la
oportunidad perfecta para ver a la gente, para tomar notas sobre el
tipo de personas que viven aquí en este campamento.
—Sí, eso suena divertido —en el fondo, mi mente arde por el dolor
que estoy causando a esta gente.
***
Despierto la mañana siguiente secando las manchas de baba en
mi almohada y los rayos de sol que se filtran a través de las persianas
cerradas de mi ventana. Bostezo y al darme la vuelta, un grimorio se
desliza desde mi estómago hacia la cama. Me froto los ojos antes de
girar el despertador hacia mí.
PÁGINA 74
Una vez que la olla está llena y el vapor se eleva desde la parte
superior, mezclo mi café con un poco de leche de la nevera,
removiendo mientras el sonido metálico de la cuchara se encuentra
con la cerámica. Me lavo la cara con un jabón que huele a frambuesa
del armario y me paso un peine por el pelo desordenado.
No pasa nada.
PÁGINA 75
—Oh, no, cariño, será mejor que no. Soy parte de la junta asesora
de la ciudad y los líderes convocaron a una reunión de último minuto.
¡No puedo llegar tarde!
PÁGINA 76
Una hora más tarde, vago por el centro, frunciendo el ceño ante
el mapa en mis manos donde una flecha de color rojo brillante me
dice que gire a la izquierda.
Sigo sus indicaciones hasta que, en letras luminosas intermitentes,
el mapa dice que he llegado. Inclino mi cabeza hacia atrás,
entrecerrando mis ojos contra los rayos del sol miro a un viejo edificio
de ladrillo rojo y naranja de cerca de tres pisos de altura. En el interior,
sus salones están tranquilos y en silencio, oscurecidos por la falta de
ventanas. Un directorio flota en el aire, nombres en negrita y flechas
señalando en qué dirección ir.
Después de encontrar los nombres de los líderes, me señala que
vaya a la derecha. Efectivamente, llego a una puerta que pone
HARLOW CRESTON Y BRYCE COUGHLIN, LÍDERES DEL CAMPAMENTO
sobre una placa de oro.
Las oficinas están tan silenciosas como el pasillo. Soy la única
persona aparte de la recepcionista, que habla animadamente con
PÁGINA 77
una imagen flotante que se encuentra en el aire. Curiosamente, no
puedo oírla haciendo ruido. ¿Es eso un teléfono? Espero con
impaciencia, apoyando mis codos en su escritorio mientras miro
alrededor de la habitación. Las ventanas dan hacia el exterior, las
primeras que he visto en el edificio, y puedo ver los árboles de álamo
altos afuera mientras algunos grupos de personas ocasionalmente
pasan por su lado, disfrutando del sol de la tarde.
La secretaria todavía hace caso omiso en favor de su
conversación con la cabeza flotante. Cada vez más impaciente, me
giro para estar justo en su punto de vista.
—Disculpe, señora. Busco a Bryce.
Ella me frunce el ceño y pone sus ojos en blanco hacia quien sea
con quien está hablando.
—Dame un segundo, hay una persona que claramente no puede
esperar.
Extiende su mano, usando sus dedos en un movimiento de
pellizco, congelando la pantalla de la foto. Sonrío educadamente,
ignorando la mirada asesina que recibo a cambio.
—¿Qué quieres? —pregunta con frialdad.
—¿Está Bryce aquí? Necesito hablar con él —repito, tratando de
hacer mi voz agradable.
—El señor Coughlin no está aquí en este momento —responde
impasiblemente.
—¿Va a volver pronto? —pregunto—. La cosa de la puerta decía
que se supone que está aquí en este momento. Sus horas son de nueve
a cuatro, ¿verdad?
Resopla, mirándome de manera inquebrantable.
—Dije que no está aquí, ¿verdad? Tuvo que salir por alguna
emergencia. No he tenido más información. No soy su niñera, lo crea
o no. La señorita Creston está aquí, ¿le gustaría hablar con ella en su
lugar?
—Uh, bien.
Si quería irme, es demasiado tarde. Harlow emerge de una de las
habitaciones, vestida con pantalones negros y un top de encaje que
PÁGINA 78
parece demasiado delicado teniendo en cuenta la personalidad de
Harlow.
—Está bien, Julie. Me voy —dice, de espaldas a nosotras mientras
cierra la puerta.
La recepcionista, Julie, me traiciona.
—¿Sabes cuándo Bryce estará de vuelta? Esta chica nueva insiste
en hablar con él —hace estallar su goma de mascar, atendiendo de
nuevo a la pantalla del ordenador.
Harlow se vuelve hacia mí, una mueca burlona en sus labios.
—Ah, ¿Bryce finalmente te ha dejado sola? ¿Qué harás?
Me sonrojo, negando mientras me vuelvo hacia la puerta.
—Volveré más tarde.
La voz de Harlow me detiene.
—Tuvo una emergencia. No se sabe cuándo va a volver. Por
desgracia, es mi trabajo ayudarte y ser servicial en este tipo de
escenarios. ¿Que necesitas?
Me enfrento a ella de nuevo, suspirando.
—Mencionó un programa de entrenamiento. Sólo estaba
siguiéndolo.
Chasquea su lengua.
—Por suerte para ti, estás hablando con la persona a cargo de la
formación. Reúnete conmigo mañana en el gimnasio, a las seis en
punto de la mañana. No llegues tarde.
Asiento lentamente, girándome para salir cuando el enfado se
revuelve en mi estómago. Me giro hacia ella, las palabras saliendo
antes de que pueda pararlas.
—¿Cuál es tu problema? ¡No te he hecho absolutamente nada!
Sólo quería encontrar el campamento.
La rubia se ríe en silencio, con sus brazos cruzados sobre el pecho
mientras da unos pasos hacia adelante. Su mirada tan llena de odio,
que una parte de mí desea poder arrastrarse bajo las sábanas y
ocultarse.
—¿Crees que nací ayer? La gente no aparece, así como así a
menos que tenga un plan. Trabajamos duro para mantener este
PÁGINA 79
campamento en secreto. ¿Sabes por qué? —no digo nada mientras
viene hacia mí, tan peligrosa como un depredador—. Reed y sus
soldados han tratado de entrar en este campamento. Nos quieren a
todos muertos. La última vez casi tuvieron éxito, así que perdóname si
miro más allá de tu pequeño acto de chica dulce. ¿Por qué no me
cuentas tu plan? ¿Hmm?
—Quiero hablar con Bryce —replanteo, tratando de evitar que el
temblor asuma el control mi voz. No puedo hacerle saber cuánto
miedo realmente tengo.
Se burla.
—Por supuesto que sí. Sólo mantén tu cabeza hacia abajo, chica
nueva. Continúa besando el culo de Bryce. Él puede pensar que eres
inocente, pero yo no. He tenido mi parte de delatores antes y conozco
a la gente como tú. Si le haces daño a alguien, juro por Dios que te
voy a arruinar.
—No lo soy —escupo, mintiendo entre dientes—. Parece como
que no tienes nada de qué preocuparte.
Ella lo sabe. Va tras de mí.
Me golpea en el hombro mientras se va, sin molestarse en decir
otra palabra. La puerta se cierra tras ella, nada más que decir.
Julie y yo nos miramos en un silencio incómodo, sin saber a dónde
ir desde aquí. Ella vuelve a activar el sonido del teléfono como si de
repente recordarse la conversación que tenía antes de que tan
groseramente la interrumpiera.
Salgo sola, tratando de calmar el pánico que amenaza con
desbordarse.
PÁGINA 80
—¿Más libros? ¿No tuviste suficientes ayer?
PÁGINA 81
Lo que no digo es que no quiero darle a Harlow ninguna influencia
al no poder actuar a su gusto.
PÁGINA 82
—Solo dime lo que dijo. Confía en mí, pasa mucho. No es una
persona que filtre sus palabras. Siempre parece dejar sentimientos
heridos. ¿Cómo te ofendió? —su tono suena con exasperación,
claramente acostumbrado al método de Harlow de tratar con la
gente.
Sus ojos se encuentran con los míos, las finas vetas de luz solar
hacen que un ojo parezca del color del apio.
Asiento, insegura de qué más decir. Voy a tener que informar esto
al presidente cuando llame.
PÁGINA 83
—En una nota más feliz, la hoguera es esta noche. Todavía vienes,
¿verdad? Sería bueno para ti salir y conocer a todos. Este es el único
evento en el que la gente realmente aparece —dice Bryce, su tono
cada vez más brillante ante el cambio de tema. Su sonrisa hace que
mi corazón se salte un latido.
Él mira su reloj.
—Bueno, tengo otra reunión a la que llego tarde, así que Harlow
podría asesinarme, pero si no, ¿te veré esta noche?
***
—¡Delia, es agosto!
PÁGINA 84
Cierro la puerta detrás de mí mientras Delia se burla.
—Sí, estoy bien —le dije rápidamente—. Es solo mucho que digerir.
PÁGINA 85
—Sí, pero tienes que salir de tu caparazón. ¡Vamos, ahora! —Delia
se adelanta, agarrando mi mano y arrastrándome delante de Tess. No
puedo evitar reír, incluso cuando prácticamente arrancan mi brazo de
su sitio. Subimos a la colina y puedo ver el parpadeo naranja del fuego
lamiendo el cielo oscurecido. Bancos gigantes se centran alrededor
de la zona de la hoguera, donde mucha gente se mueve. A medida
que nos acercamos, mis oídos se sintonizan con el rasgueo en calma
de una guitarra acústica y una voz suave y dulce canturreando.
—Sí, Bryce siempre canta algo. Podrás detectarlo desde una milla
de distancia. ¡Después de unos días, te cansarás! —Tess y Delia
intercambiaron una mirada con las cejas levantadas.
PÁGINA 86
como una bandada de patos.
Tess gime.
Asiento.
PÁGINA 87
es la mejor maestra de magia que tenemos aquí. Todos los que alguna
vez entrenaron con ella pueden demostrarlo.
PÁGINA 88
Niego, sintiéndome satisfecha frente al cálido fuego.
Delia - enfermera
Nadine -
Mi pluma hace una pausa en el aire mientras suenan los gritos del
espectáculo de fuegos artificiales seguido de un gigantesco flash
blanco. Miro hacia arriba justo a tiempo para ver como una gran llama
atraviesa el aire, un enorme fuego artificial que se despliega desde sus
profundidades. Se transforma en un pájaro, luego en un elefante,
demasiado grande y demasiado brillante. La gente está nerviosa,
retrocediendo lentamente. No se desvanece como otros fuegos
artificiales. En cambio, solo crece más y más brillante.
PÁGINA 89
Intrigada, miro la llama transformadora mientras se eleva por el
cielo. Justo cuando parece llenar todo el cielo, comienza a dispararse
hacia la multitud de campistas.
PÁGINA 90
—Harlow, ¿qué está pasando? —repito, sosteniéndola
firmemente. Por un breve segundo, sus asustados ojos se encuentran
con los míos.
PÁGINA 91
Vuelvo a arrojarme a la basura, limpiando mi cara débilmente
mientras mis nudillos blancos cierran las manijas. Me dejan de lado
cuando alguien me golpea con fuerza masiva.
—Es doctora, así que tuvo que quedarse en la escena para ver a
quién podía encontrar. Ayuda a las personas que salieron lastimadas.
—No lo sé, fue una locura. Quiero decir, parecía este hechizo...
pero lo extraño es que son ilegales aquí en el campamento. Si te
encuentran haciéndolo, te echan. Es así de malo —dice nerviosa,
mordiéndose el labio mientras mira alrededor de la habitación.
PÁGINA 92
educadamente Bryce, la alegría habitual se fue de su tono—. Todos
estábamos allí para presenciar, y todos sabemos lo que pasó, así que
voy a hacerlo bien. Hubo un ataque sobre nosotros esta noche de
fuentes desconocidas. Por ahora, no tenemos víctimas mortales por la
explosión y solo unas pocas están heridas. Los que resultaron heridos
ya fueron llevados al hospital y permanecen bajo cuidados intensivos.
Tenemos fuerzas especialmente entrenadas buscando en el terreno
mientras hablamos, buscando evidencia. No tenemos mucha
información en este momento, pero podemos asegurarles que
estamos haciendo todo lo que está en nuestro poder para encontrar
al culpable. Una vez que lo hagamos, prometemos que pagarán un
alto precio por el peligro que nos trajeron a todos esta noche.
La multitud comienza a gritar, hablando entre sí en voces llenas
de ira y desesperación.
PÁGINA 93
—¡Hey, gente! —Harlow dice un poco más intensa esta vez,
dirigiendo el micrófono a su cara—. ¿Quieren escuchar esto o no?
Puede que no haya causado esto esta noche, pero soy un espía.
Estoy causando terror en privado al reunirme con el presidente y
contarle todos sus secretos para que pueda encontrarlos. Voy a
matarlos a todos.
PÁGINA 94
Sin un lugar donde esconderme, las lágrimas amenazan con
derramarse.
—Bueno, ¿no eres solo la cosa más dulce? —Harlow aparece por
detrás, burlándose mientras me mira de arriba abajo—. ¿Crees que
puedes caminar hasta aquí y exigir una respuesta? ¿Quién crees que
PÁGINA 95
eres?
PÁGINA 96
es ridículo. Todos estamos en el mismo equipo aquí. Sin ofender,
Kenadee, pero lo estamos manejando. Eres nueva aquí de todos
modos. No sabes nada de este campamento o de los problemas que
tenemos. Te he dicho muchas veces que no te preocupes.
Su rostro está a solo centímetros del mío, sus ojos color hielo se
clavan en los míos.
PÁGINA 97
Soy el monstruo que está a punto de destruirlos.
Mi corazón corre mientras cierro la puerta detrás de mí. Lanzando
mi chaqueta a través de la sala de estar en una súbita oleada de
emoción, dejo que las lágrimas calientes rueden libremente por mis
mejillas.
PÁGINA 98
revuelto por la ceniza y el humo, debo verme como un completo
desastre.
Resoplo.
—Bueno, si hubieras visto…
—No tienes que explicar lo que sucedió esta noche. Eran mis
planes, después de todo.
Él resopla.
Estoy boquiabierta. Si hay otro espía por aquí, tengo que trabajar
muy duro para demostrar mi lealtad. Si Reed incluso cree por un
segundo que yo podría estar de su lado, él no dudará en hacerme
pagar.
PÁGINA 99
Tiemblo, ya sea con miedo o enojo, no estoy muy segura.
—Había niños allí. Tú... tú... ¡Podrían haber muerto! No han hecho
nada...
—Estoy de tu lado.
—Bien, bien —una vez más, una lenta sonrisa se extiende a sus
labios—. Entonces dime lo que has aprendido hasta ahora.
—Oh, y Kenadee, intenta ser más feliz. Pronto, tendrás todo lo que
PÁGINA 100
siempre has querido.
***
—Sí —Tess hace una mueca—. Lo siento. Te diría que estuvo bien,
pero todos sabemos que no es bueno estar del lado malo de Harlow.
La gente estaba hablando de esa discusión que ustedes dos tuvieron.
¡Sonó muy ma… ¡Ouch! ¡Delia! —se enfurruña y frota el lugar donde
Delia le dio un codazo, mirando a su mejor amiga.
PÁGINA 101
libreta que había perdido en el desastre. ¿Quién sabe dónde podría
estar ahora o quién podría poseerlo? Hago una nota mental para
buscar en los terrenos después de entrenar esta noche.
***
—Mi punto es… —jadeo—. Simplemente no veo qué tiene que ver
esto con el entrenamiento de magia.
PÁGINA 102
—¿Qué estás haciendo? —me pongo de pie, mirando con
asombro mientras sus manos bailan en pequeños movimientos. La
habitación comienza a girar, transformándose lentamente ante
nuestros ojos. En un abrir y cerrar de ojos, el área de entrenamiento
tipo cueva está llena de equipos: armas, baratijas y una pared de
libros. Siento que se me escapa un aliento de asombro.
—Está bien, escucha. Solo voy a explicar esto una vez. La magia
funciona de manera diferente para cada persona, pero puedes
contar con algunos ingredientes clave. La primera y más importante
es la física —comienza Harlow, su expresión ilegible mientras se gira
hacia mí—. Tienes que quererlo. Debes ser consciente de tu propia
fuerza, estar en sintonía con tu mente y tus músculos. Todo es relativo.
—Bueno…
No dije nada.
