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El virus de la suerte (Roberto Aliaga, texto y Raúl

Sagospe, ilustraciones)
Editorial Libre Albedrío. Publicado en septiembre de 2016. 128 páginas. A partir de los 9 años de
edad.

Iván tiene ocho años y no es feliz. Noche tras noche


trata de disfrutar de su pasión por observar el cielo,
los planetas y las estrellas con su telescopio que le
ha transmitió su padre, pero no lo consigue.

A través de los capítulos del libro que dosifican la


información sabemos que Iván y su madre sufren
cada uno a su manera las consecuencias de un
episodio dramático que los ha marcado
profundamente. Pero, ¿dónde está su padre? A lo
largo de las páginas de esta sencilla pero emotiva
novela veremos que Iván se enfada con sus amigos,
con su madre e incluso se niega a celebrar su fiesta
de cumpleaños.

Iván busca de forma obsesiva a Saturno, el planeta


que padre e hijo adoraban y que muchas noches se
muestra en toda su plenitud en el cielo. Nada de lo
que ocurre a su alrededor le interesa al chico y por eso cuando un meteorito cae
en su jardín y descubre que le concede deseos piensa que su vida por fin va a
cambiar.

Poco a poco Iván es consciente que los superpoderes no garantizan la felicidad y


que tener las riendas del destino nos asegura que vamos a elegir bien. Así se lo
dice el extraño virus parlanchín que venía con el meteorito.

- Oye, oye... -le cortó el virus-. A mí no me culpes, ¿eh? Los deseos los has
pedido tú, no yo. Y si cada uno de ellos traía de la mano un inconveniente
habértelo pensado mejor...
- ¡Claro que te culpo, porque para ser un virus de la suerte no me estás ayudando
en nada!

Un libro muy adecuado para trabajar el dolor, la comunicación entre la familia tras
un acontecimiento desgarrador pero inevitable y la forma en qué podemos
gestionar la pérdida que forma parte de la vida. A través de situaciones muy
ingeniosas y también llenas de humor vemos como Lucas llega a comprender a su
madre y consigue dar los primeros pasos en la madurez y ver la luz en los peores
momentos. La ira, el enfado, el dolor, el sentimiento de culpa y el deseo de
mejorar son los diferentes estadios por los que pasará Iván hasta el final. ¡Muy
recomendable!

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