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FUNCIONARIOS PÚBLICOS
Por Dr. Martín Bardi
De conformidad con lo preceptuado en el artículo 136, inciso k de la ley Nº 70, la
Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires, tiene, entre otras funciones, la de
recomendar a los organismos y entidades responsables la promoción de las
acciones correspondientes en sede administrativa y/o judicial, hallándose
legitimada para actuar en defecto u originariamente en sede judicial en caso de
graves irregularidades cometidas contra el patrimonio público.
La responsabilidad de los agentes públicos -en términos generales- nace teniendo
en miras las conductas esperadas de un sujeto, generando el orden jurídico
diferentes consecuencias ante el incumplimiento de esa conducta.
En este orden de ideas y atento los distintos bienes jurídicos tutelados, el
funcionario público puede ser alcanzado por los preceptos incluidos para todos los
ciudadanos y por aquellos derivados de su obligación específica. Por ello, a los
fines de analizar la problemática de la responsabilidad de los mismos, pueden
distinguirse disímiles esferas: penal, civil, política, patrimonial y administrativa, las
cuales difieren entre sí por el ámbito dentro del cual se desarrollan y por los bienes
jurídicos que tutelan.
La responsabilidad penal, al ser extensiva a todos los ciudadanos, en nada se
diferencia la situación del empleado o funcionario público de la de los particulares
o sea que incurrirá en un delito cuando su obrar u omisión coincidan con el tipo
descripto por la norma criminal.1
Adicionalmente existen determinados delitos que tienen como sujeto activo al
funcionario público. Son los llamados delitos especiales propios. En estos, la
autoría se limita al círculo de personas calificadas o autores idóneos mencionados
en el tipo penal; vale decir, a los fines de su tipificación, necesariamente se estará
en presencia de un acto irregular previsto y penado en el Código respectivo y
cometido por un funcionario o empleado público. Este tipo de responsabilidad
siempre es personal. Siempre esta acción se lleva adelante en sede judicial. Los
preceptos del derecho penal que regulan los delitos de los funcionarios públicos
tienen como fin, lo mismo que en el derecho disciplinario, el mantener a los
1
Canda, Fabian Omar Jornadas sobre responsabilidad del Estado y del funcionario publico,
Editorial Cs. De la Administración, BS. As. 2001, p. 618
resortes se hacen efectivos a través del instituto del juicio político, que en el ámbito de la
ciudad se encuentra contemplado en la constitución -artículo 92- 5 y su declaración
configura un requisito previo para la promoción de acciones criminales o civiles contra
ellos. Dentro de las causales previstas se encuentra la comisión de delitos (tanto en el
ejercicio de la función como delitos comunes) y el mal desempeño en el cumplimiento de
sus funciones. Esta última se trata de una fórmula amplia de evaluación de conducta que
puede dar lugar a un margen de flexibilidad en la apreciación de la actuación del
funcionario y de los aspectos involucrados.
La responsabilidad patrimonial se encuentra vinculada con aquellas conductas realizadas
por los agentes públicos en el ejercicio de la función administrativa que hubieren causado
un perjuicio patrimonial, aún cuando no se hubiese configurado un delito. Al respecto, la
Procuración del Tesoro de la Nación ha sostenido que ...“es posible que el mismo hecho sea
enfocado desde el doble punto de vista de la responsabilidad patrimonial y disciplinaria,
pero difiere el modo de hacerlas efectivas”... y que......”si la responsabilidad es patrimonial
es preciso ejercitar una acción judicial, cuyo objeto será una pretensión resarcitoria” 6 . No
obstante ello, la Legislatura de la Ciudad, al sancionar la ley 70, omitió la incorporación de
alguna figura de similar contenido a las incluidas en el capitulo 3 del Titulo 7 de la Ley de
Administración Financiera de la Nación.
La responsabilidad administrativa tiene por objeto sancionar conductas que lesionan el
buen funcionamiento de la Administración Pública, originándose en una inobservancia de
los deberes inherentes a la calidad de agente público. Al decir de la doctrina, la
responsabilidad disciplinaria de los funcionarios públicos se puede definir como el sistema
de consecuencias jurídicas de índole represivo que, aplicable por la propia Administración
Pública en ejercicio de poderes inherentes, se imputa en el plano de la relación de función o
empleo público, a las conductas de agentes estatales violatorias de deberes o prohibiciones
exigibles, o impuestos, respectivamente, por las normas reguladoras de aquella relación con
el fin de asegurar, con inmediatez, el adecuado funcionamiento de la Administración
Pública.7
5
Art. 92.- La Legislatura puede destituir por juicio político fundado en las causales de mal
desempeño o comisión de delito en el ejercicio de sus funciones o comisión de delitos
comunes, al Gobernador, al Vicegobernador o a quienes los reemplacen; a los ministros del
Poder Ejecutivo, a los miembros del Tribunal Superior de Justicia; del Consejo de la
Magistratura; al Fiscal General; al Defensor General; al Asesor General de Incapaces; al
Defensor del Pueblo y a los demás funcionarios que esta Constitución establece.