—Bien —sus ojos azul hielo perforan los míos—. Vamos a hacer
entrenamiento físico todos los días para llevarte a donde debes estar.
La mediocridad es inaceptable a mis ojos. Odio el fracaso, la estupidez
y la pereza. Aprenderás magia. Entrenarás. Escucharás.
PÁGINA 103
—Sí, al igual que cualquier otra cosa en este mundo, tiene
limitaciones. La magia necesita algo de lo que alimentarse. No puedes
simplemente conjurar algo de la nada. Eso requiere una... rara forma
de magia.
—La magia es física, pero también es control. Tienes que ser capaz
de controlarte a ti misma, tus deseos y necesidades. Puede ser
peligroso y rápido, si no tienes cuidado. Entonces, comencemos con
las cosas divertidas —Harlow se quita la gorra de béisbol desteñida de
la cabeza y la arroja al suelo—. Vas a hacer que eso se mueva.
—¡Levítate!
PÁGINA 104
ejemplo.
—¡Levítate!
No pasa nada.
No pasa nada.
—De nuevo.
PÁGINA 105
Algunas horas después me siento en mi porche, enojada,
tratando de encontrar un hechizo de levitación en uno de estos
grimorios.
PÁGINA 106
magia, solo se rió y dijo, ‘Mi horario es gratis hasta la hora del almuerzo.
Tengo toda la mañana para llenar.’
―Oh, créeme, fue malo. Me avergüenza incluso que ella tuvo que
verlo ―dejo escapar una risa mortificada, luego señalo hacia la casa―.
Oye, ¿quieres un café o té?
PÁGINA 107
Sorprendentemente, él asiente.
―Creo que estarás bien aquí... y eso viene del corazón ―dice con
falsa seriedad, acariciando su pecho.
―No estoy tan segura de eso. Yo podría ser la bruja sin magia aquí.
Entonces, ¿qué será de mí? ―pregunto, solo medio en broma.
Chasquea su lengua.
PÁGINA 108
―Bueno, no sé, señorita Kenadee. Supongo que tendremos que
mantenerte, independientemente.
―No tan bien. Todos están bastante agitados por eso. Y el asunto
es, no podemos entender cómo sucedió. Ni siquiera puedes hacer
esos hechizos debajo de la barrera. Debería ser físicamente imposible
a menos que... ―se detiene. Una vez más, dijo demasiado.
Se ríe.
Lo golpeo bromeando.
PÁGINA 109
Juega con su taza, girándola con sus manos. La cerámica punza
contra la encimera y me preocupa que lo ofendiera. Me da una
mirada solemne.
― No estaba diciendo…
―¡Bryce Coughlin!
―Si quieres ser técnica, es Harlow quien lo hace. ¡No puedo hacer
hechizos mentales!
PÁGINA 110
pequeño dispositivo que se parece a mi comunicador.
―El deber llama. Gracias por el té, pero será mejor que tome esto.
―Oh, ¿y Kenadee?
―¿Hmm?
―Ve a mostrarle a Harlow que puedes patear traseros. ¡Creo en ti!
―me da un guiño pícaro antes de desaparecer, y no puedo evitar reír.
PÁGINA 111
Una semana más tarde, corro por el bosque, jadeando mientras
trato de coincidir con las largas zancadas de Harlow. El aire fresco de
la mañana prende fuego a mis pulmones mientras salto sobre un
tronco caído, viendo desesperadamente como la rubia desaparece
sobre la ladera. Me detengo para recuperar el aliento, las manos en
mis rodillas, y pienso en lo decepcionado que estaría Markus de mi
desempeño.
Pasos crujen sobre las hojas que se han esparcido por todo nuestro
camino cuando Harlow reaparece, levantando sus manos en el aire.
PÁGINA 112
―Alerta a los medios: ella bromea. Ahora, date prisa si quieres
recibir entrenamiento hoy. Si me derrotas, ni siquiera te obligaré a
hacer flexiones.
―¡Trato!
PÁGINA 113
observando.
Tienes esto.
―Oh vamos. Tienes que decirlo en serio, chica nueva. Tienes que
querer mover la gorra. Cada parte de ti. De nuevo.
Burbujas de frustración en mi pecho. Vamos, Kenadee. Hazlo.
Harlow no se impresiona.
―¡Lo estoy intentando! ―me quejo―. Tal vez algo anda mal...
PÁGINA 114
obtengo un solo movimiento de la gorra. Nada más que quietud.
Estoy furiosa.
―¿Oh si? ¿Sabes qué? Creo que estás llena de eso. Creo que
también lo sabes. No estás intentando...
―No es verdad…
PÁGINA 115
miedo. ¿Qué es, novata? ¿Miedo de ser un fracaso? ¿Qué fallarás en
la misión para la que fuiste enviada aquí?
Me pilla por sorpresa. Dejo caer mis manos, girando hacia ella con
alarma.
Mi silencio es su respuesta.
―Te he estado siguiendo desde que llegaste. No iba a permitir que
Bryce ganara y poner el campamento en peligro. ¿Qué te ofreció
Reed, chica nueva? Debe ser bastante bueno si estás dispuesta a
sacrificar un campamento completo de personas. Lástima que no te
dará lo que prometió. Él nunca lo hace ¿Qué? ¿Te dijo que te
devolverá a tu hermano?
―¿Cómo sabes sobre Eli? ―alarma suena en mis oídos. Ella sabía
todo desde el principio.
PÁGINA 116
torturados.
PÁGINA 117
―Piénsalo. Te daré esta noche. Pero piensa en ello si él llama.
Piensa en las vidas que estás destruyendo. ¿Y para qué?
PÁGINA 118
naturalidad, torciendo su rostro en una sonrisa divertida.
―¡Oh, sí!
Tantas mentiras.
―Vas a estar bien. En este momento, las cosas están tensas y todos
se levantan en armas, pero lo superaremos. Lo prometo. Las cosas
morirán en los próximos días y será como si nada hubiera pasado. Solo
un pequeño susto, nada que no podamos manejar. Y la magia vendrá
más fácil. Es difícil ahora mismo. Siempre lo es para principiantes.
PÁGINA 119
Llámalo imprudente o estúpido, pero todo lo que necesito es escapar.
Perderme en el bosque con Bryce, olvidar todo lo demás.
PÁGINA 120
Ninguno de nosotros se mueve. La voz de Bryce es baja, sin
embargo, tan fuerte entre la quietud y las hileras de árboles.
―No puedo hacer esto ―susurro, y juro que nada duele más que
esas cuatro palabras.
―No debería haberlo hecho, soy un líder. Yo… yo, eh, me tengo
que ir ―antes de que pueda detenerlo, desaparece de nuevo en los
árboles.
PÁGINA 121
―Espera... ¡¿Te besó?! ―chilla Tess, golpeando su mano con
entusiasmo en la mesa de la biblioteca y recibiendo una mirada de
muerte de la bibliotecaria. Todas las cabezas en la sala se vuelven
para mirarnos, pero a Tess no le importa. Se retuerce en su silla como
un cachorro demasiado excitado.
La callo.
―Grita un poco más fuerte la próxima vez, ¿por qué no? No creo
que te hayan escuchado en Canadá.
PÁGINA 122
brillantes zapatos de color rosa sobre la mesa y se balancea en su
asiento―. ¡Aquí, incluso te ayudaré!
―¿Harías eso?
―Si somos mágicos y tenemos todo este poder, ¿por qué nos
estamos escondiendo? ¿Por qué no matamos a Reed?
PÁGINA 123
―Pero, Harlow dijo que ese tipo de magia es rara... ―susurro,
pensando en mis propios poderes. Reed los llamó elite. Al escuchar
esto ahora, todo tiene sentido. Reed está reclutando solo a aquellos
con magia oscura. Si es tan poderoso como dice Harlow, Reed no
tardará en matar a la población mágica para siempre.
―Lo es, pero Reed los está rastreando. No hay muchos, pero lo
que les falta en números, lo compensan en poder. Sus poderes no son
como los nuestros, no hay muchos límites físicos en donde están
involucrados. Si quieren crear aleatoriamente algo de la nada,
pueden. Lo único que funciona en contra de ellos es que la mayoría
de los soldados de Reed son nuevos, lo que significa que tienen un
arsenal bastante limitado. Ese tipo de magia es más oscura, por lo que
los debilita. Los inexpertos tiran algo fácil si usan demasiado a la vez.
Sin embargo, sus poderes son más fuertes, sus hechizos básicos podrían
matarnos. Tomaría mucho para derrotar incluso a uno nuevo.
PÁGINA 124
Me da una sonrisa de complicidad.
―Se paciente. ¡Las cosas buenas están por venir, amiga mía!
***
Deje la biblioteca tarde, en parte porque Tess no sabe cómo dejar
de hablar, lo que probablemente se debe al hecho de que roció unos
diez paquetes de azúcar en su café, y porque Harlow hace las pruebas
aún más difíciles que sus sesiones de entrenamiento. Tess bosteza,
estirándose como un gato.
PÁGINA 125
y en un mundo lleno de Reed, no puedo determinar cuáles podrían
ser.
PÁGINA 126
Cuando él no dice nada, envuelvo mis brazos sobre mi pecho, de
repente desesperada por esa pequeña y vana comodidad.
Me da una mirada.
PÁGINA 127
Las lágrimas borran mi visión mientras camino hacia la puerta y él
me deja. Dejo que la puerta caiga detrás de mí, toda la tristeza y la
rabia nadan hacia arriba. Un gemido amortiguado se escapa de mis
labios mientras me llevo la mano a la boca, llorando lo que podría
haber sido.
―¿Ken?
Trago, odio estar llorando, sentirme así; odio a Reed por obligarme
a hacer esto.
―Vete.
Y todavía…
PÁGINA 128
Todavía. Todavía. Todavía…
—¿Te das cuenta de que mirar un grimorio cerrado no te ayudará
a memorizarlo? Confía en mí, en mis días de aprendizaje de magia, lo
intenté —Bryce saca una silla, haciéndola sonar contra el concreto y
se sienta, deslizando mi café hacia mí.
PÁGINA 129
luego presionando la tapa hacia abajo.
—Maldita sea, es tarde. Tengo que irme. Tengo una reunión previa
al encuentro con el equipo de seguridad —agarra el café con una
mano y se inclina para besarme la frente. Mi corazón se salta un latido
mientras se aleja—. ¿Qué tal si te preparo la cena esta noche?
PÁGINA 130
la reunión posterior a la reunión —me levanto también, buscando mi
mochila. Ya casi es tiempo del entrenamiento y no quiero llegar tarde.
***
PÁGINA 131
minutos que te perdiste. Vamos.
—¿Esto es legal?
PÁGINA 132
Ella me mira con ironía.
PÁGINA 133
Entra en su mente. Eso es todo lo que tienes que hacer.
—Lo que sea —se burla—. Hazlo de nuevo. Lo hiciste bien para ser
la primera vez, pero tienes que hacerlo en serio —se inclina aún más
hacia atrás, levantando una ceja, burlándose de mí.
Siento que rompo a través de sus barreras una vez más, flotando
en la inmensidad de la etapa intermedia. Estoy a la mitad del hechizo,
solo tengo que llegar a sus recuerdos. Siento que mi cuerpo se pone
tenso, centrado en el resultado.
Ve a sus recuerdos.
PÁGINA 134
—No es tan fácil, ¿verdad? No puedes dejar que la gente te
saque de esa manera. Tienes que esforzarte más para entrar o no vas
a llegar a ningún lado. Inténtalo de nuevo, y esta vez, hazlo en serio.
Quieres entrar en mi cabeza, ¿verdad? Intenta más, piensa más. Sé
mejor que yo.
PÁGINA 135
de la esquina.
—¡Harlow, basta ya! ¡No soporto ese sonido! —una mujer se para
en la cocina, con un cigarrillo entre sus dedos, que están apretados
alrededor de una botella de cerveza. Incluso desde muy lejos, puedo
ver cuánto se parece a Harlow. Ella tiene el mismo cabello de color
pálido, el mismo pequeño marco.
De repente, temo por esta mujer. Todavía puedo sentir la vida real
de Harlow frente a mí, su tristeza, miedo y rabia nublando sus
recuerdos.
PÁGINA 136
—Lo siento, cariño —ella le da una sonrisa temblorosa—. Tuve un
día estresante, eso es todo. Estos malditos niños me dan ganas de
arrancarme el pelo. Mi…mira, ¡estoy haciendo bistec solo para ti! He
vendido lotes hoy y pensé que te compensaría por haberte enojado
ayer.
Sus amigos hablan en voz alta mientras sus zapatos chocan contra
la acera. No creo que ella esté escuchando, sin embargo. Puedo sentir
el miedo dentro. Ella no quiere irse a casa.
PÁGINA 137
Ella sigue la pista de su madre, el bebé ahora tranquilo sobre su
cadera, ya que se adhiere a su camisa. Está acostumbrada a Harlow.
Está claro que ella es más madre que su madre real.
—¡Harlow! —un niño viene corriendo, solo unos pocos años más
joven que ella. El bebé del primer recuerdo. Él agarra su cintura, y ella
lo abraza con la misma fuerza.
Asiente.
PÁGINA 138
—Está bien, no le digas a nadie sobre esto. ¿Entendido? O estaré
en un gran problema —se arrodilla, al nivel de su frente—. Sano —dice
en voz baja. Ella tiene confianza. Ha hecho esto antes.
PÁGINA 139
Ella es ignorada por el intercomunicador, en cambio, la puerta se
abre de golpe cuando un equipo de guardaespaldas entra
pululando, rodeando al presidente mismo. Aunque es una versión más
joven, Reed se ve casi exactamente igual.
—Dije…
PÁGINA 140
acerca de las cosas que va a decir.
PÁGINA 141
—Ese era el presidente Reed —tartamudeo estúpidamente,
escaneando la cara de Harlow en busca de una explicación.
PÁGINA 142
son... más puros. ¿Recuerdas lo que te conté sobre la magia oscura?
Asiento y continúa.
—Soy una de esas brujas. Así como tú… ¿no es así? Creo que Reed
ha dejado que te escapes, ¿no?
Asiente.
PÁGINA 143
lado—. Reed... me dijo que me eligió por mis poderes.
—Te he estado siguiendo desde que viniste aquí. Esa noche fuiste
tú quien prendió esos fuegos artificiales.
Harlow niega.
PÁGINA 144
—Eso no es posible. Estuve con Tess y Delia toda la noche.
Excepto... —pausa, la comprensión se acerca a mí. Estuve con ellas la
mayor parte de la noche, pero se fueron para ver los fuegos
artificiales—. No... ¡no hay manera! Recuerdo que estaba allí
sentada...
PÁGINA 145
rápido para mi pecho. Parece que no puedo recuperar el aliento. Les
hice esto. Es mi culpa. ¿Qué más podría haber hecho Reed conmigo
sin mi conocimiento?
PÁGINA 146
Pero vale la pena pelear si lo destruimos. Creo que estoy dispuesta a
arriesgarme por la causa. Realmente no me gusta la idea de que él
tenga poder sobre el mundo. Él es un mal tipo. ¿Realmente quieres
todas nuestras muertes en tus manos?
***
Salto cuando una voz familiar grita mi nombre, demasiado
perdida en mis pensamientos para notar a Tess corriendo para
alcanzarme detrás.
PÁGINA 147
—No te preocupes. Estoy aquí —miro ansiosamente a la pelirroja.
Algo definitivamente la está molestando. Su alegría habitual se ha ido,
reemplazada por morderse las uñas y gotas de sudor en la frente.
PÁGINA 148
—¿Alex? —pregunta tímidamente.
PÁGINA 149
¡Muerto, muerto, muerto!
Bryce abre la boca para hablar de nuevo, esta vez el horror visible
en sus ojos.
—Al…
PÁGINA 150
Me siento con las piernas cruzadas en la cama de Mia, una de las
hijas de Nadine y Jay, leyéndole una historia antes de dormir con una
voz ridículamente aguda que la hace reír. Desafortunadamente, no
puedo fingir que estoy tan feliz, los pensamientos sobre Alex siguen
llegando a mi mente. Justo a plena luz del día con personas en todas
partes. El atacante claramente no estaba preocupado por ser
atrapado.
—Pero…
PÁGINA 151
Cierro la puerta, haciendo caso omiso de sus protestas, y espero
un momento para asegurarme de que no se está levantando de la
cama. Cuando ella no sale, voy de puntillas arriba para limpiar la
cocina, devastada por las costras de pizza, salsa derramada y migas
como polvo en los asientos. Me duelen los ojos, hinchados por el llanto,
mi mente todavía completamente entumecida por los
acontecimientos de hoy.
PÁGINA 152
mediana edad con líneas de expresión y cabello canoso. Parece el
tipo de persona que siempre tiene una sonrisa. Él me da un gran pago.
PÁGINA 153
—Bueno, tendríamos que proporcionar algún tipo de distracción.
Desafortunadamente, esa es la parte que tendríamos que resolver —
su boca se endereza en una línea—. ¿Quién sabe incluso que
sucederá? Todo depende de nuestra gente. No están demasiado
decididos a dejar la seguridad de estas paredes o poner en riesgo
nuestro campamento. Quién sabe si incluso encontraremos los
números para llevarlo a cabo, ¿sabes?
—Quiero entrar.
—Siéntate y hablemos.
PÁGINA 154
lo que quiere escuchar por ahora. No le des ninguna razón para
causarles daño. Me ocuparé de todo lo demás.
—Creo que lo superará —solté. Ella mira con odio, pero no dice
una palabra más ya que automáticamente me transfiere al
presidente.
PÁGINA 155
miro sin esperanza, preguntándome si incluso quiero la respuesta.
—Yo…
PÁGINA 156
Una sonrisa se dibuja en su rostro.
—¿Q…qué?
Él quiere a Harlow.
Mañana.
—Me escuchaste, querida niña. Mis soldados y yo ya estamos
preparados. Sabemos que no será problema para ti. Has tenido todo
este tiempo, seguramente ya sabes cómo romper la barrera. Solo
necesito unos minutos.
PÁGINA 157
—No veo cómo eso es asunto tuyo, Kenadee. Ten en cuenta que
Harlow ha intentado implacablemente poner en peligro nuestra
misión. Ella tiene suerte de que no la mate en el momento en que la
tenga en mis manos.
Asiento rápidamente.
—Lo entiendo.
PÁGINA 158
Golpeo mis nudillos en la puerta del edificio de seguridad,
diciéndome por enésima vez que esto es por mi familia, y que
podemos salvar a Harlow si el campamento continúa con el ataque.
No puedo salvar a mi hermano si está muerto.
Antes de que pueda derribar la barrera para Reed, tengo que
encargarme del sistema de seguridad. Originalmente esperaba poder
usar un hechizo mental para que los guardias lo derribaran, pero
desafortunadamente, el hechizo requiere más que su magia básica.
Requiere poderes oscuros, como el mío.
Entonces, primero lo primero, necesito asegurarme de que el
equipo de seguridad no sea una amenaza.
El pomo de la puerta se agita y aparece un guardia, dándome
una mirada molesta mientras sale al pasillo.
—¿Qué deseas?
—¿Puedo entrar? —bato mis ojos para el efecto.
Sus cejas oscuras se surcan.
PÁGINA 159
—Lo siento, soy el único de servicio, necesito estar trabajando,
no…
Él es lento. Lanzo mis poderes con todas mis fuerzas. Harlow me
había enseñado solo los conceptos básicos del hechizo de la mente,
no el aspecto real del control. Aprieto los dientes, sintiendo que mi
magia atrapa algo.
Cogido por sorpresa, su mente está abierta. Me deslizo adentro,
mirando como sus pensamientos y recuerdos pasan a toda velocidad.
Casi me río de emoción. ¡Lo hice!
Sonriendo dulcemente al guardia, pongo a prueba mi control.
—Ahora, aléjate y déjame pasar.
Él hace lo que le pido, movimientos parecidos a los de un
perezoso mientras mantengo un estricto control sobre su mente.
Pateando mis tacones negros designados para el funeral, cierro la
puerta detrás de mí. Se queda quieto, demasiado atrapado en mi red
mágica para ser liberado.
—Reiniciarás el hechizo de seguridad esta noche. No antes, no
más tarde.
Él asiente obedientemente y se aparta mientras vuelvo mi
atención a deshacer el hechizo que rodea la ciudad. Es casi como los
sistemas de alarma que solíamos tener en el mundo no mágico; ciertos
hechizos o acciones pueden desencadenarlo. Muevo mis manos
sobre el ojo de la cerradura y comienzo a cantar. Hay un ligero crujido
en toda la habitación, luego explota mi magia, corriendo a través de
mí con furiosa intensidad. Sonrío para mis adentros porque hay un
fuerte crujido y todo se calma nuevamente. Algo pesado y frío al tacto
aterriza en mis manos.
Una llave.
Me concentro una vez más en el ojo de la cerradura, tratando de
recordar el hechizo del grimorio. Era uno viejo que encontré en el
fondo de mi pila de libros, espolvoreado y mugriento, pero con una
notable cantidad de hechizos de magia oscura.
Tenía todo lo que una persona podía imaginar, desde hechizos de
defensa básicos hasta hechizos de seguridad como este y control
mental. Me quedé despierta leyéndolo toda la noche, sin poder
PÁGINA 160
dormir. Quien lo donó a la biblioteca claramente olvidó que este
hechizo estaba allí. Me pregunto por qué esto cuando la clave se
desliza dentro y el hechizo se deshace con un zumbido eléctrico
moribundo.
Me vuelvo justo a tiempo cuando una puerta detrás de mí se
abre, un guardia sorprendido me mira boquiabierto. No espero un
segundo, poniendo un hechizo de defensa a prueba. Lo aprieto
contra la pared, pero se da cuenta de lo que está pasando. Él se
retuerce, haciendo que mi agarre mágico vacile un poco.
Hago mi movimiento, soltándolo y reemplazando el antiguo
hechizo con control mental. Él lo ve venir y levanta una mano. La luz
crepita arriba mientras el guardia la saca del dispositivo, brillantes
chispas emiten desde arriba. Apenas tengo tiempo para saltar del
camino cuando choca contra la pared detrás de mí con un estallido
horroroso.
Yo no espero. El hechizo de la mente se arrasa desde mí una vez
más, atrapado en un solo recuerdo.
Lo veo desplegarse: este guardia, una niña, mirándolo fijamente
con los ojos muy abiertos. Ella sonríe tímidamente, mientras el guardia
se inclina.
Mientras fuerzo esta memoria para reproducir, el control del
guardia disminuye.
—Así es —le susurro—. Solo déjalo ir.
—Suéltame... —repite, dejando que sus manos caigan inerte a los
costados. Me muevo lentamente, como si fuera un animal que trato
de no asustar. Suspiro, sintiendo mis manos temblar con la intensidad
de controlar a ambos guardias a la vez—. Ahora. Ambos se olvidarán
de todo esto. No sabes nada sobre el campamento siendo atacado.
Es un día normal y seguro, y ustedes solo estaban haciendo
mantenimiento en la frontera. Regresen a su trabajo, olviden mi cara.
Miro hacia adelante y hacia atrás entre los guardias. Ellos se
quedan boquiabiertos, bocas abiertas. Juntos, asienten. Aprieto la
mandíbula, alejándome de sus mentes.
Mientras caen al suelo, alcanzo mis tacones y escapo al pasillo.
Los preparativos del funeral han comenzado.
PÁGINA 161
***
PÁGINA 162
Retrocedo para examinar mi obra, nada más que un tramo de
carretera y bosque más allá de los límites de la ciudad. Las fronteras
están abiertas. Ahora, Reed puede entrar a las paredes del
campamento.
PÁGINA 163
arremolina, con algunas cabezas mirando mi aspecto harapiento. Los
ignoro, agradeciendo en silencio la altura que mis tacones me dan
mientras mis ojos escudriñan a la multitud en busca de Harlow.
—Hola.
—Probablemente deberíamos buscar un asiento. Empezará en
unos pocos minutos —dice Delia, luego frunce las cejas—. Hola, Ken,
¿estás bien?
—¿Harlow?
PÁGINA 164
hombro, tomándola por sorpresa. Ella salta, alejándose. Cuando ve
que soy yo, suspira.
—Por favor, no digas nada. Yo solo... tuve que salir —su voz es un
susurro tembloroso, lo cual me asusta. Nunca he visto este lado de ella,
incluso después de invadir su cabeza y ver los recuerdos dentro.
Harlow no se descompone. Ella no llora. Harlow pelea.
—Lo sé, júzgame todo lo que quieras. Fue lo único que pudo
ayudarme después de que escapé. Reed lo hizo realmente bien.
PÁGINA 165
Nunca supe qué era un ataque de pánico hasta que un día estaba
en una reunión con Bryce. Algo me disparó y lo perdí. Llorando,
gritando, todo. Afortunadamente era Bryce, pero ya no podía
manejar la vida cotidiana —ella se detiene, inhalando, y exhalando
lentamente—. No lo hago mucho, excepto cuando realmente lo
necesito. Tess me sorprendió una vez y me gritó sobre tener cáncer
durante tres días seguidos. Le dije que no me importaba. ¿Por qué
debería?
Niego.
—¿Cómo escapaste?
—La primera vez no fui yo, sino otro poderoso mago quien nos
sacó a todos. Desafortunadamente, todos fuimos atrapados y se nos
dieron estas bellezas por la desobediencia. Reed tiene una
sorprendente cantidad de personas mágicas que trabajan para él,
pensando que les facilitará la salida. Se supone que es una muerte
PÁGINA 166
horrible —dice, tirando del hombro de su vestido de nuevo.
PÁGINA 167
jaula. Un hechizo vuela hacia ella y con un golpe de su mano, ella lo
refleja de nuevo a su dueño. Otra ronda de chispas azules brillantes
emite de las manos de alguien. Lo ve, pero no es lo suficientemente
rápida. Una segunda persona se une, combinando sus poderes. Luego
un tercero y un cuarto, y…
PÁGINA 168
A pesar de que su boca está ahora cubierta, puedo escuchar las
obscenidades claras como el cristal. El presidente se ríe, volviéndose
hacia mí.
PÁGINA 169
sucediendo. La puerta se abre de golpe y mi madre es arrastrada a la
habitación. Ella está flácida y cubierta de sangre. Doy una palmada
en la boca con horror.
—Mátala.
Grito, sin poder hacer nada. Las lágrimas corren por su rostro
mientras veo a mi madre retorcerse en sus brazos. Es de mi tamaño,
apenas más de cinco pies de altura. Se necesita un soldado para
enviarla gritando al suelo. Sus voces cantan en un hechizo bajo y
melodioso. Lo reconozco de un grimorio al instante. Es un hechizo de
magia oscura, para que el ejército de Reed lo logre.
PÁGINA 170
estado mi madre. La maté. La maté. La maté.
PÁGINA 171
—¿Kenadee? ¿Dónde estás?
—¡Vete!
PÁGINA 172
Todas las cabezas se vuelven en mi dirección mientras me muerdo
el interior de la mejilla. Reed asesinó a mi madre. Fui estúpida por
confiar en él, estúpida al pensar que la perdonaría. Aprovechó la
oportunidad para declarar su poder sobre mí, para hacerme ver como
la había asesinado. Me volví en contra de Harlow para tratar de
salvarlos, y mi madre murió de todos modos.
—Sí, está bien —puedo decir que está confundido, pero no le doy
nada más para que se calme en este momento. Tengo que decirle.
Tengo que dejarlo salir.
***
PÁGINA 173
su mirada. Bryce, siempre tan dulce y amable, siempre tratando de ver
lo bueno en las personas. Bueno, probablemente hasta ahora.
—Lo que sea, Kenadee —su voz es fría y dura, me desgarra con
fuerza brutal—. Solo hazme un favor y aléjate de todos nosotros. Has
hecho suficiente daño.
***
PÁGINA 174
Estoy sentada entumecida, insegura de a dónde ir o cómo
sentirme. Mis ojos se sienten extrañamente secos, como si no me
quedaran más lágrimas para dar. Tess y Delia se arrastran por la puerta
después de que él se va, preguntándose sobre todos los gritos.
PÁGINA 175
Jay me lleva en silencio por la oficina de Bryce y de Harlow,
llevándome más allá de Julie, hacia una puerta de armario en el
extremo de la habitación. Sus dedos tocan la puerta de la bóveda en
un patrón extraño, cada movimiento haciendo un sonido de clic
profundo.
—Da un paso atrás —advierte con voz ronca, agarrándome justo
a tiempo cuando la puerta se abre de repente, casi llevándome con
su fuerza.
Trato de seguir adelante para mirar dentro de la habitación, pero
el hombre se lanza a por mi brazo.
—Todavía no —tenemos que esperar a las escaleras.
—¿Las escaleras? —repito con voz ronca.
Un clic mecánico fuerte ahoga su voz mientras me giro. Las luces
parpadean, una por una hasta que toda la habitación está iluminada.
Efectivamente, las tablas de madera vuelan por todas partes,
PÁGINA 176
organizándose cuidadosamente pieza por pieza en forma de una
gran escalera. Una vez que llegan a nuestros pies, me empuja hacia
adelante.
No hay nadie más aquí, a pesar de la línea de celda en cada
pared. No nos detenemos hasta llegar a la última, que se ilumina con
luces fluorescentes cegadoras. Hay un único catre y un inodoro tras lo
que supongo es una barrera clara.
Jay me empuja contra una pared, una vez más, haciendo caso
omiso de mis protestas cuando clava una aguja en mi brazo. Una vez
que ha acabado con el líquido azul, abre mis cadenas y me empuja
dentro de la celda.
—¿Qué fue eso? —mi cabeza se siente mareada. Parpadeo,
apoyándome contra el catre.
Chasquea sus dedos mientras el cierre del gabinete negro suena
y se abre. Remueve a través de un montón de archivos, sin mirarme.
—Un sedante para brujas y magos. Restringe los poderes, te
debilita para que no puedas utilizar tu magia.
Fijo mi mirada en mis manos temblorosas, ahora inútiles bajo el
hechizo de la droga. Jay garabatea su firma en un trozo de papel y lo
pega en lo que asumo que es mi archivo, después chasquea los dedos
de nuevo, mientras el gabinete se cierra. Vuelve hacia mi celda,
mirándome con ojos marrones oscuros.
—No sé cómo lo conseguiste, Keenade Coria, pero me temo que
estás metida en muchos problemas.
Trago.
—Lo sé.
Se pasa la mano por su barba, haciendo una mueca.
—Mira, Bryce está enfadado ahora. todo el mundo, y con razón
así que…
—Yo…
Levanta una mano para detenerme.
—Pero Bryce me contó tu historia. No estaba seguro de qué hacer
con la traidora que tan desesperadamente quería salvar a su
hermano... —da un paso más, con bondad en sus ojos—. No quiero
PÁGINA 177
que renuncies todavía. Lucha con todo lo que tienes, niña, porque
mirándote sé que no estás satisfecha con tus decisiones. ¿Sabes por
qué Bryce es tan bueno en lo que hace?
Niego y él sonríe.
—No porque tenga el cerebro de Harlow o habilidades de
combate. No... lo que hace de Bryce un gran líder es su compasión.
Tiene esta rara, y a veces ingenua, tendencia a ver lo mejor de la
gente. Si eres inteligente, podrás cambiar esto y empezar a actuar
como la Kenadee Coria que él ha visto. Incluso un viejo como yo podía
ver lo enamorado que estaba de ti.
Y con eso, me deja con mis pensamientos.
***
PÁGINA 178
Mueve su cabeza, pasándose una mano por su pelo de castaño
en frustración.
—No sé qué hacer, Ken, pero Jay insistió que viniera a hablar
contigo. ¿Cómo podemos arreglar esto?
—No estoy segura —suspiro, apoyada en la pared.
Sus ojos esmeralda parpadean.
—No puedo simplemente olvidarlo. Sé que lo estabas haciendo
por tu familia. Entiendo que Reed te ha estado amenazando, pero…
—Pero ¿qué, Bryce? —elevo mis manos al aire, sin poder hacer
nada—. Dime, ¿qué harías? ¿Harías todo lo posible por salvar a tu
familia, Bryce? ¡Porque ese es el tipo de persona que soy! Tal vez soy
egoísta, pero no pretendas por un momento que no me siento mal por
cada cosa que he hecho desde que vine aquí. No puedo dormir, casi
no puedo comer. Todo lo que veo es la cara de Harlow cuando la
entregué. ¡Mírame, Bryce! ¡No te des la vuelta! —mi voz se quiebra con
el ruego, pero me obedece.
