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El Poder de Los Pensamientos Concientemente Dirigidos
El Poder de Los Pensamientos Concientemente Dirigidos
concientemente dirigidos
La técnica de influencia sobre
los demás o control mental,
que a continuación
detallaremos, puede ser
utilizada para insertar
pensamientos en la mente de
otras personas. Ella no es útil
para influirnos a nosotros
mismos, pues para ello ya
indicamos la técnica de
autoinfluencia psíquica.
Como luego veremos, esta
técnica de influencia sobre los
demás es muy fácil y
cualquiera puede ponerla en
práctica. Recordemos en este
caso también que los límites y
obstáculos están en nosotros y
no en los demás. Aplicando
esta técnica podremos insertar
en otras mentes los
pensamientos que deseemos.
Ya dijimos que nuestros
pensamientos y emociones son
materiales y tienen formas
definidas, aunque no podamos
verlos. Así como existe la
materia física así también
existen la materia emocional y
la materia mental. Crearemos y
operaremos estas formas de
materia, sobre todo la materia
mental, como formas de
pensamiento que enviaremos a
los demás.
Dijimos que trabajaremos
sobre todo con la materia
mental, la sustancia de
nuestros pensamientos,
porque las formas mentales
que enviaremos a los demás
podrán estar o no cargadas con
la materia emocional de
nuestras pasiones, pero la
materia mental estará siempre
involucrada. Toda nuestra
práctica parapsicológica será
llevada a cabo en esos planos,
en que habitan y se desplazan
nuestros pensamientos y
deseos, y también nuestros
sueños.
La mayoría de las personas
inconcientemente está siempre
creando formas mentales a
través de sus pensamientos,
las que carecen por lo general
de valor y se diluyen
rápidamente, incapaces de
influir a nadie. Lo que nos
interesa es el trabajo mental
voluntario y conciente. Este es
el más poderoso y capaz de
hacer llegar una forma de
pensamiento a cualquier punto
del universo e impactar allí,
más allá del espacio y del
tiempo. Estas prácticas para
influir sobre los demás, que
luego describiremos, son tan
antiguas como la humanidad.
Podemos realizar estas
prácticas estando sentados o
de pie (acostados no es
aconsejable, pues podríamos
quedarnos dormidos), en
nuestra casa o en el colectivo,
con los ojos cerrados o
abiertos, en un lugar silencioso
o no, aunque suframos
distracciones o interrupciones,
etc. Por supuesto que lo ideal
sería que estemos lo más
aislados posible del mundo
exterior (silencio, ojos
cerrados, etc.), pero ello no es
estrictamente necesario,
nuestras órdenes igual
llegarán a destino.
Igualmente, podemos aplicarla
todas las veces y lapsos que
deseemos, e influir una o más
personas, de a una por vez y a
todas juntas si fuese
necesario. Es lo mismo si la
persona a ser influida se halla
cerca o lejos, igual nuestra
influencia le llegará.
Esta técnica es efectiva a
cualquier hora del día o de la
noche, ya sea que la persona
esté dormida o despierta,
paseando, conversando o
concentrada en su trabajo.
Posiblemente haya más
efectividad al influir a alguien
durante la noche, si está
dormido mucho mejor, pues
sus defensas psíquicas estarán
reducidas al mínimo.
Si la persona que influimos
está dormida, casi
inmediatamente comenzará a
soñar con el contenido que
estamos imponiendo en su
mente, o despertará
inmediatamente pensando en
ello. Si se hallara despierta
pronto comenzará a pensar en
el tema que le hemos dirigido
mentalmente, el que aparecerá
en su conciencia como un
pensamiento o deseo más o
menos fuerte.
Es frecuente observar a
personas que al ser influidas
con esta técnica se hallan
ocupadas en su trabajo,
distraerse y tornarse
pensativas casi de inmediato.
No es necesario tener fe en
esta técnica, es suficiente con
aplicarla y esperar los
resultados. La fe llegará
después.
Veamos ahora las claves de esta técnica
Debemos visualizar a la
persona a influir, siempre en
forma activa y conforme a
nuestros deseos. Muchas veces
cuando recordamos o
pensamos en algo estamos
trasladados mentalmente y con
capacidad para influir, pero no
aprovechamos esa situación.
En el caso de los recuerdos o
pensamientos pasivos, nuestra
mente actúa pasivamente
frente a las imágenes.
Visualizar en forma activa es
hacer realizar mentalmente a
las persona las acciones que
deseamos imponer en su
mente, hayan sucedido estas
alguna vez o no. Siempre
mentalmente trasladados a
otro lugar, dirigiremos su
conducta a través de la
visualización de imágenes.
Cuando visualizamos
activamente dominamos las
imágenes, mientras que en el
mero recuerdo somos
dominados por ellas.
Sólo visualizando activamente
en el "lugar especial" es
posible influir sobre las demás
personas a distancia, pues las
formas mentales elaboradas
por nosotros ingresarán
instantáneamente en la mente
de las personas a quien van
dirigidas.
