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¡Con burlas, risas y pura comedia!

”, contestaban eufóricos los más de 200 pequeños a


quienes se les preguntaba sobre cómo era celebrado el Carnaval durante la Edad Media.

Al igual que este dato destacado, otros saberes de la festividad que hoy en día representa a
Barranquilla comenzaron a ser impartidos desde ayer en más de 30 escuelas públicas y
privadas de la capital del Atlántico. Y el primer turno para aprender sobre las
carnestolendas fue para los estudiantes de la Institución Educativa Distrital San Miguel
Arcángel de la ciudad.

Teatro y Carnaval
Eran cerca de las 2:30 p.m. cuando los instructores David Elías Ponce y Alfredo Baldovino
comenzaron a ultimar detalles de la clase lúdica que dictarían en la escuela oficial ubicada
en el barrio La Luz.
Luego de sacar de unas maletas un disfraz de congo y otro de marimonda, y ponérselos
sobre los atuendos que ya vestían, los dos colaboradores autorizaron para que se diera
inicio al ‘despegue’ del primer ‘Viaje al Carnaval’, como se denomina este proyecto
académico.

Las cartillas didácticas, escogidas por la Fundación Carnaval de Barranquilla y


Bancolombia para poner en marcha el proyecto pedagógico, fueron el instrumento de
aprendizaje de los centenares de alumnos de tercer y cuarto grado de primaria que se
disponían a conocer sobre la máxima fiesta de ‘la Arenosa’.

Unas letanías cantadas por cinco pequeños le dieron la bienvenida al ‘vuelo’ que se
transportaría hasta Grecia, en un avión compuesto por varias sillas y que era comandado
por el congo.

Después de conocer sobre la cultura y la ruta española que trajo consigo algunas de las
manifestaciones folclóricas hasta tierras caribeñas, el sonido de la flauta y la tambora que
hacía mover los cuerpos de los negros esclavos también invitó a que los niños se animaran
a bailar.

Con un pie recogido y sus brazos agitándose hacia el frente, seis pequeños imitaban los
movimientos bruscos y característicos de la danza del mapalé. “Es la llegada de los
españoles a América”. “¡No! es que llegaron a Barranquilla”, se les escuchaba discutir a
algunos de los pequeños aprendices, mientras la obra teatral avanzaba.

Al igual que esta institución educativa, cada semana será seleccionada una escuela de
Barranquilla para mostrar y dejar en sus aulas el modelo de enseñanza de esta iniciativa,
que se propone cumplir con la línea de acción ‘Transmisión de la tradición y formación de
las nuevas generaciones’, establecida en el Plan Especial de Salvaguardia de las
carnestolendas.
Los martes y miércoles son los días escogidos por las organizaciones abanderadas del
proyecto para dar a conocer los saberes de las manifestaciones folclóricas en los colegios
de una manera lúdica y llamativa.

Aunque desde el inicio del ‘viaje’ el congo acompañó a los 200 pequeños a aprender del
Carnaval, Karol Nicoll Viloria ayudó a quien representaba esta danza a terminar de
arreglarse para que apareciera en escena en la línea histórica que le correspondía.

Unos crayones blancos y rojos permitieron que la niña de 10 años de edad lograra pintar
por completo la cara del congo y corriera junto a él para llegar temprano a un elegante
festín de un salón social de Barranquilla.

Poco tiempo transcurrió en la institución educativa para que las carnestolendas salieran de
los barcos, las canoas, las verbenas y los salones burreros a celebrarse en las calles de
Curramba.

La flauta de millo apareció nuevamente, evocando el sonido ‘rey’ del Carnaval. Y, con él,
las amplias faldas y sombreros vueltiaos de las cumbiamberitas y los cumbiamberitos, que
protagonizaron la fiesta folclórica que les enseñaba sobre las raíces de las carnestolendas.

Para Maryuri Martínez, quien ya reconoce que la fiesta llegó a su ciudad natal por un barco
español, la actividad estuvo llena de “risas y de baile. Así puedo aprender más fácil sobre el
Carnaval”, afirmó la niña de 9 años de edad.

Diclinson Almeida, luego de la cátedra carnavalera, asegura que la cultura carnavalera la


tomaron los barranquilleros de los españoles. Además, el pequeño de 10 años reitera que
“aprendí en la clase y la repetiría porque me pareció entretenida. Bailaron, me hicieron reír,
y yo me metí a bailar también”.

Luego de llevar la clase modelo del proyecto a cada uno de los 30 colegios, el libro Somos
Carnaval de Barranquilla: la mirada de sus artistas también se unirá a la iniciativa
pedagógica para dar a conocer las historias y experiencias de los hacedores de la fiesta.

Los maestros de los más de 5.200 niños que aprenderán sobre Carnaval serán los
encargados de poner a disposición de su clase los contenidos que los artistas plasmaron en
su texto, que muestra el esplendor de las manifestaciones folclóricas a través de las
vivencias de quienes las hacen realidad.

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