Hay emoción pura nadando en esos ojos verdes brillantes. Siento
mi corazón rompiéndose en varias piezas mientras se queman. Por un
segundo, él es mío de nuevo y esto nunca ha ocurrido. Pero cuando
él rompe el momento, bajando su mirada, sé que las cosas no serán
nunca iguales.
Su mirada penetrante no se eleva de nuevo. Después de un
segundo, dice:
—Tendremos una reunión de campamento para salvar a Harlow.
Haremos lo que podamos para salvar también a tu familia.
—Déjame ayudar —le ruego.
Su mandíbula tensa.
—Mira, hablamos como grupo y la única razón por la que te
dejaré salir, es porque vas a venir a la Casa Blanca con nosotros a
liberar a Harlow y al resto de prisioneros. Necesitamos tus poderes, son
más fuertes que los nuestros, son la única oportunidad que tenemos.
Hicimos el hechizo de seguimiento para que podamos ver cada uno
de tus movimientos. Estarás monitorizada veinticuatro siete. Cualquier
cosa sospechosa y acabarás de vuelta aquí, ¿entendido?
Asiento rápidamente, la emoción brotando dentro de mí. Lo
PÁGINA 179
vamos a hacer. Vamos a liberar a Eli.
—¡Gracias!
—No me des las gracias. Sólo pruébame que eres buena para
algo —susurra, acercándose a la barrera y poniendo su palma contra
su umbral. Cierra sus ojos en concentración mientras la barrera
empieza a temblar.
Me quedo en silencio, mientras parpadea, y luego se deshace.
Bryce abre sus ojos, mirándome.
—Eres libre de irte —dice en voz baja.
—Bryce…
No sonríe mientras se hace a un lado para permitir que pase.
—No creas que esto cambia nada.
—¿Puedo por lo menos intentarlo? —quiero tan
desesperadamente que diga que sí, que me agarre, que me sostenga
cerca. En cambio, se queda firmemente plantado, su ceño fruncido y
un vago interés en sus ojos. Continúo—. Os puedo contar lo que Reed
ha previsto para este campamento. Te diré todo lo que sé.
PÁGINA 180
Estoy sentada en la silla de la oficina al otro lado de Bryce mientras
se inclina sobre su escritorio, escuchando en silencio. Le digo todo lo
que sé, todo lo que debería haber dicho desde el momento en que
puse un pie en el campamento. Cuando acabo, él exhala
bruscamente y se balancea hacia atrás en su asiento.
—Vaya... No puedo creerlo. Realmente hay más como tú…
¿espías?
—Yo era un espía —le corrijo—. Y sí. Sólo uno por lo que sé. Se lo
conté a Harlow antes…
—¿Y no tienes ni idea de quién podría ser?
—No —admito— ¿Pero puede el equipo de seguridad averiguar
algo?
Se muerde el labio, perdido en pensamientos.
—No es tan simple. No ha habido ninguna actividad sospechosa
en absoluto... quien sea, ha estado en la sombra desde hace un
tiempo. Miraré en la oficina de Harlow y buscaré… si alguien averiguó
PÁGINA 181
algo, sería ella.
Me retuerzo las manos, mariposas en mi estómago.
—Así que, cuéntame nuestro plan. ¿Cómo vamos a salvarla?
—No es nuestro plan. Mi plan —dice con firmeza—. No vienes,
¿recuerdas?
—¡Vamos, Bryce! ¿No te parece que le debo el ayudarla?
Además, mi hermano y mi madre están ahí... Tengo que hacer algo.
¡No puedo simplemente quedarme sentada de brazos cruzados!
—No —dice, caminando hacia la puerta y manteniéndola
abierta—. Ahora ve a limpiarte antes de la reunión de esta noche. Sin
ofender, pero tu comentario sobre matar insectos no estaba tan
alejado de la realidad.
—Pero…
—Vete.
Golpeo la pared furiosamente mientras la puerta se cierra tras de
mí, saltando cuando me doy cuenta de que no soy la única en la
habitación. Julie la secretaria se ríe por lo bajo mientras paso por su
lado.
—¡Adiós pequeña presidiaria enfadada!
***
PÁGINA 182
obstinadamente dirigidos adelante. La conversación se tambalea
mientras los ojos de todos ansiosamente siguen a uno de sus líderes.
Escucho algunos susurros, menciones del nombre de Harlow. Miro
adelante, mordiéndome el labio.
En el podio, Bryce espera pacientemente, mirando a todas las
caras hasta que el ruido se silencia por completo. Su cara tiene un
aspecto diferente de esta noche, tiene un inusual ceño fruncido, sus
labios fruncidos por la preocupación. Evita por completo mirarme,
mirando a todas partes excepto a mí.
La traidora
—Quiero agradeceros a todos por estar aquí esta noche. Me
disculpo porque sea tan tarde, sin embargo, tenemos un problema de
riesgo de la seguridad que todos tenemos que discutir. Dado que nos
estamos acercando a la hora de la cena, voy a hacerlo breve.
La habitación está misteriosamente silenciosa, todos los ojos
mirando hacia adelante. Bryce se aclara su garganta y continúa.
—Amigos, una fuente me ha dicho que ha habido más de una
persona asociada con Reed en este campamento —muchas cabezas
giran en mi dirección mientras Bryce continúa—. Todo
comportamiento sospechoso tendrá que ser reportado
inmediatamente. De no hacerlo, significa que estáis poniendo en
peligro el campamento, y se aplicarán las sanciones
correspondientes.
Hace una pausa, sus dedos bailando con nerviosismo en el borde
del podio.
—Para aquellos que no lo saben, hace poco Harlow fue
entregada al presidente. Hemos aprendido por una fuente interna
sobre los planes de Reed. Pronto, temo que él también vendrá por
nosotros.
Cierro los ojos, luchando contra el aguijón de sus palabras, la
verdad tras ellas. El público comienza a parlotear fuertemente por la
preocupación.
—Entonces, ¿qué vas a hacer? —suena la voz de un hombre entre
la multitud.
Cruzo mis brazos, mordiéndome el labio. Tengo que estar
tranquila. Tengo que probarme a mí misma, demostrarme que puedo
PÁGINA 183
hacer esto. Puedo redimirme a mí y a este campamento. Por
desgracia, sólo hay una forma que asegure que ganemos. Tenemos
que combatir fuego con fuego. Tenemos que derrotar a Reed. A
juzgar por las caras preocupadas de la multitud, parece que todos lo
saben también.
La cara de Bryce revela el miedo que todos estamos sintiendo.
Está tan preocupado como nosotros. Sin Harlow, no tiene a nadie con
quien tomar las decisiones. Está totalmente sólo, con todas estas
personas por las que preocuparse y cuidar. Tiene miedo de fracasar.
—Tenemos que luchar. Es la única manera —admite con
nerviosismo.
Una mujer grita, su voz aguda por el miedo.
—¡Tenemos niños! ¿Esperas que luchemos? ¿Contra Reed, de
todas las personas? Él tiene todo el país de su lado. ¡No hay manera
de que podamos ganar!
—Sé que da miedo. Pero no se detendrá hasta que llegue a
nosotros, eso está confirmado. ¿Todas esas cosas que hizo, la gente
que usaba y destruyó? ¿Alex? ¿Harlow? Es un juego para él. Viene por
nosotros; está tratando de atraernos para que salgamos. Y creo que
tenemos que luchar. No podemos dejar que nos haga esto, a nuestra
gente. Abrid los ojos. ¡Es nuestro turno de ganar! —dice Bryce,
furiosamente—. Entiendo que todos en el campamento tenemos
familias, niños, ancianos, es por eso por lo que estoy pidiendo
estrictamente sólo a voluntarios. Si creéis en esta lucha. Si queréis la
libertad, entonces por favor apoyadnos.
Por el rabillo del ojo, veo la cabeza de Delia girándose hacia mí.
Capto su mirada por un breve segundo antes de que baje sus ojos
marrones al suelo.
A mi lado, Jay eleva su mano en el aire para captar la atención
de Bryce.
—¡Cuenta conmigo! —dice como voluntario.
—¡Gracias, Jay! —esta vez Bryce le reconoce, mirando más allá
de mí, decidido a ignorar mi presencia—. Alguien…
—Voy a luchar también —es interrumpido por Benson, de todas
las personas, quien, a pesar de ofrecerse voluntario para la causa, no
se ve como si le importase nada en el mundo.
PÁGINA 184
Poco a poco, la gente comienza a levantarse de sus asientos.
Hago contacto visual con Tess y Delia mientras se levantan para
ofrecerse voluntarias. Unas pocas filas tras ellas, Kenzie se levanta,
moviendo su largo pelo marrón sobre su hombro mientras lo hace. Hay
como una docena de personas, que no es mucho, pero al menos es
algo.
Bryce está visiblemente satisfecho, con una sonrisa en sus ojos
cuando mira orgulloso a su nuevo ejército.
—Gracias a todos lo que os habéis ofrecido voluntarios. Nos
encontraremos a las 8:00 a.m. mañana por la mañana para discutir la
estrategia. No lleguéis tarde.
Sus ojos se posan finalmente sobre mí, una advertencia silenciosa.
La escucho alto y claro. Ni se te ocurra hacer nada.
PÁGINA 185
Tengo mucho cuidado de lavarme el pelo a la mañana siguiente,
masajeando mi cuero cabelludo con cuidado al esparcir las
espumosas burbujas a través de ella. Cierro los ojos y dejo que el agua
corra por mi cara mientras descanso mi cabeza contra las baldosas.
Bryce vino a mi puerta anoche después de la reunión de estrategia de
la redada a la que no se me permitió asistir, y me dijo que nos íbamos
esta mañana a las siete.
PÁGINA 186
hoyuelos, o la arruga de su nariz. La gente lo adoraba. Me pregunto
cuánto ha cambiado, cuánto ha llegado Reed a él. No sé si estoy más
ansiosa o emocionada.
Se ríe.
PÁGINA 187
realmente quiere estar aquí o no.
Espero que duela, pero no siento nada cuando abro mis ojos con
el sol cegador. Los árboles se elevan por encima de mí, arrojando sus
hojas de color rojizo. Incluso uno cae sobre mi nariz, revoloteando
suavemente en el viento.
Estoy en una acera, los lugares y los sonidos de la ciudad por todas
PÁGINA 188
partes. A lo lejos suenan las sirenas, la gente está a nuestro alrededor,
sin importarle nuestras formas esparcidas.
Él se pone de pie.
—Quise decir no mágicos. Los magos de Reed, por otro lado... nos
pueden ver. Tienes que bajar la barrera ahora Kenadee.
Uno por uno, cada miembro del equipo toma su posición, listos
para luchar. Más guardias comienzan a aparecer, sus radios zumban
fuertemente en voz alta. La pared no se mueve.
Aprieto los dientes, sintiendo que se acercan cada vez más. Todas
esas semanas en prisión tomaron su peaje: mi magia vacila debajo de
mis temblorosas manos.
PÁGINA 189
—¡No la sueltes! —Bryce ordena—: Mantente en el suelo.
¡Prepárate para luchar cuando se rompa la barrera!
—¡Esta funcionando!
Lanzo mis poderes hacia delante con toda la fuerza que puedo
encontrar. Los demás son lanzados a la fuerza mientras mi hechizo
golpea la grieta. Con un sonido como un vidrio roto, la barrera se
rompe.
PÁGINA 190
En algún lugar, mis amigos continúan hablando. En lo alto, la ligera
brisa se convierte en huracán; sus voces se hacen más fuertes a
medida que la guardia femenina mira horrorizada. Aprovecho su
distracción, los entrenamientos de Markus y Harlow me ponen en
marcha. Me alejo de la guardia y me pongo de pie, golpeándola
como un jugador de fútbol.
—¡Kenadee! ¡Cuidado!
—¿Estás seguro?
PÁGINA 191
cuidadosamente recortado antes de escondernos detrás de un árbol
de olmo. La entrada frontal se encuentra en diagonal desde donde
nos encontramos, escondida detrás de cuatro pilares gigantescos.
PÁGINA 192
prisiones están fuera del mapa. Tienen que transportarse dentro y
fuera, sus guardias tienen que llevarlo si quiere visitarlos. Hay que
pensar en ellos como habitaciones secretas.
Se me revuelve el estómago.
PÁGINA 193
me atrevo a respirar.
Intento estirar el cuello para que pueda oír como lentamente sus
voces se desvanecen alrededor de la curva de la sala. No puedo
hacerlo.
—¡Suéltame! —gruño.
PÁGINA 194
—¿Qué fue eso? ¿Más apretado? —él cierra su mano en un puño,
y el aire se escapa de mis pulmones. Jadeo en el piso como un pez
fuera del agua cuando un fuerte golpe cruza el pasillo. El guardia que
me retiene se tambalea de sorpresa, soltándome por un segundo
mientras tomo el control.
—¡Espera... lo sé! —se calla, cerrando los ojos hasta que sus dedos
brillan con un tono verde lima.
PÁGINA 195
atrás.
PÁGINA 196
—Estas bien. Estás a salvo —Emery dice en voz baja—. Estamos
aquí para sacarte.
PÁGINA 197
—Puedes verificar, pero fueron solo estos dos los que
encontramos. Revisamos cada celda.
PÁGINA 198
Mamá.
—Reed te mató.
—Tú nunca has sufrido un día así ¿Es Eli…? —estoy a punto de decir
si es un traidor también, pero me detengo.
PÁGINA 199
—No he sufrido porque tomé el lado correcto. ¿Nunca pensaste
realmente de dónde venía tu magia? ¿Nunca pensaste que yo era
como tú? Pasé tanto tiempo con miedo de mí misma, miedo a mis hijos
porque sabía que compartían mi poder. El presidente Reed me ayudó
a superar ese miedo. Él me ayudó a ver lo que podría llegar a ser. Eli
es como tú. No ve que estamos tratando de ayudar al mundo.
PÁGINA 200
pausa solo un breve segundo antes de que todo cambie por
completo. Su tono se vuelve falsamente agradable mientras nos llama.
PÁGINA 201
Está amordazado y puedo ver el shock en sus ojos color avellana.
Sus gritos amortiguados suenan a través de la habitación mientras el
presidente continúa riendo.
Jay está en la puerta, con las manos alrededor del cuello delgado
de mi madre. El presidente retrocede, sorprendido cuando todo el
equipo entra por las puertas. Nuestro equipo, nuestros héroes. Ellos
volvieron.
PÁGINA 202
—Mátala. Encontraré otra.
Mierda.
PÁGINA 203
Me arrodillo junto a Tess para asegurarme de que aun respira. Hay
sangre goteando por su frente, pero su pecho se eleva con cada
respiración profunda y constante. Suspiro con alivio, y luego me
levanto. Mi equipo lucha duro, pero puedo ver la fatiga escrita en casi
todas sus caras. Saben que no hay manera de que ganemos esto. No
contra la oscuridad de esta magia.
PÁGINA 204
alrededor de su hombro mientras la ayuda a levantarse, y Benson
toma el otro lado. Una sangrienta Tess parece estar a punto de
desmayarse, y Kenzie la ayuda a lucir. Bryce ya está buscando el
dispositivo de transporte cuando la magia de mi madre se desgarra
por el aire.
PÁGINA 205
Mi reunión con Eli es corta, mientras Delia le lleva al hospital unos
pocos minutos después. Demasiado cansada como para discutir, me
voy a casa y me ducho, conciliando el sueño tan pronto como mi
cabeza toca la almohada.
Delia es la primera persona que veo a la mañana siguiente
mientras atravieso los oscuros pasillos del hospital, la emoción en mi
pecho ante la idea de ver a mi hermano.
¡Mi hermano está aquí! ¡Está aquí de verdad!
—¡Kenadee! —frunzo el ceño mientras Delia surge de detrás de la
enfermería y se planta frente a mí—. Me he estado preguntando
cuando vendrías.
—¿Ah sí? —pregunto, confundida. Ninguno de mis amigos ha sido
exactamente amable conmigo desde que he vuelto de la prisión.
—¡Por supuesto! Oye, ¿quieres dar un paseo? Le prometí a tu
hermano que le llevaría el desayuno. Pero dado que estás aquí,
PÁGINA 206
¡puedes venir conmigo!
—Eh... bueno, iba a ver a Eli…
—Le puedes ver cuando vuelvas. ¡Vamos! —agarra mi brazo,
guiándome a través de las grandes puertas de cristal y hacia la
cafetería del hospital—. He ordenado con tiempo. La cocinera dice
que ya lo tienen preparado para nosotros. Ordené para tu hermano y
Harlow, si es que ella tiene ganas de comer.
El nombre de Harlow hace que mi mente se me inunde de culpa.
El recuerdo de ella arrugada en la celda, cubierta en sangre. Pasó por
mi culpa.
—¿Estás bien? —la voz de Delia me hace volver a la realidad. Sus
profundos ojos marrones me miran con preocupación—. No hemos
hablado desde hace tiempo y bien... que pensé que probablemente
necesitarías una amiga.
Niego lentamente.
—Es mi culpa Delia. Estaba tan concentrada en proteger a mi
familia que me volví igual de mala. Vine aquí con las intenciones de
acabar con todos. Soy una…
—¿Sabes lo que pienso? —interrumpe Delia, una expresión
pensativa en su rostro—. Creo que necesitas darnos a todos un poco
de tiempo. Fue una cosa horrible lo que hiciste, y lo entiendo, de
verdad, pero no cambia el hecho de que nos traicionaste. La
confianza no se gana tan fácilmente después de algo así.
Niego.
—Hice cosas tan horribles. Harlow… —las lágrimas llenan mis ojos
mientras trato de encontrar la comprensión dentro de mí.
—Mira, Harlow fue bastante golpeada, pero ella siempre lo supera
todo. Es dura. Y probablemente estará molesta, ¿pero no tiene
derecho a estarlo? Tienes que arreglar las cosas con ella. Pienso que
se merece al menos eso, ¿verdad?
Trago.
—Sí, lo merece. Pero no sé cómo puedo siquiera explicárselo.
—Oh por favor. Ella parece mala y dura, pero la chica es
realmente una gran blandengue. Sólo ve a hablar con ella. Arregla las
cosas. Averigua cómo hacerlo.
PÁGINA 207
Sostengo abierta la puerta de la cafetería para Delia, a punto de
responder cuando se detiene a mitad de un paso en la puerta. La
cafetería está extrañamente llena de cuerpos, todos reunidos
alrededor de una televisión flotante en medio de la habitación,
murmurando intensamente. Compartiendo una mirada curiosa, Delia
y yo nos apresuramos adelante para ver la pantalla.
Una periodista con un feo vestido amarillo habla con severidad al
micrófono, de pie delante de la cerca de la Casa Blanca.
Oh no.
—Sí, Henry, hace días los terroristas invadieron la Casa Blanca y
liberaron a cientos de brujas y magos de alta peligrosidad. Se cree que
los terroristas poseían magia también y la usaron contra los guardias.
El presidente Reed habló de ello hoy en una rueda de prensa,
llamándolo acto de guerra —para dramáticamente mientras la
cámara cambia a la rueda de prensa, donde Reed se encuentra en
un gran podio, haces parpadeantes de luz blanca de las cámaras
parpadeando en el fondo.
—Compatriotas, me temo que nuestra seguridad se ha visto
comprometida. Estas brujas y magos que siguen asolando nuestro país
han sido un problema durante mucho tiempo. ¡Guerra, pobreza y
destrucción! Cada uno de éstos es el resultado de la influencia oscura
de la magia en nuestra amada nación. Por tanto, os prometo a
vosotros, a los ciudadanos de los Estados Unidos de América, que no
voy a descansar hasta que cada bruja y mago sea traído ante mí, vivo
o muerto. ¡Vamos a hacerles pagar por lo que han hecho!
La bilis se eleva en mi garganta mientras la cámara muestra ahora
las calles de Washington DC. Las personas marchando, los disturbios.
Brillantes llamas rojo-naranja lamiendo los lados de las paredes y de los
vehículos. Gritos enfadados y clamores de muerte.
La gente está furiosa, y no van a descansar.
En mi cabeza, puedo escuchar la voz de Alex, distante y débil
mientras la pistola gira incontrolable. Estás muerta, estás muerta, y tú
también.
Disparos de bala, alto y claro, uno por uno, proyectil tras proyectil.
Muerto, y muerto, y...
PÁGINA 208
Me detengo en la puerta de mi hermano, sintiéndome nerviosa y
tímida. Este no es el Eli que conocí. Se ha ido, reemplazado por este
joven que no conozco. ¿Cómo puedo hablar con mi hermano que se
ha ido por nueve años? ¿Cómo puedo pretender relacionarme con lo
que está pasando?
PÁGINA 209
atormentados y con hoyuelos visibles en las comisuras de la boca.
Cuando sus ojos se encuentran con los míos, tardan un segundo en
saber quién soy.
—¿Como te sientes?
—No, estamos bien. Vamos a esperar aquí —le doy una sonrisa
forzada, mi corazón palpita en mi pecho. Pienso en las noticias. ¿Qué
significa todo esto? ¿Viene Reed a nuestro campamento? Hasta
ahora, parece que tiene a todo el país de su lado.
PÁGINA 210
—Bueno... no —admito, frotándome las manos—. Estoy
preocupada por lo que hará.
—Todo lo que hice fue combinar nuestros tres poderes —le cuento
sobre la magia oscura, y cómo sé que lo tiene porque hizo el
temporizador de muerte en Harlow—. Fuimos realmente nosotros tres
los que lo hicimos. No podría haberlo hecho yo sola.
—En cualquier caso —dice en voz baja—. Fue por ti que salimos.
Date más crédito.
—¿Puedo entrar?
PÁGINA 211
por lo que se siente como la primera vez en años, algo más que odio
en sus ojos.
—Mira, lo siento por las cosas que dije. Estaba frustrado y enojado,
pero sé por qué lo hiciste. Reed tiene una forma de jugar con la gente.
Su ceja se junta.
—Él mató a mis padres cuando era joven. Fue antes de que
alguien supiera que era mágico, incluso mis propios padres. Él vino por
mi madre. Ella también era mágica. Nadie sabía que tenía poderes
hasta que los guardias trataron de atraparme, los usé para liberarme
—él niega con la cabeza, con la voz quebrada.
—Bryce...
Él me interrumpe.
PÁGINA 212
llegaron las noticias. Mi madre fue un ejemplo. La ataron a ella y a mi
papá a las sillas y prendieron fuego a la casa. Filmado todo y luego
dijo que yo era el siguiente...
—Lo sé.
PÁGINA 213
La habitación es oscura y gris, similar a la de Eli. La cama de
Harlow está en el centro de la habitación, decorada con ropa de
cama blanca y monótona. Ella está sentada, pero se ve pálida y
pequeña, moretones negros y azules están en los brazos y una herida
cosida en la frente. Mira por la ventana con expresión preocupada, su
mirada de ojos azules distante y triste. Apenas parpadea cuando
Bryce comienza la reunión, lanzándole una mirada de ansiedad en el
proceso.
PÁGINA 214
los dedos.
—Sí, tengo que admitir que estoy preocupado por eso. Sin
embargo, hay muchos campamentos que han ofrecido llevar a
nuestra gente. Sus únicas condiciones son que se mantengan alejados
de la guerra y permanezcan ocultos. Temen que su seguridad corra
peligro.
PÁGINA 215
dice, su voz llena de sarcasmo. Benson se sonroja, mirando hacia
abajo a sus manos.
—Es curioso, cómo Bryce dijo que la niña nueva sería encerrada y
vigilada, sin embargo, ella todavía estaba allí y lucha. Siempre pensé
que una vez que eres un traidor, siempre serás traidor.
—Sí, pero ustedes deberían saber que… —empiezo, pero ella solo
ríe con malicia.
Por un breve segundo, los ojos de Harlow se giran hacia los míos
antes de mirar hacia la ventana.
PÁGINA 216
todo el campamento y veremos si podemos conseguir más voluntarios
para la causa. En este momento, es su trabajo estar preparados
mental y físicamente. Entrenen, practiquen. Hagan lo que tienen que
hacer para que podamos ganar. No dejaremos que Reed nos
destruya. Es un problema que hemos tenido por mucho tiempo.
¿Quién está adentro?
PÁGINA 217
mientras me recuesto en mi silla.
—Estoy bien. No es nada…
—¿Sabes quién más está bien? —Tess se ríe, alisándose con los
dedos su pelo que sale de sus trenzas y gesticulando hacia Eli, que
acaba de salir del hospital esta mañana. Se pone de pie con Bryce en
la sala, hablando—. Tu hermano mayor. ¿Por qué no nos dijiste que era
tan guapo?
Todos nos giramos a mirarlo. Eli sigue avanzando cautelosamente,
siempre al límite como si tratara de no llamar la atención. Sonríe
débilmente cuando habla con Bryce, pero sé que es todo un
espectáculo. Reed y mi madre hicieron cosas horribles con todos los
prisioneros y mi hermano no fue la excepción. No importa cuán bien
lo esconda, el daño es evidente.
—Está triste —le digo, en voz baja, sin girarme hacia los demás.
Puedo sentir sus miradas hacia mí, luego a Eli.
—Sí, todos lo están. Reed es un hombre horrible y fueron prisioneros
durante mucho tiempo. Tiene que ser difícil de superar. No creo que
Ha... —Tess me corta, cierra la boca y mira a lo lejos.
—¿Qué? —pregunto, mirando de persona a persona. Me miran
tímidamente.
—Nada. Nada en absoluto —Tess dice un poco apresurada.
—No, ¿qué?
Tess niega con la cabeza, su trenza de color cobre se agita.
—Es solo que Harlow no es la misma. Reed le hizo algo esta vez,
incluso peor que a los demás. Fue arrestada por él varias veces, pero
nunca la había visto así antes. Es como si ella apenas estuviera aquí.
Delia toma mi mano mientras mi estómago se tuerce en un nudo.
Todo lo que puedo pensar es que Harlow está arruinada por mi culpa.
Reed la lastimó y permití que sucediera. Delia gira su cabeza para
obligarme a mirarla a los ojos.
—Kenadee, sé lo que estás pensando. Esto es culpa de Reed. Él
fue quien lo hizo. No la torturaste, no lo hiciste...
Mi voz es más dura de lo que quiero decir.
—Ella estaba allí solo por mí. La entregué. No hubiera soportado
PÁGINA 218
nada de eso si no lo hubiera hecho. Seguimos a algunos guardias
cuando hicimos el ataque a la Casa Blanca que hablaban de ella...
dijeron que era la más dura, pero finalmente la rompieron. Como si
mereciera algún tipo de premio. Y no puedo evitar pensar
constantemente que es mí...
Me detengo cuando las dos chicas se llevan sus dedos a los labios.
Harlow está justo detrás de mí, haciendo una pausa mientras ella
claramente escuchaba todo.
—Harlow, estoy…
Ella me interrumpe, mirando con obstinación hacia Tess y Delia.
—¿Has visto a Bryce? —su voz todavía es ruda, sus ojos llenos de
una emoción indescifrable.
—Sí, él está allí con Eli —Tess mira hacia adelante y hacia atrás
como un ciervo atrapado en los faros, mirando a la puerta en caso de
una pelea.
—Gracias —dice Harlow rápidamente, luego se aleja antes de
que pueda decir una palabra más. La vemos irse, cojeando
dolorosamente. Su cola de caballo rubia se abre paso a través de la
multitud cuando la veo encontrar a Bryce, inclinándose para hablar.
Las tres nos sentamos en silencio, la multitud está inquieta y Bryce
y Harlow encuentran un lugar en los micrófonos. Nadine y Jay están de
pie junto a ellos, así como algunos otros empleados del gobierno. Eli
aparece a mi lado mientras me levanto para darle un asiento. Bryce
sonríe cálidamente, sus ojos escaneando a la gran cantidad de
personas.
—Hola a todos, y gracias por venir hoy. Harlow y yo no estábamos
seguros de cómo decirles esto, pero lo voy a decir sin rodeos —se toma
un momento para mirar a su alrededor, con una pequeña y triste
sonrisa en los labios: — Sabemos que Reed ha estado mirando este
campamento por un tiempo. Si no has escuchado las noticias,
después de nuestra interrupción, Reed insinúa sobre un ataque.
La habitación no tarda en explotar.
—¿Qué vas a hacer al respecto? —un hombre de mediana edad
se pone de pie ferozmente, apuntando con un dedo a los dos líderes
PÁGINA 219
en la parte delantera de la sala—. ¡No podemos vivir de esta manera!
—Créeme, estamos haciendo todo lo que podemos…
—¡Reed no va a parar! —el hombre escupe, interrumpiendo a
Bryce, claramente enfadado con el tema.
—Tienes razón, él no va a detenerse. Es por eso que tenemos que
intensificar y luchar. Necesitamos voluntarios para que se una a
nuestra resistencia. Todos. Joven, viejo, tenemos que luchar porque no
se detendrá hasta que tenga a cada uno de nosotros. Todos tenemos
un deber y un campamento para proteger. Sin embargo, para
aquellos de ustedes que no desean quedarse y pelear, los líderes de
varios campamentos y yo hemos estado trabajando en un método de
evacuación. Creamos una red clandestina, el lugar más seguro que
no podrá alcanzar Reed y sus guardias. Vamos a comenzar a evacuar
inmediatamente, familias primero y pequeños grupos para que no
atraiga la atención. Se esconderán y protegerán.
El hombre se ve sorprendido y mira alrededor nerviosamente. La
gente comienza a murmurar. Mi hermano, sorprendentemente,
levanta una mano en el aire.
—Sabes que te ayudaré. Quiero decir… ¿qué puede hacerme
que no lo haya hecho ya? —algunas risas salen de la habitación
cuando, una por una, la gente comienza a morder el anzuelo. Me
quedo con ellos, levantando la mano en el aire para reconocer la
pelea.
—¡Bien, bien! —Bryce dice felizmente—. ¡Sigan así, muchachos!
Necesitamos más que el plan de la Casa Blanca. No podemos luchar
con solo unas pocas brujas y magos. ¡Necesitamos un ejército!
¡Tenemos que vencerlo!
Estoy sorprendida por el mar de gente, de pie como soldados. Hay
al menos unos cientos de cuerpos, principalmente jóvenes, pero
también algunos más viejos. Otros en el campamento se apiñan
estrechamente, abrazándose unos a otros con miedo. No los culpo. Sé
lo que el presidente está dispuesto a hacer para salirse con la suya,
incluso si eso significa arrancar a los niños de sus familias y torturarlos.
Cada vez más personas suben al estrado y les devuelven la sonrisa
a los dos líderes con orgullo. Están dispuestos a luchar, ansiosos por
proteger nuestro mundo. La esperanza revolotea en mi pecho y no
PÁGINA 220
puedo evitar sonreír. Juntos, lo detendremos.
Quiero ver su rostro cuando muera, cuando vea lo que se siente
morir una muerte lenta y dolorosa, como las que fueron asesinadas en
sus manos.
Nosotros somos a los que Reed tendrá miedo, los que lo destruirán
a él y a su legado, de una vez por todas. Una energía eléctrica
sobrepasa la habitación, y lentamente, un canto comienza a elevarse,
cada vez más fuerte, haciendo eco en las paredes. Podemos hacer
esto. Somos uno.
La evacuación se inicia casi inmediatamente al día siguiente.
Todos, excepto el puñado de brujas y magos en la resistencia se irán
a los diferentes campamentos a través del país. Reed ha estado en
este hotel antes y estoy segura de que no pasará mucho tiempo antes
de que sus soldados encuentren una manera de romper nuestra
frontera. Cuanto antes podamos sacar a la gente, mejor.
Desde mi habitación, puedo oír las puertas abriéndose y
cerrándose mientras la gente va por el pasillo. Puedo oír sus voces
haciendo eco mientras se apresuran, ansiosos por escapar de un
peligro inmediato, listos para pasar a su nueva vida.
Cuando llego al comedor para desayunar, encuentro la sala casi
vacía. La mayoría de la gente ha comido pronto para poder
comenzar a empacar. Con un libro bajo el brazo, encurto un lujoso
puesto ubicado en la esquina. Mira hacia afuera, de modo que pueda
ver al resto del mundo, mientras pasan por allí. Me pido un café y
gachas de avena, distrayéndome con la arrugada espina y las viejas
PÁGINA 221
páginas de mi última lectura.