6
Dictámenes PTN 241:480
7
Comadira, Julio R. Jornadas sobre responsabilidad del Estado y del funcionario publico,
Editorial Cs. De la Administración, BS. As. 2001, pag. 590
3
Art.1112.- Los hechos y las omisiones de los funcionarios públicos en el ejercicio de sus
funciones, por no cumplir sino de una manera irregular las obligaciones legales que les
están impuestas, son comprendidos en las disposiciones de este título.
4
Fallos 318:193 “Castellano, Carlos Renée y otra c/ Nieva, Jorge Luis y otra. s/ Recurso de
Hecho”. (23/02/1995). En similar sentido ver también “Salvatore de López, Amelia c/
Buenos Aires, Provincia de s/ daños y perjuicios” (Fallos 320:568) y “Tramite personal
-denuncia -Aires Jorge Carlos s/ denuncia contra oficial notificador.” (Fallos 319:1034)
resortes se hacen efectivos a través del instituto del juicio político, que en el ámbito de la
ciudad se encuentra contemplado en la constitución -artículo 92- 5 y su declaración
configura un requisito previo para la promoción de acciones criminales o civiles contra
ellos. Dentro de las causales previstas se encuentra la comisión de delitos (tanto en el
ejercicio de la función como delitos comunes) y el mal desempeño en el cumplimiento de
sus funciones. Esta última se trata de una fórmula amplia de evaluación de conducta que
puede dar lugar a un margen de flexibilidad en la apreciación de la actuación del
funcionario y de los aspectos involucrados.
La responsabilidad patrimonial se encuentra vinculada con aquellas conductas realizadas
por los agentes públicos en el ejercicio de la función administrativa que hubieren causado
un perjuicio patrimonial, aún cuando no se hubiese configurado un delito. Al respecto, la
Procuración del Tesoro de la Nación ha sostenido que ...“es posible que el mismo hecho sea
enfocado desde el doble punto de vista de la responsabilidad patrimonial y disciplinaria,
pero difiere el modo de hacerlas efectivas”... y que......”si la responsabilidad es patrimonial
es preciso ejercitar una acción judicial, cuyo objeto será una pretensión resarcitoria” 6 . No
obstante ello, la Legislatura de la Ciudad, al sancionar la ley 70, omitió la incorporación de
alguna figura de similar contenido a las incluidas en el capitulo 3 del Titulo 7 de la Ley de
Administración Financiera de la Nación.
La responsabilidad administrativa tiene por objeto sancionar conductas que lesionan el
buen funcionamiento de la Administración Pública, originándose en una inobservancia de
los deberes inherentes a la calidad de agente público. Al decir de la doctrina, la
responsabilidad disciplinaria de los funcionarios públicos se puede definir como el sistema
de consecuencias jurídicas de índole represivo que, aplicable por la propia Administración
Pública en ejercicio de poderes inherentes, se imputa en el plano de la relación de función o
empleo público, a las conductas de agentes estatales violatorias de deberes o prohibiciones
exigibles, o impuestos, respectivamente, por las normas reguladoras de aquella relación con
el fin de asegurar, con inmediatez, el adecuado funcionamiento de la Administración
Pública.7
5
Art. 92.- La Legislatura puede destituir por juicio político fundado en las causales de mal
desempeño o comisión de delito en el ejercicio de sus funciones o comisión de delitos
comunes, al Gobernador, al Vicegobernador o a quienes los reemplacen; a los ministros del
Poder Ejecutivo, a los miembros del Tribunal Superior de Justicia; del Consejo de la
Magistratura; al Fiscal General; al Defensor General; al Asesor General de Incapaces; al
Defensor del Pueblo y a los demás funcionarios que esta Constitución establece.
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Dictámenes PTN 241:480
7
Comadira, Julio R. Jornadas sobre responsabilidad del Estado y del funcionario publico,
Editorial Cs. De la Administración, BS. As. 2001, pag. 590