Cuando nos hallemos en
nuestro "lugar especial" no
debemos vernos allí como si
nos viéramos actuando en una
película o un teatro, junto a la
persona a influir. En ese
momento debemos sentirnos
como si nos hallásemos
físicamente allí, con la persona
frente a nosotros. A lo sumo
podremos ver nuestros brazos,
parte de nuestro cuerpo y nada
más. Debemos visualizar a la
persona en tres dimensiones,
tal como es en la realidad y
como si físicamente se
encontrase allí.
Para lograr el máximo efecto lo
mejor es visualizar a la
persona actuando. También
podemos hacerla hablar con
nosotros, relatándonos por
ejemplo con alegría y
convicción su total
conformidad con nuestros
deseos y su decisión de
llevarlo a cabo lo antes
posible. Ya sea que trabajemos
con imágenes o palabras, lo
mejor es combinar ambas.
Si no podemos visualizar con
nitidez a las personas, no
importa. Aunque los efectos
son mucho más pronunciados
según la nitidez de las
imágenes, nuestra influencia
también se hará sentir si
visualizamos una especie de
bulto y lo tratamos
mentalmente como si eso fuera
la persona a influir.
Ya sea porque no logramos
mayor nitidez o porque no
conocemos físicamente a la
persona que deseamos influir,
nuestra influencia igual se
hará notar sobre el
destinatario de nuestras
formas de pensamiento.
Además, nuestra propia
capacidad de visualización se
irá incrementando
paulatinamente, por el simple
hecho de practicarla.
También podemos aumentar la
nitidez de nuestras imágenes
sirviéndonos de la
autoinfluencia psíquica.
Ordenes como "quiero
visualizar cada vez mejor",
"quiero dominar las imágenes
cada vez más", etc., son las
más indicadas.
Si a lo largo de nuestro trabajo
de visualización sufrimos
interrupciones o nos
distraemos, o si por alguna
otra razón retornamos
mentalmente a nuestro lugar
físico real, no tiene mucha
importancia.
Todas las veces que ello ocurra
procederemos a trasladarnos
nuevamente a nuestro "lugar
especial" todas las veces que
sean necesarias, para
continuar allí con la
visualización de imágenes.
Toda imagen activamente
referida a una persona le llega
a su mente, sin lugar a dudas,
pero si hemos elaborado esa
forma mental con nitidez y
desde el "lugar especial",
mucho mejores serán los
resultados.
No debemos hacer caso de
nuestros datos o hábitos
creados por la realidad
exterior. Aunque nos parezca
imposible concebir a ciertas
personas riendo o amando en
el "lugar especial", debemos
inventarles igual esas
conductas, las cuales
terminarán imponiéndose.
Incluso podemos influir sobre
personas que no conocemos
físicamente inventando sus
rasgos, se correspondan estos
con la realidad física o no, pues
todo lo que visualicemos en
nuestro "lugar especial" y
creamos que es real, tarde o
temprano terminará siéndolo.
Dejaremos en libertad a
nuestra imaginación para que
ella nos guíe con las imágenes
apropiadas y no nos
preocuparemos por las
exageraciones. Aún las cosas
que nos parecen más
imposibles, si practicamos con
ahínco y optimismo son
factibles de materialización.
También puede suceder que
seamos influidos en alguna
medida por nuestras propias
visualizaciones. En ese caso
quedaríamos autoinfluidos por
nuestras imágenes, como si
deseáramos enamorar a
alguien y además de lograrlo
resultáramos enamorados
también nosotros.
Puede ocurrirnos también ser
obsesionados durante el resto
del día por las imágenes de
nuestras visualizaciones, sin
que podamos borrarlas de
nuestra mente a la que
retornan con asiduidad. Otro
caso es el de la aparición de
imágenes no deseadas, por
ejemplo, si deseamos
enamorar a una persona y cada
vez que nos disponemos a
visualizarla, aparece
involuntariamente otra.
Esto último puede tener dos
razones: o nos interesa
realmente esta última persona,
a causa de lo cual se presenta
una y otra vez en nuestra
conciencia como asociación
directa a nuestro tema de
visualización o, por el
contrario, esta persona cuya
imagen se nos aparece está en
realidad influyéndonos a
nosotros con visualizaciones.
Estos inconvenientes
enumerados pueden fácilmente
evitarse. Ya sea que no
deseamos ser autoinfluidos por
nuestras visualizaciones, o que
queramos conservar una
perfecta disociación entre
nuestro trabajo mental y la
realidad cotidiana, o que
aspiremos a un control total de
las imágenes, hemos de
recurrir a la autoinfluencia
psíquica.
Si lo deseamos, podemos
aislarnos aún más del mundo
exterior tapando nuestros ojos
y oídos con vendas o algodón,
sobre todo en los comienzos de
nuestras prácticas, pero ello no
es imprescindible.
Efectos producidos
En el caso de negocios,
siempre trasladados
mentalmente a nuestro "lugar
especial" visualizaremos allí a
las personas a influir,
conduciéndose de la manera
que deseamos, ya sea riendo,
firmando algo, aceptando
nuestras propuestas,
aumentándonos el sueldo,
comprándonos algo,
festejando, etc. Esto es muy
eficaz también para atraer
clientes.