Mi desayuno aparece y dejo mi libro a un lado, marcando la
página para más tarde mientras algo más llama mi atención. La
televisión gigante que se desplaza de habitación en habitación por el
campamento ahora ha aparecido aquí en la cafetería. Me inclino,
tratando de escuchar al periodista de aspecto nervioso.
—Noticias de última hora. Ha habido un ataque hoy en Chicago
durante un desfile en honor al presidente. Se cree fue acto de un
grupo terrorista de ciudadanos mágicos —la cámara parpadea,
ahora mostrando imágenes de las calles mientras explosiones parecen
golpear cada flotador, golpear a la gente directamente desde el aire
mientras las llamas devoran todo lo que se ve.
Un hombre está de pie ante la escena, mirando solemnemente a
la cámara.
—Gracias, Judy. Estoy aquí, en las calles de Chicago, que están
salvajes con el miedo y la destrucción tras el ataque terrorista. El
presidente habló hoy sobre el tema, calificándolo de acto atroz contra
la raza humana. Las personas están siendo llamadas a la acción, y
sorprendentemente, también el mundo mágico. Resulta que los
soldados mágicos están haciendo cola para ayudar en la causa
contra estos grupos de renegados.
Incendios, edificios rotos y multitudes de personas enfadadas son
mostradas en la pantalla, dejando grafitis dirigidos a nosotros. Ahora
se acerca de nuevo al primer periodista, que tiene el ceño fruncido
mientras empieza a hablar.
—Gracias, Jim. Aunque no tenemos una para cada individuo
preso fugado, tenemos fotos policiales para esos que son
considerados como las brujas y magos más peligrosos. Por favor, si os
encontráis con ellos, no tratéis de interactuar con ellos. Llamad a
vuestra policía local inmediatamente y ellos se harán cargo de la
situación.
Aparecen las fotos policiales, haciendo que mi estómago se
inquiete. Harlow, Eli, e incluso algunos niños pequeños se encuentran
dentro de las prisiones.
De repente ya no tengo hambre. Agarro mi libro y me paro de la
mesa mientras el periodista dice sus nombres, describiéndolos uno por
PÁGINA 222
uno. En el vestíbulo, rompo a correr, ni siquiera tomándome la molestia
de parar cuando accidentalmente golpeo mi hombro con una chica
joven. Puedo oír sus gritos de enojo, pero sigo adelante, decidida a
encontrar a Bryce.
No paro cuando alcanzo el mostrador de Julie, sino que giro a su
alrededor y doy la vuelta a la esquina. No está aquí.
—¿Dónde está Bryce? —no puedo controlar el miedo en mi voz,
lo que obviamente preocupa a Julie. Sus ojos se ponen redondos de
miedo mientras me lleva adentro como una loca.
—¿Entonces hay alguien aquí? —exijo una vez más, ralentizando
mis palabras para enfatizarlas.
—Harlow —dice Julie simplemente, examinando sus uñas.
No respondo. Corro a la puerta de Harlow y grito en voz alta.
—¿Hola?
Ella mira hacia arriba brevemente mientras entro, después,
inmediatamente vuelve la mirada a su trabajo.
—Vete.
—¡Harlow, por favor! —le ruego—. ¡Escúchame!
—¿Escucharte? —se burla, haciendo una pausa con el bolígrafo
en el aire—. Tienes suerte de que esté demasiado adolorida como
para matarte.
—Lo sé, y tienes que creer que estoy muy arrepentida…
—Bueno, en ese caso... —chupa su labio entre sus dientes—. No
me importa. Dime lo que tienes que decir y déjame en paz.
—Bien —me inclino en mi silla con un suspiro—. He visto las noticias
hoy en la cafetería. Ha habido un ataque en Chicago y nos están
culpando. Dijeron que hay más soldados magos oscuros alistándose,
Harlow. ¿Qué nos dice eso? ¡Su ejército se está haciendo más fuerte!
Ella lo procesa en silencio, pensando un momento antes de hablar
de nuevo.
—Está bien, ¿eso es todo?
—¿Qué? —tartamudeo, sorprendida por su calma exterior.
—Te pregunté si eso es todo —dice un poco más severamente
esta vez, la vieja Harlow saliendo.
PÁGINA 223
—Harlow, no creo que lo entiendas. Tienen vuestras fotos
policiales y descripciones por todas partes. Tenemos que hacer algo.
—No... —se burla—. Nosotros no haremos nada, lo haré yo. Puedes
ir a hablar sobre lo mal que te sientes con Tess y Delia si deseas. Estoy
segura de que te van a escuchar.
—Mira —golpeo mis manos sobre el escritorio, tratando de llamar
su atención mientras ella escribe algo en un bloc de notas—. Sabes
cuánto lo siento. Hice algo horrible y nunca te lo podré compensar.
Pero al menos quiero tratar de hacer las cosas mejor.
—Ah, ¿sí? —el fuego de repente es liberado en sus ojos azules—.
Eso es realmente genial por tu parte. Realmente genial. ¿Por qué no
vas a decírselo a otra persona? Ya he terminado contigo. Tuviste tu
oportunidad. Te la ofrecí yo misma y me mentiste. No sabes nada de
lo que es capaz de hacer Reed. ¿Le dijiste a todo el mundo que lo
hiciste por tu familia? Eso es realmente dulce, a Reed le encanta la
familia. Él tiene a mi hermano, le recuerdas, ¿de cuándo viste mis
recuerdos? Sí. Bueno, él trabaja ahora para Reed. Mi dulce hermano
pequeño es uno de sus mejores soldados llenos de odio.
Las lágrimas le llenan los ojos, desesperada y enfadada.
—Le dejaron tocar ese nuevo y divertido dispositivo de tortura,
sólo para nosotros las personas mágicas. Oh, sí, es maravilloso. Nunca
he sentido un dolor tan intenso; cuatro palizas en un día. Está bien.
Tuvieron cuidado de no hacerlo durante demasiado tiempo, porque
no me querían muerta antes de que mi tiempo se agotase. Debe ser
una muerte muy especial, ¿eh? Así que porque no das tú un paso al
lado y confías en mí cuando digo que estoy haciendo todo lo que
puedo para mantenerlo lejos de nosotros, porque no puedo dejar de
pensar en las cosas que él puede hacer. Simplemente ve con tus
nuevos amigos y tu hermano y Bryce y llora con ellos sobre lo mal que
te sientes. Quizás les importe.
—Lo siento —digo finalmente en voz baja, sintiendo las lágrimas
calientes caer por mis mejillas.
La consciencia aparece en sus ojos azules mientras se limpia una
lágrima perdida y se aclara la garganta, constantemente cambiando
de apariencia. Aprieta sus manos temblorosas en puños y en una voz
quebrada dice.
PÁGINA 224
—Puedes irte.
El entrenamiento comienza temprano en la mañana, mientras el
campamento está tranquilo y dormido. El invierno casi se acerca. Me
pongo una sudadera con capucha y pantalones térmicos para evitar
el frío de la mañana, tomo una manzana y salgo por la puerta.
PÁGINA 225
hacemos el ejercicio. Ha pasado un tiempo desde la última vez que
entrené con Harlow, y mis miembros duelen en señal de protesta.
Seguimos las flexiones con sentadillas, tablones, saltos y eructos.
—Lo sé... espero que ella esté bien. Quiero decir, que ella pierda
un entrenamiento como este es inusual. Es como si ella simplemente...
estuviera cerrada...
PÁGINA 226
de Reed. Él tiene todo el país a su disposición. Mi piel se arrastra para
pensar en lo que nos harían si se apoderan de nosotros.
Frunce el ceño.
PÁGINA 227
—Entonces —le pregunto, tan tranquilamente como puedo—,
¿qué hacemos?
***
PÁGINA 228
Estoy de regreso en la habitación, apenas deslizando una camisa
limpia sobre mi cabeza cuando en la habitación comienza a sonar la
alarma de una llamada. No tengo que mirar para saber quién es. Reed
quiere hablar. Me apresuro rápido, tirando de la camisa y
encontrando a la secretaria. Ella no me mira, como siempre,
golpeando su chicle con el mismo aburrimiento que veo en ella cada
vez.
—Señorita…
—Lo sé, lo sé, solo tráelo… —le digo secamente, interrumpiéndola
sin escuchar el resto.
PÁGINA 229
—Kenadee, te hemos estado observando muy de cerca, y no
estábamos contentos con los resultados que obtuvimos.
Especialmente no apreciamos tu parte de irrumpir en la Casa Blanca.
¿No te advertí lo suficiente sobre lo que sucedería?
***
PÁGINA 230
Bryce llega a mi puerta de ATMY poco después de la reunión con
Reed, sus ojos verdes enloquecieron de confusión al verme.
—¿Qué pasa?
No dice nada más, posa una mano gentil sobre mi hombro para
llevarme al sofá.
PÁGINA 231
Bryce. Todo lo que quiero es hacerle sentir un poco de ese dolor.
PÁGINA 232
Siempre he pensado que yo era algo inmortal. Mi madre siempre
me dijo que tuviera cuidado y vigilase mis acciones—. ¡No te hagas
daño! —me advertía. Siempre la había ignorado, demasiado perdida
en mi propia ingenuidad, hasta que llegué a casa llorando por un
accidente en bicicleta o una rodilla raspada por hacer algo estúpido.
Mi madre echó la culpa a los años de la infancia, diciendo que los
niños siempre piensan que van a vivir para siempre. Pero no lo hacen.
Bryce me mira con horror cuando la idea sale de mis labios. Le
toma sólo cuestión de segundos negarlo completamente.
—¡Absolutamente no! ¡No puedes volver allí! ¿Estás loca?
—¡Sólo escúchame! —ruego.
—¡No, es definitivo! Nadie volverá allí. ¡Es demasiado peligroso!
Me burlo.
—No puedes decirme qué hacer, Bryce. Además, esto es sólo una
idea. ¡Tal vez le dé a todos el tiempo suficiente para huir!
Toma una respiración profunda, claramente tratando de
PÁGINA 233
calmarse.
—Mira, Ken, puedes simplemente… ¡simplemente no lo hagas! No
tienes que hacerte la heroína. Puedo garantizarte que Reed y sus
hombres están ahí fuera, en este momento, viniendo a por nosotros.
Tenemos suerte de que no pueden entrar, pero todos sabemos que es
sólo cuestión de tiempo. Es nuestro trabajo sacar a nuestra gente de
aquí. Estas paredes son el único lugar donde la magia puede ser
utilizada libremente sin ser rastreada. Vamos a centrarnos en evacuar
a las personas que dependen de nosotros para estar a salvo. Ir allí para
encontrar a Reed sólo empeorará las cosas. Por favor, escúchame
cuando digo que esta es la única forma.
Mastico el interior de mi mejilla, ocultando todas las palabras que
realmente quiero decir. Sé que buscar a Reed en este momento es
una idea loca, pero si desvía su atención, aunque sea por un segundo,
podría salvar a nuestro pueblo. No sabemos quién está sentado fuera
de los muros del campamento esperándonos. En cuanto Reed
encuentre una manera de entrar estaremos muertos.
Bryce y yo nos sentamos en silencio durante un minuto, sin saber
qué es lo siguiente. Desvío mi atención a la ventana, fingiendo mirar
una escena abajo. Mi patio trasero tiene vistas a las lejanas montañas.
Normalmente me encanta la vista, pero hoy, se siente un
confinamiento. ¿Qué enemigos acechan más allá de nuestras
fronteras? Miro a los niños pequeños debajo mientras se mueven entre
los bancos de nieve, apareciendo frente a sus padres quienes llevan
grandes cargas de bolsas.
—¿Qué dices? —pregunta Bryce finalmente, rompiendo el
silencio mientras se une a mí en el cristal de la ventana.
—Tienes razón. Es probable que sea un plan imprudente —admito.
Y todavía…
Mientras Bryce toma un lugar a mi lado en la ventana, me
pregunto cuán imprudente estoy dispuesta a ser.
********
PÁGINA 234
Voy a dar un paseo, incapaz de manejar la idea de estar sentada
en el interior.
La gente alrededor está en pleno modo evacuación. Un gran
portal está abierto en el centro de la ciudad mientras la gente escapa
a su nuevo hogar, donde quiera que sea. El equipo de seguridad se
encuentra muy cerca, con las manos entrelazadas tras su espalda. Ya
han tomado precauciones adicionales, lanzando el mismo hechizo
barrera que mantiene a todos los demás fuera del portal. Sin embargo,
ellos están al acecho cerca, como si el propio Reed estuviera a punto
de aparecer.
Voy a tomar un café, deslizando una propina en el frasco mientras
el barista me mira mal. Por desgracia, todo el mundo sabe lo que he
hecho, lo que significa que las caras amigas no son algo que haya
estado experimentando. Doy gracias al barista de todos modos y
salgo al frío aire del invierno.
Tomo sorbos cuidadosos, las botas crujiendo ruidosamente sobre
la nieve mientras observo a la gente moviéndose con sus cajas. Salgo
del camino y voy hacia la antigua ruta que tomábamos Harlow y yo
para correr. Huele a abetos mentolados y madera ahumada flotando
fuera de las chimeneas. Pequeñas pistas en la nieve revelan que un
zorro había estado cazando a un ratón.
Alcanzo dentro de mi bolsillo y me pongo los guantes en las
manos, no mirando a dónde voy hasta que es demasiado tarde. Mi
bota cae en un borde nudoso haciéndome caer al suelo.
—¿En serio Kenadee? En serio —me susurro a mí misma, con furia,
mirando los restos de mi café, ahora salpicado por mi camisa y toda
la nieve. Me pongo de pie en una rabieta, tratando de alcanzar mi
taza de café vacía cuando algo me llama la atención un poco más
allá de un árbol de pino particularmente grueso.
Algo rojo.
Doy un paso más cerca para examinar la escena.
Es un mensaje, tallado en el tronco de un árbol de álamo antiguo
con letras mayúsculas, dentados.
Estás muerta, estás muerta, y tú también.
Grito.
PÁGINA 235
Encuentran los cuerpos unas pocas horas después, colgando sin
vida de los árboles. Han sido colgados y sé exactamente quién es el
responsable.
Bryce y Harlow están de pie con Jay, Nadine, y Benson,
discutiendo la escena en voz baja. Interrumpo la conversación en una
voz baja.
—Tenemos que hablar. Ahora.
—Disculpa —dice Bryce urgentemente mientras me siguen fuera
hacia los árboles.
Cuando estoy segura de que nadie más está escuchando, hablo.
—Quien quiera que sea este espía, ya no está escondiéndose.
¿Cómo está haciendo esto?
Bryce frunce el ceño.
—Había guardias por todas partes. No debería haber sido capaz
de hacerlo sin ser visto.
PÁGINA 236
—Eso es porque tiene poderes como los nuestros —los ojos de
Harlow aterrizan sobre los míos—. ¿Ves esas marcas de arrastre en la
nieve? Las víctimas fueron literalmente atacadas por esas cuerdas en
el árbol. Si me preguntas, el asesino tiene un verdadero y enfermo
sentido del humor.
Las cejas de Bryce se elevan.
—Bien, genial... has entrenado prácticamente a todo el mundo
en este campamento. Tenemos registros. ¿Por qué no encontramos
simplemente a los que tienen poderes oscuros?
—No es tan simple. Quien quiera que sea, ha sido lo
suficientemente inteligente como para ocultarse desde el primer día.
—¿Y qué? ¿Nos sentamos a esperar? —Bryce señala en la
dirección de los cuerpos colgados—. ¿Ver a más personas morir?
—No he dicho eso —dice Harlow con un suspiro—. Este idiota está
ayudando Reed a jugar con su comida. El hecho de que sea tan
arrogante es lo que me aterra; creo que Reed sabe algo que nosotros
no.
—¿Crees que es más fuerte de lo que aparentaba? —pregunto,
dándome cuenta.
Bryce parece que está a punto de ponerse enfermo mientras su
boca se abre y cierra.
—Pero... no tiene sentido. ¿Por qué no viene y ataca?
—Por qué —Harlow cojea hacia el árbol más cercano y se apoya
en él—. Giro argumental: Los milagros existen y a Kenadee finalmente
le creció un cerebro.
—Ja, ja —ruedo mis ojos mientras Harlow se ríe hacia a sí misma. A
Bryce le digo—. ¿Recuerdas cuando me necesitasteis para romper la
barrera?
Asiente
—Es la única cosa que mantiene a Reed lejos de nosotros.
