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Desde el año 2011, el Ministerio de Ambiente puso en marcha el Programa para el manejo
sostenible y restauración de ecosistemas de la Alta Montaña colombiana - Páramos.
En el marco del programa, se ordenó la delimitación de los páramos y el estudio de su
estado, por lo cual cada Corporación Autónoma Regional debía proceder a identificar los
páramos en su jurisdicción, catalogarlos y categorizarlos. La implementación del plan fue
lenta.
En este, se buscaba que se hicieran estudios sobre los diferentes usos del suelo y sobre la
tenencia de la tierra. El objetivo era determinar qué áreas serían de conservación, de
restauración, de uso o utilización sostenible, de uso principal, de usos compatibles, de usos
condicionados o de usos prohibidos.
Para lograr este propósito, el Código de Minas tenía que ser reformado. Aunque la Ley 132
del 2010 lo intentó, esta fue demandada, mediante acción pública de incostitucionalidad,
y, posteriormente, declarada inexequible por la Corte Constitucional en Sentencia C-366
de 2011. La Sentencia se emitió con efecto diferido, por dos años, mientras el Congreso
expedía una nueva reforma al Código1.
En vez de reformar el Código de Minas, se incluyó el artículo 202 (derogado por la Ley
1735 del 2015) a la Ley 1450 de 2011 (Plan Nacional de Desarrollo, 2010-2014). Este
prohibió cualquier actividad agropecuaria en los páramos2.
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La declaratoria de inexequibilidad se debió a la falta de consulta previa a grupos étnicos quienes debían ser
consultados de cualquier cambio en las normas mineras que los afectaban directamente.
2
Parágrafo 1°. En los ecosistemas de páramos no se podrán adelantar actividades agropecuarias, ni de exploración o
explotación de hidrocarburos y minerales, ni construcción de refinerías de hidrocarburos. Para tales efectos se
considera como referencia mínima la cartografía contenida en el Atlas de Páramos de Colombia del Instituto de
Investigación Alexander von Humboldt, hasta tanto se cuente con cartografía a escala más detallada.
La misma prohibición se replicó en el artículo 173 de la ley 1735 del 2015 (Plan Nacional
de Desarrollo 2014-2018 “Todos por un nuevo país’’). A este artículo se le adicionó el
mandato de implementación gradual con el apoyo del Ministerio de Agricultura y
Desarrollo y en coordinación con las CAR. En este artículo, se previó que la aplicación
gradual de la prohibición se haría con programas de sustitución y reconversión de las
actividades agropecuarias.
El artículo 173 fue declarado exequible por la Sentencia C-298 de 2016.
El Consejo de Estado, en respuesta a una consulta elevada por el Ministerio de Agricultura
y Desarrollo a raíz del artículo 202 de la ley 1450 de 2011, estableció que, si bien la
conservación de los páramos es una medida que apunta al interés general y se podrían
prohibir las actividades agropecuarias en las zonas delimitadas, “se deberían tener en
cuenta algunos elementos normativos que operan en favor del reconocimiento de las
situaciones existentes antes de la prohibición” 3.
No obstante, la agricultura en páramos es sancionada y multada por las CAR. Siendo así,
se deja de lado al campesinado colombiano que realiza actividades agropecuarias en
minifundios. En los cálculos de Alejandro Estévez, presidente de la Sociedad de
Agricultores de Colombia, no menos de 200.000 personas viven y ejercen algún tipo de
labor productiva agropecuaria en estas zonas.
Parágrafo 2°. En los ecosistemas de humedales se podrán restringir parcial o totalmente las actividades agropecuarias,
de exploración de alto impacto y explotación de hidrocarburos y minerales con base en estudios técnicos, económicos,
sociales y ambientales adoptados por el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial o quien haga sus
veces. El Gobierno Nacional dentro de los noventa (90) días calendario siguientes a la expedición de esta Ley
reglamentará los criterios y procedimientos para el efecto. En todo caso, en humedales designados dentro de la lista
de importancia internacional de la convención RAMSAR no se podrán adelantar dichas actividades.
3
“Sería constitucionalmente problemática si se interpretara al extremo de suponer una orden de ruptura automática e
inmediata de los grupos humanos asentados en los páramos con su entorno, o una condena a su estilo de vida y de
relación con la naturaleza; y sería aún más controvertible si, como se señaló anteriormente, ello supone poner en riesgo
condiciones de vida digna, el derecho a un mínimo vital y el derecho a la alimentación11 de diciembre de 2014” Sala
de Consulta y Servicio Civil del Consejo de Estado.
II. Acciones tomadas en relación con la sustitución y reconversión de las actividades
agropecuarias en los páramos: