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LA DISCAPACIDAD INCLUYENTE EN UN PAIS EXCLUYENTE

En las últimas décadas se determina e identifica a la población con discapacidad con términos
como impedidos, inválidos, minusválidos, incapacitados, desvalidos, discapacitados o
personas con discapacidad; términos peyorativos que le generaran mayor exclusión y rechazo
a la población. La utilización de estos, reflejan el desconocimiento de la población con
discapacidad y en sí de la creación de normas, leyes y políticas inclusivas dentro de la propia
sociedad; y ni hablar de las fallas arquitectónicas que limitan el proceso de rehabilitación e
inclusión social de las personas que presentan alguna Limitación. Por ello desde una
conceptualización insipiente podríamos resaltar la definición de discapacidad (ONU,2006),
desde el término que evoluciona y que resulta de la interacción entre las personas con
deficiencias y las barreras debidas a la actitud y al entorno que evitan su participación plena
y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás.

Por lo anterior y para equiparar esa tan anhelada igualdad en el año 2013 se aprobó la Ley
1618, que hace énfasis en la inclusión educativa en Colombia, afirmando que las personas
con alguna discapacidad tienen derecho hacer parte del sistema educativo convencional y
reitera que la educación de calidad es aquella que tiene en cuenta las necesidades educativas
especiales y en la que ninguna personas debe ser excluida. Con estos cambios significativos
a nivel inclusivo se pueden integrar procesos educativos relevantes; sin embargo aunque el
interés desde la escuela esta y se ha intentado esa tan anhelada inclusión, los tropiezos se
mantienen debido al exceso de alumnos por salón, el matoneo, la deserción familiar en la
primera situación problema, el desconocimiento en general de patologías que no permiten
una total inclusión educativa, la negligencia y desinterés de la familia, el desconocimiento de
metodologías y demás factores que debilitan el proceso inclusivo.

Por ello implica que desde el quehacer profesional se busque mayor conocimiento y
reconocimiento de las leyes para los niños, niñas, adolescentes y sus familias; en donde la
comunidad identifique la importancia de incluirlos dentro de todos los procesos
participativos de la sociedad y desde la escuela haciendo mayor énfasis en los docentes a fin
de prepararlos y capacitados para atender a esta población, partiendo de las diferentes
metodologías de aprendizaje, saliéndose de las convencionales e innovando y proyectando
una educación de calidad con el objetivo de minimizar y trabajar desde el aula en la igualdad
de condiciones con toda la comunidad educativa.
Sin embargo cabe resaltar que no solo con el quehacer profesional se pueda lograr una mayor
inclusión también se requiere apoyo gubernamental para mejorar las condiciones y los
espacios que se requieren a nivel físico, de estructuras y equiparamiento tecnológico.

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