—Exactamente. Hicisteis tal trabajo con la seguridad que él no
pudo atacar hasta que estuvo abajo. Sabía que no podía comenzar
la guerra hasta que lo hubiera averiguado. Estos ataques... ¿nunca
ocurrieron antes de que yo viniera?
PÁGINA 237
Ambos niegan. El horror me atraviesa cuando finalmente lo
entiendo.
—Está declarando la guerra porque voy a romper la barrera.
Bryce parpadea, mirándome con una expresión dura.
—¿Repítelo?
—Por supuesto... —dice Harlow en voz baja—. Eso tiene mucho
sentido. Este espía suyo no podía hacerlo, así que te usará en su lugar.
—¡Para! —Bryce se mete entre nosotras—. ¿De qué estás
hablando?
—La noche de los fuegos artificiales, ¿recuerdas? Era nueva con
la magia, era débil. Se metió dentro y me usó para hacer ese hechizo.
—No... —dice, sus ojos muy abiertos por el horror—. ¡No dejaremos
que suceda!
Trago, mi estómago retorciéndose. ¿Como evito algo que ni
siquiera sé que está pasando? Si Reed tiene acceso al campamento,
los matará a todos.
—T…tengo que hacer algo —susurro.
—En realidad es bastante simple. Te lobotomizaremos —sugiere
Harlow.
—¿Qué? —retrocedo, notando el brillo malicioso en los ojos de
Harlow.
Bryce mira a Harlow.
—No se llama realmente hechizo lobotomizador, es sólo la
manera de Har de ser divertida. El hechizo básicamente defiende tu
mente, te mantiene protegida de cualquier magia exterior. La única
cosa es que no dura mucho tiempo.
—No te preocupes, no revolveré tu cerebro —se burla la rubia—.
Pero tendrás que permanecer bajo supervisión constante para que
sepamos que no estás haciendo el trabajo sucio de Reed.
Si no me sentía mal antes, estoy segura de que sí ahora. Lamento
las palabras en el momento en que salen de mis labios.
—Haz lo que tengas que hacer.
—Muy bien, entonces está decidido. Ven a mi habitación esta
noche y haré el hechizo —dice ella—. Pero ahora, a la parte divertida.
PÁGINA 238
Tenemos que hablar de guerra.
—No podemos correr el riesgo —Bryce se cruza de brazos, con voz
firme—. Él tiene un creciente ejército de poderes oscuros, un ejército
regular con armas y bombas, y…
—Pero, sin mí para derribar la barrera, tenemos ventaja —le
recuerdo—. Siempre y cuando hagáis ese hechizo, entonces no
pueden entrar. Tu equipo de seguridad altera el hechizo para
bloquear a su ejército, ¿verdad? —Bryce asiente—. ¡Entonces es
perfecto! Eso significa que sus armas tampoco pueden entrar.
—Olvidas que Reed también es consciente de ello. Tiene a gente
como tú bajo su radar —Harlow se frota su mano tatuada con aire
ausente. Sus dedos están ligeramente torcidos, como si se hubiera
fracturado la mano y nunca hubiera sanado adecuadamente. Me ve
mirándola y deja caer sus manos a un lado, dirigiéndose a Bryce.
—Convoca una reunión de equipo para todo el mundo que
estuvo involucrado en el ataque a la Casa Blanca. Voy a trabajar con
el equipo de seguridad para crear una barrera más fuerte. Kenadee,
ven conmigo. Hará falta toda la energía que podamos conseguir.
—¿Y entonces qué? Nuestra gente está todavía en peligro.
Se aparta del árbol donde estaba apoyándose y da una vuelta
lenta alrededor de Bryce.
—Ayudarán, les guste o no. Esta es también su casa. van a
ayudarnos a jugar a su juego.
—¿Jugar a su juego? —la cara de Bryce se contorsiona—. Todo lo
que hace es matar para salirse con la suya. ¿Estás sugiriendo…?
—Me duele que siquiera digas eso. Lo creas o no, no soy una
psicópata, Bryce —se burla, llevándose una mano sobre su pecho
para simular una ofensa—. Todo lo que estoy sugiriendo es que
recuperemos a nuestra gente.
—¿El ejército mágico? —pregunto. Una ráfaga de viento frío hace
que las hojas tiemblen encima mientras me cierro mi abrigo hasta mi
barbilla.
Harlow asiente, sus ojos relucientes.
—Exactamente —golpeémosles un poco hasta que vean lo que
se están perdiendo.
PÁGINA 239
—Estás disfrutando de esto demasiado, sabes.
Levanta sus manos, caminando hacia atrás.
—Me estoy muriendo, Bryce. Permíteme devolvérsela a Reed y
divertirme hasta que pueda.
Bryce mira al cielo, exasperado mientras Harlow vuelve al
campamento sin más palabras, su sombrero azul marino de esquí lleno
de nieve.
—Que el Señor nos ayude. Sabes, en realidad temo por Reed
cuando Har ponga sus manos sobre él.
El bibliotecario me mira con los ojos abiertos mientras entro
atropelladamente a través de la puerta y piso la nieve fuera de mis
botas sobre la alfombra. Estiro el cuello para verla sobre los grimorios,
mi último botín fue mi más pequeño, sin embargo, sólo nueve. Desde
que los líderes dejaron claro que no querían que atendiera las
reuniones de seguridad, he tenido un montón de tiempo para mí.
Dejo la pila en una pequeña mesa y los libros vuelan por las
escaleras hacia sus lugares de descanso. Limpiando el polvo de mis
manos contra mis vaqueros, sigo su guía hacia la sección de grimorio,
el olor a humedad de sus viejos lomos llenando mi nariz. Mi mano
aterriza sobre un diario particularmente en mal estado con las páginas
amarillentas que se pegan mientras trato de apartarlas. Entrecierro mis
ojos, captando un título en una página en negrita que capta mi
interés. Hojeo el libro hasta que lo encuentro, poniendo mi dedo bajo
las palabras.
EL CONTROL EN LA MAGIA OSCURA.
PÁGINA 240
Me dejo caer al suelo con entusiasmo. Conozco este grimorio, era
del mismo autor del último libro de magia oscura que encontré. Pensé
que estaba aquí por accidente, pero ahora...
Exploro los garabatos casi ilegibles a toda prisa hasta que
encuentro lo que he estado buscando.
Conjuros: el método más común para obtener el control sobre la
víctima deseada. Son simples, pero sólo duran mientras el usuario está
en la cabeza de la víctima.
Temporizador mortal: tatuaje colocado sobre la piel de la víctima.
Causa tanto un efecto mental como físico a su portador. La mayoría
de las personas no son conscientes de que el T.M. es considerado el
más poderoso hechizo de control, ya que debilita los órganos de la
víctima, haciéndolos presa más fácil para aquellos que buscan a largo
plazo, un control total de la mente y el cuerpo de la víctima.
Leo las últimas líneas una y otra vez. Reed no debe saberlo, o
hubiera tenido a Harlow sirviendo en sus filas. Acerco mis rodillas a mi
pecho y elevo el libro mientras continúo leyendo.
Venenum: hechizo vocal, apodado “hechizo venenoso”. Menos
común. Requiere un objeto encantado para conseguir el control sobre
otra víctima. Deben ser usados a menudo si el usuario quiere
asegurarse de que funciona plenamente. Es a largo plazo mientras el
objeto continúe encantado, y la víctima continúe usándolo. Se
pueden lanzar hechizos a la mente de la víctima sin que ésta lo sepa.
Control total de la mente y el cuerpo. La víctima sufre pérdidas de
memoria.
Cierro el libro de golpe, metiéndolo bajo mi axila. Todo tiene
sentido: el comunicador. Tuvo que haber sido eso. Lo utilicé todos los
días antes de que lo devolvieran a mi puerta, debían haberlo
encantado.
Aterrizo en mi sala de estar y alcanzo en el cajón de basura de la
mesa de café. Lo recojo con mi magia para no tocar el dispositivo, y
susurro la palabra.
—Praemium.
El comunicador explota en un millón de piezas, cayendo en
espiral sobre la alfombra y parpadeando como estrellas rotas.
PÁGINA 241
Salgo de la ducha, emergiendo en un ciclón de vapor. Mientras
seco mi cabello con una toalla, me congelo. En algún lugar de la casa,
una puerta se cierra.
Me pongo la ropa lo más rápido que puedo, sintiendo un extraño
pánico sobreviniéndome.
—¿Eli? —grito, mi corazón latiendo más rápido con cada paso
que doy por el pasillo silencioso—. Eli, ¿eres tú?
Silencio.
Después de comprobar todos los rincones de la casa, entro en la
sala de estar, mis ojos al instante aterrizando en el lugar donde había
estado mi grimorio. En su lugar hay una nota.
El hecho de que destruyeras el comunicador no significa que eres
libre. Gírate.
Los pelos de mi nuca se elevan mientras me giro lentamente, sin
esperar lo que pueda encontrar. Directamente frente a mí, donde
PÁGINA 242
había sido destruido, el comunicador empieza a zumbar.
Salto hacia atrás, cayendo sobre mi sofá mientras Reed y mi
madre aparecen en la pantalla.
—Kenadee —Reed se balancea en su silla— espero que no te
hayan asustado demasiado.
—¿Dónde está el libro de magia? —siseo.
Reed sonríe débilmente.
—Oh, no te preocupes por esa vieja cosa. Está siendo bien usada.
—¿Qué quieres de mí? —pregunto en voz baja—. Ya no trabajo
para ti.
—Au contraire. Sabemos muy bien lo que te motiva, querida niña.
Te hemos estado estudiando muy de cerca. Odiaría que alguien
muriese porque te negaste a ayudar.
No. Esto no puede estar ocurriendo de nuevo.
Reed se vuelve hacia mi madre, y ella hace uno de esos hechizos.
Suspiro al comprender lo que están viendo. Mis amigos están afuera,
ayudando con las cajas y el caos de las evacuaciones.
—En este momento, tengo ojos en todos y cada uno de ellos. Hay
tantos a los que podríamos hacer daño, así como así —chasquea los
dedos para crear un efecto—. Mira a tu hermano, por ejemplo —él
aparece bajo el hechizo del ojo vigilante, señalando algo en la
distancia mientras habla con Benson—. Pobre, pobre Eli. Nueve años
de tortura... realmente podría usar un descanso de todo el dolor, ¿no
te parece? O ahí está la pequeña y dulce Tess, tan llena de optimismo.
Delia, la sanadora de gran corazón. Ella es una de tus únicas amigas,
¿verdad?
—Déjalos en paz —gruño.
Él simplemente continúa.
—No he llegado siquiera a los buenos. Ahí está siempre Harlow —
acerca el ojo a la rubia mientras ella deja caer una caja en el portal—
. Sabes cuánto amo verla sufrir. O Bryce. El niño que perdiste. ¿Y si lo
perdiste para siempre?
—No —niego—. ¡Por favor, no! Voy, voy a hacerlo, ¡simplemente
déjalos en paz!
PÁGINA 243
Mi madre cierra el hechizo mientras él junta las puntas de sus
dedos con malicia.
—Vas a romper la barrera, y a entregarte a mí. Te quiero en mi
ejército, Kenadee, y no voy a aceptar un no por respuesta.
—Está bien —trago—. Bien... pero déjalos en paz.
Él no reconoce esto, sólo eleva una ceja.
—Tienes hasta la mañana. Te sugiero que le saques el máximo
provecho.
Me deslizo por los oscuros pasillos como un fantasma, mi corazón
rompiéndose con cada paso que doy.
Odio irme, abandonarlos en este momento de peligro, pero sé lo
que tengo que hacer.
No llevo nada excepto la ropa a mi espalda: camisetas en capas,
una chaqueta, botas, y guantes para mantener el calor. Todo lo que
necesito es magia.
Me detengo ante la puerta de mi hermano, tragándome las
lágrimas.
Siempre prometí no volver a dejar que mi hermano se fuera de mi
lado, y ahora, soy yo la que le dejo. Espero que me perdone algún día.
Me arrodillo y meto la nota bajo su puerta, limpiando furiosamente
una lágrima que cae en cascada por mi mejilla. Tomo una respiración
estremecedora para contenerme, y me muevo a la habitación de
Bryce.
PÁGINA 244
El chico que era mío. No sólo era un líder, sino alguien que trató
de ver lo bueno en todo el mundo. Era el hombre con los dedos
callosos rasgueando su guitarra constantemente, que tenía los ojos
brillantes color esmeralda y la sonrisa más amable que he visto nunca.
El chico que creo que amo.
Por lo tanto, como la cobarde que soy, meto la nota de
despedida a través de la grieta por debajo de su puerta y me levanto.
Me voy rápido por el pasillo y hago una última parada en la
puerta de Harlow, apretando fuertemente el papel en mi mano. Ésta
es la nota de despedida más dura, el mensaje que he estado
posponiendo por demasiado tiempo.
Harlow,
No tengo mucho que decir. Espero que sepas cuánto lo siento por
las cosas que he hecho. Tú especialmente no te mereces las cosas que
te han pasado. No sé si alguna vez te lo compensaré, pero seguro
como el infierno que lo voy a intentar.
La verdad es que he sabido durante algún tiempo que ésta
podría ser la única opción. Sólo que nunca realmente quise
enfrentarme a ello. Tan pronto como leas esto, evacúa a la gente del
campamento. Id a algún sitio seguro, así cuando Reed me haga
romper esta barrera, no habrá nadie a quien matar.
Lo siento mucho, Harlow. Espero que lo entiendas.
Sinceramente,
Kenadee
PÁGINA 245
la mañana para escapar, cuando todo es del extraño color gris oscuro
de la noche, pero el sol empieza a asomarse desde detrás de su
refugio en las siluetas de las montañas. Me dará mucha luz una vez
que esté fuera del campamento, y no tendré que preocuparme por
andar a escondidas en la oscuridad del bosque. Eso me trae todo un
nuevo mundo de peligros que no me importa enfrentar.
Kai está de guardia esta mañana. Puedo ver su cuerpo desde mi
escondite en el balcón mientras observo desde las grandes ventanas
que dan al exterior. Está apoyado contra un árbol, tallando algo con
lo que parece un cuchillo para mantenerse ocupado.
Voy abajo rápidamente y atravieso las puertas delanteras del
campamento. Kai mira con sorpresa mientras escucha mis botas
crujiendo en la nieve.
—Qu-qué estás haci…
—¡Lo siento mucho!
Se levanta de pie, tan ágil como un gato, pero es demasiado
tarde, lo pongo a dormir con un movimiento de mi mano. Miro
alrededor por cualquier señal de peligro mientras se desploma contra
el suelo, asegurándome que ningún otro guardia lo ha notado.
Cuando estoy segura de que nadie más está alrededor, me escondo
entre las sombras.
Corro hasta que encuentro el árbol del rayo deformado y el borde
del campamento con el que me he familiarizado. Mis manos golpean
contra la superficie dura mientras respiro un poco para calmar mi
acelerado corazón.
Eso es todo. Todo lo que tengo que hacer es conseguir atravesar
estas barreras.
El poder aumenta caliente dentro de mí mientras recito el hechizo.
Se rompe fácilmente bajo mi guía, deseoso de obedecer. Aprieto mis
puños fuerte hasta que la barrera se rompe en el aire.
Dejo escapar el aire que he estado conteniendo con alivio. Las
sirenas comienzan a sonar en el campamento, una alerta de
seguridad que tomo como mi señal para irme.
PÁGINA 246
Alguien detrás de mí aclara su garganta.
—¿Dónde crees exactamente qué vas, chica nueva?
—¡Harlow! —grito, girando y llevándome una mano al pecho—.
¡Me has asustado! ¿Cómo sabías que estaría aquí?
—¿Qué puedo decir? Tengo pesadillas. Pero, en realidad, estoy
más preocupada por esto —ella tira de la nota de su bolsillo y la
sostiene ante mí.
Suspiro.
—Tengo que hacerlo, Harlow. Nunca va a parar a menos que lo
haga.
—¿Qué tiene sobre ti?
Niego.
—No puedo decirlo. Todo lo que sé es que es tienes que encontrar
al otro espía tan pronto como sea posible. ¡Harlow, no puede esperar!
Reed…
—Reed es un matón. Sabe que puede asustarte para someterte,
no le dejes Kenadee.
