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Roger Caillois
TEORÍA
DE LOS JUEGOS
Traducción española de
RAMÓN GIL NOVALES
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cia del arte, se olvida del juego en sí para presentwr
la teoría sociológica implicada en la frase transcri- .
ta.. Ello no obsta ni excluye el que la cuestión quede
planteada y el que ei juego sea tomado en serio.
Schiller insiste en la exuberancia radiante del ju-
gador y en la amplitwd reservada a su elección en
todo momento. El juego y el wrte nacen de un exceso
d.e energía vital, que, una vez cubiertas las necesi-
da.des inmed,iatas, el niño y el hombre emplean en la
imitación desinteresada y gozosa de actitudes efec-
tivas. De donde Spencer deduce que "el juego es
una dramatización de la actividad del adulto".
Y Wundt, sin razón más f1ecidido y tajante: "El jue-
go es el niño del trabajo, no hay forma de juego que
no encuentre su modelo en alguna ocupación seria
que le precede en el tiempo".
La fórmula hizo fortuna y seducidos por ella et-
nógrafos e historiadores se empeñaron en encontrar
-con éxito muy vwrio -, en los juegos de los niños,
la supervivencia de alguna práctica religiosa o de
magia caída ya en desuso. Y sin embwrgo, no es tan
fácil distinguir los modelos del dominó, del juego de
damas, del ajedrez, del boliche, del billwr y del chi-
lindrón. N o se aciertan a ver bien los trabajos y ocu-
paciones de los que dichos juegos serían la transpo-
sición. En 1896, Karl Groos estimó que los juegos
eran ejercicios mediante tos cuales los niños o los
animales jóvenes se prepara;n a las tareas de la vida
de los adultos. Por una extraña pMadoja, Groos ve
en el juego la razón de ser de la juventud: "Los
animales no juegan por el hecho de ser jóvenes, son
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