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A veces hace falta renegar y sentir que la humanidad da vergüenza, que la sociedad
está enferma y que uno puede ser lo que quiera menos el psicoanalista del otro.
A veces hace falta dormir de más, comer por gula, sentir que se odia a quien se dice
querer. A veces. A veces hace falta sentarse solo en el parque, dejar que se caiga
el helado, que la mirada esté perdida en la nada, ir a un sitio porque sí, callar, otras
escuchar. A veces hace falta detenerse a ver pasar el tiempo.
A veces vale la pena confrontarnos, a veces no queda más que darle lágrimas a la
nada. A veces hace falta confiar, creer, dar crédito a la palabra del otro. A veces
hace falta fregarse. A veces hace falta dejar de hacerse películas.
A veces hace falta renegar y sentir que la humanidad da vergüenza, que la sociedad
esta enferma y que uno puede ser lo que quería menos el psicoanalista del otro. A
veces hace falta dormir de más, Comer por gula, sentir que se odia a quien se dice
querer. A veces. A veces hace falta sentarse solo en el parque, dejar que se caiga
el helado, que la mirada este perdido en la nada, ir a un sitio porque si, callar, otras
escuchar. A veces hace falta detenerse a ver pasar el tiempo.
A veces vale la pena confrontarnos, a veces no quesa mas que darle lagrimas a la
nada. A veces hace falta confiar, creer, dar crédito a la palabra del otro. A veces
hace falta fregarse. A veces hace falta dejar de hacerse películas.
Para los que estamos llenos de ausencias ofrezco mucho para leer y mucho
para escribir. Les pongo sobre la mesa un día que comienze a las 4 de la
mañana (con hermoso amanecer garantizado) y que termine a eso de las 12:30
de la noche.
Además, para los que estamos llenos de ausencias también ofrezco proyectos
aquí y allá dándoles la garantía de que solo se encontrarán con personas
buenas. Me adueño del viento y también se los brindo porque a mí ya no me
sirve: Solo me trae el recuerdo de quien fue y ahora no es. Todo el susurra la
voz que ya no oigo y dibuja el rostro que ya no veo. Claro, y si a los que
estamos llenos de ausencias también se les antoja un poquito de esperanza…
pues que vuelvan la semana entrante.
Para los que estamos llenos de ausencias ofrezco mucho para leer y mucho para
escribir. Les pongo sobre la mesa un día que comience a las cuatro de la mañana
con hermoso amanecer garantizando y que termine a eso de las 12:30 de la noche.
Además, para los que estamos llenos de ausencias también ofrezco proyectos aquí
y alla dándoles la garantía de que solo se encontraran con personas buenas. Me
adueño del viento y también se los brindo porque a mi ya no me sirve: solo me trae
el recuerdo de quien fue y ahora no es. Todo el susurra la voz que ya ni oigo y dibuja
el rostro que ya no veo. Claro, y si a los que estamos llenos de ausencias también
se les antoja un poquito de esperanza pues que vuelvan la semana entrante.
Ayer vi a los caminantes: a los indiferentes, los miedosos, los valientes, los
cansados, los enamorados, y los desahuciados.
Ayer vi a los caminantes, a los indiferentes, los miedosos, los valientes, los
cansados, los enamorados y los desahuciados.
Vi como sus pasos se convertían en fino polco al contacto con el inmediato y fugaz
presente. Descubri que a la mayoría el pasado ni le servia de nada. Aun no
terminaba de observarlos y el futuro ya se apropiaba de aquel presente, ahora
convertido en pasado, mostrándole a cada cual las consecuencias de sus actos.