Miro hacia el lugar donde una vez estuvo la barrera, y luego de
vuelta al campamento, mi mente corriendo. No puedo desafiarle. Los
matará…
Harlow da un paso más cerca, obligándome a mirarla a los ojos.
—Te odiaba por lo que hiciste, sabes. Pero... sé por qué lo hiciste.
Y si alguna vez repites esto, lo negaré, pero supongo que te he tomado
cariño y no quiero que Reed te haga daño.
Le doy una sonrisa maliciosa.
—Sabes que hay una palabra para eso, ¿verdad?
Ella pone sus ojos en blanco, pero no trata de ocultar su sonrisa
ladeada.
—Dilo y te golpearé.
Es un honor, la verdad. La gran Harlow Creston me considera una
amiga. Y sólo se la veía ligeramente enferma mientras lo decía.
—¿Qué pasa?
Las cejas de Harlow se fruncen mientras mira en dirección al
PÁGINA 247
campamento donde la alarma todavía resuena.
—Las alarmas llevan sonando varios minutos y nadie las ha
reestablecido.
—Esto es porque están tomando algunos visitantes ahora —dice
una voz familiar. Mi madre emerge de entre las sombras—. Y al
Presidente no le gustan los anfitriones groseros.
—Oh, vamos —Harlow gime al ver a mi madre—. Ni siquiera son
las cinco de la madrugada y éste ya es un día terrible. No puedo tomar
mi café primero.
Mis gritos son efímeros, sin embargo, cuando Harlow levanta una
mano aburrida y las llamas rebotan, girando en espiral hacia la
cabeza de mi madre. Mi mamá los redirige justo a tiempo.
PÁGINA 248
—Maldición. Lo eché de menos.
—Espera, qué —Harlow se burla a mi lado— ¿Es por eso por lo que
te ibas? ¿Para ir a jugar a la casa con el presidente?
Ella lanza los dos brazos a sus rodillas y Harlow y yo somos arrojadas
hacia atrás en la nieve. Los pies de mi madre crujen hacia nosotros.
PÁGINA 249
—No veo por qué todos te tienen tanto miedo. Estás tan... rota,
¿verdad?
Es demasiado tarde.
—¿Harlow? —lloro.
—Kenadee, corre.
—No yo…
—¡Corre!
PÁGINA 250
significa eso?
PÁGINA 251
Mi madre se toca el mentón, como si lo estuviera considerando.
—No puedo luchar contra eso. Tienes que irte ahora antes de que
yo... —no termina la frase cuando, como un suspiro de alivio, se
endereza y se relaja. El control vuelve a aparecer y se desliza sobre sus
pálidos ojos azules.
PÁGINA 252
—Harlow, detente. No dejes que ella te haga esto, ¡contraataca!
—¿Quién sabía las cosas que podía hacer con esta chica? Ahora
todo lo que necesito es que tengas un temporizador de muerte
también. Imagina ese poder. Piensa en la posibilidad.
PÁGINA 253
repente, me estoy cayendo al suelo. Jadeo, probando que el hechizo
se rompe mientras muevo los dedos y Delia corre hacia mi lado.
—Confractusfemoris
Chasquea ruidosamente como una ramita que se pisa. Me pongo
de pie y libero a Delia mientras Harlow intenta, y falla, pararse.
PÁGINA 254
Algo en su expresión me detiene. Él me mira con tranquilos ojos
oscuros. Él dice en voz baja:
Benson está parado sobre mí, con una mueca burlona en sus
labios.
PÁGINA 255
Cada uno de nosotros vuela en una dirección diferente. El árbol
se suelta mientras aterrizo limpiamente sobre mis pies. Ahora yo soy la
que tiene el control.
PÁGINA 256
—¡No te muevas! —le ordeno.
—Haré lo que me pidas, solo déjala ir. Por favor. Deja ir a Harlow...
—le suplico, colocando mis manos en una posición de rendición.
Me trago el miedo.
—Bueno.
PÁGINA 257
vida.
—¡Ah, espléndido, allí está ella, justo a tiempo! Ahora puedes ver
lo que le has hecho a tus amigos.
PÁGINA 258
Se da vuelta y comienza a caminar lentamente, avanzando
lentamente por la línea de nuevos prisioneros: un puñado de ellos, mis
amigos: Bryce, Emery, Kai, Kenzie. Se detiene en Eli, sonriendo.
PÁGINA 259
guardias, dice: — Todo este humo en el aire está haciendo mella en
los pulmones de un anciano. Cárgalos. Todos los otros prisioneros que
atrapamos han sido transportados. Lleva a Kenadee y Eli a la Casa
Blanca. Todos los demás pueden ir a los campos de internamiento, por
lo que a mí respecta.
PÁGINA 260
que el presidente ha difundido.
***
PÁGINA 261
encontrar la mirada de Emery, pero ella no mirará hacia mí.
—Espera aquí con ellos —ladra uno de ellos. Él tiene el pelo rojo
brillante que casi coincide con el de Tess.
¿Dónde está Reed? ¿Que pasó? No escuché nada de ellos ... tal
vez se estén escondiendo, como nosotros.
PÁGINA 262
asiento, la piel de gallina ahora arrastra mis brazos. Los otros soldados
se miran asustados y parecen no saber qué hacer a continuación. Se
quedan allí estúpidamente, mirándose con una pregunta persistente
en sus ojos.
—Creo que es mejor... vamos... eh, mira eso —dice otro, sus ojos
oscuros traicionando su miedo.
PÁGINA 263
cuerpos, ni los restos de los soldados que nos rodearon hace unos
momentos. Se han ido, perdidos por la explosión.
PÁGINA 264
Delia es la primera en preguntar lo que todos estamos pensando,
la mordaza cayendo alrededor de su cuello.
—¿Quién eres tú?
La chica suspira, chasqueando sus dedos y sacando una llave.
—Aquí déjame coger eso —sus botas crujiendo ruidosamente
mientras va alrededor de cada persona, usando el mismo hechizo que
Emery para deshacerse de las horribles esposas. Me froto las muñecas,
contenta de sacarme el peso de encima. Miro a la chica moverse
rápida y graciosamente, viéndose más como una de esas hadas sobre
las que solía leer en los libros.
Cuando termina, la chica comienza a alejarse, mirándonos por
encima de su hombro pues estamos todavía congelados en el lugar.
—Vamos. Tenemos que irnos. Os lo explicaré a medida que
avancemos.
Hacemos lo que dice, expresiones cansadas en el rostro de cada
PÁGINA 265
uno. A la chica no parece importarle mientras entra y sale de los
escombros, haciendo un camino sin realmente ver a dónde va.
—Soy Anna —dice, sin molestarse en mirarnos—. Estoy aquí para
ayudar a salvarlos el culo.
Bryce agarra mi mano, apretándola mientras suelto de sopetón.
—¿A dónde nos llevas? ¿Dónde está el presidente?
La chica no responde, pero se para en seco. Nos detenemos
también, viendo exactamente lo que ve.
Reed está de pie, esperándonos con Benson, Harlow, y mi madre
a su lado.
Cuando ve a Anna, el presidente Reed nos sorprende a todos
estallando en un ataque de risa.
—Por supuesto —resuella través de su ataque de risa—. ¿Por qué
no pensé en ti? Querida y dulce Anna, ¿cómo estás?
—Estupenda, Reed. ¡Gracias por preguntar! ¿Y tú? —la voz de la
chica está en calma. Intercambio miradas con mi equipo, y todos nos
ponemos en posición, preparados para lo peor. Se conocen entre sí...
¿esta chica estaba trabajando para Reed? ¿Cómo le conocía?
—Oh, maravilloso, excepto por verte. Anna, siempre te las arreglas
para echar a perder la diversión.
¿Qué diversión? ¿De qué está hablando?
—Oh, bueno, no puedo dejar que destruyas el mundo, ¿verdad?
—responde la chica con amargura. Puedo sentir el odio desde aquí.
Reed inclina su cabeza hacia atrás y se ríe.
—Ah, pero ahora es tu magia la que está destruyendo. Así como
juraste que no harías. Siempre has dicho que no erais monstruos, pero
supongo que esto prueba que era todo mentiras. Tan parecida a tu
padre.
Anna le lanza dagas con la mirada.
—No soy como tú.
Él levanta sus manos en falsa rendición, obviamente disfrutando
de esto.
Miro a Anna, conmocionada. ¿Es la hija de Reed? Le da una
PÁGINA 266
sonrisa forzada, cruzando sus brazos sobre el pecho.
Nadie habla, mientas la sonrisa del presidente crece.
—Eso hiere mis sentimientos, dulce Anna. Sabes que no me
considero un mal hombre. Me considero un hombre que hace lo que
sea necesario para salvar a su país. La magia es una plaga. Se ha
demostrado una y otra vez.
—Estás mintiendo, Reed. ¿Qué hemos hecho, excepto
protegernos contra ti? —gruñí, mi voz baja.
—Malen…
—Era malo, sí. Pero nosotros no.
—¿En serio? —ladea su cabeza—. Piensa en esos agentes
inocentes que casi matas. No podías controlarlo, ¿verdad?
—¿De qué está hablando, Ken? —pregunta Eli, su ceño fruncido.
La horrible sonrisa de Reed crece.
—Incluso lo disfrutaste, ¿verdad?
—¡Cállate! —aprieto mis puños.
Reed ni siquiera se inmuta.
—No hizo falta mucho control por parte Benson en ninguno de
esos ataques. Lo que pasa es que la oscuridad te tira. No importa
cuánto te esfuerces, tus poderes destruyen. Son malos. Se apoderarán
de ti.
—¿Kenadee? No lo escuches… —dice Bryce, mirando mis puños
cerrados. Es demasiado tarde. Mis poderes explotan antes de que
pueda detenerlos, aterrizando directamente entre los guardias detrás
de Reed. Gritan con horror mientras sus cuerpos caen contra el suelo.
Huesos se rompen y quiebran con una repugnante fuerza mientras las
lágrimas queman mis ojos.
—Y…yo —me siento dando un paso atrás mientras Reed me mira
con una expresión nivelada. Mis amigos me miran, el miedo
deformando sus rostros. Los soldados continúan gimen de agonía. Es
demasiado y no puedo pararlo.
—¡Kenadee!
—¡No! —lucho mientras Bryce me agarra por los hombros. Las
PÁGINA 267
súplicas de los soldados llenan mis oídos. Es demasiado…
Sus ojos verdes se mantienen firmes, sin miedo.
—Todo lo que tienes que hacer es dejarlo ir. Deja ir la ira.
—No puedo… —me ahogo—. Les es… estoy matando. No puedo
parar.
Los gritos se desvanecen cuando los ojos de Bryce se cierran y
deja escapar un suave suspiro.
Les maté.
Me alejo del agarre de Bryce, obligándome a ver la escena
delante de mí. Sus cuerpos están mutilados y retorcidos, con las bocas
abiertas de angustia y silenciadas. Todo el aire se escapa de mis
pulmones. Eran tan jóvenes, adolescentes todavía, creyendo todo lo
que el presidente decía. Eran niños, colocados en una situación
terrible.
Justo como nosotros.
—¡No me toques! —grito mientras Bryce me alcanza. Los otros
simplemente me miran fijamente, como si fuera alguien irreconocible.
Reed pasa por encima de sus soldados, luego se vuelve a mis
amigos, una sonrisa de suficiencia pintada en sus labios.
—¿Ahora ves lo que estoy diciendo? Crees que puedes, Kenadee,
pero te juro sobre mi tumba que ésta es la verdad. Eres peligrosa, y
alguien tiene que poner fin a vuestra clase.
—Entonces, ¿por qué no nos matas? —espeta Kai, señalando a su
alrededor—. ¿Por qué crear este espectáculo? ¿Hmm?
—No he dicho que ya no pudiera utilizaros —Reed se encoge de
hombros, cerrando los ojos de uno de los cadáveres mutilados—.
Tengo un ejército para la magia, como ya sabes muy bien. Por lo
general sólo quiero a los que tienen ciertos poderes, como los de
Kenadee, los de Eli, los de Harlow... Una vez que estén entrenados y
controlados, podrán hacer cosas muy milagrosas. Harlow lo ha
probado para nosotros hoy.
—Todos lo aceptareis cuando os deis cuenta de cuán peligrosa
es vuestra existencia —Reed se pone en pie y nos mira—. Malen era
demasiado poderoso, nunca fui capaz de derrotarlo. Es todo lo que
jamás quise, y alguien se hizo cargo de él. Cuanto antes la magia se
PÁGINA 268
haya ido del mundo, antes…
—Oh, por favor —resopla Anna—. Bueno todos sabemos lo que
realmente quieres, papi. Quieres magia de tu lado para poder
dominar. Quieres ser como Malen, pero no puedes con nosotros aquí.
Estas amenazado…
Su risa es fuerte y cruel, su sonrisa de complicidad. Éste ha sido su
plan desde el principio.
De repente, la risa para bruscamente cuando sangre comienza a
salir de su boca. Tose y tiene una arcada, su boca formando una “O”
de sorpresa.
Es Anna quien le tiene, elevándole lentamente en el aire mientras
Reed se ahoga en su propia sangre, agarrándose la garganta
desesperadamente. Muriendo.
Ahora es Anna, quien se ríe, rompiendo el silencio con risas
crueles.
—Bueno, papá, lo siento por decir esto, pero no te voy a echar de
menos.
Arquea su brazo hacia atrás, después le envía con fuerza contra
el frío metal del camión. Benson alcanza un dispositivo de transporte.
—¡No! —grito mientras mi madre alcanza a Harlow y Harlow
obedece—. ¡Prometiste que la dejaría ir!
—Cariño, ¿cuándo vas a aprender que no se puede confiar en
nadie? —responde mi madre. Y en un instante, se han ido.
La voz de Anna me devuelve a la realidad.
—Mira, tenemos que irnos. ¡Ahora! ¡Podemos salvarla más tarde!
—insta, volviéndose hacia nosotros. Mis ojos se giran hacia Reed,
ahora desplomado contra el camión.
Muerto.
Anna grita algo que no puedo entender, cerrando sus ojos con
fuerza. Antes de poder pensar, somos arrastrados, directamente al
aire. Reed lejos, lejos detrás de nosotros.
PÁGINA 269
PRESIDENTE REED
PÁGINA 270
Estaré bien, Emily. Tú y la señorita Creston hicisteis un trabajo
maravilloso. ¿Dónde está, por cierto?
—Ahí mismo —dice Emily con una sonrisa. Harlow Creston se mete
en la habitación con la pose de una bailarina y la letalidad de un lobo.
Sus ojos azules piedra inmediatamente volando hacia Emily por
órdenes.
—Harlow, te ves maravillosa —elogia Emily, pellizcando las mejillas
de la chica para darle color. Pienso que, si fuera la vieja Harlow
Creston, el puño ya estaría aterrizando de golpe en la nariz de Emily,
incluso por tocarla. Pero ésta... ésta es la nuevo Harlow. La mejorada,
un fantasma de una niña que una vez fue. Tenía mis dudas cuando
Emily me mostró el hechizo. La chica se defendió en un primer
momento, pero no fue suficiente. La notamos a veces en destellos,
trata de resistirse, pero Emily es rápida en someterla de nuevo. Todos
estos años, todo el tiempo que gastamos tratando de destruirla, y esto
es lo que la ha derrotado. No es nada más que una marioneta, un
arma.
Un arma viva, que respira y no tiene mente.
—¿Está lista, señorita Creston? —le extiendo mi brazo para que se
agarre. Ella toma su lugar a mi lado, sus dedos cerrándose alrededor
de la parte interna de mi codo y me responde con un robótico.
—Sí, señor presidente.
Las cámaras destellan y la multitud grita afuera mientras los
guardias alcanzan las puertas.
—Estoy deseando nuestra alianza, señorita Creston.
Ella me mira a la cara con sus ojos pálidos, cruel y oscura.
—Yo también, señor presidente.
Y así, damos un paso al balcón, y me levanto de las cenizas como
un ave fénix.
PÁGINA 271
Jessica Prather comenzó a escribir su primera novela, The Traitor's
Crux, en el 2015. Ahora es un libro #1 en ventas.
Le encanta escribir desde que tiene memoria, blogs, revistas,
PÁGINA 272
historias...
Contando cuentos de luz y oscuridad, y cosas que chocan en la
noche. Es lo que hace, y no podría vivir si ello.
PÁGINA 273